JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 24, 13-35
Gloria a ti, Señor.
El mismo día de la resurrección, dos de los discípulos se dirigían a un pueblo llamado Emaús, que dista de Jerusalén unos once kilómetros. Iban hablando de todos estos sucesos. Mientras hablaban y se hacían preguntas, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos estaban tan cegados, que no eran capaces de reconocerlo. El les dijo:
"¿Qué es lo que vienen conversando por el camino?"
Ellos se detuvieron entristecidos, y uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió:
"¿Eres tú el único en Jerusalén que no sabe lo que ha pasado allí estos días?"
El les preguntó:
"¿Qué ha pasado?"
Ellos respondieron:
"Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras ante Dios y ante todo el pueblo. ¿No sabes que los sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para que lo condenaran a muerte y lo crucificaran? Nosotros esperábamos que él fuera el libertador de Israel. Y, sin embargo, ya hace tres días que ocurrió esto. Es cierto que algunas de nuestras mujeres nos han sorprendido, porque fueron
temprano al sepulcro y no encontraron su cuerpo. Hablaban incluso de que se les habían aparecido unos ángeles que decían que está vivo. Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y hallaron todo como las mujeres decían; pero a él no lo vieron".
Entonces Jesús les dijo:
"¡Qué torpes son para comprender, y qué duros son para creer lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías sufriera todo esto para entrar en su gloria?"
Y comenzando por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó lo que decían de él las Escrituras. Al llegar al pueblo adonde iban, Jesús hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le insistieron diciendo:
"Quédate con nosotros, porque es tarde y está anocheciendo".
Y entró para quedarse con ellos. Cuando estaba sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y lo dio a ellos. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero Jesús desapareció de su lado. Y se dijeron uno a otro:
"¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?"
En aquel mismo instante se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once y a todos los demás, que decían:
"Es verdad, el Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón".
Ellos, por su parte, contaban lo que les había ocurrido cuando iban de camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
mie 8a. de Pascua
Antífona de Entrada
Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. Aleluya.
Oración Colecta
Oremos:
Dios nuestro, que nos concedes cada año la alegría de revivir la resurrección del Señor, haz que el júbilo de estos días alcance su plenitud en la Pascua del cielo.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Te voy a dar lo que tengo: En el nombre de Jesús, camina
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 3, 1-10
En aquel tiempo, Pedro y Juan subían al templo a la hora de la oración, hacia las tres de la tarde. Había allí un hombre paralítico de nacimiento, a quien todos los días llevaban y colocaban junto a la puerta Hermosa del templo para pedir limosna a los que entraban. Al ver que Pedro y Juan iban a entrar al templo, les pidió limosna. Pedro, acompañado de Juan, lo miró fijamente y le dijo:
"Míranos".
El los miró esperando recibir algo de ellos. Pedro le dijo:
"No tengo oro ni plata, pero te doy lo que tengo: en nombre de Jesucristo Nazareno, camina".
Y tomándolo de la mano derecha, lo levantó.
Inmediatamente sus pies y sus tobillos se fortalecieron, se puso en pie y comenzó a caminar. Luego entró con ellos en el templo caminando, saltando y alabando a Dios. Todo el pueblo lo vio
caminar y alabar a Dios. Al darse cuenta de que era el mismo que se sentaba junto a la puerta Hermosa para pedir limosna, se llenaron de admiración y asombro por lo que le había sucedido.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Sal 104, 1-2.3-4.6-7.8-9
La misericordia del Señor llena la tierra.
Den gracias al Señor, invoquen su nombre, publiquen entre los pueblos sus proezas, cántenle, toquen en su honor, proclamen sus maravillas.
La misericordia del Señor llena la tierra.
Gloríense de su nombre santo, que se alegren los que buscan al Señor. Recurran al Señor y a su poder, busquen su rostro sin descanso.
La misericordia del Señor llena la tierra.
Descendencia de Abrahán, su siervo, hijos de Jacob, su elegido: el Señor es nuestro Dios, en toda la tierra están en vigor sus decretos.
La misericordia del Señor llena la tierra.
El se acuerda de su alianza eternamente, de la palabra que ha dado por mil generaciones; del pacto concluido con Abrahán, y del juramento que hizo a Isaac.
La misericordia del Señor llena la tierra.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Este es el día que actuó el Señor; sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Aleluya.
Evangelio
Lo reconocieron al partir el pan
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 24, 13-35
Gloria a ti, Señor.
El mismo día de la resurrección, dos de los discípulos se dirigían a un pueblo llamado Emaús, que dista de Jerusalén unos once kilómetros. Iban hablando de todos estos sucesos. Mientras hablaban y se hacían preguntas, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos estaban tan cegados, que no eran capaces de reconocerlo. El les dijo:
"¿Qué es lo que vienen conversando por el camino?"
Ellos se detuvieron entristecidos, y uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió:
"¿Eres tú el único en Jerusalén que no sabe lo que ha pasado allí estos días?"
El les preguntó:
"¿Qué ha pasado?"
Ellos respondieron:
"Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras ante Dios y ante todo el pueblo. ¿No sabes que los sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para que lo condenaran a muerte y lo crucificaran? Nosotros esperábamos que él fuera el libertador de Israel. Y, sin embargo, ya hace tres días que ocurrió esto. Es cierto que algunas de nuestras mujeres nos han sorprendido, porque fueron
temprano al sepulcro y no encontraron su cuerpo. Hablaban incluso de que se les habían aparecido unos ángeles que decían que está vivo. Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y hallaron todo como las mujeres decían; pero a él no lo vieron".
Entonces Jesús les dijo:
"¡Qué torpes son para comprender, y qué duros son para creer lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías sufriera todo esto para entrar en su gloria?"
Y comenzando por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó lo que decían de él las Escrituras. Al llegar al pueblo adonde iban, Jesús hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le insistieron diciendo:
"Quédate con nosotros, porque es tarde y está anocheciendo".
Y entró para quedarse con ellos. Cuando estaba sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y lo dio a ellos. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero Jesús desapareció de su lado. Y se dijeron uno a otro:
"¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?"
En aquel mismo instante se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once y a todos los demás, que decían:
"Es verdad, el Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón".
Ellos, por su parte, contaban lo que les había ocurrido cuando iban de camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, este sacrificio, con el que has redimido a todos los seres humanos, y concédenos la salvación del cuerpo y del espíritu.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
El misterio Pascual
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor; pero más que nunca en este día en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Porque él es el verdadero Cordero que quitó el pecado del mundo; muriendo destruyó nuestra muerte, y resucitando restauró la vida.
Por eso,
con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría, y también los coros
celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:
Antífona de la Comunión
Los discípulos reconocieron al Señor Jesús al partir el pan. Aleluya.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Te rogamos, Señor, que purificados ya de nuestras pasadas culpas, la participación en este sacramento de tu Hijo nos transforme en seres humanos nuevos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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Dia 23/04 San Jorge (mártir, rojo )
Antífona de Entrada
Este santo luchó hasta la muerte en defensa de la ley de Dios, y no temió las palabras de los malvados; estaba afianzado sobre firme.
Oración Colecta
Oremos:
Dios de poder y misericordia, que infundiste tu fuerza a san Jorge para que pudiera soportar el dolor del martirio; concede a los que hoy celebramos su victoria vivir defendidos de los engaños del enemigo bajo tu protección amorosa.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
El que ha vencido es heredero universal
Lectura del libro del Apocalipsis 21, 5-7
El que estaba sentado en el trono dijo:
"Ahora hago el universo nuevo".
Y volvió a decirme:
"Escribe: estas palabras son verdaderas y fidedignas".
Y añadió:
"Está hecho: Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Los sedientos beberán de balde de la fuente de agua viva. El que ha vencido es heredero universal: Yo seré su Dios y él será mi hijo".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 125
Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre cantares.
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía soñar: la boca se nos llenaba de risas, la lengua de cantares.
Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre cantares.
Hasta los gentiles decían: "El Señor ha estado grande con ellos". El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres.
Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre cantares.
Que el Señor cambie nuestra suerte como los torrentes del Negueb. Los que sembraban con lágrimas, cosecharán entre cantares.
Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre cantares.
Al ir, iban llorando, llevando la semilla; al volver, vuelven cantando, trayendo sus gavillas.
Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre cantares.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Dichosos ustedes si son injuriados por el nombre de Cristo, pues el Espíritu de Dios reposa sobre ustedes.
Aleluya.
Evangelio
El que pierda su vida por mi causa, la salvará
+ Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9, 23-26
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, dirigiéndose a todos, dijo Jesús:
"El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y que venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa, la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se perjudica a sí mismo? Quien se avergüence de mí y de mis palabras, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga con su gloria, con la del Padre y la de los ángeles santos".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Señor, santifica con tu bendición estas ofrendas que te presentamos, y concédenos la gracia de vivir encendidos en el fuego de tu amor que dio fuerza al mártir san Jorge para soportar los tormentos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Testimonio y ejemplo de los mártires
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque la sangre del glorioso mártir san Jorge, derramada como la de Cristo para proclamar su fidelidad a ti, manifiesta tu admirable poder, que convierte la fragilidad en fortaleza y al hombre débil robustece para que sea testigo tuyo.
Por eso,
como los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros en la tierra te aclamamos diciendo si cesar:
Antífona de la Comunión
El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga, dice el Señor.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, que el sacramento que hemos recibidos nos dé la fortaleza con que el mártir san Jorge se mostró siempre fiel a tu servicio y vencedor en el tormento.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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† Meditación diaria
Octava de Pascua. Miércoles
DEJARSE AYUDAR
— En el camino de Emaús. Jesús vive y está a nuestro lado.
— Cristo nunca abandona a los suyos, no le abandonemos nosotros. La virtud de la fidelidad. Ser fieles en lo pequeño.
— La virtud de la fidelidad debe informar todas las manifestaciones de la vida del cristiano.
I. El Evangelio de la Misa de hoy nos presenta otra aparición de Jesús el mismo día de Pascua por la tarde.
Dos discípulos se dirigen a su aldea, Emaús, perdida la virtud de la esperanza porque Cristo, en quien habían puesto todo el sentido de su vida, ha muerto. El Señor, como si también Él fuese de camino, les da alcance y se une a ellos sin ser reconocido1. La conversación tiene un tono entrecortado, como cuando se habla mientras se camina. Hablan entre sí de lo que les preocupa: lo ocurrido en Jerusalén la tarde del viernes, la muerte de Jesús de Nazaret. La crucifixión del Señor había supuesto una grave prueba para las esperanzas de todos aquellos que se consideraban sus discípulos y que, en un grado o en otro, habían depositado en Él su confianza. Todo se había desarrollado con gran rapidez, y aún no se han recobrado de lo que habían visto sus ojos.
Estos que regresan a su aldea, después de haber celebrado la fiesta de la Pascua en Jerusalén, muestran su inmensa tristeza, su desesperanza y desconcierto a través de la conversación: Nosotros esperábamos que había de redimir a Israel, dicen. Ahora hablan de Jesús como de una realidad pasada: Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso... "Fijaos en este contraste. Ellos dicen: (...) "¡Que fue!"... ¡Y lo tienen al lado, está caminando con ellos, está en su compañía indagando la razón, las raíces íntimas de su tristeza!
""Que fue...", dicen ellos. Nosotros, si hiciéramos un sincero examen, un detenido examen de nuestra tristeza, de nuestros desalientos, de nuestro estar de vuelta de la vida, encontraríamos una clara vinculación con ese pasaje evangélico. Comprobaríamos que espontáneamente decimos: "Jesús fue...", "Jesús dijo...", porque olvidamos que, como en el camino de Emaús, Jesús está vivo a nuestro lado ahora mismo. Este redescubrimiento aviva la fe, resucita la esperanza, es hallazgo que nos señala a Cristo como gozo presente: Jesús es, Jesús prefiere; Jesús dice; Jesús manda, ahora, ahora mismo"2. Jesús vive.
Conocían estos hombres la promesa de Cristo acerca de su Resurrección al tercer día. Habían oído por la mañana el mensaje de las mujeres que han visto el sepulcro vacío y a los ángeles. Habían tenido suficiente claridad para alimentar su fe y su esperanza; sin embargo, hablan de Cristo como de algo pasado, como de una ocasión perdida. Son la imagen viva del desaliento. Su inteligencia está a oscuras y su corazón embotado.
Cristo mismo –a quien al principio no reconocen, pero cuya compañía y conversación aceptan– les interpreta aquellos acontecimientos a la luz de las Escrituras. Con paciencia, les devuelve la fe y la esperanza. Y aquellos dos recuperan también la alegría y el amor: ¿No es verdad –dicen más tarde– que sentíamos abrasarse nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?3.
Es posible que nosotros también nos encontremos alguna vez con el desaliento y la falta de esperanza ante defectos que no acabamos de desarraigar, ante dificultades en el apostolado o en el trabajo que nos parecen insuperables... En esas ocasiones, si nos dejamos ayudar, Jesús no permitirá que nos alejemos de Él. Quizá sea en la dirección espiritual donde, al abrir el alma con sinceridad, veamos de nuevo al Señor. Con Él vienen siempre la alegría y los deseos de recomenzar cuanto antes: Y se levantaron a toda prisa y regresaron a Jerusalén... Pero es necesario dejarse ayudar, estar dispuestos a ser dóciles a los consejos que recibimos.
II. La esperanza es la virtud del caminante que, como nosotros, todavía no ha llegado a la meta, pero sabe que siempre tendrá los medios para ser fiel al Señor y perseverar en la propia vocación recibida, en el cumplimiento de los propios deberes. Pero hemos de estar atentos a Cristo, que se acerca a nosotros en medio de nuestras ocupaciones, y "agarrarnos a esa mano fuerte que Dios nos tiende sin cesar, con el fin de que no perdamos el punto de mira sobrenatural; también cuando las pasiones se levantan y nos acometen para aherrojarnos en el reducto mezquino de nuestro yo, o cuando –con vanidad pueril– nos sentimos el centro del universo. Yo vivo persuadido de que, sin mirar hacia arriba, sin Jesús, jamás lograré nada; y sé que mi fortaleza, para vencerme y para vencer, nace de repetir aquel grito: todo lo puedo en Aquel que me conforta (Flp 4,13), que recoge la promesa segura de Dios de no abandonar a sus hijos, si sus hijos no le abandonan"4.
El Señor nos habla con frecuencia de fidelidad a lo largo del Evangelio: nos pone como ejemplo al siervo fiel y prudente, al criado bueno y leal en lo pequeño, al administrador fiel, etcétera. La idea de la fidelidad penetra tan hondo dentro del cristiano que el título de fieles bastará para designar a los discípulos de Cristo5.
A la perseverancia se opone la inconstancia, que inclina a desistir fácilmente de la práctica del bien o del camino emprendido, al surgir las dificultades y tentaciones. Entre los obstáculos más frecuentes que se oponen a la perseverancia fiel está, en primer lugar, la soberbia, que oscurece el fundamento mismo de la fidelidad y debilita la voluntad para luchar contra las dificultades y tentaciones. Sin humildad, la perseverancia se torna endeble y quebradiza. Otras veces, lo que dificulte la lealtad a los compromisos contraídos, será el propio ambiente, la conducta de personas que tendrían que ser ejemplares y no lo son y, por eso mismo, parece querer dar a entender que el ser fiel no es un valor fundamental de la persona.
En otras ocasiones, los obstáculos pueden tener su origen en el descuido de la lucha en lo pequeño. El mismo Señor nos ha dicho: Quien es fiel en lo pequeño, también lo es en lo grande6. El cristiano que cuida hasta los pequeños deberes de su trabajo profesional (puntualidad, orden...); el que lucha por mantener la presencia de Dios durante la jornada; el que guarda con naturalidad los sentidos; el marido leal con su esposa en los pequeños incidentes de la vida diaria; el estudiante que prepara sus clases cada día..., esos están en camino de ser fieles cuando sus compromisos requieran un auténtico heroísmo.
La fidelidad hasta el final de la vida exige la fidelidad en lo pequeño de cada jornada, y saber recomenzar de nuevo cuando por fragilidad hubo algún descamino. Perseverar en la propia vocación es responder a las llamadas que Dios hace a lo largo de una vida, aunque no falten obstáculos y dificultades y, a veces, incidentes aislados de cobardía o derrota. El llamamiento de Cristo exige una respuesta firme y continuada y, a la vez, penetrar más profundamente en el sentido de la Cruz y en la grandeza y en las exigencias del propio camino.
III. Esta virtud de la fidelidad debe informar todas las manifestaciones de la vida del cristiano: relaciones con Dios, con la Iglesia, con el prójimo en el trabajo, en sus deberes de estado y consigo mismo. Es más, el hombre vive la fidelidad en todas sus formas cuando es fiel a su vocación, y es de su fidelidad al Señor de donde se deduce, y a la que se reduce, la fidelidad a todos sus compromisos verdaderos. Fracasar, pues, en la vocación que Dios ha querido para nosotros es fracasar en todo. Al faltar la fidelidad al Señor, todo queda desunido y roto. Aunque luego Él, en su misericordia, puede recomponerlo todo, si el hombre, humildemente, se lo pide.
Dios mismo sostiene constantemente nuestra fidelidad, y cuenta siempre con la flaqueza humana, los defectos y las equivocaciones. Está dispuesto a darnos las gracias necesarias, como a aquellos dos de Emaús, para salir adelante en todo momento, si hay sinceridad de vida y deseos de lucha. Y ante el aparente fracaso de muchas tentativas (si lo hubiera), debemos recordar que Dios, más que el "éxito", lo que mira con ojos amorosos es el esfuerzo continuado en la lucha.
De este modo, perseverando con la ayuda de Dios en lo poco de cada día, lograremos oír al final de nuestra vida, con gozosísima dicha, aquellas palabras del Señor: Muy bien, siervo bueno y fiel; has sido fiel en lo poco, te constituiré sobre lo mucho; entra en el gozo de tu Señor7.
Es muy posible que nosotros también nos encontremos con personas que han perdido el sentido sobrenatural de su vida, y tendremos que llevarlas –en nombre del Señor– a la luz y a la esperanza. Porque es mucha la tibieza en el mundo, mucha la oscuridad, y la misión apostólica del cristiano es continuación de la de Jesús, concretada en aquellas personas entre las que transcurre su vida.
Al terminar nuestra oración también le decimos nosotros a Jesús: Quédate con nosotros, porque se hace de noche. Quédate con nosotros, Señor, porque sin Ti todo es oscuridad y nuestra vida carece de sentido. Sin Ti, andamos desorientados y perdidos. Y contigo todo tiene un sentido nuevo: hasta la misma muerte es otra realidad radicalmente diferente. Mane nobiscum, quoniam advesperascit et inclinatus est iam dies. Quédate, Señor, con nosotros..., recuérdanos siempre las cosas esenciales de nuestra existencia..., ayúdanos a ser fieles y a saber escuchar con atención el consejo sabio de aquellas personas en las que Tú te haces presente en nuestro continuo caminar hacia Ti. ""Quédate con nosotros, porque ha oscurecido..." Fue eficaz la oración de Cleofás y su compañero.
"—¡Qué pena, si tú y yo no supiéramos "detener" a Jesús que pasa!, ¡qué dolor, si no le pedimos que se quede!"8.
1 Lc 24, 13-35. — 2 A. Gª Dorronsoro, Dios y la gente, Rialp, Madrid 1973, p. 103. — 3 Lc 24, 32. — 4 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 213. — 5 Cfr. Hech 10, 45; 2 Cor 6, 15; Ef 1, 1. — 6 Lc 16, 10. — 7 Mt 25, 21-23. — 8 San Josemaría Escrivá, Surco, n. 671.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
San Jorge
Martir
(303)
Que Dios nos conceda valor como a San Jorge
para luchar contra el dragón infernal y vencerlo
y no permitirle que nos esclavice con sus tentaciones.
Los que siembran entre pesares,
cosechan entre cantares. (S. Biblia Salmos).
Jorge significa: el agricultor. "Nacido en Lydda, Palestina, la tierra de Jesús, era hijo de un agricultor muy estimado. Entró al ejército y llegó a ser capitán. Se hizo famoso porque al llegar a una ciudad de Oriente se encontró con que un terrible caimán (o dragón o tiburón) devoraba a mucha gente y nadie se atrevía a acercársele. San Jorge lo atacó valientemente y acabó con tan feroz animal. Y reuniendo a todos los vecinos que estaban llenos de admiración y de emoción, les habló muy hermosamente de Jesucristo y obtuvo que muchos de ellos se hicieran cristianos. Pero el emperador Diocleciano mandó que todos tenían que adorar ídolos o dioses falsos y prohibió adorar a Jesucristo. El capitán Jorge declaró que él nunca dejaría de adorar a Cristo y que jamás adoraría ídolos. Entonces el emperador declaró pena de muerte contra él. De paso para el sitio del martirio lo llevaron al templo de los ídolos para ver si los adoraba, pero en su presencia varias de esas estatuas cayeron derribadas por el suelo y se despedazaron. A Jorge lo martirizaron y mientras lo azotaban, él se acordaba de los azotes que le dieron a Jesús, y no abría la boca, y sufría todo por Nuestro Señor sin gritar ni llorar. Muchos al verlo exclamaban: ""s valiente. En verdad que vale la pena ser seguidor de Cristo". Cuando lo iban a matar decía: "Señor, en tus manos encomiendo mi alma". El siempre rezaba y Dios siempre lo escuchaba. Al oír la noticia de que ya le iban a cortar la cabeza se puso muy contento, porque él tenía muchos deseos de ir al cielo a estar junto a Nuestro Señor Jesucristo. San Jorge mártir es el Patrono de Inglaterra y de los Boys Scouts. Su culto alcanzó gran celebridad desde muy antiguos tiempos en la Iglesia. La Iglesia de Oriente lo llama "El gran mártir". En tiempos de Las Cruzadas, el rey Ricardo Corazón de León se convenció en Tierra Santa de que San Jorge tenía un gran poder de intercesión en favor de los que lo invocaban y llevó su devoción a Europa, especialmente a Inglaterra. |
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María Gabriela Sagheddu, Beata Religiosa, Abril 23
Religiosa Martirologio Romano: En el monasterio cisterciense de Grottaferrata, en las inmediaciones de Frascati, cerca de Roma, beata María Gabriela Sagheddu, virgen, que generosamente ofreció su vida por la unión de los cristianos, muriendo a los veinticinco años (1939). María Gabriela Saghedu, monja trapense. Nació en un pueblito llamado Dorgali en la isla de Cerdeña (Italia), el 17 de marzo de 1914, a los veinticinco años de edad ofreció su vida por la unidad de los cristianos. |
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Fuente: Franciscanos.net
Egidio (o Gil) de Asís, Beato Discípulo de San Francisco de Asís, Abril 23
Religioso Franciscano Martirologio Romano: En Perusa, en la Umbría, beato Egidio de Asís, religioso de la Orden de los Hermanos Menores, que, siendo compañero de san Francisco, mostró una fe intrépida y una gran simplicidad en sus peregrinaciones (1262). Discípulo de San Francisco, |
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Fuente: Osanet.org
Elena Valentini de Udine, Beata Laica Agustina, Abril 23
Laica Agustina Martirologio Romano: En Udine, en la región de Venecia, beata Elena Valentini, viuda, que, para servir únicamente a Dios, abrazó la orden seglar de san Agustín, distinguiéndose por la oración, la lectura del Evangelio y las obras de misericordia (1458). Nacida el año 1396 ó 1397 en Údine (Italia), en la familia de los señores de Maniago, se unió en matrimonio hacia 1414 con el aristócrata Antonio Cavalcanti. Fueron padres de seis hijos. Muerto su marido en 1441, Helena decidió retirarse del mundo. Habiendo escuchado la palabra vibrante del agustino Ángel de S. Severino, se hizo terciaria agustina. Después de haber emitido la profesión, permaneció en la casa que había recibido de su esposo, y allí continuó hasta 1446, fecha en la que pasó a vivir con la hermana Perfecta, terciaria agustina como ella, permaneciendo a su lado hasta el final de sus días. |
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Fuente: Carmelnet.org
Teresa María de la Cruz (Teresa Manetti), Beata Fundadora, Abril 23
Fundadora de la Congregación |
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Fuente: divvol.org
Adalberto de Praga, Santo Obispo y Mártir, 23 de abril
Obispo y Mártir Martirologio Romano: San Adalberto (Vojtech), obispo de Praga y mártir, que aguantó dificultades en bien de aquella iglesia y por Cristo llevó a cabo muchos viajes, trabajando para extirpar costumbres paganas, pero al ver el poco resultado obtenido, se dirigió a Roma donde se hizo monje, pero finalmente, vuelto a Polonia e intentando atraer a la fe a los prusianos, en la aldea de Tenkitten, junto al golfo de Gdansk, fue asesinado por unos paganos (997). (959-997) Aún era niño, cuando una enfermedad, que lo puso a las puertas de la muerte, le hizo ver la seriedad de la vida. El problema de su salvación se le presentaba con una insistencia alarmante, y ante él parecíanle verdaderas naderías la belleza angélica de su cuerpo, de todo el mundo alabada; la nobleza de su familia, una de las más poderosas de Bohemia, y la gloria de su saber, que acumulara al lado del obispo de Magdeburgo, Adalberto. Este obispo le dio su nombre; antes se llamaba Woytiez. Tendría algo más de veinte años cuando asistió a la muerte de Diethmaro arzobispo de Praga. Diethmaro había sido uno de aquellos pastores mundanos que tanto abundaron en aquella época. Al llegar su última hora, el aguijón de la conciencia le atormentaba sin piedad. "¡Mísero de mí-exclamaba- cómo he perdido mis días, cómo me ha engañado el mundo prometiéndome larga vida, riquezas y placeres!" Así hablaba en medio de los estertores de la agonía, con la voz ronca y entrecortada, con los ojos extraviados y convulsos los rasgos de su rostro. Cuando murió, parecía sumido en el abismo de la desesperación. |
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Fuente: Martirologio Romano
Otros Santos y Beatos Completando el santoral de este día, Abril 23
San Eulogio, obispo |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
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