La empatía es una de las capacidades determinantes en la vida y en el trabajo.
Una persona con gran capacidad de empatía tendrá más posibilidades de establecer diálogos fluidos y de avanzar en negociaciones, reuniones y demás interrelaciones que requieran un compromiso por parte de más de una persona.
Antes de seguir adelante, demos una definición del concepto, empatía es la capacidad de apreciar los sentimientos y emociones de la persona con la que interactuamos y que nos permite saber lo que siente e incluso a veces lo que puede estar pensando. Algunos lo simplifican como, "ponerse en los zapatos del otro".
Obviamente la empatía no viene de fábrica, es la experiencia vital y el aprendizaje en la infancia la que da forma a nuestro nivel de empatía. Una persona que ha aprendido de sus referentes que ayudar a los demás es lo más importante potenciará inconscientemente su capacidad empática, por el contrario, aquel al que se le ha educado competitivamente y con una visión egocéntrica de la vida difícilmente desarrollará esta capacidad.
A medida que la sociedad ha ido fomentando la competitividad es evidente que la empatía ha sufrido enormemente y cada vez resulta más difícil encontrar gente que haga gala de ella, y es más, algunos que aprendieron a potenciarla la han terminado usando para su propio beneficio.
Si no has tenido la suerte de tener una infancia que te permitiera fomentar tu capacidad de empatía, te puedo dar unos "consejos de la abuela" para desarrollarla, se puede aumentar la capacidad de empatía observando con más detalle a los demás mientras hablamos con ellos, obviamente sin mirarles tanto que parezca que nos vuelven locos o que estamos obsesionados con ellos, prestándoles toda la atención e intentando captar todos los mensajes que nos transmiten (no sólo lo que nos dicen con sus palabras), esforzándose por ponerse en su lugar y percibir lo que sienten. Si mientras alguien habla, estás más pendiente de lo que tú dirás después, tu capacidad para saber lo que quiere la otra persona será nula, si por el contrario, escuchas con atención fijándote en todos los detalles tu respuesta seguro que será adecuada a lo que tu interlocutor espera.
La empatía requiere, por tanto, prestar atención a la otra persona, aunque con el tiempo es un proceso que se realiza en su mayor parte de manera insconciente. También debemos ser conscientes de que los demás pueden sentir y pensar no tiene por qué coincidir con lo que nosotros sentimos o pensamos. Tal vez a ti no te moleste un comentario, pero a otra persona sí. La persona empática es capaz de darse cuenta de que dicho comentario ha molestado incluso aunque le resulte difícil entender el porqué.
La empatía es mucho más que saber lo que el otro siente, implica responder de una manera apropiada a la emoción que la otra persona está sintiendo. No hay respuestas prefabricadas para ello, cada persona requiere una respuesta, la respuesta será la apropiada en función de tu nivel de empatía con la persona que hablas, podemos empatizar rápidamente con unos y no lograrlo nunca con otros, pero lo normal es que si uno persevera en ello acabará por lograrlo.
Pese a lo que se pueda llegar a pensar tener capacidad de empatía no te garantiza ser amigo de todo el mundo, por dos motivos principales: uno porque eres tú mismo el que mantienes las distancias porque no te gustan los sentimientos que ves y otro porque es tu interlocutor el que desconfía de ti porque aquel que no tiene capacidad empática tiende a desconfiar de alguien que parece comprenderle.
Es importante no confundir la empatía con la simpatía, que tú seas simpático y lo transmitas al que te escucha no significa que puedas empatizar con el más fácilmente, eso si, alguien simpático tiene más posibilidades de tener una gran capacidad de empatía pues ya tiene desarrollada una importante cualidad para la respuesta empática, pero no olvidemos que no todo el mundo requiere respuestas simpáticas.
Si nos sabes si eres una persona con empatía probablemente no lo seas, pero que creas que lo eres no implica que lo seas, y sobre todo, tener compasión de la gente no significa que seas empático solo indica que eres una buena persona.
Te propongo si quieres aumentar tu nivel de empatía que en la próxima reunión a la que asistas apliques las siguientes rutinas:
- Permite al interlocutor que acabe sus frases, no le interrumpas nunca, incluso aunque él lo haga.
- Mientras habla: aparte de escuchar con atención, fíjate en el tono de voz, si articula sonrisas o hace muecas, si mueve vehemente las manos, si parece estar contento o enfadado, etc.
- Cuando te toque responder, demuéstrale que le has entendido, esto no implica que le digas que estás de acuerdo con lo que ha dicho, si lo estas, repite el concepto de lo que ha dicho y añade lo que crees que le falta, si no estás de acuerdo, repite el concepto de lo que ha dicho y expón lo que tu harías. En función del estado de ánimo que hayas percibido en tu interlocutor tendrás que modular el tono y forma de tu respuesta, pero como es una prueba, intenta que tu tono sea bajo y agradable y sonríe discretamente aunque tu interlocutor lo haya elevado enormemente.
Si sigues estos tres pasos poco a poco tu nivel de empatía aumentara sin darte cuenta porque corregirás el defecto básico que no te permite tener empatía, permitirte a ti mismo atender a lo que dicen (y no solo verbalmente) los demás.
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