jueves, 29 de mayo de 2014

[ † ] Jueves del Santísimo Sacramento. 30/05/2014. Beata María Celina ¡ruega por nosotros!

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 16, 20-23a

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Yo les aseguro que ustedes llorarán y gemirán, mientras que el mundo se sentirá satisfecho; ustedes estarán tristes, pero su tristeza se convertirá en alegría.
Cuando una mujer va a dar a luz, siente tristeza, porque le ha llegado la hora; pero cuando el niño ha nacido, su alegría le hace olvidar el sufrimiento pasado y está contenta por haber traído un niño al mundo. Pues lo mismo ustedes: de momento están tristes; pero volveré a verlos y de nuevo se alegrarán con una alegría que nadie les podrá arrebatar. Cuando llegue ese día, ya no tendrán necesidad de preguntarme nada".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354

Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

Misal

 

vie 6a. Sem Pascua

Antífona de Entrada

Señor, con tu sangre has rescatado a hombres y mujeres de todas las razas, lenguas, pueblos y naciones y has hecho de nosotros un reino de sacerdotes para Dios. Aleluya.

 

Oración Colecta

Oremos:
Te pedimos, Señor, que por medio de la predicación del Evangelio se extienda por todo el mundo la acción redentora de Cristo, y que todos los hombres y mujeres formemos una sola 
familia, conforme a la voluntad de tu Hijo, que vive y reina contigo...
Amén.

 

Primera Lectura

Muchos de esta ciudad pertenecen a mi pueblo

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 18, 9-18

Una noche, el Señor dijo a Pablo en una visión:
"No temas, sigue hablando, no te calles, porque yo estoy contigo y nadie intentará hacerte mal. En esta ciudad hay muchos que llegarán a formar parte de mi pueblo". 
Pablo permaneció en Corinto un año y medio, enseñando la palabra de Dios.
Mientras Galión era el procónsul de Acaya, los judíos conspiraron contra Pablo y lo llevaron ante el tribunal con esta acusación: 
"Este trata de persuadir a los hombres para que den culto a Dios en contra de la ley". 
Pablo se disponía a hablar, cuando Galión dijo a los judíos: 
"Si se tratara de un crimen o de un delito grave, yo los escucharía con detenimiento; pero tratándose de cuestiones referentes a su propia ley, allá ustedes. Yo no quiero ser juez de esas cosas". 
Y los echó del tribunal.
Entonces todos ellos se apoderaron de Sóstenes, el jefe de la sinagoga, y lo golpearon frente al tribunal. Pero Galión no hizo caso de lo que pasaba.
Pablo se quedó todavía bastante tiempo en Corinto. Después se despidió de los hermanos y se embarcó rumbo a Siria, acompañado de Priscila y Aquila. En Cencreas se había rapado la cabeza para cumplir un voto que había hecho.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Sal 46, 2-3.4-5.6-7

Dios es el Rey del universo.

Todos los pueblos, aplaudan; aclamen a Dios con gritos de alegría. Porque el Señor es grande y temible, es el rey de toda la tierra.
Dios es el Rey del universo.

El nos somete los pueblos y pone las naciones bajo nuestros pies. El eligió nuestra heredad, orgullo de Jacob, su amado.
Dios es el Rey del universo.

Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al sonido de las trompetas; toquen para Dios, toquen para nuestro rey, toquen.
Dios es el Rey del universo.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Cristo tenía que morir y resucitar de entre los muertos, para entrar así en su gloria.
Aleluya.

Evangelio

Nadie podrá quitarles su alegría

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 16, 20-23a

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Yo les aseguro que ustedes llorarán y gemirán, mientras que el mundo se sentirá satisfecho; ustedes estarán tristes, pero su tristeza se convertirá en alegría.
Cuando una mujer va a dar a luz, siente tristeza, porque le ha llegado la hora; pero cuando el niño ha nacido, su alegría le hace olvidar el sufrimiento pasado y está contenta por haber traído un niño al mundo. Pues lo mismo ustedes: de momento están tristes; pero volveré a verlos y de nuevo se alegrarán con una alegría que nadie les podrá arrebatar. Cuando llegue ese día, ya no tendrán necesidad de preguntarme nada".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, con bondad las ofrendas que te presentamos, y ayúdanos a conservar tu gracia para alcanzar un día la felicidad eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor. 
Amén.

 

Prefacio

Cristo, sacerdote y víctima

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor; pero más que nunca en este tiempo en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Porque él, con la inmolación de su cuerpo en la cruz, dio pleno cumplimiento a lo que anunciaban los sacrificios de la antigua alianza, y ofreciéndose a sí mismo por nuestra salvación, quiso ser al mismo tiempo sacerdote, víctima y altar.
Por eso, 
con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría, y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:

Antífona de la Comunión

Cristo fue condenado a muerte por nuestros pecados y resucitó para nuestra justificación. Aleluya.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Señor, que tu amor paterno proteja siempre a quienes has salvado por medio de la pasión de tu Hijo, y que Cristo resucitado sea la fuente de todas nuestras alegrías.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

___________________________________________________________________________________________

Dia 30/05 San Fernando (santo, blanco)

Antífona de Entrada

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor; que te bendigan tus santos; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas.

 

Oración Colecta

Oremos:
Dios nuestro, que elegiste al rey san Fernando como defensor de tu Iglesia en la tierra; escucha las súplicas de tu pueblo, que te pide tenerlo como protector en el cielo.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Sal de tu tierra y de la casa de tu padre, y ven

Lectura del libro de Génesis 12, 1-4a

En aquellos días, el Señor dijo a Abrán:
"Sal de tu tierra y de la casa de tu padre hacia la tierra que te mostraré. Haré de ti un gran pueblo, te bendeciré, haré famoso tu nombre, y será una bendición. Bendeciré a los que te bendigan. Maldeciré a los que te maldigan. Con tu nombre se bendecirán todas las familias del mundo". Abrán marchó, como le había dicho el Señor.
Palabra de Dios .
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 14

El justo habitará en tu monte santo, Señor.

El que procede honradamente y practica la justicia, el que tiene intenciones leales y no calumnia con su lengua.
El justo habitará en tu monte santo, Señor.

El que no hace mal a su prójimo ni difama al vecino, el que considera despreciable al impío y honra a los que temen al Señor.
El justo habitará en tu monte santo, Señor.

El que no presta dinero a usura ni acora soborno contra el inocente.
El justo habitará en tu monte santo, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Dichosos los pobres de Espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Aleluya.

Evangelio

Estén alegres porque sus nombres están inscritos en el cielo

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10, 17-20

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, los setenta y dos volvieron muy contentos y dijeron a Jesús:
"Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre".
El les contestó:
"Veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Miren les he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones y todo el ejército del enemigo. Y no no les hará daño alguno. Sin embargo, no estén alegres porque se les someten los espíritus; estén alegres porque sus nombres están inscritos en el cielo".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Señor, escucha con bondad nuestra súplica y protégenos con la intercesión de tus santos, para que tributemos siempre un culto digno a tu divina Majestad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Acción de los santos en la Iglesia

En verdad es justo y necesario, nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque con la vida de tus santos, enriqueces a tu Iglesia con formas siempre nuevas de admirable santidad, y nos das pruebas indudables de tu amor por nosotros; y también, porque su ejemplo nos impulsa y su intercesión nos ayuda a colaborar en el misterio de la salvación.
Por eso,
ahora nosotros, llenos de alegría, te aclamamos con los ángeles y santos diciendo:

Antífona de la Comunión

Los justos se alegran, gozan en la presencia de Dios rebosando de alegría.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, Padre del consuelo y de la paz, concede a tu pueblo, reunido en la fiesta de los santos, para alabar tu nombre, recibir de tu misericordia, por el misterio de Cristo en que ha participado, la prenda de la eterna redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

___________________________________________________________________________________________

 

Meditación diaria

Pascua. 6ª semana. Viernes
Decenario al Espíritu Santo

EL DON DE ENTENDIMIENTO

— Mediante este don llegamos a tener un conocimiento más profundo de los misterios de la fe. Es necesario para la plenitud de la vida cristiana.

— Se concede a todos los cristianos, pero su desarrollo exige vivir en gracia y empeñarse en la santidad personal.

— Necesidad de purificar el alma. El don de entendimiento y la vida contemplativa.

I. Cada página de la Sagrada Escritura es una muestra de la solicitud con que Dios se inclina hacia nosotros para guiarnos hacia la santidad. El Señor se muestra en el Antiguo Testamento como la verdadera luz de Israel, sin la cual el pueblo se descamina y tropieza en la oscuridad. Los grandes personajes del Antiguo Testamento se vuelven una y otra vez hacia Yahvé para que les conduzca en las horas difíciles. Dame a conocer tus caminos1, pide Moisés para guiar al pueblo hasta la Tierra prometida. Sin la enseñanza divina, se siente perdido. Y el rey David pide: Dame entendimiento para que guarde tu Ley y la cumpla de todo corazón2.

Jesús promete el Espíritu de verdad, que tendrá la misión de iluminar a la Iglesia entera3. Con el envío del Paráclito «completa la revelación, la culmina y la confirma con testimonio divino»4. Los mismos Apóstoles comprenderán más tarde el sentido de las palabras del Señor, que antes de Pentecostés se les presentaban oscuras. «Él es el alma de esta Iglesia –enseña Pablo VI–. Él es quien explica a los fieles el sentido profundo de las enseñanzas de Jesús y su misterio»5.

El Paráclito nos conduce desde las primeras claridades de la fe a una «inteligencia más profunda de la revelación»6. Mediante el don de entendimiento o inteligencia al fiel cristiano le es dado un conocimiento más profundo de los misterios revelados. El Espíritu Santo ilumina la inteligencia con una luz poderosísima y le da a conocer con una claridad desconocida hasta entonces el sentido profundo de los misterios de la fe. «Conocemos ese misterio desde hace mucho tiempo; esa palabra la hemos oído y hasta la hemos meditado muchas veces; pero, en un momento dado, sacude nuestro espíritu de una manera nueva; parece como si nunca hasta entonces lo hubiésemos comprendido de verdad»7. Bajo este influjo, el alma tiene una mayor certeza de lo que cree, todo es más claro, y bajo esta luz que le hace conocer más hondamente las verdades sobrenaturales experimenta un gozo indescriptible, anticipo de la visión beatífica.

Gracias a este don –enseña Santo Tomás de Aquino–, «Dios es entrevisto aquí abajo»8 por la mirada purificada de quienes son dóciles a las mociones del Paráclito, aunque los misterios de la fe sigan envueltos en cierta oscuridad.

Para llegar a este conocimiento no bastan las luces ordinarias de la fe; es necesaria una especial efusión del Espíritu Santo, que recibimos en la medida de la correspondencia a la gracia, de la purificación del corazón y de los deseos de santidad. El don de entendimiento permite que el alma, con facilidad, participe de esa mirada de Dios que todo lo penetra, empuja a reverenciar la grandeza de Dios, a rendirle afecto filial, a juzgar adecuadamente de las cosas creadas... «Poco a poco, a medida que el amor va creciendo en el alma, la inteligencia del hombre resplandece más y más con la propia claridad de Dios»9, y nos da una gran familiaridad con los misterios escondidos de Dios.

En este día del Decenario al Espíritu Santo podríamos preguntarnos sobre el deseo de purificar nuestra alma, y si este deseo tiene, entre otras manifestaciones, el aprovechar muy bien las gracias de cada Confesión. Si acudimos a ella con la puntualidad que hayamos previsto, si preparamos con toda sinceridad el examen de conciencia, si pedimos al Paráclito ayuda para fomentar la contrición y un gran deseo de alejarnos de todo pecado y faltas deliberadas.

II. El Espíritu Santo, mediante el don de entendimiento, hace penetrar al alma, de muchas maneras, en las profundidades de los misterios revelados. De una forma sobrenatural, y por tanto gratuita, enseña en lo íntimo del corazón lo que encierran las verdades más profundas de la fe. «Como uno que sin haber aprendido ni trabajado nada para saber leer ni tampoco hubiese estudiado nada –explica Santa Teresa–, hallase que ya sabía toda la ciencia, sin saber cómo ni de dónde le había venido, pues nunca había trabajado ni para aprender el alfabeto. Esta comparación última enseña algo de este don celestial, porque el alma ve en un momento el misterio de la Santísima Trinidad y otras cosas muy elevadas con tal claridad, que no hay teólogo con quien no se atreviese a discutir estas verdades tan grandes»10.

El don de entendimiento lleva a captar el sentido más hondo de la Sagrada Escritura, la vida de la gracia, la presencia de Cristo en cada sacramento y, de una manera real y sustancial, en la Sagrada Eucaristía. Este don nos da como un instinto divino para aquello que de sobrenatural hay en el mundo. Ante la mirada del creyente iluminada por el Espíritu brota así todo un universo nuevo. Los misterios de la Santísima Trinidad, de la Encarnación, de la Redención, de la Iglesia se convierten en realidades extraordinariamente vivas y actuales que orientan toda la vida del cristiano, influyendo decisivamente en el trabajo, en la familia, en los amigos... Su influjo hace la oración más sencilla y profunda.

Quienes son dóciles a las inspiraciones del Espíritu Santo, purifican su alma, mantienen la fe despierta, descubren a Dios a través de todas las cosas creadas y de los sucesos de la vida ordinaria. El que vive en la tibieza no percibe ya estas llamadas de la gracia, tiene embotada su alma para lo divino, y ha perdido el sentido de la fe, de sus exigencias y delicadezas.

El don de entendimiento lleva a contemplar a Dios en medio de las tareas ordinarias, en los acontecimientos, agradables o dolorosos, de la vida de cada uno. El camino para llegar a la plenitud de este don es la oración personal, en la que contemplamos las verdades de la fe, y la lucha, alegre y amorosa, por mantener la presencia de Dios durante el día fomentando los actos de contrición cuando nos hemos separado del Señor. No se trata de una ayuda sobrenatural extraordinaria que se concede exclusivamente a personas muy excepcionales, sino a todos aquellos que quieren ser fieles al Señor allí donde se encuentran, santificando sus alegrías y dolores, su trabajo y su descanso.

III. Para ir adelante en este camino de santidad es necesario fomentar el recogimiento interior (evitar andar con los sentidos despiertos, estar dispersos en las cosas, sin presencia de Dios...), la mortificación de los sentidos internos (la imaginación, los recuerdos y pensamientos inútiles...) y de los externos, esforzarse diariamente en la presencia de Dios, tomando ocasión de los sucesos y percances de cada día.

Es preciso purificar el corazón, pues solo los limpios de corazón tienen capacidad para ver a Dios11. La impureza, el apegamiento a los bienes de la tierra, el conceder al cuerpo todos sus caprichos embotan el alma para las cosas de Dios. El hombre no espiritual no percibe las cosas del Espíritu de Dios, pues son necedad para él y no puede conocerlas, porque solo se pueden enjuiciar según el Espíritu12. El hombre espiritual es el cristiano que lleva al Espíritu Santo en su alma en gracia, y tiene la mente y el pensamiento puestos en Cristo. Su vida limpia, sobria y mortificada es la mejor preparación para ser digna morada del Espíritu, que habitará en él con todos sus dones.

Cuando el Espíritu Santo encuentra un alma bien dispuesta, se va adueñando de ella, y la lleva por caminos de oración cada vez más profunda, hasta que «las palabras resultan pobres... y se deja paso a la intimidad divina, en un mirar a Dios sin descanso y sin cansancio. Vivimos entonces como cautivos, como prisioneros. Mientras realizamos con la mayor perfección posible, dentro de nuestras equivocaciones y limitaciones, las tareas propias de nuestra condición y de nuestro oficio, el alma ansía escaparse. Se va hacia Dios, como el hierro atraído por la fuerza del imán. Se comienza a amar a Jesús, de forma más eficaz, con un dulce sobresalto»13.

San Josemaría Escrivá describía el sendero de las almas, en las ocupaciones más normales de la vida y cualquiera que fuera su cultura, profesión, estado, etcétera, hasta llegar a la oración contemplativa. Para muchos, el camino parte de la consideración frecuente de la Humanidad Santísima del Señor, a quien se llega a través de la Virgen –pasando necesariamente por la Cruz–, y acaba en la Trinidad Santísima. «El corazón necesita, entonces, distinguir y adorar a cada una de las Personas divinas. De algún modo, es un descubrimiento, el que realiza el alma en la vida sobrenatural, como los de una criaturica que va abriendo los ojos a la existencia. Y se entretiene amorosamente con el Padre y con el Hijo y con el Espíritu Santo, y se somete fácilmente a la actividad del Paráclito vivificador, que se nos entrega sin merecerlo: ¡los dones y las virtudes sobrenaturales!»14.

Al terminar nuestra oración acudimos a la Virgen, que tuvo la plenitud de la fe y de los dones del Espíritu Santo, y le pedimos que nos enseñe a tratar y a amar al Paráclito en nuestra alma siempre, pero de modo particular en este Decenario, y que no nos quedemos a mitad del camino en ese sendero que conduce a la santidad, a la que hemos sido llamados.

1 Ex 33, 13. — 2 Sal 119, 34. — 3 Cfr. Jn 16, 13. — 4 Conc. Vat. II, Const. Dei Verbum, 4. — 5 Pablo VI, Exhor. Apost. Evangelii nuntiandi, 8-XII-1975, 75. — 6Conc. Vat. II, Const. Dei Verbum, 5. — 7 A. Riaud, La acción del Espíritu Santo en las almas, Palabra, 4ª ed., Madrid 1985, p. 72. — 8 Santo Tomás, Suma Teológica, 1-2, q. 69, a. 2. — 9 M. M. Philipon, Los dones del Espíritu Santo, Palabra, Madrid 1983, p. 194. — 10 Santa Teresa, Vida, 27, 8-9. — 11 Cfr. Mt 5, 8. — 12 1 Cor 2, 14. — 13 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 296. — 14 Ibídem, 306.

___________________________________________________________________________________________

 

Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

San Fernando III
Rey de Castilla y de León

Santo seglar, que "no conoció el vicio ni el ocio", Fernando III -el más grande de los reyes de Castilla, dice Menéndez y Pelayo- nació en 1198; fue hijo de don Alfonso IX, rey de León, y primo de san Luis IX, rey de Francia. Guerreó  con los moros, que ocupaban gran parte de España, unió las coronas de Castilla y de León, y conquistó los reinos de Úbeda, Córdoba, Murcia, Jaén, Cádiz y Sevilla.

En sus dilatadas campañas, triunfó siempre en todas las batallas. No buscó su propia gloria ni el acrecentamiento de sus dominios. Para él el reino verdadero era el reino de Dios. Pedía a diario el aumento de la fe católica y elevaba sus plegarias a la Virgen, de quien se llamaba siervo. Caballero de Cristo, Jesús le había otorgado la gracia de los éxtasis y las apariciones divinas. Amaba a sus vasallos y procuraba no agravar los tributos, a pesar de las exigencias de la guerra. A este respecto era conocido su dicho: "Más temo las maldiciones de una viejecita pobre de mi reino que a todos los moros del África". Llevaba siempre consigo una imagen de nuestra Señora, a la que entronizó en Sevilla y en múltiples lugares de Andalucía, a fin de que ésta fuera llamada tierra de María Santísima.

La muerte del rey san Fernando constituye un ejemplo de fe y humildad. Abandonó el lecho y, postrándose en tierra, sobre un montón de cenizas, recibió los últimos sacramentos. Llamó a la reina y a sus hijos, y se despidió de ellos después de haberles dado sabios consejos.

Volviéndose a los que se hallaban presentes, les pidió que lo perdonasen por alguna involuntaria ofensa. Y, alzando hacia el cielo la vela encendida que sostenía en las manos, la reverenció como símbolo del Espíritu Santo. Pidió luego a los clérigos que cantasen el Te Deum, y así murió, el 30 de mayo de 1252. Había reinado treinta y cinco años en Castilla y veinte en León, siendo afortunado en la guerra, moderado en la paz, piadoso con Dios y liberal con los hombres, como afirman las crónicas de él. Su nombre significa "bravo en la paz".

Guerrero, poeta y músico, compuso cantigas, una de ellas dedicada a nuestra Señor. Se destacó por su honestidad y la pureza de sus costumbres.

Fernando III fue canonizado por el papa Clemente X en el año 1671. Lo sucedió en el trono su hijo mayor, Alfonso X, que la historia conoce con el nombre de Alfonso el Sabio.

 

Otros Santos cuya fiesta se celebra hoy:  Santos:  Félix I, papa; Gabino, Críspulo, Sico, Palatino, mártires; Exuperancio, Ausonio, Anastasio, presbíteros; Juana de Arco, virgen; Venancio, Isaac, Basilio, Emilia, confesores; Uberto, Gamo, monjes; Urbicio, abades.

___________________________________________________________________________________________

Juana de Arco, Santa Patrona de Francia y Doncella de Orleáns, Mayo 30  

Juana de Arco, Santa

Patrona de Francia y Doncella de Orleáns

Una jovencita de 13 años, de Domremy (Francia), llamada Juana de Arco, mientras rezaba en la iglesia de su pueblo, oyó voces misteriosas que la invitaban a liberar a Francia que estaba dominada en gran parte por los ingleses. Cuatro años después el gobernador de la provincia, a quien Juana de Arco le había contado lo que le había sucedido, la llevó donde el Delfín a Chinon. Al hablar con el futuro rey Carlos, ella demostró que conocía cosas secretísimas que solamente el cielo había podido revelarle. El Delfín, al principio, desconfió pero después se convenció de que la joven era enviada de Dios; entonces le confió el mando de las tropas que sitiaban a Orleáns, y en poco tiempo reconquistaron casi todo el territorio francés.

El Delfín fue coronado rey de Francia en Reims, pero, celoso de la popularidad de Juana, pactó una tregua con los ingleses. La joven, convencida de que esta tregua anulaba los esfuerzos y las victorias de su ejército, indignada, recomenzó la lucha con los pocos soldados que estaban de su parte.

En una emboscada cayó prisionera en manos del conde de Luxemburgo, que la entregó a los ingleses por un rescate digno de un rey. Ahora había que demostrar que Juana era una bruja, para poder declarar a Carlos VII como usurpador, pues había llegado a ser rey gracias a "diabólicas maquinaciones de una hereje". Sólo los jueces eclesiásticos tenían la autoridad de llevar a cabo este proceso.

El obispo Cauchon se prestó para esta intriga política. La ilegalidad del proceso era tal que Juana de Arco rechazó la legitimidad y apeló al Papa.

La heroica joven, encerrada en una cárcel militar contra toda ley eclesiástica, no pudo hacer llegar su voz a Roma y sus enemigos triunfaron y la condenaron a la hoguera. El atroz suplicio tuvo lugar en Rouen el 30 de mayo de 1431. Juana tenía 19 años.

Los actos del proceso fueron sometidos a revisión entre el 1450 y el 1456, y con la absolución de la imputada comenzó un irresistible desarrollo de veneración de la valiente Juana de Arco, por su fe pura y su genuino amor por la justicia y la verdad, llevados hasta el extremo sacrificio. En 1920 el Papa Benedicto XV la elevó al honor de los altares.

De todas las histories de los santos, la de Santa Juana de Arco es sin duda la más extraordinaria e increíble: una joven, campesina y sin estudios, a la cabeza de un ejército derrota a un aguerrido ejército, derriba fortalezas, corona a un rey y termina en la hoguera. Y todo en cuestión de dos años.

Un acontecimiento unido a la historia de toda una Nación, coloreada con fuertes tintes patrióticos y místicos.

___________________________________________________________________________________________

Fuente: Franciscanos.org
María Celina de la Presentación, Beata Clarisa, Mayo 30  

María Celina de la Presentación, Beata

María Celina de la Presentación de la Bienaventurada Virgen María (en el siglo, Jeanne Germaine Castang) nació en Nojals, aldea de Dordoña (Francia), el 24 de mayo de 1878. Sus padres, Germain Castang y Marie Lafage, humildes campesinos pero testigos ejemplares del Evangelio, tuvieron doce hijos.

Fue bautizada el mismo día de su nacimiento y puesta bajo la protección de la Madre del Señor. A la edad de cuatro años, mientras jugaba con sus hermanos, cayó en las aguas heladas de un arroyo. El accidente le causó poliomielitis, privándola del uso de la pierna izquierda. A pesar de esa discapacidad, la niña no se encerró en sí misma, sino que colaboraba en los quehaceres domésticos. Frecuentó la escuela de su aldea, dirigida por las Hermanas de San José de Aubenas, y se destacó por su inteligencia y jovialidad. Se integró, además, en las actividades parroquiales.

En 1887 la familia, por una grave crisis económica, se vio obligada a abandonar su hermosa casa y trasladarse a vivir en una casucha en el campo. En la situación de indigencia de la familia, Jeanne Germaine, a sus diez años, dando muestras de humildad y disponibilidad, llegó incluso a ir al pueblo a pedir limosna para que sus padres y sus hermanos pudieran comer. Tuvo que abandonar la escuela y dejar de frecuentar diariamente la parroquia, porque le quedaba muy lejos.

En febrero de 1891, en el hospital infantil de Burdeos, se sometió a la operación de la pierna. Permaneció cinco meses en este centro de salud, soportando el dolor con "paciencia angélica", como testimoniaron las enfermeras del hospital, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. En julio de ese mismo año, aún convaleciente, entró en el Instituto "Nazaret" de Burdeos, dirigido por las Hermanas de Jesús María de Le Dorat, que acogía muchachas con dificultades, para recibir los cuidados que su familia no podía proporcionarles. Fue un período fecundo de su vida, porque allí comenzó a discernir con mayor claridad la voluntad de Dios para ella.

El 12 de junio de 1892 recibió, con extraordinaria devoción, la primera Comunión; y en julio sucesivo la Confirmación. Ya entonces daba la impresión de vivir constantemente en la presencia de Dios. El 29 de diciembre de ese año murió su madre y ocho días después su hermano mayor; por eso, Jeanne Germaine tuvo que encargarse de sus dos hermanas pequeñas, a las que se llevó al Instituto "Nazaret" de Burdeos.

Para entonces ya pensaba en consagrarse a Dios. Cuando las religiosas de San José de Aubenas, congregación a la que pertenecía su hermana mayor, acogieron a sus dos hermanas pequeñas, ella por fin pudo llevar adelante su plan de consagración total al Señor. Primero solicitó el ingreso en las clarisas de Burdeos y luego en las Religiosas de Jesús María de Le Dorat, pero no la aceptaron por su cojera y porque aún no tenía quince años. Tuvo que esperar.

Por fin, a los 18 años, el 12 de junio de 1896 pudo ingresar como postulante en el cercano monasterio "Ave María" de las clarisas, y el 21 de noviembre de ese mismo año vistió el hábito franciscano, tomando el nombre religioso de María Celina de la Presentación de la Santísima Virgen María.

En el convento conservó la actitud de caridad y servicio que la había caracterizado en su familia, y progresó sobre todo en el camino de la humildad, la mortificación y el ocultamiento. Su salud comenzó a empeorar. La enfermedad, que se manifestó en una grave forma de tuberculosis, reveló la grandeza de su fe y la firme voluntad de completar en su frágil cuerpo lo que falta a la Pasión de Cristo.

Pocos días antes de su muerte, escribió en su diario: "No te complacen los holocaustos ni las víctimas. ¡Heme aquí! He venido para tomar mi cruz. Me ofrezco como víctima, como Jesús... Hasta ahora he sacrificado todo: afectos, pensamientos... ¿Deberé ser ahora menos generosa? No. ¡Heme aquí! Corta, quema, amputa, haz de mí lo que quieras, con tal de que mi amor a ti aumente siempre más y más. Sólo pido esto".

El 30 de mayo de 1897, ciento noventa días después de ingresar en el noviciado, tras emitir la profesión religiosa "in artículo mortis", María Celina entregó su alma a Dios.

La beatificó el papa Benedicto XVI, y presidió la ceremonia de la beatificación, celebrada en Burdeos el 16 de septiembre de 2007, el cardenal José Saraiva, Prefecto de la Congregación para las causas de los santos.

___________________________________________________________________________________________

Isaac, Santo Abad y Fundador, Mayo 30  

Isaac, Santo

Asceta

Etimológicamente significa "sonriente". Viene de la lengua hebrea.

Este santo dio un salto capital en su vida. Pasaba sus años felices como ermitaño en el desierto de Siria.

Pero, ante la voz del emperador, tuvo que abandonar su soledad, su mortificación y su penitencia, para trasladarse a Constantinopla. Nadie se podía imaginar que un ermitaño pudiese desempeñar el papel que llevó a cabo junto al emperador.

Se sabe que esta metrópolis quedó sin monasterios por causa de la herejía arriana. Y en aquel tiempo –como ocurre hoy– no se concebía una vida cultural, moral y religiosa sana sin la existencia de estos lugares santos.

Por eso, el cometido fundamental de Isaac consistió en restaurar los monasterios.

Su influencia en este terreno fue muy grande. Tan es así que los monjes le honraban como a su padre.

Era un asceta ejemplar. Pero cometió el error de ponerse en contra de san Juan Crisóstomo, arzobispo de la capital.

Arrepentido por lo que había hecho, se retiró a un monasterio, para nunca más en su vida inmiscuirse en asuntos políticos y eclesiásticos.

Murió en el año 406.

___________________________________________________________________________________________

Fuente: servidimaria.org
Santiago Felipe Bertoni, Beato Servita, Mayo 30  

Santiago Felipe Bertoni, Beato

Se aplicaba con sumo interés al estudio de las enseñanzas evangélicas y de la sagrada Escritura

Santiago Felipe nació en Faenza de padres virtuosos y de modesta condición, llamados Miserino de la Cella y Dominga. Él antes de abrazar la vida religiosa, se llamaba Andrés.

Acometido de ataques epilépticos a la edad de dos años, el padre hizo voto, si el hijo sanaba, de consagrarlo al Señor como fraile. Andrés desde tierna edad acudía con frecuencia a la iglesia. No se entregaba a los juegos y diversiones propios de su edad. Por temperamento fue más bien tímido y retraído y aficionado a la soledad.

En torno a los nueve años, el padre, en cumplimiento de su voto, lo agregó a la Orden de los Siervos de la Bienaventurada Virgen María. En esta nueva vida recibió el nombre de fray Santiago Felipe. Una vez iniciado en la vida religiosa, siendo aún niño, empezó a sobresalir por la obediencia y exacta observancia de la Regla; llegado a la edad adulta practicaba a menudo ayunos y vigilias. Se aplicaba con sumo interés al estudio de las enseñanzas evangélicas y de la sagrada Escritura. Parece que su alimento era la lectura asidua de la vida de los santos Padres y de los ejemplos de castidad, de obediencia, de humildad, de los santos. Desde muy joven se dedicó con tanto esmero a los estudios literarios, que logró comprender con facilidad y exactitud las obras de autores cristianos y latinos de más fama. Conocía a la perfección las ceremonias rituales de la Iglesia y de la Orden y las rúbricas del breviario, y las observaba cuidadosamente.

Cubrió algunos cargos conventuales con plena satisfacción de los frailes. Era, en efecto, de temperamento afable, manso y servicial. Nunca se le vio alterado o airado. Cuando alguien lo ofendía, soportaba con ánimo sereno las injurias; él, por su parte, nunca ofendía a nadie. Fue siempre parco en el hablar: no sólo evitaba las palabras inconvenientes, sino también las inútiles; si alguna vez conversando, escuchaba expresiones obscenas, se le ensombrecía el rostro, corregía al importuno con breve admonición , y se alejaba.

Ordenado sacerdote, celebraba los divinos misterios con devoción y veneración incomparables, hasta llegar a derramar lágrimas; ninguno como él contemplaba tan profundamente el misterio de la cruz cuando tenía entre las manos el Cuerpo de Cristo. Fue enemigo declarado del ocio, al que llamaba receptáculo de todos los vicios. Se reunía con los demás frailes para la celebración y el canto de la oración coral; el tiempo que le quedaba lo pasaba en la celda ocupado en la oración o en la lectura; a veces recreaba su mente con trabajos manuales de bordado o taraceado: siempre estaba ocupado en algo. Paseaba por los corredores casi siempre solo, meditabundo y cabizbajo. Leía con avidez los libros sagrados y las obras de san Jerónimo, en especial se enfrascaba con la lectura del opúsculo [del Pseudo Eusebio] sobre la muerte de este santo. Llegó un momento en que ya sólo pensaba en las realidades eternas y se alimentaba más de las cosas celestiales que de los manjares corporales, puesto que comía una sola vez al día y se contentaba con un alimento parco y frugal; pero cuando lo llamaba el superior comía lo que estaba preparado para toda la comunidad. Los viernes, en memoria de la pasión del Señor, llevaba un cilicio y comía solo verduras.

Nada rehuía tanto como las alabanzas: aunque todos lo tenían en gran aprecio, fue más estimado de Dios que de los hombres. A ejemplo del Salvador, quiso ser tenido en nada y despreciado: lo que más deseaba en su interior era agradar a Dios, su Padre y creador, y seguir las huellas de nuestro Redentor.

Pasó los últimos días de su vida enfermo; ´le no lo decía, pero en su semblante se manifestaba su precario estado; en efecto, cuando le preguntaban cómo se encontraba, siempre respondía: "Bien, porque así lo quiere el Señor". Nunca se impacientó ni se quejó, ni siquiera al afrontar la muerte, y esa conducta observó toda su vida. Aunque estaba enfermo, no guardaba cama, sino que iba de un lado para otro. La vigilia de su muerte asistió al coro con los demás frailes para el canto de maitines; el día anterior por la mañana había celebrado la misa.

La tarde anterior al día de su muerte visitó a cada uno de los frailes para pedirles humildemente perdón y para que lo recordaran en sus oraciones del días siguiente. Porque estaba convencido que se acercaba su fin.

A la edad de veinticinco años tornó victorioso a la patria celestial, el veinticinco de mayo hacía las tres de la tarde: era el domingo de la santísima Trinidad. Su estatura era algo más que mediana; era tan macilento que su piel estaba adherida a los huesos; tenía el rostro afilado, la nariz algo larga, los ojos hundidos, el cuello erguido, los dedos alargados; su tez era notablemente pálida.

___________________________________________________________________________________________

Fuente: Vatican.va
Marta Wiecka, Beata Religiosa, 30 de mayo  

Marta Wiecka, Beata

Hija de la Caridad

Nació el 12 de enero de 1874 en Nowy Wiec al noroeste de Polonia. Fue bautizada seis días después con los nombres de Marta Ana. Era la tercera de los 13 hijos de Marcelino y Paulina. Sus padres, dueños de un campo de cien hectáreas, vivían un ambiente de fe profunda. En la casa de Marta se rezaba el Rosario en familia todos los días, se leían las biografías de los santos u otros libros religiosos, y se compartía el contenido de la homilía dominical.

El Estado polaco había desaparecido del mapa de Europa en el año 1795 después de las tres reparticiones sucesivas de su territorio entre Austria, Prusia y Rusia. Nowy Wiec se hallaba en la región prusiana cuyas autoridades, aplicando métodos impositivos y a veces brutales, sometían a la población a una germanización forzosa. La familia Wiecka, juntamente con otras muchas, constituyeron la base de la oposición ante la invasión germánica.

A la edad de dos años Marta cayó tan gravemente enferma, que estuvo a las puertas de la muerte. La mejoría radical sucedió tras una insistente oración a la Virgen en su santuario de Piaseczno. La familia interpretó este hecho como milagro, e impulsó a Marta a mantener siempre una relación cercana y filial con la santísima Virgen. Toda su vida estuvo marcada por la devoción mariana. Ella misma afirmaba que recurría a la Virgen en todas sus necesidades y María jamás le había negado nada de lo que pedía.

Desde su infancia, Marta ayudaba en casa cuanto podía. Los vecinos testimoniaron que era una chica piadosa, amable y humilde de corazón, de carácter recto; sobre todo, irradiaba serenidad y alegría. Su familia y sus vecinos conocían también su honda devoción a san Juan Nepomuceno. Siendo niña encontró una estatua de este santo y organizó su restauración, tras la cual fue colocada frente a su casa. Muchas veces se la podía ver rezando ante ella; y durante toda la vida conservó la devoción a este santo.

El 3 de octubre de 1886, a los 12 años de edad, recibió la primera Comunión. A partir de esta fecha, su unión con Jesucristo Eucaristía se fortaleció y su vida de oración se centró totalmente en él. Cuando podía, se dirigía a la iglesia parroquial, a 12 kilómetros de Nowy Wiec, para participar en la Eucaristía. En su casa dedicaba frecuentemente su tiempo a la oración. Cuando su madre se enfermó, la reemplazó en algunos trabajos de la casa, sobre todo en el cuidado de los niños más pequeños.

A los dieciséis años pidió el ingreso en la Compañía de las Hijas de la Caridad. La visitadora la hizo esperar dos años, hasta alcanzar la edad exigida. En el año 1892, a los 18 años lo solicitó de nuevo con su amiga Mónica Gdaniec, pero no fue admitida en Chelmno porque había exceso de postulantes. Entonces el número de admisiones estaba restringido por las autoridades prusianas. Ambas amigas, viajaron a Cracovia, que estaba entonces bajo el dominio austriaco, y allí, el 26 de abril de 1892, fueron admitidas en el postulantado. Después de cuatro meses, el 12 de agosto, entraron en el noviciado. Allí, durante ocho meses de formación inicial, asimiló el ideal de las Hijas de la Caridad que iba a desarrollar en los años posteriores.

Después de la toma de hábito, el 21 de abril de 1893, sor Marta fue destinada al Hospital general de Lvov, que se hallaba en la parte austriaca, y pertenecía a la provincia de Cracovia. Muy pronto se ganó la estima de una hermana por su amor y servicio a los enfermos con gran entrega y abnegación. La estancia en Lvov duró año y medio. Luego fue trasladada al pequeño hospital de Podhajce, donde durante cinco años también dio testimonio de devoción y cariño en el cuidado de los pacientes. En este hospital emitió los primeros votos, el 15 de agosto de 1897, ratificando su entrega total a Dios para servirle en los más pobres.

En 1899 fue destinada al hospital de Bochnia, ciudad cercana a Cracovia. En ese tiempo sor Marta tuvo una visión de la cruz, desde la cual le habló el Señor animándola a soportar todas las contrariedades y le prometió llevarla pronto consigo. Este acontecimiento despertó en ella un celo todavía más intenso en su trabajo y una fuerte añoranza del cielo. La prueba anunciada no tardó en llegar. Un hombre desmoralizado, al salir del hospital, divulgó por la ciudad la falsa noticia de que sor Marta había quedado embarazada por su relación amorosa con un paciente joven, pariente del párroco. A partir de entonces cayó sobre ella una ola de afrentas maliciosas de parte de los habitantes de la ciudad. Ella no dejó de cumplir sus deberes con la servicialidad y cariño de siempre. A pesar de sufrir persecución moral, soportaba esta calumnia en silencio abandonándose en manos de Dios.

En el año 1902 fue destinada al hospital de Sniatyn (hoy en Ucrania). El párroco del lugar pronto se dio cuenta de la profundidad espiritual de sor Marta y de su don de discernimiento de las almas. Y empezó a enviarle personas que no necesitaban cuidados de enfermería sino consejo y dirección espiritual. Sor Marta no se limitaba sólo a esta tarea; socorría y servía con fervor a todos los necesitados.

Amaba mucho su vocación e irradiaba alegría y satisfacción en su entrega a los pobres. Siempre tenía una sonrisa sincera en su rostro. Sabía establecer empatía con sus pacientes cuyos sufrimientos físicos y morales aliviaba. De forma discreta y callada les ayudaba en la preparación para la confesión, les instruía sobre la doctrina de la fe, les ayudaba a resolver los problemas en coherencia con su visión cristiana de la vida. Para el rezo del vía crucis en la capilla la acompañaban habitualmente cerca de cuarenta enfermos.

Poseía un don singular para reconciliar las almas con Dios. En su departamento nadie moría sin confesarse e incluso, más de una vez, algunos pacientes judíos pidieron ser bautizados. Sor Marta trataba con la misma atención y caridad a todos los enfermos , fueran polacos, ucranios o judíos, greco-católicos, ortodoxos o católicos. La fuerza para servir con esta entrega radical le venía de la oración.

Tanto su vida como su muerte estuvieron selladas por el amor auténtico a Dios y al prójimo, fuente y centro de su existencia. En 1904, consciente del peligro que esto conllevaba, se ofreció a sustituir a un empleado del hospital en la desinfección de una habitación donde había muerto una enferma de tifus. Sor Marta realizó este trabajo de buen grado. Y lo hizo para que no se contagiase el operario que debía hacerlo, cuyo trabajo constituía el sustento de su mujer e hijo. Sor Marta sintió la fiebre enseguida, pero se empeñó en terminar todas sus actividades. Durante la última semana en el hospital se hizo todo lo posible para curarla. A estos esfuerzos les acompañaba una continua oración de pacientes y empleados del hospital y personas buenas de toda la ciudad. Los judíos encendían velas en la sinagoga por sus intenciones. Gran número de personas esperaba frente al hospital interesándose por su salud. Después de recibir el santo Viático, sor Marta realizó una oración intensa y profunda, considerada por los testigos como un verdadero éxtasis. Murió serenamente, en Sniatyn, el 30 de mayo de 1904.

Los fieles del lugar cuidaron y veneraron la tumba de sor Marta. Durante más de cien años ha estado continuamente cubierta de flores, velas y una especie de tapetes bordados, muy tradicionales en esa región. Aun en los años del régimen soviético acudían a ella, y así lo siguen haciendo en la actualidad los peregrinos y habitantes del lugar.

Fue beatificada por el Cardenal Bertone, en represetación de S.S. Benedicto XVI, el 24 de mayo de 2008.

___________________________________________________________________________________________

José Gérard, Beato

José Gérard nació el 12 de Marzo de 1831 dentro de una familia de labradores en la provincia de Lorraine en Francia. Parte de su niñez la pasó siendo pastor de ovejas.

José Gérard escribe sobre una tal Hermana Odile que lo preparó para su Primera Comunión, un evento que tuvo un gran impacto en su vida. Entre otras personas que tuvieron un gran impacto en su vida están Monsieur Richard y el Abbé Cayens. Monsieur Richard ofreció pagar la educación del joven y lo guió en una enseñanza sobre el arte de orar. El Abbé Cayens fue misionero en Argelia y vio una posible vocación sacerdotal en el joven José Gérard. Por lo tanto lo ayudó a aprender Latín y luego lo guió al seminario menor en Pont-à-Mousson.

También estudió algún tiempo en el seminario mayor de Nancy. Llegó a conocer a los Oblatos a través de algunos misioneros Oblatos que visitaron el seminario. Entró al noviciado y el 10 de Mayo de 1852 tomo sus votos perpetuos.

El 3 de Abril de 1853 fue ordenado Diacono por el Obispo Eugenio de Mazenod. El Obispo luego le pidió que ejerciera su misión en el reino de Natal en el Sur de África. En mayo de 1853 José Gérard tomó un barco con otros dos Oblatos al pequeño reino.

En 1854 El Obispo Allard lo ordenó sacerdote y comenzó su trabajo con un grupo de Irlandeses en Pietermaritzburg. Su misión era de ser con los Zulúes de Natal y por lo tanto tenia que aprender el idioma Zulú junto con el Inglés que usaba con los Irlandeses. Para aprender el idioma decidió pedir permiso para crear una misión en un pueblo Zulú. José Gérard trató varias veces a evangelizar a los Zulúes pero no tuvo éxito.

José Gérard decidió tomar su misión al oeste de Natal a un pueblo llamado Roma en otro reino llamado Lesotho. Allí conversó con el jefe de una tribu familia de los Zulúes de Natal. El jefe le dio permiso a construir una Iglesia y ejercer su misión. Tuvo que aprender un idioma nuevo y una cultura nueva, pero siguió adelante. Después de dos años tuvo su primer catecúmeno. El jefe de la tribu también se convirtió después de algunos años. Después de 22 años en Roma decidió llevar su misión al norte de Lesotho y comenzó la Misión de Santa Mónica donde trabajo con los Basothos. Luego regresó a Roma donde viviría el resto de su vida. En 1914 se encontró con una enfermedad que lo dejó en cama. El 22 de Mayo celebró su última Misa.

El 29 de Mayo Padre José Gérard dio su último sí a Dios con la palabra Amén. Aunque sufrió muchos desafíos en su misión en África, el Padre Gérard nunca se dio por vencido. Siempre fue fiel a su voto de perseverancia. Dado a esto muchos de los nativos de aquellos países en el sur de África se convirtieron a la fe Católica. El Padre José Gérard fue beatificado por el Papa Juan Pablo II el 15 de Septiembre en Maseru, Lesotho donde le dieron el titulo de Apóstol de Lesotho.

___________________________________________________________________________________________

 

Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

Si NO desea el evangelio, santoral y meditación diaria y sólo artículos interesantes censurados por la prensa (la mayoría), unos 4 por semana escriba a: ave-maria-purisima+subscribe@googlegroups.com (responder el mensaje de confirmación).

 

Para de-suscribirse escribir desde su casilla de email a:

Evangelio+unsubscribe@googlegroups.com

Si no se desuscribe es porque recibe el mensaje en su otro email que le reenvía al actual: debe escribir desde ese otro email.

No hay comentarios:

Publicar un comentario