miércoles, 9 de julio de 2014

[ † ] Jueves del Santísimo Sacramento. 10/07/2014. San Cristóbal ¡ruega por nosotros!

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 10, 7-15

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Vayan y proclamen que está llegando el Reino de los cielos. Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien a los leprosos, expulsen a los demonios; gratis lo han recibido, entréguenlo también gratis.
No lleven oro ni plata ni dinero en el bolsillo; ni morral para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; porque el obrero tiene derecho a su sustento.
Cuando lleguen a cualquier pueblo, averigüen quién hay en él digno de recibirlos y quédense en su casa hasta que se vayan. Al entrar en la casa, saluden, y si lo merecen, la paz de su saludo permanecerá con ellos; si no, regresará a ustedes. Si no los reciben ni escuchan su mensaje, salgan de esa casa o de ese pueblo y sacúdanse el polvo de los pies.
Les aseguro que el día del juicio será más llevadero para Sodoma y Gomorra que para ese pueblo".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354

Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

Misal

 

10, 7-15

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Vayan y proclamen que está llegando el Reino de los cielos. Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien a los leprosos, expulsen a los demonios; gratis lo han recibido, entréguenlo también gratis.
No lleven oro ni plata ni dinero en el bolsillo; ni morral para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; porque el obrero tiene derecho a su sustento.
Cuando lleguen a cualquier pueblo, averigüen quién hay en él digno de recibirlos y quédense en su casa hasta que se vayan. Al entrar en la casa, saluden, y si lo merecen, la paz de su saludo permanecerá con ellos; si no, regresará a ustedes. Si no los reciben ni escuchan su mensaje, salgan de esa casa o de ese pueblo y sacúdanse el polvo de los pies.
Les aseguro que el día del juicio será más llevadero para Sodoma y Gomorra que para ese pueblo".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, con bondad, los dones que te presentamos y santifícalos por medio de tu Espíritu para que se nos conviertan en sacramento de salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

La salvación por Cristo

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, que por amor creaste al hombre, y, aunque condenado justamente, con tu misericordia lo redimiste, por Cristo, Señor nuestro.
Por él,
los ángeles y arcángeles y todos los coros celestiales celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza:

Antífona de la Comunión

Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Con tu palabra, Señor, y con tu pan del cielo alimentas y vivificas a tus fieles; concédenos que estos dones de tu Hijo nos aprovechen de tal modo, que merezcamos participar siempre de su vida divina.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

14ª Semana. Jueves

MISIÓN SOBRENATURAL DE LA IGLESIA

— La Iglesia anuncia el mensaje de Cristo y realiza su obra en el mundo.

— La misión de la Iglesia es de orden sobrenatural, pero no se desentiende de las tareas que afectan a la dignidad humana.

— Los cristianos manifiestan su unidad de vida en la promoción de obras de justicia y de misericordia.

I. Jesús consuma la obra de la Redención con su Pasión, Muerte y Resurrección. Tras su Ascensión al Cielo, envía al Espíritu Santo, para que sus discípulos puedan anunciar el Evangelio y hacer a todos partícipes de la salvación. Los Apóstoles son, así, los obreros enviados a la mies por su dueño, los siervos enviados para llamar a los invitados a las bodas, y a los que encomienda llenar la sala del banquete1.

Pero además de esta misión, los Apóstoles representan a Cristo mismo y al Padre: el que a vosotros oye a Mí me oye, y el que a vosotros desecha a Mí me desecha, y el que me rechaza a Mí, rechaza al que me envió2. La misión de los Apóstoles quedará unida íntimamente a la misión de Jesús: como el Padre me envió, así también os envío Yo3. Precisamente será a través de ellos como la misión de Cristo se hará extensiva a todas las naciones y a todos los tiempos. La Iglesia, fundada por Cristo y edificada sobre los Apóstoles, sigue anunciando el mismo mensaje del Señor y realiza su obra en el mundo4.

El Evangelio de la Misa de hoy5 narra cómo Jesús urge a los Doce, a quienes acaba de elegir, para que salgan a cumplir su nueva tarea. Este primer cometido es preparación y figura del envío definitivo, que tendrá lugar después de la Resurrección. Entonces les dirá: Id..., predicad el Evangelio, haced discípulos a todas las naciones. Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo6. Hasta la llegada de Jesús, los Profetas habían anunciado al pueblo escogido del Antiguo Testamento los bienes mesiánicos, a veces en imágenes acomodadas a su mentalidad todavía poco madura para entender la realidad que estaba ya próxima. Ahora –en esta primera misión apostólica–, Jesús envía a sus Apóstoles para que anuncien que el Reino de Dios prometido es inminente, poniendo de manifiesto sus aspectos espirituales. El Señor les concreta lo que han de predicar: el Reino de los Cielos está cerca. Nada les dice de la liberación del yugo romano que padecía la nación, o del sistema social y político en el que han de vivir, o de otras cuestiones exclusivamente terrenas. Ni vino Cristo para esto, ni para esto han sido ellos elegidos. Vivirán para dar testimonio de Cristo, difundir su doctrina y hacer partícipes de su salvación a todos los hombres. Este mismo camino siguió San Pablo. "Si le preguntamos qué cosas solía tratar en la predicación, él mismo las compendia así: nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y este, crucificado (1 Cor 2, 2). Hacer que los hombres conociesen más y más a Jesucristo, con un conocimiento que no se parase solo en la fe, sino que se tradujera en las obras de la vida, esto es en lo que se esforzó con todo el empeño de su corazón el Apóstol"7.

La Iglesia, continuadora en el tiempo de la obra de Jesucristo, tiene la misma misión sobrenatural que su Divino Fundador transmitió a los Apóstoles. "Para esto ha nacido la Iglesia: para, dilatando el Reino de Cristo por toda la tierra, hacer partícipes a todos los hombres de la redención salvadora, y, por medio de ellos, orientar verdaderamente todo el mundo hacia Cristo"8. Su misión trasciende los movimientos sociales, las ideologías, las reivindicaciones de grupos...; al mismo tiempo, desde una nueva perspectiva y solicitud, está hondamente interesada por todos los problemas humanos, y trata de orientarlos al fin sobrenatural y verdaderamente humano del hombre.

II. Id y predicad diciendo que el Reino de los Cielos está al llegar. La misión de nuestra Madre la Iglesia es dar a los hombres el tesoro más sublime que podemos imaginar, conducirlos a su destino sobrenatural y eterno a través principalmente de la predicación y de los sacramentos: "este, y no otro, es el fin de la Iglesia: la salvación de las almas, una a una. Para eso el Padre envió al Hijo, y yo os envío también a vosotros (Jn 20, 21). De ahí el mandato de dar a conocer la doctrina y de bautizar, para que en el alma habite, por la gracia, la Trinidad Beatísima"9. El mismo Jesús nos anunció: Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia10. No se refería el Señor a una vida terrena cómoda y sin dificultades, sino a la vida eterna. Vino a liberarnos principalmente de aquello que nos impide alcanzar la vida definitiva: el pecado, que es el único mal absoluto. Así nos da también la posibilidad de superar las múltiples consecuencias del pecado en este mundo: la angustia, las injusticias, la soledad..., o de llevarlas por Dios con alegría cuando no se pueden evitar, convirtiendo el dolor en sufrimiento fecundo que conquista la eternidad.

La Iglesia no toma partido por opciones temporales determinadas, como no lo hizo su Maestro. Quienes, sin fe, le vieron casi solo en la cruz, pudieron pensar que había fracasado, "precisamente por no optar por una de las soluciones humanas: ni judíos ni romanos le siguieron. Pero no; fue precisamente lo contrario: judíos y romanos, griegos y bárbaros, libres y esclavos, hombres y mujeres, sanos y enfermos, todos van siguiendo a ese Dios hecho hombre, que nos ha liberado del pecado, para encaminarnos a un destino eterno, donde únicamente se cumplirá la verdadera realización, libertad y plenitud del hombre, hecho a imagen y semejanza de Dios, y cuya aspiración más profunda rebasa cualquier tarea pasajera, por noble que sea"11.

La Iglesia tiene como misión llevar a sus hijos a Dios, a su destino eterno. Pero no se desentiende de las tareas humanas; por su misma misión espiritual, mueve a sus hijos y a todos los hombres a que tomen conciencia de la raíz de donde provienen todos los males, y urge a que pongan remedio a tantas injusticias, a las deplorables condiciones en que viven muchos hombres, que constituyen una ofensa al Creador y a la dignidad humana. La esperanza en el Cielo "no debilita el compromiso en orden al progreso de la ciudad terrena, sino por el contrario le da sentido y fuerza. Conviene ciertamente distinguir bien entre progreso terreno y crecimiento del Reino, ya que no son del mismo orden. No obstante, esta distinción no supone una separación, pues la vocación del hombre a la vida eterna no suprime sino que confirma su deber de poner en práctica las energías y los medios recibidos del Creador para desarrollar su vida temporal"12.

Nosotros somos corredentores con Cristo, y hemos de preguntarnos si llevamos a nuestros familiares y amigos el don más preciado que tenemos: la fe en Cristo; y junto a este bien incomparable, nos sentimos movidos, charitas enim Christi urget nos13, nos urge la caridad de Cristo, a promover a nuestro alrededor un mundo más justo y mas humano.

III. Curad a los enfermos, resucitad a los muertos, sanad a los leprosos...

Desde el comienzo de la Iglesia, los fieles cristianos llevaban la fe por todas partes, y también desde aquellos primeros momentos una multitud de cristianos "han dedicado sus fuerzas y sus vidas a la liberación de toda forma de opresión y a la promoción de la dignidad humana. La experiencia de los santos y el ejemplo de tantas obras de servicio al prójimo constituyen un estímulo y una luz para las iniciativas liberadoras que se imponen hoy"14, quizá con más urgencia que en otras épocas.

La fe en Cristo nos mueve a sentirnos solidarios de los demás hombres en sus problemas y carencias, en su ignorancia y falta de recursos económicos. Esta solidaridad no es "un sentimiento superficial por los males de tantas personas, cercanas o lejanas", sino "la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común; es decir, por el bien de todos y cada uno, para que todos seamos verdaderamente responsables de todos"15. La fe nos lleva a sentir un hondo respeto por las personas, por toda persona, a no permanecer jamás indiferentes ante las necesidades de los demás: curad a los enfermos, resucitad a los muertos, sanad a los leprosos, arrojad a los demonios... Seguir a Cristo se manifestará en obras de justicia y de misericordia, en el interés por conocer los principios de la doctrina social de la Iglesia y en llevarlos a cabo en primer lugar en nuestro propio ámbito, donde se desarrolla nuestra vida.

De cada uno de nosotros se debería poder decir al final de la vida que, como Jesucristo, pasó haciendo el bien16: en la familia, en los compañeros de trabajo, en los amigos, en aquellos que encontramos en el camino por cualquier motivo. "Los discípulos de Jesucristo hemos de ser sembradores de fraternidad en todo momento y en todas las circunstancias de la vida. Cuando un hombre o una mujer viven intensamente el espíritu cristiano, todas sus actividades y relaciones reflejan y comunican la caridad de Dios y los bienes del Reino. Es preciso que los cristianos sepamos poner en nuestras relaciones cotidianas de familia, amistad, vecindad, trabajo y esparcimiento, el sello del amor cristiano, que es sencillez, veracidad, fidelidad, mansedumbre, generosidad, solidaridad y alegría"17.

1 Cfr. Mt 9, 38; Jn 4, 38; Mt 22, 3. — 2 Lc 10, 16. — 3 Jn 20, 21. — 4 Cfr. Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 3. — 5 Mt 10, 7, 15 — 6 Cfr. Mc 16, 15; Mt 28, 18-20. — 7 Benedicto XV, Enc. Humani generis Redemptionem, 15-VI-1917. — 8 Conc. Vat. II, Decr. Apostolicam actuositatem, 2. — 9 San Josemaría Escrivá, Amar a la Iglesia, Palabra, Madrid 1986, p. 49 — 10 Jn 10, 10. — 11 J. M. Casciaro, Jesucristo y la sociedad política, Palabra, 3ª ed., Madrid 1973, p. 114 — 12 S. C. para la doctrina de la fe, Instr. Libertad cristiana y liberación, 22-II-1986, 60. — 13 2 Cor 5, 14. — 14 S. C. para la doctrina de la fe, o. c., 57. — 15 Juan Pablo II, Enc. Sollicitudo rei socialis, 3-XII-1987, 38. — 16 Cfr. Hech 10, 38 — 17 Conferencia Episcopal Española, Instr. Past. Los católicos en la vida pública, 22-IV-1986, 111.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

San Cristóbal
Mártir
Siglo III

Cristóbal significa "el que carga o portador de Cristo".

San Cristóbal, popularísimo gigantón que antaño podía verse con su barba y su cayado en todas las puertas de las ciudades: era creencia común que bastaba mirar su imagen para que el viajero se viese libre de todo peligro durante aquel día. Hoy que se suele viajar en coche, los automovilistas piadosos llevan una medalla de san Cristóbal junto al volante.

¿Quién era? Con la historia en la mano poco puede decirse de él, como mucho que quizá un mártir de Asia menor a quien ya se rendía culto en el Siglo v. Su nombre griego, "el portador de Cristo", es enigmático, y se empareja con una de las leyendas más bellas y significativas de toda la tradición cristiana. Nos lo pintan como un hombre muy apuesto de estatura colosal, con gran fuerza física, y tan orgulloso que no se conformaba con servir a amos que no fueran dignos de él.

Cristóbal sirvió  primero a un rey, aparente señor de la tierra,  a quién Cristóbal vío temblando un día cuando le mencionaron al demonio.

Cristóbal entonces decidió ponerse al servicio del diablo, verdadero príncipe de este mundo, y buscó a un brujo que se lo presentara. Pero en el camino el brujo pasó junto a una Cruz, y temblando la evitó. Cristóbal le pregunto entonces si él le temía a las cruces, contestándole el brujo que no, que le temía a quién había muerto en la Cruz, Jesucristo. Cristóbal le pregunto entonces si el demonio temía también a Cristo, y el brujo le contestó que el diablo tiembla a la sola mención de una Cruz donde murió el tal Jesucristo.

¿Quién podrá ser ese raro personaje tan poderoso aun después de morir? Se lanza a los caminos en su busca y termina por apostarse junto al vado de un río por donde pasan incontables viajeros a los que él lleva hasta la otra orilla a cambio de unas monedas. Nadie le da razón del hombre muerto en la cruz que aterroriza al Diablo.

Hasta que un día cruza la corriente cargado con un insignificante niño a quien no se molesta en preguntar; ¿qué va a saber aquella frágil criatura? A mitad del río su peso se hace insoportable y sólo a costa de enormes esfuerzos consigue llegar a la orilla: Cristóbal llevaba a hombros más que el universo entero, al mismo Dios que lo creó y redimió. Por fin había encontrado a Aquél a quien buscaba.

--¿Quién eres, niño, que me pesabas tanto que parecía que transportaba el mundo entero?--Tienes razón, le dijo el Niño. Peso más que el mundo entero, pues soy el creador del mundo. Yo soy Cristo. Me buscabas y me has encontrado. Desde ahora te llamarás Cristóforo, Cristóbal, el portador de Cristo. A cualquiera que ayudes a pasar el río, me ayudas a mí.

Cristóbal fue bautizado en Antioquía. Se dirigió sin demora a predicar a Licia y a Samos. Allí fue encarcelado por el rey Dagón, que estaba a las órdenes del emperador Decio. Resistió a los halagos de Dagón para que se retractara. Dagón le envió dos cortesanas, Niceta y Aquilina, para seducirlo. Pero fueron ganadas por Cristóbal y murieron mártires. Después de varios intentos de tortura, ordenó degollarlo. Según Gualterio de Espira, la nación Siria y el mismo Dagón se convirtieron a Cristo.

San Cristóbal es un Santo muy popular, y poetas modernos, como García Lorca y Antonio Machado, lo han cantado con inspiradas estrofas. Su efigie, siempre colosal y gigantesca, decora muchísimas catedrales, como la de Toledo, y nos inspira a todos protección y confianza.

Sus admiradores, para simbolizar su fortaleza, su amor a Cristo y la excelencia de sus virtudes, le representaron de gran corpulencia, con Jesús sobre los hombros y con un árbol lleno de hojas por báculo.

Es patrono de los transportadores y automovilistas.

_____________________________________________________________Pacífico, Beato Franciscano, 10 de julio  

Pacífico, Beato

Trovador

Etimológicamente significa "portador de paz". Viene de la lengua latina.

Nacido en Marches (Italia) y entró a la casa del Padre en Lens (Hainaut, Bélgica) alrededor del año 1234.

Fue uno de los compañeros predilectos de san Francesco que le impuso el nombre de Pacífico. Después de una vida mundana, habiendo sido un célebre trovador, apodado el "Rey de los versos" a partir de que el emperador lo había coronado como "Príncipe de los poetas" en el Capitolio. Inició su camino de conversión a la edad de cincuenta años, luego de escuchar a San Francisco cuando este predicaba en San Severino Marche, este lo recibió entre los suyos

En 1217 lo envió para que implantara la orden en París. Al regresar a Italia (1223). Pacífico fue nombrado visitador de las clarisas.

Fue él quien hizo escuchar por primera vez el Cántico del sol que acababa de componer el Poverello (1225). Nuevamente la gente de Asís luchaba entre sí unos sosteniendo al obispo que había excomulgado al podestá, los otros apoyando a este último. Todo mundo estaba ahí cuando el viejo trovador entonó con su hermosa voz: "Loado seas tú Señor, por todas las creaturas y particularmente por mi Señor el Hermano Sol que da el día y que nos ilumina". El podestá se había levantado de inmediato se lee en el Speculum, las manos juntas, los ojos anegados de lágrimas escuchaba piadosamente.

"Loado seas tu Señor por la Hermana Tierra nuestra madre, que nos lleva y nos alimenta".

Aquí es donde Francia había puesto su llamado al perdón: "Loado seas tú, Señor, por aquellos que perdonan y perseveran en la paz, pues por ti, oh Altísimo, serán coronados". Al oír esas palabras todos se echaron a llorar. El podestá se arrojó de rodillas a los pies del obispo: "Aunque él hubiese matado a mi propio hijo" -dijo- "no hay hombre en este mundo a quien en este momento no quisiese perdonar por el amor de Dios y de su siervo Francisco. Estoy listo Señor a darte la satisfacción con que me pidas". El obispo lo levantó y lo besó tiernamente diciendo "Yo también te pido perdón. Excusa mi falta de humildad y por haber cedido, una vez más, a mi cólera"

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Rufina y Segunda, Santas Mártires de Roma, 10 de julio  

Rufina y Segunda, Santas

Mártires

Martirologio Romano: En la vía Cornelia, a nueve miliarios de la ciudad de Roma, santas Rufina y Segunda, mártires (s. inc.).

Etimológicamente: Rufina = Aquella de cabellera pelirroja o rojiza, es de origen latino

Etimológicamente: Segunda = La número dos, es de origen latino

 

Un hombre llamado Nicodemo fue a visitar a Jesús de noche. De él aprendió que, a menos que no se "nazca de nuevo", nadie puede ver las realidades de Dios.

La reconciliación y el perdón se cuentan entre esas limpias fuentes que abren a un nuevo nacimiento.

Esta dos chicas nacieron en Roma bajo el emperador Valeriano, que llevaría a cabo una terrible persecución contra los cristianos.
Eran jóvenes. Estaban prometidas con sus novios, llamados Armentario y Verino.

Ellos eran también cristianos, pero apostataron de su fe en el Señor Jesús por miedo a la muerte. Consiguieron de la autoridades el libelo, un documento especial para estos casos.

Pensaban que iban a hacer como ellos. Las dos chicas tuvieron que salir de Roma porque sus prometidos se pusieron muy pesados y eran un incordio continuo.

Se marcharon a Etri, en donde había una finca de recreo. Era un chalet a las afueras de la gran urbe.

Sus novios las descubrieron y las denunciaron ante el gobernador Aequesilao.

Ante su presencia, con todo el amor del mundo y naciendo de nuevo, ratificaron que eran cristianas. Y sin ningún juicio, les cortaron las cabezas tal día como hoy del año 257.

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Fuente: Franciscanos.org
Manuel Ruiz y Compañeros, Beatos Mártires en Damasco, 10 de julio  

Manuel Ruiz y Compañeros, Beatos

Mártires

Martirologio Romano: En Damasco, en Siria, muerte de los mártires beatos Manuel Ruiz, presbítero, y compañeros, de los cuales siete eran de la Orden de los Hermanos Menores y los otros tres, que eran hermanos carnales, pertenecían a la Iglesia maronita. Entregados fraudulentamente por un traidor, sufrieron toda clase de vejaciones a causa de su fe, consiguiendo la palma del martirio con una muerte gloriosa (1860).

Etimológicamente: Manuel = Dios esta con nosotros, es de origen hebreo,

 

En la noche del 9 al 10 de julio de 1860, fueron martirizados en Damasco por los drusos musulmanes ocho frailes franciscanos y tres católicos maronitas seglares, hermanos de sangre. A todos ellos, once en total, los beatificó Pío XI el 10 de octubre de 1926. Cuyos nombres son: beatos Carmelo Volta, Pedro Soler, Nicolás Alberga, Engelberto Kolland, Ascanio Nicanor, presbíteros; Manuel Ruiz, Francisco Pinazo y Juan Santiago Fernández, religiosos de la Orden de los Hermanos Menores; Francisco, Moocio y Rafael Massabki, hermanos carnales.

El 9/10 de julio de 1860, llegaron a su apogeo las matanzas de cristianos que los drusos y los turcos llevaban a cabo en toda Siria. Damasco sobre todo fue testigo de una horrorosa carnicería, en la que por el hierro y por el fuego perdieron la vida muchos cientos de cristianos, víctimas del furor anticristiano de turbas fanatizadas.

Había a la sazón ocho religiosos franciscanos en el convento de Damasco, uno era natural del Tirol y los otros siete españoles, a saber: el padre Manuel Ruiz, superior de la casa, nacido en San Martín de Ollas (Santander) el año 1804, que tomó el hábito franciscano en la Provincia de la Inmaculada Concepción; el padre Carmelo Bolta, párroco de los católicos de Damasco, natural de Real de Gandía (Valencia), nacido en 1803, hijo de la Seráfica Provincia de Valencia, activo y profundamente instruido; el padre
Engelberto Kolland, nacido en Ramsau el año 1827, de la Provincia de San Leopoldo (Austria), alegre, conocedor de seis idiomas, y teniente cura del padre Carmelo; el padre Nicanor Ascanio, de Villarejo, provincia de Madrid, nacido en 1814, religioso exclaustrado que se ordenó como sacerdote del clero secular, a quien siendo vicario de las Concepcionistas de Aranjuez, la venerable sor Patrocinio predijo su martirio y hasta mandó esculpir su imagen, y que se incorporó al Colegio de Priego cuando éste se fundó; el padre Nicolás M. Alberca y Torres, de Aguilar de la Frontera (Córdoba), nacido en 1830, varón inocentísimo y ejemplar religioso; el padre Pedro Nolasco Soler, natural de Lorca (Murcia), nacido en 1827; fray Francisco Pinazo Peñalver, nacido en Alpuente (Valencia) el año 1812 e hijo de la Seráfica Provincia de Valencia, y fray Juan S. Fernández, nacido en Carballeda (Orense) el año 1808; esta dos últimos, exclaustrados, que se incorporaron a la Custodia de Tierra Santa. Todos los ocho se hallaban en el convento de Damasco aquel día nefasto en que, a pesar de las buenas palabras del gobernador, arreciaban las matanzas.

Como los religiosos

Manuel Ruiz y Compañeros, Beatos

Paúles y las Hermanas de la Caridad, fueron los franciscanos invitados a refugiarse en el palacio de Ab-el-Kader, mas los frailes, que ningún mal habían hecho a nadie y veían a muchos cristianos temerosos refugiados en el convento franciscano, no quisieron abandonarlo. Cuando oyeron arreciar los golpes en las puertas que amenazaban con echarlas a tierra, se reunieron en la iglesia haciendo fervorosísima oración para que Jesús no los abandonara en tan grave trance, y luego buscaron refugio. El padre Manuel, superior de la comunidad, para evitar toda profanación, sumió el Santísimo Sacramento que había de ser su Viático, ¡y ya era tiempo!, porque los turcos invadían el sagrado recinto. -- "¡Hazte musulmán o mueres!", le dijo un soldado; y él respondió con fortaleza: -- "Mil veces antes la muerte". Colocó su cabeza sobre el altar y se consumó el primer sacrificio. A cada religioso que sorprendían en la celda, en las terrazas, en los claustros, repicaban las campanas, y así uno tras otro fueron martirizados a golpes o a tiros, de cien diversos modos, cebándose su rabia y furor en la mansedumbre de los ocho franciscanos, admirables en sus respuestas, dignas de los primeros cristianos.

Sus cadáveres mutilados fueron arrojados en lugares inmundos, siendo algún tiempo después sacados de allí y colocados honoríficamente. Estos ocho invictos confesores de Cristo, junto con tres católicos maronitas, hermanos de sangre:
Francisco, Abdel Moti y Rafael Masabki, fueron beatificados solemnemente por Su Santidad Pío XI el 10 de octubre de 1926.

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Victoria y Anatolia, Santas Virgenes y Mártires, 10 de julio  

Victoria y Anatolia, Santas

Virgenes y Mártires

Martirologio Romano: En Sabina, santas Anatolia y Victoria, mártires (s. inc.).

Etimología: Victoria = Aquella que resulta vencedora, es de origen latino. Anatolia = amanecer, es de origen griego.

 

Estas dos chicas eran muy amigas. Victoria tenía novio y se iba a casar pronto con él.

Quería que Anatolia, también muy guapa, hiciera los mismo. Incluso Eugenio, novio de Victoria, quiso buscarle un novio.

Pero ella insistía una y otra vez:" Es inútil que me lo digáis. No me casaré nunca".

Su amiga le contestaba que san Pedro estuvo casado y que los sacerdotes enseñan que el matrimonio es agradable al Señor.

Y ella repetía:"Le es más agradable la virginidad".

¿Cómo lo sabes?, volvía a preguntarle.
Y respondía: "Me lo ha dicho mi ángel de la guarda".

Se le apareció el ángel y le dijo: "El matrimonio es bueno, pero la virginidad es mejor; el matrimonio es de plata y la virginidad es de oro".

Estas palabras conmovieron tanto a Victoria que, desde ese instante, dejó aparte su noviazgo para seguir virgen.

Entonces, los dos jóvenes encerraron a las dos hermanas en sus casas de campo respectivas y trataron de vencerlas por el hambre. Pero al no obtener los resultados deseados las denunciaron al emperador por ser cristianas.

Todo razonamiento resultó inútil. Desesperado el novio, se lanzó sobre Anatolia y la estranguló.

El novio de Victoria quería ganársela con regalos.

Pero como seguía empeñada en su virginidad, le dijo al gobernador que enviase al verdugo para que le diese muerte.

Son dos mártires de los primeros siglos. Su martirio tuvo lugar entre Roma y Rieti.

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Amalberga, Santa Viuda, 10 de julio  

Amalberga, Santa

Viuda

Martirologio Romano: En Tamise, en Flandes, santa Amalberga, a quien san Wilibrordo impuso el velo de las vírgenes consagradas (s. VIII).

 

También es conocida como Amalburga, Amelia o Amalia.

Personaje del siglo VII, pariente del Beato Pipino de Landen. Siendo muy jóven se casó con el Conde Witger, con quien tuvo tres hijos que son santos de la Iglesia Católica: Gudula, Emeberto y Reinaldo, a quienes educó ella personalmente enseñándoles todo incluso su amor a Dios.

Siendo ya mayores, ella y su esposo ingresaron a monasterios Benedictinos, el Conde al monasterio de Lobbes y Amalberga al de Maubeuge en donde ella llevó una vida ascética y de oración.

Al enviudar recibió el velo de manos de San Wilibrordo.

Murió hacia el año 690 y fue enterrada junto a su marido, en el monasterio de Lobbes. Desde 1073 sus restos están en la iglesia de la abadía de San Pedro Gante, Bélgica.

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Fuente: Franciscanos.net
Nicanor Ascanio, Beato Mártir Franciscano, Julio 10  

Nicanor Ascanio, Beato

Sacerdote y mártir de la Primera Orden Franciscana
(1814‑1860)

Beatificado por Pío XI el 10 de octubre de 1926.

Nicanor Ascanio nació en Villarejo de Salvanes, provincia de Madrid, en 1814. A los 16 años tomó el hábito de los Hermanos Menores, continuó sus estudios y se ordenó sacerdote. Fue director de las Hermanas Concepcionistas y párroco en su tierra natal. Oración, penitencia, celo de la gloria del Señor, deseo de consagrarse por entero a las misiones hicieron de él un sacerdote modelo.

En los años juveniles había soñado en la vida apostólica, el sacrificio y el martirio, pero durante 26 años esos deseos se habían quedado en meros sueños. La venerable Sor María de los Dolores, muerta con fama de santidad el 27 de enero de 1891, le había asegurado que Dios lo quería misionero en Tierra Santa y mártir en la patria de Jesús. El Beato Nicanor, obediente a la voz del cielo, muchas veces oída en sus largas horas de oración, parte lleno de gozo para Tierra Santa, tierra que sería para él teatro de dinámico apostolado, de luchas, de sacrificios y de martirio.

Llegado a Jerusalén, oró intensamente junto al Santo Sepulcro, el Calvario y Getsemaní, en la gruta de Belén y en todos los demás santuarios. Fue enviado a Damasco para aprender la lengua árabe bajo la dirección del Beato Carmelo Volta, cuando se avecinaba la persecución religiosa.

El 10 de julio de 1860 los musulmanes lo conminaron a renunciar a la fe cristiana y abrazar la religión de Mahoma si quería salvar su vida. Nicanor, todavía poco conocedor de la lengua árabe, no comprendió de inmediato lo que se le pedía, pero en cuanto lo pudo entender, respondió enérgicamente: "Soy cristiano, mátenme. Yo creo en Cristo y no en el profeta Mahoma!". Al instante fue asesinado cortándole la cabeza. Así se cumplieron las voces misteriosas que había escuchado muchas veces en su corazón y la profecía de la hermana concepcionista María de los Dolores.

Fue un episodio tristísimo, debido más que todo al fanatismo y a la crueldad de los drusos, los cuales la noche entre el 9 y el 10 de julio en Damasco hicieron una irrupción en el convento de los franciscanos, en el barrio cristiano, centro reconocido y floreciente. También se habían refugiado dentro tres cristianos maronitas, martirizados junto con los ocho franciscanos.
Nicanor en el momento del martirio tenía 46 años.

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Fuente: Franciscanos.net
Engelberto Kolland, Beato Mártir Franciscano, Julio 10  

Engelberto Kolland, Beato

Sacerdote y mártir de la Primera Orden
(1827‑1860)

Beatificado por Pío XI el 10 de octubre de 1926.

Engelberto Kolland, joven religioso, cayó mártir de Cristo a la edad de 33 años años. Había nacido el 21 de septiembre de 1827 en Ramsau, en Austria, hijo de Cayetano y de María Sporer, de condición modesta pero ricos en virtudes cristianas. El padre, en el verano, dejaba a sus hijos en casa de María Brugger para ir a Estiria con su esposa a trabajar como leñador y ganar un pedazo de pan. Los hijos estaban en manos seguras, en la escuela de la Señora Brugger, crecieron buenos, instruidos y fervorosos cristianos.

Engelberto tenía un carácter vivaz e inquieto pero en el momento de la oración se calmaba y se ponía en actitud tan devota que parecía un santo. El arzobispo de Salzburgo, en una visita a las parroquias de Zell, conoció al pequeño Engelberto, vislumbró en él síntomas de vocación y que podría llegar a ser un óptimo sacerdote, lo admitió gratuitamente en el seminario diocesano. Después de cuatro años fue retirado porque era demasiado inquieto. Al volver a la familia, trabajó con su padre por un año, luego retomó los estudios porque sentía en su corazón una voz misteriosa que lo llamaba al servicio de Dios. Un día se encontró por la calle un grupo de jóvenes novicios franciscanos. Los observó atentamente, y quedó impresionado por su modestia y su recogimiento. Volviéndose a sus compañeros exclamó : "Yo seré pronto como uno de ellos !". Mantuvo su palabra. Después de algunos meses tomó el hábito religioso en la Orden de los Hermanos Menores.

El 13 de julio de 1851, en Bolzano, subía por primera vez al altar de Dios para inmolar la víctima divina. Agradecido al Señor por esta gracia, prometió partir para la Custodia de Tierra Santa, pero este deseo sólo se realizó algunos años más tarde. En este período trabajó como coadjutor en la parroquia franciscana de Bolzano e intensificó el estudio de diversas lenguas: alemán, latín, inglés, italiano, francés y árabe, bajo la dirección de un antiguo misionero de Tierra Santa, el padre Vergeiner.

En 1855 llegó al país de Jesús y fue destinado como coadjutor del Beato Carmelo en la parroquia latina de Damasco, donde se empeñó con celo apostólico hasta el momento del sacrificio supremo. Su seráfica serenidad lo hizo querer de todos y todos lo llamaban "Abuna Melac", es decir, Padre Angel.

Al momento de la irrupción de los Drusos Engelberto se encontraba en casa de una señora greco‑católica, pronto fue localizado y reconocido por los musulmanes, quienes le intimaron renunciar a la fe y hacerse seguidor de Mahoma. La respuesta fue un No rotundo. Antes de ser asesinado se dirigió al verdugo: "Amigo, ¿qué mal he hecho para que me mates?". La respuesta fue esta: "El único motivo es porque eres cristiano". Fue asesinado con repetidos golpes de hacha en la cabeza.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Francisco, Abdel Moti y Rafael Masabki, Beatos Mártires Maronitas, Julio 10  

Francisco, Abdel Moti y Rafael Masabki, Beatos

Mártires Maronitas en Damasco
Hermanos Consanguíneos

Según consta en el Directorio Santoral Franciscano, el 10 de Julio, se recuerda a 8 frailes franciscanos y 3 católicos maronitas seglares, de la familia Masabki,- que fueron martirizados en Damasco en 1860.

El año 1860 es un período impreso en la mente de todos los cristianos y no cristianos de Siria y del Líbano, pues en ella se perpetraron crímenes que, si bien no son los únicos, fueron los más sangrientos de los cometidos bajo el Imperio Otomano. Los cristianos en este tiempo, una vez más, fueron el blanco del extremismo y de la impiedad. Muchos de estos hombres fueron masacrados en Damasco y en el Líbano por los agentes de la autoridad turca con el propósito de amedrentar a los creyentes y subrogarlos al régimen imperante. Grupos de extremistas y fundamentalistas religiosos recorrían las calles invadiendo las casas de los cristianos para obligarles a renunciar a sus creencias y usurparles sus bienes.

En la noche del 9 al 10 de Julio de 1860, llegó a su apogeo la matanza de cristianos que los drusos y los turcos realizaron en toda Siria. Damasco, sobre todo, fue testigo del asesinato de cientos de personas víctimas del furor anticristiano.

Los tres hermanos Masabki, Francisco, Abdel Moti y Rafael, pertenecían a una familia maronita muy conocida en Siria. Uno de ellos era profesor en la Escuela de los Padres Franciscanos, los otros dos eran comerciantes; habían acudido al convento en busca de asilo y protección.

Cuando oyeron arreciar los golpes en las puertas del Convento, se reunieron en la iglesia haciendo oración para que Jesús no los abandonara. El padre
Manuel Ruiz, superior de la comunidad, para evitar toda profanación protegió el Santísimo Sacramento, porque los turcos invadían el sagrado recinto. "¡Hazte musulmán o mueres!" le dijo un soldado; y él respondió con fortaleza: "Mil veces antes la muerte". Colocó su cabeza sobre el altar y se consumó el primer sacrificio.

Mientras los tres hermanos se encontraban rezando ante la imagen de la Madre Dolorosa, uno de los jefes anarquistas preguntó por los Masabki. Francisco se dio a conocer, inquiriendo qué querían de ellos. El jefe insitó a que toda la familia Masabki abjurara de su fe y se convertirse al islam. Frente a este planteo Francisco le contestó: "Señor hemos nacido cristianos y queremos morir cristianos", mirando a sus hermanos, les alentó a no temer y a confesar su fe. Todos respondieron ratificando su fe cristiana, afirmando que también deseaban morir en esa condición. Inmediatamente se recrudeció la violencia y los tres hermanos fueron brutalmente asesinados junto a los frailes franciscanos el 10 de Julio de 1864. A todos ellos, once en total, los beatificó Pío XI el 10 de octubre de 1926.

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Fuente: ArchiMadrid.es
Canuto de Dinamarca, Santo Mátir, 10 de julio  

Canuto de Dinamarca, Santo

Mártir
Parono de Dinamarca

Martirologio Romano: En Odense, ciudad de Dinamarca, san Canuto, mártir, rey de ardiente celo, que dio gran esplendor al culto en su reino, promovió el estado clerical y asentó sólidamente las iglesias de Lund y Odense, siendo finalmente asesinado por unos sediciosos (1086).

Etimológicamente: Canuto = Aquel que es imprescindible,es de origen germánico.

 

Canuto IV el Santo (en danés, Knud den Hellige) (1040 - 1086) reinó en Dinamarca desde 1080 hasta su asesinato en 1086. Era hijo natural de Sven II rey de Inglaterra. Sucedió a su hermano Harald III Hen.

Desde joven resaltan en él las mejores cualidades para la lucha y posee apreciadas dotes de conquistador. Pelea contra los piratas que destrozan las costas del reino y logra limpiar los mares; sale vencedor en las sangrientas guerras contra los vendos paganos. Crece más y más su estima entre el pueblo. Pero a la muerte de su padre usurpa el trono su hermano Harald porque la nobleza prefiere un rey flojo y estúpido, que muere a los dos años. Entonces es cuando sube al trono Canuto, corriendo el año 1080.

Se esfuerza por restablecer las buenas costumbres ya que se ha encontrado con un reino que aún sufre los tropiezos del paganismo. Purga al pueblo de vicios y desórdenes. Guerrea contra Estonia y añade a Dinamarca los territorios de Curlandia y Samogitia. Parece que no por ambición, sino por piedad; de hecho, inmediatamente manda misioneros que evangelicen a los habitantes de esas tierras.

Como suele suceder en un rey, se casó con Adela, hija de Roberto, conde de Flandes, de quien tuvo a Carlos el Bueno.

Dispone las cosas del reino con leyes humanas, sabias y prudentes. Hace por los menesterosos, construye hospitales, su tesoro es para los pobres. Favorece la misión de la Iglesia con la construcción de templos y patrocinando monasterios.

Precisamente la cuestión de los diezmos le indispone con los nobles. Intenta desarraigar en el pueblo la mala costumbre de atribuir únicamente a los pecados de los clérigos la causa de las calamidades que periódicamente afligen al pueblo, las enfermedades, catástrofes y todo tipo de desórdenes naturales.

Por su parte, adopta actitudes penitenciales. Tiene una piedad grande que le lleva a traer después de invadir Inglaterra, las reliquias de san Albano. Entre todas las actitudes religiosas destaca su amor y veneración por la Eucaristía. Sinceramente es capaz de poner a los pies de Cristo crucificado su espada, su corona y las insignias reales ¡y lo hace!

Es traicionado por su hermano Olao. Un día que asiste a la Misa en Odense, en la isla de Fünen y en la iglesia de san Albano, acompañado por algunos leales, los rebeldes capitaneados por Blacon rodean la Iglesia. Después de haber confesado y comulgado, muere asaeteado, perdonando a sus enemigos. Fue un 10 de enero del 1087. Es canonizado y proclamado primer santo de Dinamarca el año 1.100. El Papa Clemente X reconoce su culto para toda la Iglesia.

En nuestra época puede resultarnos extraña la figura de un santo rudo, peleón, invasor de tierras extrañas y exigente sin contemplaciones. Parece convencernos más su bondad con los pobres, su compasión con el débil, su piedad y penitencia. Pero él hizo lo que pudo para ser leal consigo mismo, bueno con su pueblo y fiel con la Iglesia. Eso era lo que le pedía el siglo de hierro, aquel oscuro tiempo bárbaro y turbulento.

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Pedro Vincioli, Santo Abad, 10 de julio  

Pedro Vincioli, Santo

Monje y Arquitecto

Martirologio Romano: En Perugia, de la Umbría, san Pedro Vincioli, presbítero y abad, que reedificó una antigua iglesia dedicada a san Pedro que amenazaba ruina, y a ella unió un monasterio en el que, venciendo gran oposición y con gran paciencia, introdujo los usos y costumbres cluniacenses (1007).

Etimológicamente: Pedro = Aquel que es firme como la piedra, es de origen latino.

 

Uno de los monumentos más importantes de Peregia es la iglesia de san Pedro. Se ve a distancia en virtud o gracias a su campanario octogonal. Representa realmente algo bello con las líneas renacentistas del 1400 y 1500.

Pero lo más antiguo es la iglesia de san Pedro Vincioli, que vivió en el siglo X. Ya había otra iglesia más pequeña en honor de san Pedro, que fue fundada por san Escolano, Obispo y patrono de Peregia. Era la ciudad un maremagno de paganos y algunos cristianos que rezaban en su pequeña iglesia.

A Pedro le encantaba el arte que armonizaba con su entrega pastoral a todo el mundo. El Papa lo nombró abad de la iglesia y del monasterio al mismo tiempo.

Si hay que definir o entresacar la característica más importante de Pedro, sería, sin duda, su caridad para con los pobres y abandonados de la ciudad.

Estuvo a punto de morir a manos de unos ladrones , pero esta vez se salvó de la muerte que, realmente, le sobrevino de forma natural en el año 1707.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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