martes, 1 de mayo de 2012

---> Lecturas Miércoles 02 de Mayo de 2012. San Atanasio ¡ruega por nosotros!

JMJ

Pax

Lectura del santo Evangelio según san Juan (12, 44-50)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, exclamó Jesús con fuerte voz:

"El que cree en , no cree en sino en aquel que me ha enviado; el que me ve a , ve a aquel que me ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, para que todo el que crea en no siga en tinieblas.

Si alguno oye mis palabras y no las pone en práctica, yo no lo voy a condenar; porque no he venido al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo.

El que me rechaza y no acepta mis palabras, tiene ya quien lo condene: las palabras que yo he hablado lo condenarán en el último día. Porque yo no he hablado por mi cuenta, sino que mi Padre, que me envió, me ha mandado lo que tengo que decir y hablar. Y yo que su mandamiento es vida eterna. Así, pues, lo que hablo, lo digo como el Padre me lo ha dicho".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te quiero, pero no te quiero ver todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesar pecados graves al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

Misal

 

Memoria de san Atanasio

Obispo y doctor de la Iglesia

Cuidaré de mis ovejas, dice el Señor

Antífona de Entrada

Cuidaré de mis ovejas, dice el Señor, y les buscaré un pastor que las apaciente, y yo, el Señorseré su Dios. Aleluya.

Oración Colecta

Oremos:

Dios todopoderoso y eternoque en el santo obispo Atanasio otorgaste a la Iglesia un insigne defensor de la divinidad de tu Hijo, concédenos, por su intercesión, crecer cada día más en tu conocimiento y en tu amor.

Por nuestro Señor Jesucristo

Amén.

 

Primera Lectura

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (12, 24—13, 5)

En aquel tiempo, la palabra del Señor cundía y se propagaba.

Cumplida su misión en Jerusalén, Saulo y Bernabé regresaron a Antioquía, llevando consigo a Juan Marcos.

Había en la comunidad cristiana de Antioquía algunos profetas y maestros, como Bernabé, Simón (apodado el "Negro"), Lucio el de CireneManahén (que se crió junto con el tetrarca Herodes) y Saulo. Un día estaban ellos ayunando y dando culto al Señor, y el Espíritu Santo les dijo: "Resérvenme a Saulo y a Bernabé para la misión que les tengo destinada". Todos volvieron a ayunar y a orardespués les impusieron las manos y los despidieron.

Así, enviados por el Espíritu Santo, Saulo y Bernabé fueron a Seleucia y zarparon para Chipre. Al llegar a Salamina, anunciaron la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor

 

Salmo Responsorial Salmo 66

Que te alaben, Señor, todos los pueblos. Aleluya.

Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelveSeñor, tus ojos a nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora.

Que te alaben, Señor, todos los pueblos. Aleluya.

Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia; con equidad juzgas a los pueblos y riges en la tierra a las naciones.

Que te alaben, Señor, todos los pueblos. Aleluya.

Que te alaben, Señor, todos los pueblos, que los pueblos te aclamen todos juntos. Que nos bendiga Dios y que le rinda honor el mundo entero.

Que te alaben, Señor, todos los pueblos. Aleluya.

 

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.

Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá la luz de la vida.

Aleluya.

 

Evangelio

Lectura del santo Evangelio según san Juan (12, 44-50)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, exclamó Jesús con fuerte voz:

"El que cree en , no cree en sino en aquel que me ha enviado; el que me ve a , ve a aquel que me ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, para que todo el que crea en no siga en tinieblas.

Si alguno oye mis palabras y no las pone en práctica, yo no lo voy a condenar; porque no he venido al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo.

El que me rechaza y no acepta mis palabras, tiene ya quien lo condene: las palabras que yo he hablado lo condenarán en el último día. Porque yo no he hablado por mi cuenta, sino que mi Padre, que me envió, me ha mandado lo que tengo que decir y hablar. Y yo que su mandamiento es vida eterna. Así, pues, lo que hablo, lo digo como el Padre me lo ha dicho".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Que el sacrificio que vamos a ofrecerte en la festividad de san Atanasionos ayude, Señor, a vivir conforme a la fe que él profesó y a obtener así la

salvación eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de los Santos I

La gloria de los santos.

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo darte gracias y deber nuestro glorificarte, Padre santoPorque tu gloria resplandece en cada uno de los santos, ya que, al coronar sus méritos,

coronas tus propios dones.

Con su vida, nos proporcionas ejemplo; ayuda, con su intercesión, y por la comunión con ellos, nos haces participar de sus bienes, para quealentados por testigos tan insignes, lleguemos victoriosos al fin de la carrera y alcancemos con ellos la corona inmortal de la gloria. Por Cristo nuestro Señor.

Por eso, con los ángelesarcángeles, y con la multitud de los santos, te cantamos un himno de alabanza, diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo…

 

Antífona de la Comunión

No sois vosotros los que me habéis elegido, dice el Señor, soy yo quien os ha elegido, para que vayáis y deis fruto y ese fruto perdure. Aleluya.

Oración después de la Comunión

Oremos:

Que tu Hijo, Jesucristo, en cuya divinidad creemos firmemente con san Atanasio nos comunique, Señor, tu propia vida por medio de este sacramento.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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Meditación diaria

 

Pascua. 4ª semana. Miércoles

ACCIONES DE GRACIAS

— El agradecimiento a Dios por todos los bienes es una manifestación de fe, de esperanza y de amor. Innumerables motivos para ser agradecidos.

— Ver la bondad de Dios en nuestra vida. La virtud humana de la gratitud.

— La acción de gracias después de la Santa Misa y de la Comunión.

I. Te daré gracias entre las naciones, Señor; contaré tu fama a mis hermanos. Aleluya1, rezamos en la Antífona de entrada de la Misa.

Constantemente nos invita la Sagrada Escritura a dar gracias a Dios: los himnos, los salmos, las palabras de todos los hombres justos están penetradas de alabanza y de agradecimiento a Dios. ¡Bendice, alma mía, a Yahvé y no olvides ninguno de sus favores!2, dice el Salmista. El agradecimiento es una forma extraordinariamente bella de relacionarnos con Dios y con los hombres. Es un modo de oración muy grato al Señor, que anticipa de alguna manera la alabanza que le daremos por siempre en la eternidad, y una manera de hacer más grata la convivencia diaria. Llamamos precisamente Acción de gracias al sacramento de la Sagrada Eucaristía, por el que adelantamos aquella unión en que consistirá la bienaventuranza eterna.

En el Evangelio vemos cómo el Señor se lamenta de la ingratitud de unos leprosos que no saben ser agradecidos: después de haber sido curados ya no se acordaron de quien les había devuelto la salud, y con ella su familia, el trabajo..., la vida. Jesús se quedó esperándolos3. En otra ocasión se duele de la ciudad de Jerusalén, que no percibe la infinita misericordia de Dios al visitarla4, ni el don que le hace el Señor al tratar de acogerla como la gallina reúne a sus polluelos bajo las alas5.

Agradecer es una forma de expresar la fe, pues reconocemos a Dios como fuente de todos los bienes; es una manifestación de esperanza, pues afirmamos que en Él están todos los bienes; y lleva al amor6 y a la humildad, pues nos reconocemos pobres y necesitados. San Pablo exhortaba encarecidamente a los primeros cristianos a que fueran agradecidos: Dad gracias a Dios, porque esto es lo que quiere Dios que hagáis en Jesucristo7, y considera la ingratitud como una de las causas del paganismo8.

"San Pablo –señala San Juan Crisóstomo– da gracias en todas sus cartas por todos los beneficios de la tierra. Démoslas también nosotros por los beneficios propios y por los ajenos, por los pequeños y por los grandes"9. Un día, cuando estemos ya en la presencia de Dios para siempre, comprenderemos con entera claridad que no solo nuestra existencia se la debemos a Él, sino que toda ella estuvo llena de tantos cuidados, gracias y beneficios "que superan en número a las arenas del mar"10. Nos daremos cuenta de que no tuvimos más que motivos de agradecimiento a Dios y a los demás. Solo cuando la fe se apaga se dejan de ver estos bienes y esta grata obligación.

"Acostúmbrate a elevar tu corazón a Dios, en acción de gracias, muchas veces al día. —Porque te da esto y lo otro. —Porque te han despreciado. —Porque no tienes lo que necesitas o porque lo tienes.

"Porque hizo tan hermosa a su Madre, que es también Madre tuya. —Porque creó el sol y la luna y aquel animal y aquella otra planta. —Porque hizo a aquel hombre elocuente y a ti te hizo premioso...

"Dale gracias por todo, porque todo es bueno"11.

II. El Señor nos enseñó a ser agradecidos hasta por los favores más pequeños: Ni un vaso de agua que deis en mi nombre quedará sin su recompensa12. El samaritano que volvió a dar gracias se marchó con un don todavía mayor: la fe y la amistad del Señor: Levántate y vete, tu fe te ha salvado, le dijo Jesús13. Los nueve leprosos desagradecidos se quedaron sin la parte mejor que les había reservado. El Señor espera de nosotros los cristianos que cada día nos acerquemos a Él para decirle muchas veces: "¡Gracias, Señor!".

Como virtud humana, la gratitud constituye un eficaz vínculo entre los hombres y revela con bastante exactitud la calidad interior de la persona. "Es de bien nacidos ser agradecidos", dice la sabiduría popular. Y si falta esta virtud se hace difícil la convivencia humana.

Cuando somos agradecidos con los demás guardamos el recuerdo afectuoso de un beneficio, aunque sea pequeño, con el deseo de pagarlo de alguna manera. En muchas ocasiones solo podremos decir "gracias", o algo parecido. En la alegría que ponemos en ese gesto va nuestro agradecimiento. Y todo el día está lleno de pequeños servicios y dones de quienes están a nuestro lado. Cuesta poco manifestar nuestra gratitud y es mucho el bien que se hace: se crea un mejor ambiente, unas relaciones más cordiales, que facilitan la caridad.

La persona agradecida con Dios lo es también con quienes la rodean. Con más facilidad sabe apreciar esos pequeños favores y agradecerlos. El soberbio, que solo está en sus cosas, es incapaz de agradecer; piensa que todo le es debido.

Si estamos atentos a Dios y a los demás, apreciaremos en nuestro propio hogar que la casa esté limpia y en orden, que alguien haya cerrado las ventanas para que no entre el frío o el calor, que la ropa esté limpia y planchada... Y si alguna vez una de estas cosas no está como esperábamos, sabremos disculpar, porque es incontablemente mayor el número de cosas gratas y favores recibidos.

Y al salir a la calle, el portero merece nuestro agradecimiento por guardar la casa, y la señora de la farmacia que nos ha proporcionado las medicinas, y quienes componen el periódico y han pasado la noche trabajando, y el conductor del autobús... Toda la convivencia humana está llena de pequeños servicios mutuos. ¡Cómo cambiaría esta convivencia si además de pagar y de cobrar lo justo en cada caso, lo agradeciéramos! La gratitud en lo humano es propio de un corazón grande.

III. Las acciones de gracias frecuentes deben informar nuestro comportamiento diario con el Señor, porque estamos rodeados de sus cuidados y favores: "nos inunda la gracia"14. Pero existe un momento muy extraordinario en el que el Señor nos llena de sus dones, y en él debemos ser particularmente agradecidos: la acción de gracias que sigue a la Misa.

Nuestro diálogo con Jesús en esos minutos debe ser particularmente íntimo, sencillo y alegre. No faltarán los actos de adoración, de petición, de humildad, de desagravio y de agradecimiento. "Los santos (...) nos han dicho repetidamente que la acción de gracias sacramental es para nosotros el momento más precioso de la vida espiritual"15.

En esos momentos debemos cerrar la puerta de nuestro corazón para todo aquello que no sea el Señor, por muy importante que pueda ser o parecer. Unas veces nos quedaremos a solas con Él y no serán necesarias las palabras; nos bastará saber que Él está allí, en nuestra alma, y nosotros en Él. Bastará poco para estar hondamente agradecidos, contentos, experimentando la verdadera amistad con el Amigo. Allí cerca están los ángeles, que le adoran en nuestra alma... En ese momento el alma es lo más semejante al Cielo en este mundo. ¿Cómo vamos a estar pensando en otras cosas...?

En otras ocasiones echaremos mano de esas oraciones que recogen los devocionarios, que han alimentado la piedad de generaciones de cristianos durante muchos siglos: Te Deum, Trium puerorum, Adoro te devote, Alma de Cristo..., y otras muchas, que los santos y los buenos cristianos que han amado de verdad a Jesús Sacramentado nos han dejado como alimento de nuestra piedad.

"El amor a Cristo, que se ofrece por nosotros, nos impulsa a saber encontrar, acabada la Misa, unos minutos para una acción de gracias personal, íntima, que prolongue en el silencio del corazón esa otra acción de gracias que es la Eucaristía. ¿Cómo dirigirnos a Él, cómo hablarle, cómo comportarse?

"No se compone de normas rígidas la vida cristiana (...). Pienso, sin embargo, que en muchas ocasiones el nervio de nuestro diálogo con Cristo, de la acción de gracias después de la Santa Misa, puede ser la consideración de que el Señor es, para nosotros, Rey, Médico, Maestro, Amigo"16.

Rey, porque nos ha rescatado del pecado y nos ha trasladado al reino de la luz. Le pedimos que reine en nuestro corazón, en las palabras que pronunciemos en ese día, en el trabajo que le hemos ofrecido, en nuestros pensamientos, en cada una de nuestras acciones.

En la Comunión vemos a Jesús como Médico, y junto a Él encontramos el remedio de todas nuestras enfermedades. Acudimos a la Comunión como se llegaban a Él los ciegos, los sordos, los paralíticos... Y no olvidamos que tenemos en nuestra alma, a nuestra disposición, la Fuente de toda vida. Él es la Vida.

Jesús es el Maestro, y reconocemos que Él tiene palabras de vida eterna..., y en nosotros ¡existe tanta ignorancia! Él enseña sin cesar, pero debemos estar atentos. Si estuviéramos con la imaginación, la memoria, los sentidos dispersos... no le oiríamos.

En la Comunión contemplamos al Amigo, el verdadero Amigo, del que aprendemos lo que es la amistad. A Él le contamos lo que nos pasa, y siempre encontramos una palabra de aliento, de consuelo... Él nos entiende bien. Pensemos que está con la misma presencia real con la que se encuentra en el Cielo, que le rodean los ángeles... En ocasiones pediremos ayuda a nuestro Ángel Custodio: "Dale gracias por mí, tú lo sabes hacer mejor". Ninguna criatura como la Virgen, que llevó en su seno durante nueve meses al Hijo de Dios, podrá enseñarnos a tratarle mejor en la acción de gracias de la Comunión. Acudamos a Ella.

1 Antífona de entrada. Sal 17, 50; 21, 23. — 2 Sal 102, 2. — 3 Cfr. Lc 17, 11 ss. — 4 Cfr. Lc 19, 44. — 5 Cfr. Mt 23, 37. — 6 Cfr. Santo Tomás, Suma Teológica, 2-2, q. 101, a. 3. — 7 1 Tes 5, 18. — 8 Cfr. Rom 1, 18-32. — 9 San Juan Crisóstomo, Homilías sobre San Mateo, 25, 4. — 10 Ibídem. — 11 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 268. — 12 Mt 10, 42. — 13 Lc 17, 19. — 14 Ch. Journet, Charlas acerca de la gracia, Madrid 1979, p. 17. — 15 R. Garrigou-Lagrange, Las tres edades de la vida interior, Palabra, 4ª ed., Madrid 1982, vol. I, p. 489. — 16 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 92.

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Santoral             (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

San Atanasio

 

Atanasio, nombre que significa "inmortal", nació en Egipto, en la ciudad de Alejandría, en el año 295. Llegado a la adolescencia, estudió derecho y teología. Se retiró por algún tiempo a un yermo para llevar una vida solitaria y allí hizo amistad con los ermitaños del desierto; cuando volvió a la ciudad, se dedicó totalmente al servicio de Dios.

Era la época en que Arrio, clérigo de Alejandría, confundía a los fieles con su interpretación herética de que Cristo no era Dios por naturaleza.

Para considerar esta cuestión se celebró un concilio (el primero de los ecuménicos) en Nicea, ciudad del Asia Menor. Atanasio, que era entonces diácono, acompañó a este concilio a Alejandro, obispo de Alejandría, y con su doctrina, ingenio y valor sostuvo la verdad católica y refutó a los herejes y al mismo Arrio en las disputas que tuvo con él.

Cinco meses después de terminado el concilio con la condenación de Arrio, murió san Alejandro, y Atanasio fue elegido patriarca de Alejandría. Los arrianos no dejaron de perseguirlo y apelaron a todos los medios para echarlo de la ciudad e incluso de Oriente.

Fue desterrado cinco veces y cuando la autoridad civil quiso obligarlo a que recibiera de nuevo en el seno de la Iglesia a Arrio, excomulgado por el concilio de Nicea y pertinaz a la herejía, Atanasio, cumpliendo con gran valor su deber, rechazó tal propuesta y perseveró en su negativa, a pesar de que el emperador Constantino, en 336, lo desterró a Tréveris.

Durante dos años permaneció Atanasio en esta ciudad, al cabo de los cuales, al morir Constantino, pudo regresar a Alejandría entre el júbilo de la población. Inmediatamente renovó con energía la lucha contra los  arrianos y por segunda vez, en 342, tuvo que emprender el camino del destierro que lo condujo a Roma.

Ocho años más tarde se encontraba de nuevo en Alejandría con la satisfacción de haber mantenido en alto la verdad de la doctrina católica. Pero llegó a tanto el encono de sus adversarios, que enviaron un batallón para prenderlo. Providencialmente, Atanasio logró escapar y refugiarse en el desierto de Egipto, donde le dieron asilo durante seis años los anacoretas, hasta que pudo volver a reintegrarse a su sede episcopal; pero a los cuatros meses tuvo que huir de nuevo. Después de un cuarto retorno, se vio obligado, en el año 362, a huir por quinta vez. Finalmente, pasada aquella furia, pudo vivir en paz en su sede.

San Atanasio es el prototipo de la fortaleza cristiana. Falleció el 2 de mayo del año 373. Escribió numerosas obras, muy estimadas, por las cuales ha merecido el honroso título de doctor de la Iglesia. 

Otros Santos cuya fiesta se celebra hoy: Fiesta de María Reparadora. Santos: Félix, Flaminia, Saturnino, Germán, Celestino, Exuperio, Ciriaco, Teódulo, Florencio, Eugenio, Longinos, Zoe, mártires; Antonino Pierozzi, confesor; Daniel, monje

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José María Rubio y Peralta, Santo Apóstol de Madrid, Mayo 2  

José María Rubio y Peralta, Santo

Apóstol de Madrid

Andaluz de nacimiento, pero madrileño de adopción, José María Rubio Peralta, más conocido como el Padre Rubio, nació en el almeriense pueblo de Dalías en 1864. Desde su más tierna infancia destaca por su humildad, sencillez, amor a Jesús, capacidad de sacrificio, sufrimiento, obediencia… Sencillo y callado, cursó sus estudios de seminarista en Granada y Madrid, donde fue ordenado sacerdote. Su primera misa la celebró en el altar de la Virgen de la Consolación, en la actual iglesia de San Isidro. Como sacerdote diocesano, desempeñó su ministerio como coadjutor en Chinchón, y párroco en Estremera.
La obediencia marcaría gran parte de su vida, siguiendo el lema "Hacer lo que Dios quiere, querer lo que Dios hace". Eso le llevó a 'posponer' su vocación jesuítica hasta la muerte de su mentor, a ser profesor en el Seminario madrileño, a obtener el doctorado en Derecho Canónico, o a ser capellán de las Madres Bernardas. Ingresa en el seminario jesuítico de Granada con 42 años.
Espíritu de sacrificio, generosidad y pobreza son algunas de las características de este sacerdote para quienes los pobres eran sus mejores amigos.

¿Cuáles fueron las claves espirituales en la vida del P. Rubio?

"Hacer lo que Dios quiere, querer lo que Dios hace" es la consigna que marca su vida, caracterizada por la obediencia y la entrega total a Dios: como sacerdote primero, y como jesuita después. Su amor a Jesús le lleva a una intensa actividad pastoral: confiesa, predica, acompaña espiritualmente, predica misiones populares, da catequesis, sobre todo a niños y a jóvenes en Cuatro Caminos, Puente de Vallecas, el Matadero, organiza escuelas dominicales en Mesón de Paredes, acerca Jesús a "los traperos" … Atiende a las Madres Bernardas como su capellán, a las Marías de los Sagrarios de Madrid, congregación fundada por él antes de su muerte, a las Damas Apostólicas del Sagrado Corazón, en cuya fundación participa…
Ese amor a Jesús le lleva a desarrollar

José María Rubio y Peralta, Santo

una acción social imparable, que le valió el nombre de 'padre de los pobres' y el título póstumo de "Apóstol de Madrid". Desprendido y generoso, entrega su dinero, su ropa, su comida, su propio tiempo… Es un prodigio en caridad. Atiende y cuida a los enfermos, ayuda a los pobres, visita a barrios como La Ventilla, Entrevías… para llevar a Jesús e impulsar mediante voluntarios la creación de escuelas y la atención y ayuda a niños, jóvenes, adultos, enfermos, obreros…
Muestra del gran amor que Madrid tenía por este 'santo' fue la manifestación de dolor que se produjo al conocer la noticia de su muerte, acaecida en Aranjuez, en el año 1929, y la gran afluencia de fieles que veneraron sus restos cuando fueron trasladados al claustro de la actual iglesia de los jesuitas en la calle Serrano, en 1953.

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Fuente: OsaNet.org
Guillermo Tirry, Beato Mártir, Mayo 2  

Guillermo Tirry, Beato

Nacido en la ciudad de Cork (Irlanda) en el seno de una familia de comerciantes profundamente católica, de la que procedía un tío obispo con el mismo nombre, entró en la Orden de San Agustín, estudiando en Valladolid, París y Bruselas. Por obediencia a las decisiones de sus superiores, regresó a Irlanda algunos años antes del comienzo del levantamiento del Ulster (1641). En 1646 fue nombrado secretario del Padre provincial Driscoll, y en 1649 prior del convento de Skreen. Tras la llegada de Cromwell, que le hizo imposible el ejercicio de este oficio, sirvió a Fethard (Tipperary) como preceptor, ejerciendo ocultamente el ministerio sacerdotal.

Traicionado por cinco libras esterlinas, fue capturado mientras se encontraba revestido con los ornamentos sagrados en la mañana del sábado santo de 1654. A la vez le encontraron algunos escritos en defensa de la fe católica. Inmediatamente fue conducido a la cárcel de Clonmel, y aunque se le ofreció la libertad a cambio de la adhesión a la doctrina de la reforma anglicana, todo fue inútil. El tribunal lo acusó de traición en virtud de las normas proclamadas el 6 de enero de 1653 que prohibían a los sacerdotes la permanencia en el país. En su defensa respondió que en los asuntos temporales reconocía el gobierno, pero no en los espirituales, en que seguía lo que su conciencia le dictaba, acatando sólo las órdenes de sus superiores religiosos y del Papa. Después de alguna indecisión, el tribunal, presionado por los militares, lo declaró culpable, condenándolo a ser "colgado por el cuello hasta que le llegase la muerte".

Para la ejecución Tirry vistió el hábito agustiniano. En el camino hacia la colina junto a Fethard en que debía llevarse a efecto la sentencia, con una cadena en las muñecas y una cuerda al cuello, exhortó a la multitud reunida a mantener su fe religiosa y su fidelidad al Papa. Ya en el patíbulo, después de haber perdonado a quienes le habían vendido y haber rezado por ellos, pidió perdón de sus pecados, suplicando la absolución de algún sacerdote, si por casualidad se encontraba entre el gentío que asistía a la escena. Suponía que el P. O'Driscoll le estaba escuchando, como así era, mezclado con el público presente.

Murió ahorcado en 1654, el 2 de mayo según el calendario juliano, 12 del gregoriano, seguido en la mayor parte de Europa.

Fue beatificado por Juan Pablo II el 27 de septiembre de 1992 junto a otros 16 mártires irlandeses sacrificados entre 1579 y 1654.

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Wiborada de San Gallo, Santa Virgen y Mártir, Mayo 2  

Wiborada de San Gallo, Santa

Nacida en el siglo IX en Klingna, Aargau. Miembro de la nobleza Suavia.

Su hermano Hatto fue sacerdote y preboste de la iglesia de San Magno.

Widoroba convirtió su casa en un hospital para la gente pobre que le llevaba su hermano.

En un peregrinaje a Roma, ingresó al monasterio Benedictino de San Gallo, donde trabajó como encuadernadora, ocupándose de bordar y ornar las telas destinadas a cubrir los numerosos y suntuosos manuscritos que poseía este monasterio.

Luego de unos años su vida anacoreta retirandose del monasterio para vivir cerca de la una iglesia que atendia su hermano.

Famosa por su austeridad y su don de profesía. Una de las profesías más famosas fue en la que se anticipó a la invasión hungara a la región, lo que permitió escapar a los monjes y religiosas de San Gallo y San Magno, pero ella se nego a abandonar su celda.

Tan pronto como los bárbaros partieron, Wiborada fue encontrada muerta en su celda, destrozada la cabeza por tres golpes de hacha y bañada en sangre. Era el año 926.

Fue canonizada por el Papa Clemente II en el año 1047, siendo la primera mujer oficialmente canonizada por el Vaticano.

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Nicolás Hermansson, Beato Obispo, 2 de mayo  

Nicolás Hermansson, Beato

Obispo

Martirologio Romano: En Linköping, en Suecia, beato Nicolás Hermansson, obispo, el cual, exigente consigo mismo, se entregó totalmente a su Iglesia y a los pobres, y recibió la custodia de las reliquias de Santa Brígida (1391).

Etimológicamente: Nicolás = Aquel que es vencedor por el pueblo, es de origen griego.

 

Nicolás (Nils) Hermansson fue un destacado obispo y poeta de la Suecia medieval, estrechamente asociado con el Santa Brígida. Nicolás nació un Skanninge (Ostergotland). Temprano en la vida decidió ser un sacerdote. Estudió en París y Orleans; en su retorno a Suecia en 1358 fue canónigo en Linköping y Uppsala. En 1361 era al mismo tiempo archi-diácono y vicario general de la antigua e importante diócesis de Linköping, misma que administró durante la ausencia de su obispo. En 1374 fue elegido obispo de Linköping, cargo en el que lo ratificó el Papa Gregory XI, pero por la oposición del Rey Alberto no pudo tomar posesión hasta 1375.

Nicolás siempre tuvo una alta reputación. Severo consigo mismo, estaba totalmente consagrado a la Iglesia y a los pobres. Activo en su trabajo pastoral, visitó todas las parroquias de su diócesis, promoviendo la dignidad de culto y la moralidad en el clero. Era un predicador incansable, siempre accesible al creyente. Visitaba frecuentemente los monasterios, sobre todo el que Santa Brígida estaba fundando en Vadstena. Fue Nicolás quien presidió el entierro de Santa Brígida en Vadstena en 1374 y quien bendijo el monasterio en 1384. También ayudó substancialmente en su proceso de canonización que se completó en 1391. Él era un fiel devoto de los santos suecos; revivió el culto a
San Oscar, el apóstol de Suecia, tenía una devoción especial por San Sigfrido y San Botvido (28 julio). También era poeta litúrgico, escribió los himnos para el oficio de Santa Brigida cuyas Revelaciones él usó como una llamada al arrepentimiento y renovación. Colaboró en cuanto fuera necesario para resistir la opresión abusiva de los reyes, llegando incluso a excomulgar a Alberto y Haakon VI.

Nicolás murió el 2 de mayo de 1391. La fama de su santidad se extendió por toda la Escandinavia, y pronto se comenzaron a reportar milagros al pie de su tumba en la catedral de Linköping. Éstos acontecimientos serían registrados en 1402. En 1414 todo el episcopado sueco solicitó al cardenal Baldassare Cosa (el antipapa Juan XXIII) las canonizaciones de Brinolf de Skara, Ingrid de Skanning, y Nicolás de Linköping. El Concilio de Constanza autorizó la apertura del proceso de la canonización. El proceso formal sobre su vida y milagros fue sustentado en Linköping y Vadstena; es interesante y particular el analizar las virtudes de Nicolás y la vida religiosa en Suecia en momentos en que se vivía el Cisma de Occidente, mismo que terminó en 1417 con la elección de Martin V quien depuso a sus predecesores sismáticos. El Papa Martin V confirmó el trabajo de la comisión para la canonización de Nicolás, pero el proceso nunca se finalizó formalmente. El traslado solemne de sus reliquias tuvo lugar en Linköping en 1515. Posteriormente en 1523 el obispo autorizó la impresión del Oficio y Misa. Su festividad era anteriormente el 24 de julio pero se ha restaurado recientemente a la fecha de su muerte: 2 de mayo.

Nicolás no ha sido canonizado todavía formalmente, sería apropiado orar para que pueda darse la culminación de su proceso. Su culto y memoria deben ser una inspiración para la Iglesia Católica en Suecia, muy herida por la reforma protestante y sus consecuencias, pero que ha experimentado un pequeño pero significativo resurgir.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net

 

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