JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Juan 6, 35-40
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a la gente:
"Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no volverá a tener hambre; el que cree en mí nunca tendrá sed. Pero ustedes, como ya les he dicho, no creen, a pesar de haber visto.
Todos los que me da el Padre vendrán a mí, y yo no rechazaré nunca al que venga a mí. Porque yo he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Y su voluntad es que yo no pierda a ninguno de los que él me ha dado, sino que los resucite en el último día. La voluntad de mi Padre es que todos los que vean al Hijo y crean en él tengan vida eterna, y yo los resucitaré en el último día".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
mie 3a. Sem Pascua
Antífona de Entrada
Que mi boca, Señor, se llene de alabanzas para poder cantarte; entonces mis labios se estremecerán de júbilo. Aleluya.
Oración Colecta
Oremos:
Ayuda, Señor, con generosidad, a estos hijos tuyos a quienes has concedido el don de la fe, para que puedan, un día, alcanzar la felicidad eterna con tu Hijo resucitado en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.
Primera Lectura
Al pasar de un lugar a otro, iban difundiendo el Evangelio
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 8, 1-8
Aquel día, se desencadenó una gran persecución contra la iglesia de Jerusalén; y todos, excepto los apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y Samaria.
A Esteban lo enterraron unos hombres piadosos e hicieron duelo por él. Saulo, por su parte, perseguía con furor a la Iglesia, entraba en las casas, se llevaba por la fuerza a hombres y mujeres y los metía en la cárcel.
Los que se habían dispersado fueron por todas partes anunciando el mensaje. Felipe bajó a la ciudad de Samaria y estuvo allí predicando a Cristo. La gente escuchaba con aprobación las palabras de Felipe y
contemplaba los signos que realizaba. Pues de muchos endemoniados salían los espíritus inmundos, gritando con fuerza, y muchos paralíticos y cojos sanaron. Y hubo gran alegría en aquella ciudad.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Sal 65, 1-3a.4-5.6-7a
Las obras del Señor son admirables.
Aclama a Dios, tierra entera, canten en honor de su nombre, alaben su gloria, digan a Dios: "¡Qué admirables son tus obras!"
Las obras del Señor son admirables.
Que se postre ante ti la tierra entera, que canten para ti, que canten en honor de tu nombre. Vengan a ver lo que ha hecho Dios, sus hazañas en favor de los hombres.
Las obras del Señor son admirables.
Convirtió el mar en tierra seca, por el río cruzaron a pie; así pues, celebrémoslo con alegría.El gobierna con su poder eternamente.
Las obras del Señor son admirables.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
El que cree en mí tiene vida eterna, dice el Señor, y yo lo resucitaré en el último día.
Aleluya.
Evangelio
La voluntad de mi Padre consiste en que todo el que vea al Hijo y crea en él, tenga vida eterna
† Lectura del santo Evangelio según san Juan 6, 35-40
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a la gente:
"Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no volverá a tener hambre; el que cree en mí nunca tendrá sed. Pero ustedes, como ya les he dicho, no creen, a pesar de haber visto.
Todos los que me da el Padre vendrán a mí, y yo no rechazaré nunca al que venga a mí. Porque yo he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Y su voluntad es que yo no pierda a ninguno de los que él me ha dado, sino que los resucite en el último día. La voluntad de mi Padre es que todos los que vean al Hijo y crean en él tengan vida eterna, y yo los resucitaré en el último día".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Concédenos Señor, que este sacrificio pascual nos llene siempre de alegría, prosiga en nosotros tu obra redentora y nos obtenga de ti la felicidad eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
La nueva vida en Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor; pero más que nunca en este tiempo en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Por él, los hijos de la luz amanecen a la vida eterna, los creyentes atraviesan los umbrales del Reino de los cielos; porque en la muerte de Cristo nuestra muerte ha sido vencida y en su resurrección hemos resucitado todos.
Por eso,
con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría, y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:
Antífona de la Comunión
El Señor, que nos redimió con su sangre, ha resucitado y ha hecho resplander su luz sobre nosotros. Aleluya.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Que el cuerpo y la Sangre de tu Hijo, precio de nuestra redención, nos ayuden, Señor, a cumplir tus mandamientos y a obtener nuestra felicidad eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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† Meditación diaria
Pascua. 3ª semana. Miércoles
FRUTOS DE LA CONTRADICCIóN
— Espíritu apostólico de los primeros cristianos en medio de la persecución. Frutos de la tribulación y de las dificultades.
— Fortaleza ante circunstancias difíciles.
— La unión con Dios en los momentos más costosos.
I. Después del martirio de San Esteban se originó una persecución contra los cristianos de Jerusalén, lo que dio lugar a que se dispersaran por otras regiones1. La Providencia se sirvió de esta circunstancia para llevar la semilla de la fe a otros lugares que de otro modo hubieran tardado más en conocer a Cristo. Los que se habían dispersado iban de un lugar a otro anunciando la palabra del Evangelio2. "Observad –hace notar San Juan Crisóstomo– cómo, en medio del infortunio, los cristianos continúan la predicación, en vez de descuidarla"3.
El Señor tiene planes más altos, y lo que parecía el fin de la Iglesia primitiva sirvió para su fortalecimiento y expansión. Los mismos perseguidores, que pretendían ahogar la semilla de la fe apenas nacida, fueron la causa indirecta de que muchos otros, a los que hubiera sido difícil llegar por vivir en lugares apartados, conocieran la doctrina de Jesucristo. El espíritu apostólico de los cristianos se pone de manifiesto tanto en las épocas de paz (que fueron la mayoría) como en tiempos de calumnias y de persecución. Jamás cesaron de pregonar la buena nueva que llevaban en el corazón, convencidos de que la doctrina de Jesucristo da la salvación eterna y, además, es la única que puede hacer este mundo más justo y más humano.
El fervor, la firmeza, la coherencia de su fe, su hombría de bien, el trato amable con el que aquellos cristianos de la primera hora trataban a cuantos se relacionaban con ellos, fueron, en incontables ocasiones, el primer impulso para que muchos se sintieran atraídos a la fe.
Aquellos primeros fieles recordarían sin duda –quizá oído de labios de los mismos Apóstoles– lo que el Señor había repetido en distintas ocasiones y de formas diferentes: si el mundo os aborrece, sabed que antes me aborreció a mí4. Y se llenarían de optimismo al saberse con más gracia para afrontar aquellas dificultades y tribulaciones, y con la seguridad de que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que le aman5.
Los mismos Apóstoles, junto a las numerosas conversiones, encontraron desde un primer momento oposición y resistencia, pero no les importaba demasiado el ambiente, porque buscaban ante todo la salvación de las almas.
No tienen que sorprender las dificultades, de un signo u otro: Carísimos –nos advierte San Pedro–, cuando Dios os pruebe con el fuego de la tribulación, no os extrañéis, como si os aconteciese una cosa muy extraordinaria6. Y el Apóstol Santiago nos dice: Tened, hermanos míos, por sumo gozo veros rodeados de diversas pruebas7. Son algo de lo que podemos sacar mucho bien. Estas pruebas y contradicciones pueden ser muy diferentes: unas provienen de un ambiente materialista y anticristiano que se opone a que Cristo reine en el mundo (calumnias, discriminación profesional, ambiente sectario anticristiano...); en otras ocasiones el Señor puede permitir enfermedades, un desastre económico, fracasos, falta de frutos en la tarea apostólica después de muchos esfuerzos, incomprensiones...
En cualquier caso, debemos entender en lo más íntimo de nuestra alma que el Señor está muy cerca de nosotros para ayudarnos, con más gracias, a madurar en las virtudes, y para que el apostolado dé su fruto. En esas ocasiones, Dios desea purificarnos como al oro en el crisol, de la misma manera que el fuego lo limpia de su escoria, haciéndolo más auténtico y preciado.
II. Todos los días, en el Templo y en las casas, no cesaban de enseñar y de anunciar el Evangelio de Cristo Jesús8. En esas circunstancias, cuando el ambiente se vuelve más sectario o se aleja más de Dios, deberemos sentir como una llamada del Señor a manifestar con nuestra palabra y con el ejemplo de nuestra vida que Cristo resucitado está entre nosotros, y que sin Él se desquician el mundo y el hombre. Cuando mayor sea la oscuridad, mayor es la urgencia de la luz. Deberemos luchar entonces contra corriente, apoyados en una viva oración personal, fortalecidos por la presencia de Jesucristo en el sagrario. Nuestra lucha interior por alejarnos de todo aburguesamiento debe ser más firme. Es uno de los frutos más grandes que debemos sacar de las contradicciones, sean las que fueren: la necesidad de estar más pendientes del Señor, de ser más generosos en la oración y en el espíritu de sacrificio.
La contradicción nos lleva a purificar bien la intención, realizando las cosas por Dios, sin buscar recompensas humanas.
Si por cobardía, por falta de fortaleza, por no pedir ayuda al Señor, se cediera ante la dificultad, el alma iría retrocediendo en su unión con Dios, se llenaría de tristeza y pondría de manifiesto una vida interior superficial y de poco amor a Dios. El demonio suele aprovechar esas ocasiones para redoblar sus ataques, y el alma puede entonces acercarse más a Dios –uniéndose a la Cruz– o separarse de Él, cayendo en un estado de tibieza, falto de amor y de vibración. Una misma dificultad –una enfermedad, una calumnia, un ambiente adverso...– tiene distinto efecto según las disposiciones del alma. No podemos olvidar que el bien sobrenatural que hemos de alcanzar es un bien arduo, difícil, que exige de nuestra parte una correspondencia decidida, llena de fortaleza. Fortaleza, que es virtud cardinal, angular, que aparta los obstáculos, los temores que podrían retraer la voluntad del seguimiento firme del Señor9. Él siempre da, en todo momento y en toda circunstancia, las gracias necesarias.
Ante las contradicciones del ambiente debemos estar serenos y alegres. Es el mismo gozo de los Apóstoles, que estaban llenos de alegría, porque habían sido dignos de sufrir ultrajes por el nombre de Jesús10. "No se dice que no sufrieron –señala San Juan Crisóstomo–, sino que el sufrimiento les causó alegría. Lo podemos ver por la libertad que acto seguido usaron: inmediatamente después de la flagelación se entregaron a la predicación con admirable ardor"11. "Te traen y te llevan... La fama, ¿qué importa?
"En todo caso, no sientas vergüenza ni pena por ti, sino por ellos: por los que te maltratan"12.
III. Cuando sentimos el peso de la Cruz, el Señor nos invita a ir a Él. "Venid, no para rendir cuentas... No temáis al oír hablar de yugo, porque es suave; no temáis si hablo de carga, porque es ligera"13. Y entonces, junto a Cristo, se vuelven amables todas las fatigas, todo lo que puede haber de molesto y difícil en nuestras vidas. El sacrificio, el dolor junto a Cristo no es áspero ni agobiante, sino gustoso. "Todo lo duro... lo hace llevadero el amor (...). ¿Qué no hace el amor? Ved cómo trabajan los que aman: no sienten lo que padecen, aumentan sus esfuerzos según aumentan las dificultades"14.
La unión con Dios a través de las adversidades, de cualquier género que sean, es una gracia de Dios que está dispuesto a concedernos siempre; pero, como todas las gracias, exige el ejercicio de la propia libertad, nuestra correspondencia, el no desechar los medios que pone a nuestro alcance, de modo singular el saber abrir el alma en la dirección espiritual si en alguna ocasión la Cruz nos pareciera más pesada. "No es lo mismo un viento suave que el huracán. Con el primero, cualquiera resiste: es juego de niños, parodia de lucha.
"—Pequeñas contradicciones, escasez, apurillos... Los llevabas gustosamente, y vivías la interior alegría de pensar: ¡ahora sí que trabajo por Dios, porque tenemos Cruz!...
"Pero, pobre hijo mío: llegó el huracán, y sientes un bamboleo, un golpear que arrancaría árboles centenarios. Eso..., dentro y fuera. ¡Confía! No podrá desarraigar tu Fe y tu Amor, ni sacarte de tu camino..., si tú no te apartas de la "cabeza", si sientes la unidad"15.
El Señor nos espera en el sagrario para animarnos y alentarnos siempre... y para decirnos que lo más pesado de la Cruz lo llevó Él, camino del Calvario. Junto a Él aprendemos a llevar con paz y serenidad aquello que nos resulta más costoso y difícil: "Aunque todo se hunda y se acabe, aunque los acontecimientos sucedan al revés de lo previsto, con tremenda adversidad, nada se gana turbándose. Además, recuerda la oración confiada del profeta: "el Señor es nuestro Juez, el Señor es nuestro Legislador, el Señor es nuestro Rey, Él es quien nos ha de salvar".
"—Rézala devotamente, a diario, para acomodar tu conducta a los designios de la Providencia, que nos gobierna para nuestro bien"16.
De la persecución que padecieron aquellos primeros fieles en la fe surgieron nuevas conversiones en lugares inesperados. De las dificultades y contradicciones que el Señor permitirá en nuestra vida nacerán incontables frutos de apostolado, nuestro amor se hará fuerte y delicado, y nuestra alma saldrá más purificada de esas pruebas, si las hemos sabido llevar con serenidad y cerca de Cristo. Al terminar nuestra oración le decimos al Señor que queremos buscarle en todas las circunstancias –profesionales, de edad, salud, ambiente...–, favorables unas y otras adversas, y en medio de las dificultades interiores o exteriores que tengamos.
"A la hora del desprecio de la Cruz, la Virgen está allá, cerca de su Hijo, decidida a correr su misma suerte. —Perdamos el miedo a conducirnos como cristianos responsables, cuando no resulta cómodo en el ambiente donde nos desenvolvemos: Ella nos ayudará"17.
1 Hech 8, 1-8. — 2 Hech 8, 4. — 3 San Juan Crisóstomo, Homilías sobre los Hechos de los Apóstoles, 18. — 4 Jn 15, 18. — 5 Cfr. Rom 8, 28. — 6 1 Pdr 4, 12. — 7 Sant 1, 2. — 8 Hech 5, 42. — 9 Cfr. Santo Tomás, Suma Teológica, 2-2, q. 122, a. 3. — 10 Hech 5, 41. — 11 San Juan Crisóstomo, Homilías sobre los Hechos de los Apóstoles, 14. — 12 San Josemaría Escrivá, Surco, n. 241. — 13 San Juan Crisóstomo, Homilías sobre San Mateo, 37, 2. — 14 San Agustín, Sermón 96, 1. — 15 San Josemaría Escrivá, Surco, n. 411. — 16 Ibídem, n. 844. — 17 Ibidem, n. 977.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Kateri (Catalina) Tekakwitha, Beata Índígena Americana, Abril 1717 de abril
Virgen Laica Martirologio Romano: En Sault, de la provincia de Québec, en Canadá, beata Catalina Tekawitha, virgen, la cual, nacida entre los indígenas del lugar, recibió el bautismo el día de Pascua y ofreció a Dios su virginidad, que ya había conservado antes de convertirse, sufriendo muchas amenazas y vejaciones (1680).
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Mariana de Jesús Navarro, Beata Religiosa Mercedaria, Abril 17
Religiosa Mercedaria Martirologio Romano: En Madrid, en España, beata María Ana de Jesús Navarro de Guevara, virgen, la cual, después de superar la oposición de su padre, recibió el hábito de la Orden de Nuestra Señora de la Merced, dedicándose a la vida de oración, penitencia y ayuda a pobres y afligidos (1624) La extática y maravillosa virgen Maria Ana de Jesús, nació en Madrid el 21 de enero de 1565, de muy noble e ilustre linaje. Su padre Luis Navarro Ladrón de Guevara servia en la corte del rey don Felipe III. |
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Fuente: ACI Prensa
Esteban Harding, Santo Abad, Abril 17
Tercer abad de Cîster Martirologio Romano: En el monasterio de Cister, en Borgoña (hoy Francia), san Esteban Harding, abad, que junto con otros monjes vino de Molesmes y, más tarde, estuvo al frente de este célebre cenobio, donde instituyó a los hermanos conversos, recibió a san Bernardo con treinta compañeros y fundó doce monasterios, que unió con el vínculo de la Carta de Caridad, para que no hubiese discordia alguna entre ellos, sino que los monjes actuasen con unidad de amor, de Regla y con costumbres similares (1134). Nació en Sherborne en Dorsetshire, Inglaterra, a mediados del siglo XI; murió el 28 de Marzo de 1134. |
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Fuente: ACI Prensa
Robert de Chaise-Dieu, Santo Abad, Abril 17
Abad Martirologio Romano: En el monasterio de Chaise-Dieu, de la Alvernia, en Francia, san Roberto, abad, que, habiéndose retirado a este lugar para vivir como solitario, se le juntaron muchos hermanos, y con su predicación y ejemplo de vida reunió a un buen número de ellos (1067). Fundador de la Abadía de Chaise-Dieu en Alvernia; nacio en Aurilac, Auvergne, aproximadamente en el año 1000; murió en Auvergne, en 1067. |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Clara Gambacorti, Beata Abadesa Dominica, Abril 17
Abadesa Dominica Martirologio Romano: En Pisa, de la Toscana, beata Clara Gambacorti, que, al perder aún muy joven a su esposo, aconsejada por santa Catalina de Siena fundó el monasterio de santo Domingo bajo una austera Regla y dirigió con prudencia y caridad a las hermanas, distinguiéndose por haber perdonado al asesino de su padre y de sus hermanos (1419). La Beata Clara era hija de Pedro Gambacorti (o Gambacorta), quien llegó a ser prácticamente al amo de la República de Pisa. |
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Roberto de Molesmes, Santo Abad, Abril 17
Martirologio Romano: En el monasterio de Molesmes, en Francia, san Roberto, abad, el cual, deseoso de una vida monástica más sencilla y más estricta, ya fundador de monasterios y superior esforzado, ya director de ermitaños y restaurador eximio de la disciplina monástica, fundó el monasterio de Cister, que rigió como primer abad, y llamado de nuevo como abad a Molesmes, allí descansó en paz (1111). Fue uno de los fundadores de la orden Cisterciense en Francia. |
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Acacio de Melitene Obispo, Abril 17
Obispo Martirologio Romano: En Melitene, en Armenia, san Acacio, obispo, que intervino en el Concilio de Efeso contra Nestorio para defender la fe católica, y después fue depuesto injustamente de su sede (c. 435). Las fechas del nacimiento de Acacio y de su muerte no se pueden fijar con seguridad, parece que murió después del año 435. Vivió en la época de la persecución de Decio en el siglo III. Lo citaron antes del tribunal de Marciano para comprobar su fe. Lo condenaron a la muerte, pero no esta seguro que la sentencia fue ejecutado. Aparentemente el emperador romano lo liberó de la prisión después de que hubiera experimentado un sufrimiento considerable. |
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Fuente: Martirologio Romano
Otros Santos y Beatos Completando el santoral de este día, Abril 17
Santos Pedro, diácono, y Hermógenes, mártires |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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