JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 9-11
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Como el Padre me ama a mí, así los amo yo a ustedes;permanezcan en mi amor. Pero sólo permanecerán en mi amor si ponen en práctica mis mandamientos, lo mismo que yo he puesto en práctica los
mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho todo esto para que participen de mi alegría, y su alegría sea completa".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
jue 5a. Sem Pascua
Antífona de Entrada
Cantemos al Señor, pues su victoria es grande. Alabemos al Señor, porque él es nuestra fortaleza y salvación. Aleluya.
Oración Colecta
Oremos:
Señor Dios todopoderoso, que sin mérito alguno de muestra parte, nos has hecho pasar de la muerte a la vida y de la tristeza a la alegría; no pongas fin a tus dones, ni ceses de realizar tus maravillas en nosotros, y concede a quienes ya hemos sido justificados por la fe la fuerza necesaria para perseverar siempre en ella.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Juzgo que no se debe importunar a los paganos que se convierten a Dios
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 15, 7-21
Por aquellos días, después de una larga discusión sobre el asunto de la circuncisión, Pedro se levantó y les dijo:
"Hermanos: Ustedes saben que, desde los primeros tiempos, Dios me eligió a mí de entre ustedes para que los paganos oyeran por mi boca el mensaje de la buena noticia y creyeran. Y Dios, que conoce los corazones, dio testimonio a favor de ellos, otorgándoles el Espíritu Santo igual que a nosotros. Sin hacer diferencia entre ellos y nosotros, purificó sus corazones con la fe.
¿Por qué quieren ahora poner a prueba a Dios, tratando de imponer a los discípulos una carga que ni nosotros ni nuestros antepasados hemos podido soportar? Nosotros, en cambio, creemos que nos salvaremos por la gracia del Señor Jesús; y ellos exactamente igual".
Toda la multitud guardó silencio; y escuchaba a Pablo y a Bernabé contar las señales y prodigios que Dios había hecho entre los paganos por medio de ellos.
Cuando acabaron de hablar, tomó la palabra Santiago y dijo:
"Hermanos, escúchenme. Simón ha contado cómo, Dios, desde el principio, eligió de entre los paganos un pueblo consagrado a su nombre. Esto concuerda con las palabras de los profetas, porque está escrito:Después de esto regresaré y restauraré la tienda de David, que estaba destruida. Repararé sus ruinas y la volveré a levantar, para que el resto de los hombres busque al Señor, junto con todas las naciones sobre las que se ha invocado mi nombre. Así lo dice el Señor que realizó estas cosas, anunciadas desde antiguo.
Por eso, en mi opinión, no hay que crear dificultades a los paganos que se convierten. Es suficiente escribirles que se abstengan de toda contaminación, de la idolatría, de matrimonios ilegítimos, de comer la carne de animales muertos sin desangrar. Ya que desde hace siglos la ley de Moisés tiene en cada ciudad sus predicadores, que la leen en las sinagogas todos los sábados".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Sal 95, 1-2a.2b-3.10
Cantemos la grandeza del Señor.
Canten al Señor un canto nuevo, que toda la tierra cante al Señor; canten al Señor, bendigan su nombre.
Cantemos la grandeza del Señor.
Celebren día tras día su victoria. Propaguen su grandeza entre las naciones, sus maravillas entre todos los pueblos.
Cantemos la grandeza del Señor.
Digan a las naciones: "El Señor es rey". El aseguró el mundo para que permanezca firme; él gobierna a los pueblos con rectitud.
Cantemos la grandeza del Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen.
Aleluya.
Evangelio
Permanezcan en mi amor para que su alegría sea plena
† Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 9-11
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Como el Padre me ama a mí, así los amo yo a ustedes;permanezcan en mi amor. Pero sólo permanecerán en mi amor si ponen en práctica mis mandamientos, lo mismo que yo he puesto en práctica los
mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho todo esto para que participen de mi alegría, y su alegría sea completa".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Dios nuestro, que por medio de estos dones que vas a convertir en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, nos haces participar de tu misma vida divina, concédenos que nuestra conducta ponga de manifiesto las verdades que nos has revelado.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Cristo sacerdote y víctima
y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor; pero más que nunca en este tiempo en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Porque él, con la inmolación de su cuerpo en la cruz, dio pleno cumplimiento a lo que anunciaban los sacrificios de la antigua alianza, y ofreciéndose a sí mismo por nuestra salvación, quiso ser al mismo tiempo sacerdote, víctima y altar.
Por eso,
con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría, y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:
Antífona de la Comunión
Cristo murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí mismos, sino para el que murió y resucitó por ellos. Aleluya.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Ven, Señor, en ayuda de tu pueblo, y, ya que nos has iniciado en los misterios de tu Reino, haz que abandonemos nuestra antigua vida de pecado y vivamos, ya desde ahora, la novedad de la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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Dia 2/05 San Atanasio (obispo y doctor de la Iglesia, blanco)
Antífona de Entrada
En la asamblea de da la palabra el Señor, lo llena de espíritu de sabiduría e inteligencia, lo viste con un traje de honor.
Oración Colecta
Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, que le has dado un doctor a tu Iglesia en la figura de tu obispo san Atanasio; haz que todo cuanto él enseñó bajo el magisterio del Espíritu, arraigue para siempre en nuestros corazones; y el que, por gracia tuya, es nuestro protector, sea también nuestro abogado y atraiga sobre nosotros tu misericordia.
Por nuestro, Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Te daré un corazón sabio y prudente
Lectura del primer libro de los Reyes 3, 11-14
En aquellos días dijo el Señor a Salomón:
"Por haber pedido esto, y no una vida larga, ni riquezas , ni la muerte de tus enemigos, sino inteligencia para acertar en el gobierno, te daré lo que has pedido: un corazón sabio y prudente, como no lo ha habido antes de ti ni lo habrá después de ti, Y te daré también lo que no has pedido: riquezas y fama mayores que las de rey alguno. Y si caminas por mis sendas, guardando mis preceptos y mandatos, como hizo tu Padre David, te daré larga vida".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 188
Enséñame, Señor, tus leyes.
¿Cómo podrá un joven andar honestamente? Cumpliendo tus palabras.
Enséñame, Señor, tus leyes.
Te busco de todo corazón, no consientas que me desvíe de tus mandamientos.
Enséñame, Señor, tus leyes.
En mi corazón escondo tus consignas, así no pecaré contra ti.
Enséñame, Señor, tus leyes.
Bendito eres, Señor; enséñame tus leyes.
Enséñame, Señor, tus leyes.
Mis labios van enumerando los mandamientos de tu boca.
Enséñame, Señor, tus leyes.
Mi alegría es el camino de tus preceptos más que todas las riquezas.
Enséñame, Señor, tus leyes.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Alumbre así nuestra luz a los hombres, para que vean nuestras buenas obras y den gloria a nuestro Padre.
Aleluya.
Evangelio
Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra
Ý Lectura del santo Evangelio según san Mateo 10, 22-25
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles:
"Todos los odiarán a ustedes por mi causa, pero el que persevere hasta el fin, se salvará.
Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. Yo les aseguro que no alcanzarán a recorrer todas las ciudades de Israel, antes de que venga el Hijo del hombre.
El discípulo no es más que el maestro, ni el criado más que su señor. Le basta al discípulo ser como su maestro y al criado ser como su señor".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Sea agradable a tus ojos, Señor, el sacrificio que te ofrecemos con gozo en la fiesta de san Atanasio, cuya vida y doctrina nos impulsan a alabarte con todo nuestro ser.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Acción de los santos en la Iglesia
En verdad es justo y necesario, nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque con la vida de tus santos, enriqueces a tu Iglesia con formas siempre nuevas de admirable santidad, y nos das pruebas indudables de tu amor por nosotros; y también, porque su ejemplo nos impulsa y su intercesión nos ayuda a colaborar en el misterio de la salvación.
Por eso,
ahora nosotros, llenos de alegría, te aclamamos con los ángeles y santos diciendo:
Antífona de la Comunión
Este es el criado fiel y solícito a quien el Señor ha puesto al frente de su familia, para que les reparta la ración a sus horas.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, que cuantos hemos sido fortalecidos con Cristo, verdadero pan de vida y único maestro de los hombres, aprendamos del ejemplo de san Atanasio a conocer tu verdad y a vivirla con amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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† Meditación diaria
Pascua. 5ª semana. Jueves
OFRECER LAS OBRAS DEL DÍA
— El ofrecimiento de obras dirige a Dios nuestro día desde los comienzos. Nuestra primera oración.
— Cómo hacerlo. El «minuto heroico».
— El ofrecimiento de obras y la Santa Misa. Ofrecer nuestra tarea al Señor muchas veces al día.
I. Para ordenar nuestra vida, el Señor nos ha dado los días y las noches. El día habla al día y la noche comunica sus pensamientos a la noche1. Y cada nuevo día, al despedirse el día pasado, nos recuerda que hemos de continuar nuestros trabajos interrumpidos y renovar nuestros proyectos y nuestras esperanzas. «El hombre sale a trabajar hasta el anochecer: entonces llega la noche y, con una amable sonrisa, (Dios) nos manda dejar todos nuestros juguetes, con los cuales nos alborotamos tanto nosotros (...), nos cierra los libros, nos esconde las distracciones, extiende un gran manto negro sobre nuestra vida...; cuando la oscuridad se cierra a nuestro alrededor, vivimos un ensayo general de la muerte; el alma y el cuerpo se dan las buenas noches... Luego llega la mañana y con la mañana el renacimiento»2.
Cada día comienza, en cierto modo, con un nacimiento y acaba con una muerte; cada día es como una vida en miniatura. Al final, nuestro paso por el mundo habrá sido santo y agradable a Dios si hemos procurado que cada jornada fuera grata a Dios, desde que despunta el sol hasta su ocaso. También la noche, porque del mismo modo la hemos ofrecido al Señor. El hoy es lo único de que disponemos para santificarlo. El día habla al día; el día de ayer susurra al de hoy, y nos dice de parte del Señor: Comienza bien. «Pórtate bien "ahora", sin acordarte de "ayer", que ya pasó, y sin preocuparte de "mañana", que no sabes si llegará para ti»3. El día de ayer ha desaparecido para siempre, con todas sus posibilidades y con todos sus peligros. De él solo han quedado motivos de contrición por las cosas que no hicimos bien, y motivos de gratitud por las innumerables gracias, beneficios y cuidados que recibimos de Dios. El «mañana» está aún en las manos del Señor.
Lo que debemos santificar es el día de hoy. ¿Y cómo vamos a empezarlo si no es ofreciéndoselo a Dios? Solo quienes no conocen a Dios y los cristianos tibios comienzan sus días de cualquier manera. Elofrecimiento de obras por la mañana es un acto de piedad que orienta bien el día, que lo dirige a Dios desde sus comienzos, de la misma manera que la brújula señala al Norte. El ofrecimiento de obras nos dispone desde el primer momento para escuchar y atender las innumerables inspiraciones y mociones del Espíritu Santo en este día, que ya no se repetirá nunca más. Hoy si oís su voz no queráis endurecer vuestros corazones4. Y en cada jornada nos habla Dios.
Le decimos al Señor que le queremos servir en el día de hoy, que le queremos tener presente. «Renovad cada mañana, con un serviam!decidido –¡te serviré, Señor!–, el propósito de no ceder, de no caer en la pereza o en la desidia, de afrontar los quehaceres con más esperanza, con más optimismo, bien persuadidos de que si en alguna escaramuza salimos vencidos podremos superar ese bache con un acto de amor sincero»5.
Nuestras obras llegarán antes a Dios si hacemos el ofrecimiento a través de su Madre, que es también Madre nuestra. «Aquello poco que desees ofrecer, procura depositarlo en aquellas manos de María, graciosísimas y dignísimas de todo aprecio, a fin de que sea ofrecido al Señor sin sufrir de Él repulsa»6.
II. La costumbre de ofrecer el día a Dios también la vivían los primeros cristianos: «apenas despertar, antes de enfrentarse de nuevo con el trasiego de la vida, antes de concebir en su corazón cualquier impresión, antes incluso de acordarse del cuidado de sus intereses familiares, consagran al Señor el nacimiento y principio de sus pensamientos»7.
San Pablo exhortaba a los primeros cristianos a ofrecer todo su día a Dios. Recomendaba a los primeros cristianos de Corinto: Ya comáis, ya bebáis o ya hagáis alguna otra cosa, hacedlo todo para gloria de Dios8. Y a los colosenses: Y todo cuanto hagáis de palabra o de obra, hacedlo todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por Él9.
Muchos buenos cristianos tienen el hábito adquirido de dirigir su primer pensamiento a Dios. Y enseguida el «minuto heroico», que es una buena ayuda para hacer bien el ofrecimiento de obras y comenzar bien el día. «Sin vacilación: un pensamiento sobrenatural y... ¡arriba! —El minuto heroico: ahí tienes una mortificación que fortalece tu voluntad y no debilita tu naturaleza»10. «Si, con la ayuda de Dios, te vences, tendrás mucho adelantado para el resto de la jornada.
«¡Desmoraliza tanto sentirse vencido en la primera escaramuza!»11.
Aunque no hay por qué adaptarse a una fórmula concreta, es conveniente tener un modo habitual de hacer esta práctica de piedad, tan útil para que marche bien toda la jornada. Unos recitan alguna oración sencilla aprendida de pequeños... o de mayores. Es muy conocida esta oración a la Virgen, que sirve a la vez de ofrecimiento de obras y de consagración personal diaria a Nuestra Señora: ¡Oh Señora mía! ¡Oh madre mía! Yo me ofrezco del todo a Vos, y en prueba de mi filial afecto, os consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo vuestro, ¡oh Madre de bondad!, guardadme y defendedme como cosa y posesión vuestra. Amén.
Aparte del ofrecimiento de obras, cada cual verá lo que estima oportuno añadir a sus oraciones al levantarse: alguna oración más a la Virgen, a San José, al Ángel de la Guarda. Es un momento también oportuno para traer a la memoria los propósitos de lucha que se concretaron en el examen de conciencia del día anterior, renovando el deseo y pidiendo a Dios la gracia para cumplirlos.
Señor, Dios todopoderoso, que nos has hecho llegar al comienzo de este día: sálvanos hoy con tu poder, para que no caigamos en ningún pecado; sino que nuestras palabras, pensamientos y acciones sigan el camino de tus mandatos12.
III. Hemos de dirigirnos al Señor cada día pidiéndole ayuda para tenerle siempre presente; y no solo en los momentos expresamente dedicados a hablar con Él, sino también en las normales actividades diarias, pues queremos que además de estar bien realizadas sean oración grata a Dios. Por eso podemos decir con la Iglesia: Te pedimos, Señor, que prevengas nuestras acciones y nos ayudes a proseguirlas, para que todo nuestro trabajo empiece en Ti y por Ti alcance su fin13.
En la Santa Misa encontramos el momento más oportuno para renovar el ofrecimiento de nuestra vida y de las obras del día. Cuando el sacerdote ofrece el pan y el vino, nosotros ofrecemos cuanto somos y poseemos, y todo aquello que nos proponemos hacer en esa jornada que comienza. En la patena ponemos la memoria, la inteligencia, la voluntad... Además, familia, trabajo, alegrías, dolor, preocupaciones... Y las jaculatorias y actos de desagravio, las comuniones espirituales, las pequeñas mortificaciones, los actos de amor con que esperamos llenar el día. Siempre resultarán pobres y pequeños estos dones que ofrecemos, pero al unirse a la oblación de Cristo en la Misa se hacen inconmensurables y eternos. «Todas sus obras, sus oraciones e iniciativas apostólicas, la vida conyugal y familiar, el cotidiano trabajo, el descanso de alma y de cuerpo, si son hechas en el Espíritu, e incluso las mismas pruebas de la vida, si se sobrellevan pacientemente, se convierten en sacrificios espirituales, aceptables a Dios por Jesucristo (Cfr. 1 Pdr 2, 5), que en la celebración de la Eucaristía se ofrecen piadosamente al Padre junto con la oblación del Cuerpo del Señor»14.
En el altar, junto al pan y al vino, hemos dejado cuanto somos y poseemos: ilusiones, amores, trabajos, preocupaciones... Y en el momento de la Consagración se lo entregamos definitivamente a Dios. Ahora, ya nada de eso es solo nuestro, y por tanto –como quien lo ha recibido en depósito y administración– deberemos utilizarlo para el fin al que lo hemos destinado: para la gloria de Dios y para hacer el bien a quienes están cerca de nosotros.
El haber ofrecido todas nuestras obras a Dios nos ayudará a hacerlas mejor, a trabajar con más eficacia, a estar más alegres en la vida de familia aunque estemos cansados, a ser mejores ciudadanos, a vivir mejor la convivencia con todos. El ofrecimiento de nuestras obras podemos repetirlo, aunque solo sea con el pensamiento, muchas veces a lo largo del día; por ejemplo, cuando iniciamos una nueva actividad, o cuando lo que estamos haciendo nos resulte particularmente dificultoso. El Señor también acepta nuestro cansancio, que así adquiere un valor redentor.
Vivamos cada día como si fuera el único que tenemos para ofrecer a Dios, procurando hacer las cosas bien, rectificando cuando las hemos hecho mal. Y un día será el último y también se lo habremos ofrecido a Dios nuestro Padre. Entonces, si hemos procurado vivir ofreciendo continuamente a Dios nuestra vida, oiremos a Jesús que nos dice, como al buen ladrón: En verdad te digo, hoy estarás conmigo en el paraíso15.
1 Sal 18, 3. — 2 R. A. Knox, Ejercicios para seglares, Rialp, 2ª ed., Madrid 1962, pp. 45-46. — 3 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 253. — 4 Sal 94, 7-8. — 5 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 217. — 6 San Bernardo, Hom. en la Natividad de la B. Virgen María, 18. — 7 Casiano, Colaciones, 21. — 8 1 Cor 10, 31. — 9 Col 3, 17. — 10 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 206. — 11 Ibídem, n. 191. — 12 Liturgia de las Horas. Laudes. — 13 Ibídem, Oración de Laudes. Lunes 1ª semana. — 14 Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 34. — 15 Lc 23, 43.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
San Atanasio
Atanasio, nombre que significa "inmortal", nació en Egipto, en la ciudad de Alejandría, en el año 295. Llegado a la adolescencia, estudió derecho y teología. Se retiró por algún tiempo a un yermo para llevar una vida solitaria y allí hizo amistad con los ermitaños del desierto; cuando volvió a la ciudad, se dedicó totalmente al servicio de Dios.
Era la época en que Arrio, clérigo de Alejandría, confundía a los fieles con su interpretación herética de que Cristo no era Dios por naturaleza.
Para considerar esta cuestión se celebró un concilio (el primero de los ecuménicos) en Nicea, ciudad del Asia Menor. Atanasio, que era entonces diácono, acompañó a este concilio a Alejandro, obispo de Alejandría, y con su doctrina, ingenio y valor sostuvo la verdad católica y refutó a los herejes y al mismo Arrio en las disputas que tuvo con él.
Cinco meses después de terminado el concilio con la condenación de Arrio, murió san Alejandro, y Atanasio fue elegido patriarca de Alejandría. Los arrianos no dejaron de perseguirlo y apelaron a todos los medios para echarlo de la ciudad e incluso de Oriente.
Fue desterrado cinco veces y cuando la autoridad civil quiso obligarlo a que recibiera de nuevo en el seno de la Iglesia a Arrio, excomulgado por el concilio de Nicea y pertinaz a la herejía, Atanasio, cumpliendo con gran valor su deber, rechazó tal propuesta y perseveró en su negativa, a pesar de que el emperador Constantino, en 336, lo desterró a Tréveris.
Durante dos años permaneció Atanasio en esta ciudad, al cabo de los cuales, al morir Constantino, pudo regresar a Alejandría entre el júbilo de la población. Inmediatamente renovó con energía la lucha contra los arrianos y por segunda vez, en 342, tuvo que emprender el camino del destierro que lo condujo a Roma.
Ocho años más tarde se encontraba de nuevo en Alejandría con la satisfacción de haber mantenido en alto la verdad de la doctrina católica. Pero llegó a tanto el encono de sus adversarios, que enviaron un batallón para prenderlo. Providencialmente, Atanasio logró escapar y refugiarse en el desierto de Egipto, donde le dieron asilo durante seis años los anacoretas, hasta que pudo volver a reintegrarse a su sede episcopal; pero a los cuatros meses tuvo que huir de nuevo. Después de un cuarto retorno, se vio obligado, en el año 362, a huir por quinta vez. Finalmente, pasada aquella furia, pudo vivir en paz en su sede.
San Atanasio es el prototipo de la fortaleza cristiana. Falleció el 2 de mayo del año 373. Escribió numerosas obras, muy estimadas, por las cuales ha merecido el honroso título de doctor de la Iglesia.
Otros Santos cuya fiesta se celebra hoy: Fiesta de María Reparadora. Santos: Félix, Flaminia, Saturnino, Germán, Celestino, Exuperio, Ciriaco, Teódulo, Florencio, Eugenio, Longinos, Zoe, mártires; Antonino Pierozzi, confesor; Daniel, monje
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José María Rubio y Peralta, Santo Apóstol de Madrid, Mayo 2
Apóstol de Madrid Andaluz de nacimiento, pero madrileño de adopción, José María Rubio Peralta, más conocido como el Padre Rubio, nació en el almeriense pueblo de Dalías en 1864. Desde su más tierna infancia destaca por su humildad, sencillez, amor a Jesús, capacidad de sacrificio, sufrimiento, obediencia… Sencillo y callado, cursó sus estudios de seminarista en Granada y Madrid, donde fue ordenado sacerdote. Su primera misa la celebró en el altar de la Virgen de la Consolación, en la actual iglesia de San Isidro. Como sacerdote diocesano, desempeñó su ministerio como coadjutor en Chinchón, y párroco en Estremera.
una acción social imparable, que le valió el nombre de 'padre de los pobres' y el título póstumo de "Apóstol de Madrid". Desprendido y generoso, entrega su dinero, su ropa, su comida, su propio tiempo… Es un prodigio en caridad. Atiende y cuida a los enfermos, ayuda a los pobres, visita a barrios como La Ventilla, Entrevías… para llevar a Jesús e impulsar mediante voluntarios la creación de escuelas y la atención y ayuda a niños, jóvenes, adultos, enfermos, obreros… |
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Fuente: OsaNet.org
Guillermo Tirry, Beato Mártir, Mayo 2
Nacido en la ciudad de Cork (Irlanda) en el seno de una familia de comerciantes profundamente católica, de la que procedía un tío obispo con el mismo nombre, entró en la Orden de San Agustín, estudiando en Valladolid, París y Bruselas. Por obediencia a las decisiones de sus superiores, regresó a Irlanda algunos años antes del comienzo del levantamiento del Ulster (1641). En 1646 fue nombrado secretario del Padre provincial Driscoll, y en 1649 prior del convento de Skreen. Tras la llegada de Cromwell, que le hizo imposible el ejercicio de este oficio, sirvió a Fethard (Tipperary) como preceptor, ejerciendo ocultamente el ministerio sacerdotal. |
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Wiborada de San Gallo, Santa Virgen y Mártir, Mayo 2
Nacida en el siglo IX en Klingna, Aargau. Miembro de la nobleza Suavia. |
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Nicolás Hermansson, Beato Obispo, 2 de mayo
Obispo Martirologio Romano: En Linköping, en Suecia, beato Nicolás Hermansson, obispo, el cual, exigente consigo mismo, se entregó totalmente a su Iglesia y a los pobres, y recibió la custodia de las reliquias de Santa Brígida (1391). Nicolás (Nils) Hermansson fue un destacado obispo y poeta de la Suecia medieval, estrechamente asociado con el Santa Brígida. Nicolás nació un Skanninge (Ostergotland). Temprano en la vida decidió ser un sacerdote. Estudió en París y Orleans; en su retorno a Suecia en 1358 fue canónigo en Linköping y Uppsala. En 1361 era al mismo tiempo archi-diácono y vicario general de la antigua e importante diócesis de Linköping, misma que administró durante la ausencia de su obispo. En 1374 fue elegido obispo de Linköping, cargo en el que lo ratificó el Papa Gregory XI, pero por la oposición del Rey Alberto no pudo tomar posesión hasta 1375. |
Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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