miércoles, 19 de noviembre de 2014

[ † ] Jueves del Santísimo Sacramento. 20/11/2014. Beato Ambrosio ¡ruega por nosotros!

JA

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 19, 41-44

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, lloró por ella y exclamó:
"¡Si al menos tú comprendieras en este día lo que conduce a la paz! Pero eso está oculto a tus ojos. Llegará un día en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, te atacarán por todas partes y te arrasarán; matarán a todos tus habitantes y no dejarán en ti piedra sobre piedra. Porque no reconociste el momento en que Dios ha venido a salvarte".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354

Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). ¿Qué pensaríamos de un cónyuge que le dice a su pareja: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

Misal

 

jue 33a. Ordinario año Par

Antífona de Entrada

Dios mío, ven en mi ayuda; Señor, date prisa en socorrerme. Tú eres mi auxilio y mi salvación: Señor, no tardes.

 

Oración Colecta

Oremos:
Ven, Señor, en ayuda de tus hijos; derrama tu bondad inagotable sobre los que te suplican, y renueva y protege la obra de tus manos en favor de los que te alaban como creador y como guía.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

El cordero fue sacrificado y nos redimió con su sangre

Lectura del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan 5, 1-10

Yo Juan, vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, y sellado con siete sellos. Y vi también un ángel poderoso que gritaba con fuerte voz:
"¿Quién es digno de abrir el libro y romper sus sellos?"
Y nadie en el cielo, ni en la tierra ni debajo de la tierra podía abrir el libro y ver su contenido. Entonces lloré desconsoladamente, porque no se encontró a nadie digno de abrir el libro y ver su contenido. Y uno de los ancianos me dijo:
"No llores; porque ha vencido el león de la tribu de Judá, el descendiente de David, y él abrirá el libro rompiendo sus siete sellos".
Vi entonces junto al trono, en medio de los cuatro seres vivientes y de los ancianos, un Cordero de pie con señales de haber sido degollado. Tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra. Se acerco el Cordero y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono; y cuando tomó el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron ante el Cordero; tenían cítaras y copas de oro llenas de incienso aromático, que son las oraciones de los santos. Y entonaron un cántico nuevo, diciendo:
"Eres digno de recibir el libro y romper sus sellos, porque fuiste degollado, y con tu sangre compraste para Dios hombres de toda raza, lengua y nación; y los constituiste en reino de sacerdotes que servirán a nuestro Dios y reinarán sobre la tierra".
Palabra de Dios.
Gloria a ti, Señor.

Salmo Responsorial

Sal 149, 1-2.3-4.5-6a. y 9b

Bendito sea el Señor.

Canten al Señor un canto nuevo, alábenlo en la asamblea de los fieles. Celebre Israel a su Creador, festejen los hijos de Sión a su Rey.
Bendito sea el Señor.

Que alaben su nombre con danzas, que toquen para él la pandereta y el arpa. Porque el Señor aprecia a su pueblo, concede a los débiles la victoria.
Bendito sea el Señor.

Que los fieles salten de alegría y hasta en sus lechos canten jubilosos: con vivas a Dios en la boca; será un honor para todos sus fieles.
Bendito sea el Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
No endurezcan su corazón como el día de la rebelión en el desierto, dice el Señor.
Aleluya.

Evangelio

¡Si comprendieras lo que conduce a la paz!

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 19, 41-44

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, lloró por ella y exclamó:
"¡Si al menos tú comprendieras en este día lo que conduce a la paz! Pero eso está oculto a tus ojos. Llegará un día en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, te atacarán por todas partes y te arrasarán; matarán a todos tus habitantes y no dejarán en ti piedra sobre piedra. Porque no reconociste el momento en que Dios ha venido a salvarte".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Santifica, Señor, estos dones; y por medio del sacrificio de tu Hijo, transforma toda nuestra vida en una continua ofrenda.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Jesús, buen samaritano

En verdad es justo darte gracias, y deber nuestro alabarte, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, en todos los momentos y circunstancias de la vida, en la salud y en la enfermedad, en el sufrimiento y en el gozo, por tu siervo, Jesús, nuestro Redentor.
Porque él, en su vida terrena, pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el mal.
También hoy, como buen samaritano, se acerca a todo hombre que sufre en su cuerpo o en su espíritu, y cura sus heridas con el aceite del consuelo y el vino de la esperanza.
Por este don de tu gracia, incluso cuando nos vemos sumergidos en la noche del dolor, vislumbramos la luz pascual en tu Hijo, muerto y resucitado.
Por eso,
unidos a los ángeles y a los santos, cantamos a una voz el himno de tu gloria:

Antífona de la Comunión

Nos has enviado un pan del cielo, Señor, que encierra en sí toda delicia y satisface todos los gustos.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Protege, Señor, continuamente a quienes renuevas y fortaleces con esta Eucaristía, y hazlos dignos de alcanzar la salvación eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén


Meditación diaria

33ª semana. Jueves

LAS LÁGRIMAS DE JESúS

— Jesús no queda indiferente ante la suerte de los hombres.

— Humanidad Santísima de Cristo.

— Tener los mismos sentimientos de Jesús.

I. Descendía Jesús por la vertiente occidental del monte de los Olivos dirigiéndose al Templo. Le acompañaba una multitud llena de fervor que gritaba alabanzas al Mesías. En un momento dado, Jesús se paró y contempló la ciudad de Jerusalén que se extendía a sus pies. Y al ver la ciudad lloró sobre ella1. Es un llanto inesperado que rompió la alegría de todos. En aquel instante, el Señor vio cómo quedaba destruida años más tarde la ciudad que tanto amaba, porque no conoció el tiempo de su visitación. El Mesías había estado por sus calles, había enseñado la Buena Nueva, sus habitantes habían visto milagros..., y siguieron igual. ¡Si conocieras en este día lo que puede traerte la paz! Pero ahora está oculto a tus ojos. Vendrán días en que tus enemigos te rodearán y te asediarán y te estrecharán por todas partes, y te arrasarán junto con tus hijos, porque no has conocido el tiempo en que Dios te ha visitado2.

A través de estas líneas se puede leer la angustia que oprimía el corazón del Señor. "Pero ¿por qué no entendía Jerusalén la gracia especialísima de conversión que se le ofrecía en aquel mismo día con el esplendor del triunfo de Jesús? ¿Por qué se obstinaba en cerrar los ojos a la luz? Ocasiones había tenido de reconocer a Jesús por su Mesías y su Redentor; esta que ahora se le da será la última. Si rechaza este postrer beneficio, todos los males descritos en la profecía caerán irremisiblemente sobre ella. Y rechazó, ¡oh dolor!, y todo se cumplió a la letra"3. El Señor se llena de aflicción, pues Él no queda indiferente ante la suerte de los hombres. Su pena es tan grande que sus ojos se cubrieron de lágrimas. Las palabras anteriores debieron de ser pronunciadas con un particular acento de dolor y de tristeza.

San Juan nos ha dejado constancia en otra ocasión de esas lágrimas de Jesús, que pueden ser tan consoladoras para nuestra alma. Llegó el Maestro a Betania, donde había muerto su amigo Lázaro. Allí se encontró con la hermana de Lázaro, María. Cuando Jesús la vio llorando se estremeció en su interior, se conmovió y dijo: ¿Dónde le habéis puesto? Le contestaron: Señor, ven y verás. En aquel momento Jesús da rienda suelta a su dolor por la muerte de aquel amigo, y comenzó a llorar. Los judíos presentes exclamaron: Mirad cómo le amaba4.

Jesús –perfecto Dios y hombre perfecto5– sabe querer a sus amigos, a sus íntimos y a todos los hombres, por los que dio la vida. Este amor que Jesús muestra en su aflicción es la expresión humana del amor que Dios tiene a los hombres, la manifestación sensible de la compasión con que nos mira. Y hoy, en este rato de oración, podemos contemplar la profundidad y la delicadeza de los sentimientos de Jesús, y comprender cómo Él no es indiferente a nuestra correspondencia a esa oferta de amistad y de salvación. No es indiferente a que vayamos cada día a visitarlo y permanezcamos junto a Él unos minutos delante del Sagrario; no es neutral ante el empeño diario por aumentar nuestra amistad con Él, ante el esfuerzo por vivir con esmero la caridad, por servirle en medio del mundo... ¡Tantas veces se hace el encontradizo con nosotros!

"El hombre no puede vivir sin amor. Él permanece para sí mismo un ser incomprensible, su vida está privada de sentido si no se le revela el amor, si no se encuentra con el amor, si no lo experimenta y lo hace propio, si no participa en él vivamente (...). El hombre que quiere comprenderse hasta el fondo a sí mismo (...) debe, con su inquietud, incertidumbre e incluso con su debilidad y pecaminosidad, con su vida y con su muerte, acercarse a Cristo. Debe, por decirlo así, entrar en Él con todo su ser, debe "apropiarse" y asimilar toda la realidad de la Encarnación y de la Redención para encontrarse a sí mismo. Si se actúa en él este hondo proceso, entonces él da frutos no solo de adoración a Dios, sino también de profunda maravilla de sí mismo. ¡Qué valor debe tener el hombre a los ojos del Creador, si ha merecido tener tan grande Redentor (Misal Romano, Himno Exsultet de la Vigilia pascual), si Dios ha dado a su Hijo, a fin de que él, el hombre, no muera sino que tenga la vida eterna (cfr. Jn 3, 16)!"6. No dejemos de tratar cada día a Jesús que nos espera. En Él se encuentra el fin de nuestra vida.

II. La vida cristiana consiste en una amistad creciente con Cristo, en imitarle, en hacer nuestra su doctrina. Seguir a Jesús no consiste en detenerse en difíciles especulaciones teóricas, ni tampoco en la mera lucha contra el pecado, sino en amarle con obras y sentirnos amados por Él, "porque Cristo vive: Cristo no es una figura que pasó, que existió en un tiempo y que se fue, dejándonos un recuerdo y un ejemplo maravillosos"7. Él vive ahora en medio de nosotros: le vemos con los ojos de la fe, le hablamos en la oración, nos escucha apenas hemos levantado la voz o el corazón hacia Él; no es indiferente a nuestras alegrías y pesares, pues "se unió, en cierto modo, con cada hombre por su encarnación. Con manos humanas trabajó, con mente humana pensó, con voluntad humana obró, con corazón de hombre amó. Nacido de María Virgen se hizo de verdad uno de nosotros, igual que nosotros en todo menos en el pecado. Cordero inocente, mereció para nosotros la vida derramando libremente su sangre y en Él el mismo Dios nos reconcilió consigo y entre nosotros mismos y nos arrancó de la esclavitud del diablo y del pecado. Así cada uno de nosotros puede decir con el Apóstol: El Hijo de Dios me amó y se entregó por mí (Gal 2, 20)"8, por cada uno, como si no hubiera más hombres sobre la tierra. Su Humanidad Santísima es el puente que nos conduce a Dios Padre.

Hoy consideramos esas lágrimas de Jesús por aquella ciudad que tanto amó, pero que no conoció lo más importante de su historia: la visita del Mesías y los dones que llevaba para cada uno de sus habitantes. Y hemos de meditar también las ocasiones en las que nosotros personalmente le hemos llenado de aflicción por nuestros pecados, por las faltas de correspondencia a la gracia, por no haber sabido responder a tantas muestras de amistad. Y también las ocasiones en que nos ha echado de menos, como aquel día en que esperaba la vuelta de nueve leprosos que una vez curados se marcharon por otro camino y no volvieron. ¡Cuántas veces, quizá, ha quedado Jesús esperándonos!

Si no amamos a Jesús no podremos seguirle. Y para amarle hemos de meditar con frecuencia el Evangelio, donde se nos muestra profundamente humano y ¡tan cercano a todo lo nuestro! Unas veces le veremos cansado del camino9, sentado junto al pozo de Jacob, después de una larga caminata en un día caluroso, con sed real, que le dará ocasión para convertir a una mujer de Samaria y a muchos vecinos del pueblo de Sicar. Le contemplaremos con hambre, como el día en que, en el camino de Betania a Jerusalén, se acercó a una higuera que solo tenía hojas10; o agotado después de una jornada de intensa predicación a las gentes que no cesaban de acudir a Él, y era tal su cansancio que en medio incluso de un mar alborotado se quedó dormido sobre un cabezal en la popa11.

A lo largo de su vida irá aliviando las dolencias de quienes encuentra en su camino: vio una turba numerosa y sintió compasión de ellos, y curó a sus enfermos12. Aunque vino a salvar nuestras almas, no se olvida de los cuerpos. Para quererle y seguirle hemos de contemplarle: su vida es una inagotable fuente de amor, que hace fácil la entrega y la generosidad en su seguimiento. Y "cuando nos cansemos –en el trabajo, en el estudio, en la tarea apostólica–, cuando encontremos cerrazón en el horizonte, entonces, los ojos a Cristo: a Jesús bueno, a Jesús cansado, a Jesús hambriento y sediento. ¡Cómo te haces entender, Señor! ¡Cómo te haces querer! Te nos muestras como nosotros, en todo menos en el pecado: para que palpemos que contigo podremos vencer nuestras malas inclinaciones, nuestras culpas. Porque no importan ni el cansancio, ni el hambre, ni la sed, ni las lágrimas... Cristo se cansó, pasó hambre, estuvo sediento, lloró. Lo que importa es la lucha –una contienda amable, porque el Señor permanece siempre a nuestro lado– para cumplir la voluntad del Padre que está en los cielos (cfr. Jn 4, 34)"13.

III. El llanto de Jesús sobre Jerusalén encierra un profundo misterio. Ha expulsado demonios, curado enfermos, resucitado muertos, convertido a publicanos y pecadores, pero ante esta ciudad tropieza con la dureza de sus habitantes. Algo podemos entrever de lo que ocurría en su Corazón cuando hoy nos encontramos con la resistencia de tantos que se cierran a la gracia, a la llamada divina. "A veces, cara a esas almas dormidas, entran unas ansias locas de gritarles, de sacudirlas, de hacerlas reaccionar, para que salgan de ese sopor terrible en que se hallan sumidas. ¡Es tan triste ver cómo andan, dando palos de ciego, sin acertar con el camino!

"—Cómo comprendo ese llanto de Jesús por Jerusalén, como fruto de su caridad perfecta..."14.

Los cristianos proseguimos la obra del Maestro y participamos de los sentimientos de su Corazón misericordioso. Por eso, mirándole a Él, hemos de aprender a querer a nuestros hermanos los hombres, tratando a cada uno como es, en sus peculiares circunstancias, comprendiendo sus deficiencias cuando las haya, siendo siempre cordiales y estando disponibles para ayudar, para servir. De Cristo hemos de aprender a ser muy humanos, disculpando, alentando a seguir adelante, procurando –cada día– hacer la vida más grata y amable a los que comparten el mismo hogar, el mismo trabajo, idénticas aficiones, sacrificando los propios gustos, por legítimos que sean, cuando entorpecen la convivencia, interesándonos sinceramente por su salud y por su enfermedad... Y sobre todo nos preocupará especialmente el estado del alma de las personas que cada día tratamos, a quienes procuramos ayudar en su caminar hacia Cristo: a quienes están cerca de ti para que se aproximen más; a los que están lejos, para que emprendan el camino de vuelta hacia la casa del Padre. "No hay señal, no existe marca alguna que distinga mejor al cristiano, que el cuidado que tiene por sus hermanos"15, afirmaba San Juan Crisóstomo.

Hoy le pedimos a Nuestra Madre Santa María que nos dé un corazón semejante al de su Hijo, que no permanezca nunca indiferente ante la suerte de los que nos tratan cada día.

1 Lc 19, 41. — 2 Lc 19, 41-44. — 3 L. Cl. Fillion, Vida de Nuestro Señor Jesucristo, FAX, Madrid 1966, p. 713. — 4 Jn 11, 33-36. — 5 Símbolo Atanasiano. — 6 Juan Pablo II, Enc. Redemptor hominis, 4-III-1979, 10. — 7 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 102. — 8 Conc. Vat. II, Const. Gaudium et spes, 22. — 9 Jn 4, 4. — 10 Cfr. Mc 11, 12-13. — 11 Mc 4, 38. — 12 Mt 14, 14. — 13 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 201. 14 ídem, Surco, n. 210. — 15 San Juan Crisóstomo, Homilía 6, 3.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

Octavio u Octaviano, Santo Mártir, 20 Noviembre  

Octavio u Octaviano, Santo

Noviembre 20
Mártir

 

Etimológicamente significa "octavo hijo". Viene de la lengua latina.

La paz sobre la tierra comienza en nosotros mismos. Ya en el siglo IV, san Ambrosio de Milán decía:"Comenzad en vosotros la obra de la paz, una vez que vosotros estéis pacificados, llevaréis la paz a los demás".

Este joven, juntamente con Solutor y Adventor, se celebran hoy en la iglesia de Turín, Italia.

Eran soldados de la Legión Tebea. Combatían valientemente durante el imperio que mandaba por aquel tiempo Maximiano.

Eran valientes en la lucha y valientes en confesar su fe en Cristo el Señor.

El clima y el ambiente no les eran propicios. Ya habían visto con sus propios ojos morir a muchos cristianos.

No hay datos exactos de cómo murieron. Sin embargo, a personas de tanto brillo militar y de tanta fama entre los creyentes, fue fácil componerles un teatro o "Pasión" entre los años 432-450.

Ellos murieron como mártires en el siglo III, es decir cuando las persecuciones arreciaron como nunca.

La "Pasión" narraba que lograron escapar de la masacre de Agaunum.

Su fuga no pasó desapercibida. La policía militar los cogió en seguida. Los llevaron presos a Turín.
También se escaparon de la prisión. Empezaron a caminar pro lugares inhóspitos. Y ya esta vez, fueron enviados a la muerte por su fe en Dios único y verdadero.

Los turineses le levantaron pronto un templo en su honor. Este templo se convertiría más tarde, por mandato del obispo Gezone, en un monasterio benedictino.

Cuando los franceses ordenaron la demolición del monasterio en 1536, los tres cuerpos fueron llevados a la Consolata y finalmente a la iglesia de los mártires, en la que están hoy en día.

 

Estos mártires no sólo fueron semilla de Cristianos de su época, sino fundamento y protectores de los santos y obras que florecieron en Valdocco:
El nombre "Valdocco" viene del latín vallis occisorum que traduce en castellano "valle de los mártires", según una antigua tradición de que en el sitio fueron martirizados los tres soldados cristianos de la Legión Tebana.

En el distrito se creó el primer Oratorio Salesiano, cuyo fundador fue San Juan Bosco, con el nombre de Oratorio de San Francisco de Sales para la formación y salvaguarda de los muchachos más necesitados de Turín durante el siglo XIX. Pero también tuvo que ver con el desarrollo de las obras sociales y religiosas en favor de las muchachas en dificultad lideradas por Julia Colbert (http://www.santiebeati.it/dettaglio/91665) como el Hospital de Santa Filomena para niñas lisiadas y enfermas, el Monasterio de Santa María Magdalena y el Refugio para muchachas huérfanas. Cerca, en el barrio Aurora, otro gran personaje de la caridad, José Benito Cottolengo, fundó la Casita de la Divina Providencia, conocida también como el "Cottolengo". Todos estos personajes fueron contemporáneos y los tres internacionalizaron el nombre de Valdocco.

Si tienes la gracia de visitar Turín, además de la Sábana Santa, y las obras de los Santos arriba descriptas, no olvides honrar a estos mártires: recibirás incontables gracias.

 

8 de Julio de 1845

En sueños Don Bosco , joven sacerdote de treinta años, contempla una multitud de jóvenes. La Virgen le muestra su futuro campo de trabajo: un prado, tres iglesias de Valdocco…Luego, la Señora adelante un pié y lo posa sobre el lugar donde sufrieron el martirio Adventor, Solutor y Octavio, y dice:"En este lugar, donde los gloriosos mártires Adventor, Solutor y Octavio alcanzaron la palma del martirio, quiero que Dios sea glorificado de forma especial".

El lugar indicado por la Señora coincide exactamente con la capilla de los Mártires, en la Basílica de María Auxiliadora. Una cruz dorada en el pavimento de la cripta  del templo indica el punto preciso, indicado por D. Bosco. Dos pinturas en las paredes representan, el uno, el martirio de los tres soldados y en la parte opuesta, el sueño de D. Bosco. (Sant. Di María Auxiliatrice, 7,16,156)

 

Veamos la revelación

http://www.dbosco.net/mb/mbvol2/mbdb_vol2_230.html

Ella (La Virgen) respondió:

- Mi Hijo y los Apóstoles no tenían un palmo de tierra donde apoyar la cabeza.

Empecé a trabajar en aquel prado, aconsejaba, predicaba, confesaba; pero veía que mi esfuerzo resultaba inútil para la mayoría, si no se encontraba un sitio cercado y con locales donde recogerlos y donde albergar a algunos totalmente abandonados por sus padres, desechados y despreciados por todo el mundo. Entonces aquella Señora me llevó un poco más hacia allá, hacia el norte, y me dijo:

- ¡Mira!

Y vi una iglesia pequeña y baja, un patio chiquito y muchos jóvenes. Reemprendí mi labor. Pero, resultando ya estrecha esa iglesia, recurrí de nuevo a Ella, y me mostró otra iglesia bastante más grande y con una casa al lado. Me llevó después un poco más allá, hasta un trozo de terreno cultivado, casi frente a la fachada de la segunda iglesia. Y añadió:

- En este lugar, donde los gloriosos mártires de Turín Adventor y Octavio sufrieron su martirio, sobre esta tierra bañada y santificada con su sangre, quiero que Dios sea honrado de modo especialísimo.

Y así diciendo, adelantó un pie hasta ponerlo en el punto exacto donde tuvo lugar el martirio. Y me lo indicó con precisión. Quería yo poner una señal para encontrarlo cuando volviese por allí, pero no encontré nada: ni un palito, ni una piedra; con todo, lo fijé en la memoria con toda exactitud. Corresponde exactamente al ángulo interior de la capilla de los Santos Mártires, antes llamada de Santa Ana, del lado del Evangelio de la iglesia de María Auxiliadora.

 

 

Adventor, Santo Mártir, 20 Noviembre  

Adventor, Santo

Este joven, juntamente con Solutor y Octavio (Octaviano), se celebran hoy en la iglesia de Turín, Italia.

Eran soldados de la Legión Tebea. Combatían valientemente durante el imperio que mandaba por aquel tiempo Maximiano.

Eran valientes en la lucha y valientes en confesar su fe en Cristo el Señor.

El clima y el ambiente no les eran propicios. Ya habían visto con sus propios ojos morir a muchos cristianos.

No hay datos exactos de cómo murieron. Sin embargo, a personas de tanto brillo militar y de tanta fama entre los creyentes, fue fácil componerles un teatro o "Pasión" entre los años 432-450.

Ellos murieron como mártires en el siglo III, es decir cuando las persecuciones arreciaron como nunca.

La "Pasión" narraba que lograron escapar de la masacre de Agaunum.

Su fuga no pasó desapercibida. La policía militar los cogió en seguida. Los llevaron presos a Turín.
También se escaparon de la prisión. Empezaron a caminar por lugares inhóspitos. Y ya esta vez, fueron enviados a la muerte por su fe en Dios único y verdadero.

Los turineses le levantaron pronto un templo en su honor. Este templo se convertiría más tarde, por mandato del obispo Gezone, en un monasterio benedictino.

Cuando los franceses ordenaron la demolición del monasterio en 1536, los tres cuerpos fueron llevados a la Consolata y finalmente a la iglesia de los mártires, en la que están hoy en día.

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María Fortunata Viti, Beata Monja, 20 de noviembre  

María Fortunata Viti, Beata

Noviembre 20

 


Etimológicamente significa " princesa de las aguas", en lengua siria; "espejo", en lengua hebrea.

Jeremías dice: "Mis designios sobre vosotros, dice el Señor, son designios de paz y no de desgracia, de daros un porvenir y una esperanza".

Fue una monja del siglo XX.

La llevó a los altares el Papa Pablo VI. La santidad de María Fortunata Viti no tiene nada de clamoroso.

Su santidad parece anacrónica, fuera de nuestro tiempo. Vivió casi cien años dedicada a sus trabajos diarios.

Había nacido en 1827 y le pusieron por nombre Ana Felisa. Su padre lo dilapidó todo en vino y en juego.

Murió su madre cuando tenía 14 años, y ella tuvo que hacer frente a las tareas de la casa con sus hermanos.

A los 24 años pudo pensar en sí misma y se hizo monja benedictina en Veroli,
Era iletrada y su trabajo fue el trabajo manual. Todo lo hacía con gusto, con penitencia y con la oración.

Decía frecuentemente: " Quiero hacerme santa".

Y lo alcanzó gracias a su supo ser fiel a su regla y a su piedad y al trabajo continuo.

Llevó a cabo todos los designios que Dios le dictaba a su delicada conciencia.

Tuvo esperanza en todo lo que se propuso. Y, de esta manera, todo le salió bien a pesar de todo cuanto tuvo que sufrir.

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Bernardo de Hildesheim, Santo Obispo, 20 Noviembre  

Bernardo de Hildesheim, Santo

Miembro de una noble familia sajona, nieto de Athelberto, conde de Sajonia.

Huérfano a temprana edad fue a vivir con su tío, el obispo de Utrecht. Siguió sus estudios en la escuela de la catedral de Hildesheim y luego en Mainz.

Luego de ser ordenado en Mainz fue designado como capellán imperial y tutor de quien llegaría a ser el emperador Otto III.

Obispo de Hildesheim desde el 993 hasta el 1020, alentó las artes, encargando pinturas y esculturas religiosas, reconstruyendo los edificios existentes y construyendo otros nuevos.

Mandó hacer ornamentos para los altares realizados a mano en oro y plata. Por todo esto es el patrono de las artes de la cosntrucción: arquitectura, orfebrería, pintura y escultura.

Su período se caracterizó por la paz, y alrededor del año 1020 se retiró a un convento Benedictino para pasar sus últimos días en oración.

En la iconografía se lo representa con su vestimenta de obispo haciendo un caliz o una cruz con un martillo de orfebre, y rodeado de herramientas.

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Fuente: Archidiócesis de Madrid
Edmundo, Santo Mártir, 20 Noviembre  

Edmundo, Santo

Mártir
Noviembre 20

 


Offa es rey de Estanglia. Un buen día decide pasar el último tramo de su vida haciendo penitencia y dedicándose a la oración en Roma. Renuncia a su corona a favor de Edmundo que a sus catorce años es coronado rey, siguiendo la costumbre de la época, por Huberto, obispo de Elman, el día de la Navidad del año 855.

Pronto da muestras de una sensatez que no procede sólo de la edad. Es modelo de los buenos príncipes. No es amigo de lisonjas; prefiere el conocimiento directo de los asuntos a las proposiciones de los consejeros; ama y busca la paz para su pueblo; se muestra imparcial y recto en la administración de la justicia; tiene en cuenta los valores religiosos de su pueblo y destaca por el apoyo que da a las viudas, huérfanos y necesitados.

Reina así hasta que llegan dificultades especiales con el desembarco de los piratas daneses capitaneados por los hermanos Hingaro y Hubba que siembran pánico y destrucción a su paso. Además, tienen los invasores una aversión diabólica a todo nombre cristiano; con rabia y crueldad saquean, destruyen y entran al pillaje en monasterios, templos o iglesias que encuentran pasando a cuchillo a monjes, sacerdotes y religiosas. Una muestra es el saqueo del monasterio de Coldinghan, donde la abadesa santa Ebba fue degollada con todas sus monjas.

Edmundo reúne como puede un pequeño ejército para hacer frente a tanta destrucción pero no quiere pérdidas de vidas inútiles de sus súbditos ni desea provocar la condenación de sus enemigos muertos en la batalla. Prefiere esconderse hasta que, descubierto, rechaza las condiciones de rendición por atentar contra la religión y contra el bien de su gente. No acepta las estipulaciones porque nunca compraría su reino a costa de ofender a Dios. Entonces es azotado, asaeteado como otro
san Sebastián, hasta que su cuerpo parece un erizo y, por último, le cortan la cabeza que arrojan entre las matas del bosque.

Sus súbditos buscaron la cabeza para enterrarla con su cuerpo, pero no la encuentran hasta que escuchan una voz que dice: "Here", es decir, "aquí".

Este piadosísimo relato tardío colmado de adornos literarios en torno a la figura del que fue el último rey de Estanglia exaltan, realzan y elevan la figura de Edmundo hasta considerarlo mártir que, por otra parte, llegó a ser muy popular en la Inglaterra medieval. Sus reliquias se conservaron en Bury Saint Edmunds, en West Sufflok, donde en el año 1020 se fundó una gran abadía.

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Gregorio del Decapolita, Santo Monje, 20 Noviembre  

Gregorio del Decapolita, Santo

Nació en el año 762 en Irenopoli, murió en Constantinopla en 862.

Abrazó la vida monástica y después la de anacoreta.

Más tarde, peregrinando, se detuvo bastante tiempo en Tesalónica, y finalmente se afincó en Constantinopla, donde, luchando fuertemente en defensa de las imágenes sagradas, entregó su alma al Señor (s. IX).

Sus reliquias son beneradas hoy en tierra romana.

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Fuente: EnAccionDigital.com
Milagros Ortells Gimeno, Beata Virgen y Mártir, 20 Noviembre  

Milagros Ortells Gimeno, Beata

Nació en el seno de una familia profundamente cristiana, un 28 de noviembre de 1882, siendo bautizada en la Parroquia Santa Catalina de la ciudad del Turía.

Milagro siempre se distinguió por su piedad y su sencillez. Era de carácter sensible, alegre, jovial y muy querida y valorada por todos cuantos la conocieron. No le gustaban las vanidades, ni fue mujer de guardar las apariencias. Se dice de ella que a pesar de pertenecer a una clase social acomodada, pues sus padres eran los dueños de una importante tienda y fábrica de abanicos de la calle de Zaragoza, entonces núcleo comercial por excelencia, nunca consintió llevar sombrero, sino mantilla, ni sentarse en silla en la Iglesia, sino en el suelo, como los más humildes. Buscaba además la compañía de las niñas de clase más humilde.

A los diecinueve años manifestó su voluntad de ingresar en un convento, y su madre la invitó a hacerlo en las religiosas Reparadoras, pero ella prefirió el convento de Capuchinas de Santa Clara, lo cual llevó a cabo, un 9 de octubre de 1902, profesando como hermana de coro.

Entre los servicios que prestó a la comunidad se encuentran los de enfermera, refitolera (encargada de comedor), sacristana, consejera de la abadesa y en sus últimos tiempos el de maestra de novicias. Todos los testigos señalan en ella virtudes como el de la prudencia, el espíritu de mortificación, su profundo y sentido amor a la Virgen y a la Eucaristía, su observancia fiel a la regla capuchina.

Durante la República, ya antes de la guerra, se vio obligada a abandonar el convento en dos ocasiones, pero no sufrió mayores molestias que los sobresaltos.

El viernes día 20 de Noviembre de 1936, al atardecer, Milagros, su hermana María y 15 Hermanas de la Doctrina Cristiana, fueron obligadas a subir a un vehículo, al que accedieron a empellones y con dificultad, y que les condujo al picadero de Paterna. Allí algunas de ellas fueron torturadas, sufriendo mutilaciones y vejaciones durante muchas horas, para lo cual fueron utilizados instrumentos metálicos de los utilizados con los caballos. Un estudio elaborado en la "Unitat Docent de Medicina legal de la Facultat de Medicina de la Universitat de Valencia" en base a la fotografía del cadáver de sor Milagro describe perfectamente el terrible martirio al que fue sometida esta monja.

Esa misma noche fueron fusiladas y sus cadáveres depositadas en el cementerio de Valencia donde serían fotografiadas y enterradas en cajas de madera.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04
Ambrosio Traversari, Beato Monje Camaldulense, 20 Noviembre  

Ambrosio Traversari, Beato

El Beato Ambrosio fue un teólogo y escritor italiano, nacido en Pórtico, cerca de Florencia el 16 de septiembre de 1386; murió el 21 de octubre de 1439.

Su nombre era Ambrosio Traversari. Entró en la Orden de Camaldoli a la edad de catorce años y se convirtió en su Director General en el 1431.

Conocía el Griego al igual que el Latín. Estos dotes y su familiaridad con los asuntos de la Iglesia hicieron que Eugenio IV le llevará al Concilio de Basle, donde Ambrosio fuertemente defendió la primacía del pontífice romano y ordenó al Concilio a no partir la túnica sin costura de Cristo.

Fue posteriormente enviado por el Papa al Emperador Sigismundo a pedir su ayuda en los esfuerzos del Pontífice para terminar el Concilio que por cinco años había estancado las prerrogativas papales. El Papa transfirió el Concilio de Basle a Ferrara el 18 de Septiembre de 1437.

En este Concilio y posteriores en Florencia, Ambrosio por sus esfuerzos y caridad hacia los pobres Obispos Griegos, ayudó grandemente en lograr una unión de las dos Iglesias, decreto el cual el 6 de Julio de 1439 él fue llamado a redactar. Murió poco después. Sus obras son; un tratado sobre la Santa Eucaristía, uno sobre la Procesión del Espíritu Santo, muchas de las vidas de los santos y una crónica de su generalazgo de los Camaldolitas.

Tradujo del griego al latín la vida de Crisóstomo (Venecia, 1533); la Sabiduría Espiritual de Juan Mosco; la Escalera del Paraíso de San Juan Clímaco (Venecia, 1531), P.G., LXXXVIII. También tradujo libros contra los errores de los Griegos por Manuel Kalekas, Patriarca de Constantinopla, un monje Dominico (Inglostadt, 1608), P.G., CLII, col. 13-661, una obra conocida solamente por la traducción de Ambrosio.

Tradujo también muchas homilías de San Juan Crisóstomo; el tratado de pseudo Denis el Areopagita sobre la jerarquía celestial; el tratado de San Basilio sobre la virginidad; treinta y nueve discursos de San Efrén el Sirio y muchas otras obras de los Padres y escritores de la Iglesia Griega.

 

Fuente: ACI Prensa
Felix de Valois, Santo Trinitario, Noviembre 4  

Felix de Valois, Santo

Fundador

Martirologio Romano: En Cerfroid, en el territorio de Meaux, en Francia, san Félix de Valois, que, después de una larga vida de solitario, se le considera compañero de san Juan de Mata en la fundación de la Orden de la Santísima Trinidad, para la redención de los cautivos (1212).

Etimología: Felix = Aquel que es feliz. De la lengua latina.


Algunos escritos de la "Orden de la Santísima Trinidad", afirman que San Félix llevaba el apellido de Valois porque pertenecía a la familia real de Francia, pero en realidad el nombre proviene de la provincia de Valois donde habitó originalmente.

Según se dice, vivió como ermitaño en el bosque de Gandelu, en la diócesis de Soissons, en un pueblo llamado Cerfroid. Tenía el propósito de pasar su vida en la oscuridad pero Dios lo dispuso de otro modo.

En efecto, San Juan de Mata, discípulo de San Félix, le propuso que fundase una orden para el rescate de los cautivos. Aunque el santo tenía ya setenta años, se ofreció a hacer y sufrir cuanto Dios quisiera por un fin tan noble. Así, los dos santos partieron juntos a Roma en el invierno de 1197 para solicitar la aprobación de la Santa Sede.

San Félix propaga la orden en Italia y Francia. En París fundó el convento de San Maturino y cuando San Juan volvió a Roma, San Félix a pesar de su avanzada edad, administró la provinica francesa y la casa madre de la orden en Cerfroid. Ahí murió a los ochenta y seis años de edad en 1212.

Según la tradición de los trinitarios, los dos santos fueron canonizados por el Papa Urbano IV en 1262. Alejandro VII confirmó el culto de los dos fundadores en 1666.

El 4 de noviembre recordamos su ingreso al Reino, y el 20 del mismo mes se celebra su fiesta litúrgica.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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