JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (4, 38-44)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús salió de la sinagoga y entró en la casa de Simón. La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le pidieron a Jesús que hiciera algo por ella. Jesús, de pie junto a ella, mandó con energía a la fiebre, y la fiebre desapareció. Ella se levantó enseguida y se puso a servirles.
Al meterse el sol, todos los que tenían enfermos se los llevaron a Jesús y él, imponiendo las manos sobre cada uno, los fue curando de sus enfermedades. De muchos de ellos salían también demonios que gritaban: "¡Tú eres el Hijo de Dios!" Pero él les ordenaba enérgicamente que se callaran, porque sabían que él era el Mesías.
Al día siguiente se fue a un lugar solitario y la gente lo andaba buscando. Cuando lo encontraron, quisieron retenerlo, para que no se alejara de ellos; pero él les dijo: "También tengo que anunciarles el Reino de Dios a las otras ciudades, pues para eso he sido enviado". Y se fue a predicar en las sinagogas de Judea.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
Memoria de San Gregorio Magno, Papa y Doctor de la Iglesia
Dichoso el pueblo escogido por Dios
Antífona de Entrada
El Señor lo eligió sumo sacerdote de su pueblo y derramó sobre él toda clase de bendiciones.
Oración Colecta
Oremos:
Señor Dios, que cuidas de tu pueblo con ternura y lo gobiernas con amor, concede tu espíritu de sabiduría, por intercesión del Papa san Gregorio, a quienes has encomendado el gobierno de la Iglesia, a fin de que no se pierda ninguna oveja de las confiadas a su cuidado.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios (3, 1-9)
Hermanos: Anteriormente no pude hablarles como a hombres movidos por el Espíritu Santo, sino como a individuos sujetos a sus pasiones. Como a cristianos todavía niños, les di leche y no alimento sólido, pues entonces no lo podían soportar.
Pero ni aun ahora pueden soportarlo, pues sus pasiones los siguen dominando. Porque, mientras haya entre ustedes envidias y discordias, ¿no es cierto que siguen sujetos a sus pasiones y viviendo en un nivel exclusivamente humano? Cuando uno dice: "Yo soy de Pablo", "Yo soy de Apolo", ¿no proceden ustedes de un modo meramente humano? En realidad, ¿quién es Apolo y quién es Pablo? Solamente somos servidores, por medio de los cuales ustedes llegaron a la fe, y cada uno de nosotros hizo lo que el Señor le encomendó.
Yo planté, Apolo regó, pero fue Dios quien hizo crecer. De modo que ni el que planta ni el que riega tienen importancia, sino sólo Dios, que es quien hace crecer. El que planta y el que riega trabajan para lo mismo, si bien cada uno recibirá el salario conforme a su propio trabajo.
Así pues, nosotros somos colaboradores de Dios y ustedes son el campo de Dios, la casa que Dios edifica.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 32
Dichoso el pueblo escogido por Dios.
Feliz la nación cuyo Dios es el Señor, dichoso el pueblo que escogió por suyo. Desde el cielo el Señor, atentamente, mira a todos los hombres.
Dichoso el pueblo escogido por Dios.
Desde el lugar de su morada observa a todos los que habitan en el orbe. El formó el corazón de cada uno y entiende sus acciones.
Dichoso el pueblo escogido por Dios.
En el Señor está nuestra esperanza, pues él es nuestra ayuda y nuestro amparo; en el Señor se alegra el corazón y en él hemos confiado.
Dichoso el pueblo escogido por Dios.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
El Señor me ha enviado para anunciar a los pobres la buena nueva y proclamar la liberación a los cautivos.
Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (4, 38-44)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús salió de la sinagoga y entró en la casa de Simón. La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le pidieron a Jesús que hiciera algo por ella. Jesús, de pie junto a ella, mandó con energía a la fiebre, y la fiebre desapareció. Ella se levantó enseguida y se puso a servirles.
Al meterse el sol, todos los que tenían enfermos se los llevaron a Jesús y él, imponiendo las manos sobre cada uno, los fue curando de sus enfermedades. De muchos de ellos salían también demonios que gritaban: "¡Tú eres el Hijo de Dios!" Pero él les ordenaba enérgicamente que se callaran, porque sabían que él era el Mesías.
Al día siguiente se fue a un lugar solitario y la gente lo andaba buscando. Cuando lo encontraron, quisieron retenerlo, para que no se alejara de ellos; pero él les dijo: "También tengo que anunciarles el Reino de Dios a las otras ciudades, pues para eso he sido enviado". Y se fue a predicar en las sinagogas de Judea.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, los dones que te presentamos al celebrar la fiesta de san Gregorio y haz que este sacrificio, por el que quisiste perdonar los pecados del mundo, nos sirva para nuestra salvación eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio de los Santos Pastores
Los santos pastores siguen presentes en la Iglesia
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor.
Porque permites que tu Iglesia se alegre hoy con la festividad de san Gregorio Magno, para animarnos con el ejemplo de su vida, instruirnos con su palabra y protegernos con su intercesión.
Por eso, con los ángeles y los santos, te cantamos el himno de alabanza, diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de la Comunión
El Buen Pastor da la vida por sus ovejas.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, tú que nos has alimentado con el Cuerpo de Cristo, haz que aprendamos de él, a ejemplo de san Gregorio, a conocer tu verdad y a vivirla por medio del amor.
Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Amén.
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Dia 3/09 San Gregorio Magno (papa y doctor de la Iglesia, blanco)
Antífona de Entrada
El Señor lo eligió sumo sacerdote y derramó sobre él todos los bienes.
Oración Colecta
Oremos:
Dios todo poderoso y eterno, que pusiste al papa san Gregorio al frente de tu pueblo para que con su ejemplo y su palabra lo ayudara a crecer en santidad; protege, por su intercesión, a los pastores de la Iglesia y al rebaño que les has confiado, para que siempre caminen por las sendas de la salvación.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Predicamos que Cristo es Señor, y nosotros siervos de ustedes por Jesús
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 4, 1-2. 5-7
Hermanos: Encargados de este servicio, por la misericordia de Dios, no nos acobardamos; al contrario, hemos renunciado a la clandestinidad y vergonzante, dejándonos de intrigas y no adulterando la palabra de Dios; en vez de eso, mostrando nuestra sinceridad, nos recomendamos delante de Dios a la conciencia de todo hombre. Porque no nos predicamos a nosotros, predicamos que Cristo es Señor, y nosotros, siervos de ustedes por Jesús.
El Dios que dijo:
"Brille la luz del seno de la tiniebla", ha brillado en nuestros corazones, para que nosotros iluminemos, dando a conocer la gloria de Dios, reflejada en Cristo. Este tesoro lo llevamos en vasijas de barro, para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del Salmo 95
Canten a todos los pueblos las maravillas del Señor.
Canten al Señor un cántico nuevo; cante al Señor toda la tierra; canten al Señor, bendigan su nombre, proclamen día tras día su victoria.
Canten a todos los pueblos las maravillas del Señor.
Proclamen día tras día su victoria; cuenten a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las naciones.
Canten a todos los pueblos las maravillas del Señor.
Familias de los pueblos, aclamen al Señor; aclamen la gloria y el poder del Señor.
Canten a todos los pueblos las maravillas del Señor.
Digan los pueblos: "El Señor es rey; él afianzó el orbe, y no se moverá ; él gobierna a los pueblos rectamente".
Canten a todos los pueblos las maravillas del Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
A ustedes los llamo amigos, dice el Señor, porque todo lo que he oído a mi Padre se lo he dado a conocer.
Aleluya.
Evangelio
Yo les transmito el Reino, como me lo transmitió mi Padre a mí
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 22, 24-30
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, los discípulos se pusieron a disputar sobre quién de ellos debía ser tenido como el primero. Jesús les dijo:
"Los reyes de los gentiles los dominan y los que ejercen la autoridad se hacen llamar bienhechores. Ustedes no hagan así, sino que el primero entre ustedes pórtese como el menor, y el que gobierne, como el que sirve. Porque ¿quién es más, el que está en la mesa o el que sirve? ¿Verdad que el que está en la mesa? Pues yo estoy en medio de ustedes como el que sirve.
Ustedes son los que han perseverado conmigo en mis pruebas, y yo les transmito el Reino, como me lo transmitió mi Padre a mí: comerán y beberán a mi mesa en mi Reino, y se sentarán en tronos para regir a las doce tribus de Israel".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Prefacio
Los santos pastores siguen presentes en la Iglesia
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor.
Porque permites que tu Iglesia se alegre hoy con la festividad de Gregorio Magno, para animarnos con el ejemplo de su vida, instruirnos con su palabra y protegernos con su intercesión.
Por eso,
con los ángeles y los santos, te cantamos el himno de alabanza, diciendo sin cesar:
Antífona de la Comunión
El buen pastor dio la vida por las ovejas.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, que cuantos hemos sido fortalecidos con Cristo, verdadero pan de vida y único maestro de los hombres, aprendamos en la fiesta de san Gregorio Magno a conocer tu verdad y vivirla con amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
† Meditación diaria
22ª semana. Miércoles
LES IMPONÍA LAS MANOS
— Ayudar a todos, tratar a cada uno como Cristo lo hubiera hecho en nuestro lugar.
— Pacientes y constantes en el apostolado.
— Difundir por todas partes la doctrina de Cristo.
I. Nos relata el Evangelio de la Misa1 que puesto ya el sol comenzaron a traer a Cristo numerosos enfermos para que los curase. Es muy posible que aquel día fuera sábado, pues al caer el sol ya no obligaba el descanso sabático, tan escrupulosamente observado por los fariseos. Los enfermos eran muy numerosos. San Marcos2 señala que toda la ciudad se había juntado delante de la puerta. San Lucas nos ha dejado el detalle singular de que los curó imponiendo las manos sobre cada uno -singulis manus imponens Se fija atentamente en los enfermos y a cada uno le dedica su atención plena, porque toda persona es única para Él. Todo hombre es bien recibido siempre por Jesús, y es tratado por Él con la dignidad incomparable que merece siempre la persona humana.
Comentando este pasaje del Evangelio, señala San Ambrosio que "desde el comienzo de la Iglesia ya buscaba Jesús a las turbas. Y ¿por qué? -se pregunta Porque para curar no hay tiempo ni lugar determinados. En todos los lugares y tiempos se ha de aplicar la medicina"3. Nos muestra el Evangelio la infatigable actividad de Cristo; nos enseña el camino que debemos seguir nosotros con quienes están alejados de la fe, con tantas y tantas almas que no se han acercado aún a Cristo para recibir de Él la curación. "Ningún hijo de la Iglesia Santa puede vivir tranquilo, sin experimentar inquietud ante las masas despersonalizadas: rebaño, manada, piara, escribí en alguna ocasión. ¡Cuántas pasiones nobles hay, en su aparente indiferencia! ¡Cuántas posibilidades!
"Es necesario servir a todos, imponer las manos a cada uno –"singulis manus imponens", como hacía Jesús–, para tornarlos a la vida, para iluminar sus inteligencias y robustecer sus voluntades, ¡para que sean útiles!"4.
Servir a todos, tratarlos como Cristo lo hubiera hecho en nuestro lugar, con el mismo aprecio, con el mismo respeto, a cada uno individualmente, teniendo en cuenta sus circunstancias peculiares, su modo de ser, el estado en que se encuentra, sin aplicar a todos la misma receta. Son gentes que vienen a nuestro encuentro por motivos profesionales, de vecindad, de viaje, de afanes o aficiones comunes... Y otros que nosotros vamos a buscar a donde se encuentran para llevarlos hasta el Señor, "como el médico busca al enfermo. Con una sola alma que se salve por la mediación de otro, puede obtenerse el perdón de muchos pecados"5.
Aprendamos en este rato de oración a tener el mismo interés de aquellos que se agolpaban junto a la puerta llevándole los enfermos para que los curase. Veamos junto a Él si los tratamos con la misma atención –singulis manus imponens– con la que Jesús los atendía.
II. Para llegar hasta Cristo hay un camino –a veces largo– que es preciso recorrer con paciencia y constancia. Él espera a nuestros amigos, a los compañeros de estudio o de profesión, a los hijos, a los hermanos... A todos los ayudaremos como Jesús hacía: uno a uno, teniendo en cuenta sus circunstancias peculiares, su edad..., sus enfermedades... Hemos de saber valorar a cada uno en el precio infinito de la Sangre redentora con la que el Señor los rescató. Al acompañarlos hasta Jesús encontraremos resistencias, quizá durante mucho tiempo; son consecuencia de la dificultad de los hombres para secundar el querer de Dios, por las secuelas que el pecado original dejó en el alma, que se agravaron después por los pecados personales. Otras veces esa pasividad es consecuencia de la ignorancia que padecen o del error. Esto nos llevará a rezar y a ofrecer mortificaciones, horas de trabajo o de estudio por ellos, a intensificar la amistad...; más cuanto mayor sea la oposición. La fe nos llevará a comprenderlos y a disculparlos con corazón grande, pero conociendo bien que la meta está en que conozcan y amen a Jesucristo, el mayor bien que podemos hacerles, el más grande de todos los favores y beneficios.
En todo apostolado es necesaria una actitud paciente, que nunca es abandono o desidia, sino parte de la virtud de la fortaleza; la paciencia supone una perseverancia tenaz en conseguir los frutos deseados. Muchas veces será necesario caminar poco a poco, "como por un plano inclinado", sin desanimarnos jamás porque nos parezca que no avanzan o quizá que retroceden. El Señor ya cuenta con esas situaciones y da las gracias oportunas. Él ya impuso las manos sobre cada uno, desde el momento mismo en que decidimos junto al Sagrario llevarlos hasta Él. Desde el comienzo de todo apostolado, bendice los deseos de acercarle esas almas que por diversas circunstancias están próximas a nuestro vivir diario.
Si las personas tardan en responder será preciso recordar la paciencia que Dios ha tenido con nosotros, y considerar lo mucho que nos ha perdonado, y las incontables veces que le hemos hecho esperar... ¡Qué esperas las de nuestro Dios! ¡Cuánto ha aguardado ante la puerta del alma! Si el Señor nos hubiera abandonado cuando no respondimos, cuando no quisimos oír su llamada, ¡qué lejos nos encontraríamos ahora de Él! Nuestro empeño nunca será estéril, porque en el apostolado nos mueve el amor al Señor. Algunos llegarán hasta Él después de unos días de trato, otros después de no pocos años. Unos, en la primera conversación; otros, tras una larga dilación. Unos podrán correr desde el principio, otros apenas tendrán fuerzas para dar un corto paso. A cada uno hemos de tratarlo en su peculiar situación humana y sobrenatural, sin cansarnos, sin abandonos. El médico no utiliza la misma receta para todos, ni el sastre la misma talla, ni el mismo modelo. Vosotros, hermanos -aconseja el Apóstol Santiago-, tened paciencia, hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador, con la esperanza de recoger el precioso fruto de la tierra, aguanta con paciencia, hasta que recibe las lluvias temprana y tardía. Esperad, pues, también vosotros con paciencia y esforzad vuestros corazones6.
Con prudencia sobrenatural, y sin falsas prudencias humanas, insistiremos a los amigos, parientes y colegas. Todo unido a una gran caridad y comprensión, pues solamente buscamos su bien. Si los enemigos de Dios insisten tanto para alejarlos de Él, ¿cómo no vamos a empeñarnos nosotros, que buscamos su bien? ¡Tú sabes, Señor, que solo buscamos lo mejor para ellos! Lo mejor eres Tú mismo, que te das a quien quiere acogerte.
III. Aquella tarde, fueron muchos los que recibieron la curación y una palabra de aliento, un gesto de comprensión por parte del Maestro: al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos con diversas dolencias, los traían a Él. Y Él, poniendo las manos sobre cada uno, los curaba. ¡Qué alegría para los enfermos... y para quienes los habían acercado hasta Jesús! El apostolado, lleno de sacrificio, es a la vez un quehacer inmensamente alegre. ¡Qué gran tarea llevar a nuestros amigos hasta Jesús para que Él les imponga las manos y los sane!
A la mañana siguiente, Jesús se había retirado a orar a un lugar solitario, como solía hacer; salieron en su busca, y lo detenían para que no se apartara de ellos. Pero Él les dijo: Es necesario que yo anuncie también a otras ciudades el Evangelio del Reino de Dios, porque para esto he sido enviado. E iba predicando por las sinagogas de Judea.
Hoy también son muchos los que no conocen a Cristo. Y el Señor pone en nuestro corazón la urgencia de combatir tanta ignorancia, difundiendo por todas partes la buena doctrina, con iniciativas y maneras bien diversas. "Tal misión —nos recuerda el Papa Juan Pablo II- no es exclusiva de los ministros sagrados o del mundo religioso, sino que debe abarcar los ámbitos de los seglares, de la familia, de la escuela. Todo cristiano ha de participar en la tarea de formación cristiana. Ha de sentir la urgencia de evangelizar, que no es para mí motivo de gloria, sino que se me impone (1 Cor 9, 16)"7. Solo si miramos a Cristo, si le amamos, venceremos la pereza y la comodidad, saldremos de la torre de marfil que cada uno tiende a construirse a su alrededor, haremos que muchos ciegos vean a Cristo, que muchos sordos le oigan, que muchos paralíticos caminen a su lado, pues el Señor cuenta con nuestra colaboración.
Miremos a Cristo en nuestra oración y contemplemos también a quienes nos rodean. ¿Qué hemos hecho hasta ahora para acercarles hasta el Señor? Veamos la propia familia, el trabajo o el estudio, los vecinos, las personas que más o menos circunstancialmente encontramos en aquella afición que practicamos, en los viajes... ¿No habremos desaprovechado muchas ocasiones? ¿No nos habremos cansado? ¿No nos podrán decir un día que no les hablamos de Cristo, lo que realmente necesitaban?
Nos ayudará a hacer un apostolado incesante la consideración de que el bien o el mal que se realiza tiene siempre un efecto multiplicador. Quienes aquella tarde sintieron que Cristo se paraba a su lado y les imponía sus manos divinas experimentaron que su vida ya no podía ser como antes. Se convirtieron en nuevos apóstoles, que irían difundiendo por todas partes que existía el Camino, la Verdad y la Vida, y que ellos lo habían conocido. Lo fueron pregonando en la familia, en su pueblo..., en todas partes por donde iban. Eso debemos hacer nosotros.
1 Lc 4, 38-44. - 2 Cfr. Mc 1, 33. - 3 San Ambrosio, Tratado sobre la virginidad, 8, 10. - 4 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 901. - 5 San Juan Crisóstomo, en Catena Aurea, vol. 5, p. 238. - 6 Sant 5, 7-8. - 7 Juan Pablo II, Discurso en Granada, 15-XI-1982; cfr. Exhor. Apost. Christifideles laici, 30-XII-1988, n. 33.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
San Gregorio Magno |
Señor Dios, que cuidas a tu pueblo con ternura y lo gobiernas con amor, te pedimos que, por intercesión del papa San Gregorio Magno, concedas el Espíritu de sabiduría a quienes has establecido como maestros y pastores de la Iglesia, para que así el progreso de los fieles constituya el gozo eterno de sus pastores. Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Gregorio significa "el Vigilante", en Griego
Nació y murió en Roma en 540 y 604.
Estudió Derecho y en 573 fue nombrado Prefecto.
Como heredó la fortuna de su padre, construyó varios monasterios en Roma y se retiró al Monte Celio.
Fue ordenado diácono y en 578 el Papa Benedicto I lo ordenó presbítero.
Fungió como Nuncio en Constantinopla entre 579 y 586. Tres años después fue elegido Papa, misión en que se distinguió por su oratoria, política tolerante, administración atinada, interés misionero en Inglaterra y España y tacto en la reforma del clero y la liturgia. Su acción pastoral se refleja en varias de sus obras: Regla pastoral, Diálogos, Sacramentario y Antifonario.
Se distinguió, también, por su obra bíblica (varios comentarios), ascética (su Moralina) y epistolar (859 cartas). Apenas muerto, fue venerado como santo y la tradición lo asumió como Patrón de los liturgistas, sabios e investigadores, por su amplia erudición; de los músicos, chantres y cantores, por la escuela de canto que fundó (cantos gregorianos); Defensor contra la enfermedad de la gota y la peste; y Abogado de las almas del purgatorio por las "misas gregorianas" que hasta él se hicieron remontar.
En la iconografía aparece, como todos los papas, con la tiara y la cruz papal; en calidad de Padre de la Iglesia (uno de los cuatro grandes de Occidente) al que la tradición conoce como El Grande; y como monje. Una paloma, símbolo de inspiración, una cartela con notas musicales, los emblemas pontificios y el ánima sola o varias almas del purgatorio son sus atributos principales.
Antonio Ixida (o Ishida) y Compañeros, Beatos Mártires, 3 de septiembre
Mártires Martirologio Romano: En Nagasaki, en Japón, beatos Bartolomé Gutiérrez, presbítero, de la Orden de Ermitaños de San Agustín, y cinco compañeros, mártires, quienes, por odio a la fe cristiana, fueron sumergidos todos ellos en aguas sulfúreas hirviendo y después arrojados al fuego (1632). Antonio Amador Ishida (o Ixida), nació en el año 1570 en Shimabara (Nagasaki), Japón. Bibliografía: Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús |
Marino, Santo Diácono, 3 de septiembre
Diácono Martirologio Romano: En el monte Titano, cerca de Rímini, en la Flaminia, san Marino, diácono y anacoreta, portador al pueblo gentil del Evangelio y de la libertad de Cristo (s. IV/V) Nacido en una familia cristiana, era albañil, nativo de Dalmacia, y uno de los numerosos trabajadores que en el año 257 fueron movilizados, por orden de Diocleciano y de Maximiano, para la reconstrucción de las murallas de Rímini. Bibliografía: Dicccionario de los Santos |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Bartolomé Gutiérrez, Beato Presbítero y Mártir, 3 de septiembre
Presbítero y Mártir Martirologio Romano: En Nagasaki, en Japón, beatos Bartolomé Gutiérrez, presbítero, de la Orden de Ermitaños de San Agustín, y cinco compañeros, mártires, quienes, por odio a la fe cristiana, fueron sumergidos todos ellos en aguas sulfúreas hirviendo y después arrojados al fuego (1632). Nació en México en 1580. Fue bautizado el 4 de septiembre de 1580 en la Parroquia del Sagrario Metropolitano. Muy joven entró en la Orden de San Agustín. Hizo su profesión religiosa el 1° de junio de 1596. Siguió sus estudios sacerdotales en el convento de Yuriria, centro de estudios floreciente y alejado del bullicio de la capital. Una vez ordenado sacerdote fue trasladado al convento de Puebla. Pidió a sus superiores ser enviado a las misiones de Filipinas. Sus compañeros, en broma, le decían que no podría soportar las penalidades de las misiones, pues era muy obeso. "Tanto mejor -respondía con gracia- así habrá más reliquias para repartir cuando muera mártir; porque algún día iré a Filipinas y de allí a Japón, a morir por la fe de Cristo". |
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Fuente: Santiebeati.it
Brígida de Jesús Morello, Beata Fundadora, 3 de septiembre
Fundadora de la Congregación de Hermanas Ursulinas de María Inmaculada Martirologio Romano: En Piacenza, en la región de Emilia, en Italia, beata Brígida de Jesús Morello, que, después de enviudar, se consagró a Dios, afanándose en obras de penitencia y caridad, y fundando la Congregación de Hermanas Ursulinas de María Inmaculada, dedicadas a la educación cristiana de la juventud femenina (1679). Brígida Morello fue una mujer de su tiempo, el siglo XVII; una mujer de gran fe que supo ver en los acontecimientos históricos y sobre todo en los que a ella le toco vivir la santa voluntad de Dios. |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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