Deseo ya tu pecho, como mi suave almohada
preciso transitarte, con mis dos suaves manos
haciendo las delicias, de sueños delicados
amarte sin dar tregua a la pasión deseada.
Ansiosa va mi alma tras tu presencia vaga;
Te intuyo, te presiento... mi boca muere de hambre
del beso que adorable, con emoción emana
Absortos van mis sueños, que en ilusión divagan.
La cordura se aleja y la razón se empaña
si al soñar se despierta la sed tan despiadada
de esos besos vehementes con que me veo ataviada
y ya plena en la dicha me alzo cual montaña.
Amarte con constancia, amarte en el silencio
anclar en la fortuna, de arenas de tu puerto
habré yo de encontrarte en nuestro cielo abierto
siendo tu mi ambrosía ! varón que tanto aprecio ¡
Gloria Eugenia Lemus.
01/03/2011.
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