El Caballo y El Asno
Un hombre tenía un caballo y un asno. Un día que ambos iban camino a
la ciudad, el asno, sintiéndose cansado, le dijo al caballo:
-- Toma una parte de mi carga si te interesa mi vida.
El caballo haciéndose el sordo no dijo nada y el asno cayó víctima de
la fatiga, y murió allí mismo. Entonces el dueño echó toda la carga
encima del caballo, incluso la piel del asno. Y el caballo, suspirando
dijo:
-- ¡ Qué mala suerte tengo ! ¡ Por no haber querido cargar con un
ligero fardo ahora tengo que cargar con todo, y hasta con la piel del
asno encima !
ENSEÑANZA:
Cada vez que no tiendes tu mano para ayudar a tu prójimo que
honestamente te lo pide, sin que lo notes en ese momento, en realidad
te estás perjudicando a tí mismo.
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El corazón desagradecido no halla perdón ni misericordia, pero el
corazón agradecido encontrará algunas bendiciones celestiales cada hora.
Henry Ward Beecher
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martes, 1 de noviembre de 2011
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