lunes, 2 de septiembre de 2013

[amro] Resumen de ''La casa de Bernarda Alba''

Un saludo de su amigo Sören Garza (hombre), desde México.

 

 

 

Resumen de La casa de Bernarda Alba

 

 

 

La Casa de Bernarda Alba es una obra de teatro en tres actos del aclamado escritor español Federico García Lorca, escrita en 1936, poco antes de su ejecución. Se estrenó en Buenos Aires, Argentina en 1945.

 

La obra es considerada por algunos críticos como una tragedia, y por otros como un drama, siguiendo la opinión del propio autor. Muchos han opinado que es la culminación de un largo proceso evolutivo del dramaturgo, desde el modernismo al vanguardismo y de ahí a su fase de plenitud.

 

Hay que resaltar en primer lugar su concepción del teatro. Rechaza el teatro burgués de Benavente, pues su único fin es lucrativo. Tampoco le agradaba, especialmente al final, el verso. Esto no quiere decir que rechace la poesía en el teatro, más bien la personaliza. En cambio muestra su simpatía por el teatro popular o marginal: el guiñol, el vodevil, etc.

 

Posiblemente, las frases que mejor aclaran su idea sobre el teatro son estas, formuladas en 1936 cuando leía a sus conocidos La Casa de Bernarda Alba: "El teatro es la poesía que se levanta del libro y se hace humana. Y al hacerse, habla y grita, llora y se desespera. El teatro necesita que los personajes que aparezcan en escena lleven un traje de poesía y al mismo tiempo que se les vean los huesos, la sangre". Muestran estas palabras la dimensión humana del teatro en la que debe el lector sentir como los personajes. A lo que ayuda tremendamente los aires de realidad.

 

A medida que madura va acompañando sus obras teatrales con un enfoque social y popular (todo esto se ve en esta pieza) y concibiendo una función didáctica del teatro, desmarcándose del elitismo del 27. Debía el teatro servir para criticar la moral antigua y desfasada.

 

Tras la muerte de su segundo marido, Bernarda Alba decide recluirse y guardar rigurosísimo luto tanto ella como sus hijas. El luto es roto por la llegada de Pepe el Romano que pretende a la hija mayor. Si bien es una costumbre real, Lorca lo retrata insinuando que además de ser "un drama de las mujeres en los pueblos de España", tiene también la intención de documental fotográfico.

 

La obra comienza con la entrada de las sirvientas hablando de lo déspota que es Bernarda y con la llegada inmediata de esta, confirmando su riguroso trato a ellas y sus hijas, e imponiendo silencio.

 

Cuando la hija mayor hereda una gran fortuna atrae a un pretendiente (Pepe el Romano), celos y pasiones se desatan en la casa desembocando en un final trágico con la muerte de la más joven, quien no quiere someterse a la voluntad de su madre. Bernarda finaliza la obra diciendo a sus hijas que su hija ha muerto virgen, y ordenando silencio, como su entrada al principio.

 

Hay que recalcar la mezcla característica de Lorca de los personajes. Por un lado son estereotipos, ya que representan una figura. Pero también tienen detrás su historia, sus sentimientos. Resaltar que solamente aparecen mujeres, pues es un drama sobre ellas.

 

Bernarda (60 años): Todo lo negativo se centra en ella. Es tirana, despótica y es blanco de casi todas las críticas de la obra. Su lenguaje ya advierte su carácter: el uso reiterado de palabras prescriptivas, su apoyo sobre el bastón (poder). Basta leerse los temas para reconocer todos los defectos en ella.

 

Angustias: Se piensa casar con Pepe el Romano gracias a su dinero. Aunque es consciente de ello, le es indiferente, ya que su único deseo es salir de la casa y del poder de su madre. Aunque tras 40 años no quedan en ella pasiones ni alegrías.

 

Magdalena (30 años) y Amelia (27 años): Son las dos más sumisas. Han aceptado el poder de su madre con resignación.

 

Martirio (24 años): El personaje más complejo de todos. Su madre frustró su boda y siente un resentimiento y unos celos de su hermana menor muy grandes, ya que ve impotente cómo ésta atrae a Pepe el Romano.

 

Adela: La más joven de todas. No está dispuesta a someterse a la tiranía materna y todo en ella es vitalismo. Desafía la moral establecida, aunque es imposible vencerla y esto la lleva al destino trágico.

 

Poncia: La criada. Sería casi de la familia de no ser por el clasismo imperante. Resaltar de ella su habla popular y variada.

 

María Josefa: Sus palabras son locura y verdad. Expresa lo que ninguna de las hijas se atreve a decir: su deseo de libertad, de amor, de maternidad, etc. Es una mala imagen ante el pueblo, por lo que es encerrada por Bernarda.

 

Pepe el Romano: En la obra no aparece, aunque es omnipresente. Catalizador de todas las pasiones e iras en la casa.

 

Aparecen una enorme cantidad de temas que Lorca critica duramente:

 

Destino trágico: Adela ha querido rebelarse contra el orden establecido y lo ha pagado con su vida.

 

Opresión sobre la mujer: Al igual que los gitanos en El Romancero, Lorca siente compasión con los seres desvalidos, oprimidos por la sociedad y se identifica con ellos.

 

Moral conservadora: Obsesión por la virginidad de la mujer, la religión, el "qué dirán"...

 

Clasismo: La sociedad está claramente jerarquizada, se muestra sobre todo en la relación que mantienen Poncia y Bernarda quienes, pese a conocerse de media vida, la una sirviendo a la otra, y tratarse de igual a igual en algunos fragmentos de la obra, en otros Bernarda hace valer su calidad de ama y hace bajar la cabeza a su criada.

 

Las apariencias: Como todo lo demás, Bernarda es el máximo exponente de este afán negativo por aparentar. Además, los frecuentes comentarios sobre las vidas de los personajes externos a la casa, las referencias a la biografía de la Poncia, delatan éste como otro de los temas principales.

 

Autoritarismo: Cruel e irracional despotismo de Bernarda. De hecho, el papel de Bernarda ha sido interpretado por hombres para darle mayor dureza a este aspecto. La inmasculación de Bernarda se vincula a su símbolo de poder: su bastón.

 

Tema principal: El deseo de libertad. Adela será el máximo exponente de esta manera de pensar. La primera que, mediante pequeñas "hazañas" (como mostrar prendas de un color diferente al negro, rebelarse de palabra y acto contra su madre…) la harán la verdadera víctima de las circunstancias que envuelven a la casa.

 

El cumplimiento con el designio imperioso de las leyes naturales e intuitivas. Las referencias a la naturaleza de índole simbólica están buscadas y medidas: la masculinidad, la pasión, el deseo sexual primitivo, representado en los dos caballos de la obra: el de Pepe el Romano y el Garañón que relincha y piafa dentro de la casa; el deseo, presente en todo momento con la mención reiterada del calor que hace hervir la sangre de las hermanas; etc.

 

El odio: se observa en el diálogo que tienen las hermanas entre sí.

 

La envidia: se puede observar, sobre todo, en la relación entre las hermanas. Angustias es la heredera de la fortuna familiar y, por ello, la requerida por Pepe el Romano como mujer. Tanto Martirio como Adela pugnan continuamente por los favores de Pepe el Romano formando un triángulo de enemistades entre ellas.

 

La injusticia con las mujeres en un mundo de hombres. Las frecuentes alusiones por parte de todas las habitantes de la casa a la "forma de hacer de las mujeres" ponen en relevancia no sólo la moral de la época, sino también la opinión del autor sobre el tema. En boca de Adela pondrá siempre el tinte de la crítica, aludiendo a la represión y a la necesidad de romper el yugo social. La hipocresía social también se ve bastante clara en la obra.

 

A medida que progresa la narración nos adentramos más en la casa y, simbólicamente, en las almas de las personas. Cada incidente está perfectamente trabado con el anterior y el siguiente logrando así un magnífico encadenamiento de la acción, reforzado sin duda por el hecho de que no haya escenas, siendo la maestría de Lorca a la hora de estructurar el drama es notorio en cuanto a la fluidez, la naturalidad de los personajes a la hora de entrar y salir en el verso únicamente para escenas de máximo dramatismo.

 

La riqueza costumbrista, nos ponemos en contacto con el pueblo y somos testigos de todo lo que ahí ocurre. Se apreciará constantemente el juego entre el blanco y el negro. El realismo está cargado por una importante dimensión simbólica y un desmesurado argumento, por lo que se define como realismo poético.

 

Lorca estaba fuertemente influido por el simbolismo, común en la Generación del 27. He aquí unos cuantos símbolos:

 

El agua: sed como referencia al deseo sexual (véase el sofoco, por eso Bernarda quiere cerrar ventanas y Adela/Martirio tienen sed. El caballo cuando da coces tiene sed). El pueblo no tiene ríos (igual a vida) pero sí pozos (oscuros símbolos de muerte). Se contrastan las referencias al agua estancada/envenenada de los pozos con el agua limpia e infinita de mar (con el que se asocia María Josefa.) Blanco-negro (viene reforzando la idea del documental fotográfico: blanco para lo positivo en general (la vida, la libertad, la sexualidad) mientras que lo negro se refiere a la muerte (Adela muere de noche) y al fanatismo religioso (luto).

 

El color verde significa la rebeldía en Lorca. Lo demuestra mediante el vestido verde que luce Adela y el abanico que usa, ella es la única de las hijas que se rebela contra su madre. El calor reinante contribuye a intensificar la tensión dramática y a moldear el carácter triste de los habitantes de las tierras secas frente a la de los habitantes de las tierras húmedas. Además, se asocia también con el hado y la fatalidad de los personajes.

 

El caballo garañón representa otro papel simbólico claro. Es la correlación de Pepe el Romano en el mundo animal, y por lo tanto, un símbolo sexual muy acusado. Hasta tal punto es así que la respuesta de Bernarda Prudencia cuenta, en el manuscrito con una variante tachada muy significativa: "Al amanecer se le echará cinco". Cinco, como las hijas de Bernarda. Con el caballo garañón se introduce otro espacio dramático de función decisiva.

 

El bastón como símbolo del poder tiránico de Bernarda. Cuando Adela lo rompe acaba la tiranía, muestra la rebeldía de Adela. El bastón como símbolo fálico. El bastón como símbolo de la ceguera de Bernarda.

 

Los nombres de los personajes. Bernarda (fuerza de oso), Martirio y Angustias son evidentes, Adela (nobleza), Amelia (sin miel) y María Josefa (María madre de Jesús, José padre de Jesús; simboliza la edad del personaje). Ayudan al lector a deducir algunas características de los personajes en cuanto a su etopeya (personalidad, etc.)

 

La maestría del diálogo es indudable. Cada cual habla según su carácter y las réplicas son cortas y vivaces, con lo que adquiere toda la obra un carácter muy real. Esto lo refuerza también el sabor popular tan elaborado de Lorca, que no recurre a simples vulgarismos.

 

 

 

 

Fuente:

 

http://www.juntadeandalucia.es/culturaydeporte/opencms/export/download/bibhuelva/La-casa-de-Bernarda-Alba.pdf


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La libertad no hace felices a los humanos..., simplemente los hace humanos.

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