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LAS ETAPAS BASICAS DEL VIAJE DEL HEROE
Este mito está desarrollado a partir del libro "El héroe de las mil caras" de Joseph Campbell.
1) El héroe tiene un nacimiento extraño o portentoso, generalmente es engendrado por un Dios en una madre mortal. En otros se da lo contrario: el héroe griego Aquiles fue hijo de Peleo, un padre mortal y Tetis, una diosa del mar. Por lo tanto tiene la característica de ser un híbrido entre lo humano y lo divino. De niño, no tiene idea alguna de su verdadero linaje, cree que es como todo el mundo, pero lo acosa una sensación de ser diferente y la intuición de un destino especial.
2) Uno de los temas principales de la búsqueda del héroe es el descubrimiento de su verdadero origen, que puede ser a la vez mortal e inmortal.
Uno de los temas principales de la búsqueda del "héroe" es el descubrimiento de su verdadero origen.
En esta imagen mítica del nacimiento híbrido se puede percibir un profundo sentimiento de dualidad, una convicción de no estar hechos solo de tierra y condenados a alimentarse, reproducirse y morir.
Hay un sentido de que cada uno es especial y único y tiene un destino personal, un aporte individual para hacer a la vida.
Muchas personas hacen este descubrimiento hacia la mitad de su vida, es decir en personas mayores de 40 años, que tienen la sensación de que en el hecho de estar vivos. Hay un sentido más profundo, y que sus antiguos objetivos: el dinero, la seguridad emocional y los logros mundanos, ya no les satisfacen.
Este despertar del principio solar, suele coincidir con un período de exploración interior, que a su vez puede verse precipitado por algún tipo de crisis, que deja como secuelas la depresión y el descontento.
Esto es porque al Sol no le interesa el mundo de lo concreto como destino final. La realidad material pertenece al dominio de la luna.
Los objetivos solares son interiores y se refieren a autorrealización y a tener la vivencia de la propia vida como algo especial y significativo.
3) Otro elemento importante en la vida del héroe, es que suele ser objeto de envidia o persecución, sin que él sepa porqué.
A veces el enemigo es el marido de su madre, su padrastro, a veces es un rey usurpador que ha recibido un signo o augurio y teme que el héroe, una vez llegado a la virilidad, termine por derrocarlo.
Este problema arquetípico de la envidia, y la persecución de las potencialidades solares nacientes, que se puede ver representado inconcientemente en muchas familias es una de las razones por las que a las personas les cuesta dar libre expresión a su Sol; temen que si son de verdad ellas mismas, los demás reaccionarán encolerizándose y atacándolos verbal o emocionalmente.
4) En algún momento de su proceso de crecimiento el héroe recibe la "Llamada a la aventura", esto puede aparecer de distintas formas.
El progenitor divino, tanto sea la madre como el padre, pueden aparecerse en un sueño como en una visión y advertirle: Hijo, ya es hora de que crezcas y partas en la difícil búsqueda del tesoro.
La llamada también puede provenir de nuestro interior, bajo la forma de una intuición súbita, lo que frecuentemente sucede durante los ciclos de los planetas mayores. El retorno de Saturno a los 30 años, con la mitad del ciclo de Urano o con el segundo ciclo de Saturno.
En el mito, la vocación del héroe se manifiesta a través de una conmoción interna o un desastre, las cosechas se pierden o sobreviene una plaga o una invasión o el viejo rey se está muriendo y no hay heredero que lo sustituya.
La llamada mítica a la aventura, puede expresarse en nuestra vida, como una crisis importante. Que a diferencia de nuestros habituales problemas cotidianos nos desafía a sumergirnos en lo desconocido y a descubrir nuevos recursos, de los que nada sabíamos.
La vivencia que tiene la mayoría de la gente de la llamada solar a la aventura, que aparte de estar señalada por los ciclos de los planetas mayores, se refleja con frecuencia en un tránsito o una progresión importante en que interviene el Sol.
5) En el mito, es probable que el "progenitor Divino" exija una prueba, que es preciso que el héroe pase, antes de que se pueda revelar la verdad sobre su identidad y su búsqueda. Así es como demostrará que ya es capaz de llegar a ser quien es.
El momento en que ha de producirse la "llamada" es muy interesante para el estudiante de Astrología si consideramos los tránsitos y las progresiones en que interviene el Sol. A lo largo de la vida, todos tenemos muchos tránsitos de planetas "mayores" en aspecto con el Sol natal, y también aspectos progresados con los planetas natales.
A diferencia del "héroe" se nos concede más de una oportunidad para acudir a "la llamada" y esta puede llegar en segmentos separados, disimulada como situaciones vitales dispares vinculadas por un único hilo significativo. Es decir que el viaje del héroe, no se nos da de una vez por todas, sino que funciona en muchos niveles, y se repite a lo largo de la vida.
Muchas veces esta "llamada" puede tener el aspecto de algo diferente y que en general los resultados solo se manifestarán más adelante, en el tiempo. En ocasiones la manifestación se produce por medio de un encuentro importante.
Las relaciones pueden proporcionarnos un despertar, especialmente si se inician o terminan durante movimientos significativos en la carta, que pongan en juego al Sol.
La intervención de otra persona en nuestra vida: un amante, un niño, un maestro e incluso un enemigo o rival, suelen transformar nuestra conciencia y enviar al héroe solar por la senda de su búsqueda.
6) Una vez que ha recibido la "llamada" generalmente el "héroe" encuentra un ayudante o recibe asistencia de fuentes divinas, humanas o animales.
Es interesante señalar que por lo general no tiene que esforzarse para recibir esta ayuda inicial. Se la proporciona el progenitor divino o mortal u otras deidades benignas que están de parte suya por sus propias razones.
Podría ser que el "héroe" echara todo a perder se echara atrás. No es un comportamiento heroico en absoluto, pero refleja fielmente la forma en que se siente casi todo el mundo, cuando la exigencia nos resulta difícil o no nos sentimos a la altura de las circunstancias.
En el mito: el "héroe" jamás se lamenta, en la realidad, pareciera como si todos necesitáramos lloriquear un poco ante la "llamada". Esta posiblemente venga a través de la voz de la Luna, que se siente muy ofendida y compadecida de sí misma, cuando las exigencias de nuestra propia alma nos arrancan de nuestras comodidades.
Es posible entonces, negarse completamente a la "llamada" y en ese caso, por lo general vuelve a expresarse de otra forma, con pruebas más difíciles.
El progenitor "divino" (una imagen mítica de algo que hay dentro de nosotros mismos) no nos dejará en paz, simplemente porque lo querremos. Muchas personas intentaron escapar del destino que refleja el Sol durante una época de movimientos importantes en la carta y que en uno u otro nivel, pagaron cara la negativa a llegar a ser "ellas mismas".
Con frecuencia el resultado se manifiesta a través de una depresión profunda y un sentimiento de fracaso y vacío.
Otras veces, la prueba, puede pasar a la generación siguiente, y pueden ser lo hijos y nietos quienes tengan que "hacerse cargo" de las tareas solares, que los padres dejaron sin terminar, y que con cada generación que las evita, se hacen mayores y más pesadas.
Hay formas de negarse más drásticas, que pueden formar parte del conjunto de trastornos y enfermedades físicas o mentales graves.
Es posible negarse tan radicalmente a la llamada, que uno se refugie de manera total y autodestructiva en el mundo lunar, convirtiéndose en un "lunático crónico".
El mundo está lleno de gente extraviada que ha rechazado la llamada solar a la aventura, no una, sino muchas veces. Muchos de ellos parecen normales, salvo que por dentro suelen estar vacíos.
Volviendo al tema al tema de la ayuda, que aparece luego de que el héroe acepta "la llamada", funciona como si algo dentro de nosotros que constituye un poderoso apoyo, se activara cuando encanamos y aceptamos nuestra propia senda individual en la vida.
Es muy revelador, que en ésta situación se comprometen otros dioses que no están directamente relacionados con el héroe, y que tienen sus propias razones, para querer que éste tenga éxito.
Cuando Perseo va en pos de la Medusa una verdadera multitud de deidades se une a la feliz empresa. Perseo es el hijo de Zeus, pero Atenea le ofrece un escudo. Hades contribuye con un yelmo que lo hace invisible y Hermes saca de su sombrero de mago un par de sandalias aladas.
A todos estos dioses les interesa la destrucción de la Medusa, esto sugiere, que en realidad el héroe está redimiendo un problema que va más allá de su propia búsqueda personal. Que no está respondiendo solo a un interés personal sino que está haciendo algo para la colectividad.
En el mito de Perseo, La Medusa simboliza algo más que un dilema personal. Es un problema inherente a la psique colectiva, una herencia humana universal de resentimiento y veneno que genera en las familias y los grupos sociales, en incluso en las naciones, una depresión paralizante.
Cuando los dioses no pueden ocuparse adecuadamente de sus propios asuntos, necesitan de un héroe que realice la hazaña en su nombre.
Así, para concretar sus designios más amplios, el inconciente colectivo depende de la autenticidad de cada individuo.
El Sol es entonces, paradójico. Al llegar a ser lo que somos, tenemos mucho más para ofrecer que si corremos de un lado al otro intentando salvar al mundo para así compensar nuestro propio vacío interior.
7) Finalmente el "héroe" llega al "cruce del umbral", donde generalmente, algo horrible y peligroso intenta impedir que logre su objetivo.
Este dilema, refleja un conflicto interior básico que existe en todos nosotros y que puede ser descrito por muchos factores en la carta natal. Incluso el significado solar expresa un conflicto innato, ya que en todos los signos zodiacales hay tanto debilidades como puntos fuertes. Los aspectos difíciles con el Sol pueden sugerir los obstáculos que residen en nuestro interior, aunque lo proyectemos hacia fuera y que parece como si nos impidieran crecer.
Saturno puede definir, por signo, por casa y por aspectos la naturaleza del Cruce del Umbral, porque es el planeta que representa la actitud de estar a la defensiva, el miedo y la renuencia a mostrarnos como somos.
El mito describe algunas formas típicas del enemigo que aparece en el Cruce del Umbral.
Con frecuencia el oponente es un hermano oscuro, la encarnación de los aspectos destructivos o amorales que constituyen la sombra del héroe.
A veces el enemigo es una madrastra o una bruja perversa y aquí nos encontramos con la diosa lunar en su aspecto menos maternal.
Esto refleja una situación en que las necesidades instintivas, arraigadas en la familia y en el pasado, se oponen al desarrollo del individuo independiente.
A veces la amenaza proviene de un monstruo o de un gigante, que también corresponde a imágenes, enormes ciegas y primitivas, de los instintos.
La imagen lunar, puede ser vista bajo la forma de un dragón, un ser arcaico, de sangre fría, un retrato de la madre primaria urobórica bajo la forma de una enorme serpiente alada.
Tal es la sensación que a menudo puede tener un niño pequeño de su madre, ya que ella aún sigue siendo la omnipotente dadora de vida y la que tiene tratos con la muerte.
Un dragón o una serpiente en el Umbral, pueden ser la personificación de cómo siente a la Luna un héroe que todavía no ha crecido.
Cuando el niño de 7 años llega a la primera cuadratura de Saturno consigo mismo, o en un adolescente de catorce que se enfrenta con la primera oposición de Saturno a su posición natal, hay un gran conflicto entre el anhelo de regresar al útero y el deseo de separarse y legar a ser un individuo. El proceso de la adolescencia, en su totalidad, refleja este conflicto y con frecuencia las crisis nerviosas y enfermedades que sufren los estudiantes reflejan esta aterradora colisión entre las necesidades lunares y las solares.
Cuando estamos luchando por liberarnos de las garras de nuestra necesidad de madre, es probable que tengamos la vivencia de ella como el dragón.
De este modo el Cruce del Umbral puede ser un reflejo de la pubertad y adolescencia, con sus conflictos familiares típicos. Como entidades solares, ya estamos lo bastante formados para saber que el tirón hacia atrás, es una especie de forma de muerte y sin embargo estamos aún poco formados para sentir que podemos enfrentarnos con esas necesidades regresivas sin que tenga lugar una violenta pelea.
Todos estamos familiarizados con el sentimiento de estar atrapados entre la necesidad de ser amados y protegidos y la necesidad de defender con lealtad nuestros propios valores. La pelea con el dragón tiene muchos niveles emocionales, y puede darse cada vez que nos vemos enfrentados con este conflicto interior.
En algunos mitos, el Cruce del Umbral no es la lucha con un dragón, sino que implica la muerte real del héroe, previa a su transformación o resurrección.
Tanto en el caso de Dionisio, como en el de Jesús, ambos son destruidos, porque solo pueden asumir su verdadera forma de redentores divinos mediante este desmembramiento ritual.
En estos relatos, el héroe se ve sometido a grandes sufrimientos, que consumen su parte mortal. Esto está visto desde una perspectiva aún más compleja que en la pelea con el dragón, aunque en el fondo, es lo mismo.
La imagen mítica de la crucifixión es uno de los símbolos más poderosos de nuestro aislamiento y nuestra alienación en la saturnina cruz de la materia.
En este caso nos hallamos desamparados, sin padres, no hay hogar adonde regresar, ni abrazo que nos consuele, ni grupo u organización que pueda servir de paliativo.
En el puro estado existencial de "yo soy" que puede decirnos mucho de porque el Sol solo emerge realmente en la mitad de la vida, cuando la persona es lo bastante fuerte y está suficientemente formada para afrontar el reto.
El problema de la soledad, que acompaña siempre a cualquier expresión individual, es el significado más profundo con el Cruce del Umbral, en el mito del héroe y reúne a nuestras mayores angustias sobre la separación y la pérdida, porque existe el riesgo de que , si emergemos, ya nadie pueda amarnos.
Por eso la crucifixión puede ser una imagen del hecho de asumir la carga del propio ser independiente, que es la primera etapa importante del viaje solar. Entonces, el héroe está equipado para perseguir el auténtico objetivo de su búsqueda, porque ha demostrado que puede valerse solo.
8) El premio o el tesoro
Con frecuencia, el tesoro que espera al héroe es literalmente oro, joyas, el agua de la vida, un reino o un gobierno, el don de la sanación o de la profecía.
Es un objetivo sumamente individual, pero siempre es algo de gran valor para el héroe, quien se esfuerza por conseguir la recompensa final, un núcleo indestructible de identidad que justifica y da valor a su existencia. El héroe y su premio son, en realidad, lo mismo.
El tesoro es el núcleo esencial del héroe, su lado divino que estuvo siempre oculto en su cuerpo mortal.
Cada situación vital en la que somos llamados a separarnos y defender nuestros propios valores y objetivos va forjando poco a poco este "Yo".
A veces el tesoro del héroe es una novia, y el final de la búsqueda es el matrimonio sagrado. El héroe divino se une plenamente a su otra mitad, su condición humana, en la forma de una mujer.
Crea entonces una dinastía, de la que descienden famosos reyes y reinas, que llevan en sus venas, sangre de los inmortales.
El héroe busca a través de su descendencia, la trascendencia y refleja así la búsqueda de la inmortalidad.
En ocasiones el premio del héroe es un elixir, que él mismo debe robar. Muchas veces este hecho genera una culpa o un miedo a las represalias, que rodea el robo del elixir.
Hay algo de ilícito en el hecho de llegar a ser uno mismo, psique implica robar algo de la psique de la masa, algo que era propiedad común del inconciente colectivo.
Cuanto más separados nos sentimos, más intensa es la vivencia de la culpa, y un profundo sentimiento de estar cancelando una deuda con la madre, la familia, la colectividad, aparece junto con cualquier acto de creación individual que nos separa de ellos.
Liberarse en la medida suficiente para trascender el círculo familiar, especialmente si los propios padres estuvieron bloqueados y fueron personas reprimidas y sofocadas, es equivalente a la lucha con el dragón, y genera culpa.
La culpa es el rostro de la sombra del altruismo y la encontraremos siempre instalada junto al impulso de redimir, que es un motivo inconcientemente poderoso en las profesiones que se basan en ayudar a los demás.
Es decir, que el robo del elixir es un profundo rito de pasaje, y una vez cumplido éste, las cosas ya no volverán a ser como antes. Solo se puede ir hacia delante, y sacar algún partido del elixir, que es, en realidad nuestra propia y valiosa peculiaridad.
Incluso, si alguna vez retrocedemos resbalando un poco y haciendo una regresión por influencia de algún tránsito de Neptuno, no podemos deshacer lo que ya está hecho, porque con la luz del sol, la fantasía de fusión, debe terminar.
El temor a la represalia es otro temor a vencer, una vez que ha robado el elixir, el héroe debe correr para salvar su vida, furiosamente perseguido por las legiones de un colérico guardián.
Tampoco esta amenaza es simple paranoia, porque el colectivo devuelve eficazmente los golpes, como se puede ver en la dinámica de las familias, cuando alguien se libera de una enmarañada unidad familiar. Esto se traduce a los grupos políticos, religiosos y profesionales, cuando uno de los miembros expresa una opinión demasiado original. O a más lejos que los demás, ya sea en el ámbito creativo o en el financiero.
El antiguo mito, se representa dentro de nosotros, hasta que nos damos cuenta, que llevamos dentro a todos los personajes.
9) Finalmente el héroe debe regresar y este retorno no es más simple que el proceso que lo llevó a partir.
Una vez más debe realizar el cruce del umbral, con el elixir, con la novia o con ambos, para reingresar en la vida ordinaria.
Como este proceso se repite continuamente en muchos niveles, este retorno, sigue a cada acto de creación de autorrealización.
Aunque a veces el retorno coincide con una época de depresión porque la realidad mundana contrasta dolorosamente con las grandes tareas interiores a que nos hemos estado entregando.
Como ejemplo, al temperamento de fuego, válido tanto para Leo como para Aries y Sagitario, este regreso a la vida ordinaria puede resultarle aburrida y es posible que el héroe, ya esté planeando su próxima búsqueda.
El signo en el que está el Sol en el momento del nacimiento es, en teoría el más básico de los factores astrológicos y se lo interpreta generalmente en el nivel del carácter.
Pero también puede decirnos mucho sobre el viaje del héroe, porque cada signo se relaciona con un conjunto determinado de figuras míticas y tiene también un regente planetario o una deidad que lo preside con su propio conjunto de historias. El regente planetario del signo solar puede darnos una visión del dios que engendra al héroe, porque este planeta describe los potenciales especiales que llevamos dentro y que debemos esforzarnos por encontrar y cultivar.
El regente o Dispositor Solar, es la deidad que nos preside, y en última instancia, el héroe y su premio son lo mismo.
Podemos contemplar el signo solar desde la perspectiva del papel que nos vemos llamados a desempeñar en la vida, y de cual es la peculiar contribución que podemos hacer si encontramos un canal individual para encauzar está energía arquetípica.
Los temas míticos que reflejan el signo solar y su regente son sumamente ricos. Describen de alguna manera algunas de las principales pautas arquetípicas subyacentes en el despliegue de la persona como individuo.
Si se tratara por ejemplo de los signos regidos por Venus: Tauro o Libra. El regente mítico es Afrodita, la diosa del Amor.
Es la diosa de una forma determinada de amor. Todas las deidades femeninas se preocupan por un tipo u otro de relaciones y afrodita preside el ámbito preciso de la belleza.
Una parte de su función es la de encarnar y presidir la creación de la belleza, la armonía y el placer.
Su amor es erótico, arraigado en el placer sensual y el deleite estético.
Los vínculos matrimoniales y los lazos familiares no le conciernen, el amor venusino no se sacrifica como el de Neptuno, y la fusión la empatía y la seguridad no le interesan.
El principio de Venus es el de darse placer y esto se puede tomar en todos los niveles posibles.
A través de Libra, Venus complace a la mente con su anhelo de un mundo armonioso y perfecto, a través de Tauro complace al cuerpo con su deseo concreto de satisfacción sensual y de belleza. Esta caprichosa diosa se esforzará por alcanzar una expresión creativa en el mundo recurriendo a los medios que correspondan a su naturaleza.
Resumido del libro "Los Luminares" Psicología del Sol y de la Luna en el horóscopo.
Seminarios de Astrología Psicológica. Liz Greene y Howard Sasportas.
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