JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 20-28
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Cuando vean a Jerusalén sitiada por un ejército, sepan que se aproxima su destrucción. Entonces los que estén en Judea, que huyan a la montaña; los que estén en la ciudad, que se alejen; los que estén en el campo, que no entren a la ciudad, porque serán días de castigo en que se cumplirá todo lo que está escrito.
¡Pobres de las embarazadas o criando en aquellos días! Porque habrá gran calamidad en esta tierra y el castigo de Dios se descargará contra este pueblo. Caerán a filo de espada, serán llevados cautivos a todas las naciones, Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que se cumpla el plazo que Dios ha señalado.
Habrá señales prodigiosas en el sol, la luna y las estrellas, y en la tierra la gente se llenará de angustia, enloquecida por el estruendo de las olas del mar. La gente morirá de terror y de angustiosa espera por las cosas que vendrán sobre el mundo, pues hasta las estrellas se bambolearán. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube con gran poder y majestad.
Cuando esto comience a suceder, pongan atención y levanten la cabeza; porque se acerca la hora de su liberación".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor, Jesús.
Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). ¿Qué pensaríamos de un cónyuge que le dice a su pareja: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
jue 34a. Ordinario año Par
Antífona de Entrada
Dios mío, ten piedad de mí, pues sin cesar te invoco. Tú eres bueno y clemente y no niegas tu amor al que te invoca.
Oración Colecta
Oremos:
Dios misericordioso, de quien procede todo lo bueno; inflámanos con tu amor y acércanos más a ti, a fin de que podamos crecer en tu gracia y perseveremos en ella.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Cayó Babilonia, la grande
Lectura del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan 18, 1-2.21-23; 19, 1-3.9a
Yo, Juan, vi un ángel que bajaba del cielo; su poder era inmenso y con resplandor iluminó la tierra. Gritó con voz potente:
"Ha caído la gran Babilonia. Se ha convertido en morada de demonios, en guarida de todo espíritu impuro, en escondrijo de todo pájaro inmundo y repugnante".
Otro ángel poderoso levantó una piedra del tamaño de una rueda de molino y la arrojó al mar, diciendo:
"Con esta misma violencia será arrojada Babilonia, la gran ciudad, y desaparecerá para siempre.
Ya no se volverán a escuchar en ti cantos, ni cítaras, ni flautas, ni trompetas. Ya no habrá más en ti artesanos de ningún oficio, ni se escuchará más el ruido de la piedra de molino; ni luces de lámparas brillarán en ti, ni bullicio de bodas se oirá más en ti, porque tus comerciantes llegaron a dominar la tierra y con tus brujerías tú sedujiste a todas las naciones".
Oí después algo así como el vocerío de una inmensa multitud, que cantaban:
"¡Aleluya! La salvación, la gloria y el poder pertenecen a nuestro Dios, porque sus sentencias son legítimas y justas. El ha condenado a la gran prostituta que corrompía a la tierra con sus fornicaciones, y le ha pedido cuenta de la sangre de sus siervos".
Y por segunda vez todos cantaron:
"¡Aleluya! El humo del incendio de la gran ciudad se eleva por los siglos de los siglos".
Entonces el ángel me dijo:
"Escribe: Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 99
Dichosos los invitados al banquete del Señor.
Alabe a Dios toda la tierra; sirvamos al Señor con alegría, con júbilo entremos en su templo.
Dichosos los invitados al banquete del Señor.
Reconozcamos que el Señor es Dios; que él nos hizo y somos suyos, su pueblo y su rebaño.
Dichosos los invitados al banquete del Señor.
Entremos por sus puertas dando gracias; crucemos por sus atrios entre himnos, con alabanzas y bendiciéndolo.
Dichosos los invitados al banquete del Señor.
El Señor es bueno, es eterna su misericordia y su fidelidad nunca se acaba.
Dichosos los invitados al banquete del Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Estén en vela y preparados, porque a la hora que menos piensen vendrá el Hijo del hombre.
Aleluya.
Evangelio
Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que se cumpla el plazo que Dios ha señalado
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 20-28
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Cuando vean a Jerusalén sitiada por un ejército, sepan que se aproxima su destrucción. Entonces los que estén en Judea, que huyan a la montaña; los que estén en la ciudad, que se alejen; los que estén en el campo, que no entren a la ciudad, porque serán días de castigo en que se cumplirá todo lo que está escrito.
¡Pobres de las embarazadas o criando en aquellos días! Porque habrá gran calamidad en esta tierra y el castigo de Dios se descargará contra este pueblo. Caerán a filo de espada, serán llevados cautivos a todas las naciones, Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que se cumpla el plazo que Dios ha señalado.
Habrá señales prodigiosas en el sol, la luna y las estrellas, y en la tierra la gente se llenará de angustia, enloquecida por el estruendo de las olas del mar. La gente morirá de terror y de angustiosa espera por las cosas que vendrán sobre el mundo, pues hasta las estrellas se bambolearán. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube con gran poder y majestad.
Cuando esto comience a suceder, pongan atención y levanten la cabeza; porque se acerca la hora de su liberación".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor, Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, los dones que te presentamos; y realiza en nosotros, con el poder de tu Espíritu, la obra redentora que se actualiza en esta Eucaristía.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Alabanza a Dios por la creación y redención del género humano
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque has querido ser, por medio de tu amado Hijo, no sólo el creador del género humano, sino también el autor bondadoso de la nueva creación.
Por eso,
con razón te sirven todas las criaturas, con justicia te alaban todos los redimidos y unánimes te bendicen tus santos. Con ellos, unidos con los ángeles, nosotros cantamos tu gloria gozosos diciendo:
Antífona de la Comunión
Qué grande es la delicadeza del amor que tienes reservado, Señor, para tus hijos.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Te rogamos, Señor, que este sacramento con que nos has alimentado, nos haga crecer en tu amor y nos impulse a servirte en nuestros prójimos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
___________________________________________________________________________________________
Dia 27/11 Virgen de la Medalla Milagrosa (blanco)
Antífona de Entrada
Dichosa eres, Virgen María, que llevaste en tu seno al autor del universo, engendraste al que te creó y permaneces Virgen para siempre.
Oración Colecta
Oremos:
Dios de misericordia: fortalece nuestra débil condición y, al recordar en este día a la Madre de tu Hijo, concédenos por su intercesión vernos libres de todas nuestras culpas.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
María, trono de la sabiduría
Lectura del libro del Eclesiástico 24, 1-2. 5-7.12-16
La sabiduría hace su propio elogio, se gloría en medio de su pueblo. Abre la boca en la asamblea del Altísimo y se gloría delante de sus potestades. Yo salí de la boca del Altísimo y como niebla cubrí la tierra; habité en el cielo con mi trono sobre columna de nubes.
Entonces el Creador del universo me ordenó, el Creador estableció mi morada:
"Habita en Jacob, sea Israel tu heredad".
Desde el principio, antes de los siglos, me creó, y no cesaré jamás. En la santa morada, en su presencia ofrecí culto y en Sión me estableció; en la ciudad escogida, me hizo descansar, en Jerusalén reside mi poder. Eché raíces en un pueblo glorioso, en la porción del Señor, en su heredad. Vengan a mí los que me aman, y sáciense de mis frutos; mi nombre es más dulce que la miel, y mi herencia mejor que los panales. El que me come tendrá más hambre, el que me bebe tendrá más sed. El que me escucha no fracasará, el que me pone en práctica no pecará.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 112
Bendito sea el nombre del Señor, ahora y por siempre.
Alaben, siervos del Señor, alaben el nombre del Señor:
Bendito sea el nombre del Señor, ahora y por siempre.
Bendito sea el nombre del Señor, ahora y por siempre.
De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor. El Señor se eleva sobre todos los pueblos, su gloria sobre el cielo.
Bendito sea el nombre del Señor, ahora y por siempre.
¿Quién como el Señor Dios nuestro, que se eleva en su trono, y se abaja para mirar al cielo y a la tierra?
Bendito sea el nombre del Señor, ahora y por siempre.
Levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre, para sentarlo con los príncipes, los príncipes de su pueblo.
Bendito sea el nombre del Señor, ahora y por siempre.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Alégrate María, llena de gracia que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.
Aleluya.
Evangelio
Dio a luz a su hijo primogénito
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 2, 1-14
Gloria a ti, Señor.
En aquellos días salió un decreto del emperador Augusto, ordenando hacer un censo del mundo entero. Este fue el primer censo que se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. Y todos iban a inscribirse, cada cual a su ciudad.
También José, que era de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, para inscribirse con su esposa, María, que estaba encinta. Y mientras estaban allí le llegó el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada.
En aquella región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño. Y un ángel del Señor se les presentó: la gloria del Señor los envolvió de claridad y se llenaron de gran temor. El ángel les dijo:
"No teman, les traigo la buena noticia, la gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor. Y aquí tienen la señal: encontrarán un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre".
De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo:
"Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que Dios ama".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, te rogamos, Señor, que la ofrenda que te presentamos nos transforme a nosotros, por tu gracia, en ofrenda viva y perenne.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
María, signo de consuelo y esperanza
En verdad es justo darte gracias, es bueno cantar tu gloria, Padre santo, Dios todo poderoso y eterno. Te alabamos y te bendecimos, por Jesucristo, tu Hijo, en esta memoria de la bienaventurada Virgen María.
Ella, como humilde sierva, escuchó tu palabra y la conservó en su corazón; admirablemente unida al misterio de la redención, perseveró con los apóstoles en la plegaria, mientras esperaban al Espíritu Santo, y ahora brilla en nuestro camino como signo de consuelo y de firme esperanza.
Por este don de tu benevolencia, unidos a los ángeles y a los santos, te entonamos nuestro canto y proclamamos tu alabanza:
Antífona de la Comunión
El Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es Santo.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Como partícipes de la redención eterna, te rogamos, Señor, que al celebrar la memoria de la Madre de tu Hijo nos gloriemos en la abundancia de tu gracia y sintamos el aumento continuo de la salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
___________________________________________________________________________________________
† Meditación diaria
34ª semana. Jueves
BENDECID TODOS AL SEÑOR
— La naturaleza entera alaba a Dios. El Canto del Trium puerorum.
— Preparación y acción de gracias de la Misa.
— Jesús viene a visitarnos en la Comunión. Poner todos los medios para darle buena acogida.
I. Rocíos y escarchas, bendecid al Señor. // Hielo y frío, bendecid al Señor. // Luz y tinieblas, bendecid al Señor...1.
Una de las lecturas de estos días nos narra diversos pasajes del Libro de Daniel, y los Salmos responsoriales recogen el bellísimo Canto llamado de los tres jóvenes (Trium puerorum), utilizado en la Iglesia desde la antigüedad como himno de acción de gracias, introducido primero en la Santa Misa, y después fuera de ella, para fomentar la piedad de los fieles2.
Cuando los tres jóvenes judíos fueron condenados a morir en un horno ardiendo por negarse a adorar la estatua de oro erigida por el rey Nabucodonosor, oraron al Dios de sus padres, al Dios de la Alianza, que manifestó su santidad y magnificencia en tantos prodigios sobre el pueblo de Israel, y cantaron este himno que "suena como una llamada dirigida a las criaturas a fin de que proclamen la gloria de Dios Creador"3; esta gloria está ante todo en Dios mismo y, mediante la obra de la Creación, brota del seno mismo de la Divinidad y, "en cierto modo, se traslada fuera: a las criaturas del mundo visible y del invisible, según su grado de perfección"4.
Comienza el himno con una invitación a todas las criaturas a dirigirse a su Creador: Obras todas del Señor, bendecid al Señor: alabadle y ensalzadle por todos los siglos de los siglos. Los ángeles del Cielo dirigen la alabanza. Luego, los cielos, donde está la lluvia5, y todos los cuerpos celestes, el sol y la luna, las estrellas, aguaceros y rocío, los vientos, fuego y calor, frío y helada, rocío y escarcha, helada y nieves, noches y días, luz y tinieblas, relámpagos y nubes son invitados a alabar al Señor. La tierra con sus montes y colinas, sus fuentes, sus mares y ríos, ballenas y peces y todo lo que se mueve en las aguas; las aves del cielo, las bestias todas y los ganados son instados a bendecir al Señor.
El hombre, rey de la Creación, aparece el último, y por este orden: todos los hombres en general, el pueblo de Israel, los sacerdotes, los ministros del Señor, el pueblo judío, los justos, los santos y humildes de corazón. Por último, los mismos jóvenes judíos fieles al Señor (Ananías, Azarías y Misael) son llamados a cantar alabanzas al Creador6.
Para la acción de gracias después de la Misa, se añadió desde antiguo a este Cántico el Salmo 150, último del Salterio, en el que también se convoca a todos los seres vivientes para bendecir al Señor. Laudate Dominum in sanctis eius... Alabad al Señor en su templo, alabadlo en todo su firmamento. Alabadlo por sus obras magníficas, por su inmensa grandeza. Alabadlo tocando trompas, con arpas y cítaras, con tambores y danzas... ¡Todo ser viviente alabe al Señor!
Nuestra vida cristiana debe ser toda ella como un canto vibrante de alabanza, lleno de adoración, acciones de gracias y entrega amorosa. Por eso, en la acción de gracias de la Comunión, mientras que tenemos en nuestro corazón al Señor de Cielo y tierra, nos unimos a todo el universo en su pregón de agradecimiento al Creador.
II. La vida entera, pero especialmente los momentos después de haber comulgado, es un tiempo de alegría y de alabanza a Dios. Para dar gracias al Señor nos podemos unir interiormente a todas las criaturas que, cada una según su ser, manifiestan su gozo al Señor. "Hay que cantar desde ahora –comenta San Agustín–, porque la alabanza a Dios hará nuestra dicha durante la eternidad y nadie sería apto para esta ocupación futura si no se ejercitara alabando en las condiciones de la vida presente. Cantemos el Aleluya, diciendo unos a otros: alabad al Señor; y así prepararnos el tiempo de la alabanza que seguirá a la resurrección"7. ¡Alabad al Señor...! Nos unimos a todos los seres de la tierra, y a los santos y "los ángeles y los arcángeles, y con todos los coros celestiales cantamos sin cesar el himno de tu gloria ..."8.
Te adoro con devoción, Dios escondido9, le decimos a Jesús en la intimidad de nuestro corazón después de haber comulgado. En esos momentos hemos de frenar las impaciencias y permanecer recogidos con Dios que nos visita. Nada hay en el mundo más importante que prestar a ese Huésped el honor y la atención que se merece. Si somos generosos con el Señor y cuidamos esos diez minutos en su compañía, llegará un tiempo –quizá ya ha llegado– en el que esperaremos con impaciencia la Santa Misa y el momento de la Comunión. Las almas de todos los tiempos que han estado cerca de Dios han esperado con impaciencia ese momento inefable en el que tan próximos estamos de Dios. Así ocurría a San Josemaría Escrivá: durante la mañana daba gracias por la Misa que había celebrado, y por la tarde preparaba la Misa del día siguiente. Y era tal su amor que incluso durante la noche, cuando se interrumpía su sueño, su pensamiento se dirigía hacia la Misa que iba a celebrar al día siguiente y, con el pensamiento, el deseo de glorificar a Dios a través de aquel Sacrificio único. De este modo, el trabajo y las mortificaciones, las jaculatorias y las comuniones espirituales, los detalles de caridad, iban dirigidos como preparación o como obsequio en acción de gracias10.
Examinemos hoy con qué amor acudimos nosotros a la Santa Misa, donde tributamos a Dios la alabanza suprema, y con qué atención y esmero cuidamos de esos minutos que estamos con Él. Es una cortesía que no debemos descuidar jamás.
III. El Evangelio de la Misa11 nos recuerda la venida gloriosa de Cristo al fin de los tiempos: Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad, ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo temblarán. Entonces verán al Hijo del Hombre venir en una nube, con gran poder y gloria, Ahora, en la Comunión, llega el mismo Hijo del Hombre a nuestro corazón para fortalecernos y llenarnos de paz. Viene como el Amigo tanto tiempo esperado. Y hemos de recibirlo como lo hicieron sus más íntimos: con la atención de María de Betania, con la alegría con que le acogió Zaqueo en su casa... "Parece que esto es lo correcto: si se recibe en casa a un amigo, a un invitado, se le atiende, es decir, se le da conversación, se le acompaña. No se le deja en la sala de visitas o en cualquier otro lugar de la casa, con el periódico, para que entretenga la espera hasta que nos venga bien atenderle. Sin duda sería de muy mala educación. Y si la persona que nos visitara fuera de tan gran categoría, que el solo hecho de venir a nuestra casa supusiera un honor muy por encima de nuestra condición y merecimientos, entonces la desatención no sería ya falta de educación, sino grosería incalificable"12. Hemos de tratar bien a Jesús, que tanto desea visitarnos en nuestra pobre casa. "Y no suele Su Majestad pagar mal la posada, si le hace buen hospedaje"13. Es una buena ocasión de unirnos a toda la Creación para alabar y dar gracias al Creador que, humilde, se queda sacramentalmente en nuestro corazón durante esos minutos.
La Iglesia, siempre Madre buena, nos ha aconsejado a sus hijos esas oraciones que han alimentado la piedad de tantos cristianos para ayudarnos, especialmente cuando nos sintamos pobres de palabras para dirigirnos a Jesús: el Himno Adoro te devote, el Trium puerorum, la Oración a Jesús Crucificado, las Invocaciones al Santísimo Redentor... Si al comulgar procuramos tener a mano algún devocionario –cuando sea posible– o algún Misal de los fieles, dispondremos de una buena ayuda para aprovechar ese tiempo que tanto va a influir luego a lo largo de todo el día. Muchas veces, la jornada depende de esos minutos junto a Jesús Sacramentado.
No dejemos de poner todos lo medios a nuestro alcance para mejorar nuestras disposiciones antes y después de haber comulgado. Cualquier esfuerzo que pongamos es siempre largamente recompensado. "Cuando recibas al Señor en la Eucaristía, agradécele con todas las veras de tu alma esa bondad de estar contigo.
"—¿No te has detenido a considerar que pasaron siglos y siglos, para que viniera el Mesías? Los patriarcas y los profetas pidiendo, con todo el pueblo de Israel: ¡que la tierra tiene sed, Señor, que vengas!
"—Ojalá sea así tu espera de amor"14.
1 Salmo responsorial. Año 1. Dan 3, 68 ss. — 2 Cfr. A. G. Martimort, La Iglesia en oración, Herder, 3ª ed., Barcelona 1987, p. 168. — 3 Juan Pablo II, Audiencia general 12-III-1986. — 4 Ibídem. — 5 Cfr. Gen 1, 7. — 6 Cfr. B. Orchard y otros, Verbum Dei, vol. II, notas a Dan 3, 51-90. — 7 San Agustín, cit. por D. de las Heras, Comentario ascético-teológico sobre los Salmos, p. 374. — 8 Misal Romano, Prefacio de la Misa. — 9 Himno Adoro te devote. — 10 Cfr. F. Suárez, El sacrificio del altar, p. 280. — 11 Lc 21, 20-28. — 12 F. Suárez, o. c., p. 274. — 13 Santa Teresa, Camino de perfección, 39. — 14 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 991.
___________________________________________________________________________________________
† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
La Virgen de la Medalla Milagrosa
El 27 de noviembre de 1830 la Virgen Santísima se apareció a Santa Catalina Labouré, humilde religiosa vicentina, y se le apareció de esta manera: La Virgen venía vestida de blanco. Junto a Ella había un globo luciente sobre el cual estaba la cruz. Nuestra Señora abrió sus manos y de sus dedos fulgentes salieron rayos luminosos que descendieron hacia la tierra. María Santísima dijo entonces a Sor Catalina:
"Este globo que has visto es el mundo entero donde viven mis hijos. Estos rayos luminosos son las gracias y bendiciones que yo expando sobre todos aquellos que me invocan como Madre. Me siento tan contenta al poder ayudar a los hijos que me imploran protección. ¡Pero hay tantos que no me invocan jamás! Y muchos de estos rayos preciosos quedan perdidos, porque pocas veces me rezan".
Entonces alrededor de la cabeza de la Virgen se formó un círculo o una aureola con estas palabras: "Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti". Y una voz dijo a Catalina: "Hay que hacer una medalla semejante a esto que estas viendo. Todas las personas que la lleven, sentirán la protección de la Virgen", y apareció una M, sobre la M una cruz, y debajo los corazones de Jesús y María. Es lo que hoy está en la Medalla Milagrosa.
El Arzobispo de París permitió fabricar la medalla tal cual había aparecido en la visión, y al poco tiempo empezaron los milagros. (lo que consigue favores de Dios no es la medalla, que es un metal muerto, sino nuestra fe y la demostración de cariño que le hacemos a la Virgen Santa, llevando su sagrada imagen).
___________________________________________________________________________________________
Fuente: Franciscanos.net
Bernardino Amici de Fossa, Beato Predicador y Escritor Franciscano, 27 Noviembre
Sacerdote de la Primera Orden (1420‑1503). |
___________________________________________________________________________________________
Francisco Antonio Fasani, Santo Presbítero Franciscano, 27 de noviembre
En la segunda mitad del siglo XVII vivía en Lucera (Italia), una familia muy pobre: la familia Fasani. En su seno nació, el 16 de agosto de 1681, un niño que recibió los nombres de Donato Antonio Juan Nicolás. Comúnmente le llamaban Juan. Antes de cumplir los diez años murió su padre, que era campesino. Su madre volvió a casarse con Francisco Farinacci, que fue también un buen padre para Juan y lo envió a estudiar en el convento de los frailes menores conventuales de Lucera. Su madre era una mujer muy piadosa.
orden de los frailes menores conventuales tomando el hábito franciscano y el nombre de Francisco Antonio en el noviciado de Monte San Ángel. Allí mismo hizo los votos. Después estudió filosofía y teología en los colegios de Venafro, Agnone, Montella, Aversa y Asís, donde fue ordenado sacerdote el 19 de septiembre de 1705. Se doctoró en teología con las máximas calificaciones, y en 1707 fue destinado a enseñar filosofía en el convento de Lucera, su ciudad natal. |
___________________________________________________________________________________________
Teodosio, Santo Biografía, 27 de noviembre
Noviembre 27
Etimológicamente significa "don de Dios". Viene de la lengua griega. |
___________________________________________________________________________________________
Delfina, Beata Viuda, 27 de noviembre
Viuda
|
___________________________________________________________________________________________
Bronislao Kostkowski, Beato Seminarista, 27 Noviembre
Nació en Slupsk, Polonia, el 11 marzo de 1915; murió en Dachau, Alemania, 27 de novembre de 1942. |
___________________________________________________________________________________________
Fuente: acoantioquena.com
Jacobo de Persia, Santo Mártir, 27 Noviembre
El gran mártir Jacobo el Persa (conocido como "el amputado") nació en el siglo IV en el seno de una piadosa familia cristiana, conocida por su riqueza y su honorabilidad. |
___________________________________________________________________________________________
Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
Si NO desea el evangelio, santoral y meditación diaria y sólo artículos interesantes censurados por la prensa (la mayoría), unos 4 por semana escriba a: ave-maria-purisima+subscribe@googlegroups.com (responder el mensaje de confirmación).
Para de-suscribirse escribir desde su casilla de email a:
Evangelio+unsubscribe@googlegroups.com
Si no se desuscribe es porque recibe el mensaje en su otro email que le reenvía al actual: debe escribir desde ese otro email.
No hay comentarios:
Publicar un comentario