JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 22, 15-21
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, se reunieron los fariseos para ver la manera de hacer caer a Jesús, con preguntas insidiosas, en algo de qué pudieran acusarlo.
Le enviaron, pues, a algunos de sus secuaces, junto con algunos del partido de Herodes, para que le dijeran:
"Maestro, sabemos que eres sincero y enseñas con verdad el camino de Dios, y que nada te arredra, porque no buscas el favor de nadie. Dinos, pues, qué piensas: ¿Es lícito o no pagar el tributo al César?"
Conociendo Jesús la malicia de sus intenciones, les contestó:
"Hipócritas, ¿por qué tratan de sorprenderme? Enséñenme la moneda del tributo".
Ellos le presentaron una moneda. Jesús les preguntó:
"¿De quién es esta imagen y esta inscripción?"
Le respondieron:
"Del César".
Y Jesús concluyó:
"Den, pues, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). ¿Qué pensaríamos de un cónyuge que le dice a su pareja: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
29a. Dom Ord Ciclo A
Antífona de Entrada
Yo te invoco, porque tú me respondes, Dios mío; inclina el oído y escucha mis palabras. Guárdame como a las niñas de tus ojos y cúbreme bajo la sombra de tus alas.
Oración Colecta
Oremos:
Dios eterno y todopoderoso a quien confiadamente podemos llamar ya Padre nuestro, haz crecer en nuestros corazones el espíritu de hijos adoptivos tuyos, para que podamos gozar, después de esta vida, de la herencia que nos has prometido.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
El Señor tomó de la mano a Ciro para someter ante él a las naciones
Lectura del profeta Isaías 45, 1.4-6
Así habló el Señor a Ciro, su ungido, a quien ha tomado de la mano para someter ante él a las naciones y desbaratar la potencia de los reyes, para abrir ante él los portones y que no quede nada cerrado.
"Por amor a Jacob, mi siervo, y a Israel, mi escogido, te llamé por tu nombre y te di un título de honor, aunque tú no me conocieras. Yo soy el Señor y no hay otro; fuera de mí no hay Dios.
Te hago poderoso, aunque tú no me conoces, para que todos sepan, de oriente a occidente, que no hay otro Dios fuera de mí. Yo soy el Señor y no hay otro".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 95
Cantemos la grandeza del Señor.
Cantemos al Señor un canto nuevo, que le cante al Señor toda la tierra. Su grandeza anunciemos al los pueblos; de nación en nación sus maravillas.
Cantemos la grandeza del Señor.
Cantemos al Señor, porque él es grande, más digno de alabanza y más tremendo que todos los dioses paganos, que ni existen; ha sido el Señor quien hizo el cielo.
Cantemos la grandeza del Señor.
Alaben al Señor, pueblos de orbe, reconozcan su gloria y su poder y tribútenle honores a su nombre. Ofrézcanle en sus atrios sacrificios.
Cantemos la grandeza del Señor.
Caigamos en su templo de rodillas. Tiemblen ante el Señor los atrevidos. "Reina el Señor", digamos a los pueblos . El gobierna a las naciones con justicia.
Cantemos la grandeza del Señor.
Segunda Lectura
Recordamos nuestra fe, esperanza y caridad
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 1, 1-5
Pablo, Silvano y Timoteo deseamos la gracia y la paz a la comunidad cristiana de los Tesalonicenses, congregada por Dios Padre y por Jesucristo, el Señor.
En todo momento damos gracias a Dios por ustedes y los tenemos presentes en nuestras oraciones. Ante Dios, nuestro Padre, recordamos sin cesar las obras que manifiestan la fe de ustedes, los trabajos fatigosos que ha emprendido su amor y la perseverancia que les da su esperanza en Jesucristo, nuestro Señor.
Nunca perdemos de vista, hermanos muy amados de Dios, que él es quien los ha elegido. En efecto, nuestra predicación del Evangelio entre ustedes no se llevó a cabo sólo con palabras, sino también con la fuerza del Espíritu Santo, que produjo en ustedes abundantes frutos.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Iluminen al mundo con la paz del Evangelio reflejada en su vida.
Aleluya.
Evangelio
Den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 22, 15-21
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, se reunieron los fariseos para ver la manera de hacer caer a Jesús, con preguntas insidiosas, en algo de qué pudieran acusarlo.
Le enviaron, pues, a algunos de sus secuaces, junto con algunos del partido de Herodes, para que le dijeran:
"Maestro, sabemos que eres sincero y enseñas con verdad el camino de Dios, y que nada te arredra, porque no buscas el favor de nadie. Dinos, pues, qué piensas: ¿Es lícito o no pagar el tributo al César?"
Conociendo Jesús la malicia de sus intenciones, les contestó:
"Hipócritas, ¿por qué tratan de sorprenderme? Enséñenme la moneda del tributo".
Ellos le presentaron una moneda. Jesús les preguntó:
"¿De quién es esta imagen y esta inscripción?"
Le respondieron:
"Del César".
Y Jesús concluyó:
"Den, pues, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración de los Fieles
Celebrante:
Invoquemos, hermanos y hermanas, al Señor, que quiere que todos los seres humanos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad:
Respondemos: Escúchanos, Señor.
Para que el Señor avive el corazón de los fieles, los empuje a trabajar en la salvación de todos los seres humanos y en el anuncio del Evangelio a todos los pueblos, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.
Para que sean desterradas todas las divisiones que separan a pueblos y razas, y se mantengan firmes en la sociedad humana la igualdad y la justicia, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.
Para que los emigrantes, los exiliados, los rechazados por la sociedad y abandonados puedan regresar a la patria, y para que el Señor conceda a todos un corazón bondadoso para con los pobres y forasteros, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.
Para que Dios infunda en nuestros corazones su Espíritu de amor; a fin, de que, revestidos con los mismos sentimientos de Cristo, demos frutos de misericordia, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.
Celebrante:
Dios de sabiduría y misericordia, que con tu poder diriges misteriosamente las voluntades libres de tus criaturas; escucha nuestras oraciones y no permitas que ninguno abuse del poder que ha recibido, sino que toda autoridad humana sirva al bien común, de acuerdo con la palabra de tu Hijo, y la humanidad entera te reconozca a ti como a único Dios verdadero.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Oración sobre las Ofrendas
Concédenos, Señor, ofrecerte estos dones con un corazón libre para que tu gracia pueda purificarnos en estos misterios que ahora celebramos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
El día del Señor
En verdad es justo y necesario, bendecirte y darte gracias, Padre santo, fuente de la verdad y de la vida, porque nos has convocado en tu casa en este día de fiesta.
Hoy tu familia, reunida en la escucha de tu palabra y en la comunión del pan único y partido, celebra el memorial del Señor resucitado, mientras espera el domingo sin ocaso en el que la humanidad entera entrará en tu descanso.
Entonces contemplaremos tu rostro y alabaremos por siempre tu misericordia.
Con esta gozosa esperanza y unidos a los ángeles y a los santos, cantamos unánimes el himno de tu gloria:
Antífona de la Comunión
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre.
Oración después de la Comunión
Oremos:
La participación frecuente en esta Eucaristía nos sea provechosa, Señor, para que disfrutemos de tus beneficios en la tierra y crezca nuestro conocimiento de los bienes del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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† Meditación diaria
Vigésimo noveno domingo
ciclo a
DAR A DIOS LO QUE ES DE DIOS
— Colaboradores leales en la promoción del bien común.
— La dimensión religiosa del hombre.
— La fe, una luz poderosa.
I. La Primera lectura de la Misa1 nos muestra cómo Dios elige sus instrumentos de salvación donde quiere. Para sacar a su Pueblo del destierro se valdrá de Ciro, un rey pagano. También se sirve el Señor de la autoridad política para hacer el bien, pues nada queda fuera de su dominio paternal.
En el Evangelio del día2, ante una pregunta insidiosa, Jesús reafirma el deber de obedecer a la autoridad civil. Unos fariseos, unidos a los herodianos, con los que habían hecho causa común para atacar al Señor, le preguntaron si era lícito pagar el tributo al César. El pago de estas contribuciones era considerado por algunos como una colaboración con el poder extranjero, que con su autoridad –pensaban– limitaba el dominio de Dios sobre el Pueblo elegido. Si el Maestro lo admitía, los fariseos le podrían considerar como colaborador del dominio romano, y desacreditarlo ante una buena parte del pueblo; si se oponía, los herodianos, amigos del poder establecido, tendrían motivo para denunciarle a la autoridad romana.
Jesús da una respuesta de una hondura divina, más allá de lo que le habían preguntado, y contesta a la vez con toda exactitud a la cuestión que le han planteado. No se limita al sí o al no. Dad al César lo que es del César, enseña el Maestro, lo que le corresponde (tributos, obediencia a las leyes justas...), pero no más de ello, porque el Estado no tiene una potestad y un dominio absolutos. Como ciudadanos normales, los cristianos tienen "el deber de aportar a la vida pública el concurso material y personal requerido por el bien común"3. Por su parte, las autoridades están gravemente obligadas a comportarse con equidad y justicia en la distribución de cargas y beneficios, a servir al bien común sin buscar el provecho personal, a legislar y gobernar con el más pleno respeto a la ley natural y a los derechos de la persona: a la vida desde el momento de su concepción, el primero de todos los derechos; protección a la familia, origen de toda sociedad; libertad religiosa; derecho de los padres a la educación de los hijos... ¡Ay de los que dan leyes inícuas!4, clama el Señor por boca del Profeta Isaías.
Deber de todos los cristianos es rogar al Señor por los que están constituidos en autoridad, pues es mucha la responsabilidad que tienen sobre sí. Por nuestra parte, los cristianos hemos de ser ciudadanos que cumplen con exactitud sus deberes para con la sociedad, para con el Estado, para con la empresa en la que trabajamos...: no deben existir colaboradores más leales en la promoción del bien común. Y esta fidelidad nace a la vez de nuestra conciencia, pues esas prestaciones deben ser también para nosotros los cristianos camino de santidad: el pago de los impuestos justos, el ejercicio responsable del voto, la colaboración en las iniciativas que lleven a una mejora de la ciudad o del pueblo, la intervención en la política si a eso nos sentimos llamados... Examinemos hoy delante del Señor si verdaderamente podemos ser ejemplo para muchos por nuestra colaboración, por el sentido positivo con que nos disponemos siempre a promover el bien de todos.
II. El Señor, ante la pregunta de fariseos y herodianos, reconoció el poder civil y sus derechos, pero avisó claramente que deben respetarse los derechos superiores de Dios5, pues la actividad del hombre no se reduce a lo que cae bajo el ámbito de la ordenación social o política. Existe en él una dimensión religiosa profunda, que informa todas las tareas que lleva a cabo y que constituye su máxima dignidad. Por eso, sin que nadie le preguntara, añadió el Señor: Dad... a Dios lo que es de Dios.
Cuando el cristiano actúa en la vida pública, en la enseñanza, en cualquier empeño cultural..., no puede guardar su fe para mejor ocasión, pues "la distinción establecida por Cristo no significa, en modo alguno, que la religión haya de relegarse al templo –a la sacristía– ni que la ordenación de los asuntos humanos haya de hacerse al margen de toda ley divina y cristiana"6. Por el contrario, los cristianos han de ser luz y sal allí donde se encuentren, han de convertir el mundo, con frecuencia el pequeño mundo en el que se desarrolla su vida, en un lugar más humano y habitable, donde los hombres encuentren con más facilidad el camino que les lleva a Dios. Los seglares cumplen "la misión de la Iglesia en el mundo, ante todo, con la concordancia entre su vida y su fe, con la que se convierten en luz del mundo; con la honradez en todos los negocios, la cual atrae a todos hacia el amor de la verdad y del bien y, finalmente, a Cristo y a la Iglesia; con la caridad fraterna, por la que, participando en las condiciones de vida, trabajo y sufrimientos y aspiraciones de los hermanos, disponen insensiblemente los corazones de todos hacia la acción de la gracia salvadora; con la plena conciencia de su papel en la edificación de la sociedad, por la que se esfuerzan en llenar de magnanimidad cristiana su actividad doméstica, social y profesional"7.
III. El cristiano, al actuar en la vida pública, al expresar su opinión ante esos temas fundamentales que configuran una sociedad, lleva consigo una luz poderosa, la luz de la fe. Sabe muy bien que las enseñanzas de Dios, expuestas por el Magisterio de la Iglesia, no solo no suponen un obstáculo para el bien de las personas y de la sociedad, o para el progreso científico. Por el contrario, son una guía para su realización. Cuando, por ejemplo, el cristiano advierte la índole indisoluble que por su naturaleza tiene todo verdadero matrimonio, está señalando una pista de bien social, una garantía para que se conserve sana una sociedad8. Está aportando un dato importantísimo para el bien de todos. Por eso, no tiene una postura encogida, preocupada por las opciones que le están vedadas. ¡Es mucho lo que tiene que aportar al mundo, como hicieron los cristianos de los primeros tiempos! Debe saber que, si tiene una conciencia bien formada en aquellos criterios básicos, puede prestar un bien inmenso a sus conciudadanos. ¡Tiene en sus manos una gran luz en medio de tanta oscuridad!
No debe ocurrir lo que señalaba el Cardenal Luciani, más tarde Juan Pablo I: "En esta sociedad se ha creado un enorme vacío moral y religioso. Todos parecen espasmódicamente lanzados hacia conquistas materiales: ganar, invertir, rodearse de nuevas comodidades, pasarlo bien (...). Dios –que debería invadir nuestra vida– se ha convertido, en cambio, en una estrella lejanísima, a la que solo se mira en determinados momentos. Creemos ser religiosos porque vamos a la iglesia, tratando después de llevar fuera de la iglesia una vida semejante a la de tantos otros, entretejida de pequeñas o grandes trampas, de injusticias, de ataques a la caridad, con una falta absoluta de coherencia"9. No es así como podremos dar a Dios lo que es de Dios, sino con el testimonio de una vida coherente, sintiéndonos hijos de Dios igual en el parlamento que en la conversación amable en casa de unos amigos, con el convencimiento de que solo en el seno de la Iglesia se guardan los valores que pueden llenar ese "tremendo vacío moral y religioso". Una sociedad sin estos valores está abocada a una creciente agresividad y también a una progresiva deshumanización. Dios no es "una estrella lejanísima", inoperante, sino una poderosa luz que da sentido a todo el quehacer humano. Somos los cristianos, unidos a otros hombres de buena voluntad, los que tenemos la posibilidad de salvar este mundo. ¡Cómo vamos a estar encogidos cuando defendemos el valor de la vida humana desde sus comienzos –frente a las aberraciones a las que pueden dar lugar las manipulaciones genéticas–, o el derecho de los padres a la educación de sus hijos, a que se les imparta una enseñanza católica en las escuelas si así lo desean!
...A Dios lo que es de Dios. Del Señor es la vida de los hombres, desde su concepción; y la familia, a la que santificó en Nazaret, basada en un matrimonio indisoluble, como Él mismo lo declaró ante el escándalo de los que le escuchaban; y la conciencia de los hombres, que debe ser formada para que sea luz que ilumine sus caminos; y la fuente de la vida, que los hombres no pueden cegar...
Todo en nuestra vida es del Señor, ¿cómo nos vamos a reservar parcelas donde Él no pueda estar presente? Pidamos a Nuestra Señora que nos dé la alegría santa de sentirnos en toda ocasión hijos de Dios, y de actuar como tales con responsabilidad personal.
1 Primera lectura, Is 45, 1; 4-6. — 2 Mt 22, 15-21. — 3 Conc. Vat., II, Const. Gaudium et spes, 75. — 4 Is 10, 1. — 5 Cfr. Conc. Vat. II, Decl. Dignitatis humanae, 11. — 6 San Josemaría Escrivá, Cartas, 9-I-1959. —7 Conc. Vat. II, Decl. Apostolicam actuositatem, 13. — 8 Cfr. J. M. Pero-Sanz, Creyentes en la sociedad, BAC, Madrid 1981, p. 30. — 9 A. Luciani, Ilustrísimos señores, p. 219.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Isaac Jogues, Santo Mártir Jesuita, 19 de octubre
Sacerdote y Mártir Etimológicamente significa "aquél a quien Dios sonríe". Viene de la lengua hebrea. |
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Mártires de Canadá Mártires en Cánada, Octubre 19
Los Mártires de Canadá Martirologio Romano: Santos mártires Juan de Brébeuf e Isaac Jogues, presbíteros, y compañeros de la Compañía de Jesús, en el día en que san Juan de la Lande, religioso, fue asesinado por los paganos en el lugar llamado Ossernenon, entonces en territorio del Canadá (hoy Auriesville, estado de Nueva York), el mismo lugar donde algunos años antes había conseguido la corona del martirio san Renato Goupil. Son venerados conjuntamente sus santos compañeros Gabriel Lalemant, Antonio Daniel, Carlos Garnier y Natal Chabanel, que en la región canadiense, en días distintos, después de fatigar en la misión del pueblo de los hurones para anunciar el evangelio de Cristo a aquellos pueblos, terminaron muriendo mártires (1642-1649). |
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Autor: Pedro de Alcántara Martínez, o.f.m. | Fuente: Franciscanos.org
Pedro de Alcántara, Santo Penitente, Octubre 18
Penitente Martirologio Romano: En la villa de Arenas, en la región española de Castilla, san Pedro de Alcántara, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que adornado con el don de consejo y de vida penitente y austera, reformó la disciplina regular en los conventos de la Orden en España, siendo consejero de santa Teresa de Jesús en su obra reformadora de la Orden de los Carmelitas (1562). |
San Pablo de la Cruz | Que San Pablo de la Cruz nos obtenga del cielo la gracia de meditar con frecuencia en la Pasión y Muerte de Jesús y así amar mucho y siempre más a nuestro amable Redentor. |
San Pablo de la Cruz es el fundador de los Padres Pasionistas, nació en Génova (Italia) en 1684.
Cuando era niño, cada vez que le llegaba algún sufrimiento especial, la mamá le mostraba un crucifijo y le recordaba que Jesús ofreció sus sufrimientos por nosotros, y que también nosotros debemos ofrecer por Él lo que sufrimos. Así lo fue entusiasmando por la Pasión de Cristo.
Su padre le leía de vez en cuando el libro de vidas de Santos, y esto lo animaba mucho a ser mejor. Aquel buen hombre avisaba también continuamente a su hijo acerca de lo peligroso y dañino que es juntarse con malas compañías. Así lo libró de muchos males y peligros.
A los 15 años oyó un emocionante sermón acerca de esta frase de Jesús: "Si no se convierten y no hacen penitencia, todos perecerán". En esa fecha hizo una confesión general de toda su vida y desde aquel día empezó a dormir en el duro suelo, a ayunar, a dedicar varias horas de la noche a rezar y a leer libros piadosos. Luego organizó con algunos de sus compañeros una asociación de jóvenes para ayudar a los demás con sus palabras y buenos ejemplos a ser mejores. Varios de esos muchachos se hicieron religiosos después.
Se alistó en el ejército del Sumo Pontífice para defender la religión, pero después de un año se dio cuenta que no tenía vocación para militar. Luego rechazó unos negocios muy prometedores que le ofrecían y un matrimonio muy brillante que se le presentaba. Se quedó por varios años en la casa de sus padres dedicado a la oración, a la meditación y a practicar la caridad hacia los pobres.
En 1720 vio que en sueños le mostraban una sotana negra con un corazón y una cruz blanca y el nombre de Jesús. Era como un aviso del hábito o distintivo que debería dar a sus religiosos. Después en una visión oyó a la Sma. Virgen que le aconsejaba fundar una comunidad que se dedicara a amar y hacer amar la Santísima Pasión de Jesucristo. Pablo presentó estos mensajes por escrito al Sr. Obispo y a su director espiritual. Ambos, conociendo la vida heroica de virtud y oración que el joven había llevado desde niño, reconocieron que se trataba realmente de una vocación señalada por Dios. Y el Sr. Obispo le dio a Pablo la sotana negra con el corazón blanco y la cruz sobre el pecho.
Pablo se retiró durante 40 días a redactar los Reglamentos de la nueva comunidad, en una húmeda habitación junto a una sacristía, donde vivió todo ese tiempo a pan y agua y durmiendo por la noche en un lecho de paja. Esos Reglamentos son los que han seguido siempre sus religiosos. Luego se dedicó a ayudar a los sacerdotes a dar clases de catecismo, y a predicar misiones populares con gran éxito.
Los primeros candidatos que se presentaron pidiendo ser admitidos en la nueva Congregación, encontraron demasiado duro el Reglamento y se retiraron. Mientras tanto San Pablo de la Cruz y un compañero suyo viajaban por los pueblos predicando misiones y obteniendo muchas conversiones.
El Papa Benedicto XIV aprobó los Reglamento, pero suavizándolos un poco, y entonces empezaron a llegar novicios, y pronto tuvo ya tres casas de religiosos pasionistas.
En todas las ciudades y pueblos a donde llegaba predicaba acerca de la Pasión y Muerte de Jesucristo. A veces se presentaba con una corona de espinas en la cabeza. Siempre llevaba en la mano una cruz, y con los brazos extendidos, el santo hablaba de los sufrimientos de Nuestro Señor, en forma que conmovía aun a los más duros e indiferentes. A veces, cuando el público no demostraba conversión, se azotaba violentamente delante de todos, por los pecados del pueblo, de modo que hacía llorar hasta a los soldados y a los bandoleros.
Un oficial que asistió a algunos de sus sermones decía: "Yo he estado en muchas batallas, sin sentir el mínimo miedo al oír el estallido de los cañones. Pero cuando este padre predica me hace temblar de pies a cabeza". Es que Dios le había dado la eficacia de la palabra y el Espíritu Santo le concedía la gracia de conmover los corazones.
En los sermones era duro e intransigente para no dejar que los pecadores vivieran en paz con sus vicios y pecados, pero luego en la confesión era compresivo y amable, invitándolos a hacer buenos propósitos, animándolos a cambiar de vida, y aconsejándoles medios prácticos para perseverar siendo buenos cristianos, y portándose bien.
Dios colmó a San Pablo de la Cruz con dones extraordinarios. A muchas personas les anunció cosas que les iban a suceder en el futuro. Curó a innumerables enfermos. Estando a grandes distancias, de pronto se aparecía a alguno para darle algún aviso de importancia, y desaparecía inmediatamente. Rechazaba toda muestra de veneración que quisieran darle, pero las gentes se apretujaban junto a él y hasta le quitaban pedacitos de su sotana para llevarlos como reliquias y recuerdos.
Con su hermano Juan Bautista trabajaron siempre juntos predicando misiones, enseñando catecismo y atendiendo pobres. Como ambos eran sacerdotes, se confesaban el uno con el otro y se corregían en todo lo necesario. Solamente una vez tuvieron un pequeño disgusto y fue cuando un día Juan Bautista se atrevió a decirle a Pablo que lo consideraba un hombre verdaderamente virtuoso. El santo se disgustó y le prohibió hablarle por tres días. Al tercer día Juan Bautista le pidió perdón de rodillas y siguieron siendo buenos amigos como antes.
En 1771 fundó la comunidad de Hermanas Pasionistas que se dedican también a amar y hacer amar la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
En 1772 sintiéndose muy enfermo mandó pedir al Papa su bendición para morir en paz. Pero el Sumo Pontífice le respondió que la Iglesia necesitaba que viviera unos años más. Entonces se mejoró y vivió otros tres años.
Su muerte ocurrió el 18 de octubre de 1775 cuando tenía ochenta años. Antes de cien años (1867) fue declarado santo.
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Antonio Daniel, Santo Mártir, 19 Octubre
Nacido a Dieppe, en Normanía, el 27 de mayo de 1601. |
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Felipe Howard, Santo Biografía, 19 de octubre
Octubre 19 Etimológicamente significa "amante de los caballos". Viene de la lengua griega. |
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Inés de Jesús de Langeac, Beata Religiosa Dominica, 19 Octubre
Hoy se está celebrando la fiesta de la Beata Inés de Jesús Galand, monja del Monasterio de Langeac, Francia. |
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Laura de Córdoba, Santa Mártir, 19 Octubre
Máritir Del latín Lurus = Laurel. significando también "triunfo" |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Frideswide, Santa Abadesa, 19 de octubre
Patrona de Oxford Martirologio Romano: En Oxford, en Inglaterra, santa Frideswide, virgen, que, siendo de estirpe regia, fue elegida abadesa de un monasterio doble de monjes y de monjas (735). Santa Frideswide es la patrona de Oxford. Guillermo de Malmesbury nos dejó la reseña más sencilla de la leyenda de la santa en un escrito anterior al año 1125. Frideswide, una vez que se vio libre de las solicitudes de un reyezuelo, fundó en Oxford un monasterio y pasó ahí el resto de su vida. Según la forma más compleja de la leyenda, Frideswide era hija del cortesano Didán y de su esposa Safrida. La educación de la niña fue confiada a una dama llamada Algiva. Cuando Frideswide leyó que "todo lo que no es Dios es nada" se sintió llamada a la vida religiosa. Pero el príncipe Algar, prendado de su belleza, trató de raptarla. Entonces, la joven huyó con dos compañeras por el río Isis y se ocultó durante tres años en la cueva que servía de guarida a un jabalí. Como continuase la persecución de Algar, Frideswide invocó la ayuda de Santa Catalina y Santa Cecilia, con el resultado de que el pretendiente quedó ciego hasta que prometió dejar en paz a la doncella. Según la leyenda, esa era la razón por la que los reyes de Inglaterra, hasta Enrique II, no iban jamás a Oxford. Para poder consagrarse más plenamente a Dios en la soledad, Santa Frideswide construyó con sus manos una celda en el bosque de Thornbury (actualmente Binsey), donde se acercó al Reino de los Cielos mediante el fervor y la penitencia. Se cuenta que la santa hizo brotar la fuente de Binsey con sus oraciones y que los peregrinos solían acudir allá en la Edad Media. La muerte de Frideswide suele situarse en el año 735. Dios honró su sepulcro con numerosos milagros, de suerte que se convirtió en uno de los principales santuarios de Inglaterra. |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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