JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (8, 28-34)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, cuando Jesús desembarcó en la otra orilla del lago, en tierra de los gadarenos, dos endemoniados salieron de entre los sepulcros y fueron a su encuentro. Eran tan feroces, que nadie se atrevía a pasar por aquel camino.
Los endemoniados le gritaron a Jesús: "¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Acaso has venido hasta aquí para atormentarnos antes del tiempo señalado?" No lejos de ahí había una numerosa piara de cerdos que estaban comiendo.
Los demonios le suplicaron a Jesús: "Si vienes a echarnos fuera, mándanos entrar en esos cerdos". El les respondió: "Está bien".
Entonces los demonios salieron de los hombres, se metieron en los cerdos y toda la piara se precipitó en el lago por un despeñadero y los cerdos se ahogaron.
Los que cuidaban los cerdos huyeron hacia la ciudad a dar parte de todos aquellos acontecimientos y de lo sucedido a los endemoniados.
Entonces salió toda la gente de la ciudad al encuentro de Jesús, y al verlo, le suplicaron que se fuera de su territorio.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
Dios salva al que cumple su voluntad
Feria de la 13a. semana del Tiempo Ordinario
Adoremos de rodillas al Señor
Antífona de Entrada Entremos y adoremos de rodillas al Señor, creador nuestro, porque él es nuestro Dios.
Oración Colecta
Oremos: Señor, que tu amor incansable cuide y proteja siempre a estos hijos tuyos, que han puesto en tu gracia toda su esperanza.
Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Amós (5, 14-15. 21-24)
Esto dice el Señor: "Busquen el bien, no el mal, y vivirán, y así estará con ustedes, como ustedes mismos dicen, el Señor, Dios de los ejércitos. Aborrezcan el mal y amen el bien, implanten la justicia en los tribunales; quizá entonces el Señor, Dios de los ejércitos, tenga piedad de los sobrevivientes de José.
Yo desprecio y detesto las fiestas de ustedes, no me agradan sus solemnidades.
Aunque me ofrezcan holocaustos, no aceptaré sus ofrendas ni miraré con agrado sus sacrificios de novillos gordos.
Alejen de mí el ruido de sus canciones; no quiero escuchar la música de sus arpas. Que fluya la justicia como el agua y la bondad como un torrente inagotable".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Salmo 49
Dios salva al que cumple su voluntad.
Israel, pueblo mío, escucha atento; en contra tuya, yo, tu Dios, declaro:
Dios salva al que cumple su voluntad.
"No voy a reclamarte sacrificios, pues siempre están ante mí tus holocaustos.
Pero ya no aceptaré becerros de tu casa ni cabritos de tus rebaños.
Dios salva al que cumple su voluntad.
Pues todas las fieras de la selva son mías y hay miles de bestias en mis montes. Conozco todos los pájaros del cielo y es mío cuanto se mueve en los campos.
Dios salva al que cumple su voluntad.
Si yo estuviera hambriento, nunca iría a decírtelo a ti, pues todo es mío. ¿O acaso yo como carne de toros y bebo sangre de cabritos?
Dios salva al que cumple su voluntad.
¿Por qué citas mis preceptos y hablas a toda hora de mi pacto, tú, que detestas la obediencia y echas en saco roto mis mandatos?"
Dios salva al que cumple su voluntad.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Por su propia voluntad el Padre nos engendró por medio del Evangelio, para que fuéramos, en cierto modo, primicias de sus creaturas.
Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (8, 28-34)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, cuando Jesús desembarcó en la otra orilla del lago, en tierra de los gadarenos, dos endemoniados salieron de entre los sepulcros y fueron a su encuentro. Eran tan feroces, que nadie se atrevía a pasar por aquel camino.
Los endemoniados le gritaron a Jesús: "¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Acaso has venido hasta aquí para atormentarnos antes del tiempo señalado?" No lejos de ahí había una numerosa piara de cerdos que estaban comiendo.
Los demonios le suplicaron a Jesús: "Si vienes a echarnos fuera, mándanos entrar en esos cerdos". El les respondió: "Está bien".
Entonces los demonios salieron de los hombres, se metieron en los cerdos y toda la piara se precipitó en el lago por un despeñadero y los cerdos se ahogaron.
Los que cuidaban los cerdos huyeron hacia la ciudad a dar parte de todos aquellos acontecimientos y de lo sucedido a los endemoniados.
Entonces salió toda la gente de la ciudad al encuentro de Jesús, y al verlo, le suplicaron que se fuera de su territorio.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Señor, Dios nuestro, tú que nos has dado este pan y este vino para reparar nuestras fuerzas, conviértelos para nosotros en sacramento de vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio Común III
Alabanza a Dios por la creación y la redención del hombre
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Pues por medio de tu amado Hijo, eres el creador del género humano, y también el autor bondadoso de la nueva creación.
Por eso, con razón te sirven todas las criaturas, con justicia te alaban todos los redimidos, y unánimes te bendicen tus santos.
Con ellos, también nosotros, a una con los ángeles, cantamos tu gloria gozosos diciendo: Santo, Santo, Santo… Antífona de la Comunión Demos gracias al Señor por su misericordia, por las maravillas que hace por su pueblo; porque da de beber al que tiene sed y les da de comer a los hambrientos.
Oración después de la Comunión Oremos: Señor, tú que has querido hacernos participar de un mismo pan y de un mismo cáliz, concédenos vivir de tal manera unidos en Cristo, que nuestro trabajo sea eficaz para la salvación del mundo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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† Meditación diaria
13ª Semana. Miércoles
LA OPORTUNIDAD PERDIDA
— El Señor se presenta, en ocasiones, de manera distinta a como nosotros le esperábamos.
— Desprendimiento para ver a Jesús y para hacer su voluntad cuando no coincide con la nuestra.
— Mirar con fe las circunstancias humanamente desfavorables, y descubrir en ellas al Señor.
I. Llegó Jesús a la otra orilla del lago, a la región de los gadarenos, en tierra de gentiles1; quizá busca un sitio retirado para descansar con sus discípulos. Allí curó el Señor a dos endemoniados que le salieron al encuentro. Cerca del lugar había una piara de cerdos; los demonios le rogaron que, si los expulsaba de estos hombres atormentados, los enviara a la piara. Y el Señor se lo permitió. Y ellos salieron y entraron en los cerdos. Entonces toda la piara corrió con ímpetu por la pendiente hacia el mar y pereció en el agua. Los porqueros huyeron y al llegar a la ciudad contaron todo, en particular lo de los endemoniados. Ante esto, toda la ciudad salió al encuentro de Jesús y, al verle, le rogaron que se alejara de su región.
Le rogaron que se alejara de aquel lugar. Fue la gran oportunidad perdida por estas gentes; tuvieron a Dios mismo entre ellos, y no supieron verlo. Quizá nunca más pasó por aquellas tierras. ¡Lo tuvieron tan cerca!, ¡y le rogaron que se alejara! ¡A Aquel que llevaba consigo todos los bienes! ¡Qué poco hospitalario es a veces el mundo para con su Señor! Con frecuencia, para muchos, son los bienes materiales lo que cuenta, y no es raro ver cómo se intenta construir una sociedad en la que el Señor no está presente, no le dejan sitio, "como si Dios no mereciera ningún interés en el ámbito del proyecto operativo y asociativo del hombre"2. El que da sentido a todo es excluido. El Señor ilumina el dolor, la alegría, la vida, la muerte, el trabajo... Y sin Él nada vale la pena. "Exclusión de Dios, ruptura con Dios, desobediencia a Dios; a lo largo de toda la historia humana esto ha sido y es bajo formas diversas el pecado, que puede llegar hasta la negación de Dios y de su existencia, hasta el ateísmo"3. En el fondo de muchas actitudes que rechazan o excluyen la verdad sobrenatural se encuentra un radical materialismo práctico, el aprecio a los bienes materiales por encima de todo, que impide ver la acción del Señor en lo que nos rodea.
Nosotros decimos a Jesús que queremos ponerle en la cima de todas las tareas humanas, a través de un trabajo profesional hecho a conciencia; que queremos que entre de lleno en nuestra vida, en la familia, que dé sentido a lo que somos y a lo que poseemos: a nuestra inteligencia, a nuestro corazón, a la amistad, a los amores limpios de cada uno según su peculiar vocación. Le decimos que queremos estar vigilantes, como el centinela, para darle entrada en el alma, también cuando se presente de una manera distinta a como le esperábamos.
II. Aquellos gentiles, a pesar del milagro relatado por los porqueros y de ver libres y sanos a los dos endemoniados, no quisieron recibir a Jesús. ¡Cómo se hubieran llenado de bienes sus casas y, sobre todo, sus almas!; pero estaban ciegos para los bienes espirituales. Como ocurre hoy a tantos; muchos tienen sus proyectos para ser felices, y demasiado a menudo miran a Dios simplemente como alguien que les ayudará a llevarlos a cabo. "El estado verdadero de las cosas es completamente al contrario. Dios tiene sus planes para nuestra felicidad, y está esperando que le ayudemos a realizarlos. Y quede bien claro que nosotros no podemos mejorar los planes de Dios"4.
Algunos cristianos, por estar excesivamente apegados a sus ideas y caprichos, le dicen a Jesús que se retire de su vida, precisamente cuando más cerca estaba y cuando más le necesitaban: al llegar la enfermedad, la contradicción..., cuando se han perdido unos bienes materiales que probablemente era necesario perder para recibir al Bien supremo, que llega, en bastantes ocasiones, por caminos distintos a los que ellos deseaban. Quizá le esperaban en el triunfo, y se presenta en la ruina o en el fracaso; no en el fracaso producido por la desidia, por no haber puesto los medios o el estudio necesario, que debe llevar en todo caso a un acto de contrición y a recomenzar con un propósito firme, sino al fracaso que llega cuando, a nuestro entender, se habían puesto todos los medios humanos y sobrenaturales para salir a flote. Él llega en ocasiones por caminos diferentes a aquellos por los que le estábamos esperando. ¡Cuántas veces la lógica de Dios no coincide con la lógica de los hombres! Es el momento de abrazarse a su santa voluntad: "¿Lo quieres, Señor?... ¡Yo también lo quiero!"5. ¡Cuántas veces, ante la contradicción que no esperábamos, hemos hecho nuestra esta oración, de mil modos repetida!
Se ha dicho que "el plan de Dios es de una pieza". Quizá la conversión de aquellos gentiles habría comenzado por la pérdida de estos cerdos, por el desprendimiento que esto suponía; quizá habrían sido los primeros gentiles en recibir el Bautismo después de la dispersión producida con motivo de la primera persecución en Judea. Al final de la vida, a veces mucho antes, veremos cómo encajan esas piezas que parecían sueltas y sin sentido: todas las cosas concurren para el bien de los que aman a Dios6.
Para descubrir la voluntad del Señor en todos los acontecimientos de la vida, también en los menos gratos, en los que nos han ocasionado perjuicios y molestias, para seguir de cerca a Cristo en toda circunstancia, "hemos de estar seriamente desprendidos de nosotros mismos: de los dones de la inteligencia, de la salud, de la honra, de las ambiciones nobles, de los triunfos, de los éxitos.
"Me refiero también (...) a esas ilusiones limpias, con las que buscamos exclusivamente dar toda la gloria a Dios y alabarle, ajustando nuestra voluntad a esta norma clara y precisa: Señor, quiero esto o aquello solo si a Ti te agrada, porque si no, a mí, ¿para qué me interesa? Asestamos así un golpe mortal al egoísmo y a la vanidad, que serpean en todas las conciencias; de paso que alcanzamos la verdadera paz en nuestras almas, con un desasimiento que acaba en la posesión de Dios, cada vez más íntima y más intensa"7.
Es necesario purificar el corazón de amores desordenados (con frecuencia el amor desordenado de uno mismo, el excesivo apagamiento a los bienes que posee o a los que desearía tener, a las propias ideas y opiniones, a los proyectos que uno se ha hecho acerca de su propia felicidad...) para confiar más en nuestro Padre Dios. Entonces podremos ver con claridad y podremos interpretar acertadamente los acontecimientos, descubriendo siempre a Jesús en ellos.
III. Si no hubiera tenido lugar aquella hecatombe de los cerdos, los porqueros probablemente no habrían bajado al pueblo y sus habitantes no se habrían enterado de que Jesús estaba allí, tan cerca. Si la mujer que encontró al Maestro en Cafarnaún no hubiera estado tantos años enferma y malgastado sus bienes en médicos, no se hubiera quizá acercado al Maestro para tocar la orla de su vestido y no habría oído nunca aquellas palabras consoladoras de Jesús, las más importantes de su vida, que bien valían todos los sufrimientos y los gastos inútiles... Lo que a nosotros nos parece un mal, quizá no lo es tanto; solo el pecado es un mal absoluto, y de él –con amor, con humildad y contrición– se puede sacar el sabrosísimo fruto de un encuentro nuevo con Cristo8, en el que el alma sale rejuvenecida.
Detrás de esos males aparentes (enfermedad, cansancio, dolor, ruina...) encontramos siempre a Jesús que nos sonríe y nos da la mano para sobrellevar esa situación y crecer por dentro. ¡Cómo daría gracias aquel leproso por el mal terrible de su enfermedad, pues fue lo que le llevó a Cristo! Los males de esta vida son una continua llamada a nuestro corazón, que nos dice: ¡el Maestro está aquí y te llama!9. Pero si estamos más apegados a nuestros proyectos, a la salud, a la vida... que a la voluntad de Dios –a veces misteriosa e incomprensible al principio para nosotros–, solo veremos en la desgracia la pérdida de un bien que, siendo relativo y parcial, quizá nosotros hemos convertido en absoluto y definitivo. ¡Qué error tan grande si no supiéramos ver en esos momentos a Jesús que nos visita!
Con una lógica distinta a la nuestra, el Señor va disponiendo los acontecimientos para que, con dolor unas veces y con gusto otras, nos vayamos desprendiendo de todo para que Él llene nuestra existencia entera. Muchas veces hemos de pensar en la acción íntima de Dios en nosotros, pues Él dispone hasta la más pequeña circunstancia para que seamos felices, para facilitar el desprendimiento de nosotros mismos, de nuestros proyectos..., para que seamos santos. A los ojos de Dios "una sola alma tiene más valor que todo el universo, y las maravillas que Dios opera en lo secreto de nuestras vidas son, con mucho, más extraordinarias que todos los esplendores del cosmos material"10. Si estos gentiles hubieran comprendido quién estaba delante de ellos, si hubieran captado el prodigio obrado en aquellos dos hombres que fueron redimidos del demonio, ¿qué hubiera importado la desgracia económica, si por ella habían conocido a Jesús? Habrían dado gracias por ella, invitarían a Jesús y habrían organizado una buena fiesta porque el Maestro estaba con ellos y porque habían recuperado a dos hombres de los suyos.
Si miramos con fe las pequeñas o las grandes desgracias de la vida, terminaremos siempre dando gracias por ellas: por aquella enfermedad, por la humillación que sufrimos por parte de quien menos la esperábamos, por el hambre, por la sed, por la pérdida de un empleo... ¡Gracias, Señor –le diremos en la intimidad del corazón–, porque Te has presentado, aunque haya sido por donde menos te esperaba! Pidámosle a la Virgen, ¡que tanto supo de contradicciones, de zozobras y de dolor!, que nos enseñe a no perder esas oportunidades de encontrar a Jesús en medio de esas circunstancias humanamente más desfavorables.
1 Mt 8, 28-34. — 2 Juan Pablo II, Exhor. Apost. Reconciliatio et poenitentia, 2-XII-1984, 14. — 3 Ibídem. — 4 E. Boylan, El amor supremo, Rialp, Madrid 1954, vol. II, p. 46. — 5 Cfr. San Josemaría Escrivá, Camino, n. 762. — 6 Rom 8, 28. — 7 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, Rialp, 2ª ed., Madrid 1977, 114. — 8 Cfr. San Bernardo, Sobre La falacia y brevedad de la vida, 6. — 9 Jn 11, 28. — 10 M. M. Philipon, Los dones del Espíritu Santo, Palabra, Madrid 1983, p. 249.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
San Otón |
San Otón fue obispo de Bamberg y es llamado el Apóstol de Pomerania . Nació en Suabia, Alemania, y vivió en el siglo XII. Huérfano de padre y madre, enfrentó muchas dificultades para costear sus estudios en filosofía y ciencias humanas. Partió a Polonia para ganarse la vida. Poco a poco se estableció y fundó una escuela que ganó prestigio y le dio buenas ganancias.
Se hizo conocido y estimado en la corte polaca , amigo y consejero del emperador, que lo nombró obispo de Bomberg. San Otón, sin embargo solamente quedó con la conciencia tranquila cuando fue consagrado obispo por el papa Pascual, alrededor del año 1106.
Es considerado el evangelizador de la Pomerania; fundó allí numerosos monasterios. Y apoyado por Boleslao, duque de Polonia que dominaba la región, y por Vratislao, duque cristiano de Pomerania, recorrió todas las ciudades instruyendo a los gentiles y bautizando a los que se adherían a la fe, intercediendo ante el príncipe por la liberación de los prisioneros, exhortando a todos a abandonar los ídolos y a convertirse al Dios de Jesucristo. Esparció misioneros por toda la Pomerania.
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Fuente: Archidiócesis de Madrid
Proceso y Martiniano, Santos Mártires, Julio 2
Mártires Debió ser muy ejemplar la presencia de los Apóstoles Pedro y Pablo en la prisión romana cuando se aproximaba su martirio. Habían empleado bien el tiempo para la extensión del Evangelio. Tanto el mundo judío como los gentiles habían tenido ya noticia de la Buena Nueva de la Salvación, quedaba organizada la Iglesia en sus elementos más firmes y estaban presentes ya en el mundo los que continuarían hasta que el Señor de la Historia decida el fin de la presencia del hombre sobre la faz de la tierra. Ellos intuyen que está próximo el fin de su carrera; el propio Pablo lo deja por escrito en sus cartas. Sólo queda recorrer la recta final. |
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Fuente: www.mercaba.org
Bernardino Realino, Santo Sacerdote, Julio 2
Sacerdote Jesuita Con San Bernardino Realino ocurrió un hecho insólito que tal vez no se vuelva a narrar en este año cristiano. |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Liberato y Compañeros, Santos Máritres, 2 de julio
Mártires Martirologio Romano: Conmemoración de los santos mártires Liberato, abad, Bonifacio, diácono, Servo y Rústico, subdiáconos, Rogato y Septimio, monjes, y el niño Máximo, quienes en Cartago, durante la persecución desencadenada por los vándalos bajo el rey arriano Hunnerico, por confesar la verdadera fe católica y un solo bautismo, fueron sometidos a crueles tormentos, clavados a los maderos con los que iban a ser quemados y golpeados con remos hasta que sus cabezas quedaron deshechas, triunfando ellos brillantemente, por lo que merecieron ser coronados por el Señor (484). Grandes fueron los estragos que hizo en África el furor del rey vándalo llamado Hunnerico, que seguía la secta de los herejes arrianos; pero en el año séptimo de su reinado, publicó un edicto sobremanera impío y sacrílego, por el cual mandaba que se arrasasen todos los monasterios, y se profanasen todas las iglesias con sagradas a honra de la santísima Trinidad. |
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Fuente: www.clairval.com
Eugenia Joubert, Beata Monja Francesa, Julio 2
Eugenia nació en Yssingeaux, en las ásperas mesetas del macizo central (Francia), el 11 de febrero de 1876, día del aniversario de la primera aparición de la Santísima Virgen en Lourdes. Infancia, vocación, vida religiosa, apostolado, sufrimiento y muerte; todo en la vida de Eugenia quedará marcado por la presencia maternal de María. |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Pedro de Luxemburgo, Beato Obispo, Julio 2
Obispo de Metz Pedro, hijo del conde Guy de Luxemburgo y de la condesa Mahaut de Châtillon, nació en el castillo de Ligny-en-Barrois, en Lorraine, el 20 de julio de 1369. Quedando huérfano muy pequeño, a los ocho años fue enviado a estudiar a Paris. Fue un alumno precoz y brillante, con gusto por el canto y la danza, pero también piadoso y místico. Se confesaba todos los días, era caritativo con los pobres, y pacificador en una universidad turbulenta. En 1380, durante varios meses fue dejado en Calais, como rehén de los ingleses, a cambio de la liberación de su hermano mayor. |
Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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