miércoles, 5 de noviembre de 2014

[ † ] Jueves del Santísimo Sacramento. 06/11/2014. Beata Josefa ¡ruega por nosotros!

JA

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas15, 1-10

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharle.
Y por ello los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos:
"Este recibe a los pecadores y come con ellos".
Jesús les dijo entonces esta parábola:
"Si uno de ustedes tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va en busca de la perdida hasta encontrarla? Y una vez que la encuentra, se la carga sobre sus hombros lleno de alegría; y al llegar a su casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles:
"Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido".
Yo les aseguro que así también en el cielo habrá más alegría por un solo pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse.
Y si una mujer tiene diez monedas de plata y se le pierde una, ¿no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a las amigas y vecinas para decirles:
"Alégrense conmigo, porque ya encontré la moneda que se me había perdido".
Yo les aseguro que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se arrepienta".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354

Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). ¿Qué pensaríamos de un cónyuge que le dice a su pareja: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

Misal

 

jue 31a. Ordinario año Par

Antífona de Entrada

Dios nuestro y protector nuestro; un solo día en tu casa es más valioso que mil días en cualquier otra parte.

 

Oración Colecta

Oremos:
Enciende, Señor, nuestros corazones con el fuego de tu amor a fin de que, amándote en todo sobre todo, podamos obtener aquellos bienes que no podemos nosotros ni siquiera imaginar y has prometido tú a los que te aman.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Todo lo considero basura con tal de ganar a Cristo

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 3, 3-8a

Hermanos: El verdadero pueblo de Israel somos nosotros, que servimos a Dios movidos por su Espíritu y ponemos nuestra gloria en Cristo Jesús, sin confiar en nosotros mismos. Aunque yo, ciertamente, podría apoyarme en mis títulos humanos. Nadie tendría más razones que yo. Fui circuncidado a los ochos días de nacer, soy israelita de nacimiento, de la tribu de Benjamín, hebreo e hijo de hebreos, y, en lo que toca a la interpretación de la ley, fariseo; fanático perseguidor de la Iglesia de Dios, e irreprochable en lo que se refiere al cumplimiento de la ley.
Pero lo que entonces consideraba valioso, lo consideré sin valor a causa de Cristo; más aún, pienso que nada vale la pena en comparación con el bien supremo, que consiste en conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él he renunciado a todo, y todo lo considero basura con tal de ganar a Cristo.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 104

El que busca al Señor será dichoso.

Entonen en su honor himnos y cantos, celebren sus portentos; del nombre del Señor enorgullézcanse, siéntanse felices los que lo buscan.
El que busca al Señor será dichoso.

Recurran al Señor y a su poder, a su presencia acudan sin descanso. Recuerden los prodigios que hizo, sus portentos y sus justas decisiones
El que busca al Señor será dichoso.

Descendientes de Abrahán, su servidor; hijos de Jacob, su predilecto; escuchen: el Señor es nuestro Dios, en toda la tierra gobiernan sus decretos.
El que busca al Señor será dichoso.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Yo soy el camino, la verdad y la vida, dice el Señor; nadie va al Padre sino por mí.
Aleluya.

Evangelio

Habrá alegría en el cielo por un solo pecador que se arrepienta

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 15, 1-10

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharle.
Y por ello los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos:
"Este recibe a los pecadores y come con ellos".
Jesús les dijo entonces esta parábola:
"Si uno de ustedes tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va en busca de la perdida hasta encontrarla? Y una vez que la encuentra, se la carga sobre sus hombros lleno de alegría; y al llegar a su casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles:
"Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido".
Yo les aseguro que así también en el cielo habrá más alegría por un solo pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse.
Y si una mujer tiene diez monedas de plata y se le pierde una, ¿no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a las amigas y vecinas para decirles:
"Alégrense conmigo, porque ya encontré la moneda que se me había perdido".
Yo les aseguro que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se arrepienta".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, los dones que te presentamos para esta Eucaristía, a fin de que, a cambio de ofrecerte lo que tú nos has dado, podamos recibir de ti tu misma vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

La salvación por Cristo

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, que por amor creaste al hombre, y, aunque condenado justamente, lo redimiste por tu misericordia, por Cristo, Señor nuestro.
Por él,
los ángeles y los arcángeles y todos los coros celestiales celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza:

Antífona de la Comunión

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor; el que coma de este pan vivirá para siempre.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Señor, tú que nos has hecho partícipes de la vida de Cristo en este sacramento, transfórmanos, a imagen de tu Hijo para que merezcamos participar de su gloria en el cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén


Meditación diaria

31ª semana. Jueves

AMIGO DE LOS PECADORES

— Son los enfermos quienes tienen necesidad de médico. Jesús ha venido a curarnos.

— La oveja perdida. La alegría de Dios ante nuestras diarias conversiones.

— Jesucristo sale muchas veces a buscarnos.

I. Leemos en el Evangelio de la Misa1 que publicanos y pecadores se acercaban a Cristo para oírle. Pero los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: este recibe a los pecadores y come con ellos.

Meditando la vida del Señor podemos ver con claridad cómo toda ella manifiesta su absoluta impecabilidad. Más aún, Él mismo preguntará a quienes le acusan: ¿Quién de vosotros me argüirá de pecado?2, y "durante toda su vida, lucha con el pecado y con todo lo que engendra pecado, comenzando por Satanás, que es padre de la mentira... (cfr. Jn 8, 44)"3.

Esta batalla de Jesús contra el pecado y contra sus raíces más profundas no le aleja del pecador. Muy al contrario, lo aproxima a los hombres, a cada hombre. En su vida terrena Jesús solía mostrarse particularmente cercano de quienes, a los ojos de los demás, pasaban por "pecadores" o lo eran de verdad. Así nos lo muestra el Evangelio en muchos pasajes; hasta tal punto que sus enemigos le dieron el título de amigo de publicanos y de pecadores4. Su vida es un constante acercamiento a quien necesita la salud del alma. Sale a buscar a los que precisan ayuda, como Zaqueo, en cuya casa Él mismo se invitó: Zaqueo, baja pronto -le dice-, porque hoy me hospedaré en tu casa5. El Señor no se aleja, sino que va en busca de los más distanciados. Por eso acepta las invitaciones y aprovecha las circunstancias de la vida social para estar con quienes no parecían tener puestas sus esperanzas en el Reino de Dios. San Marcos nos indica cómo después del llamamiento de Mateo, muchos publicanos y pecadores estaban a la mesa con Jesús y con sus discípulos6. Y Cuando los fariseos murmuran de esta actitud, Jesús responde: No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos...7. Aquí, sentado con estos hombres que parecen muy alejados de Dios, se nos muestra Jesús entrañablemente humano. No se aparta de ellos; por el contrario, busca su trato. La manifestación suprema de este amor por quienes se encuentran en una situación más apurada tuvo lugar en el momento de dar su vida por todos en el Calvario. Pero en este largo recorrido hasta la Cruz, su existencia es una manifestación continua de interés por cada uno, que se expresa en estas palabras conmovedoras: El Hijo del hombre no ha venido para ser servido, sino a servir...8. A servir a todos: a quienes tienen buena voluntad y están más preparados para recibir la doctrina del Reino, y a quienes parecen endurecidos para la Palabra divina.

La meditación de hoy nos debe llevar a aumentar nuestra confianza en Jesús cuanto mayores sean nuestras necesidades; especialmente si en alguna ocasión sentimos con fuerza la propia flaqueza: Cristo también está cercano entonces. De igual forma, pediremos con confianza por aquellos que están alejados del Señor, que no responden a nuestro desvelo por acercarlos a Dios y que aun parece que se distancian más. "¡Oh, qué recia cosa os pido, verdadero Dios mío –exclama Santa Teresa–: que queráis a quien no os quiere, que abráis a quien no os llama, que deis salud a quien gusta de estar enfermo y anda procurando la enfermedad!"9.

II. Jesucristo andaba constantemente entre las turbas, dejándose asediar por ellas, aun después de caída ya la noche10, y muchas veces ni siquiera le permitían un descanso11. Su vida estuvo totalmente entregada a sus hermanos los hombres12, con un amor tan grande que llegará a dar la vida por todos13. Resucitó para nuestra justificación14; ascendió a los Cielos para prepararnos un lugar15; nos envía su Espíritu para no dejarnos huérfanos16. Cuanto más necesitados nos encontramos, más atenciones tiene con nosotros. Esta misericordia supera cualquier cálculo y medida humana; es "lo propio de Dios, y en ella se manifiesta de forma máxima su omnipotencia"17.

El Evangelio de la Misa continúa con esta bellísima parábola, en la que se expresan los cuidados de la misericordia divina sobre el pecador: Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, la carga sobre los hombros muy contento; y al llegar a casa reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: ¡Felicitadme! he encontrado la oveja que se me había perdido. "La suprema misericordia –comenta San Gregorio Magno– no nos abandona ni aun cuando lo abandonamos"18. Es el Buen Pastor que no da por definitivamente perdida a ninguna de sus ovejas.

Quiere expresar también aquí el Señor su inmensa alegría, la alegría de Dios, ante la conversión del pecador. Un gozo divino que está por encima de toda lógica humana: Os digo que así también habrá más alegría en el Cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse, como un capitán estima más al soldado que en la guerra, habiendo vuelto después de huir, ataca con más valor al enemigo, que al que nunca huyó pero tampoco mostró valor alguno, comenta San Gregorio Magno; igualmente, el labrador prefiere mucho más la tierra que, después de haber producido espinas, da abundante mies, que la que nunca tuvo espinas pero jamás dio mies abundante19. Es la alegría de Dios cuando recomenzamos en nuestro camino, quizá después de pequeños fracasos en esas metas en las que estamos necesitados de conversión: luchar por superar las asperezas del carácter; optimismo en toda circunstancia, sin dejarnos desalentar, pues somos hijos de Dios; aprovechamiento del tiempo en el estudio, en el trabajo, comenzando y terminando a la hora prevista, dejando a un lado llamadas por teléfono inútiles o menos necesarias; empeño por desarraigar un defecto; generosidad en la mortificación pequeña habitual... Es el esfuerzo diario para evitar "extravíos" que, aunque no gravemente, nos alejan del Señor.

Siempre que recomenzamos, cada día, nuestro corazón se llena de gozo, y también el del Maestro. Cada vez que dejamos que Él nos encuentre somos la alegría de Dios en el mundo. El Corazón de Jesús "desborda de alegría cuando ha recobrado el alma que se le había escapado. Todos tienen que participar en su dicha: los ángeles y los escogidos del Cielo, y también deben alegrarse los justos de la tierra por el feliz retorno de un solo pecador"20. Alegraos conmigo..., nos dice. Existe también una alegría muy particular cuando hemos acercado a un amigo o a un pariente al sacramento del perdón, donde Jesucristo le esperaba con los brazos abiertos.

Señor -canta un antiguo himno de la Iglesia-, has quedado extenuado, buscándome: //¡Que no sea en vano tan grande fatiga!21.

III. Y cuando la encuentra, la carga sobre los hombros muy contento...

Jesucristo sale muchas veces a buscarnos. Él, que puede medir en toda su hondura la maldad y la esencia de la ofensa a Dios, se nos acerca; Él conoce bien la fealdad del pecado y su malicia, y sin embargo "no llega iracundo: el Justo nos ofrece la imagen más conmovedora de la misericordia (...). A la Samaritana, a la mujer con seis maridos, le dice sencillamente a ella y a todos los pecadores: Dame de beber (Jn 3, 4-7). Cristo ve lo que ese alma puede ser, cuánta belleza –la imagen de Dios allí mismo–, qué posibilidades, incluso qué "resto de bondad" en la vida de pecado, como una huella inefable, pero realísima, de lo que Dios quiere de ella"22.

Jesucristo se acerca al pecador con respeto, con delicadeza. Sus palabras son siempre expresión de su amor por cada alma. Vete y no peques más23, advertirá solamente a la mujer adúltera que iba a ser apedreada. Hijo mío, ten confianza, tus pecados te son perdonados24, dirá al paralítico que, tras incontables esfuerzos, había sido llevado por sus amigos hasta la presencia de Jesús. A punto de morir, hablará así al Buen Ladrón: En verdad, en verdad te digo que hoy estarás conmigo en el Paraíso25. Son palabras de perdón, de alegría y de recompensa. ¡Si supiéramos con qué amor nos espera Cristo en cada Confesión! ¡Si pudiéramos comprender su interés en que volvamos!

Es tanta la impaciencia del Buen Pastor que no espera a ver si la oveja descarriada vuelve al redil por su cuenta, sino que sale él mismo a buscarla. Una vez hallada, ninguna otra recibirá tantas atenciones como esta que se había perdido, pues tendrá el honor de ir a hombros del pastor. Vuelta al redil y "pasada la sorpresa, es real ese más de calor que trae al rebaño, ese bien ganado descanso del pastor, hasta la calma del perro guardián, que solo alguna vez, en sueños, se sobresalta y certifica, despierto, que la oveja duerme más acurrucada aún, si cabe, entre las otras"26. Los cuidados y atenciones de la misericordia divina sobre el pecador arrepentido son abrumadores.

Su perdón no consiste solo en perdonar y olvidar para siempre nuestros pecados. Esto sería mucho; con la remisión de las culpas renace además el alma a una vida nueva, o crece y se fortalece la que ya existía. Lo que era muerte se convierte en fuente de vida; lo que fue tierra dura es ahora un vergel de frutos imperecederos.

Nos muestra el Señor en este pasaje del Evangelio el valor que para Él tiene una sola alma, pues está dispuesto a poner tantos medios para que no se pierda, y su alegría cuando alguno vuelve de nuevo a su amistad y a su cobijo. Y este interés es el que hemos de tener para que los demás no se extravíen y, si están lejos de Dios, para que vuelvan.

1 Lc 15, 1-10. 2 Jn 8, 46. — 3 Juan Pablo II, Audiencia general 10-II-1988. — 4 Cfr. Mt 11, 18-19. — 5 Cfr. Lc 19, 1-10. — 6 Cfr. Mc 2, 13-15. — 7 Cfr. Mc 2, 17.— 8 Mc 10, 45. — 9 Santa Teresa, Exclamaciones, n. 8. — 10 Cfr. Mc 3, 20. — 11 Cfr. Ibídem. — 12 Cfr. Gal 2, 20. — 13 Cfr. Jn 13, 1. — 14 Cfr. Rom 4, 25. — 15 Cfr. Jn 14, 2. — 16 Cfr. Jn 14, 18 — 17 Santo Tomás, Suma Teológica, 2-2, q. 30, a. 4. — 18 San Gregorio Magno, Homilía 36 sobre los Evangelios. — 19 Cfr. ídem, Homilía 34 sobre los Evangelios, 4. — 20 G. Chevrot, El Evangelio al aire libre, pp. 84-85. — 21 Himno Dies irae. — 22 F. Sopeña, La Confesión, pp. 28-29. — 23 Jn 8, 11. — 24 Mt 9, 2. — 25 Lc 24, 43. — 26 F. Sopeña, o. c. p. 36.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

Fuente: Archidiócesis de Madrid
Severo, Santo Mártir, 6 de noviembre  

Severo, Santo

Noviembre 6
Mártir



Quizá fue por estas tierras donde se cumplió el deseo de San Pablo puesto por escrito de venir a evangelizar España. El caso es que desde los primeros tiempos cristianos se cuenta con una hermosa comunidad de fieles de Jesucristo en la romana provincia tarraconense. Es un colectivo abundante y bien cuidado que ya cuenta con mártires, desde la persecución de Valeriano, como San Fructuoso.

A San Severo se le sitúa concretamente, en Barcelona.

No tenemos datos sobre su nacimiento e infancia. También se desconocen testimonios históricos de su acción pastoral, de su muerte y de su sepultura. Algún historiador ha llegado a negar, por estos motivos, incluso la existencia de San Severo.

Se conocen las actas de su martirio redactadas en tiempo posterior y con añadiduras e interpolaciones, habituales en este tipo de relatos de mediados del siglo VI. Es frecuente encontrar mezclas de elementos que bien pueden ser adecuados a la veracidad de los hechos con otros elementos apócrifos provenientes del cariño, respeto y simpatía con que los creyentes adornan con imágenes que, provenientes de la fantasía —por una parte convincentes y por otra parte ejemplarizantes—, acercan al momento presente la personalidad del modelo del que se habla. Se incluyen en este tipo de relato aderezos que pretenden resaltar la Providencia de Dios complacido en la actitud decidida hasta la muerte del mártir o del santo.

Al relator nos atenemos.

La época del acontecimiento está situada durante la persecución de Diocleciano, soliviantado por el césar Galerio, que se propone, para depurar el ejército, eliminar del imperio el nombre cristiano. El presidente Daciano, que centra su atención en quienes hacen cabeza para escarmiento del pueblo, ha tomado muy a pecho la orden de exterminio.

San Severo es obispo de Barcelona por el año 300. Se le conoce como un pastor entregado ejemplar y completamente a su rebaño que ha sabido distinguirse por su celo y fidelidad a la fe. Sabe que las órdenes de Daciano son tajantes en lo que atañe a poner por obra los edictos del emperador. Piensa en un primer momento esconderse para seguir ayudando a los fieles desde la clandestinidad y pasa al Castro Octaviano, al otro lado de la montaña. En su marcha se encuentra con Emeterio, que siembra sus tierras y a quien reconoce como cristiano. El obispo le anima a perseverar en la fe aún en la persecución presente, encargándole de decir la verdad a sus perseguidores, en el caso de que se presenten.

Al separarse —cándida narración—, Dios interviene haciendo que las habas del campo recién sembrado crezcan y se pongan en flor. Al acercarse los soldados pidiendo información a Emeterio, él les dirá: "ha pasado por aquí" y, cuando le pregunten por el tiempo contestará enfáticamente: "cuando sembraba estas habas". El buen cristiano no ha querido ofender a Dios con la mentira, ha obedecido a su obispo, y, al mismo tiempo, ha puesto los recursos humanos para salvar la vida del fugitivo. Pero nada de esto impide que los soldados, furiosos, se sientan burlados, lo apresen y lleven ante el tribunal del presidente.

El obispo Severo, acompañado de otros sacerdotes, ha tomado la decisión de presentarse voluntariamente a los romanos.

Donde hoy es San Cugat, son decapitados los sacerdotes acompañantes del obispo y Emeterio; se espera la claudicación de Severo obispo a la vista de tanta atrocidad. Ante su pertinaz resistencia en la tortura y en los azotes con látigos emplomados, un verdugo coloca un clavo en su cabeza y otro sayón la atraviesa de un mazazo.

Bien hacen los barceloneses en honrar hoy la memoria de este obispo santo en la conocidísima y barroca Iglesia de San Severo, cercana a la catedral. Antes que ellos, ya le tuvo devoción el rey Fernando el Católico y, antes aún, el rey Martín de Aragón fue curado de gangrena en una pierna próxima a la amputación.

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Demetrio de Chipre, Santo Obispo, Noviembre 6  

Demetrio de Chipre, Santo

Obispo

Etimológicamente significa "madre de la tierra". Viene de la lengua eslava y griega.

En tu mesa, el espíritu de fiesta trasluce de sencillez. El compartir hace de tu hogar un lugar de paz, un lugar de bondad.

San Demetrio vivió en el siglo X. Su veneración es muy grande en la isla de Chipre, en la que fue obispo.
Su nombre es de claro origen pagano. Demetria es la "madre tierra" de los griegos.

Pero este nombre se bautizó con la sangre de muchos mártires, esparcidos por aquí y por allá en los calendarios.

Chipre era la patria mítica de Venere. Los padres del futuro santo, buenos cristianos, aunque preocupados por su felicidad humana, hicieron que se casara a los 15 años con una dulce chica que murió al poco tiempo de su matrimonio.

Demetrio, que era todavía muy joven, se retiró a un monasterio. Con el paso de los años, comprendió que era muy importante para él la penitencia y su entrega a la vida eremítica.

Tenía 40 años. Se había formado en torno a su persona una fama inmensa de que era un buen curandero de cuerpos y de almas.

El obispo lo nombró su coadjutor y para ello, naturalmente, tuvo que ordenarlo de sacerdote.

A la muerte del obispo, Demetrio volvió al monasterio, en el que lo eligieron abad. Estuvo poco tiempo, porque en seguida fue consagrado obispo de Chipre.

No quería esta dignidad. Se escondió por un tiempo, hasta que un buen amigo suyo le hizo recapacitar. Fue un gran obispo ceñoso y entregado a los pobres.
Murió en el año 915.

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Fuente: ACI Prensa
Leonardo de Noblac (o de Limoges), Santo Abad, 6 Noviembre  

Leonardo de Noblac (o de Limoges), Santo

Es uno de los santos más populares de Europa central. En efecto; dice un estudioso que en su honor se erigieron no menos de seiscientas iglesias y capillas, y su nombre aparece frecuentemente en la toponomástica y en el folclor. El mismo estudioso añade que él "despertó una devoción particular en tiempos de las cruzadas, y entre los devotos se cuenta el príncipe Boemundo de Antioquía que, hecho prisionero por los infieles en 1100, atribuyó su liberación en 1103 al santo, y, de regreso a Europa, donó al santuario de Saint-Léonard-de-Noblac, como ex voto, unas cadenas de plata parecidas a las que él había llevado durante su cautiverio". San Leonardo de Noblac (o de Limoges) es un santo "descubierto" a principios del siglo XI, y a ese período remontan las primeras biografías, que después inspiraron el culto hacia él.

Leonardo nació en Galia en tiempos del emperador Anastasio, es decir, entre el 491 y el 518. Como sus padres, a más de nobles, eran amigos de Clodoveo, el gran jefe de los Francos, éste quiso servir de padrino en el bautismo del niño. Cuando ya era joven, Leonardo no quiso seguir la carrera de las armas y prefirió ponerse al servicio de San Remigio, que era obispo de Reims.

Como San Remigio, sirviéndose de la amistad con el rey, había obtenido el privilegio de poder conceder la libertad a todos los prisioneros que encontrara, también Leonardo pidió y obtuvo un poder semejante, que ejerció muchas veces. El rey quiso concederle algo más: la dignidad episcopal. Pero Leonardo, que no aspiraba a glorias humanas, prefirió retirarse primero a San Maximino en Micy, y después a un lugar cercano a Limoges, en el centro de un bosque llamado Pavum.

Un día su soledad se vio interrumpida por la llegada de Clodoveo que iba a cacería junto con todo su séquito. Con el rey iba también la reina, a quien precisamente en ese momento le vinieron los dolores del parto. Las oraciones y los cuidados de San Leonardo hicieron que el parto saliera muy bien, y entonces el rey hizo con el santo un pacto muy particular: le obsequiaría, para construir un monasterio, todo el territorio que pudiera recorrer a lomo de un burro. Alrededor del oratorio en honor de María Santísima habría surgido una nueva ciudad.

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Fuente: ACI Prensa
Cristina de Stommeln, Beata Mística, 6 Noviembre  

Cristina de Stommeln, Beata

Nació en Stommeln cerca de Colonia, en 1242; murió el 6 de Noviembre de 1312. Stommeln, llamada en el siglo XIV Stumbeln, está situada a unos catorce kilómetros al noreste de Colonia y a unos diez kilómetros al este del Rin.

El padre de Cristina era un acomodado campesino llamado Heinrich Bruso; el nombre de su madre era Hilla. Cuando tenía 5 años, Cristina tuvo visiones de Cristo niño con quien se desposó místicamente a sus diez años. Cuando cumplió los once aprendió a leer el salterio, pero no podía escribir. Cuando tenía doce años sus padres quisieron darla en matrimonio, pero ella se fue al convento de los Beguinos en Colonia, donde llevó una vida de severa penitencia, pasó mucho tiempo en oración, y en ocasiones caía en convulsiones.

A los quince años recibió los estigmas en sus manos y pies y la marca de la Corona de Espinas en su cabeza. Sufrió muchos asaltos del demonio, tuvo muchas pruebas a su fe y fue tentada al suicidio. Los Beguinos la consideraron loca y la trataron con desprecio, así que regresó a casa. En 1267 el cura parroquial, Johannes, recibió a Cristina en su casa, donde conoció a Pedro de Dacia, un Dominico de Gotland quien estuvo en Colonia como alumno de San Alberto el Grande. Un lazo místico de devoción, cuyo objeto era Dios, se formó entre los dos. Pedro visitó a Cristina en 1270 en su camino de Paris a Gotland, y nuevamente en 1279; En su relato menciona hasta quince visitas. El hermano de Cristina siguió a Pedro a Gotland y entró a la Orden Dominica. Pedro llegó a ser lector y en 1283 fue prior en Gotland, donde murió en 1288. Ese mismo año los tormentos que Cristina sufría por el demonio cesaron, y vivió una vida pacífica, usando siempre la vestimenta de los Beguinos, hasta su muerte. Su cuerpo fue enterrado primero en el patio de la iglesia en Stommeln y luego en la iglesia misma; en 1342 sus restos fueron llevados a Niedeggen en Eifel; dos siglos más tarde, el 22 de Junio de año 1569, fueron trasladados a Jülich, donde un monumento a ella aún existe. En Jülich se pueden ver también las notas hechas por Pedro de Dacia y la colección de sus cartas que los Bollandistas han publicado bajo la fecha del 22 de Junio (IV, 271-430).

Es difícil decidir cuanta verdad literal existe en las visiones y apariciones, de Cristina, del Purgatorio. Pero aún Renan no dudó de la pureza de su vida (Hist. litt. de la France, XXVII, 1-26)

La devoción fué confirmada en 1908.

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Fuente: Acoantioquena.com
Pablo de Constantinopla, Santo Mártir, 6 Noviembre  

Pablo de Constantinopla, Santo

San Pablo el Confesor, Patriarca de Constantinopla, fue electo para el trono patriarcal después de la muerte de Patriarca Alejandro (+ 340), cuando la herejía de Arrio(1) había resurgido nuevamente. Muchos arrianos(2) estaban presentes en el Concilio que eligió al nuevo Arzobispo de Constantinopla y éstos se opusieron a su elección, pero la mayoría eran fieles a la doctrina de la Iglesia, por lo que resultó electo.

Tras la muerte de Constantino el Grande, sus hijos Constancio II, Constantino II y Constante reinaron sobre el Imperio de Roma dividiéndolo. Recibiendo Constantino II Britania, Galia e Hispania; Constante reinó sobre Italia, África y las provincias ilíricas, quedando Constantinopla y todo Oriente para Constancio.

El emperador Constancio II (317-361), simpatizaba con los arrianos. Éste no estaba en Constantinopla para la elección del Arzobispo, que tuvo lugar sin su consentimiento. A su regreso, el emperador convocó a un concilio que ilegalmente depuso a San Pablo, y lo desterró de la capital. En lugar del santo eligieron a Eusebio de Nicomedia, un hereje impío. El Arzobispo Pablo se retiró a Roma dónde otros obispos también fueron desterrados por Eusebio.

Eusebio no gobernó la Iglesia de Constantinopla por mucho tiempo. Cuando murió, San Pablo fue restituido a Constantinopla, y fue recibido por su grey con amor. Pero Constancio II desterró al santo otra vez, y lo envió nuevamente a Roma. El Emperador Occidental Constante escribió una carta a su hermano y la envió a Constantinopla junto con el santo arzobispo desterrado, y san Pablo retomó el trono del episcopal.

Pero pronto el piadoso Emperador Constante, defensor de la fe, fue asesinado. Y San Pablo fue desterrado otra vez, y enviado en el destierro a Armenia, a la ciudad de Cucusus dónde sufrió la muerte de un mártir.

Cuando el Arzobispo estaba celebrando la Divina Liturgia , unos arrianos lo atacaron y lo estrangularon con sus propios ornamentos. Esto ocurrió en el año 350.

(1) Arrio: sacerdote de Alejandría que consideraba que Jesús de Nazaret no era Dios sino tan sólo un ser humano. Lo cual al ir contra uno de los dogmas de la Iglesia es una herejía.

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Fuente: morales.tripod.com.ve/carmelitas/
Josefa Naval Girbés, Beata Virgen Carmelita, 6 Noviembre  

Josefa Naval Girbés, Beata

Virgen de la Orden Carmelita
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Josefa Naval Girbés nació en Algemesí, arquidiócesis de Valencia, España, el 11 de diciembre de 1820.

Desde la adolescencia se consagró al Señor con voto perpetuo de castidad.

Recorrió el camino de la oración y de la perfección evangélica en una vida de sencillez y de ardiente caridad.

Se dedicó con generosidad a las obras de apostolado en el ambiente de la comunidad parroquial.

Hizo de su casa un taller y una escuela de oración y de virtudes evangélicas, donde se formaron numerosas jóvenes y mujeres en la sabiduría humana y espiritual.

Fue miembro de la Orden Tercera de la Virgen del Carmen y de S. Teresa de Jesús, profesando íntima devoción a la Virgen, Madre de Dios.

Murió piadosamente en Algemesí el 24 de febrero de 1893. Su cuerpo se conserva en la iglesia parroquial de San Jaime, de su ciudad natal.

El 25 de septiembre de 1988 fue beatificada por Juan Pablo II.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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