miércoles, 28 de noviembre de 2012

[ † ] Miércoles 29 de Noviembre de 2012. Beata María Magdalena de la Encarnación ¡ruega por nosotros! Milagro impresionante!

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 20-28

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: 
"Cuando vean a Jerusalén sitiada por un ejército, sepan que se aproxima su destrucción. Entonces los que estén en Judea, que huyan a la montaña; los que estén en la ciudad, que se alejen; los que estén en el campo, que no entren a la ciudad, porque serán días de castigo en que se cumplirá todo lo que está escrito.
¡Pobres de las embarazadas o criando en aquellos días! Porque habrá gran calamidad en esta tierra y el castigo de Dios se descargará contra este pueblo. Caerán a filo de espada, serán llevados cautivos a todas las naciones, Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que se cumpla el plazo que Dios ha señalado.
Habrá señales prodigiosas en el sol, la luna y las estrellas, y en la tierra la gente se llenará de angustia, enloquecida por el estruendo de las olas del mar. La gente morirá de terror y de angustiosa espera por las cosas que vendrán sobre el mundo, pues hasta las estrellas se bambolearán. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube con gran poder y majestad. 
Cuando esto comience a suceder, pongan atención y levanten la cabeza; porque se acerca la hora de su liberación".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor, Jesús.

Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354

Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=272692

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

Misal

 

jue 34a. Ordinario año Par

Antífona de Entrada

Dios mío, ten piedad de mí, pues sin cesar te invoco. Tú eres bueno y clemente y no niegas tu amor al que te invoca.

Oración Colecta

Oremos:
Dios misericordioso, de quien procede todo lo bueno; inflámanos con tu amor y acércanos más a ti, a fin de que podamos crecer en tu gracia y perseveremos en ella. 
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

Primera Lectura

Cayó Babilonia, la grande

Lectura del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan 18, 1-2.21-23; 19, 1-3.9a

Yo, Juan, vi un ángel que bajaba del cielo; su poder era inmenso y con resplandor iluminó la tierra. Gritó con voz potente:
"Ha caído la gran Babilonia. Se ha convertido en morada de demonios, en guarida de todo espíritu impuro, en escondrijo de todo pájaro inmundo y repugnante".
Otro ángel poderoso levantó una piedra del tamaño de una rueda de molino y la arrojó al mar, diciendo:
"Con esta misma violencia será arrojada Babilonia, la gran ciudad, y desaparecerá para siempre. 
Ya no se volverán a escuchar en ti cantos, ni cítaras, ni flautas, ni trompetas. Ya no habrá más en ti artesanos de ningún oficio, ni se escuchará más el ruido de la piedra de molino; ni luces de lámparas brillarán en ti, ni bullicio de bodas se oirá más en ti, porque tus comerciantes llegaron a dominar la tierra y con tus brujerías tú sedujiste a todas las naciones".
Oí después algo así como el vocerío de una inmensa multitud, que cantaban: 
"¡Aleluya! La salvación, la gloria y el poder pertenecen a nuestro Dios, porque sus sentencias son legítimas y justas. El ha condenado a la gran prostituta que corrompía a la tierra con sus fornicaciones, y le ha pedido cuenta de la sangre de sus siervos". 
Y por segunda vez todos cantaron: 
"¡Aleluya! El humo del incendio de la gran ciudad se eleva por los siglos de los siglos".
Entonces el ángel me dijo: 
"Escribe: Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero". 
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 99

Dichosos los invitados al banquete del Señor.

Alabe a Dios toda la tierra; sirvamos al Señor con alegría, con júbilo entremos en su templo.
Dichosos los invitados al banquete del Señor.

Reconozcamos que el Señor es Dios; que él nos hizo y somos suyos, su pueblo y su rebaño. 
Dichosos los invitados al banquete del Señor.

Entremos por sus puertas dando gracias; crucemos por sus atrios entre himnos, con alabanzas y bendiciéndolo.
Dichosos los invitados al banquete del Señor.

El Señor es bueno, es eterna su misericordia y su fidelidad nunca se acaba. 
Dichosos los invitados al banquete del Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. 
Estén en vela y preparados, porque a la hora que menos piensen vendrá el Hijo del hombre.
Aleluya.

Evangelio

Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que se cumpla el plazo que Dios ha señalado

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 20-28

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: 
"Cuando vean a Jerusalén sitiada por un ejército, sepan que se aproxima su destrucción. Entonces los que estén en Judea, que huyan a la montaña; los que estén en la ciudad, que se alejen; los que estén en el campo, que no entren a la ciudad, porque serán días de castigo en que se cumplirá todo lo que está escrito.
¡Pobres de las embarazadas o criando en aquellos días! Porque habrá gran calamidad en esta tierra y el castigo de Dios se descargará contra este pueblo. Caerán a filo de espada, serán llevados cautivos a todas las naciones, Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que se cumpla el plazo que Dios ha señalado.
Habrá señales prodigiosas en el sol, la luna y las estrellas, y en la tierra la gente se llenará de angustia, enloquecida por el estruendo de las olas del mar. La gente morirá de terror y de angustiosa espera por las cosas que vendrán sobre el mundo, pues hasta las estrellas se bambolearán. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube con gran poder y majestad. 
Cuando esto comience a suceder, pongan atención y levanten la cabeza; porque se acerca la hora de su liberación".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor, Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, los dones que te presentamos; y realiza en nosotros, con el poder de tu Espíritu, la obra redentora que se actualiza en esta Eucaristía. 
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Prefacio

Alabanza a Dios por la creación y redención del género humano

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque has querido ser, por medio de tu amado Hijo, no sólo el creador del género humano, sino también el autor bondadoso de la nueva creación.
Por eso, 
con razón te sirven todas las criaturas, con justicia te alaban todos los redimidos y unánimes te bendicen tus santos. Con ellos, unidos con los ángeles, nosotros cantamos tu gloria gozosos diciendo:

Antífona de la Comunión

Qué grande es la delicadeza del amor que tienes reservado, Señor, para tus hijos.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Te rogamos, Señor, que este sacramento con que nos has alimentado, nos haga crecer en tu amor y nos impulse a servirte en nuestros prójimos. 
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

 

34ª semana. Jueves

BENDECID TODOS AL SEÑOR

— La naturaleza entera alaba a Dios. El Canto del Trium puerorum.

— Preparación y acción de gracias de la Misa.

— Jesús viene a visitarnos en la Comunión. Poner todos los medios para darle buena acogida.

I. Rocíos y escarchas, bendecid al Señor. // Hielo y frío, bendecid al Señor. // Luz y tinieblas, bendecid al Señor...1.

Una de las lecturas de estos días nos narra diversos pasajes delLibro de Daniel, y los Salmos responsoriales recogen el bellísimo Canto llamado de los tres jóvenes (Trium puerorum), utilizado en la Iglesia desde la antigüedad como himno de acción de gracias, introducido primero en la Santa Misa, y después fuera de ella, para fomentar la piedad de los fieles2.

Cuando los tres jóvenes judíos fueron condenados a morir en un horno ardiendo por negarse a adorar la estatua de oro erigida por el rey Nabucodonosor, oraron al Dios de sus padres, al Dios de la Alianza, que manifestó su santidad y magnificencia en tantos prodigios sobre el pueblo de Israel, y cantaron este himno que «suena como una llamada dirigida a las criaturas a fin de que proclamen la gloria de Dios Creador»3; esta gloria está ante todo en Dios mismo y, mediante la obra de la Creación, brota del seno mismo de la Divinidad y, «en cierto modo, se traslada fuera: a las criaturas del mundo visible y del invisible, según su grado de perfección»4.

Comienza el himno con una invitación a todas las criaturas a dirigirse a su Creador: Obras todas del Señor, bendecid al Señor: alabadle y ensalzadle por todos los siglos de los siglos. Los ángeles del Cielo dirigen la alabanza. Luego, los cielos, donde está la lluvia5, y todos los cuerpos celestes, el sol y la luna, las estrellas, aguaceros y rocío, los vientos, fuego y calor, frío y helada, rocío y escarcha, helada y nieves, noches y días, luz y tinieblas, relámpagos y nubes son invitados a alabar al Señor. La tierra con sus montes y colinas, sus fuentes, sus mares y ríos, ballenas y peces y todo lo que se mueve en las aguas; las aves del cielo, las bestias todas y los ganados son instados a bendecir al Señor.

El hombre, rey de la Creación, aparece el último, y por este orden: todos los hombres en general, el pueblo de Israel, los sacerdotes, los ministros del Señor, el pueblo judío, los justos, los santos y humildes de corazón. Por último, los mismos jóvenes judíos fieles al Señor (Ananías, Azarías y Misael) son llamados a cantar alabanzas al Creador6.

Para la acción de gracias después de la Misa, se añadió desde antiguo a este Cántico el Salmo 150, último del Salterio, en el que también se convoca a todos los seres vivientes para bendecir al Señor.Laudate Dominum in sanctis eius... Alabad al Señor en su templo, alabadlo en todo su firmamento. Alabadlo por sus obras magníficas, por su inmensa grandeza. Alabadlo tocando trompas, con arpas y cítaras, con tambores y danzas... ¡Todo ser viviente alabe al Señor!

Nuestra vida cristiana debe ser toda ella como un canto vibrante de alabanza, lleno de adoración, acciones de gracias y entrega amorosa. Por eso, en la acción de gracias de la Comunión, mientras que tenemos en nuestro corazón al Señor de Cielo y tierra, nos unimos a todo el universo en su pregón de agradecimiento al Creador.

II. La vida entera, pero especialmente los momentos después de haber comulgado, es un tiempo de alegría y de alabanza a Dios. Para dar gracias al Señor nos podemos unir interiormente a todas las criaturas que, cada una según su ser, manifiestan su gozo al Señor. «Hay que cantar desde ahora –comenta San Agustín–, porque la alabanza a Dios hará nuestra dicha durante la eternidad y nadie sería apto para esta ocupación futura si no se ejercitara alabando en las condiciones de la vida presente. Cantemos el Aleluya, diciendo unos a otros: alabad al Señor; y así prepararnos el tiempo de la alabanza que seguirá a la resurrección»7. ¡Alabad al Señor...! Nos unimos a todos los seres de la tierra, y a los santos y «los ángeles y los arcángeles, y con todos los coros celestiales cantamos sin cesar el himno de tu gloria ...»8.

Te adoro con devoción, Dios escondido9, le decimos a Jesús en la intimidad de nuestro corazón después de haber comulgado. En esos momentos hemos de frenar las impaciencias y permanecer recogidos con Dios que nos visita. Nada hay en el mundo más importante que prestar a ese Huésped el honor y la atención que se merece. Si somos generosos con el Señor y cuidamos esos diez minutos en su compañía, llegará un tiempo –quizá ya ha llegado– en el que esperaremos con impaciencia la Santa Misa y el momento de la Comunión. Las almas de todos los tiempos que han estado cerca de Dios han esperado con impaciencia ese momento inefable en el que tan próximos estamos de Dios. Así ocurría a San Josemaría Escrivá: durante la mañana daba gracias por la Misa que había celebrado, y por la tarde preparaba la Misa del día siguiente. Y era tal su amor que incluso durante la noche, cuando se interrumpía su sueño, su pensamiento se dirigía hacia la Misa que iba a celebrar al día siguiente y, con el pensamiento, el deseo de glorificar a Dios a través de aquel Sacrificio único. De este modo, el trabajo y las mortificaciones, las jaculatorias y las comuniones espirituales, los detalles de caridad, iban dirigidos como preparación o como obsequio en acción de gracias10.

Examinemos hoy con qué amor acudimos nosotros a la Santa Misa, donde tributamos a Dios la alabanza suprema, y con qué atención y esmero cuidamos de esos minutos que estamos con Él. Es una cortesía que no debemos descuidar jamás.

III. El Evangelio de la Misa11 nos recuerda la venida gloriosa de Cristo al fin de los tiempos: Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad, ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo temblarán. Entonces verán al Hijo del Hombre venir en una nube, con gran poder y gloria, Ahora, en la Comunión, llega el mismo Hijo del Hombre a nuestro corazón para fortalecernos y llenarnos de paz. Viene como el Amigo tanto tiempo esperado. Y hemos de recibirlo como lo hicieron sus más íntimos: con la atención de María de Betania, con la alegría con que le acogió Zaqueo en su casa... «Parece que esto es lo correcto: si se recibe en casa a un amigo, a un invitado, se le atiende, es decir, se le da conversación, se le acompaña. No se le deja en la sala de visitas o en cualquier otro lugar de la casa, con el periódico, para que entretenga la espera hasta que nos venga bien atenderle. Sin duda sería de muy mala educación. Y si la persona que nos visitara fuera de tan gran categoría, que el solo hecho de venir a nuestra casa supusiera un honor muy por encima de nuestra condición y merecimientos, entonces la desatención no sería ya falta de educación, sino grosería incalificable»12. Hemos de tratar bien a Jesús, que tanto desea visitarnos en nuestra pobre casa. «Y no suele Su Majestad pagar mal la posada, si le hace buen hospedaje»13. Es una buena ocasión de unirnos a toda la Creación para alabar y dar gracias al Creador que, humilde, se queda sacramentalmente en nuestro corazón durante esos minutos.

La Iglesia, siempre Madre buena, nos ha aconsejado a sus hijos esas oraciones que han alimentado la piedad de tantos cristianos para ayudarnos, especialmente cuando nos sintamos pobres de palabras para dirigirnos a Jesús: el Himno Adoro te devote, el Trium puerorum, la Oración a Jesús Crucificado, las Invocaciones al Santísimo Redentor... Si al comulgar procuramos tener a mano algún devocionario –cuando sea posible– o algún Misal de los fieles, dispondremos de una buena ayuda para aprovechar ese tiempo que tanto va a influir luego a lo largo de todo el día. Muchas veces, la jornada depende de esos minutos junto a Jesús Sacramentado.

No dejemos de poner todos lo medios a nuestro alcance para mejorar nuestras disposiciones antes y después de haber comulgado. Cualquier esfuerzo que pongamos es siempre largamente recompensado. «Cuando recibas al Señor en la Eucaristía, agradécele con todas las veras de tu alma esa bondad de estar contigo.

»—¿No te has detenido a considerar que pasaron siglos y siglos, para que viniera el Mesías? Los patriarcas y los profetas pidiendo, con todo el pueblo de Israel: ¡que la tierra tiene sed, Señor, que vengas!

»—Ojalá sea así tu espera de amor»14.

1 Salmo responsorial. Año 1. Dan 3, 68 ss. — 2 Cfr. A. G. Martimort, La Iglesia en oración, Herder, 3ª ed., Barcelona 1987, p. 168. — 3 Juan Pablo II, Audiencia general12-III-1986. — 4 Ibídem. — 5 Cfr. Gen 1, 7. — 6 Cfr. B. Orchard y otros, Verbum Dei, vol. II, notas a Dan 3, 51-90. — 7 San Agustín, cit. por D. de las Heras,Comentario ascético-teológico sobre los Salmos, p. 374. — 8 Misal Romano, Prefacio de la Misa. — 9 Himno Adoro te devote. — 10 Cfr. F. Suárez, El sacrificio del altar, p. 280. — 11 Lc 21, 20-28. — 12 F. Suárez, o. c., p. 274. — 13 Santa Teresa, Camino de perfección, 39. — 14 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 991.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

Fuente: Vatican.va
María Magdalena de la Encarnación, Beata Fundadora, Noviembre 29  

María Magdalena de la Encarnación, Beata

Fundadora de la Orden de
las Adoradoras Perpetuas del Santísimo Sacramento

Nació en Porto Santo Stefano (Italia) el 16 de abril de 1770, en el seno de una familia fervientemente católica. Fue bautizada al día siguiente con los nombres de Catalina María Francisca Antonia.

Creció en un ambiente impregnado de religiosidad ejemplar. Su padre, Lorenzo Sordini, promovió que en la iglesia parroquial se expusiera a la veneración pública, en circunstancias especiales, con espíritu de amor y reparación, el Santísimo Sacramento, como por ejemplo el jueves de carnaval. Así, desde su adolescencia, Catalina pasaba horas en adoración junto a Jesús sacramentado.

A los 17 años recibió una propuesta de matrimonio de parte de Alfonso, joven de posición acomodada que le regaló preciosas joyas. En una ocasión, adornada con ellas, al mirarse en un espejo se le apareció el rostro doloroso de Jesús crucificado que la invitaba a entregarse totalmente a él y le decía: "Catalina, ¿me abandonas por un amor humano?". En febrero de 1788 ingresó en el monasterio de las Terciarias Franciscanas de Ischia di Castro. Al vestir el hábito religioso tomó el nombre de sor María Magdalena de la Encarnación.

El 19 de febrero de 1789, jueves de carnaval, en el refectorio vio a "Jesús como en un trono de gracia en el Santísimo Sacramento, rodeado de vírgenes que lo adoraban" y oyó una voz que le decía: "Te he elegido para instituir la obra de las Adoratrices Perpetuas, que día y noche me ofrecerán su humilde adoración para reparar las ofensas y las ingratitudes de la humanidad e impetrar gracias y ayudas de mi divina misericordia". Aquel día se convirtió para ella en el "día de la luz".

El 20 de abril de 1802 fue elegida abadesa, cargo que ocupó hasta 1807, cuando, siguiendo la voluntad de Dios que deseaba un nuevo instituto —y escritas las Constituciones—, se trasladó a Roma, con algunas hermanas y la bendición de Pío VII, para fundar el primer monasterio de las Adoratrices Perpetuas del Santísimo Sacramento, en el convento de San Joaquín y Santa Ana, en Quattro Fontane. La fundación tuvo lugar el 8 de julio de 1807. Por iniciativa suya la iglesia se abrió a la adoración de los fieles laicos.

Gracias a su unión con Dios cada vez más íntima, a su gran espíritu de fe y a su intensa oración en tiempos muy difíciles, por la invasión de los franceses después de la Revolución, logró realizar muchas obras, en beneficio del monasterio y también de muchas personas que recurrían a ella.

La madre María Magdalena profetizó al Papa Pío VII la deportación a Francia: "Pero no tenga miedo; nadie le podrá perjudicar y volverá glorioso a Roma". También llegó la cruz para las Adoratrices, en forma de supresión del instituto; y ella fue exiliada a Florencia.

Caído el régimen napoleónico, en el año 1814 la madre volvió a Roma con algunas jóvenes florentinas y el 18 de septiembre de 1817 vistió el nuevo hábito religioso, que había visto en visión el "día de la luz": sayo blanco y escapulario rojo, símbolos del candor virginal y del amor a Jesús crucificado y eucarístico.

El 10 de marzo de 1818 la Santa Sede reconoció oficialmente la congregación, que la madre María Magdalena puso bajo el patrocinio de la Virgen de los Dolores.

Murió el 29 de noviembre de 1824 en Roma, donde reposan sus restos.

El instituto cuenta hoy con más de noventa monasterios esparcidos por todo el mundo.

El milagro para su beatificación

El milagro comprobado, y por el que S.S. Benedicto XVI la declarara beata el 3 de mayo de 2008, fue la sanación de Juan de Dios Rodríguez Madrid, un sinaloense de 60 años, que el 2 de julio de 1994 tuvo un accidente. El iba sentado en la parte trasera de una camioneta que corría a gran velocidad, al dar el vehículo una curva él cayo a tierra golpeándose fuertemente la cabeza contra el pavimento.

Llegó inconsciente al hospital. El 3 de julio a la 01:40 horas fue preso de fuertes convulsiones, las que provocaron que cayera de la camilla del tomógrafo; golpeándose nuevamente la cabeza lo que empeoró la situación. Los exámenes que se le realizaron pusieron en evidencia una fractura linear fronto-parietal, hemorragia subaracnoidea, edema cerebral difuso y hematoma laminar sottodurale occipital. Los médicos que lo atendieron manifestaron un pronóstico desfavorable, temían por su vida y por los trastornos neurológicos secundarios al grave trauma cráneo encefálico.

La madre María Eugenia Monárrez Madrid, sobrina de Juan de Dios, monja Adoratriz Perpetua del Santísimo Sacramento, avisada del accidente, invitó a la comunidad y a su familia a rogar a la Madre María Magdalena de la Encarnación, y se inició una novena. La mañana del lunes 4 de julio se le permitió a María Eugenia visitar al enfermo y el médico que lo asistía en el departamento de Terapia Intensiva le confirmó la gravedad de la situación. Con toda su fe, María Eugenia pone una reliquia sobre la cabeza de su tío, invoca la gracia de la curación por intercesión de la Madre y el 6 de julio, tercer día de la Novena, a las 13:35 horas, en presencia de los doctores Marenco y Rivera, inesperadamente el enfermo mueve las extremidades, trata verbalmente con los presentes que le asisten, se levanta solo del lecho y sin apoyo, camina.

Los médicos afirmaron que la evolución de la mejoría fue inesperada, rápida e impresionante, para la cual no tienen explicación, pues de un caso así, quien sobrevive, queda paralizado.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04
Redento de la Cruz (Tomás Rodríguez), Beato Mártir Carmelita, 29 Noviembre  

Redento de la Cruz (Tomás Rodríguez), Beato

El Beato Redento, en el siglo. Tomas Rodríguez, había nacido en Portugal el 1598. Su pueblo era Paredes. De muy joven se embarco hacia las Indias Orientales y allí vistió el hábito de religioso carmelita como Hermano. Estuvo en varios conventos. En Goa, muchos años de sacristán. Allí conoció al P. Dionisio. Al vestir el habito carmelita se puso el nombre de Redento de la Cruz. De veras que amó siempre tiernamente la Cruz de Jesucristo y sus propias cruces.

Cuando el embajador del Rey de Portugal quiso llevarse al P. Dionisio a Anchen (Sumatra), los acompañó en el viaje.

Llegaron a esta ciudad el 25 de octubre de 1638. Los recibieron con demostraciones de falsa alegría y muy pronto fueron hechos prisioneros.

El intento era que renegaran de su fe católica y que se hicieran musulmanes. Los dos carmelitas fueron mucho mas duramente torturados que los otros cautivos. Los dos se privaban de lo necesario para ayudar a los otros. Les alentaban para que no decayeran en la fe. Pasaban largas horas entregados a la oración. En varias ocasiones el Señor les premio con gracias especiales que dejaban a los demás admirados. Esto era un estimulo para morir por Jesucristo. Dionisio quiso ser el ultimo en morir para alentar a los demás.

E1 primero fue el Hermano Redento. Los mataron a golpes de cimatarra, que abrieron sus cabezas por la mitad.
Era el 29 de noviembre de 1638.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04
Dionisio de la Natividad (Pedro Berthelot), Beato Mártir Carmelita, 29 Noviembre  

Dionisio de la Natividad (Pedro Berthelot), Beato

Dionisio se llamó en el siglo Pedro Berthelot y nació en Honfleur-Calvados (Francia) el 12 de diciembre de 1600. A1 vestir el hábito de religioso carmelita cambió su nombre por el de Dionisio de la Natividad con el que ahora se le conoce.

Sus padres Pedro y Florida Morín, eran muy pobres, por ello el pequeño Pedro, en cuanto tuvo doce años, ya se enroló en la marina mercante para ayudar en algo a la precaria situación económica de la familia. Durante siete anos recorrió varios puertos de diferentes naciones: España, Inglaterra y hasta América.

A los diecisiete años salió en una flota en rumbo hacia las Indias Orientales. Sufrieron muchísimo durante toda la travesía, pero de todo salió ileso nuestro valiente y joven marino. Durante este tiempo de la travesía demostró tantas cualidades, tanta seriedad y responsabilidad, que el capitán del navío, el señor Beailieux, le nombró primer piloto del navío, cuando todavía era un joven inexperto. Era el 1618 cuando pisa tierra de las Indias, como primer piloto y especialista como cosmógrafo de los reyes de Francia y Portugal, para estudiar cuantos países descubran y visiten. Recuerdo de aquellos viajes y prueba fidedigna de su gran pericia y no menos valor, es el testimonio de su preciosa obra Tabulae maritimae que se conserva en el Museo Británico de Londres.

Mientras estaba en Goa, igual que en todas partes, procuraba llevar una vida de generosa entrega al Señor por medio de la oración y vida de sacrificio y de caridad, sirviendo a sus hermanos en cuanto le era posible. Estos días, su Padre espiritual, P. Fernando de la Santísima Trinidad, le anima a que deje el mundo y abrace la vida religiosa en el Carmelo. Así lo hace emitiendo los votos religiosos el 25 de diciembre de 1636 con el nombre de Fray Dionisio de la Natividad. Dos años después, el 24 de agosto de 1638, era ordenado sacerdote. Tanto durante el tiempo del Noviciado como durante sus estudios y el poco tiempo que pudo ejercer el sacerdocio, fue siempre modelo de todas las virtudes. El embajador del Rey de Portugal quiso llevarse a Dionisio con él como guía a Achen (Sumatra). El Padre Dionisio tomó como compañero a Tomás Rodríguez.

Llegaron a esta ciudad el 25 de octubre de 1638. Los recibieron con demostraciones de falsa alegría y muy pronto fueron hechos prisioneros.

El intento era que renegaran de su fe católica y que se hicieran musulmanes. Los dos carmelitas fueron mucho mas duramente torturados que los otros cautivos. Los dos se privaban de lo necesario para ayudar a los otros. Les alentaban para que no decayeran en la fe. Pasaban largas horas entregados a la oración. En varias ocasiones el Señor les premio con gracias especiales que dejaban a los demás admirados. Esto era un estimulo para morir por Jesucristo. Dionisio quiso ser el ultimo en morir para alentar a los demás.

E1 primero fue el Hermano Redento. Los mataron a golpes de cimatarra, que abrieron sus cabezas por la mitad.
Era el 29 de noviembre de 1638.

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Alvaro Pelagio, Santo Obispo de Corone, 29 de noviembre  

Noviembre 29
Obispo

 

Etimológicamente significa "totalmente sabio". Viene de la lengua alemana.

El Señor dice de su pueblo: "No pasarán hambre ni sed. No les hará daño ni el viento ardiente ni el sol, porque el que los conduce es misericordioso, y los guía a manantiales de agua".

Este joven español recibió en nuestra patria su primera educación.

Cuando la familia y los profesores vieron que era muy inteligente, lo enviaron a estudiar a la prestigiosa universidad de Bolonia.

Aquí cursó la carrera de Derecho e hizo el doctorado.

Pero en su interior aspiraba a otra ciencia más sublime. Rezó y meditó muchas hora ante el sagrario para ver si tenía o no vocación para la vida franciscana.

Tras un tiempo, ingresó esta Orden religiosa. Lo mandaron a que estudiase teología a París.

Una vez que terminó sus estudios, le dieron el cargo de profesor en Todi, Perugia y en el monasterio de Mont – Averno.

Desde este retiro solía ejercer el ministerio de la predicación. Dios lo bendecía con muchas conversiones, especialmente en Florencia y Pisa.

Fue también a predicar a Roma, en donde se hizo notable, tanto por su erudición como por su elocuencia.

El Papa Juan XXII lo hizo penitenciario y le nombró obispo de Corone y del Algarbe portugués.

Sus restos reposan en el convento de santa Clara en Sevilla.

Se dejó llevar por la voz del Espíritu de Dios, y en lugar de ser un jurista afamado, pasó a ser un santo lleno de lo divino y de lo humano.

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Alfredo Simón Colomina, Beato Mártir Jesuita, 29 Noviembre  

Alfredo Simón Colomina, Beato

Nacido en Valencia el 18 de marzo 1877.

Ingresa a la Compañía de Jesús en 1895 y había sido Rector del Colegio San José de Valencia.

Fue asesinado en el Picadero de Paterna (Valencia) el 29 de noviembre de 1936, confirmando así, con su sangre, su fidelidad a Jesucristo.

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Fuente: Archidiócesis de Madrid
Saturnino de Tolosa, Santo Obispo y Mártir, 29 de noviembre  

Saturnino de Tolosa, Santo

Obispo y Mártir
Noviembre 29

 


La ciudad de Toulouse, en el Languedoc francés, muestra con orgullo su magnífica e impresionante catedral —joya del románico— de Saint-Sernin. Tiene cinco naves, vasto crucero y un coro deambulatorio con capillas radiadas.

San Saturnino —nuestro conocido y tantas veces cantado Sanserenín de las canciones y juegos infantiles— fue el primer obispo de esta parte de la Iglesia.

No se conoce nada anterior a su muerte. Todo lo que nos ha llegado es producto del deseo de ejemplarizar rellenando con la imaginación y la fantasía lo que la historia no es capaz de decir. A partir de unos relatos probables se suman otros y otros más que lo van adornando como descendiente de familia romana — el nombre es diminutivo del dios romano Saturno— culta, adinerada, noble e incluso regia hasta llegar a las afirmaciones de Cesareo de Arlés que, nada respetuoso con la cronología, lo presenta candorosamente como oriundo de Oriente, uno más de los discípulos del Señor, bautizado por Juan Bautista, presente en la última Cena y en Pentecostés. Ciertamente es el comienzo de la literatura legendaria.

Lo que consta es que la figura está enmarcada en el siglo III, en tiempos de la dominación romana, después de haberse publicado, en el año 250, los edictos persecutorios de Decio, cuando la zona geográfica de Tolosa cuenta con una pequeña comunidad cristiana pastoreada por el obispo Saturnino que por no caer en idolatría, quemando incienso a los dioses, sufre el martirio de una manera suficientemente cruel para que el hecho trascienda los límites locales y la figura del mártir comience a recibir culto en el interior de las Galias, en la ribera mediterránea y pase también los Pirineos hacia España.

En tiempos posteriores, facilita la extensión de esta devoción el hecho de que el reino visigodo se prolongue hasta España lo que conlleva el transporte de datos culturales; también el peregrinaje desde toda Europa a la tumba el
Apóstol Santiago en Compostela hace que los andariegos regresen expandiendo hacia el continente la devoción saturniniana, al ser Tolosa un punto de referencia clásico en las peregrinaciones, y con ello los peregrinos entran en contacto con las reliquias del mártir.

El martirologio romano hace su relación escueta en estos términos: "En Tolosa, en tiempo de Decio, San Saturnino, obispo, fue detenido por los paganos en el Capitolio de esta villa y arrojado desde lo alto de las gradas. Así, rota su cabeza, esparcido el cerebro, magullado el cuerpo, entregó su digna alma a Cristo".

Los relatos siguientes lo presentan atado con cuerdas a un toro que estaba dispuesto para ser sacrificado y que lo arrastra hasta dejarlo muerto y destrozado. Dos valientes cristianas —Les Saintes-Puelles— recogen su cuerpo y lo entierran cerca de la ruta de Aquitania.

El obispo Hilario hizo construir sobre la tumba de su antecesor una pequeña basílica que reformó san Exuperio en el siglo V y que destruyeron los sarracenos en el 711. Edificada lentamente durante el siglo XI, la consagró en papa Urbano II el año 1096 para que, en el 1258, el obispo Raimundo de Falgar depositara en su coro los restos de san Saturnino.

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San Gregorio
Taumaturgo
 Año 268

Señor: Aumenta nuestra fe.

Se llama "taumaturgo" al que hace muchos milagros. A este santo le pusieron ese nombre porque según decía la gente, desde tiempos de Moisés, no se había visto a un simple hombre conseguir tantos milagros como los que obtuvo él.
Nació Gregorio cerca del Mar Negro, de una familia pagana. Sus padres que eran de familia noble lo encauzaron hacia los estudios de las leyes.
Cuando era joven tuvo que viajar a Cesarea, en Palestina, a acompañar a una hermana, y allá conoció al sabio más grande de su tiempo que era Orígenes, el cual había puesto una escuela de teología en esa ciudad. Desde el primer encuentro el sabio Orígenes se dio cuenta de que Gregorio poseía unas cualidades excepcionales para el estudio y lo recibió en su famosa escuela.
Lo dedicó enseguida a que leyera todo lo que los antiguos autores habían escrito acerca de Dios y el joven se fue dando cuenta de que lo verdaderamente admirable y cierto acerca de Dios es lo que dice la S. Biblia, y se convirtió al cristianismo y se hizo bautizar.
Fascinado por la personalidad de Orígenes, el joven Gregorio renunció a su antiguo plan de dedicarse a la abogacía y se consagró totalmente a los estudios religiosos. Más tarde dirá: "Cuando estábamos estudiando nuestro maestro Orígenes era para nosotros como un ángel de la guarda. Siempre cuidaba de nuestra alma con un interés increíble. Parecía que cuando íbamos a sus clases el ángel guardián no tenía nada que hacer porque el maestro Orígenes lo reemplazaba cuidando amorosamente el alma de cada uno de nosotros. Nos guiaba por el camino de la virtud no sólo con sus luminosas palabras sino con los admirables ejemplos de su buen comportamiento" (¡Quisiera Dios que los alumnos de hoy pudieran decir lo mismo de sus maestros!)
El año 238 cuando ya Gregorio terminó sus estudios hizo un hermoso discurso de despedida a su gran profesor, alabando los métodos que Orígenes tenía para educar. En este discurso, que aún se conserva, se señalan ciertos datos de importancia para conocer como aquel sabio se preocupaba no sólo de que sus alumnos fueran muy instruidos sino también de que fueran sumamente virtuosos.
Al llegar a su patria, a su ciudad Neocesarea del Ponto, fue nombrado obispo, y empezó entonces una cadena incontable de milagros. San Gregorio de Nisa al hacer el discurso fúnebre de nuestro santo, narra unos cuantos como por ej. El poder tan extraordinario que tenía de expulsar los malos espíritus. En cierta ocasión dos familias se peleaban a muerte por un nacedero de agua. Viendo que la pelea no acababa nunca, el santo le envió una bendición al nacedero y este se secó y ya no hubo más peleas. La casa del obispo Gregorio estaba siempre llena de gente aguardando en su puerta para que les diera la bendición. Él los instruía en la religión y luego les obtenía de Dios su curación. Y así con su predicación y sus milagros logró aumentar enormemente el número de cristianos en aquella ciudad.
San Gregorio Taumaturgo necesitaba construir un nuevo templo porque el número de creyentes había aumentado mucho, pero no tenía como terreno sino un cerro abrupto. Y un día dijo: "Vamos a ver si es cierto lo que Jesús dijo: "si tenéis fe, podréis decir a un monte: ¡quítate de ahí! – y este obedecerá". Y se puso a rezar con mucha fe, y sobrevino un terremoto y el cerro se derrumbó quedando allí una buena explanada para construir el templo.
San Gregorio de Nisa y San Basilio comentaban cómo su abuela Santa Macrina, que había conocido a este santo les narraba que la vida de Gregorio era como un retrato de lo que el evangelio dice que debe ser la vida de un buen amigo de Dios; que nadie veía en él jamás un estallido de cólera; que siempre sus respuestas eran sencillas: "si, si" o "no, no", como lo manda el evangelio. Que su piedad era tan admirable que al rezar parecía estar viendo al invisible".
Al estallar la persecución de Decio en 250, San Gregorio aconsejó a los cristianos que se escondieran para que no tuvieran peligro de renegar de su fe cristiana por temor a los tormentos. Y él mismo ser retiró a un bosque, acompañado de un antiguo sacerdote pagano, al cual él había convertido al cristianismo.
Y sucedió que un infante fue y avisó a la policía dónde estaban escondidos los dos. Y llegó un numeroso grupo de policías y por más que requisaron todo el bosque no lo lograron encontrar. Cuando la policía se fue, llegó el informante y al verlos allí y darse cuenta de que por milagro no los habían logrado ver los policías, se convirtió el también al cristianismo.
San Gregorio se propuso hacer que la religión fuera muy agradable para la gente y así en las vísperas de las grandes fiestas organizaba resonantes festivales populares donde todo el mundo estaba contento y alegre sin ofender a Dios. Esto le atrajo la simpatía de la ciudad.
Se ha hecho célebre en la historia de la Iglesia la frase que dijo este gran santo poco antes de morir. Preguntó: "¿Cuántos infieles quedan aún en la ciudad sin convertirse al cristianismo?" Le respondieron: "Quedan diecisiete", y él exclamó gozoso: "Gracias Señor: ese era el número de cristianos que había en esta ciudad cuando yo llegué a misionar aquí. En ese tiempo no había sino 17 cristianos, y ahora no hay sino 17 paganos".
Poco antes de morir pidió que lo enterraran en el cementerio de los pobres porque él quería estar también junto a ellos hasta después de muerto.
Las gentes lo invocaban después cuando había inundaciones y terremotos, y es que él con sus oraciones logró detener terribles inundaciones que amenazaban acabar con todo.
En verdad que en la vida de San Gregorio Taumaturgo sí que se cumplió aquello que decía Jesús: "Según sea tu fe, así serán las cosas que te sucederán". Quiera Dios bendito y adorado darnos también a cada uno de nosotros una gran fe que mueva montañas de dificultades. Amen.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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