domingo, 17 de agosto de 2014

[ † ] Lunes por las almas del Purgatorio. 18/08/2014. Santa Elena ¡ruega por nosotros!

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 19, 16-22

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, se acercó uno a Jesús y le preguntó:
"Maestro, ¿qué debo hacer de bueno para obtener la vida eterna?"
Jesús le respondió:
"¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Uno sólo es bueno: Dios. Si quieres entrar en la vida, observa los mandamientos".
El le preguntó:
"¿Cuáles?"
Jesús contestó:
"No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio; honra a tu padre y a tu madre, ama a tu prójimo como a ti mismo".
El joven le dijo:
"Todo eso ya lo he cumplido.
¿Qué me falta aún?"
Jesús le dijo:
"Si quieres ser perfecto, ve a vender todo lo que tienes y dáselo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme".
Al oír esto, el joven se fue muy triste porque poseía muchos bienes.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354

Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

Misal

 

lun 20a. Ordinario año Par

Antífona de Entrada

Yo soy la salvación del pueblo, dice el Señor. Cuando me llamen desde el peligro, yo los escucharé, y seré para siempre su Dios.

 

Oración Colecta

Oremos:
Dios nuestro, que has puesto la plenitud de la ley en el amor a ti y al prójimo; concédenos cumplir tus mandamientos para llegar así a la vida eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Ezequiel les servirá de señal; ustedes harán lo mismo que él ha hecho

Lectura del libro del profeta Ezequiel 24, 15-24

Recibí esta palabra del Señor:
"Hijo de hombre, voy a quitarte de repente a la que es la delicia de tus ojos; pero tú no te lamentes, no llores, no derrames lágrimas. Suspira en silencio, no hagas duelo, colócate el turbante en la cabeza, cálzate las sandalias, no te tapes la barba, no comas lo que te ofrezcan tus vecinos en día de duelo".
Yo había hablado al pueblo por la mañana, y por la tarde murió mi esposa. Al día siguiente hice lo que se me había mandado. El pueblo me dijo:
"¿Explícanos qué significa para nosotros lo que estás haciendo".
Yo les respondí:
"He recibido esta palabra del Señor: Dile al pueblo de Israel: Esto dice el Señor: Voy a profanar mi santuario, del que están tan orgullosos, la delicia de sus ojos, el amor de su vida. Los hijos e hijas que dejaron en Jerusalén, caerán a espada.
Entonces harán como yo he hecho: no se taparán la barba, no comerán lo que les ofrezcan sus vecinos en día de duelo. Llevarán el turbante en la cabeza y las sandalias en los pies; no se lamentarán ni llorarán, sino que se irán consumiendo a causa de sus maldades y gemirán unos con otros. Ezequiel será para ustedes un símbolo: cuando esto suceda, harán lo que él ha hecho, y reconocerán que yo soy el Señor".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Dt 32, 18-19.20.21

Abandonaron a Dios, que les dio la vida.

Despreciaste a la Roca que te engendró y olvidaste al Dios que te dio a luz. Lo vio el Señor y rechazó, lleno de ira, a sus hijos y a sus hijas.
Abandonaron a Dios, que les dio la vida.

Dijo: "Voy a ocultarles mi rostro y veré qué suerte les espera; pues es una raza pervertida, hijos sin libertad.
Abandonaron a Dios, que les dio la vida.

Me han dado celos con un dios que no es dios, me han irritado con sus ídolos vacíos. Pues yo les daré celos con un pueblo que no es pueblo, los irritaré con una nación necia".
Abandonaron a Dios, que les dio la vida.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Aleluya.

Evangelio

Si quieres ser perfecto, vende lo que tienes y tendrás un tesoro en el cielo

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 19, 16-22

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, se acercó uno a Jesús y le preguntó:
"Maestro, ¿qué debo hacer de bueno para obtener la vida eterna?"
Jesús le respondió:
"¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Uno sólo es bueno: Dios. Si quieres entrar en la vida, observa los mandamientos".
El le preguntó:
"¿Cuáles?"
Jesús contestó:
"No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio; honra a tu padre y a tu madre, ama a tu prójimo como a ti mismo".
El joven le dijo:
"Todo eso ya lo he cumplido.
¿Qué me falta aún?"
Jesús le dijo:
"Si quieres ser perfecto, ve a vender todo lo que tienes y dáselo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme".
Al oír esto, el joven se fue muy triste porque poseía muchos bienes.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, las ofrendas de tu pueblo, para que alcance en el sacramento eucarístico los bienes en que ha creído por la fe.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Proclamación del misterio de Cristo

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque, unidos en la caridad, celebramos la muerte de tu Hijo, con fe viva proclamamos su resurrección, y con esperanza firme anhelamos su venida gloriosa.
Por eso,
con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando sin cesar:

Antífona de la Comunión

Yo soy el Buen Pastor, dice el Señor, que conozco a mis ovejas y mis ovejas me conocen.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Que tu auxilio, Señor, nos acompañe siempre a los que alimentas con tus sacramentos, para que por ellos y en nuestra propia vida recibamos los frutos de la redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén


Dia 18/08 Santa Elena (santa, blanco)

Antífona de Entrada

Alabemos a esta mujer santa que construyó su casa en el amor, vivió en santo temor de Dios y cumplió siempre su voluntad.

 

Oración Colecta

Dios nuestro, recompensa de los humildes, que en santa Elena has dejado a tu Iglesia un ejemplo sublime de amor y de paciencia; concédenos, por su intercesión, saber llevar serenamente nuestra cruz y amarte más cada día.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Que los dos juntos vivamos felices hasta la vejez

Lectura del libro de Tobías 8, 5-10

La noche de su boda, Tobías dijo a Sara:
"Somos descendientes de un pueblo de santos, y no podemos unirnos como los paganos que no conocen a Dios".
Se levantaron los dos y, juntos, se pusieron a orar con fervor. Pidieron a Dios su protección.
Tobías dijo:
"Señor, Dios de nuestros padres, que te bendigan el cielo y la tierra, el mar, las fuentes, los ríos y todas las criaturas que en ellos se encuentran.
Tú hiciste a Adán del barro de la tierra y le diste a Eva como ayuda. Ahora, Señor, tú lo sabes: si yo me caso con esta hija de Israel no es para satisfacer mis pasiones, sino solamente para fundar una familia en la que se bendiga tu nombre por siempre".
Y Sara, a su vez, dijo:
"Ten compasión de nosotros, Señor, ten compasión. Que los dos juntos vivamos felices hasta nuestra vejez".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 130

Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.

Señor, mi corazón no es ambicioso, ni mis ojos altaneros; no pretendo grandezas que superan mi capacidad.
Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.

Sino que acallo y modero mis deseos, como un niño en brazos de su madre.
Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.

Espere Israel en el Señor, ahora y por siempre.
Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros como yo los he amado, dice el Señor.
Aleluya.

† Evangelio

Has escondido estas cosas a los sabios y las has revelado a la gente sencilla

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 25-30

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús exclamó:
"Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Vengan a mí todos los que estén cansados y agobiados y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán nuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Mira, Señor, con bondad, los dones que tu pueblo te presenta en honor de santa Elena, y haz que esta Eucaristía nos dé fuerzas para progresar por el camino de nuestra salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

La gloria de los santos

En verdad es justo darte gracias y deber nuestro glorificarte, Padre santo.
Porque tu gloria resplandece en cada uno de los Santos, ya que, al coronar sus méritos, coronas tus propios dones. Con su vida, nos proporcionas ejemplo; ayuda, con su intercesión, y por la comunión con ellos, nos haces participar de sus bienes, para que, alentados por testigos tan insignes, lleguemos victoriosos al fin de la carrera y alcancemos con ellos la corona inmortal de la gloria, por Cristo, Señor nuestro.
Por eso,
con los ángeles y arcángeles y con la multitud de los santos, te cantamos un himno de alabanza diciendo sin cesar:

Antífona de la Comunión

Todo el que cumple la voluntad de mi Padre, que está en el cielo, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre, dice el Señor.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Reconfortados con el pan del cielo, imploramos, Señor, de tu bondad que a cuantos nos llena de alegría el recuerdo de santa Elena, nos concedan el perdón de las culpas, la salud de los cuerpos, la gracia del alma y la gloria eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén


Meditación diaria

20ª semana. Lunes

ALEGRÍA Y GENEROSIDAD

— El joven rico. La alegría de la entrega.

— El Señor pasa y pide.

— La tristeza hace mucho daño al alma. Buscar la alegría a través de la generosidad.

I. Después de bendecir a unos niños, Jesús partió de aquel lugar, y cuando estaba en camino llegó un joven, se postró de rodillas1 y le preguntó: Maestro, ¿qué cosas buenas debo hacer para alcanzar la vida eterna? Jesús, de pie, contempla a aquel joven con una gran esperanza; los discípulos, que se han detenido, callan y miran. La escena, recogida en el Evangelio de la Misa2, es de una gran belleza. Quizá el joven ha escuchado a Jesús en alguna otra ocasión, y hasta ahora no se ha atrevido a comunicarse directamente con Él; en su alma hay deseos de entrega, de amar más..., quizá está insatisfecho con su vida. Por eso, cuando el Señor le dice que debe guardar los Mandamientos, él dice que ya los cumple, y pregunta: Quid adhuc mihi deest? ¿Qué me falta aún? Es la pregunta que tantos y tantas se han hecho al comprobar que no les llena la vida que llevan.

Jesús, tan atento a los menores movimientos de las almas, se conmovió al contemplar los deseos y la limpieza de aquel corazón. Fue entonces cuando le dirigió la mirada de la que nos habla San Marcos, y lo amó3. La mirada de Jesús, una mirada honda, imborrable, es por sí sola una llamada. Y le invitó a seguirle dejando atrás todos sus tesoros. Es una invitación a dejar libre el corazón para llenarlo todo de Dios. Se trata de cambiar el amor a los bienes por el amor a Jesús, se trata de dejar las posesiones materiales para enriquecerse, de una manera real y efectiva, con bienes eternos4.

No fue generoso este joven: se quedó con sus riquezas, de las que disfrutaría unos años, y perdió a Jesús, a quien tenemos para siempre, tesoro infinito, en este mundo y en la eternidad. En su egoísmo, el joven rico no esperaba esta respuesta del Maestro. Los planes de Dios no coinciden generalmente con los nuestros, con los que proyectamos en la imaginación, con aquellos que fabrica la vanidad o el egoísmo. Los planes divinos, forjados desde la eternidad para nosotros, son los más bellos que nunca pudimos imaginar, aunque alguna vez nos desconcierten.

Al oír el joven estas palabras de Jesús se marchó triste, pues tenía muchas posesiones. Todos vieron cómo resistía aquella amable y amorosa invitación del Señor y se marchaba con la huella de la tristeza en la cara. Posiblemente, más tarde, este joven encontraría falsas justificaciones a su falta de generosidad, que le devolverían al menos la tranquilidad perdida (nunca la paz, que es fruto de la entrega): quizá pensó que era muy joven, o que más tarde vería todo con más claridad y buscaría al Maestro... ¡Qué fracaso! ¡Qué ocasión desaprovechada!, pues a Jesús, o se le sigue o se le pierde. Cada encuentro con Él lleva consigo unas claras exigencias, y también un gran enriquecimiento de toda la persona. Jesús nunca nos deja indiferentes.

Una vez que alguien ha sentido posarse sobre él la mirada del Señor, ya nunca la olvida, ya no es posible vivir como antes. La alegría es fruto de la generosidad, de responder a las sucesivas llamadas que a cada uno en su estado dirige Cristo que pasa. La vida se llena de gozo y de paz en esa disponibilidad absoluta ante la voluntad de Dios que se manifiesta en momentos bien precisos de nuestra vida; quizá ahora.

II. "Aquel muchacho rechazó la insinuación, y cuenta el Evangelio que abiit tristis (Mt 19, 22), que se retiró entristecido (...): perdió la alegría porque se negó a entregar su libertad a Dios"5. Libertad que, si no le había servido para llegar a la meta, a Cristo que pasaba por su vida, para bien poco habría ya de servirle.

La tristeza nace en el corazón, como una planta dañina, cuando nos alejamos de Cristo, cuando le negamos aquello que de una vez, o poco a poco, nos va pidiendo, cuando nos falta generosidad. Esta mala enfermedad del alma "es un vicio causado por el amor desordenado de sí Mismo"6. Puede haber enfermedad, puede existir cansancio y dolor, pero la tristeza del corazón es distinta. En su origen encontramos siempre la soberbia y el egoísmo: detrás de esa desgana, sin causa aparente, en el propio quehacer, puede estar la imposibilidad de afirmar el propio criterio, la propia personalidad, la vanidad; detrás de ese dolor puede esconderse la rebeldía de no querer aceptar la voluntad de Dios; en ese desaliento, al ver una y otra vez las propias faltas, puede ocultarse más la humillación sufrida que el dolor por haber ofendido al Señor... "Si Dios me ha perdonado, si su amor misericordioso, siempre presente, se vuelca en mí, ¿cómo puedo estar yo triste? Si alguien alimentara su tristeza en el dolor de sus pecados, agarrado a su culpa, ese hombre debe saber que se trata posiblemente de un pretexto y, siempre, de un error"7. Las mismas faltas y pecados nos deben llevar a la alegría del arrepentimiento y del amor que nace de nuevo con más fuerza aún.

El Señor pasa cerca de nuestra vida en incontables ocasiones. Alguna vez nos pedirá mucho, para darnos más; otras, cosas pequeñas: el cumplimiento del deber, llevar a cabo en la hora prevista las prácticas de piedad que tenemos señaladas en nuestro plan de vida, sin dar cabida a la pereza; mortificar la imaginación y el recuerdo en asuntos banales; vivir con esmero la caridad con quienes están a nuestro lado; indicar con afabilidad la dirección que nos han pedido... Quizá se presente el Señor –tal vez cuando menos lo esperábamos– para invitarnos a seguirle aún más de cerca, quizá sin abandonar nuestros quehaceres en medio del mundo, pero con la plena entrega del corazón, según el propio estado, sin poner límites ni condiciones. "Hay que saber entregarse, arder delante de Dios como esa luz, que se pone sobre el candelero, para iluminar a los hombres que andan en tinieblas; como esas lamparillas que se queman junto al altar, y se consumen alumbrando hasta gastarse"8. Y esto nos lo pide a todos: cada uno en su lugar y en el estado al que es llamado, en la peculiar vocación que de Dios ha recibido. Esta vocación es el asunto más importante de la vida, y, una vez conocida, el negocio en el que debemos empeñarnos con tenacidad, con la ayuda de la gracia, hasta el último instante de nuestros días.

III. Se marchó triste. Nada más sabemos de él. Su historia termina envuelta en un manto de tristeza; quizá podría haber sido uno de los Doce. Pero no quiso; y Jesús respetó su libertad. Una libertad que no supo emplear. "El mercader –comenta San Basilio– no se entristece gastando en las ferias lo que posee para adquirir sus mercancías; pero tú (hace referencia a este joven rico) te entristeces dando polvo a cambio de la vida eterna"9: prefirió conservar el polvo –eso son todas las posesiones y riquezas– en vez de elegir la vida perdurable que le ofrecía Cristo, prefirió quedarse con el polvo en que se convirtieron estas al cabo de unos años, no demasiados.

La tristeza hace mucho daño al alma. Como la polilla al vestido y la carcoma a la madera, así la tristeza daña el corazón del hombre10, y predispone al mal. Por eso hemos de luchar enseguida, si alguna vez hiciera su aparición en el alma: Anímate, pues, y alegra tu corazón, y echa lejos de ti la congoja; porque a muchos mató la tristeza. Y no hay utilidad alguna en ella11. De ese estado solo cabe esperar males.

Si nuestra vida consiste realmente en seguir a Cristo, es lógico que siempre estemos alegres: es la única alegría verdadera del mundo, sin límite y sin medida; compatible, por otra parte, con el dolor, con la enfermedad, con el fracaso... "La alegría cristiana excluye de modo definitivo y combate implacablemente toda tristeza enfermiza o imaginaria: la envidia, el desaliento, el repliegue sobre sí mismo no pueden emparejarse con ella, y uno de sus beneficios es el de excluir todas esas penas, llenas de veneno y fuentes de muerte"12.

Un alma triste está a merced de muchas tentaciones. ¡Cuántos pecados han tenido su origen en la tristeza! ¡Cuántos ideales ha roto! Si alguna vez sentimos el zarpazo de la tristeza, examinemos su causa con sinceridad en la oración. Muchas veces encontraremos falta de generosidad con Dios o con los demás. ""Laetetur cor quaerentium Dominum" —Alégrese el corazón de los que buscan al Señor.

"—Luz, para que investigues en los motivos de tu tristeza"13. Preguntémonos, si esa situación llegara, y ahora, porque siempre podemos crecer en alegría, si estamos buscando seriamente al Señor en lo que cada día nos sucede, en la oración, en el empeño por mantener la presencia de Dios. Examinemos nuestra generosidad con los demás: a la hora de interesarnos por su salud, por sus ilusiones, en el sacrificio pequeño pero continuo que exige una fraternidad bien vivida, en los bienes y talentos que poseemos...

Si alguna vez nos sentimos con el alma entristecida, preguntémonos: ¿en qué no estoy yo siendo generoso con Dios?, ¿en qué no soy desprendido con los demás?, ¿me preocupo excesivamente de mí mismo, de mis cosas, de mi salud, de mi futuro, de mis pequeñeces?... Es posible que encontremos enseguida la causa y el remedio. Mientras tanto, procuremos afinar en el trato con el Señor, intentemos darnos sin cálculo a quienes están cerca, aunque sea en pequeños servicios; abramos el corazón a quien nos conoce y aprecia, a quien tenemos encomendada la dirección espiritual del alma.

Con la alegría que Cristo nos da, hacemos mucho bien a nuestro alrededor. Comunicarla a los demás será frecuentemente una de las mayores muestras de caridad hacia ellos. Muchas personas pueden encontrar a Dios en esa alegría honda; procuremos no perderla. Santa María, Causa de nuestra alegría, ruega por nosotros, concédenos seguir a Cristo de cerca, danos la gracia de no volverle nunca la espalda, ni siquiera en lo pequeño de todos los días.

1 Cfr. Mc 10, 17. — 2 Mt 19, 16-22. — 3 Mc 10, 21. — 4 Cfr. M. J. Indart, Jesús en su mundo, p. 251. — 5 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 24. — 6 Santo Tomás, Suma Teológica, 2-2, q. 28, a. 4, ad 1. — 7 C. López Pardo, Sobre la vida y la muerte, Rialp, Madrid 1973, p. 157. — 8 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 44. — 9 San Basilio, en Catena Aurea, vol. VI, p. 313. — 10 Prov 25, 20. — 11 Ecl 30, 24-25. — 12 J. M. Perrin, El evangelio de la alegría, Rialp, Madrid 1962, pp. 59-60. — 13 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 666.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

Santa Elena
Reina 
Año 330

Quien honra a su madre, es como 
quien encuentra un tesoro.
(Eclesiástico).

 

Elena significa: "antorcha resplandeciente".

Esta gran santa se ha hecho famosa por haber sido la madre del emperador que les concedió la libertad a los cristianos, después de tres siglos de persecución, y por haber logrado encontrar la Santa Cruz de Cristo en Jerusalén.

Nació ella en el año 270 en Bitinia (hacia el sur de Rusia, junto al Mar Negro). Era hija de un hotelero, y especialmente hermosa.

Y sucedió que llegó por esas tierras un general muy famoso del ejército romano, llamado Constancio Cloro y se enamoró de Elena y se casó con ella. De su matrimonio nació un niño llamado Constantino que se iba a hacer célebre en la historia por ser el que concedió la libertad a los cristianos.

Cuando ya llevaban un buen tiempo de matrimonio sucedió que el emperador de Roma, Maximiliano, ofreció a Constancio Cloro nombrarlo su más cercano colaborador, pero con la condición de que repudiara a su esposa Elena y se casara con la hija de Maximiliano. Constancio, con tal de obtener tan alto puesto repudió a Elena. Y así ella tuvo que estar durante 14 años abandonada y echada a un lado. Pero esto mismo la llevó a practicar una vida de santidad.

Pero al morir Constancio Cloro, fue proclamado emperador por el ejército el hijo de Elena, Constantino, y después de una fulgurante victoria obtenida contra los enemigos en el puente Milvio en Roma (antes de la cual se cuenta que Constantino vio en sueños que Cristo le mostraba una cruz y le decía: "Con este signo vencerás"), el nuevo emperador decretó que la religión católica tendría en adelante plena libertad (año 313) y con este decreto terminaron tres siglos de crueles y sangrientas persecuciones que los emperadores romanos habían hecho contra la Iglesia de Cristo.

Constantino amaba inmensamente a su madre Elena y la nombró Augusta o emperatriz, y mandó hacer monedas con la figura de ella, y le dio plenos poderes para que empleara el dinero del gobierno en las obras buenas que ella quisiera.

Elena, que se había convertido al cristianismo, se fue a Jerusalén, y allá, con los obreros, que su hijo, el emperador, le proporcionó, se dedicó a excavar en el sitio donde había estado el monte Calvario y allá encontró la cruz en la cual habían crucificado a Jesucristo (por eso la pintan con una cruz en la mano).

Dice San Ambrosio que Santa Elena aunque era la madre del emperador, vestía siempre con mucha sencillez y se mezclaba con la gente pobre y aprovechaba de todo el dinero que su hijo le daba para hacer limosnas entre los necesitados. Que era supremamente piadosa y pasaba muchas horas en el templo rezando.

En Tierra Santa hizo construir tres templos: uno en el Calvario, otro en el monte de los Olivos y el tercero en Belén.

Gastó su vida en hacer obras buenas por la religión y los pobres, y ahora reina en el cielo y ruega por nosotros que todavía sufrimos en la tierra.

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Fuente: http://www.egrupos.net/grupo/caminando-con-jesus
Padre Alberto Hurtado Cruchaga Fundador del HOGAR DE CRISTO, 18 de agosto  


Padre Alberto Hurtado Cruchaga

Sacerdote Jesuita Chileno

Martirologio Romano: En Santiago de Chile, beato Alberto Hurtado Cruchaga, presbítero de la Compañía de Jesús, que fundó una obra para que los pobres que carecen de techo y los vagabundos, sobre todo niños, pudieran encontrar un verdadero y familiar hogar (1952).

UN SANTO DE NUESTRO TIEMPO

Muchos artículos escribió el Padre Alberto Hurtado, grande fue y es su obra, su trabajo fue tan impresionante como su legado, pues lo que dejó y transmitió a sus sucesores y a su pueblo, es una tarea de amor total, es así como me es difícil tomar una decisión sobre que escrito mostrar para hacer ver como pensó este santo de nuestro tiempo, porque cada cosa que leo, artículos, pensamientos, cada hecho o suceso, cada instante de su vida y obra, es camino de santidad.

En uno de sus tantos artículos escribió: "Sería peligroso sin embargo, bajo el pretexto de guardar contacto con Dios, refugiarnos en una pereza soñolienta, en una quietud inactiva. Entra en el plan de Dios el ser estrujado... La caridad nos urge de tal manera que no podemos rechazar el trabajo; consolar un triste, ayudar un pobre, un enfermo que visitar, un favor que agradecer, una conferencia que dar; dar un aviso, hacer una diligencia, escribir un artículo, organizar una obra, y todo esto añadido a las ocupaciones de cada día, a los deberes cotidianos. Si alguien ha comenzado a vivir para Dios en abnegación y amor a los demás, todas las miserias se darán cita en su puerta. Si alguien ha tenido éxito en el apostolado, las ocasiones de apostolado se multiplicarán para él. Si alguien ha llevado bien las responsabilidades ordinarias, ha de estar preparado para aceptar las mayores. Así nuestra vida y el celo por la gloria de Dios nos echan a una marcha rápidamente acelerada, que nos desgasta, sobre todo porque no nos da el tiempo para reparar nuestras fuerzas físicas o espirituales... y un día llega en que la máquina se para o se rompe. ¡Y donde nosotros creíamos ser indispensables se pone otro en nuestro lugar!"

"Con todo esto, ¿podríamos rehusar? ¿No era el amor de Cristo la que nos urgía? y darse a los hermanos ¿no es acaso darse a Cristo?"

"Mientras más amor hay, más se sufre: el deseo de hacer el bien, siempre el bien, de socorrer a los desgraciados, de siempre enseñar y siempre adaptar la verdad eterna, todo esto no se puede realizar sino en ínfima medida. Aun rehusándonos mil ofrecimientos, imponiéndose una línea de frecuentes rechazos, queda uno desbordado y no nos queda el tiempo de encontrarnos a nosotros mismos y de encontrar a Dios. Doloroso conflicto de una doble búsqueda: la del plan de Dios que hemos de realizar en nuestros hermanos y la búsqueda del mismo Dios que deseamos contemplar y amar; conflicto doloroso que no puede resolverse sino en el amor que es indivisible."

BIOGRAFIA

Valparaíso, es la segunda provincia en importancia de mi país, esta larga y angosta faja de más de 5.000 kilómetros, que nace por el oriente al pie de la cordillera de los Andes, la que en muchos lugares llega hasta el mismo mar, Océano Pacifico, dejando algunos valles entre mar y cordillera. Junto al mar, en la misma ciudad donde nací, Viña del Mar, pero 49 años antes, nace Alberto Hurtado Cruchaga nació el 22 de enero de 1901, hijo de Ana y Alberto, luego hermano también de Miguel, otro de los hijo del matrimonio.

El padre de Alberto murió cuatro años después que el hubo nacido, se dice que por asuntos económicos, luego su madre vendió las propiedades familiares y emigró a Santiago, la capital donde vivió como allegada, el espíritu solidario de su familia y su madre fue una característica que llego a marcar y formar a Alberto "Las manos juntas para orar, pero abiertas para dar", quien de nacer en un hogar acomodado, hace luego una infancia que lo acerca a la vida humilde y a la pobreza.

Así fue, como a los ocho años de edad, Alberto ingresa a estudiar en el colegio San Ignacio de Santiago como alumno becado, donde se destaca por cumplir con sus obligaciones, reflejado en sus calificaciones, su natural inclinación por hacer el bien, su incondicional entrega a sus compañeros y amigos, sin dejar de ser un muchacho muy alegre y juguetón, lo que atrae con admiración a sus compañero de curso y sus maestros.

Por ser una escuela católica el Colegio San Ignacio, Alberto recibió una educación sólida y reforzada en la fe, es así como con tan sólo 15 años él manifestó sus inquietudes por ingresar a la Compañía de Jesús, siendo motivado a completar previamente su Bachillerato, del que egresó con el premio en Apologética y mención honrosa en todas las materias posteriormente, ya en 1918, ingresó a la Escuela de Derecho de la Universidad Católica.

Por el año 1920, el país sufría algunas crisis laborales en el área minera, principal fuente de riqueza hasta el día de hoy, como así mismo la más importante fuente laboral, y no habiendo otros recursos de trabajos Santiago, la capital, recibía gran cantidad de emigrantes que quedaban marginados en la pobreza, habitando en miserables albergues. En esa realidad, Alberto, quien se destacaba por su espíritu solidario, siendo estudiante , luego de las clases universitarias, visitaba asiduamente a los trabajadores desamparados a fin de ofrecer su apoyo moral y espiritual, esta tarea la hacia motivando a otros amigos para que lo acompañaran.

No descanses mientras haya un dolor que mitigar, era un bello lema del Joven Alberto, quien desde temprana edad adolescente fue inquieto luchador por los más necesitados. Su labor inicial la hizo apoyada desde el Patronato de Andacollo, ubicado en un sector marginal de Santiago, barrio de Mapocho. Allí su acción y su entrega a favor de lucha contra la miseria, le permitió ejercer una loable actividad, motivando su apostolado de carácter social.

Alberto siente un natural impulso de aliviar el dolor de los demás, es así como este Joven de profunda espiritualidad, y de gran servicio a su prójimo, comienza a manifestar una bella actitud solidaria y samaritana en los pobres y sufridos hombres, abandonados a su suerte experimentando una espiritualidad muy profunda y de gran servicio. Es así, como en una ciudad fría, de cemento, inclemente, con una sociedad donde la aristocracia no se la juega por los pobres, y con grandes problemas de cesantía, Alberto, con un gesto valiente, solidario, inspirado en el amor de Cristo, su amigo y líder, vuelca todo su amor y muestra su adhesión y presta su apoyo a una causa ajena, en situaciones difíciles, llevando palabras de aliento y el mensaje de la Iglesia en cada albergue que visita.

El ejemplar comportamiento de vida y el respeto por la vida institucional de Alberto, se muestra también en el cumplimiento de su deber patriótico, y lo hace ingresado a cumplir con sus obligaciones militares como cualquier estudiante responsable en este deber.

Del mismo modo el vio la necesidad de no dejar de participar en los debates contingentes de la época en asuntos sociales a través de las organizaciones estudiantiles.

Dentro de toda su actividad, Alberto no descuida la oración, no deja de lado el ejercicio espiritual, participa en retiros, lo que indica que su buena enseñanza católica del Colegio san Ignacio, su buena educación en la familia, su grupo de amigos, es y sigue siendo algo muy importante en su fe cristiana, adoptando como forma de vida, las enseñanzas de Cristo y su incondicional amor por El, algo que refleja en sus actitud permanente con su prójimo y consigo mismo.

De esta manera, con esta actitud solidaria y comprometida con Cristo y sin entrar aún a la Compañía de Jesús, Alberto Hurtado concluye sus estudios de Derecho, con distinción unánime en la Universidad Católica de Chile.

Pero no era su carrera como abogado lo que el deseaba en su corazón, y es así como el 14 de agosto de 1923, ingresa a la Compañía de Jesús, con sus estudios en el Noviciado de Chillán, distante a poco mas de 400 Km. de su casa al sur de Chile, en ese lugar estaría dos años, después viaja a Argentina, ciudad de Córdoba, lugar donde continua con su etapa inicial preparatoria. En su caminar continua trasladándose por el año 1927 al Colegio Máximo de Sarriá de Barcelona, en España, hasta el año 1931, para cursar por tres años filosofía y teología y a continuación como consecuencia de la realidad política española de la época con la instauración de la República, se ve obligado a viajar a Bélgica, donde continua estudiando en la Universidad de Lovaina, allí cursa otras materia relacionadas con la pedagogía y psicología.

Por que así Dios lo quiso, así fue en el Plan de Vida de Alberto, es ordenado sacerdote en Lovaina, el 24 de agosto de 1933, luego continuando con su brillante formación recibe el grado de doctor en Pedagogía de la Universidad de Lovaina, finalizando su etapa de estudios jesuitas.

Así es, como en una de sus cartas escrita en le año 1933, refleja su inmensa alegría de ser sacerdote, expresándose así "¡Ya me tiene de sacerdote del Señor! Bien comprenderá mi felicidad y con toda sinceridad puedo decirte que soy plenamente feliz", luego, tres años mas tarde, regresa a su país natal que es Chile a ejercer su tarea encomendada divinamente. Sus primeras tareas, como educador y formador, la hace impartiendo clase en la misma escuela que lo formó, el Colegio san Ignacio, en la misma Universidad Católica de Chile y en el Seminario Pontificio Mayor.

Sin embargo, el país no había experimentado grandes cambios y los problemas sociales continuaban, como país subdesarrollado, pobre, marginal, clasista y racista, donde los que tenía buena situación económica se autoproclamaban aristócratas, formando una clase separatista en categoría Alta, que se mostraba indiferente a los afligido. En esa realidad, el Padre Alberto Hurtado, siente la enorme necesidad de acudir a los desamparados, viendo en cada pobre el rostro sufriente de Jesús.

Pero como el Plan de Dios en los hombres ha de cumplirse, en el año 1937, la gran formadora de este Jesuita, doña Ana Cruchaga, madre de Alberto, se encamina al encuentro con el Señor, cuando ella muere, Alberto estaba en esos momento en sus Ejercicios Espirituales, y a pesar del dolor por la partida de su madre, se siente reconfortado porque su convicción de la vida eterna en la manos de Dios es dueña de su corazón.

El Padre Alberto, hombre de gran carisma, atrae a personas de toda edad, es feliz trabajando con los jóvenes, es feliz oyendo a cada necesitado, y con mucho entusiasmo invita a enloquecerse por Cristo, lo que el llamada con alegría motivadora el "chiflarse" por Cristo.

Entonces observando y sintiendo la triste realidad social del país, se empeña en llevar a cada rincón del territorio una palabra de aliento y esperanza, es así, como en este ambiente el ve la necesidad permanente de la Iglesia de aumentar las vocaciones sacerdotales, entonces esta la oportunidad de captar nuevos servidores y los exhorta a seguir el bello camino del servicio, con su ejemplo de vida la motivación siempre estaba en buenas manos. Es así como impartió Ejercicios Espirituales y dirigió espiritualmente a un grupo de jóvenes, que mas tarde dio como resultado a buenos hombres de fe y servicio social.

Por el año 1941, es nombrado asesor de la Juventud de la Acción Católica, que a partir de ese instante y a través de su conducción, el movimiento cobra gran auge, debiendo viajar constantemente por distintos lugares del país. El además se caracteriza por ser buen escritor, excelente crítico social, buen observador de las cosas cotidianas, buen analista de la realidad social de país, todo inspirado en su gran amor a Cristo, su irrenunciable fe, su amor al prójimo, su espíritu de servicio, su gran preocupación por la comunidad y principalmente los pobres.

El Padre Hurtado, conciente de lo que llamaba la "injusticia social trae más males que los que puede reparar la caridad", se transforma en un buen obrero luchador por la transformación de una sociedad más justa, las tristes y pobres condiciones en las cuales viven los marginados socialmente en chile, la situación de los obreros, le causa un gran dolor, y una gran motivación para dedicarse a ellos, es tan vehemente, que busca, piensa y expresa todo los que puede ser de ayuda a los sufridos trabajadores, bajo el único concepto de justicia y amor que habita en su corazón, que es el espíritu de Cristo. Es así como él se hace presente en muchos sectores laborales, pala en mano se hace presente en las minas salitreras o de carbón en Chile.

En su incansable preocupación por los asuntos sociales, este notable solidario con sus hermanos, viaja a otros lugares como Paris en busca de elementos de juicio que aporten a su causa, llega a entrevistarse hasta con el Papa S.S.Pío XII, en Roma, a quien expone y presenta la realidad religiosa, social y política de su país Chile, haciéndole notar temas tan urgentes como llevar la doctrina social de la Iglesia al mundo sindical y hacer presente el espíritu cristiano en los trabajadores. También pasa por Bélgica, donde se ordeno sacerdote, para estudiar la liga de los campesinos católicos y los sindicatos cristianos.

En el año 1944 se involucra en lo que sería su proyecto más importante y de gran reconocimiento hoy en todo el País. Este comienza en una noche fría y lluviosa en una fecha que no es tradicional para la estación primaveral, en el mes de octubre, cuando es interceptado por un hombre de condición económica pobre que le solicita ayuda porque no tiene un lugar en donde dormir. Alberto con su gran corazón, se estremece, al verlo, desamparado y enfermo, y ve en aquel hombre pobre al mismo Cristo desolado.

Absolutamente conmovido, mas tarde cuenta su experiencia a un grupo de señoras de la congregación del Apostolado Popular que se encontraba en un retiro, con una gran respuesta, porque ellas también se conmovieron y sintieron el llamado de Cristo y decidieron entregar sus joyas y bienes que tenían a mano para dar impulso a una gran obra de caridad, así el 21 de diciembre de ese mismo año, el Padre Alberto Hurtado coloca la primera piedra del Hogar de Cristo.

El Hogar de Cristo es una de las obras de caridad mas grande y talvez la de mayor reconocimiento en el país, en ella el chileno expresa su solidaridad, en ella se refugian los pobres de Chile, en ella encuentran paz, descanso, comida y la presencia espiritual del Padre Alberto Hurtado. Esta obra surge de la espiritualidad del Padre Alberto, y de su gran concepto de lo que es ser solidario en Cristo, viéndolo a El en el rostro del desolado, el desamparado, el marginado y el hambriento hombre en busca de refugio.

"Dar al que lo necesita hasta que duela", es una expresión acuñada en el corazón de muchos chilenos por el Padre Alberto Hurtado. También fue la invitación que ha sido acogida por sacerdotes y laicos que han estado dispuestos a trabajar por los más pobres, en un hogar que mucho amor, respeto y consideración se respira un aroma de autentica caridad para niños, adulto y ancianos, enfermos y sanos, chicos vagabundos, que habían hecho su hogar junto al Río, debajo de un puente, en una humilde choza de cartón, quienes en principio fueron recogidos por una típica camioneta de los años cincuenta que aún se conserva en excelentes condiciones.

Pero también, preocupado por la suerte del obrero chileno y sus paupérrimas condiciones, el Padre Alberto, se introdujo en el mundo del trabajo creando además la Acción Sindical y Económica Chilena (ASICH) en 1947, ocupando el cargo de Capellán. Allí en la (ASICH), formó dirigentes cristianos y organizó los servicios jurídicos y sociales para defender sus derechos. Cabe destacar el reconocimiento y la afiliación de esta organización a la Confederación Internacional de Sindicatos Cristianos e integrada a organismos internacionales como la ONU, UNESCO y la Organización Internacional del Trabajo.

También es el creador de la revista Mensaje, que público su primer número en octubre de 1951, revista con la cual se hicieron presente los valores de solidaridad, el servicio, la justicia social, y el Evangelio.

Así fue, como el 18 de agosto de 1952, a los cincuenta y dos años de edad, y estando enfermo de cáncer, fue llamado por Dios, del cual tenemos la convicción total, que fue recibido amorosamente, como uno de sus predilectos hijos, que se entregó por entero a vivir y trabajar en el espíritu del amor de Cristo como uno mas de sus apóstoles.

El Padre Alberto Hurtado Cruchaga, fue beatificado en Roma en 1994 y es el segundo de los chilenos, después de la carmelita Teresita de los Andes, y muy pronto también la joven Laurita Vicuña, que tiene un puesto de honor junto a todos los santos de Dios. Canonizado el 23 de octubre de 2005, por el Santo Padre, Papa Benedicto XVI.

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Fuente: Santiebeati.it
Reinaldo de Concorégio, Beato Obispo, 18 de agosto  

Reinaldo de Concorégio, Beato

Obispo

Martirologio Romano: En Ravena, en la Romaniola, beato Reinaldo de Concorégio, obispo, ilustre por su celo, prudencia y caridad (1321)

 

De la noble familia de los De Concorégio, nació en Milán entre los años 1240 y 1250; de su juventud no se sabe nada, lo encontramos ya en la universidad de Bolonia donde algunos ciudadanos de Lodi le proponen, que a partir de octubre de 1287, sea el profesor de Derecho en su ciudad; en el mayo de 1287, el obispo de Lodi le pide su opinión sobre algunos temas legales, esto nos hace entender que gozó de fama de jurisconsulto y en efecto tuvo el título académico de ´magister´ en 1295.

En 1289 entró en el equipo de trabajo del vice canciller de la Curia romana, el cardenal milanés Pietro Peregrosso, quien viendo los buenos resultados de varias misiones en Francia que llevó a feliz término, en 1295 lo designó entre sus herederos.

Continuó su labor en la Curia romana como secretario del cardenal Benedetto Gaetani y luego capellán del papa Bonifacio VIII. El 13 de octubre de 1296 el papa lo nombra obispo de Vicenza, sede que alcanzó de modo borrascoso, porque los vicentini
1 eligieron otro obispo, pero al final la autoridad del papa prevaleció.

Tuvo en aquel período encargos diplomáticos especiales siendo arbitro en las contiendas que agitaron Francia e Inglaterra a propósito de Guinea; fue llamado por el papa a Florencia para apoyar a los ´Neri´, como vicario en la Romaña
2 (1302), llegando a ser el Rector espiritual y temporal de la Región.

En esta función se encontró enredado en las conocidas turbulencias de esta zona que vivía en continuos conflictos, en Forlì, su sede, bajaba a la plaza para llevar la paz, pero fue atacado y herido gravemente, curó milagrosamente de las profundas heridas y continuó su labor pero sin éxito.

La "bofetada de Anagni"
3 y la posterior muerte de Bonifacio VIII, 11 de octubre1303, determinó la caída de la autoridad pontificia en Romaña. En el mismo año, tras la muerte de Obizzo Sanvitale arzobispo de Ravena, el clero ignorando las disposiciones del anterior pontífice, que asumía el nombramiento de los sucesores episcopales, se reunió y dividido en dos grupos, eligieron cada uno un sucesor; el nuevo papa Benedetto XI, acogió la solicitud de quienes habían elegido a Reinaldo de Concorégio, quien después de haber sido reemplazado en la sede de Vicenza y en la rectoría de Romaña, en octubre de 1305 tomaba posesión de la nueva sede arzobispal.

En 1307 convocó un Concilio local, recompuso las relaciones con Roma, retomó la antigua práctica de las visitas parroquiales con un preciso ceremonial. Tuvo en 1309 un según concilio en Bolonia provincial y un tercero en Ravena en 1311.

Viajó mucho por los grandes e incómodos encargos que recibió tanto del Papa cuanto del rey de Francia; por encargo de Enrique VII, rey de Alemania, dio una vuelta por varias ciudades lombardas intentando lograr las reconciliaciones.

Fue artífice de la absolución a los Templarios italianos en el Concilio de Rávena, indagados y amenazados con la disolución de la orden por deseo de Felipe el Hermoso. Condenó junto a sus obispos coadjutores la tortura y la amenaza como medios para conseguir confesiones, no aceptándolas si eran obtenidas con estos métodos. En este tema discrepó con el Papa Clemente V.

Durante Concilio de Vienne, Francia, (1311 -1312), aunque la orden de los Templarios fue disuelta, el papa Clemente V, quien seguía consejos del rey de Francia, tuvo que admitir que ninguna de las acusaciones fueron probadas y Reinaldo, que participó en el Concilio, tuvo así una bonita confirmación a su recto actuar.

En 1314, convocó el cuarto Concilio diocesano en Argenta, con el objetivo de recobrar los bienes de la Iglesia, restablecer la disciplina del clero, de los fieles y del culto. Un quinto y último Concilio local se efectuó en Bolonia en 1317.

Con imponentes trabajos hizo restaurar la catedral de san Orso, incrementó la predicación en lengua vulgar. En 1314, ya inestable de salud, se estableció en el castillo de Argenta y gobernó la sede episcopal de Rávena por vicarios, alejándose paulatinamente de la acción política y limitándose a la dirección de la diócesis.

Murió el 18 de agosto de 1321, quizás en su castillo de Argenta, el culto a Reinaldo siempre ha sido una constante tradición de la Iglesia ravenesa; en un documento del 1340 le es atribuido el título de ´beato´; en el 1413 el franciscano Niccolò de Rimini escribe ´Actos y milagros´ relatando esos hechos; en el 1566 durante un reconocimiento, el cuerpo fue encontrado casi intacto y con una larga barba y así es representado.

Sus reliquias están en Lodi, Concorégio, Vicenza, lugares dónde incluso es venerado. El culto oficial fue concedido a la diócesis de Ravena y a las otras ciudades, por el papa Pío IX, el 15 de enero de 1852.

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

responsable de la traducción: Xavier Villalta



1vicentini: gentilicio de Vicenza.
arriba
2La Romaña es una región histórica de Italia central que actualmente forma parte de la región de la Emilia-Romaña.
arriba
"3La bofetada de Anagni es un episodio sucedido en la ciudad de Anagni el 7 de septiembre de 1303. Actualmente se cree que no se trató propiamente de una bofetada materialmente dada, sino más bien a un golpe moral, aun cuando algunos historiadores atribuyen a Sciarra Colonna el acto de abofetear al Papa Bonifacio VIII: El episodio fue cantado por Dante Alighieri en su Divina Comedia (Purgatorio, Canto XX, 85-90).
El absolutismo monárquico del rey de Francia, Felipe IV el Hermoso, teorizado por los romanistas de su corte, no admitía ningún poder exterior a su voluntad, por lo que chocó con la doctrina teocrática del papa Bonifacio VIII, que afirmaba el derecho pontificio sobre todos los hombres, incluso los soberanos. Para ello promulgó la bula "Unam Sanctam" (1302), que desató la tormenta entre los dos poderes, puesto que la acompañó poco después con la excomunión del rey. El canciller de Felipe IV, Guillaume de Nogaret, aconsejó al rey la acción directa contra el Papa. Con la calumnia, Nogaret indispuso los ánimos, al mismo tiempo que con sus tropas se presentó en la residencia papal de Anagni, forzó la guardia del castillo y en una escena violenta y humillante ultrajó al pontífice y se apoderó de su persona. Libre al día siguiente, con la ayuda de tropas romanas amigas, Bonifacio VIII no resistió la afrenta; al cabo de tres días murió en Roma (11 de octubre de 1303).
El ultraje causó la ira incluso de algunos adversarios de la política del Papa, como el mismo Dante, que consideró la ofensa como realizada contra Cristo mismo

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Floro, Lauro y compañeros, Santos Mártires, 18 de agosto  

Floro, Lauro y compañeros, Santos

Mártires

Martirologio Romano: En la Iliria, los santos Mártires Floro y Lauro, canteros, los cuales, en tiempo del prefecto Licinio, después del martirio de sus maestros Próculo y Máximo, ambos, al cabo de muchos tormentos, fueron sumergidos en un pozo profundo.

Los gemelos Floro y Lauro eran aprendices de escultores y Proclo y Máximo sus maestros. Dejando Bizancio, su ciudad natal se establecieron en la región de la Dardania, en Ulpiano, donde ejercían su arte.

Fueron llamados por Licinio para la construcción de un templo a los dioses paganos; un día, Alejandro, hijo de Anastasio, sacerdote pagano, mientras asistía a la construcción, fortuitamente fue golpeado en un ojo.

Floro y Lauro instruyeron a Alejandro en la fe de Cristo cuando éste se convirtió al cristianismo, los Santos obraron el milagro de devolverle la vista al ojo enfermo.

Tal fue la admiración del padre por el prodigio, que también él se convirtió. Terminada la construcción del templo, Floro y Lauro, reunidos con los cristianos del lugar, entraron al templo con velas encendidas, portando en andas la Cruz.

Enterado Licinio de este hecho, les propuso perdonarlos, siempre que hicieran sacrificios a los dioses. Habiendo obtenido como respuesta una enérgica negativa, los Santos fueron flagelados, quedando su sangre esparcida por todo el piso, y luego ahogados en un pozo

Iliria es una antigua región histórica de Europa que, en su mayor extensión, incluía la parte occidental de la península Balcánica en la costa oriental del Mar Adriático, en lo que hoy es Albania. Su nombre griego fue Illyris, y el latino Illyricum. El nombre de Iliria prácticamente no fue usado por los autores clásicos.

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Fuente: Franciscanos.net
Paula Montaldi, Beata Abadesa Clarisa, 18 de agosto  

Paula Montaldi, Beata

Abadesa Clarisa

Martirologio Romano: En Mantua, de la Lombardía, beata Paula Montaldi, virgen, abadesa de la Orden de las Clarisas, que se distinguió por su devoción a la pasión del Señor y por su constante oración y austeridad (1514).

Etimología: Paula = "la que descansa".

 

Paula Montaldi nació en Volta Mantovana en 1443. De sólo quince años, en 1458, ingresó en el monasterio de las Hermanas Clarisas, de Santa Lucía en Mantua, donde por largos años fue abadesa. La Pasión de Jesús era el objeto más familiar de sus conversaciones, como también de sus meditaciones y contemplaciones. Fue devotísima de la Eucaristía. Llevó una vida muy austera, llevaba cilicio, se flagelaba y ayunaba, siempre feliz en las humillaciones, en el trabajo y en las fatigas.

Para con sus cohermanas se mostró llena de caridad y pronta a todas sus necesidades. Bajo su dirección el monasterio de Santa Lucía fue floreciente por las numerosas vocaciones y por la vida seráfica que allí se llevaba.

Agradecida al Señor por los favores que le había concedido, solía repetir esta oración: "Dios mío, te amo con todo mi corazón, con un amor sin medida y por toda mi vida no cesaré de cantar tus alabanzas!". En 56 años de vida religiosa nunca dio un disgusto a sus cohermanas. Como superiora prudente, procuró también el bien material de su comunidad, convencida de que habrá perfecta observancia de la regla cuando no falte lo necesario para la vida. En el jardín hizo excavar un pozo, llamado "Pozo de la Beata Paula", cuya agua abundante posee virtudes curativas.

Su confianza en Dios era grande. A menudo repetía la expresión de San Pablo: "Sé de quién me he fiado!". Su alma a veces era arrebatada en dulces éxtasis, a veces se oyeron coros angélicos que cantaban junto al tabernáculo. Escribió varios opúsculos especialmente sobre el nombre de Jesús, que lamentablemente se han perdido.

Un día mientras oraba en éxtasis ante un crucifijo situado en lo alto de una escalera, el demonio la atacó y la arrojó por tierra pavorosamente. Fue recogida por las cohermanas y recostada sobre un jergón. Eran los últimos días y las últimas pruebas. Exhausta por las vigilias prolongadas, por el riguroso ayuno y otras ásperas penitencias, asistida por su confesor y sus cohermanas, apretando contra su corazón el crucifijo, repitió nuevamente su jaculatoria predilecta: "Pasión de Cristo, Sangre de Cristo, misericordia de mí". Y serenamente expiró. Era el 18 de agosto de 1514. Tenía 71 años, de los cuales transcurrió en el monasterio 56.

Su culto fue aprobado por Pío IX el 6 de septiembre de 1876.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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