JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 6, 20-26
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, mirando Jesús a sus discípulos, les dijo:
"Dichosos los pobres, porque de ustedes es el Reino de Dios.
Dichosos los que ahora tienen hambre, porque serán saciados.
Dichosos los que ahora lloran, porque reirán.
Dichosos serán cuando los hombres los aborrezcan, y los excluyan, los insulten y maldigan por causa del Hijo del hombre. Alégrense ese día y salten de gozo, porque su recompensa será grande en el cielo; pues así trataron sus antepasados a los profetas.
Pero ¡ay de ustedes, los ricos, porque ya tienen ahora su consuelo! ¡Ay de ustedes, los que se hartan ahora, porque tendrán hambre! ¡Ay, de los que ríen ahora, porque llorarán de pena! ¡Ay, cuando todo el mundo los alabe!, porque de ese modo trataron sus antepasados a los falsos profetas".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
mie 23a. Ordinario año Par
Antífona de Entrada
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? Cuando me asaltan mis enemigos, tropiezan y caen.
Oración Colecta
Oremos:
Dios nuestro, de quien todo bien procede, inspíranos propósitos de justicia y santidad y concédenos tu ayuda para poder cumplirlos.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
¿Estás casado? No te separes de tu esposa. ¿Eres soltero? No te cases
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 7, 25-31
Queridos hermanos: Acerca de las personas solteras, no he recibido ningún mandamiento del Señor; pero les voy a dar un consejo, pues por la misericordia del Señor soy digno de confianza.
Opino que, en vista de las dificultades de esta vida, lo que conviene es que cada uno se quede como está. ¿Estás casado? No busques la separación. ¿Eres soltero? No busques mujer; pero si te casas, no haces mal; y si una joven se casa, tampoco hace mal.
Sin embargo, los que se casan sufren en esta vida muchas tribulaciones, que yo quisiera evitarles.
Digo esto, hermanos: la vida es corta. Por tanto, conviene que los casados vivan como si no lo estuvieran; los que sufren, como si no sufrieran; los que están alegres, como si no se alegraran; los que compran, como si no poseyeran; los que disfrutan del mundo, como si no poseyeran de él, porque este mundo que vemos es pasajero.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Sal 44, 11-12.14-15.16-17
El rey está prendado de tu belleza.
Escucha, hija, mira y pon atención. Olvida a tu pueblo y la casa paterna: el rey está prendado de tu belleza; ríndele homenaje, porque él es tu Señor.
El rey está prendado de tu belleza.
Con todos los honores entra la princesa, vestida de oro y de brocados, y es conducida hasta el rey; un cortejo de doncellas la acompaña.
El rey está prendado de tu belleza.
Entre alegría y regocijo van entrando en el palacio real. A cambio de tus padres, tendrás hijos, que nombrarás príncipes por toda la tierra.
El rey está prendado de tu belleza.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Alégrense ese día y salten de gozo, porque su recompensa será grande en el cielo.
Aleluya.
Evangelio
Dichosos los pobres. ¡Ay de ustedes, los ricos!
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 6, 20-26
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, mirando Jesús a sus discípulos, les dijo:
"Dichosos los pobres, porque de ustedes es el Reino de Dios.
Dichosos los que ahora tienen hambre, porque serán saciados.
Dichosos los que ahora lloran, porque reirán.
Dichosos serán cuando los hombres los aborrezcan, y los excluyan, los insulten y maldigan por causa del Hijo del hombre. Alégrense ese día y salten de gozo, porque su recompensa será grande en el cielo; pues así trataron sus antepasados a los profetas.
Pero ¡ay de ustedes, los ricos, porque ya tienen ahora su consuelo! ¡Ay de ustedes, los que se hartan ahora, porque tendrán hambre! ¡Ay, de los que ríen ahora, porque llorarán de pena! ¡Ay, cuando todo el mundo los alabe!, porque de ese modo trataron sus antepasados a los falsos profetas".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Mira, Señor, con bondad estos dones que te presentamos humildemente, para que sean gratos a tus ojos y nos hagan crecer en tu amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
La salvación por Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, que por amor creaste al hombre y, aunque condenado justamente, lo redimiste por tu misericordia, por Cristo, Señor nuestro.
Por él,
los ángeles y los arcángeles y todos los coros celestiales celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza:
Antífona de la Comunión
Señor, tú eres mi amor, mi fuerza y mi refugio, mi liberación y mi ayuda. Tú eres mi Dios.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Que la fuerza redentora de esta Eucaristía nos proteja, Señor, de nuestras malas inclinaciones y nos guíe siempre por el camino de tus mandamientos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
† Meditación diaria
23ª semana. Miércoles
PAZ EN LA CONTRADICCIÓN
— No deben sorprendernos las incomprensiones y adversidades que surjan por seguir a Cristo. Junto a Él, el dolor se torna gozo.
— La "contradicción de los buenos".
— Frutos de las incomprensiones.
I. El Señor anuncia en diversas ocasiones que quien aspire a seguirle de verdad, de cerca, tendrá que hacer frente a las acometidas de quienes se muestran como enemigos de Dios e incluso de quienes, siendo cristianos, no viven en coherencia con la fe. En su camino hacia la santidad, el cristiano encontrará a veces un clima de hostilidad, que el Señor no dudó en llamar con una palabra dura: persecución1. En la última de las bienaventuranzas recogida por San Lucas en el Evangelio de la Misa2, nos dice Jesús: Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien, cuando os expulsen, os injurien y proscriban vuestro nombre como maldito, por causa del Hijo del Hombre. Y no hemos de pensar que esta persecución, en las diferentes formas en que puede presentarse, es algo excepcional, que se dará en unas épocas especiales o solo en lugares determinados: No es el discípulo más que el Maestro -anunció Jesús-, ni el siervo más que su Señor. Si al amo de la casa le han llamado Beelzebú, cuánto más a los de su casa3. Y San Pablo prevenía así a Timoteo: Y todos aquellos que quieran vivir piadosamente según Cristo Jesús, han de padecer persecución4.
Pero la persecución no quiere decir desgracia, sino bienaventuranza, alegría y dicha, porque es resello de autenticidad en el seguimiento de Cristo, de que las personas y las obras van por buena senda. No deben quitarnos la paz ni deben sorprendernos las contrariedades que surjan en nuestro camino. Si alguna vez permite el Señor que sintamos el dolor de la persecución abierta –la calumnia, la difamación...–, o aquella otra más solapada –la que emplea como armas la ironía que trata de ridiculizar los valores cristianos, la presión ambiental que pretende amedrentar a quienes se atreven a mantener una visión cristiana de la vida y les desprestigia ante la opinión pública–, hemos de saber que es una ocasión permitida por el Señor, para que nos llenemos de frutos, pues, como decía un mártir mientras se dirigía a la muerte, "donde mayor es el trabajo, allí hay más rica ganancia"5. Entonces deberemos agradecer al Señor esa confianza que ha tenido con nosotros al considerarnos capaces de padecer algo –poca cosa será– por Él. Imitaremos, aunque a mucha distancia, a los Apóstoles, que después de haber sido azotados por predicar públicamente la Buena Nueva salieron gozosos de la presencia del Sanedrín, porque habían sido dignos de padecer ultrajes por el nombre de Jesús6. No se callaron en su apostolado, sino que predicaban a Jesús con más fervor y alegría. Tampoco nosotros debemos callar: la oración ha de ser entonces más intensa y mayor la preocupación por las almas. Es bueno acordarse en esos momentos de las palabras del Señor: Alegraos en aquel día y regocijaos, porque vuestra recompensa es grande en el Cielo.
Junto a Cristo, el dolor se torna gozo: "Es mejor para mí, Señor, sufrir la tribulación, con tal de que tú estés conmigo, que reinar sin ti, disfrutar sin ti, gloriarme sin ti. Es mejor para mí, Señor, abrazarme a ti en la tribulación, tenerte conmigo en el horno de fuego, que estar sin ti, aunque fuese en el mismo Cielo. ¿Qué me importa el Cielo sin ti?; y contigo, ¿qué me importa la tierra?"7.
II. También el Señor nos alerta en el Evangelio de la Misa: ¡Ay cuando los hombres hablen bien de vosotros, pues de este modo se comportaban sus padres con los falsos profetas! La fe, cuando es auténtica, "derriba demasiados intereses egoístas para no causar escándalo"8. Es difícil, quizá imposible, ser buen cristiano y no chocar con un ambiente aburguesado y cómodo, y frecuentemente pagano. Hemos de pedir continuamente la paz para la Iglesia y para los cristianos de todos los países, pero no debe extrañarnos ni asustarnos si nos llega la resistencia del ambiente a la doctrina de Cristo que queremos dar a conocer, las difamaciones, las calumnias... El Señor nos ayudará a sacar frutos abundantes de estas situaciones.
Cuando San Pablo llegó a Roma, le dicen los judíos que viven allí, al referirse a la Iglesia naciente: de esta lo único que sabemos es que por todas partes sufre contradicción9. Al cabo de veinte siglos vemos en la historia reciente o en el momento actual cómo en diversos países han sufrido martirio miles de buenos cristianos –sacerdotes y laicos– a causa de su fe, o se ven impedidos o discriminados por sus creencias, o son marginados de cargos públicos o puestos de enseñanza por ser católicos, o encuentran dificultades para que sus hijos reciban la enseñanza de la doctrina cristiana. Otras veces es el mismo ambiente opresivo que considera la religión como un arcaísmo, mientras que "la modernidad y el progreso" son concebidos como la liberación de cualquier idea religiosa.
Cuesta entender la calumnia o la persecución –abierta o solapada– en una época en la que se habla tanto de tolerancia, de comprensión, de convivencia y de paz. Pero son más difíciles de entender las contradicciones cuando llegan de hombres "buenos"; cuando el cristiano persigue –no importa el modo– al cristiano, y el hermano al hermano. El Señor previno a los suyos para esos momentos en los que quienes difaman, calumnian o entorpecen la labor apostólica no son paganos, ni enemigos de Cristo, sino hermanos en la fe que piensan que con ello hacen un servicio a Dios10. "La contradicción de los "buenos" –la expresión la acuñó el Fundador del Opus Dei, que la experimentó dolorosamente en su vida– es prueba que Dios permite alguna vez y que resulta particularmente penosa para el cristiano a quien le toca en suerte. Sus motivos suelen ser apasionamientos demasiado humanos que pueden torcer el buen juicio y la limpia intención de hombres que profesan la misma fe y forman el mismo Pueblo de Dios. Hay a veces celos en vez de celo por las almas, emulación indiscreta que mira con envidia y considera como un mal el bien hecho por otros. Puede haber también dogmatismo estrecho que rehúsa reconocer a los demás el derecho a pensar de maneras distintas en materias dejadas por Dios al libre juicio de los hombres (...). La contradicción de los "buenos" (...) suele manifestarse en desamor hacia algunos hermanos en la fe, oposición larvada a sus labores y crítica destructiva"11.
En cualquier caso, la postura del cristiano que quiere ante todo ser fiel a Cristo ha de ser la de perdonar, desagraviar y actuar con rectitud de intención, con la mirada puesta en Cristo. "No esperes por tu labor el aplauso de las gentes.
"—¡Más!: no esperes siquiera, a veces, que te comprendan otras personas e instituciones, que también trabajan por Cristo.
"—Busca solo la gloria de Dios y, amando a todos, no te preocupe que otros no te entiendan"12.
III. De las contradicciones hemos de sacar mucho fruto. "Se había desatado la persecución violenta. Y aquel sacerdote rezaba: Jesús, que cada incendio sacrílego aumente mi incendio de Amor y Reparación"13. No solo no deben hacernos perder la paz ni ser causa de desaliento o de pesimismo, sino que han de servirnos para enriquecer el alma, para ganar en madurez interior, en fortaleza, en caridad, en espíritu de reparación y de desagravio, en comprensión.
Ahora y en esos momentos difíciles que, sin ser habituales, pueden presentarse en nuestra vida, nos harán mucho bien aquellas palabras pacientes y serenas de San Pedro dirigidas a los cristianos de la primera hora cuando padecían calumnias y persecución: Mejor es padecer haciendo el bien, si tal es la voluntad de Dios, que padecer haciendo el mal14.
El Señor se valdrá de esas horas de dolor para hacer el bien a otras personas: "Algunas veces llama por los milagros, otras por los castigos, algunas por las prosperidades de este mundo, y, por último, en otras ocasiones llama por las adversidades"15.
En toda situación tendremos siempre motivos para estar alegres y ser optimistas, con el optimismo que nace de la fe y de la oración confiada. "El Cristianismo ha estado demasiadas veces en lo que parecía un fatal peligro, como para que ahora nos vaya a atemorizar una nueva prueba (...). Son imprevisibles las vías por las que la Providencia rescata y salva a sus elegidos. A veces, nuestro enemigo se convierte en amigo; a veces se ve despojado de la capacidad de mal que le hacía temible; a veces se destruye a sí mismo; o, sin desearlo, produce efectos beneficiosos, para desaparecer a continuación sin dejar rastro. Generalmente la Iglesia no hace otra cosa que perseverar, con paz y confianza, en el cumplimiento de sus tareas, permanecer serena, y esperar de Dios la salvación"16.
Los momentos en que encontremos dificultades y contradicciones –sin exagerarlas– son particularmente propicios para ejercitar una serie de virtudes: debemos pedir por aquellos que –quizá sin saberlo– nos hacen mal, para que dejen de ofender a Dios; desagraviar al Señor, siendo más fieles en nuestros deberes cotidianos; hacer un apostolado más intenso; proteger con caridad delicada a aquellos hermanos "débiles" en la fe que por su edad, por su menor formación o por su especial situación, podrían recibir un mayor daño en su alma.
La Virgen Nuestra Madre, que nos ayuda en todo momento, nos oirá particularmente en los más difíciles. "Dirígete a la Virgen –Madre, Hija, Esposa de Dios, Madre nuestra–, y pídele que te obtenga de la Trinidad Beatísima más gracias: la gracia de la fe, de la esperanza, del amor, de la contrición, para que, cuando en la vida parezca que sopla un viento fuerte, seco, capaz de agostar esas flores del alma, no agoste las tuyas..., ni las de tus hermanos"17.
1 Cfr. J. Orlandis, 8 Bienaventuranzas, p. 141. — 2 Lc 6, 20-26. — 3 Mc 10, 24-25. — 4 2 Tim 3, 12. — 5 San Ignacio de Antioquía, Carta a San Policarpo de Esmirna, 1. — 6 Hech 5, 41. — 7 San Bernardo, Sermón 17. — 8 G. Chevrot, Las Bienaventuranzas, p. 234. — 9 Hech 28, 22. — 10 Cfr. Jn 16, 2. — 11 J. Orlandis, o. c., p. 150. — 12 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 255. — 13 Ibídem, n. 1026. — 14 1 Pdr 3, 17. — 15 San Gregorio Magno, Homilía 36 sobre los Evangelios. — 16 J. H. Newman, Biglietto Speech, 12-V-1879. — 17 San Josemaría Escrivá, o. c., n. 227.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
San Nicolás de Tolentino |
El nombre Nicolás significa: "Victorioso con el pueblo" (Nico = victorioso. Laos = pueblo).
El sobrenombre Tolentino le vino de la ciudad italiana donde trabajó y murió.
Sus papás después de muchos años de matrimonio no tenían hijos, y para conseguir del cielo la gracia de que les llegara algún heredero, hicieron una peregrinación al santuario de San Nicolás de Bari. Al año siguiente nació este niño y en agradecimiento al santo que les había conseguido el regalo del cielo, le pusieron por nombre Nicolás.
Ya desde muy pequeño le gustaba alejarse del pueblo e irse a una cueva a orar. Cuando ya era joven, un día entró a un templo y allí estaba predicado un famoso fraile agustino, el Padre Reginaldo, el cual repetía aquellas palabras de San Juan: "No amen demasiado el mundo ni las cosas del mundo. Todo lo que es del mundo pasará". Estas palabras lo conmovieron y se propuso hacerse religioso. Pidió ser admitido como agustino, y bajo la dirección del Padre Reginaldo hizo su noviciado en esa comunidad.
Ya religioso lo enviaron a hacer sus estudios de teología y en el seminario lo encargaron de repartir limosna a los pobres en la puerta del convento. Y era tan exagerado en repartir que fue acusado ante sus superiores. Pero antes de que le llegara la orden de destitución de ese oficio, sucedió que impuso sus manos sobre la cabeza de un niño que estaba gravemente enfermo diciéndole: "Dios te sanará", y el niño quedó instantáneamente curado. Desde entonces los superiores empezaron a pesar que sería de este joven religioso en el futuro.
Ordenado de sacerdote en el año 1270, se hizo famoso porque colocó sus manos sobre la cabeza de una mujer ciega y le dijo las mismas palabras que había dicho al niño, y la mujer recobró la vista inmediatamente.
Fue a visitar un convento de su comunidad y le pareció muy hermoso y muy confortable y dispuso pedir que lo dejaran allí, pero al llegar a la capilla oyó una voz que le decía: "A Tolentino, a Tolentino, allí perseverarás". Comunicó esta noticia a sus superiores, y a esa ciudad lo mandaron.
Al llegar a Tolentino se dio cuenta de que la ciudad estaba arruinada moralmente por una especie de guerra civil entre dos partidos políticos, lo güelfos y los gibelinos, que se odiaban a muerte. Y se propuso dedicarse a predicar como recomienda San Pablo. Oportuna e inoportunamente". Y a los que no iban al templo, les predicaba en las calles.
A Nicolás no le interesaba nada aparecer como sabio ni como gran orador, ni atraerse los aplausos de los oyentes. Lo que le interesaba era entusiasmarlos por Dios y obtener que cesara las rivalidades y que reinara la paz. El Arzobispo San Antonino, al oírlo exclamó: "Este sacerdote habla como quien trae mensajes del cielo. Predica con dulzura y amabilidad, pero los oyentes estallan en lágrimas al oírle. Sus palabras penetran en el corazón y parecen quedar escritas en el cerebro del que escucha. Sus oyentes suspiran emocionados y se arrepienten de su mala ida pasada".
Los que no deseaban dejar su antigua vida de pecado hacían todo lo posible por no escuchar a este predicador que les traía remordimientos de conciencia.
Uno de esos señores se propuso irse a la puerta del templo con un grupo de sus amigos a boicotearle con sus gritos y desórdenes un sermón al Padre Nicolás. Este siguió predicando como si nada especial estuviera sucediendo. Y de un momento a otro el jefe del desorden hizo una señal a sus seguidores y entró con ellos al templo y empezó a rezar llorando, de rodillas, muy arrepentido. Dios le había cambiado el corazón. La conversión de este antiguo escandaloso produjo una gran impresión en la ciudad, y pronto ya San Nicolás empezó a tener que pasar horas y horas en el confesionario, absolviendo a los que se arrepentían al escuchar sus sermones.
Nuestro santo recorría los barrios más pobres de la ciudad consolando a los afligidos, llevando los sacramentos a los moribundos, tratando de convertir a los pecadores, y llevando la paz a los hogares desunidos.
En las indagatorias para su beatificación, una mujer declaró bajo juramento que su esposo la golpeaba brutalmente, pero que desde que empezó a oír al Padre Nicolás, cambió totalmente y nunca la volvió a tratar mal. Y otros testigos confirmaron tres milagros obrados por el santo, el cual cuando conseguía una curación maravillosa les decía: "No digan nada a nadie". "Den gracias a Dios, y no a mí. Yo no soy más que un poco de tierra. Un pobre pecador".
Murió el 10 de septiembre de 1305, y cuarenta años después de su muerte fue encontrado su cuerpo incorrupto. En esa ocasión le quitaron los brazos y de la herida salió bastante sangre. De esos brazos, conservados en relicarios, ha salido periódicamente mucha sangre. Esto ha hecho más popular a nuestro santo.
San Nicolás de Tolentino vio en un sueño que un gran número de almas del purgatorio le suplicaban que ofreciera oraciones y misas por ellas. Desde entonces se dedicó a ofrecer muchas santas misas por el descanso de las benditas almas. Quizás a nosotros nos quieran pedir también ese mismo favor las almas de los difuntos.
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Pulqueria, Santa Laica, 10 de septiembre
Emperatriz Martirologio Romano: En Constantinopla, santa Pulqueria, defensora y promotora de la fe ortodoxa (453). Como un indicio del papel importantísimo que desempeñaron en los asuntos religiosos y eclesiásticos los emperadores romano-bizantinos y de la influencia de las mujeres en la corte imperial (una influencia no siempre benéfica), recordemos que los Padres del famoso Concilio de Calcedonia, que hizo época, aclamaron a la emperatriz Pulquería, como "guardiana de la fe, pacificadora, pía, creyente y una segunda Santa Elena." Estos títulos no eran simples galanterías de los obispos orientales, sino signo de que éstos sabían por experiencia la importancia de conservar la buena voluntad del soberano imperial y de su corte. |
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Sebastían Kimura y 51 compañeros, Beatos Mártires en Japón, 10 de septiembre
Mártires Martirologio Romano: En Nagasaki, de Japón, beatos Sebastián Kimura, de la Compañía de Jesús, Francisco Morales, de la Orden de Predicadores, presbíteros, y cincuenta compañeros mártires, entre sacerdotes, religiosos, matrimonios, jóvenes, catequistas, viudas y niños, todos los cuales murieron por Cristo, martirizados con crueles tormentos en una colina ante ingente multitud (1622). PADRE SEBASTIÁN KIMURA |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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