JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 8, 28-34
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, al llegar Jesús a la otra orilla, a la región de los gadarenos, salieron a su encuentro de entre los sepulcros dos endemoniados. Eran tan agresivos, que nadie se atrevía a pasar por aquel camino. Y se pusieron a gritar:
"¿Qué tenemos nosotros que ver contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí a atormentarnos antes de tiempo?"
A cierta distancia de allí, había una gran cantidad de cerdos buscando alimento; y los demonios le rogaban a Jesús:
"Si nos expulsas, envíanos a los cerdos".
Jesús les dijo:
"Vayan".
Ellos salieron y se metieron en los cerdos; de pronto, todos los cerdos se lanzaron al lago por el barranco y murieron ahogados. Los que estaban cuidando los cerdos huyeron a la ciudad y lo contaron todo, incluso lo de los endemoniados. Toda la ciudad salió al encuentro de Jesús, y cuando lo vieron le rogaron que se fuera de su territorio.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=272692
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesar pecados graves al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
mie 13a. Ordinario año Par
Antífona de Entrada
Canten al Señor un cántico nuevo; hombres de toda la tierra, canten al Señor. Hay brillo y esplendor en su presencia; en su templo, belleza y majestad.
Oración Colecta
Oremos:
Dios eterno y todopoderoso, conduce nuestra vida por el camino de tus mandamientos para que, unidos a tu Hijo amado, podamos producir frutos abundantes.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Aleja de mí el ruido de tus canciones y que tu justicia fluya como un torrente inagotable
Lectura del libro del profeta Amós 5, 14-15. 21-24
Esto dice el Señor:
"Busquen el bien y no el mal para que vivan; así estará con ustedes el Señor Dios todopoderoso como pretenden. Odien el mal y amen el bien, restablezcan el derecho en el tribunal; quizás el Señor Dios todopoderoso tenga piedad del resto de José.
Odio, desprecio sus fiestas, me disgustan sus celebraciones. Me presentan holocaustos y ofrendas, pero no los acepto ni me complazco en mirar sus sacrificios de novillos gordos. Aparten de mí el ruido de sus cánticos, no quiero oír más la música de sus arpas. Hagan que el derecho corra como agua y la justicia como un río inagotable.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Sal 49, 7.8-9.10-11.12-13.16bc-17
Dios salva al que cumple su voluntad.
Escucha, pueblo mío, que voy a hablarte: Israel, yo doy testimonio contra ti. Yo soy tu Dios, tu Dios.
Dios salva al que cumple su voluntad.
No te reprendo por tus sacrificios, pues tus holocaustos están siempre ante mí, pero no aceptaré un novillo de tu casa, ni un cabrito de tus corrales.
Dios salva al que cumple su voluntad.
Pues míos son todos los animales y en las montañas tengo bestias a millares; conozco todas las aves del cielo, míos son los animales del campo.
Dios salva al que cumple su voluntad.
Si tuviera hambre, no te lo diría, porque mío es el mundo y lo que contiene. ¿Acaso como yo carne de toros, o bebo sangre de cabritos?
Dios salva al que cumple su voluntad.
¿Por qué recitas mis mandamientos, y tienes siempre en tu boca mi alianza, tú que detestas la corrección y no tienes en cuenta mis palabras?
Dios salva al que cumple su voluntad.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Por su propia voluntad el Padre nos engendró por medio del Evangelio, para que fuéramos, en cierto modo, primicias de sus criaturas.
Aleluya.
Evangelio
¿Acaso has venido hasta aquí para atormentarnos antes de tiempo?
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 8, 28-34
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, al llegar Jesús a la otra orilla, a la región de los gadarenos, salieron a su encuentro de entre los sepulcros dos endemoniados. Eran tan agresivos, que nadie se atrevía a pasar por aquel camino. Y se pusieron a gritar:
"¿Qué tenemos nosotros que ver contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí a atormentarnos antes de tiempo?"
A cierta distancia de allí, había una gran cantidad de cerdos buscando alimento; y los demonios le rogaban a Jesús:
"Si nos expulsas, envíanos a los cerdos".
Jesús les dijo:
"Vayan".
Ellos salieron y se metieron en los cerdos; de pronto, todos los cerdos se lanzaron al lago por el barranco y murieron ahogados. Los que estaban cuidando los cerdos huyeron a la ciudad y lo contaron todo, incluso lo de los endemoniados. Toda la ciudad salió al encuentro de Jesús, y cuando lo vieron le rogaron que se fuera de su territorio.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, con bondad los dones que te presentamos y santifícalos por medio de tu Espíritu para que se nos conviertan en sacramento de salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Alabanza a Dios por la creación y redención del género humano
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque has querido ser, por medio de tu amado Hijo, no sólo el creador del género humano, sino también el autor bondadoso de la nueva creación.
Por eso,
con razón te sirven todas las criaturas, con justicia te alaban todos los redimidos y unánimes te bendicen tus santos. Con ellos, unidos a los ángeles, nosotros queremos celebrarte y te alabamos diciendo:
Antífona de la Comunión
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Te damos gracias, Señor, por habernos alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, y te pedimos que este don tuyo sea para nosotros fuente inagotable de vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
Dia 4/07 Santa Isabel de Portugal (blanco)
Antífona de Entrada
Doctrina verdadera llevaba en su boca y en sus labios no se hallaba maldad. Con integridad y rectitud andaba conmigo y apartaba a muchos del mal.
Oración Colecta
Oremos:
Tú que conoces, Señor, nuestra debilidad y nuestros pecados, ten misericordia de nosotros y, por la intercesión y el ejemplo de los santos, condúcenos de nuevo a tu amor.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
También nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 3, 14-18
Queridos hermanos: Nosotros estamos seguros de haber pasado de la muerte a la vida, porque amamos a nuestros hermanos. El que no ama permanece en la muerte. El que odia a su hermano es un homicida y bien saben ustedes que ningún homicida tiene la vida eterna.
Conocemos lo que es el amor, en que Cristo dio su vida por nosotros. Así también debemos nosotros dar la vida por nuestros hermanos. Si alguno, teniendo con qué vivir, ve a su hermano pasar necesidad, y sin embargo, no lo ayuda, ¿cómo habitará el amor de Dios en él?
Hijos míos, no amemos solamente de palabra; amemos de verdad y con las obras.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 111
Dichosos los que temen al Señor.
Dichosos los que temen al Señor y aman de corazón sus mandamientos; poderosos serán sus descendientes, Dios bendice a los hijos de los buenos.
Dichosos los que temen al Señor.
Fortuna y bienestar habrá en su casa, siempre actuarán conforme a la justicia. Quien es justo, clemente y compasivo, como una luz en las tinieblas brilla.
Dichosos los que temen al Señor.
Quienes, compadecidos, prestan y llevan sus negocios rectamente, jamás se desviarán, vivirá su recuerdo para siempre.
Dichosos los que temen al Señor.
No temerán malas noticias, puesto que en el Señor viven confiados. Firme está y sin temor su corazón, pues vencidos verán a sus contrarios.
Dichosos los que temen al Señor.
Al pobre dan limosna, obran siempre conforme a la justicia; su frente se alzará llena de gloria.
Dichosos los que temen al Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se amen los unos a los otros, como yo los ha amado.
Aleluya.
Evangelio
Cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 25, 31-46
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"Cuando venga el Hijo del hombre rodeado de su gloria, acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria. Entonces serán congregadas ante él todas las naciones y él apartará a los unos de los otros, como aparta el pastor a las ovejas de los cabritos, y pondrá a las ovejas a su derecha y a los cabritos a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha:
"Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo; porque estuve hambriento, y me dieron de comer; sediento, y me dieron de beber; era forastero, y me hospedaron; estuve desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; encarcelado, y fueron a verme".
Los justos le contestarán entonces:
"Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de forastero, y te hospedamos; o desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado, y te fuimos a ver?"
Y el rey les dirá:
"Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron". Entonces dirá también a los de la izquierda:
"Apártense de mí, malditos; vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles; porque estuve hambriento, y no me dieron de comer; sediento, y no me dieron de beber; era forastero, y no me hospedaron; estuve desnudo, y no me vistieron; enfermo y encarcelado, y no me visitaron".
Entonces ellos le responderán:
"Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de forastero o desnudo, enfermo o encarcelado, y no te asistimos?"
Y él les replicará:
"Yo les aseguro que, cuando no lo hicieron con uno de aquellos más insignificantes, tampoco lo hicieron conmigo".
Entonces irán éstos al castigo eterno y los justos a la vida eterna".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Señor que el sacrificio que vamos a ofrecerte en memoria de santa Isabel de Portugal, sea para alabanza y gloria tuya y nos ayude a conseguir la salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
La vida consagrada a Dios es un signo Del Reino de los cielos
En verdad es justo y necesario que te alaben, Señor, tus criaturas del cielo y de la tierra.
Porque al celebrar a los santos que por amor al Reino de los cielos se consagraron a Cristo,
reconocemos tu Providencia admirable, que no cesa de llamar al hombre a la santidad primera,
para hacerlo participar ya desde ahora de la vida que gozará en el cielo, por Cristo nuestro Señor.
Por eso,
con todos los ángeles y santos, te alabamos proclamando sin cesar:
Antífona de la Comunión
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los pacificadores porque serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los que sufren persecución por causa de la justicia porque de ellos es el Reino de los cielos.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Tú que nos has permitido celebrar el memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, concédenos, Señor, experimentar en nuestra vida sus efectos redentores.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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† Meditación diaria
13ª Semana. Miércoles
LA OPORTUNIDAD PERDIDA
— El Señor se presenta, en ocasiones, de manera distinta a como nosotros le esperábamos.
— Desprendimiento para ver a Jesús y para hacer su voluntad cuando no coincide con la nuestra.
— Mirar con fe las circunstancias humanamente desfavorables, y descubrir en ellas al Señor.
I. Llegó Jesús a la otra orilla del lago, a la región de los gadarenos, en tierra de gentiles1; quizá busca un sitio retirado para descansar con sus discípulos. Allí curó el Señor a dos endemoniados que le salieron al encuentro. Cerca del lugar había una piara de cerdos; los demonios le rogaron que, si los expulsaba de estos hombres atormentados, los enviara a la piara. Y el Señor se lo permitió. Y ellos salieron y entraron en los cerdos. Entonces toda la piara corrió con ímpetu por la pendiente hacia el mar y pereció en el agua. Los porqueros huyeron y al llegar a la ciudad contaron todo, en particular lo de los endemoniados. Ante esto, toda la ciudad salió al encuentro de Jesús y, al verle, le rogaron que se alejara de su región.
Le rogaron que se alejara de aquel lugar. Fue la gran oportunidad perdida por estas gentes; tuvieron a Dios mismo entre ellos, y no supieron verlo. Quizá nunca más pasó por aquellas tierras. ¡Lo tuvieron tan cerca!, ¡y le rogaron que se alejara! ¡A Aquel que llevaba consigo todos los bienes! ¡Qué poco hospitalario es a veces el mundo para con su Señor! Con frecuencia, para muchos, son los bienes materiales lo que cuenta, y no es raro ver cómo se intenta construir una sociedad en la que el Señor no está presente, no le dejan sitio, "como si Dios no mereciera ningún interés en el ámbito del proyecto operativo y asociativo del hombre"2. El que da sentido a todo es excluido. El Señor ilumina el dolor, la alegría, la vida, la muerte, el trabajo... Y sin Él nada vale la pena. "Exclusión de Dios, ruptura con Dios, desobediencia a Dios; a lo largo de toda la historia humana esto ha sido y es bajo formas diversas el pecado, que puede llegar hasta la negación de Dios y de su existencia, hasta el ateísmo"3. En el fondo de muchas actitudes que rechazan o excluyen la verdad sobrenatural se encuentra un radical materialismo práctico, el aprecio a los bienes materiales por encima de todo, que impide ver la acción del Señor en lo que nos rodea.
Nosotros decimos a Jesús que queremos ponerle en la cima de todas las tareas humanas, a través de un trabajo profesional hecho a conciencia; que queremos que entre de lleno en nuestra vida, en la familia, que dé sentido a lo que somos y a lo que poseemos: a nuestra inteligencia, a nuestro corazón, a la amistad, a los amores limpios de cada uno según su peculiar vocación. Le decimos que queremos estar vigilantes, como el centinela, para darle entrada en el alma, también cuando se presente de una manera distinta a como le esperábamos.
II. Aquellos gentiles, a pesar del milagro relatado por los porqueros y de ver libres y sanos a los dos endemoniados, no quisieron recibir a Jesús. ¡Cómo se hubieran llenado de bienes sus casas y, sobre todo, sus almas!; pero estaban ciegos para los bienes espirituales. Como ocurre hoy a tantos; muchos tienen sus proyectos para ser felices, y demasiado a menudo miran a Dios simplemente como alguien que les ayudará a llevarlos a cabo. "El estado verdadero de las cosas es completamente al contrario. Dios tiene sus planes para nuestra felicidad, y está esperando que le ayudemos a realizarlos. Y quede bien claro que nosotros no podemos mejorar los planes de Dios"4.
Algunos cristianos, por estar excesivamente apegados a sus ideas y caprichos, le dicen a Jesús que se retire de su vida, precisamente cuando más cerca estaba y cuando más le necesitaban: al llegar la enfermedad, la contradicción..., cuando se han perdido unos bienes materiales que probablemente era necesario perder para recibir al Bien supremo, que llega, en bastantes ocasiones, por caminos distintos a los que ellos deseaban. Quizá le esperaban en el triunfo, y se presenta en la ruina o en el fracaso; no en el fracaso producido por la desidia, por no haber puesto los medios o el estudio necesario, que debe llevar en todo caso a un acto de contrición y a recomenzar con un propósito firme, sino al fracaso que llega cuando, a nuestro entender, se habían puesto todos los medios humanos y sobrenaturales para salir a flote. Él llega en ocasiones por caminos diferentes a aquellos por los que le estábamos esperando. ¡Cuántas veces la lógica de Dios no coincide con la lógica de los hombres! Es el momento de abrazarse a su santa voluntad: "¿Lo quieres, Señor?... ¡Yo también lo quiero!"5. ¡Cuántas veces, ante la contradicción que no esperábamos, hemos hecho nuestra esta oración, de mil modos repetida!
Se ha dicho que "el plan de Dios es de una pieza". Quizá la conversión de aquellos gentiles habría comenzado por la pérdida de estos cerdos, por el desprendimiento que esto suponía; quizá habrían sido los primeros gentiles en recibir el Bautismo después de la dispersión producida con motivo de la primera persecución en Judea. Al final de la vida, a veces mucho antes, veremos cómo encajan esas piezas que parecían sueltas y sin sentido: todas las cosas concurren para el bien de los que aman a Dios6.
Para descubrir la voluntad del Señor en todos los acontecimientos de la vida, también en los menos gratos, en los que nos han ocasionado perjuicios y molestias, para seguir de cerca a Cristo en toda circunstancia, "hemos de estar seriamente desprendidos de nosotros mismos: de los dones de la inteligencia, de la salud, de la honra, de las ambiciones nobles, de los triunfos, de los éxitos.
"Me refiero también (...) a esas ilusiones limpias, con las que buscamos exclusivamente dar toda la gloria a Dios y alabarle, ajustando nuestra voluntad a esta norma clara y precisa: Señor, quiero esto o aquello solo si a Ti te agrada, porque si no, a mí, ¿para qué me interesa? Asestamos así un golpe mortal al egoísmo y a la vanidad, que serpean en todas las conciencias; de paso que alcanzamos la verdadera paz en nuestras almas, con un desasimiento que acaba en la posesión de Dios, cada vez más íntima y más intensa"7.
Es necesario purificar el corazón de amores desordenados (con frecuencia el amor desordenado de uno mismo, el excesivo apagamiento a los bienes que posee o a los que desearía tener, a las propias ideas y opiniones, a los proyectos que uno se ha hecho acerca de su propia felicidad...) para confiar más en nuestro Padre Dios. Entonces podremos ver con claridad y podremos interpretar acertadamente los acontecimientos, descubriendo siempre a Jesús en ellos.
III. Si no hubiera tenido lugar aquella hecatombe de los cerdos, los porqueros probablemente no habrían bajado al pueblo y sus habitantes no se habrían enterado de que Jesús estaba allí, tan cerca. Si la mujer que encontró al Maestro en Cafarnaún no hubiera estado tantos años enferma y malgastado sus bienes en médicos, no se hubiera quizá acercado al Maestro para tocar la orla de su vestido y no habría oído nunca aquellas palabras consoladoras de Jesús, las más importantes de su vida, que bien valían todos los sufrimientos y los gastos inútiles... Lo que a nosotros nos parece un mal, quizá no lo es tanto; solo el pecado es un mal absoluto, y de él –con amor, con humildad y contrición– se puede sacar el sabrosísimo fruto de un encuentro nuevo con Cristo8, en el que el alma sale rejuvenecida.
Detrás de esos males aparentes (enfermedad, cansancio, dolor, ruina...) encontramos siempre a Jesús que nos sonríe y nos da la mano para sobrellevar esa situación y crecer por dentro. ¡Cómo daría gracias aquel leproso por el mal terrible de su enfermedad, pues fue lo que le llevó a Cristo! Los males de esta vida son una continua llamada a nuestro corazón, que nos dice: ¡el Maestro está aquí y te llama!9. Pero si estamos más apegados a nuestros proyectos, a la salud, a la vida... que a la voluntad de Dios –a veces misteriosa e incomprensible al principio para nosotros–, solo veremos en la desgracia la pérdida de un bien que, siendo relativo y parcial, quizá nosotros hemos convertido en absoluto y definitivo. ¡Qué error tan grande si no supiéramos ver en esos momentos a Jesús que nos visita!
Con una lógica distinta a la nuestra, el Señor va disponiendo los acontecimientos para que, con dolor unas veces y con gusto otras, nos vayamos desprendiendo de todo para que Él llene nuestra existencia entera. Muchas veces hemos de pensar en la acción íntima de Dios en nosotros, pues Él dispone hasta la más pequeña circunstancia para que seamos felices, para facilitar el desprendimiento de nosotros mismos, de nuestros proyectos..., para que seamos santos. A los ojos de Dios "una sola alma tiene más valor que todo el universo, y las maravillas que Dios opera en lo secreto de nuestras vidas son, con mucho, más extraordinarias que todos los esplendores del cosmos material"10. Si estos gentiles hubieran comprendido quién estaba delante de ellos, si hubieran captado el prodigio obrado en aquellos dos hombres que fueron redimidos del demonio, ¿qué hubiera importado la desgracia económica, si por ella habían conocido a Jesús? Habrían dado gracias por ella, invitarían a Jesús y habrían organizado una buena fiesta porque el Maestro estaba con ellos y porque habían recuperado a dos hombres de los suyos.
Si miramos con fe las pequeñas o las grandes desgracias de la vida, terminaremos siempre dando gracias por ellas: por aquella enfermedad, por la humillación que sufrimos por parte de quien menos la esperábamos, por el hambre, por la sed, por la pérdida de un empleo... ¡Gracias, Señor –le diremos en la intimidad del corazón–, porque Te has presentado, aunque haya sido por donde menos te esperaba! Pidámosle a la Virgen, ¡que tanto supo de contradicciones, de zozobras y de dolor!, que nos enseñe a no perder esas oportunidades de encontrar a Jesús en medio de esas circunstancias humanamente más desfavorables.
1 Mt 8, 28-34. — 2 Juan Pablo II, Exhor. Apost. Reconciliatio et poenitentia, 2-XII-1984, 14. — 3 Ibídem. — 4 E. Boylan, El amor supremo, Rialp, Madrid 1954, vol. II, p. 46. — 5 Cfr. San Josemaría Escrivá, Camino, n. 762. — 6 Rom 8, 28. — 7 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, Rialp, 2ª ed., Madrid 1977, 114. — 8 Cfr. San Bernardo, Sobre La falacia y brevedad de la vida, 6. — 9 Jn 11, 28. — 10 M. M. Philipon, Los dones del Espíritu Santo, Palabra, Madrid 1983, p. 249.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Santa Isabel de Portugal
Reina, madre de familia y pacificadora
Año 1336
Isabel significa "Promesa de Dios" (Isab = promesa. El = Dios).
Nació en 1270. Era hija del rey Pedro III de Aragón, nieta del rey Jaime el Conquistador, biznieta del emperador Federico II de Alemania. Le pusieron este nombre en honor de su tía abuela Santa Isabel de Hungría.
Santa Isabel tuvo la dicha que su familia se esmerara extremadamente en formarla lo mejor posible en su niñez. Desde muy niña tenía una notable inclinación hacia la piedad, y un gusto especial por imitar los buenos ejemplos que leía en las vidas de los santos o que observaba en las vidas de las personas buenas. En su casa le enseñaron que si quería en verdad agradar a Dios debía unir a su oración, la mortificación de sus gustos y caprichos y esforzarse por evitar todo aquello que la pudiera inclinar hacia el pecado. Le repetían la frase antigua: "tanta mayor libertad de espíritu tendrás, cuanto menos deseos de cosas inútiles o dañosas tengas". Sus educadores le enseñaron que una mortificación muy formativa es acostumbrarse a no comer nada entre horas (o sea entre comida y comida), y soportar con paciencia que no se cumplan los propios deseos, y esmerarse cada día por no amargarle ni complicarle la vida a los demás. Dicen sus biógrafos que la formidable santidad que demostró más tarde se debe en gran parte a la esmerada educación que ella recibió en su niñez.
A los 15 años ya sus padres la habían casado con el rey de Portugal, Dionisio. Este hombre admiraba las cualidades de tan buena esposa, pero él por su parte tenía un genio violento y era bastante infiel en su matrimonio, llevaba una vida nada santa y bastante escandalosa, lo cual era una continua causa de sufrimientos para la joven reina, quien soportara todo con la más exquisita bondad y heroica paciencia.
El rey no era ningún santo, pero dejaba a Isabel plena libertad para dedicarse a la piedad y a obras de caridad. Ella se levantaba de madrugada y leía cada día seis salmos de la Santa Biblia. Luego asistía devotamente a la Santa Misa; enseguida se dedicaba a dirigir las labores del numeroso personal del palacio. En horas libres se reunía con otras damas a coser y bordar y fabricar vestidos para los pobres. Las tardes las dedicaba a visitar ancianos y enfermos y a socorrer cuanto necesitado encontraba.
Hizo construir albergues para indigentes, forasteros y peregrinos. En la capital fundó un hospital para pobres, un colegio gratuito para niñas, una casa para mujeres arrepentidas y un hospicio para niños abandonados. Conseguía ayudas para construir puentes en sitios peligrosos y repartía con gran generosidad toda clase de ayudas. Visitaba enfermos, conseguía médicos para los que no tenían con qué pagar la consulta; hacía construir conventos para religiosos, a las muchachas muy pobres les costeaba lo necesario para que pudieran entrar al convento, si así lo deseaban. Tenía guardada una linda corona de oro y unos adornos muy bellos y un hermoso vestido de bodas, que prestaba a las muchachas más pobres, para que pudieran lucir bien hermosas el día de su matrimonio.
Su marido el rey Dionisio era un buen gobernante pero vicioso y escandaloso. Ella rezaba por él, ofrecía sacrificios por su conversión y se esforzaba por convencerlo con palabras bondadosas para que cambiara su conducta. Llegó hasta el extremo de educarle los hijos naturales que él tenía con otras mujeres.
Tuvo dos hijos: Alfonso, que será rey de Portugal, sucesor de su padre, y Constancia (futura reina de Castilla). Pero Alfonso dio muestras desde muy joven de poseer un carácter violento y rebelde. Y en parte, esta rebeldía se debía a las preferencias que su padre demostraba por sus hijos naturales. En dos ocasiones Alfonso promovió la guerra civil en su país y se declaró contra su propio padre. Isabel trabajó hasta lo increíble, con su bondad, su amabilidad y su extraordinaria capacidad de sacrificio y su poder de convicción, hasta que obtuvo que el hijo y el papá hicieran las paces. Lo grave era que los partidos políticos hacían todo lo más posible para poder enemistar al rey Dionisio y su hijo Alfonso.
Algunas veces cuando los ejércitos de su esposo y de su hijo se preparaban para combatirse, ella vestida de sencilla campesina atravesaba los campos y se iba hacia donde estaban los guerreros y de rodillas ante el esposo o el hijo les hacía jurarse perdón y obtenía la paz. Son impresionantes las cartas que se conservan de esta reina pacificadora. Escribe a su esposo: "Como una loba enfurecida a la cual le van a matar a su hijito, lucharé por no dejar que las armas del rey se lancen contra nuestro propio hijo. Pero al mismo tiempo haré que primero me destrocen a mí las armas de los ejércitos de mi hijo, antes que ellos disparen contra los seguidores de su padre". Al hijo le escribe: "Por Santa María la Virgen, te pido que hagas las paces con tu padre. Mira que los guerreros queman casas, destruyen cultivos y destrozan todo. No con las armas, hijo, no con las armas, arreglaremos los problemas, sino dialogando, consiguiendo arbitrajes para arreglar los conflictos. Yo haré que las tropas del rey se alejen y que los reclamos del hijo sean atendidos, pero por favor, recuerda que tienes deberes gravísimos con tu padre como hijo y como súbdito con el rey". Y conseguía la paz una y otra vez.
Su esposo murió muy arrepentido, y entonces Isabel dedicó el resto de su vida a socorrer pobres, auxiliar enfermos, ayudar a religiosos y rezar y meditar.
Pero un día supo que entre su hijo Alfonso de Portugal y su nieto, el rey de Castilla, había estallado la guerra. Anciana y achacosa como estaba, emprendió un larguísimo viaje con calores horrendos y caminos peligrosos, para lograr la paz entre los dos contendores. Y este viaje fue mortal para ella. Sintió que le llegaba la muerte y se hizo llevar a un convento de hermanas Clarisas, y allí, invocando a la Virgen María murió santamente el 4 de julio del año 1336.
Dios bendijo su sepulcro con varios milagros y el Sumo Pontífice la declaró santa en 1626. Es abogada para los territorios y países donde hay guerras civiles, guerrillas y falta de paz. Que Santa Isabel ruegue por nuestros países y nos consiga la paz que tanto necesitamos.
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Berta de Blangy, Santa Abadesa, Julio 4
AbadesaEtimológicamente significa "resplandeciente". Viene de la lengua alemana. |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Laureano, Santo Arzobispo y Mártir, Julio 4
Arzobispo de Sevilla |
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Pier Giorgio Frassati, Beato Laico, Julio 4
Laico"Vivir sin fe, sin un patrimonio que defender, sin mantener una lucha por la Verdad no es vivir, sino ir tirando..."
ser conocida. Hasta tal punto, que un domingo, cuando Pier Giorgio come en casa con su madre, un escuadrón de fascistas entra para destrozarlo todo. Nuestro joven aparece en el vestíbulo de ingreso, arranca un bastón a uno de los agresores y, con el bastón en mano, pone en fuga a los fascistas. |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Andrés de Creta, Santo Obispo, Julio 4
San Andrés de Creta, nació en Damasco a mediados del siglo VII, abrazó la vida monástica en un convento de Jerusalén, por lo que también es llamado Andrés Jerosolimitano. Asistió al III Concilio de Constantinopla que condenó la herejía del monotelismo (año 681), como legado del Patriarca de la Ciudad Santa. Más tarde, consagrado obispo de Creta, defendió la legitimidad del culto a las imágenes. Murió hacia el año 720. |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Alberto Quadrelli de Rivolta, Santo Obispo, Julio 4
San Alberto Quadrelli de Rivolta nació en Rivolta. El 29 de marzo de 1168, Jueves Santo, fue elegido por el clero y el pueblo de Lodi como obispo. Fue activo y celoso pastor, defensor del papa Alejandro III, y participo en el III Concilio Lateranense. |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Ulrico de Ausburgo, Santo Obispo, Julio 4
San Ulrico, obispo, descendía del noble linaje de los condes de Kyburg. Al nacer, era una criaturita tan esmirriada, que sus padres sentían incluso vergüenza de mostrarle a la gente, todos cuantos le veían quedaban convencidos de que aquel condesito no llegaría a valer para nada. Solamente un peregrino, que acababa de regresar de Tierra Santa, fue de distinto parecer y predijo que aquel niñito llegaría a ser un personaje famoso. De hecho, Ulrico, a quien solían llamar con la abreviatura familiar de Utz, alcanzó la edad de 83 años. |
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Fuente: Vatican.va
María Crucificada Curcio, Beata Fundadora, Julio 4
Fundadora de las |
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Catalina Jarrige, Beata Virgen Dominica, Julio 4
Catherine nació el 4 de octubre de 1754 en una pobre familia de campesinos en Doumis, Cantal, Francia. |
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Fuente: Franciscanos.net
Cesidio Giacomantonio de Fossa, Santo Mártir, Julio 4
MártirAngel nació en Fossa, Abruzzo, provincia de Aquila, el 30 de agosto de 1873. Ya desde jovencito a menudo se iba al solitario convento de Ocre, donde reposan los restos del Beato Bernardino de Fossa y del Beato Timoteo de Monticchio. Orando ante aquellas urnas sintió germinar en su corazón la vocación religiosa y la idea de la vida franciscana. |
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Fuente: Vatican.va
Pedro Kibe Kasui y 187 compañeros, Beatos Mártires japoneses, 4 de julio
Mártir
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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