lunes, 23 de julio de 2012

---> Martes 24 de Julio de 2012. Santa Cristina ¡ruega por nosotros!


JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo  ( 12, 46-50)
Gloria a ti, Señor.

 
"Señalando con la mano a los discípulos, dijo: "Éstos son mi madre y mis hermanos""

En aquel tiempo, estaba Jesús hablando a la gente, cuando su madre y sus hermanos se presentaron fuera, tratando de hablan con él. Uno se lo avisó: Oye, tu madre y tus hermanos están fuera y quieren hablar contigo." 
Pero él contestó al que le avisaba: ¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?" 
Y, señalando con la mano a los discípulos, dijo: Éstos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de mi Padre del cielo, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las “palabras de vida eterna” (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354

Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=272692

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: “si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros” (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). “Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso”. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: “quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación” (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesar pecados graves al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

Misal

 

Beato Juan Soreth, Presbitero

Fiesta

Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio

 

Antífona de Entrada

Te alabaré y te daré gracias siempre, porque tú eres mi salvador, Señor mío y Dios mío.

Se dice Gloria.

Oración Colecta

Oremos:

Padre todopoderoso, tú que concediste a santo Tomás reconocer a Cristo como su Señor y su Dios; por intercesión de este Apóstol, haz que crezcamos en la fe, para que creyendo firmemente en tu Hijo Jesucristo podamos participar de su vida divina.

Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

 

Primera Lectura

Lectura de la carta del profeta Miqueas (7, 14-15. 18-20)
"Arrojará a lo hondo del mar todos nuestros delitos"

Señor, pastorea a tu pueblo con el cayado, a las ovejas de tu heredad, a las que habitan apartadas en la maleza, Pastarán en Basán y Galaad, como en tiempos antiguos; como cuando saliste de Egipto y te mostraba mis prodigios. 
¿Qué Dios como tú, que perdonas el pecado y absuelves la culpa al resto de tu heredad? No mantendrá por siempre la ira, pues se complace en la misericordia. 
Volverá a compadecerse y extinguirá nuestras culpas, arrojará a lo hondo del mar todos nuestros delitos. Serás fiel a Jacob, piadoso con Abrahán, como juraste a nuestros padres en tiempos remotos.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial  84
"Muéstranos, Señor, tu misericordia."

Señor, has sido bueno con tu tierra, has restaurado la suerte de Jacob, has perdonado la culpa de tu pueblo, has sepultado todos sus pecados, has reprimido tu cólera, has frenado el incendio de tu ira. 
Restáuranos, Dios salvador nuestro; cesa en tu rencor contra nosotros. ¿Vas a estar siempre enojado, o a prolongar tu ira de edad en edad?  
¿No vas a devolvernos la vida, para que tu pueblo se alegre contigo? Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.

 

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.

Tomás, tú crees porque me has visto, dice el Señor; dichosos los que creen sin haberme visto.

Aleluya.

 

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo  ( 12, 46-50)
Gloria a ti, Señor.

 
"Señalando con la mano a los discípulos, dijo: "Éstos son mi madre y mis hermanos""

En aquel tiempo, estaba Jesús hablando a la gente, cuando su madre y sus hermanos se presentaron fuera, tratando de hablan con él. Uno se lo avisó: Oye, tu madre y tus hermanos están fuera y quieren hablar contigo." 
Pero él contestó al que le avisaba: ¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?" 
Y, señalando con la mano a los discípulos, dijo: Éstos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de mi Padre del cielo, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración de los Fieles

Celebrante:

En la fiesta de Santo Tomás, apóstol, presentemos al Padre del cielo muestra oración por las necesidades del mundo entero y por la Iglesia.

Digamos:

Te lo pedimos, Señor.

Por la Iglesia del nuevo milenio: para que Dios robustezca su fe y para que los cristianos demos testimonio de Jesús como nuestro Dios y Señor.

Oremos.

Te lo pedimos, Señor.

Por el Pueblo de Dios, edificado sobre la fe de los apóstoles: para que viva en plenitud la misión que se le ha encomendado y predique el Evangelio hasta los confines de la tierra.

Oremos.

Te lo pedimos, Señor.

Por los que gozan de prosperidad material: para que aprendan a compartir sin egoísmo los bienes que de Dios han recibido.

Oremos.

Te lo pedimos, Señor.

Por los que sienten vacilar su fe, por los que se han apartado de ella y por los que viven en la indiferencia: para que la intercesión de Santo Tomás les obtenga convicciones profundas, y una experiencia del amor de Dios que los haga retornar a Él. Oremos.

Te lo pedimos, Señor.

Por los enfermos: para que el Señor les conforte.

Oremos.

Te lo pedimos, Señor.

Por los que comulgamos con el Cuerpo y la Sangre de Cristo y nos llamamos discípulos suyos: para que seamos ante los hombres auténticos testigos de nuestra fe en Él.Oremos.

Te lo pedimos, Señor.

 

Celebrante:

Señor y Dios de bondad, que nos das tu Espíritu Santo para ayudarnos en nuestro peregrinar hacia Ti; escucha las oraciones que te presentamos en la fiesta de Santo Tomás, apóstol, y concédenos vivir con espíritu de fe todos los acontecimientos de nuestra vida.

Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, el sacrificio de alabanza que vamos a ofrecerte en esta festividad de santo Tomás, apóstol, y conserva en nosotros los dones de tu redención.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de los Apóstoles I

Los apóstoles, pastores del

pueblo de Dios

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso, Pastor eterno.

Porque no abandonas a tu rebaño, sino que lo cuidas continuamente por medio de los santos Apóstoles, para que sea gobernado por aquellos mismos pastores que le diste como vicarios de tu Hijo.

Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

 

Antífona de la Comunión

Jesús dijo a Tomás: Acerca tu mano, toca las cicatrices dejadas por los clavos y no seas incrédulo, sino creyente.

Oración después de la Comunión

Oremos:

Padre misericordioso, que nos has alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, haz que, junto con el apóstol Tomás, reconozcamos en Cristo a nuestro Señor y a nuestro Dios y demos testimonio con la vida de lo que creemos con la fe.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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Meditación diaria

 

16ª Semana. Martes

LA NUEVA FAMILIA DE JESÚS

— Nuestra unión con Cristo es más fuerte que cualquier vínculo humano. Los lazos que se originan de seguir al Señor en un mismo camino son más estrechos que los de la sangre.

— Debemos tener el necesario desprendimiento e independencia para llevar a cabo la propia vocación.

— María, la Madre de la nueva familia de Jesús, la Iglesia, es también Madre de cada uno de nosotros.

I. El Evangelio de la Misa1 nos muestra a Jesús predicando una vez más. Se halla en una casa tan abarrotada de gente que su Madre y otros parientes no pueden llegar hasta Él, y le envían un recado. Alguien le dijo entonces: Mira que tu madre y tus hermanos están fuera intentando hablarte. Y Él, extendiendo las manos hacia sus discípulos, les dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Pues todo el que haga la voluntad de mi Padre que está en los Cielos, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre.

En otra ocasión, una mujer del pueblo, al ver las palabras llenas de vida de Jesús, exclamó en una alabanza a María: Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron. Pero el Señor dio la impresión de querer rechazar el requiebro de aquella mujer, y contestó: Bienaventurados más bien los que escuchan la palabra de Dios y la guardan2.

El Papa Juan Pablo II relaciona estas dos escenas con aquella respuesta que Jesús dio a María y a José cuando le encontraron en Jerusalén, a la edad de doce años, después de una búsqueda afanosa durante tres días. Allí les dijo Jesús, con un amor sin límites y con una claridad total: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que es necesario que Yo esté en las cosas de mi Padre?3. Desde el comienzo, Jesús estuvo dedicado a las cosas de su Padre. Anunciaba el Reino de Dios y a su paso todas las cosas alcanzaban un sentido nuevo, también el parentesco. “En esta dimensión nueva, un vínculo como el de la “fraternidad” significa también una cosa distinta de la “fraternidad según la carne”, que deriva del origen común de los mismos padres. Y aun la “maternidad” (...) adquiere un significado diverso”4, más profundo y más íntimo.

Nos enseña repetidamente el Señor que por encima de cualquier vínculo y autoridad humana, incluso la familiar, está el deber de cumplir la voluntad de Dios, la propia vocación. Nos dice que seguirle de cerca, en la propia vocación, la que Él ha dado a cada hombre y a cada mujer, nos lleva a compartir su vida hasta tal punto de intimidad que constituye un vínculo más fuerte que el familiar5. Santo Tomás lo explica diciendo que “todo fiel que hace la voluntad del Padre, esto es, que le obedece, es hermano de Cristo, porque es semejante a Aquel que cumplió la voluntad del Padre. Pero, quien no solo obedece, sino que convierte a otros, engendra a Cristo en ellos, y de esta manera llega a ser como la Madre de Cristo”6. Es muy fuerte el vínculo que nace de llevar la misma sangre, pero lo es aún más el que se origina del seguir a Cristo en el mismo camino. No hay ninguna relación humana, por estrecha que sea, que se asemeje a nuestra unión con Jesús y con quienes siguen a Jesús.

II. ¿Quién es mi madre...? “¿Se aleja con esto de la que ha sido su madre según la carne? ¿Quiere tal vez dejarla en la sombra del escondimiento, que ella misma ha elegido? Si así puede parecer por el significado de aquellas palabras, se debe constatar, sin embargo, que la maternidad nueva y distinta, de la que Jesús habla a sus discípulos, concierne concretamente a María de un modo especialísimo”7. Ella es amada por Jesús de modo absolutamente singular a causa del vínculo de la sangre por el que María es su Madre según la carne. Pero Jesús la ama más, y está más estrechamente unido con Ella, por los lazos de la delicada fidelidad de la Virgen a su vocación, al perfecto cumplimiento de la voluntad del Padre. Por eso la Iglesia nos recuerda que la Santísima Virgen “acogió las palabras con las que su Hijo, exaltando el Reino por encima de las condiciones y lazos de la carne y de la sangre, proclamó bienaventurados a los que escuchan y guardan la palabra de Dios, como Ella lo hacía fielmente”8.

La propia vocación nos hace querer, humana y sobrenaturalmente, a los padres, a los hijos, a los hermanos. Dios ensancha y afina el corazón, y a la vez nos pide la necesaria independencia y desprendimiento de cualquier atadura, para llevar a cabo lo que Él quiere de cada uno: realizar la propia llamada, que es única e irrepetible, aunque alguna vez, por razones comprensibles, pueda causar dolor a quienes más queremos en la tierra. No podemos olvidar que después de la explicación de Jesús a María y a José, que llevaban tres días buscándole, ellos no comprendieron lo que les dijo9, siendo María la llena de gracia y José justo, metido plenamente en Dios. Más tarde fueron entendiendo más –María en un orden más profundo–, a medida que los acontecimientos de su Hijo se iban desarrollando. No nos tiene que sorprender, por tanto, que a veces nuestros parientes no entiendan.

¡Qué alegría pertenecer con lazos tan fuertes a esta nueva familia de Jesús! ¡Cómo hemos de querer y ayudar a quienes están fuertemente unidos a nosotros por los vínculos de la fe y de la vocación! Entonces entendemos las palabras de la Escritura: Frater qui adiuvatur a fratre quasi civitas firma10, el hermano, ayudado por su hermano, es como una ciudad amurallada. Nada puede contra la caridad y la fraternidad bien vivida. “¡Poder de la caridad! —Vuestra mutua flaqueza es también apoyo que os sostiene derechos en el cumplimiento del deber si vivís vuestra fraternidad bendita: como mutuamente se sostienen, apoyándose, los naipes”11.

III. Todo el que haga la voluntad de mi Padre que está en los Cielos, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre. Quizá la Virgen, desde el lugar en que se encontraba fuera de la casa donde enseñaba su Hijo, oyera estas palabras, o quizá alguien se las repetiría enseguida. Ella bien sabía los lazos profundos que la unían con Aquel a quien iba a ver: vínculos de la naturaleza, y otros, más profundos aún, originados por su perfecta unión con la Trinidad Beatísima. Ella sabía, cada vez de un modo más perfecto, que había sido llamada desde la eternidad para ser la Madre de esta nueva familia que se forma en torno a Jesús. Por medio de la fe correspondió a la llamada que Dios le dirigía para ser Madre de su Hijo y “en la misma fe ha descubierto y acogido la otra dimensión de la maternidad, revelada por Jesús durante su misión mesiánica. Se puede afirmar –enseña el Papa Juan Pablo II– que esta dimensión de la maternidad pertenece a María desde el comienzo, o sea desde el momento de la concepción y del nacimiento del Hijo. Desde entonces era “la que ha creído”. A medida que se esclarecía ante sus ojos y ante su espíritu la misión del Hijo, ella misma como Madre se abría cada vez más a aquella “novedad” de la maternidad, que debía constituir su “papel” junto al Hijo”12.

Más tarde, en el Calvario, se descorrió por completo el velo del misterio de su maternidad espiritual sobre aquellos que a lo largo de los siglos habían de creer en Él: Ahí tienes a tu hijo13, le dijo Jesús señalando a Juan. Y en él estábamos representados todos los hombres. Esa maternidad se extiende de modo particular a todos los bautizados y a quienes están en camino hacia la fe, porque María es Madre de la Iglesia toda14, la gran familia del Señor que se prolonga a través de los tiempos.

Se da una particular correspondencia entre el momento de la Encarnación del Hijo de Dios y el nacimiento de la Iglesia en Pentecostés, y “la persona que une estos dos momentos es María: María en Nazaret y María en el cenáculo de Jerusalén. En ambos casos su presencia discreta, pero esencial, indica el camino del “nacimiento del Espíritu”. Así la que está presente en el misterio de Cristo como Madre, se hace –por voluntad del Hijo y por obra del Espíritu Santo– presente en el misterio de la Iglesia”15. La presencia de María en la Iglesia es una presencia materna, y lo mismo que en una familia la relación de maternidad y de filiación es única e irrepetible, así nuestra relación con la Madre del Cielo es única y diferente para cada cristiano. Y lo mismo que Juan la acogió en su casa, cada cristiano ha de “entrar en el radio de acción de aquella “caridad materna”“16.

A cada uno nos quiere como si fuera su único hijo, y se desvela por nuestra santidad y por nuestra salvación como si no tuviera otros hijos en la tierra. Muchas veces hemos de llamarla ¡Madre! Y ahora, al terminar este rato de oración, le decimos en la intimidad de nuestra alma: ¡Madre mía!, no me dejes. ¡Tú bien sabes cuánta necesidad tengo de Ti! ¡Ayúdame a estar siempre cerca de tu Hijo!

1 Mt 12, 46-50. — 2 Lc 11, 27-28. — 3 Lc 2, 49. — 4 Juan Pablo II, Enc. Redemptoris Mater, 25-llI-1987, 20. — 5 Cfr. Sagrada Biblia, Santos Evangelios, EUNSA, Pamplona 1983, nota a Mc 4, 31-35. — 6 Santo Tomás. Comentario sobre el Evangelio de San Mateo, 12, 49-50. — 7 Juan Pablo II, loc. cit. — 8 Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 58. — 9 Lc 2, 50 — 10 Prov 18, 19. — 11 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 462. — 12 Juan Pablo II, loc. cit. — 13 Jn 19, 26. — 14 Cfr. C. Pozo, María en la obra de la salvación, BAC, Madrid 1974, pp. 61-62.— 15 Juan Pablo II, o. c., 24. — 16 Ibídem, 45.

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Santoral                   (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

Fuente: Archidiócesis de Madrid
Cristina, Santa Mártir, 24 de julio  

Cristina, Santa

Virgen y Mártir

Martirologio Romano: En Bolsena, ciudad de la Toscana, santa Cristina, virgen y mártir (s. inc.)

Etimológicamente: Cristina = Aquella que sigue a Cristo, es de origen latino.

 

Nació en Toscana, en la margen derecha del lago Bolsena, en un villorrio frecuentemente sacudido por elementos naturales y al mismo tiempo transformado por diversas culturas en el transcurso del tiempo.

Cristina es la hija de Urbano, gobernador pagano de la región y presentado por los libros antiguos como enemigo acérrimo de los cristianos. La niña se ha aficionado desde pequeña a aquello que cuentan de ese Cristo tan perseguido y maltratado; la curiosidad primera se cambia en pensamiento cuando descubre que son muchos los cristianos juzgados por su padre y condenados porque son fieles dispuestos a dar la vida por su ideal. Crece más y más la simpatía y a escondidas busca datos de unas señoras cristianas; la instruyen y la forman; se bautiza en secreto y toma el nombre de Cristiana.

Entre juego y travesura formal ha hecho algo que saca de quicio a su padre y será el motivo que la lleve al martirio; no se le ha ocurrido otra cosa que apañar las estatuillas de ídolos que su padre siempre ha conservado con esmero, casi como un patrimonio familiar, las ha tomado por suyas, las ha destrozado y ha dado el rico material de que estaban hechas a los pobres para remedio de su necesidad.

El padre ha descubierto su condición y lleno de ira, al notar la rebeldía de la niña, la trata con peores modos que a los demás cristianos. "No se ha de decir en el mundo que una niña me dio la ley, ni que estos hechiceros de cristianos triunfan de nuestros dioses en medio de mi propia familia. Yo veré si sus hechizos pueden más que mis tormentos y si la paciencia de una hija ha de hacer burla de la cólera de un padre". El gobernador manda usar con ella azotes y garfios admirándose de que Cristina persista en su actitud. Manda el desnaturalizado padre preparar un brasero ardiente para quemarla poco a poco; mas el brasero se hizo una hoguera que abrasó a los verdugos y a los curiosos cercanos. Puesta en la cárcel para que cambie por la lobreguez de la mazmorra, la oscuridad y el hambre; pero allí es consolada con luminosas apariciones de ángeles que le curan sus heridas y le prometen protección. El padre, a los pocos días, manda atarle al cuello una pesada piedra y arrojarla al lago; sin embargo un ángel la transporta a la orilla. Esa noche muere de un sofoco Urbano en su cama.

Mandan las autoridades un nuevo gobernador que se siente estimulado a proseguir el asunto Cristina presumiendo que su padre, por padre, no supo solventarlo. Se llama Dion y ya piensa en nuevas crueldades: estanque de aceite hirviendo mezclado con pez del que la niña Cristina es liberada. Luego la manda llevar al templo de Apolo para obligarle a ofrecer sacrificio, pero, ante el asombro de todos, el ídolo se derrumba y se hace polvo ante el mismísimo gobernador que muere en el acto ¡claro que los verdugos y miles de testigos presenciales proclaman espantados proclaman a gritos que es el de Cristina el único Dios!

El tercero de los gobernadores poderosos se llama Juliano quien, preocupado por el caso pendiente, lo ha estudiado con detenimiento llegando a la conclusión de que se trata de artificios, encantamientos y magia que todos los cristianos profesan. Por ello maquina nuevos procedimientos para hacer desistir a la niña Cristina de sus pertinaces rebeldías y conseguir que el poder romano y los dioses propicios terminen con la situación que ha puesto al borde del caos a la región. Mandó preparar un horno encendido donde mete a la niña para que el fuego la consuma; siete días la tiene allí sin conseguir que le suceda daño alguno. Luego será una habitación oscura plagada de serpientes, víboras y escorpiones venenosos de la que sale indemne y sin ningún picotazo, cantando alabanzas a Dios; la desesperación del mandatario llegó entonces al extremo de decretar cortarle la lengua, pero ¡oh prodigio! ahora canta más fuerte y mejor.

Y acude, arremolinándose, toda la comarca ante la contemplación evidente del triunfo que se comenta por todas partes de la debilidad cristiana ante la fortaleza y brutalidad romana. Basta un tronco caído en donde atan a la delicada niña para que las saetas atraviesen su cuerpo y ella decida, suplicándole al buen Dios, rendirle su espíritu con el martirio.

Dicen que sus restos se trasladaron de Toscana a Palermo de Sicilia donde es reverenciada.

¿Verosímil? Parece más bien como si la vida y la muerte martirial de Cristina hubiera servido de modelo para expresar la confrontación entre el bien y el mal, o lo que es lo mismo, entre fe cristiana y paganismo, entre la frágil niña Cristina y la personalidad experimentada y abrumadora de tres hombres de gobierno sucesivos -el primero su propio padre- con el mismo común empeño de demostrar que ellos pueden más. Parece como si se tratara de exaltar en Cristina aquello que debe ser real en todo cristiano -la fe en su Cristo y la confianza sin límite en su ayuda constante-, mientras que los gobernadores representan la obstinación ciega que rechaza el poder cada vez más evidente, como in crescendo, de Dios. Los verdugos y el pueblo serían los testigos que en la narración van a testificar con sus reacciones -esas que se intuyen llenas de emoción compasiva- dónde está la verdad y lo grande que es el poder de Dios. Da la sensación de que la Passio que narra la muerte de Cristina intenta también cargar motivos veterotestamentarios en donde parecen inspirarse algunos hechos que se narran. El hecho histórico del martirio sería la ocasión que motiva la amplia catequesis. De todos modos, estas consideraciones más parecen próximas a la labor pasada de los bolandistas; pero, en el caso de que hubieran sido los hechos tal como expresa la Passio, nos quedaría el regusto de disfrutar el aroma extraño que desprende la fidelidad del débil a las exigencias amorosas divinas que no entienden de edades y que perduran más allá de la muerte.

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Chárbel Makhluf, Santo Solitario de Dios y Taumaturgo del Líbano, 24 de julio  

Chárbel Makhluf, Santo

Gran amante de la Eucaristía y de la Virgen Santísima

Martirologio Romano: San Sarbelio (José, Charbel) Makhluf, presbítero de la Orden de los Maronitas Libaneses, que, por amor a la soledad y para alcanzar la más alta perfección, dejó el cenobio de Annaya, en el Líbano, y se retiró al desierto, en el que sirvió a Dios día y noche, viviendo con gran austeridad, ayunando y orando (1898).

 



Youssef (José) nació el 8 de mayo de 1828 en un pequeño poblado del Líbano llamado Biqa-Kafra. Era el quinto hijo de Antonio Makhlouf y Brígida Choudiac, sencillos campesinos llenos de fe. Dos de sus tíos maternos eran monjes en el monasterio de Quzhaya que distaba una hora de camino desde Biqa-Kafra. José los visitaba con frecuencia y se quedaba con ellos ayudando en los oficios divinos, participando en sus oraciones y cantos y escuchando sus sabios consejos.

Tenía veintitrés años cuando dejó casa y familia para entrar al monasterio de Nuestra Señora de Mayfouk de la orden maronita libanesa. Al recibir el hábito de novicio cambió su nombre por el de Chárbel, nombre de un mártir de la iglesia de Antioquía que murió en el año 107 bajo el

Chárbel Makhluf, Santo

imperio de Trajano. Cuando su madre y su tío se enteraron de su decisión, se dirigieron inmediatamente a buscarlo al monasterio tratando de convencerlo de que regresara. Finalmente, Brígida, también convencida de la vocación de su hijo, le dijo: Si no fueras a ser buen religioso te diría: ¡Regresa a casa! Pero ahora sé que el Señor te quiere a su servicio. Y en mi dolor al estar separada de tí, le digo resignada: ¡Que Dios te bendiga, hijo mío, y que haga de ti un santo...!

Desde joven había desarrollado una intensa vida interior y de oración que durante sus años de monje había madurado. Pronto se despertó en él la vocación por la vida eremítica que, de acuerdo con la tradición cristiana, se debe hacer viviendo en soledad. Se retiró a la ermita de San Pedro y San Pablo en Gebel an Nour (Montaña de la Luz) que tenía sólo dos habitaciones pequeñísimas y un oratorio también estrechísimo. Comenzó esta vida más austera en el año 1875 y la llevó durante veintitrés años. Se ejercitaba en diversas mortificaciones y en la oración continua; dormía sobre el suelo y comía una sola vez al día. Ordinariamente oficiaba la misa hacia el mediodía de tal forma que pasaba la mañana preparándose para el Santo Sacrificio y la tarde dando gracias a Dios. Vivía en el más absoluto retiro, del que sólo salía para atender alguna necesidad pastoral.

El 16 de diciembre de 1898 estaba celebrando la misa hacia las once de la mañana, cuando le sobrevino un ataque de parálisis en el momento de la consagración. Murió el 24 de diciembre y sus restos reposan en el monasterio de San Maron, actual meta de peregrinaciones y milagros incesantes. Fue canonizado el 9 de octubre de 1977 por el papa Pablo VI.

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Fuente: OSAnet.org
Antonio Torriani (De la Torre), Beato Médico y Sacerdote Agustino, 24 de julio  

Antonio Torriani (De la Torre), Beato

Médico de cuerpos y almas

Martirologio Romano: En l´Aquila, en la región Vestina, beato Antonio Torriani, presbítero de la Orden de los Ermitaños de San Agustín, médico de cuerpos y almas (1494).

Etimológicamente: Antonio = Aquel que es digno de estima, es de origen latino.

 

Nació en Milán (Italia) hacia el año 1424 de la noble familia de los Torriani o Della Torre. Después de haber estudiado medicina en la universidad de Pavía y durante algún tiempo ejercitado su profesión en Milán, vistió el hábito agustiniano en el convento de San Marcos de esta ciudad, y poco más tarde recibió la ordenación sacerdotal.

Temiendo que la estima y admiración de que le iban rodeando pudieran dañar a su espíritu, con el permiso de los superiores se retiró al convento de San Nicolás de Foligno, donde tuvo una visión de la Virgen María, de la que era devotísimo. Desde allí poco más tarde visitó la santa casa de Loreto. De la ciudad umbra de Spoleto, hacia el 1454, pasó a Roma, y después de visitar las tumbas de los Apóstoles partió en pía peregrinación a Santiago de Compostela. Estos desplazamientos contribuyeron a difundir su fama de santidad, sobre todo por la caridad hacia los enfermos y achacosos, a cuyo servicio ponía con generosidad su conocimientos médicos.

Famoso no sólo por los milagros que obraba sino también por su predicación ardiente y eficaz, en 1474 fue enviado a L’Aquila para aplacar las discordias que laceraban la ciudad. Fue precisamente allí donde se manifestaron mayormente sus virtudes: heroica penitencia, caridad con los apestados, humildad y celo incansable, oración asidua y observancia rigurosa de la regla.

Durante dieciocho años dirigió como maestro de espíritu el monasterio de las agustinas de Santa Lucía de L’Aquila, consiguiendo hacer florecer una ejemplar observancia regular. Fundó también las “manteladas” o “beatas” de San Agustín, con sede en la iglesia homónima, siempre en L’Aquila, piadosa y benemérita asociación que perduraría hasta el 1809.

Disfrutó del don de profecía y de los éxtasis. Al morir el 24 de julio de 1494, fue sepultado en la iglesia de S. Agustín, de donde en 1808 pasó a la de Collemaggio, y en 1838 a la de S. Bernardo. Muy pronto gozó de gran veneración, y su fiesta, celebrada en el aniversario del fallecimiento, contó con misa, himnos y antífonas propias. Su culto fue confirmado el 1 de julio de 1759 por S.S. Clemente XIII, y en 1770 fue dado como protector a la nueva provincia agustiniana aquilana.

Desde 1987 el cuerpo del Beato, venerado junto al de la Beata Cristina, se encuentra en la iglesia del monasterio de las agustinas de San Amico de L’Aquila.

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Balduino de Rieti, Santo Abad, 24 de julio  

Balduino de Rieti, Santo

Abad

Martirologio Romano: En Rieti, ciudad de la Sabina, san Balduíno, abad, discípulo de san Bernardo en el monasterio de Claraval, que fue enviado por el mismo san Bernardo a esta ciudad para fundar y regir el monasterio de San Mateo sub Lacu (1140).

Etimología: Balduino = compañero valiente. Viene de la lengua alemana.

Balduino era hijo de Berardo, conde los Marsi, y hermano de Reinaldo, abad del monasterio de Monte Casino. Más tarde el Papa Inocencio II lo nombró cardenal en 1138.

Balduino prefirió ser un monje cisterciense. Y tuvo la suerte de estar bajo la égida y dirección del propio san Bernardo de Claraval.

Apenas se ordenó de sacerdote, lo enviaron a un monasterio en el que encontró muchas dificultades. Pero detrás tenía a Bernardo para orientarlo y ayudarle en todo lo que necesitaba.

Murió joven en el año 1140, y está enterrado en la catedral de Rieti, Italia.

En seguida empezó el culto a san Balduino. La gente admiraba en él su santidad, la riqueza de gracias con que Dios lo había adornado, los milagros que hacía en su nombre para la mayor gloria de Dios.

De hecho, sus reliquias se conservan en al altar de la Capilla "de las Gracias".

Todo el rico mundo interior d Balduino tenía la fuente milagrosa de la unión con Dios, de su oración continuada. El trabajo era para él oración, y ésta es el mejor medio para avanzar por la senda a la que Dios llama a todo ser humano que quiere ser más él mismo.

La abadía que rigió durante años, es todo un testimonio de cómo viviendo la oración, llevando una vida austera y entregándose con amor a los hermanos, todo resulta fácil. Por eso, Balduino, siguiendo este tipo d vida, escaló la santidad.

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Nicolás Hermansson, Beato Obispo, 24 de julio  

Nicolás Hermansson, Beato

Obispo

Martirologio Romano: En Linköping, en Suecia, beato Nicolás Hermansson, obispo, el cual, exigente consigo mismo, se entregó totalmente a su Iglesia y a los pobres, y recibió la custodia de las reliquias de Santa Brígida (1391).

Etimológicamente: Nicolás = Aquel que es vencedor por el pueblo, es de origen griego.

 

Nicolás (Nils) Hermansson fue un destacado obispo y poeta de la Suecia medieval, estrechamente asociado con el Santa Brígida. Nicolás nació un Skanninge (Ostergotland). Temprano en la vida decidió ser un sacerdote. Estudió en París y Orleans; en su retorno a Suecia en 1358 fue canónigo en Linköping y Uppsala. En 1361 era al mismo tiempo archi-diácono y vicario general de la antigua e importante diócesis de Linköping, misma que administró durante la ausencia de su obispo. En 1374 fue elegido obispo de Linköping, cargo en el que lo ratificó el Papa Gregory XI, pero por la oposición del Rey Alberto no pudo tomar posesión hasta 1375.

Nicolás siempre tuvo una alta reputación. Severo consigo mismo, estaba totalmente consagrado a la Iglesia y a los pobres. Activo en su trabajo pastoral, visitó todas las parroquias de su diócesis, promoviendo la dignidad de culto y la moralidad en el clero. Era un predicador incansable, siempre accesible al creyente. Visitaba frecuentemente los monasterios, sobre todo el que Santa Brígida estaba fundando en Vadstena. Fue Nicolás quien presidió el entierro de Santa Brígida en Vadstena en 1374 y quien bendijo el monasterio en 1384. También ayudó substancialmente en su proceso de canonización que se completó en 1391. Él era un fiel devoto de los santos suecos; revivió el culto a
San Oscar, el apóstol de Suecia, tenía una devoción especial por San Sigfrido y San Botvido (28 julio). También era poeta litúrgico, escribió los himnos para el oficio de Santa Brigida cuyas Revelaciones él usó como una llamada al arrepentimiento y renovación. Colaboró en cuanto fuera necesario para resistir la opresión abusiva de los reyes, llegando incluso a excomulgar a Alberto y Haakon VI.

Nicolás murió el 2 de mayo de 1391. La fama de su santidad se extendió por toda la Escandinavia, y pronto se comenzaron a reportar milagros al pie de su tumba en la catedral de Linköping. Éstos acontecimientos serían registrados en 1402. En 1414 todo el episcopado sueco solicitó al cardenal Baldassare Cosa (el antipapa Juan XXIII) las canonizaciones de Brinolf de Skara, Ingrid de Skanning, y Nicolás de Linköping. El Concilio de Constanza autorizó la apertura del proceso de la canonización. El proceso formal sobre su vida y milagros fue sustentado en Linköping y Vadstena; es interesante y particular el analizar las virtudes de Nicolás y la vida religiosa en Suecia en momentos en que se vivía el Cisma de Occidente, mismo que terminó en 1417 con la elección de Martin V quien depuso a sus predecesores sismáticos. El Papa Martin V confirmó el trabajo de la comisión para la canonización de Nicolás, pero el proceso nunca se finalizó formalmente. El traslado solemne de sus reliquias tuvo lugar en Linköping en 1515. Posteriormente en 1523 el obispo autorizó la impresión del Oficio y Misa. Su festividad era anteriormente el 24 de julio pero se ha restaurado recientemente a la fecha de su muerte: 2 de mayo.

Nicolás no ha sido canonizado todavía formalmente, sería apropiado orar para que pueda darse la culminación de su proceso. Su culto y memoria deben ser una inspiración para la Iglesia Católica en Suecia, muy herida por la reforma protestante y sus consecuencias, pero que ha experimentado un pequeño pero significativo resurgir.

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Fuente: stjteresianas.pcn.net
Mercedes del Sagrado Corazón Prat, Beata Virgen y Mártir, 24 de julio  

Mercedes del Sagrado Corazón Prat, Beata

Virgen y Mártir

Martirologio Romano: En Barcelona, España, beata María de la Merced Prat, de la Sociedad de Santa Teresa de Jesús, virgen y mártir, que durante la guerra civil española fue condenada a muerte por ser religiosa (1936).

 

La Madre Mercedes nació en Barcelona (España) el 6 de marzo de 1880. Su padre, Don Juan Prat, murió el 26 de mayo de 1895, y su madre Doña Teresa Prat entregó su alma al Señor, un año después, el 16 de mayo de 1896.

En el Colegio de la Compañía de Santa Teresa de Jesús hizo su primera Comunión el 30 de junio de 1890. Una de las enseñanzas de las Teresianas que asimiló bien pronto fue la oración, especialmente en la práctica del famoso “Cuarto de Hora de Oración” que tanto inculcó el Padre Enrique de Ossó a las jóvenes de la Archicofradía, a la que ella pertenecía.

Mercedes dio pronto razón de su entusiasmo por la Compañía de Santa Teresa y su apostolado fundamental: “Para la Gloria de Dios y para Bien de la Religión, no hay nada mejor que los Institutos dedicados al apostolado de la enseñanza. Son sumamente necesarios”. El Noviciado le abrió sus puertas el día 27 de agosto de 1904. Entonces la Superiora General era la Fundadora María Teresa Blanch, y Maestra de Novicias la Madre Francisca Pla.

Una de las Hermanas con las que convivió definió a Mercedes Prat como “Una teresiana según el Corazón de Dios". El día 1 de marzo de 1905 vistió el hábito de la Compañía, y el día 10 de marzo de 1907 hizo los votos temporales y empezó su nueva vida de profesa en el lugar donde la obediencia la destinó.

El carácter natural de Mercedes se define por estas tres características más señaladas:
1ro. Simpatía natural en el trato y firmeza de carácter.
2do. Ecuanimidad y equilibrio en las reacciones.
3ro. Prudencia y verdad en su hablar y actuar.

La Madre Mercedes era considerada como una religiosa ejemplar por todas las Hermanas de la Comunidad, entre ellas así lo manifestó la Hna. María Teresa Fernández, quien también convivió con ella.

Una de las junioras que la conoció a través del trato que con ella tenían en el recreo, dijo: “Recuerdo que todas la apreciábamos por su afabilidad y virtud”. La Hna. Joaquina Miguel, su compañera en la detención y en el suplicio, asegura con sencillez encantadora que “era muy buena y muy santa”.

Su hermana Teresa Prat, asegura, que desde su niñez fue un alma entregada a Dios… como hermana mayor, nos hablaba del cielo y de los deseos de su posesión, excitándonos a los demás hermanos a la elevación de nuestra alma hacia Dios. Pero fue Cristo - atraída especialmente por su Corazón - el gran amor de su vida.

Dijo la Hna. Pilar Suárez Inclán, que manifestaba con sencillez su amor a la Persona de Cristo en sus misterios, especialmente en su Sagrado Corazón. Repetía con frecuencia cuando hablaba de los peligros de la revolución que se desarrollaba en España:”suceda lo que suceda, el Corazón de Jesús triunfará”.

La situación venía siendo crítica desde los últimos años de la República, se veía venir el desenlace. Silenciosamente pero sopesando los hechos, ella sabía que estaban en peligro, pero fue entonces cuando se le vio prolongar sus ratos de oración ante el Sagrario. De allí, sin duda, le vendría aquella confianza ilimitada y más adelante, aquella fortaleza ejemplar.

Corría el mes de julio de 1936 cuando tuvo oportunidad de dar testimonio de su obediencia y entrega. Al preguntarle unos milicianos quién era, respondió que una religiosa de enseñanza, y al preguntarles si sabían que por eso podían ser fusiladas, Mercedes y la Hermana que le acompañaba no lo ignoraban. “Nos van a matar”, dijo al salir de Ganduxer, “pero vamos allá, obedeceré porque el Señor lo quiere”. Fueron horas de angustia para las dos hermanas: interrogatorios, amenazas, simulacro de fusilamiento…Fue un día largo el 23 de julio.

Al fin, la madrugada del 24, en la carretera de la Rabasada, el pelotón de fusilamiento encontró a Mercedes con la oración en los labios. Se oyeron unos disparos. Herida de muerte repitió entre gemidos: “Jesús, José y María” y sus últimas palabras fueron las del Padrenuestro “Perdónanos como Perdonamos…”

Cuando su compañera le cerró los ojos la vio como “el angel del dolor”.-

El día 21 de mayo de 1955 los restos mortales de la M. Mercedes Prat fueron depositados en el cementerio de Las Corts en una urna que se colocó en nicho propio de la Compañía. Allí espera su cuerpo la resurrección.

El 29 de abril de 1990 fue Beatificada por el Papa Juan Pablo II.

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Fuente: Enciclopedia-Aragonesa.com
María Pilar de San Francisco Borja y compañeras, Beatas Virgenes y Mártires, 24 de julio  

María Pilar de San Francisco Borja y compañeras, Beatas

Vírgenes y Mártires

Martirologio Romano: En la ciudad de Guadalajara, en España, beatas María Pilar de San Francisco Borja (Jacoba) Martínez García, Teresa del Niño Jesús y de San Pablo de la Cruz (Eusebia) García y García, y María Ángeles de San José (Marciana) Valtierra Tordesillas, carmelitas descalzas, vírgenes y mártires, todas ellas coronadas con el martirio durante la guerra, mientras aclamaban a Cristo, su Esposo (1936).

 

(Tarazona, 1877 - Guadalajara, 1936). Nació un 30 de diciembre en la calle Garnacha, número 1, hoy calle doña Valeriana Irazoqui, muy cerca de la Merced. Fue el undécimo de los hijos del matrimonio compuesto por Luis Martínez y Gabina García. Fue bautizada con el nombre de Jacoba en el templo catedralicio de Tarazona (parroquia de San Andrés) y confirmada por el obispo don Ramón Fernández en la iglesia de Santa María Magdalena.

Sus hermanos Julián y Severiana ya habían sentido la llamada de la vocación religiosa, y ella, aunque de niña confesaba a su madre que no quería ser monja, el 12 de octubre de 1898 entra Carmelita Descalza en el convento de San José de Guadalajara; desde esta fecha se llamará hermana María Pilar de San Francisco de Borja. Fue una monja carmelita ejemplar: humilde, alegre y feliz de entregarse a Dios en los demás. Monseñor Jesús Pla, obispo de Sigüenza-Guadalajara, en la pastoral “Del Carmelo al Calvario”, en que daba cuenta de la beatificación, resaltó el amor de la hermana María Pilar a la Eucaristía.

Su vida discurrió en el convento hasta el día 24 de julio de 1936 en que, junto a otras dos carmelitas, las hermanas María Ángeles de San José y Teresa del Niño Jesús, fue fusilada por los milicianos. Dos días antes de morir habló con la madre priora para decirle: “Madre, he pedido al Señor que si desea víctimas en esta comunidad, me escoja a mí y libre a las demás”.

Tras un largo y costoso proceso, congelado durante dieciocho años para evitar interpretaciones de signo político, en 1986 llegó el decreto de Juan Pablo II certificando que las tres religiosas carmelitas habían sido declaradas mártires y que su proclamación como beatas tendría lugar el día 29 de marzo de 1987.

Su beatificación se celebró, junto a la del cardenal Marcelo Spínola y el sacerdote Manuel Domingo Sol, en una ceremonia de especial importancia para la Iglesia Católica española, pues desde el siglo xvii no se vivía la circunstancia de reunir cinco nuevos beatos.

Para la Iglesia de Aragón el acontecimiento tiene una importancia añadida. La monja carmelita es la primera mujer que llega a los altares con el nombre de Pilar. Con tal motivo, por decisión del Cabildo Metropolitano, se va a colocar una imagen de la Beata en la Basílica del Pilar de Zaragoza.

El sepulcro y las reliquias de la hermana María Pilar se encuentran en Guadalajara. En Tarazona sólo se conservan las partidas de nacimiento y confirmación.

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Fuente: Diocesisgetafe.es
María Ángeles de San José (Marciana) Valtierra Tordesillas, Beata Virgen y Mártir, 24 de julio  

María Ángeles de San José (Marciana) Valtierra Tordesillas, Beata

Virgen y Mártir

Martirologio Romano: En la ciudad de Guadalajara, en España, beatas María Pilar de San Francisco Borja (Jacoba) Martínez García, (Eusebia) García y García, y María Ángeles de San José (Marciana) Valtierra Tordesillas, carmelitas descalzas, vírgenes y mártires, todas ellas coronadas con el martirio durante la guerra, mientras aclamaban a Cristo, su Esposo (1936).

 

Nace en Getafe (Madrid), a vista del Cerro de los Angeles y de su Monumento al Sagrado Corazón de Jesús el 5 de marzo de 1905.

Bautizada el día 12 del mismo mes y año en la parroquia de Santa María Magdalena de Getafe, (catedral). Se le puso el nombre de Marciana, era la décima de la familia. Fueron sus padres Manuel Valtierra y Lorenza Tordesillas. De carácter manso y tranquilo. Era la alegría de su casa. Su familia estaba rodeada de religiosas; tres hermanas de su padre fueron monjas de clausura, de vida muy edificante, así como dos primas y una sobrina carmelita descalza en Alcalá de Henares. Su hermana Marcelina también entró en las Concepcionistas franciscanas de Alcalá de Henares.

Con 3 años ingresó en el colegio que en Getafe tienen las religiosas de la Sagrada Familia, en esta fecha ya había perdido a su madre. Comenzó pronto a destacar por sus virtudes; era dócil, humilde, aplicada, piadosa, encanto de maestros y compañeras de colegio. Y comenzó a manifestar esas virtudes que distinguirían toda su vida. Desde su juventud la caridad era su virtud más sobresaliente; se desvivía por los pobres, a los que ayudaba en sus necesidades. Jamás se buscaba en nada y era toda alegre y amable para los demás, hasta el punto que una de sus amigas decía”: Si vivimos mucho, veremos a Marciana en los altares”. Su espíritu misionero le llevaba hasta jugar a la lotería con intención de darlo a los misioneros y siempre le tocaba algún pequeño premio.

El 3 de junio de 1910 recibió el Sacramento de la Confirmación.

El 1 de mayo de 1913 hizo su primera comunión, para la que se preparó con muchos sacrificios, deseando desde ese hermoso día consagrarse por entero al Señor en la vida religiosa. Ese día deseó vestir a una niña pobre. Nadie supo la profundidad de aquel encuentro tan deseado, que se reflejaba en sus ojos. No hay que creer que era una niña osca y retraída, hacía muy bien los papeles que le confiaban en el colegio en los teatrillos; hizo llorar al público representando el de huerfanita, cuando aún era muy pequeña. La caridad era su virtud favorita. Con muy pocos años ayudaba a su madre a repartir limosna a los pobres, que quería hacerlo por su mano, si veía alguno por la calle le preguntaba si había comido y se lo llevaba a su casa. Ya de mayor cosía ropa para los niños pobres, se alistaba en las Conferencias de San Vicente de Paúl para ir a visitarlos, y socorrerlos también palabras evangélicas. Pertenecía a las Hijas de María y al Apostolado de la Oración y daba catequesis a los niños. Con celo apostólico se desvivía por la propagación de la fe, juntaba limosnas y sellos para las misiones.

¡ El gran valor que tiene el ambiente cristiano de la familia para la formación y maduración de la fe de sus miembros!

Sus grandes devociones fueron siempre el Sagrado Corazón de Jesús y la Santísima Virgen. Tuvo la dicha de asistir el 30 de mayo a la consagración de España. Hecha por el rey Alfonso XIII en el Cerro de los Angeles.

A los 12 años escribía a su hermana religiosa “cuando perdí a mamá, como era tan pequeña, no me di cuenta de lo que perdía. ¡ Cuánta falta me hace! pero he tomado por mi Madre a la Santísima Virgen”.

El cuidado de su padre y de dos tías, una de ellas paralítica, retrasaron el cumplimiento de su vocación. Era un sacrificio, pero lo sufría con paz viendo la voluntad de Dios. Es natural que viviendo tan cerca del Cerro de los Angeles, donde florecía el convento de Carmelitas Descalzas, subiera a pedir puesto en sus filas. La recibió la Madre Maravillas, pero tuvo que desengañarla. No había plaza en el número limitado por la regla. Tendría que esperar, mucho tiempo. Pero la aspirante tenía prisa, ¡ bastante lo había demorado, por caridad con sus familiares!

El 14 de julio de 1929, cumplidos los 24 años con la sonrisa en los labios, disimulando su dolor ante la pena de sus queridos, dejaba casa, padre y hermanos y recibiría el ciento por uno, entrando en el Carmelo de San José de Guadalajara. Era feliz, ya “sola con Dios solo” en el puerto deseado.

En 1930 toma el hábito con el nombre de Mª Angeles de San José. Elige este nombre por amor a la Virgen de los Angeles; hoy patrona de la Diócesis de Getafe, bajo esta advocación.

El 21 de enero de 1931 hizo su profesión simple y tres años más tarde la solemne. Destacó entre otras muchas virtudes por su humildad y caridad, huía de sobresalir en algo.

El 26 de marzo de 1934 pasó por la pena de perder a su padre, fue muy doloroso para su corazón, pero disimulaba, era una de las cualidades de su carácter. El anhelo del martirio crecía en cada corazón de estas benditas 18 carmelitas que componían el Carmelo de San José. En Alcalá, Guadalajara y Madrid no solo los oficiales del Ejército sino también los sacerdotes eran insultados públicamente y martirizados.

El 22 de julio de 1936, Guadalajara fue tomada. Había que abandonar el convento. Las monjas vestidas de seglares se disponían a salir cuando llegó el capellán D. Eulogio Cascarejo (que poco después alcanzaría también la palma del martirio), a darles la comunión y les dijo: “Comulguen por viático”. En estos momentos acude la portera y les dice que no se demoren en salir pues vienen a quemar el convento. Salen de dos en dos y se reparten en casas conocidas, allí oran sin cesar.

El 24, siendo muchas en el mismo lugar y comprometiendo a la dueña, salen para la casa de otra amiga suya: la Hna.Teresa, Hna. Pilar y la Hna. Mª Angeles. Salen sobre las 4 de la tarde y al pasar junto a un camión donde unos milicianos estaban merendando, una miliciana al verlas, exclamó: “Disparadles, son monjas”. Se bajan del camión y van en su busca. Ya habían entrado en el portal, pero las obligan a salir a la calle. La primera en salir es la Hna. Mª Angeles de San José, le dispararon varios tiros, cae mortalmente herida y en el silencio entrega su vida a Dios. ¡ El amor a Jesús es más fuerte que la muerte!. La noche anterior le había dicho a la Priora: ¡”Madre, qué dicha si fuéramos mártires”. !

Uno de sus confesores manifestó:
La hermana Mª Angeles habría alcanzado la santidad, aunque no hubiera padecido el martirio”.

Vivió con fidelidad toda su vida “La aventura de su entrega”.

Del himno que se canta en honor de las tres mártires que no jugaron a ser monjas, ni a ser santas sino que vivieron siéndolo en serio y por ello dieron su sangre:

“Tres palomas del Carmelo
volaron hacia el Señor
tan alto alzaron el vuelo
que dieron caza al AMOR”


El 15 de marzo de 1941, el P.Silverio de Santa Teresa, previos los trámites requeridos, se recuperan los restos y trasladarlos a su querido convento, yacían en una fosa común; fueron pronto reconocidas, llevaban aún en su pecho sus crucifijos y restos del cilicio y de la disciplina, joyas que la Hna. Mª Angeles llevaba consigo al dejar el claustro. Estuvieron dos días depositados en la capilla del cementerio cada una en su humilde caja de madera. El 17 de marzo fue el traslado triunfal de allí al convento. Al día siguiente fueron colocadas en los nichos de la pared frontal de la cripta del Monasterio.

El 21 un piadosísimo funeral cerró los cultos. Lo ofició, con gran emoción, D.Julián García, hermano de la Hna.Teresa del Niño Jesús.

El 29 de marzo de 1987, fue beatificada por el Papa Juan Pablo II, junto con las hermanas
Teresa del Niño Jesús y Mª del Pilar de San Francisco de Borja.

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uente: Carmelnet.org
Teresa del Niño Jesús y de San Juan de la Cruz (Eusebia) García y García, Beata Virgen y Mártir, 24 de julio  

Teresa del Niño Jesús y de San Juan de la Cruz (Eusebia) García y García, Beata

Virgen y Mártir

Martirologio Romano: En la ciudad de Guadalajara, en España, beatas María Pilar de San Francisco Borja (Jacoba) Martínez García, Teresa del Niño Jesús (Eusebia) García y García, y María Ángeles de San José (Marciana) Valtierra Tordesillas, carmelitas descalzas, vírgenes y mártires, todas ellas coronadas con el martirio durante la guerra, mientras aclamaban a Cristo, su Esposo (1936).

 

Nació en Mochales (Guadalajara) el 5.3.1909 y se llamó Eusebia. Fue la segunda de ocho hermanos. Sus padres, Juan y Eulalia, la educaron en una fe recia y generosa.

La lectura de la Historia de un alma, de Santa Teresa del Niño Jesús, fue la causa última de su vocación carmelita. Ingresó en el Carmelo asus 16 años, en 1925. Desde un principio tomó la vida religiosa en serio y decidió ser santa a toda costa.

Su martirio fue una maravilla: los milicianos intentaron engañarla y abusar de ella, pero no sabían con quién trataban. Huyó corriendo, y mientras la cosían a balazos, gritaba: "¡Viva Cristo Rey...!" Era el 24.7.1936.

El 29 de marzo de 1987 el papa Juan Pablo II beatificaba a estas tres carmelitas, muertas mártires de Jesucristo cincuenta años antes.

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Fuente: franciscanos.net
Modestino de Jesús y de María Mazzarell, Beato Presbítero, 24 de julio  

Modestino de Jesús y de María Mazzarell, Beato

Presbítero

Martirologio Romano: En Nápoles, ciudad de la Campania, beato Modestino de Jesús y de María (Domingo) Mazzarello, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que, cercano siempre a toda clase de pobres y afligidos, al asistir a los moribundos en tiempo de cólera murió contagiado de la misma enfermedad (1854).

 

(1802‑1854)

Beatificado por Juan Pablo II en enero de 1995.

Nació en Frattamaggiore, Provincia de Nápoles, diócesis de Aversa, el 5 de septiembre de 1802, hijo de Nicola Mazzarella, cordelero, y Teresa Esposito, tejedora, humildes artesanos pero ejemplares padres cristianos. Bautizado al día siguiente de su nacimiento con el nombre de Domingo. Sirvió como monaguillo en la parroquia y ayudaba en el culto a la Santísima Virgen Madre del Buen Consejo.

A los 16 años fue acogido gratuitamente en el seminario de Aversa por el obispo Mons. Agostino Tommasi, al fallecer trágicamente éste hubo de volver a casa, pero no descuidó sus estudios de preparación para el sacerdocio. Atraído luego por la vida austera de los Hermanos Menores del vecino convento de Grumo Nevaro, vistió el hábito franciscano en el convento de Piedimonte Matese el 3 de noviembre de 1822, hizo el noviciado en el convento de Santa Lucía al Monte, Nápoles, hizo los votos el 27 de noviembre de 1824, fue ordenado sacerdote el 22 de diciembre de 1827 en la catedral de Aversa.

Dedicado a la predicación y al sacramento de la reconciliación, fue guardián en varios conventos. En 1839 fue trasladado al convento de Santa María della Sanità, en uno de los barrios más populares de la ciudad de Nápoles, donde permaneció hasta su muerte, ejerciendo un provechoso y admirable ministerio sacerdotal sobre todo a favor de los más pobres y enfermos. Se distinguió sobre todo por su celo en la defensa de la vida naciente y la difusión de la devoción a la Santísima Virgen bajo la advocación de Madre del Buen Consejo, la devoción de su juventud.

Se integró con cristiana compasión en el contexto social de su gente, y supo adaptar con formas adecuadas a la cultura y a la mentalidad de su tiempo el eterno evangelio de la caridad y de la paz, haciendo surgir del fondo del alma y del corazón del generoso pueblo napolitano insospechadas energías espirituales y morales.

El 24 de julio de 1854, afectado por el cólera contraído mientras asistía a las víctimas de esa epidemia, después de haber pedido perdón a los hermanos e invocado con filial fervor a la Madre del Señor, fue acogido por el Resucitado en el reino de los bienaventurados, con gran pesar de sus beneficiados y de toda Nápoles. Modestino, con su vida de apertura a las necesidades de los pobres y marginados de su tiempo, sigue siendo un modelo sobre todo para los consagrados, y es un llamamiento a dar testimonio con vigor y coherencia del evangelio de la caridad, e invita a los jóvenes a responder con valor y entusiasmo a la invitación de Aquel que los quiere hoy como colaboradores de Dios y testigos de su misericordia.

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Fuente: Enciclopedia Católica
Juan Boste, Santo Presbítero y Mártir, 24 de julio  

Juan Boste, Santo

Presbítero y Mártir

Martirologio Romano: En Durhan, en Inglaterra, san Juan Boste, presbítero, que, siendo reina Isabel I, por ser sacerdote sufrió el martirio y ante el juez no cesó de dar ánimos a sus compañeros (1594).

 

Sacerdote y mártir, nacido de una buena familia católica en Dufton, en Westmorelan, aproximadamente en 1544. Murió en Durham, el 24 de julio de 1594. Estudió en el Queen College, Oxford, de 1569 a 1572, llegó a ser integrante de la academia, y fue recibido en la Iglesia de Brome, en Suffolk, en 1576. Renunció a su pertenencia a la academia en 1580, y fue a Reims, donde fue ordenado sacerdote el 4 de marzo de 1581, y en abril fue enviado a Inglaterra.

Fue a Hartlepool y llegó a ser un dedicado misionero, a tal grado que los perseguidores hicieron extraordinarios esfuerzos por capturarlo. Al final, tras muchas veces en que pudo escapar por estrecho márgen, fue enviado a Waterhouses, la casa de William Claxton, cerca de Durham, traicionado por uno de los eglesfield, el 5 de julio de 1593. Ese lugar aún es visitado por católicos. Desde Durham, fue enviado a Londres, al lugar “de resolución, sobresaliente, gozoso y placentero”, aunque terrible, de la Torre de Londres.

Fue enviado de retorno a Durham en 1594, se mantuvo siempre con gran valentía y resolución e indujo a su compañero mártir George Swalwell a convertirse al ministerio, este último, aún con reticencia, se arrepintió de su cobardía, absolviéndolo públicamente en la corte. Sufrió en Dryburn, en las afueras de Durham.

Nuestro personaje recibió el Angelus mientras montaban el cadalso. Fue ejecutado con extraordinaria brutalidad, se le mantuvo en el patíbulo cuando fue cortado, de manera que los cortes se hicieron en su cuerpo estando aún vivo y de pié. Un recuento del juicio y de la ejecución ha sido escrito por un testigo visual, el venerable Christopher Robinson, quien también fue martirizado tiempo después en Carlisle.

Fue canonizado por Paulo VI entre los
Cuarenta Mártires de Inglaterra y Wales, cuyo día de conmemoración es el 25 de octubre

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Luisa de Saboya, Beata Princesa, 24 de julio  

Luisa de Saboya, Beata

Pricesa, Viuda, Religiosa

Martirologio Romano: En Orbe, de Saboya (hoy en el cantón de Vaud), beata Luisa, religiosa, hija del duque beato Amadeo, que contrajo matrimonio con el príncipe Hugo de Châlon-Arlay y, fallecido éste, profesó la Regla de Santa Clara, reformada por santa Coleta, viviendo fielmente y con humildad la vida religiosa (1503).

 

La muy encumbrada, poderosa, acaudalada e ilustre dama, Luisa de Saboya señalada por Dios para convertirse en una humilde monja de las Clarisas Pobres, nació en el año de 1461, en cuna de oro, como se dice. Fue hija de Amadeo IX, duque de Saboya, y también beatificado; por parte de su madre, Yolanda, fue nieta del rey Carlos VII de Francia, sobrina del rey Luis XI y prima de Santa Juana de Valois. El duque murió antes de que su hija cumpliese los nueve años, y la pequeña Luisa fue admirablemente educada por su madre. Desde muy temprana edad dio muestras de poseer cualidades espirituales extraordinarias. Catalina de Saulx, una de las damas de honor de Luisa escribió sobre ella estas palabras: "Era tan dulce y generosa, bien dispuesta, y amable, que despertaba el afecto de todos que se dejaban llevar por su atractivo y conquistar por su encanto". A la edad de dieciocho años, se caso con Hugo de Chálons, señor de Nozeroy, un hombre tan bueno como rico y poderoso, quien, de completo acuerdo con su mujer, impuso en su hogar una vida perfectamente cristiana. Tanto por ejemplo como por precepto, marido y mujer crearon un alto nivel de vida moral y material para todos los que moraban en sus tierras y dependían de ellos de alguna manera. En contraste con los palacios y residencias de los otros nobles acaudalados, la suntuosa casa de los de Chálons parecía un monasterio. Con especial empeño se combatía la costumbre de jurar o usar palabras groseras; la señora Luisa fue, sin duda, la primera ama de casa que tuvo una alcancía para los pobres, en la que todos los que vivían o visitaban su casa, tenían obligación de echar dinero, si se les iba la lengua y decían malas palabras. Luisa prodigó ampliamente su caridad hacia los enfermos y necesitados, hacia las viudas y los huérfanos especialmente hacia los leprosos.

Al cabo de nueve años de felicidad matrimonial, murió el esposo y como no hubo hijos, Luisa empezó a prepararse para su retiro de este mundo. Necesitó dos años para poner en orden sus asuntos y, durante este lapso, usó el hábito de los terciarios franciscanos, aprendió a decir los divinos oficios y se levantaba a la medianoche para rezar los maitines. Cada viernes se disciplinaba; distribuyó su fortuna, contradijo y desoyó las objeciones de sus parientes y amigos. Después, en compañía de sus dos damas de honor, Catalina de Saulx y Carlota de Saint-Maurice, fue admitida en el convento de las Clarisas Pobres de la ciudad de Orbe, cuyo monasterio había sido fundado por la madre de Hugo de Chálons y, en 1427, estaba ocupado por una comunidad de Santa Coleta. Luisa, que había sido un modelo de doncella, de esposa y de viuda, fue siempre una religiosa ejemplar. No obstante su elevada cuna, su humildad era sincera y natural: lavaba los platos, barría, ayudaba en la cocina, limpiaba los corredores y todo lo hacía bien y con gusto; con la misma sencillez y naturalidad, aceptó y desempeñó el puesto, cuando la eligieron abadesa. En este cargo, mostró especial solicitud en servir a los frailes de su orden, y cualquiera de ellos que llegase a hospedarse en el convento, era atendido a cuerpo de rey; la presencia de los padres y de los hermanos era como una bendición de Dios y nada podía faltar a los hijos del "buen padre San Francisco". A la edad de cuarenta y dos años, murió Luisa de Saboya y, en 18399, se aprobó el antiguo culto de esta sierva de Dios.

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Fuente: Franciscanos.net
Kinga (Cunegunda), Santa Princesa de Polonia, 24 de julio  

Kinga (Cunegunda), Santa

Virgen

Martirologio Romano: En Stary Sacz, de Tarnow, en Polonia, santa Kinga o Cunegunda, hija del rey de Hungría y casada con el príncipe Boleslao, la cual, de acuerdo con su esposo, conservó su virginidad y, muerto éste, profesó la vida religiosa bajo la Regla de Santa Clara, en el monasterio fundado por ella misma (1293).

 

Virgen y religiosa de la Segunda Orden (1224‑1292). Aprobó su culto Alejandro VIII el 11 de junio de 1690. Canonizada por Juan Pablo II en 1999.

Cunegunda (Kinga) nació en 1224 hija de Bela IV rey de Hungría y de Teodora Laskarysa, y fue hermana de las Beatas Yolanda y Margarita. En 1238 fue dada como esposa al príncipe de Cracovia, Boleslao el Púdico, a quien indujo a hacer voto de castidad junto con ella. En la corte Cunegunda llevó una vida mortificada dedicando el tiempo libre de las oraciones y ocupaciones domésticas a la asistencia a los enfermos y a los pobres. Con el marido promovió la canonización de San Estanislao, Obispo de Cracovia, asesinado en 1079, lo cual obtuvo en 1253.

La muerte del rey Boleslao en 1279 rompió el único lazo que la unía al mundo y, rechazadas todas las propuestas de dirigir los destinos del Estado, ingresó en el monasterio de las Clarisas en Stary Sacz, fundado por ella con los bienes de su dote. Allí sus virtudes brillaron en todo su esplendor. Cediendo a los insistentes ruegos de las hermanas, asumió, aunque contra su deseo, las funciones de abadesa y, sin embargo, se comportaba como si fuera inferior a todas, dando ejemplo de profunda humildad. El descubrimiento del agua dentro del monasterio, que de otra manera debían traer de lejos, se atribuyó a sus oraciones. A ella se debe también el prodigioso descubrimiento de sal gema en Bochnia.

Su permanencia en el monasterio duró trece años. Dulce y afable con las cohermanas, obedecía como si fuera la última de ellas, escogía para sí los trabajos más humildes, como lavar la vajilla, asear la casa y asistir a los enfermos. Cuando entró en el monasterio había dicho a las religiosas: “Vengo a ustedes para ser sierva suya: olviden lo que he sido en el pasado; y ténganme como una humilde religiosa más”. La oración y una rigurosa penitencia eran su continua aspiración. La meditación de la Pasión del Salvador la hacía derramar abundantes lágrimas y las llagas de Jesús eran objeto de su especial devoción.

Como abadesa, Cunegunda dirigió la comunidad con prudencia y caridad verdaderamente maternales, impulsando a las cohermanas a la perfección más con el ejemplo que con las palabras.

Cuando en 1287 Polonia fue invadida por los tártaros, Cunegunda y sus 70 cohermanas debieron abandonar el monasterio y refugiarse en el castillo de Pyiemin. Los tártaros llegaron también al nuevo refugio. Las hermanas, espantadas se arrojaron a los pies de su Madre y se repitió el milagro de Santa Clara de Asís. También aquí los agresores fueron detenidos por una fuerza invisible. Y así, un tiempo más tarde pudieron las hermanas volver a su monasterio. Después de un año de enfermedad, confortada con una aparición de San Francisco, Cunegunda murió a los 68 años el 25 de julio de 1292.

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Fuente: Corazones.org
Boris y Gleb, Santos Mártires, 24 de julio  

Boris y Gleb, Santos

Mártires

Martirologio Romano: En Rusia, santos Boris y Gleb, mártires, príncipes de Rus e hijos de san Vladimiro, que prefirieron morir antes que oponerse por la fuerza a su hermano Svatopolk. Boris consiguió la palma del martirio cerca de Pereislavia, junto al río Altam, y Gleb, poco después, junto al río Dneper, cerca de Smolensko (1015).

 

Boris y Gleb, hijos de San Vladimiro, Duque de Muscovy y nietos de Santa Olga.

Boris desde pequeño fue muy piadoso y pensó ser monje pero, siguiendo el consejo de su padre, se casó siendo joven. Era gobernador de la ciudad de Rostov mientras que Gleb de la ciudad de Murom.

Los hermanos se amaban y sobre todo amaban a Dios. Pero tenían un hermano mayor, Svyatopolk, que era sanguinario y se reveló sin éxito contra su padre. Este le perdonó pero el joven no cambió de corazón. Una vez muerto su padre decidió matar a sus hermanos para obtener poder absoluto. Boris se enteró y se enfrentó con un dilema: ¿como debe actuar un cristiano en esta circunstancia? Recordó las palabras del Nuevo Testamento: "Si un hombre dice amar a Dios pero odia a su hermano, es un mentiroso" Después de una difícil lucha interna, decidió no presentar resistencia. Boris despidió a sus hombres y se quedó solo con un sirviente junto al rió Alta para esperar a los asesinos. Pasó su última noche en lágrimas y oración, confortado por los salmos y los Evangelios. Recordó también como Sta. Bárbara fue asesinada por su propio padre. En la mañana entraron los asesinos a su tienda y lo hirieron. Boris pidió que le dejaran vivir un momento mas para finalizar su oración. Entonces se ofreció como cordero de sacrificio diciendo: "Dense prisa en completar vuestro trabajo y que la paz sea con mi hermano Svyatopolk y con ustedes mis hermanos".

El principe Gleb, unos años mas joven que Boris, fue asesinado mas tarde en el río Dnieper. Al principio pidió que no le matasen pero al fin aceptó su destino con paz y dijo a los asesinos: "Si desean saciar su sed con mi sangre, me entrego a ustedes, mis hermanos, y a mi hermano, mi príncipe". Proclamó entonces que la muerte es el nacimiento a una vida nueva.

Los dos hermanos no buscaron la muerte ni murieron por causa de su fe sino por intereses políticos del hermano mayor. Pero ante la muerte los dos hermanos libremente optaron por actuar como cristianos, no devolvieron mal por mal sino que optaron por el perdón y la confianza en Dios.

El pueblo ruso, recién convertido al cristianismo, quedó profundamente impresionado con la conducta cristiana de los dos jóvenes príncipes que se unieron a la pasión de Cristo. Para ellos el ejemplo de Boris y Glen fue una maravillosa enseñanza de como vivir el cristianismo y del poder que Dios otorga para lograrlo. "Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen".

Canonizados (reconocimiento del culto) en 1724 por el papa Benedicto XIII

Oremos para que el ejemplo de los Santo Boris y Gleb inspire a Rusia y a todo el mundo a la paz cristiana.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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