JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 7, 6.12-14
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"No den lo santo a los perros ni echen sus perlas a los cerdos; no sea que las pisoteen, se enfrenten a ustedes y los destrocen.
Así pues, traten a los demás como ustedes quieren que ellos los traten, porque en esto consisten la ley y los profetas.
Entren por la puerta estrecha, porque es ancha la puerta y amplio el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por él. En cambio es estrecha la puerta y angosto el camino que lleva a la vida, y son pocos los que lo encuentran".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te quiero, pero no te quiero ver todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesar pecados graves al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
mar 12a. Ordinario año Par
Antífona de Entrada
Piedad de mí, Señor, que a ti te estoy llamando todo el día, porque tú, Señor, eres bueno y clemente, rico en misericordia con los que te invocan.
Oración Colecta
Oremos:
Dios todopoderoso, de quien procede todo bien, siembra en nuestros corazones el amor de tu nombre, para que, haciendo más religiosa nuestra vida, aumentes el bien en nosotros y con solicitud amorosa lo conserves.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Protegeré esta ciudad y la salvaré, por ser yo quien soy y por David mi siervo
Lectura del segundo libro de los Reyes 19, 9b-11.14-21.31-35a.36
En aquellos días, Senaquerib, rey de Asiria, envió mensajeros a Ezequías para decirle:
"Así dirán a Ezequías, rey de Judá: Que tu Dios, en quien confías, no te engañe diciéndote: "Jerusalén no caerá en manos del rey de Asiria". Sabes bien que los reyes de Asiria han exterminado a todos los países, y ¿vas a librarte tú?"
Ezequías tomó la carta que traían los mensajeros y la leyó; después subió al templo, la desenrrolló ante el Señor y oró así:
"Señor, Dios de Israel, que te sientas sobre los querubines, tú eres el Dios de todos los reinos de la tierra, tú has hecho el cielo y la tierra. Inclina, Señor, tu oído y escucha; abre, Señor, tus ojos y mira. Escucha las palabras con que Senaquerib ha insultado al Dios vivo. Es verdad, Señor, que los reyes de Asiria han asolado otros pueblos y otras tierras, y han quemado a sus dioses, porque no eran dioses, sino madera o piedra modeladas por el hombre; por eso los han destruido. Te suplico Señor, Dios nuestro, que nos libres de su poder, para que todos los reinos de la tierra conozcan que tú, Señor, eres el único Dios".
Entonces Isaías, hijo de Amós, mandó a decir a Ezequías:
"Así dice el Señor, Dios de Israel: He escuchado tu plegaria ante la amenaza de Senaquerib, rey de Asiria. Esta es la palabra que el Señor pronuncia contra él: Te desprecia y se burla de ti, la virgen de Sión; Jerusalén a tus espaldas menea la cabeza; porque quedará un resto en Jerusalén y sobrevivientes en el monte Sión. Así lo realizará el Señor. Por eso, así dice el Señor acerca del rey de Asiria:
No entrará en esta ciudad ni la alcanzará con sus flechas, ni la cercará con sus escudos ni levantará terraplenes contra ella. Regresará por donde vino y no entrará en esta ciudad. Palabra del Señor. Yo la protegeré y la salvaré, en atención a mí mismo y a mi siervo David".
Aquella misma noche, el ángel del Señor vino al campamento asirio e hirió a ciento ochenta y cinco mil hombres. Senaquerib, rey de Asiria, levantó el campamento, se fue a Nínive y se quedó allí.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Sal 47, 2-3a,3b-4.10-11
Grande es el Señor.
Grande es el Señor y digno de toda alabanza, en la ciudad de nuestro Dios, en su santo monte, altura hermosa, alegría de toda la tierra.
Grande es el Señor.
El monte Sión, la morada de Dios, la capital del gran rey. Entre sus palacios, Dios se manifiesta como segura defensa.
Grande es el Señor.
Recordamos tu amor, oh Dios, en medio de tu templo; como tu fama, así, oh Dios, tu alabanza llega hasta los extremos de la tierra. Tus acciones muestran tu fidelidad.
Grande es el Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, Aleluya.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá la luz de la vida.
Aleluya.
Evangelio
Traten a los demás como quieren que ellos los traten a ustedes
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 7, 6.12-14
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"No den lo santo a los perros ni echen sus perlas a los cerdos; no sea que las pisoteen, se enfrenten a ustedes y los destrocen.
Así pues, traten a los demás como ustedes quieren que ellos los traten, porque en esto consisten la ley y los profetas.
Entren por la puerta estrecha, porque es ancha la puerta y amplio el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por él. En cambio es estrecha la puerta y angosto el camino que lleva a la vida, y son pocos los que lo encuentran".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Esta ofrenda, Señor, nos atraiga siempre tu bendición salvadora, para que se cumpla por tu poder lo que celebramos en estos misterios.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
La salvación por Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Que por amor creaste al hombre, y, aunque condenado justamente, lo redimiste por tu misericordia, por Cristo, Señor nuestro.
Por él,
los ángeles y los arcángeles y todos los coros celestiales celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza:
Antífona de la Comunión
¡Qué bondad tan grande, Señor, reservas para tus fieles!
Oración después de la Comunión
Oremos:
Saciados con el pan del cielo, te pedimos, Señor, que el amor con que nos alimentas fortalezca nuestros corazones y nos mueva a servirte en nuestros hermanos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
Misa Votiva de San Josemaría Escrivá
Antífona de entrada
Os daré pastores conforme a mi corazón que os apacienten con ciencia y experiencia.
Oración Colecta
Señor y Dios nuestro, que elegiste a San Josemaría, presbítero, para anunciar en la iglesia la vocación universal a la santidad y al apostolado; concédenos, por su intercesión y su ejemplo, que, realizando fielmente el trabajo cotidiano según el Espíritu de Cristo, seamos configurados a tu Hijo, y en unión con la Santísima Virgen María, sirvamos con ardiente amor a la obra de la Redención.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Oración sobre las Ofrendas
Recibe, Padre santo, estos dones, que te ofrecemos en la conmemoración de San Josemaría; concédenos que, por esta renovación sacramental del sacrificio de la cruz, sean santificadas todas nuestras obras.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Antífona de la Comunión
El hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino parar servir y dar su vida en rescate por muchos.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Concédenos, Señor, que este sacramento que hemos recibido en la conmemoración de San Josemaría fortalezca en nosotros el espíritu de hijos adoptivos, y que, cumpliendo tu voluntad en todo, recorramos con alegría el camino de nuestra vocación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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† Meditación diaria
12ª semana. Martes
LA SENDA ESTRECHA
— El camino que conduce al Cielo es estrecho. Templanza y mortificación.
— Necesidad de la mortificación. Lucha contra la comodidad y el aburguesamiento.
— Algunos ejemplos de templanza y de mortificación.
I. Mientras iban de camino hacia Jerusalén, uno le preguntó: Señor, ¿son pocos los que se salvan?1. Jesús no le contestó directamente, sino que le dijo: Esforzaos por entrar por la puerta estrecha, porque muchos, os digo, intentarán entrar y no podrán. Y en el Evangelio de la Misa de hoy San Mateo nos ha dejado esta exclamación del Señor: ¡Qué angosta es la puerta, y qué estrecha la senda que conduce a la vida, y qué pocos son los que atinan con ella!2.
La vida es como un camino que acaba en Dios, un camino corto. Importa sobre todo que, al llegar, se nos abra la puerta y podamos entrar: "caminamos peregrinos hacia la consumación de la historia humana. Dice el Señor: Vengo presto y conmigo mi recompensa, para dar a cada uno según sus obras... (Apoc 22, 12-13)"3.
Dos sendas, dos actitudes en la vida. Buscar lo más cómodo y placentero, regalar el cuerpo y huir del sacrificio y de la penitencia; o bien, buscar la voluntad de Dios aunque cueste, tener los sentidos guardados y el cuerpo sujeto. Vivir como peregrinos que llevan lo justo y se entretienen poco en las cosas porque van de paso, o quedar anclados en la comodidad, el placer o los bienes temporales utilizados como fines y no como simples medios.
Un camino conduce al Cielo; el otro, a la perdición, y son muchos los que andan por él. Con frecuencia nos hemos de preguntar por dónde caminamos nosotros y a dónde vamos. ¿Nos dirigimos derechamente al Cielo, aunque no falten derrotas y flaquezas? ¿Es el camino estrecho por el que andamos? ¿Vivimos habitualmente la templanza y la mortificación, pequeños sacrificios, pequeños pero reales? ¿A dónde vamos nosotros? ¿Cuál es realmente el fin de nuestros actos?
"Si miramos las cosas, no como una pura teoría, sino con referencia a la vida, quizá sea posible entenderlo mejor. Si un universitario quiere ser médico no se matricula en Filología Románica... En realidad, si un estudiante se matricula en Filología Románica está demostrando que lo que de verdad quiere es ser filólogo, no médico, a pesar de cuanto se diga (...). Y ello es así porque cuando se quiere algo hay que elegir los medios adecuados (...). Si uno quiere ir a su propio hogar y deliberadamente elige el camino que conduce a la casa de su enemigo, lo que sin duda está queriendo es ir a donde, según dice, no desea"4. Y si diera la razón de que ha elegido ese determinado camino porque es más cómodo, entonces lo que de verdad le importa es el camino, no el fin al que este le conduce.
Muchos viven persiguiendo fines inmediatos, sin orientar su vida al fin último, Dios, que debe determinarlo todo. Pero no olvidemos que, para conseguirlo, "cada día un poco más –igual que al tallar una piedra o una madera–, hay que ir limando asperezas, quitando defectos de nuestra vida personal, con espíritu de penitencia, con pequeñas mortificaciones (...)"5.
II. El hombre tiende a ir por la senda ancha, aunque posea pocos bienes, y por el camino cómodo de la vida. Prefiere también una puerta ancha, que no conduce al Cielo: con frecuencia se abalanza sin medida sobre las cosas, sin regla ni templanza.
La senda que nos señala el Señor es alegre, pero es, a la vez, de cruz y de sacrificio, de templanza y de mortificación. Si alguno quiere venir en pos de mí, que tome su cruz, cada día, y me siga6. Si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere lleva mucho fruto7.
Nos es necesaria la templanza en esta vida para poder entrar en la otra. Se nos pide a los cristianos estar desprendidos de los bienes que tenemos y usamos, evitar la solicitud desmedida, prescindir de lo superfluo y, en lo necesario, poner mortificación, que garantiza la rectitud de intención. No podemos ser como esos hombres que "parecen guiarse por la economía, de tal manera que casi toda su vida personal y social está como teñida de cierto espíritu materialista"8. Ponen los medios materiales como fin de sus vidas; piensan que su felicidad está en ellos y se llenan de ansiedad por adquirirlos, olvidando fácilmente que su vida es un camino hacia Dios. Solo eso: un camino hacia Dios. Estad vigilantes, nos previene el Señor, no sea que se emboten vuestros corazones por la crápula, la embriaguez y las preocupaciones de la vida9. Tened ceñidos vuestros lomos y encendidas las lámparas y sed como hombres que esperan a su amo de vuelta de las bodas10.
En la senda ancha de la comodidad, el confort y la falta de mortificación, las gracias que Dios nos da quedan agostadas y sin fruto. Ocurre como con la semilla caída entre espinas: se ahoga a causa de las preocupaciones, riquezas y placeres y no llega a dar fruto11. La sobriedad, por el contrario, facilita el trato con Dios, pues "con el cuerpo pesado y harto de mantenimiento, muy mal aparejado está el ánimo para volar a lo alto"12.
Nos dirigimos a Dios deprisa, y lo único verdaderamente importante es no equivocar el camino. ¿Estamos nosotros en el camino bueno, el del sacrificio y la penitencia, el de la alegría y la entrega a los demás? ¿Luchamos decididamente, con obras, contra los deseos de comodidad que continuamente nos acechan?
III. En medio de un ambiente con frecuencia materialista, la templanza es de gran eficacia apostólica. Es uno de los ejemplos más atrayentes de la vida cristiana. Donde quiera que nos encontremos debemos de esforzarnos para dar siempre ese ejemplo, que se manifestará con sencillez en nuestro comportamiento. Para muchos, la ejemplaridad de un cristiano ha sido el comienzo de un verdadero encuentro con el Señor.
Una vida sobria es una vida mortificada y alegre. La mortificación la encontraremos frecuentemente en cosas pequeñas que mantienen el cuerpo sujeto a la razón y disponen al alma para entender las cosas de Dios. Así, la mortificación interior, por una parte, lleva al control de la imaginación y de la memoria, alejando pensamientos y recuerdos inútiles o inconvenientes; y se manifiesta también en la mortificación de la lengua: evitando, por ejemplo, conversaciones inútiles y frívolas, murmuraciones, etc.
Para caminar por la senda estrecha de la templanza hemos de practicar también la mortificación de los sentidos externos: la vista, el oído, el gusto... "Al cuerpo hay que darle un poco menos de lo justo. Si no, hace traición"13. Un poco menos de lo justo en comodidad, en caprichos, etc. Mortificaciones, en fin, en nuestra vida de cada día: "en el trabajo intenso, constante y ordenado; sabiendo que el mejor espíritu de sacrificio es la perseverancia por acabar con perfección la labor comenzada; en la puntualidad, llenando de minutos heroicos el día; en el cuidado de las cosas, que tenemos y usamos; en el afán de servicio, que nos hace cumplir con exactitud los deberes más pequeños; y en los detalles de caridad, para hacer amable a todos el camino de santidad en el mundo: una sonrisa puede ser, a veces, la mejor muestra de nuestro espíritu de penitencia..."14.
La senda estrecha pasa por todas las actividades del cristiano: desde las comodidades del hogar, hasta el uso de los instrumentos de trabajo y el modo de divertirse. En el descanso, por ejemplo, no es preciso realizar grandes gastos, ni dedicar excesivas horas al deporte en perjuicio de otros quehaceres. También da ejemplo de austeridad y de templanza quien sabe hacer uso moderado de la televisión y, en general, de los instrumentos de confort que ofrece la técnica.
El camino estrecho es seguro y es amable. Y en medio de esa vida, que tiene un cierto tono austero y sacrificado, encontramos la alegría, porque la "Cruz ya no es un patíbulo, sino el trono desde el que reina Cristo. Y a su lado, su Madre, Madre nuestra también. La Virgen Santa te alcanzará la fortaleza que necesitas para marchar con decisión tras los pasos de su Hijo"15.
1 Lc 13, 23. — 2 Mt 7, 14. — 3 Conc. Vat. II, Const. Gaudium et spes, 45. — 4 F. Suárez, La puerta angosta, Rialp, 9ª ed., Madrid 1985, pp. 37-38. — 5 Cfr San Josemaría Escrivá, Forja, n. 403. — 6 Lc 9, 23. — 7 Jn 12, 24. — 8 Conc. Vat. II, loc. cit., 63. — 9 Lc 21, 34. — 10 Lc 12, 35. — 11 Lc 8, 14. — 12 San Pedro de Alcántara, Tratado de la oración y la meditación, II, 3. — 13 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 196. — 14 ídem, Carta, 24-III-1930. — 15 ídem, Amigos de Dios, 141.
26 de junio
SAN JOSEMARÍA ESCRIVÁ*
Memoria
— Llamada universal a la santidad.
— Filiación divina. Omnia in bonum!
— Apostolado. Trascendencia de nuestra vida.
I. Os daré pastores conforme a mi corazón, que os apacentarán con ciencia y experiencia (Antífona de entrada).
El Señor ha querido dar a su Iglesia a San Josemaría como un buen pastor conforme a su corazón, para recordar a todos los hombres que somos llamados por Dios a ser santos, a una amistad creciente con Él. Esta cercanía con el Señor se traduce en un deseo ardiente de acercar a muchos a Cristo, para que le amen y le sirvan en la entraña misma de la sociedad. A todos nos pide Dios convertir nuestras ocupaciones ordinarias en medio y camino que nos lleve a Él: la familia, el trabajo, la amistad, el deporte, el dolor y la enfermedad, los éxitos y los fracasos... Del mismo modo, nos pide el Señor a todos señalar el camino de santidad a otros, con el ejemplo y la palabra. Este fue el mensaje fundamental de este Santo sacerdote, fundador del Opus Dei.
El que escribe estas líneas pudo oír de sus labios comentar aquel mandato del Señor: Sed, pues, perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto1. Nos decía, con una convicción profunda, que Dios nos quería santos no a pesar del trabajo en medio del mundo, de las dificultades..., sino a través de esas realidades. Nos inculcaba que para todos, cada uno según sus propias circunstancias, tiene el Señor grandes planes. El Maestro llama a la santidad sin distinción de edad, profesión, raza o condición social. Todos podemos y debemos ser seguidores de Cristo, con una llamada personal y única. Dios nos escogió para ser santos y sin mancha en su presencia2.
Esta doctrina de la llamada universal de todos los bautizados a la santidad y a la santificación del trabajo profesional en la vida ordinaria, fue, por inspiración divina, uno de los puntos centrales de su mensaje espiritual. Volvió a recordar en nuestro tiempo que el cristiano, por su Bautismo, está llamado a la plenitud de la vida cristiana.
El Concilio Vaticano II declaró para toda la Iglesia esta "vieja y nueva" doctrina evangélica: "Todos los fieles, cualesquiera que sean su estado y condición, están llamados por Dios, cada uno en su camino, a la perfección de la santidad, por la que el mismo Padre es perfecto"3. Todos y cada uno de los fieles. Nosotros y quienes nos rodean.
Llama el Señor a los cristianos que están en medio del mundo en plena ocupación profesional, para que allí le encuentren, realizando aquella tarea según el espíritu de Jesucristo; es decir, con perfección humana y, a la vez, con sentido sobrenatural: ofreciéndola a Dios, viviendo la caridad con las personas que tratan, con espíritu de servicio..., y así contribuir a la santificación del mundo.
Hoy podemos preguntarnos en nuestra oración ante el Señor si le damos gracias con frecuencia por esta llamada a seguirle de cerca, si estamos correspondiendo a las gracias recibidas mediante una lucha ascética clara y vibrante por adquirir las virtudes, si estamos vigilantes para rechazar todo aburguesamiento, que enflaquece los deseos de santidad y deja el alma sumida en la mediocridad espiritual y en la tibieza. No basta con querer ser buenos; el Señor nos pide que nos esforcemos decididamente por ser santos. Hoy puede ser un buen día para recomenzar en nuestro camino hacia el Señor.
II. Sabemos que todas las cosas cooperan para el bien de los que aman a Dios4, leemos en la segunda lectura de su Misa.
El sentido de la filiación divina nos ayuda a descubrir que todos los acontecimientos de nuestra vida son dirigidos, o permitidos para nuestro bien, para nuestra santidad, por la amabilísima Voluntad de Dios. Él, que es nuestro Padre, nos concede lo que más nos conviene y espera que sepamos ver su amor paternal tanto en los acontecimientos favorables como en los adversos. Este espíritu de confianza en Dios, de filiación, estuvo siempre en el núcleo de las enseñanzas de San Josemaría, "el santo de lo normal", como lo calificó Juan Pablo II.
El que ama a Dios con obras sabe que, pase lo que pase, todo será para bien, si no busca más que la gloria de Dios. Y, precisamente porque ama, pone los medios para que el resultado sea bueno. Y, después, se abandona en Dios y descansa en su providencia amorosa. Ante los acontecimientos en los que nada podemos hacer, diremos en la intimidad de nuestro corazón: Omnia in bonum, todo es para bien. Era esta una jaculatoria que San Josemaría empleó en muchas ocasiones: resuena aún en mis oídos. Expresaba su confianza en Dios Padre, fundamento de su vida y de sus enseñanzas.
Con esta convicción, también nosotros viviremos con optimismo y esperanza y superaremos así muchas dificultades en nuestro camino de santidad: "Parece que el mundo se te viene encima. A tu alrededor no se vislumbra una salida. Imposible, esta vez, superar las dificultades.
"Pero, ¿me has vuelto a olvidar que Dios es tu Padre?: omnipotente, infinitamente sabio, misericordioso. Él no puede enviarte nada malo. Eso que te preocupa, te conviene, aunque los ojos tuyos de carne estén ahora ciegos.
"Omnia in bonum! ¡Señor, que otra vez y siempre se cumpla tu sapientísima Voluntad!"5.
Omnia in bonum! ¡Todo es para bien! Todo lo podemos convertir en algo agradable a Dios, y en bien del alma. Esta expresión, que resume la de San Pablo, puede servirnos para repetirla a modo de jaculatoria, como una pequeña oración, que nos dará paz en momentos difíciles.
III. El Evangelio de la Misa6 nos muestra a Jesús junto al lago de Genesaret con una gran muchedumbre que deseaba oír la Palabra de Dios. Pedro y sus compañeros de trabajo lavaban las redes después de bregar una noche sin pescar nada. Y Jesús, que quiere meterse hondamente en el alma de Simón, le pidió la barca y le rogó que la apartase un poco de tierra.
Cuando terminó de hablar, Jesús dijo a Simón: Guía mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca. Quizá han terminado de limpiar las redes de las algas y del fango del lago. Todo invita a la excusa: el cansancio, las redes lavadas y preparadas para la noche siguiente, la inoportunidad de la hora... Pero la mirada de Jesús, el modo imperativo y a la vez amable de dar la orden, el supremo atractivo que Cristo ejerce sobre las almas nobles... llevaron a Pedro a embarcarse de nuevo. El único motivo de echarse al agua con las barcas es Jesús: Maestro –le dice Pedro–, hemos estado fatigándonos durante toda la noche y nada hemos pescado; pero no obstante, sobre tu palabra echaré las redes. In verbo autem tuo..., sobre tu palabra. Esta es la gran razón de los santos, la que movió a San Josemaría en todos los momentos de su vida. In verbo autem tuo... En tu palabra; porque Tú lo quieres, porque esa es Tu voluntad...
Si en alguna ocasión aparece esa fatiga peculiar que origina el no ver frutos en la vida interior personal o en el apostolado, en la familia, cuando encontramos motivos humanos para abandonar la tarea, debemos oír la voz de Jesús que nos dice: Duc in altum, guía mar adentro, deja la orilla, recomienza de nuevo, vuelve a empezar... en mi Nombre.
¡Cuántas veces nos dijo San Josemaría que en la vida interior, en el apostolado habíamos de estar siempre recomenzando! El secreto de la victoria definitiva está en saber "volver a empezar", en intentarlo una vez más con la ayuda de la gracia, acudiendo con más confianza a la intercesión de la Virgen, que es garantía de que todo saldrá adelante.
Pedro se adentró en el lago con Jesús en su barca y pronto se dio cuenta de que las redes se llenaban de peces; tantos, que parecía que se iban a romper. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca para que vinieran y les ayudasen. Vinieron y llenaron las dos barcas de modo que casi se hundían. Dios premia siempre, con frutos incontables, el deseo de hacer su voluntad.
Así ha sucedido con el Opus Dei, que San Josemaría fundó por inspiración divina7 el 2 de octubre de 1928. Su fe operativa consiguió, con la ayuda del Señor, que se removiesen los obstáculos que se levantaban. Será también nuestra fe y el deseo de hacer la voluntad de Dios, con la ayuda de la gracia y la intercesión de la Virgen, la que vencerá los obstáculos que podamos encontrar en nuestra vida, en el apostolado, en el ambiente...También nosotros podremos decir: Omnia possum in eo qui me confortat!8, ¡todo lo puedo en Aquel que me conforta! Y "para cumplir una misión tan comprometedora, es necesario un incesante crecimiento interior, alimentado por la oración. San Josemaría fue un maestro en la práctica de la oración, a la que consideraba como una extraordinaria "arma" para redimir el mundo (...). Este es el fondo, el secreto de la santidad y del auténtico éxito de los santos"9.
Después de aquel milagro, Jesús dijo a Simón: No temas: desde ahora serán hombres los que has de pescar. Pedro y quienes le habían acompañado en la pesca, sacando las barcas a tierra, dejadas todas las cosas, le siguieron.
Jesús comenzó pidiendo a Pedro una barca y se quedó con su vida. Algo parecido a lo que hizo con nosotros. El Apóstol dejaría tras de sí una huella imborrable en tantas almas que Cristo mismo puso a su alcance. Comenzó correspondiendo en lo pequeño y el Señor le manifestó los grandes planes que para él, pobre pescador de Galilea, tenía desde la eternidad. Nunca pudo sospechar la trascendencia y el valor de su vida. Miles y miles de personas encendieron su fe en la de aquellos que siguieron a Jesús, y muy particularmente en la de Pedro, que sería la roca, el cimiento inconmovible de la Iglesia.
La correspondencia fiel de San Josemaría, tuvo unas consecuencias insospechadas en pocos años: gracias a su oración y mortificación, y al influjo espiritual, miles de personas de los cinco continentes de toda condición social han dedicado su vida, en las circunstancias ordinarias, a seguir de cerca al Señor al servicio de la Iglesia y de todas las almas. La Prelatura del Opus Dei es como un río de paz para tantas personas en medio del mundo, en la entraña misma de la sociedad.
Tampoco nosotros podemos sospechar las consecuencias de nuestro seguimiento fiel a Cristo. Cada vez nos pide más correspondencia a lo que, de modo diferente, nos va manifestando. Si somos fieles, un día nos hará contemplar el Señor la trascendencia de nuestro seguirle con obras:
"Eres, entre los tuyos –alma de apóstol–, la piedra caída en el lago. -Produce, con tu ejemplo y tu palabra un primer círculo... y este, otro... y otro, y otro... Cada vez más ancho.
"¿Comprendes ahora la grandeza de tu misión?"10.
No pongamos límites al Señor, como no los puso Pedro, ni los santos, ni tampoco San Josemaría, cuya fiesta litúrgica celebramos hoy.
Nuestra Madre Santa María, Stella maris, Estrella del mar, nos enseñará a ser generosos con el Señor cuando nos pida prestada una barca y cuando quiera que le demos la vida entera. Ninguna condición hemos puesto para seguirle.
1 Mt 5, 48. — 2 Ef 1, 4. — 3 Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 11. — 4 2ª lectura de la Misa. Rom 8, 28. — 5 San Josemaría Escrivá, Vía Crucis, IX, n. 4. — 6 Lc 5, 1-11. — 7 Cfr. Juan Pablo II, Const. Apost. Ut sit, 28-XI-1982, Proemio. — 8 Flp 4, 13. — 9 Juan Pablo II. Homilía en la Misa de la canonización de San Josemaría. Roma 6-X-2002. — 10 Camino, n. 831.
* Nació en Barbastro (España) el 9-I-1902 y murió en Roma, en olor de santidad, el 26-VI-1975. Ordenado sacerdote el 28-III-1925, comenzó su labor pastoral en parroquias rurales, continuando después en las barriadas pobres y hospitales de Madrid, entre estudiantes universitarios y personas de toda clase y condición. El 2-X-1928, Dios le hizo ver un camino de santidad para cristianos corrientes que viven en medio del mundo, al que llamó más tarde Opus Dei. Contó desde el principio con la aprobación de la autoridad diocesana, y, desde 1943, también con la aprobación de la Santa Sede. A partir de 1928, la vida de San Josemaría Escrivá coincide con la historia y el desarrollo del Opus Dei. El camino jurídico de esta institución llegó al término deseado por su Fundador solo después de su muerte, el 28-XI-1982, cuando Su Santidad Juan Pablo II lo erigió en Prelatura personal.
Entre sus escritos de espiritualidad publicados se cuentan: Camino, Santo Rosario, Es Cristo que pasa, Amigos de Dios, Vía Crucis, Surco, Forja. Han sido traducidos a numerosos idiomas, y frecuentemente citados en estos volúmenes de Hablar con Dios.
Fue beatificado en Roma por Juan Pablo II el 17 de mayo de 1992, y canonizado también en Roma el 6 de octubre de 2002, ante una multitud de personas que llenaba la plaza de San Pedro y sus alrededores.
El cuerpo de San Josemaría Escrivá reposa en la iglesia prelaticia de Santa María de la Paz, en la sede central de la Prelatura del Opus Dei, en Roma.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Fuente: Opusdei.org
Josemaría Escrivá de Balaguer, Santo Fundador de la Prelatura "Opus Dei". Junio 26
Fundador de la Prelatura "Opus Dei" Infancia y Juventud |
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Saint Josemaría Escrivá Balaguer Biography
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SAN JOSEMARIA ESCRIVÁ-LAS HUELLAS DE DIOS-DIBUJITOS
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PREGUNTAS A SAN JOSEMARIA ESCRIVA DE BALAGUER
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1/3 San Josemaría Escrivá de Valaguer en España
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2/3 San Josemaría Escrivá de Valaguer en España
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3/3 San Josemaría Escrivá de Valaguer en España
HOMILIA DE SAN JOSEMARIA ESCRIVA DE BALAGUER CAP.03.EL …
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José María Robles Hurtado Mártir Mexicano, Junio 26
Sacerdote, Escritor, Fundador y Mártir Mexicano Primeros Años |
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David de Salónica, Santo Eremita, Junio 26
Eremita Etimológicamente significa " amigo, tierno". Viene de la lengua hebrea. |
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Fuente: ACIprensa.com
Magdalena Fontaine y sus Compañeras, Beatas Mártires de la Revolución Francesa, Junio 26
Estas cuatro mártires eran Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paul, en el convento de Arras. |
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Fuente: Vatican.va
Andrés Jacinto Longhin, Beato Obispo Capuchino, 26 de junio
Obispo Martirologio Romano: En Treviso, en Italia, beato Andrés Jacinto Longhin, obispo, que en las dificultades de la guerra acudió generoso a las necesidades de los prófugos y cautivos, y, en medio de la agitación de su tiempo, con singular solicitud defendió los derechos de los obreros, los agricultores y de todos los necesitados (1936). Nació el 23 de noviembre de 1863 en Fiumicello di Campodarsego, provincia y diócesis de Padua (Italia), en una familia de campesinos pobres y muy religiosos. Al día siguiente fue bautizado con los nombres de Jacinto Buenaventura. Muy pronto manifestó su vocación al sacerdocio y a la vida religiosa. A los 16 años ingresó en el noviciado de la Orden de los Frailes Menores Capuchinos, con el nombre de Andrés de Campodarsego. Después de realizar sus estudios humanísticos en Padua y los teológicos en Venecia, fue ordenado sacerdote, a los 23 años, el 19 de junio de 1886. |
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Fuente: Vatican.va
María Josefina de Jesús Crucificado, Beata Carmelita, Junio 26
Nació en Nápoles el 18 de febrero de 1894, en el seno de una familia de nobles, los marqueses Grimaldi. Desde su niñez mostró una predilección particular por los pobres y los más necesitados, destinándoles el dinero que le daban para juguetes o para merendar, y ayudando a dos viejecitas que vivían solas. |
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Fuente: Zenit.org
Santiago Ghazir, Beato Capuchino y Fundador, Junio 26
Fundador de la Congregación de las Hermanas Franciscanas de la Cruz del Líbano Khalil Abuna Yaaqub El-Haddad, tercero de cinco hermanos, nació en Líbano el 1 de febrero de 1875. En 1892, mientras estaba en Egipto, donde trabajaba como profesor, sintió la vocación sacerdotal. Decidió entrar en el convento capuchino de Khashbau al año siguiente.Yaaqub hizo los votos perpetuos en 1898 y llegó a ser sacerdote en 1901. |
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Fuente: canalsocial.net
Antelmo de Belley, Santo Obispo, 26 de junio
Obispo Martirologio Romano: En Belley, en Saboya, hoy en día en Francia, san Antelmo, obispo, monje de la Gran Cartuja, que restauró los edificios destruidos por una gran nevada. Elegido prior, convocó el capítulo general, y designado obispo, se distinguió por su aplicación firme y decidida en la corrección de los clérigos y en la reforma de las costumbres (1177). |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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