JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Juan 14, 21-26
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"El que acepta mis mandamientos y los pone en práctica, ése me ama de verdad; y el que me ama será amado por mi Padre. También yo lo amaré y me manifestaré a él".
Judas, no el Iscariote, sino el otro, le preguntó:
"Señor, ¿por qué te vas a manifestar sólo a nosotros, y no al mundo?"
Jesús le contestó:
"El que me ama, se mantendrá fiel a mis palabras. Mi Padre lo amará, y mi Padre y yo viviremos en él. Por el contrario, el que no pone en práctica mis palabras, es que no me ama. Y las palabras que escuchan no son mías, sino del Padre, que me envió.
Les he dicho todo esto mientras estoy con ustedes; pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, hará que recuerden lo que yo les he enseñado y les explicará todo".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
lun 5a. Sem Pascua
Antífona de Entrada
Ha resucitado el Buen Pastor, que dio la vida por sus ovejas y se dignó morir para salvarnos. Aleluya.
Oración Colecta
Oremos:
Dios nuestro, que unes los corazones de tus fieles en un mismo deseo; inspira a tu pueblo el amor a tus preceptos y la esperanza en tus promesas, para que, en medio de las adversidades del mundo, nuestros corazones estén firmes en la verdadera alegría.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Les predicamos el Evangelio para que dejando los falsos dioses, se conviertan al Dios vivo
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 14, 5-18
En aquellos días, los paganos y los judíos de Iconio idearon un plan para maltratar e incluso apedrear a Pablo y Bernabé; pero ellos se dieron cuenta y escaparon a Listra y Derbe, ciudades de Licaonia, y a sus alrededores, donde también anunciaron la buena noticia.
Había en Listra un paralítico, cojo de nacimiento, que nunca había podido caminar. Un día, cuando estaba oyendo hablar a Pablo, éste se quedó mirándolo con atención y, viendo que tenía suficiente fe para ser sanado, le dijo con fuerte voz:
"Levántate y enderézate".
El se levantó de un salto y comenzó a caminar. La gente, entonces, al ver lo que había hecho Pablo, comenzó a gritar en dialecto licaonio:
"Son dioses que han tomado forma humana y han bajado hasta nosotros".
Y llamaban Zeus a Bernabé y Hermes a Pablo, porque él era quien hablaba. Por su parte, el sacerdote de Zeus, cuyo templo estaba a la entrada de la ciudad, hizo traer ante las puertas toros adornados con guirnaldas y, junto con toda la gente, pretendía ofrecer un sacrificio. Cuando los apóstoles Bernabé y Pablo se dieron cuenta de lo que pasaba, rasgaron sus vestidos y caminando hacia la multitud gritaban:
"Ciudadanos, ¿qué es lo que hacen? Nosotros somos de la misma condición que ustedes.
Somos hombres y les anunciamos la buena noticia para que, abandonando otros falsos dioses se conviertan al Dios vivo, que hizo al cielo y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos. En las generaciones pasadas, él permitió que cada pueblo siguiera su propio camino; aunque no dejó de darse a conocer por sus beneficios, enviándoles desde el cielo lluvias y temporadas fructíferas, y llenando de alimento y alegría sus corazones".
Con estas palabras lograron convencer a la gente para que no les ofrecieran sacrificios, pero no les fue fácil.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Sal 113b, 1-2.3-4.15-16
Que todos te alaben sólo a ti, Señor.
No a nosotros, Señor, no a nosotros, sólo a un nombre da gloria, por tu amor, por tu fidelidad. ¿Por qué han de preguntar las naciones: "Dónde está su Dios?"
Que todos te alaben sólo a ti, Señor.
Nuestro Dios está en los cielos, todo lo que quiere lo hace. Los ídolos de las naciones, en cambio, son de plata y oro, y han sido fabricados por manos humanas.
Que todos te alaben sólo a ti, Señor.
Que los bendiga el que hizo los cielos y la tierra. Los cielos son del Señor, la tierra se la dio a los hombres.
Que todos te alaben sólo a ti, Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
El Espíritu Santo les enseñará todas las cosas y les recordará todo cuanto yo les he dicho, dice el Señor.
Aleluya.
Evangelio
El Espíritu Santo, que mi Padre les enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas
† Lectura del santo Evangelio según san Juan 14, 21-26
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"El que acepta mis mandamientos y los pone en práctica, ése me ama de verdad; y el que me ama será amado por mi Padre. También yo lo amaré y me manifestaré a él".
Judas, no el Iscariote, sino el otro, le preguntó:
"Señor, ¿por qué te vas a manifestar sólo a nosotros, y no al mundo?"
Jesús le contestó:
"El que me ama, se mantendrá fiel a mis palabras. Mi Padre lo amará, y mi Padre y yo viviremos en él. Por el contrario, el que no pone en práctica mis palabras, es que no me ama. Y las palabras que escuchan no son mías, sino del Padre, que me envió.
Les he dicho todo esto mientras estoy con ustedes; pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, hará que recuerden lo que yo les he enseñado y les explicará todo".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Que nuestra oración, Señor, y nuestras ofrendas sean gratas en tu presencia, para que así, purificados por tu gracia, podamos participar más dignamente en los sacramentos de tu amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
El misterio pascual
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor; pero más que nunca en este tiempo en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Porque él es el verdadero Cordero que quitó el pecado del mundo; muriendo destruyó nuestra muerte, y resucitando restauró la vida.
Por eso,
con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría, y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:
Antífona de la Comunión
La paz les dejo, mi paz les doy; pero no se la doy como la da el mundo, dice el Señor. Aleluya.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, que en Cristo resucitado nos has hecho renacer a la vida eterna; haz que este misterio pascual dé en nosotros abundantes frutos y que el alimento de salvación que acabamos de recibir fortalezca nuestras vidas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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† Meditación diaria
Pascua. 5ª semana. Lunes
SOMOS TEMPLOS DE DIOS
— La inhabitación de la Trinidad en el alma. Buscar a Dios en nosotros mismos.
— Necesidad del recogimiento interior para tratar a Dios. Mortificación.
— El trato con el Espíritu Santo.
I. El Evangelio nos muestra con frecuencia la confianza que tenían los Apóstoles con Jesús: le preguntan acerca de lo que no entienden y de aquellas cosas que les resultan oscuras. El Evangelio de la Misa de hoy recoge una de estas preguntas que, sobre todo al final de la vida del Señor, debieron de ser frecuentes.
El Señor les ha dicho: El que acepta mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama. Y el que me ama será amado por mi Padre y yo le amaré y yo mismo me manifestaré a él1. En tiempos del Señor, era creencia común entre los judíos que cuando llegara el Mesías se manifestaría a todo el mundo como Rey y Salvador2. Los Apóstoles han entendido las palabras de Jesús como referidas a ellos, a los íntimos, a los que le aman. Judas Tadeo –que ha comprendido bien la enseñanza– le pregunta: Señor, ¿y qué ha pasado para que tú te vayas a manifestar a nosotros y no al mundo?
En el Antiguo Testamento Dios se había manifestado en diversas ocasiones y de diversos modos, y había prometido que habitaría en medio de su pueblo3. Pero aquí el Señor se refiere a una presencia muy distinta: es la presencia en cada persona que le ame, que esté en gracia. Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre le amará y vendremos a él y haremos morada en él4. ¡Es la presencia de la Trinidad en el alma que haya renacido por la gracia! Esta será una de las enseñanzas fundamentales para la vida cristiana, repetida por San Pablo: Porque vosotros sois templos de Dios vivo5, dice a los primeros cristianos de Corinto.
San Juan de la Cruz, citando este pasaje, comenta: «¿Qué más quieres, ¡oh alma!, y qué más buscas fuera de ti, pues dentro de ti tienes tus riquezas, tus deleites, tu satisfacción (...), tu Amado, a quien desea y busca tu alma? Gózate y alégrate en tu interior recogimiento con él, pues le tienes tan cerca»6.
Debemos aprender a tratar cada vez más y mejor a Dios, que mora en nosotros. Nuestra alma, por esa presencia divina, se convierte en un pequeño cielo. ¡Cuánto bien nos puede hacer esta consideración! En el momento del Bautismo vinieron a nuestra alma las tres Personas de la Beatísima Trinidad con el deseo de permanecer más unidas a nuestra existencia de lo que puede estar el más íntimo de los amigos. Esta presencia, del todo singular, solo se pierde por el pecado mortal; pero los cristianos no debemos contentarnos con no perder a Dios: debemos buscarle en nosotros mismos en medio de nuestras ocupaciones, cuando vamos por la calle..., para darle gracias, pedirle ayuda, desagraviarle por los pecados que cada día se cometen.
A veces pensamos que Dios está muy lejos, y está más cercano, más atento a nuestras cosas que el mejor de los amigos. San Agustín, al considerar esta inefable cercanía de Dios, exclamaba: «¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé!; he aquí que Tú estabas dentro de mí y yo fuera, y por fuera te buscaba (...). Tú estabas conmigo, mas yo no estaba contigo. Me tenían lejos de Ti las cosas que, si no estuviesen en Ti, no serían. Tú me llamaste claramente y rompiste mi sordera; brillaste, resplandeciste y curaste mi ceguedad»7.
Pero para hablar con Dios, presente realmente en el alma en gracia, es necesario el recogimiento de los sentidos, que tienden a desparramarse y quedarse apegados a las cosas; sabernos «templos de Dios» y actuar siempre en consecuencia; rodear de amor, de unsilencio sonoro, esa presencia íntima de la Trinidad en nuestra alma.
II. La presencia de las tres Personas divinas en el alma en gracia es una presencia viva, abierta a nuestro trato, ordenada al conocimiento y al amor con que podemos corresponder. «¿Por qué andar corriendo por las alturas del firmamento y por los abismos de la tierra en busca de Aquel que mora en nosotros?»8, se pregunta San Agustín. «Ahora bien –enseña San Gregorio Magno–, mientras nuestra mente estuviere disipada en imágenes carnales, jamás será capaz de contemplar..., porque la ciegan tantos obstáculos cuantos son los pensamientos que la traen y la llevan. Por tanto, el primer escalón –para que el alma llegue a contemplar la naturaleza invisible de Dios– es recogerse en sí misma»9.
Para lograr este recogimiento, a algunos el Señor les pide que se retiren del mundo, pero Dios quiere que la mayoría de los cristianos (madres de familia, estudiantes, trabajadores...) le encontremos en medio de nuestros quehaceres. Mediante la mortificación habitual durante el día –con la que tan relacionado está el gozo interior– guardamos para Dios los sentidos. Mortificamos la imaginación, librándola de pensamientos inútiles; la memoria, echando a un lado recuerdos que no nos acercan al Señor; la voluntad, cumpliendo con el deber, quizá pequeño, que tenemos encomendado.
El trabajo intenso, si está dirigido a Dios, lejos de impedir nuestro diálogo con Él, lo facilita. Igual sucede con toda la actividad exterior: las relaciones sociales, la vida de familia, los viajes, el descanso... Toda la vida humana, si no está dominada por la frivolidad, tiene siempre una dimensión profunda, íntima, expresada en un cierto recogimiento que alcanza su pleno sentido en el trato con Dios. Recogerse es «juntar lo separado», restablecer el orden interior perdido, evitar la dispersión de los sentidos y potencias incluso en cosas en sí buenas o indiferentes, tener como centro a Dios en la intención de lo que hacemos y proyectamos.
Lo contrario del recogimiento interior es la disipación y la frivolidad. Los sentidos y potencias se quedan en cualquier charca del camino, y como consecuencia la persona anda sin fijeza, esparcida la atención, dormida la voluntad y despierta la concupiscencia10. Sin recogimiento no es posible el trato con Dios.
En la medida en que purificamos nuestro corazón y nuestra mirada, en la medida en que, con la ayuda del Señor, procuramos ese recogimiento, que es riqueza y plenitud interior, nuestra alma ansía el trato con Dios, como el ciervo las fuentes de las aguas11. «El corazón necesita, entonces, distinguir y adorar a cada una de las Personas divinas. De algún modo, es un descubrimiento, el que realiza el alma en la vida sobrenatural, como los de una criaturica que va abriendo los ojos a la existencia. Y se entretiene amorosamente con el Padre y con el Hijo y con el Espíritu Santo; y se somete fácilmente a la actividad del Paráclito vivificador, que se nos entrega sin merecerlo»12.
III. Aunque la inhabitación en el alma pertenece a las tres Personas de la Trinidad –al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo–, se atribuye de modo singular a la Tercera Persona, a quien la liturgia nos invita a tratar con más intimidad en este tiempo en que nos encaminamos hacia la fiesta de Pentecostés.
El Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho, dice el Señor en el Evangelio de hoy13. Es una promesa que el Señor hizo en diversas ocasiones14, como señalando la enorme trascendencia que tendría para toda la Iglesia, para el mundo, para cada uno de quienes le íbamos a seguir. No se trata de un don pasajero limitado al tiempo en que se reciben los sacramentos o a otro momento determinado, sino de un Don estable, permanente: «en los corazones (de los fieles) habita el Espíritu Santo como en un templo»15. Es eldulce Huésped del alma16, y cuanto más crece el cristiano en obras buenas, cuanto más se purifica, tanto más se complace el Espíritu Santo en habitar en él y en darle nuevas gracias para su santificación y para el apostolado.
El Espíritu Santo está en el alma del cristiano en gracia, para configurarlo con Cristo, para que cada vez se parezca más a Él, para moverlo al cumplimiento de la voluntad de Dios y ayudarle en esa tarea. El Espíritu Santo viene como remedio de nuestra flaqueza17, y haciendo suya nuestra causa aboga por nosotros con gemidos inenarrables18ante el Padre. Cumple ahora su oficio de guiar, proteger y vivificar a la Iglesia, porque –comentaba Pablo VI– dos son los elementos que Cristo ha prometido y otorgado, aunque diversamente, para continuar su obra: «el apostolado y el Espíritu. El apostolado actúa externa y objetivamente; forma el cuerpo, por así decirlo, material de la Iglesia, le confiere sus estructuras visibles y sociales; mientras el Espíritu Santo actúa internamente, dentro de cada una de las personas, como también sobre la entera comunidad, animando, vivificando, santificando»19.
Pidamos a la Virgen que nos enseñe a comprender esta dichosísima realidad, pues nuestra vida sería entonces muy distinta. ¿Por qué sentirnos solos, si el Santo Espíritu nos acompaña? ¿Por qué vivir inseguros o angustiados, aunque sea un solo día de nuestra existencia, si el Paráclito está pendiente de nosotros y de nuestras cosas? ¿Por qué ir alocadamente detrás de la felicidad aparente, si no hay mayor gozo que el trato con este dulce Huésped que habita en nosotros? ¡Qué distinto sería nuestro porte en algunas circunstancias, la conversación, si fuéramos conscientes de que somos templos de Dios, templos del Espíritu Santo!
Al terminar nuestra oración, acudamos a la Virgen Nuestra Señora: «Dios te salve, María, templo y sagrario de la Santísima Trinidad, ayúdanos».
1 Jn 14, 21. — 2 Cfr. Sagrada Biblia, Santos Evangelios, EUNSA, Pamplona 1983, p. 1357. — 3 Cfr. Ex 29, 45; Ez 37, 26 27; etcétera. — 4 Jn 14, 23. — 5 Cfr. 2 Cor 6, 16. — 6 San Juan de la Cruz, Cántico espiritual, canción 1. — 7 San Agustín,Confesiones, 10, 27, 38. — 8 ídem, Tratado sobre la Trinidad, 8, 17. — 9 San Gregorio Magno, Homilías sobre el profeta Ezequiel, 2, 5. — 10 Cfr. San Josemaría Escrivá, Camino, n. 375. — 11 Cfr. Sal 41, 2. — 12 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 306. — 13 Jn 14, 26. — 14 Cfr. Jn 14, 15-17; 15, 36; 16, 7-14; Mt 10, 20. —15 Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 9. — 16 Secuencia de la Misa de Pentecostés. — 17 Rom 8, 26. — 18 Ibídem. — 19 Pablo VI, Discurso de apertura de la 3ª Sesión del Concilio Vaticano II, 14-lX-1964.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
San Ivo Los vecinos de San Ivo compusieron un epitafio bien especial que dice: |
San Ivo, el abogado santo al cual los juristas de muchos países tiene como Patrono, nació en la provincia de Bretaña en Francia. Su padre lo envió a estudiar a la Universidad de París, y allí dirigido por famosos profesores de derecho, obtuvo su doctorado como abogado.
En sus tiempos de estudiante oyó leer aquella célebre frase de Jesús: "Ciertos malos espíritus no se alejan sino con la oración y la mortificación" (Mc. 9,29), y se propuso desde entonces dedicar buen tiempo cada día a la oración y mortificarse lo más que le fuera posible en las miradas, en las comidas, en el lujo en el vestir, y en descansos que no fueran muy necesarios. Empezó a abstenerse de comer carne y nunca tomaba bebidas alcohólicas. Vestía pobremente y lo que ahorraba con todo esto, lo dedicaba a ayudar a los pobres. Y Dios lo premió concediéndole una gran santidad y una generosidad inmensa en favor de los necesitados.
Al volver a su tierra natal (Bretaña) fue nombrado juez del tribunal y en el ejercicio de su cargo se dedicó a proteger a los huérfanos, a defender a los más pobres y a administrar la justicia con tal imparcialidad y bondad, que aun aquellos a quienes tenía que decretar castigos, lo seguían amando y estimando.
Su gran bondad le ganó el título de "Abogado de los pobres". No contento con ayudar a los que vivían en su región, se trasladaba a otras provincias a defender a los que no tenían con qué pagar un abogado, y a menudo pagaba los gastos que los pobres tenían que hacer para poder defender sus derechos.
Visitaba las cárceles y llevaba regalos a los presos y les hacía gratuitamente memoriales de defensa a los que no podían conseguirse un abogado.
En aquel tiempo los que querían ganar un pleito les llevaban costosos regalos a los jueces. San Ivo no aceptó jamás ni el más pequeño regalo de ninguno de sus clientes, porque no quería dejarse comprar ni inclinarse con parcialidad hacia ninguno.
Cuando le llevaban un pleito, él se esmeraba por tratar de obtener que los dos litigantes arreglaran todo amigablemente en privado, sin tener que hacerlo por medio de demandas públicas. Así obtuvo que muchos litigantes terminaran siendo amigos y se evitaran los grandes gastos que les podían ocasionar los pleitos judiciales.
Después de trabajar bastante tiempo como juez, San Ivo fue ordenado sacerdote, y desde entonces, los últimos quince años de su vida los dedicó totalmente a la predicación y a la administración de los sacramentos. Consiguió dinero de donaciones y construyó un hospital para enfermos pobres. Todo lo que llegaba lo repartía entre los más necesitados. Solamente se quedaba con la ropa para cambiarse. Lo demás lo regalaba. Una noche se dio cuenta de que un pobre estaba durmiendo en el andén de la casa cural, entonces se levantó y le dio su propia cama y él durmió en el puro suelo.
De muchas partes llegaban personas litigantes a obtener que San Ivo hiciera las paces entre ellos y él lograba con admirable facilidad poner de acuerdo a los que antes estaban alegando. Y aprovechaba de todas estas ocasiones para predicar a la gente acerca de la Vida Eterna que nos espera y de lo mucho que debemos amar a Dios y al prójimo.
Alguien le aconsejó que no regalara todo lo que recibía. Que hiciera ahorros para cuando llegara a ser viejo y él le respondió: - Y ¿quién me asegura que voy a llegar a ser viejo? En cambio lo que sí es totalmente seguro es que el buen Dios me devolverá cien veces más lo que yo regale a los pobres". Y siguió repartiendo con gran generosidad.
A principios de mayo del año 1303 empezó a sentirse muy débil. Pero no por eso dejó de dedicar largos ratos a la oración y a la meditación y a ayudar a pacificar a cuantos estuvieran peleados o en discusiones y pleitos.
El 19 de mayo del año 1303 estaba tan débil que no podía mantenerse de pie y necesitaba que lo sostuvieran. Sin embargo celebró así la Santa Misa. Después de la Misa se recostó y pidió que le administraran la Unción de los enfermos y murió plácidamente, como quien duerme en la tierra para despertar en el cielo. Tenía 50 años.
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Fuente: EWTN.com
Celestino V, Santo CXCII Papa, Mayo 19
CXCII Papa Nacido en Isernia, Italia (1221) |
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Fuente: Franciscanos.org
Crispín de Viterbo, Santo Capuchino, Mayo 19
Un santo alegre Nací con el nombre de Pietro (Pedro) Fiorentti, en Viterbo, Italia, el 13 de noviembre de 1668.
pesar de haberme admitido ya el Provincial, el maestro de novicios se negaba a recibirme. Ante mi insistencia me contestó: "Bueno, si al Provincial le compete el recibir a los novicios, a mí me toca probarlos". |
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Alcuino de York, Santo Abad y Profesor, Mayo 19
Abad y Profesor Etimológicamente significa " amigo del templo". Viene de la lengua alemana. ORACION POR LA PAZ |
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Fuente: Enciclopedía Católica || ACI Prensa
Agustín Novello, Beato Agustino, Mayo 19
Mateo de Termini nació en la primera mitad del Siglo XIII en Termini, una villa de Sicilia, situación de la cual se deriva su nombre. Debido a que esa villa perteneció a la Arquidiócesis de Palermo, algunas veces este personaje es llamado también como Panormitano. El Breviario se expresa de él en términos de quem Thermenses at Panormitani civem suum esse dicunt. Al entrar a la religión cambió su nombre por el de Agostino, y más tarde agregó el de Novello, un título sugerido por su gran erudición y virtud. |
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Dunstan de Canterbury, Santo Obispo, Mayo 19
Nació en el año 909 en Baltonsborough, Glastonbury, Inglaterra. |
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uente: Franciscanos.org
María Bernarda Bütler, Santa Fundadora, Mayo 19
Fundadora de las Misioneras de Martirologio Romano: En Cartagena de Nueva Granada, en Colombia, beata María Bernarda (Verena) Bütler, virgen, la cual, nacida en Suiza, fundó la Congregación de las Hermanas Misioneras Franciscanas de María Auxiliadora -oooOooo-
ORACIÓN |
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Fuente: Vatican.va
Pina Suriano, Beata Laica, 19 de mayo
Laica Consagrada Josefina Suriano nació el 18 de febrero de 1915 en Partinico, centro agrícola de la provincia italiana de Palermo, arquidiócesis de Monreale. Se la conocerá con el diminutivo de "Pina". |
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Fuente: Franciscanos.net
Humiliana de Cerchi, Beata Terciaria Franciscana, Mayo 19
Viuda de la Tercera Orden Franciscana Su culto fue aprobado por Inocencio XII el 24 de julio de 1694. |
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José (Jozef) Czempiel, Beato Sacerdote y Mártir, Mayo 19
Sacerdote y Mártir Nacido en Jozefka, Polonia, el 21 de septiembre de 1883, fue sacerdote de la Arquidiócesis de Katowice. |
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Fuente: Ulsachihuahua.edu.mx
Rafael-Luis Rafiringa, Beato Educador Lasallista, 19 de mayo
En 1856, al nacer Rafiringa (el 3 de noviembre) en el barrio de Mahamasina en Antananarivo, el país se hallaba poco o nada abierto a las influencias externas; a su muerte, acaecida el 19 de mayo 1919, Madagascar se había abierto a la civilización cristiana y era una colonia francesa desde hacía más de 20 años. |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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