JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 5-11
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, al oír Jesús que algunos admiraban la solidez del templo y la belleza de las ofrendas que lo adornaban, dijo:
"Días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que admiran: todo será destruido".
Entonces le preguntaron:
"Maestro, ¿cuándo sera eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está a punto de suceder?"
El respondió:
"Cuídense de que nadie los engañe. Porque muchos vendrán usando mi nombre, diciendo: "Yo soy el Mesías, el tiempo ha llegado"; pero no vayan tras ellos. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones, no se asusten; porque eso tiene que acontecer primero, pero el final no vendrá en seguida".
Luego les dijo:
"Se levantará nación contra nación y reino contra reino. En diferentes lugares habrá grandes terremotos, epidemias y hambre, y aparecerán en el cielo señales prodigiosas y terribles".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). ¿Qué pensaríamos de un cónyuge que le dice a su pareja: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
mar 34a. Ordinario año Par
Antífona de entrada
Dice el Señor: Tengo designios de paz y no de aflicción, me invocarán y yo los escucharé, los congregaré sacándolos de los países y comarcas por donde los dispersé.
Oración Colecta
Oremos:
Señor, Dios nuestro, concédenos vivir siempre alegres en tu servicio, porque en servirte a ti, creador de todo bien, consiste el gozo pleno y verdadero.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
El tiempo de la cosecha ha llegado, el trigo está maduro
Lectura del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan 14, 14-19
Yo, Juan, tuve otra visión: Vi una nube blanca; sobre la nube estaba sentado uno con aspecto humano, con una corona de oro en la cabeza y una hoz afilada en la mano. Salió del templo otro ángel y gritó con potente voz al que estaba sentado en la nube:
"Empuña la hoz y comienza a segar; el tiempo de la cosecha ha
llegado, el trigo está maduro".
El que estaba sentado en la nube acercó su hoz a la tierra y la comenzó a cortar.
Y salió otro ángel del templo celestial llevando también una hoz afilada .
Y salió del altar un ángel más, el que tiene poder sobre el fuego, y le gritó fuerte al que tenía la hoz afilada:
"Empuña tu hoz afilada y corta los racimos de la viña de la tierra, porque las uvas ya están maduras".
El ángel acercó su hoz a la tierra, cosechó la viña de la tierra y echó las uvas al gran tonel de la ira de Dios. Las uvas del tonel fueron pisoteadas fuera de la ciudad, y de él salió tanta sangre que subió hasta los frenos de los caballos en una extensión de trescientos kilómetros.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Sal 95, 10.11-12.13
El Señor gobierna al mundo con justicia.
Digan a las naciones: "¡El Señor es rey! El aseguró el mundo para que permanezca firme; él gobierna a los pueblos con rectitud".
El Señor gobierna al mundo con justicia.
Que se alegren los cielos y se regocije la tierra, que resuene el mar y cuanto lo llena, que exulten los campos con todos sus frutos, que aclamen los árboles del bosque.
El Señor gobierna al mundo con justicia.
Ante el Señor que viene a gobernar la tierra: gobernará con justicia al mundo, a las naciones con fidelidad.
El Señor gobierna al mundo con justicia.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Sé fiel hasta la muerte y te daré como premio la vida, dice el Señor.
Aleluya.
Evangelio
No quedará piedra sobre piedra
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 5-11
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, al oír Jesús que algunos admiraban la solidez del templo y la belleza de las ofrendas que lo adornaban, dijo:
"Días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que admiran: todo será destruido".
Entonces le preguntaron:
"Maestro, ¿cuándo sera eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está a punto de suceder?"
El respondió:
"Cuídense de que nadie los engañe. Porque muchos vendrán usando mi nombre, diciendo: "Yo soy el Mesías, el tiempo ha llegado"; pero no vayan tras ellos. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones, no se asusten; porque eso tiene que acontecer primero, pero el final no vendrá en seguida".
Luego les dijo:
"Se levantará nación contra nación y reino contra reino. En diferentes lugares habrá grandes terremotos, epidemias y hambre, y aparecerán en el cielo señales prodigiosas y terribles".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Concédenos, Señor, que esta ofrenda sea agradable a tus ojos, nos alcance la gracia de servirte con amor y nos consiga los gozos eternos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Nuestra misma acción de gracias es un don de Dios
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Pues aunque no necesitas nuestra alabanza ni nuestras bendiciones te enriquecen, tú inspiras y haces tuya nuestra acción de gracias, para que nos sirva de salvación, por Cristo, Señor nuestro.
A quien alaban los ángeles y los arcángeles, proclamando sin cesar:
Antífona de la Comunión
Para mí lo bueno es estar junto a Dios, hacer del Señor mi refugio.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Ahora que hemos recibido el don sagrado de tu sacramento, humildemente te pedimos, Señor, que el memorial que tu Hijo nos mandó celebrar aumente la caridad en nosotros.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
† Meditación diaria
34ª semana. Martes
CON LOS PIES DE BARRO
— La estatua de los pies de barro.
— La experiencia de la personal debilidad.
— Nuestra flaqueza, ocasión para que Dios muestre su poder y su misericordia.
I. Una de las lecturas que la liturgia propone para la Misa de hoy es un pasaje del Libro de Daniel. El rey había tenido un sueño que le había producido una extremada inquietud, sin que luego recordara su contenido. Daniel, con la ayuda divina, conoce el sueño, lo relata al rey y lo interpreta: Tú mirabas -le dice el Profeta a Nabucodonosor- y, estabas viendo una gran estatua. Era muy grande y de un brillo extraordinario... La cabeza de la estatua era de oro puro; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus caderas, de bronce; sus piernas, de hierro, y sus pies, parte de barro y parte de bronce. Entonces, una piedra, no lanzada por mano de hombre, se desprendió y dio sobre los pies de la estatua, y quedó destrozada. Todo se vino abajo: el oro, la plata, el bronce, el hierro y el barro se desmenuzaron juntamente y fueron como tamo de las eras en verano; se los llevó el viento... Nada quedó de la estatua1.
La interpretación del sueño se refiere a la destrucción de sucesivos reinos, comenzando por el del propio Nabucodonosor, y la llegada de un reino, suscitado por el Dios del cielo... que permanecerá para siempre2, y que derribará a los demás. Es una profecía de la llegada del Mesías y de su reinado universal. Pero también la estatua puede ser imagen de cada cristiano: con una inteligencia de oro, que nos permite conocer a Dios; un corazón de plata, con una inmensa capacidad de amar; y la fortaleza que dan las virtudes... Pero los pies los tendremos siempre de barro3, con la posibilidad de caer al suelo si olvidamos esta debilidad del fundamento humano, de la que, por otra parte, tenemos sobrada experiencia. Este conocimiento del frágil material que nos sostiene nos debe volver prudentes y humildes. Solo quien es consciente de esta debilidad no se fiará de sí mismo y buscará la fortaleza en el Señor, en la oración diaria, en el espíritu de mortificación, en la firmeza de la dirección espiritual. De esta forma, las propias fragilidades servirán para afianzar nuestra perseverancia, pues nos volverán más humildes y aumentarán nuestra confianza en la misericordia divina. Conocemos bien la realidad de las palabras de San Agustín: "No hay pecado ni crimen cometido por otro hombre que yo no sea capaz de cometer por razón de mi fragilidad; y si aún no lo he cometido es porque Dios, en su misericordia, no lo ha permitido y me ha preservado del mal"4.
La experiencia de los propios errores hace presente lo inestable de nuestras disposiciones personales y la realidad de la fragilidad humana: "Muchas tentaciones, muchos tropiezos salen al paso de los que quieren actuar conforme a Dios"5. La gracia, los buenos deseos no extirpan completamente las reliquias del pecado, que nos empujan al mal. Este propio conocimiento tendrá muchas consecuencias en nuestra vida. En primer lugar, nos llevará a buscar la fortaleza fuera de nosotros mismos, en el Señor. "Cuando tú deseabas poder por tus solas fuerzas, Dios te ha hecho débil, para darte su propio poder, porque tú no eres más que debilidad"6. Esa es la realidad. Por eso, "resulta necesario invocar sin descanso, con una fe recia y humilde: ¡Señor!, no te fíes de mí. Yo sí que me fío de Ti. Y al barruntar en nuestra alma el amor, la compasión, la ternura con que Cristo Jesús nos mira, porque Él no nos abandona, comprenderemos en toda su hondura las palabras del Apóstol: virtus in infirmitate perficitur (2 Cor 12, 9); con fe en el Señor, a pesar de nuestras miserias –mejor, con nuestras miserias– , seremos fieles a nuestro Padre Dios; brillará el poder divino, sosteniéndonos en medio de nuestra flaqueza"7.
II. Nos enseña la Iglesia que, a pesar de haber recibido el Bautismo, permanece en el alma la concupiscencia, el fomes peccati, "que procede del pecado y al pecado inclina"8. "Lo que la revelación nos dice –afirma el Concilio Vaticano II– coincide con la experiencia. El hombre, en efecto, cuando examina su corazón, comprueba su tendencia hacia el mal, se ve anegado por muchos males, que no pueden tener su origen en el Santo Creador (...). Toda la vida humana, individual y colectiva, se presenta como lucha –lucha dramática– entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas. Es más: el hombre se siente incapaz de combatir con eficacia por sí solo los ataques del mal, hasta el punto de sentirse aherrojado entre cadenas"9.
Tenemos los pies de barro, como esa estatua de la que habla el Profeta Daniel, y, además, la experiencia del pecado, de la debilidad, de las propias flaquezas, está patente en la historia del mundo y en la vida personal de todos los hombres. "Nadie se ve enteramente libre de su debilidad y de su servidumbre, sino que todos tienen necesidad de Cristo, modelo, maestro, salvador y vivificador"10. Cada cristiano es como una vasija de barro11, que contiene tesoros de valor inapreciable, pero por su misma naturaleza puede romperse con facilidad. La experiencia nos enseña que debemos quitar toda ocasión de pecado. Es esta una muestra de sabiduría, porque "puestos en ellas, no hay que fiar donde tantos enemigos nos combaten y tantas flaquezas hay en nosotros para defendernos"12.
El Señor, en su misericordia infinita, ha querido que esta fragilidad propia sea para nuestro bien. "Dios quiere que tu miseria sea el trono de su misericordia, y tu impotencia la sede de todo su poder"13. En nuestra debilidad resplandece el poder divino, y es un medio, quizá insustituible, para unirnos más al Señor, que nunca nos deja solos. Enseña a mirar con comprensión a nuestros hermanos que quizá estén pasando una mala época, pues –como enseña San Agustín– no hay falta o pecado que nosotros no podamos cometer. Y si aún no lo hemos cometido se debe a la misericordia divina, que nos ha preservado de ese mal14.
Acudamos a Jesús, llenos de confianza: "Señor, que no nos inquieten nuestras pasadas miserias ya perdonadas, ni tampoco la posibilidad de miserias futuras; que nos abandonemos en tus manos misericordiosas; que te hagamos presentes nuestros deseos de santidad y apostolado, que laten como rescoldos bajo las cenizas de una aparente frialdad...
"—Señor, sé que nos escuchas. Díselo tú también"15.
III. Juan Pablo I, alentando a quien se desanima por haber llevado una vida en el mal, contaba que le preguntó una vez a una señora, llena de pesimismo por su vida pasada, los años que tenía. Respondió que treinta y cinco. "¡Treinta y cinco! –exclamó el Pontífice–, ¡pero si usted puede vivir todavía otros cuarenta o cincuenta años y hacer un montón de cosas buenas!". Le aconsejó que pensara en el porvenir, y que renovara su confianza en la ayuda de Dios. Y añadió el Papa: "Cité en aquella ocasión a San Francisco de Sales, que habla de "nuestras queridas imperfecciones". Y expliqué: Dios detesta las faltas, porque son faltas. Pero, por otra parte, ama, en cierto sentido, las faltas en cuanto que le dan ocasión a Él de mostrar su misericordia y a nosotros de permanecer humildes y de comprender también y compadecer las faltas del prójimo"16.
Si alguna vez fuera más agudo el conocimiento de nuestra debilidad, si las tentaciones arreciaran, oiremos cómo el Señor nos dice también a nosotros: Te basta mi gracia, porque la fuerza resplandece en la flaqueza. Y con San Pablo podremos decir: Por eso, con sumo gusto me gloriaré más todavía en mis flaquezas, para que habite en mí la fuerza de Cristo. Por lo cual me complazco en las flaquezas, en los oprobios, en las necesidades, en las persecuciones y angustias, por Cristo; pues cuando soy débil, entonces soy fuerte17, con la fortaleza de Dios.
Aunque sintamos que tenemos los pies de barro, nos dará gran confianza considerar los abundantes medios sobrenaturales que el Señor nos ha dejado para vencer. Se ha quedado en el Sagrario, como especial fortaleza para la lucha; nos dio la Confesión, para recuperar la gracia perdida y aumentar la resistencia al mal y la capacidad para el bien; ha dispuesto que un Ángel nos guarde en todos nuestros caminos; contamos con la ayuda extraordinaria de la Comunión de los Santos, del ejemplo de tantas gentes que se comportan como hijos de Dios, con la ayuda de la corrección fraterna... Tenemos, sobre todo, la protección de María, Madre de Dios y Madre nuestra, Refugio de los pecadores, nuestro refugio, a la que ahora acudimos pidiéndole que no nos deje de su mano.
1 Dan 2, 31-35. — 2 Dan 2, 44. — 3 Cfr. San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 5; 181. — 4 San Agustín, Confesiones, 2, 7. — 5 Orígenes, Homilías sobre el Éxodo, 5, 3. — 6 San Agustín, Confesiones, 19, 5. — 7 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 194. — 8 Conc. de Trento, Sesión 5, cap. 5. — 9 Conc. Vat. II, Const. Gaudium et spes, 13. — 10 ídem, Decr. Ad gentes, 8. — 11 2 Cor 4, 7. — 12 Santa Teresa, Vida, 8, 4. — 13 San Francisco de Sales, Epistolario, fragm. 10, en Obras selectas de..., p. 644. — 14 Cfr. San Agustín, Confesiones, 2, 7. — 15 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 426. — 16 Juan Pablo I, Audiencia general, 20-IX-1978. — 17 2 Cor 12, 9-10.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Fuente: Archidiócesis de Madrid
Catalina de Alejandría, Santa Mártir, Noviembre 25
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San Dionisio
Obispo
Año 265
Que el Espíritu Santo siga enviando a su Iglesia sabios y
santos que aviven en todo el pueblo un
gran amor hacia Dios y una gran caridad hacia los demás.
Valioso es un amigo fiel. Su precio es incalculable (S. Biblia Ecl. 6, 15).
Entre los muchos santos que han llevado el nombre de Dionisio, el santo de hoy fue llamado "El Grande", o Dionisio Magno. San Atanasio lo llamó "Maestro de la Iglesia Católica", por su gran sabiduría y el notable ascendiente que tuvo entre los católicos de su tiempo.
Nació y vivió en Alejandría, Egipto. Al principio era pagano, pero después de haber tenido una visión, y al dedicarse a estudiar la S. Biblia se dio cuenta de que la verdadera religión es la católica y se convirtió.
En aquellos tiempos la escuela de teología más famosa que tenía nuestra Santa Iglesia era la de Alejandría. Allá iban a enseñar o a aprender los más destacados intelectuales del clero y Dionisio brilló allí como un alumno especialmente dotado de gran inteligencia y de prodigiosa memoria, y poco después de graduarse fue nombrado como director de tan famosa escuela, cargo que ejerció durante 15 años con aplauso de todos.
En el año 247 Dionisio fue elegido obispo de Alejandría, pero luego empezaron las persecuciones. Al principio eran los sacerdotes paganos que incitaban al populacho contra los seguidores de Cristo. Luego estalló la terrible persecución de Decio, y lo primero que hizo el gobernador de Alejandría fue mandar llevar preso a Dionisio. Los perseguidores lo buscaron por todas partes, menos en su casa, pues se imaginaban que había salido huyendo. Pero él no se había movido de su habitación.
A los cuatro días Dionisio dispuso huir con todos sus ayudantes pero la policía los atrapó y se los llevó presos a todos, menos a uno de los empleados que logró huir a contar la noticia. El fugitivo se encontró con un enorme grupo de personas que se dirigían a celebrar unas bodas y les narró lo sucedido. Aquellas gentes se llenaron de indignación y con palos y piedras atacaron a la policía y les quitaron a los prisioneros. Dionisio se oponía a esto, y se entristecía de que ya no podía ser mártir. Pero aquellos hombres no le hicieron caso a sus ruegos sino que lo subieron sobre una mula y lo mandaron al desierto, para que allá quedara libre de los perseguidores. En el desierto estuvo varios años hasta que terminó la persecución.
Al volver a Alejandría se encontró con que algunos teólogos se oponían al Pontífice de Roma y le pedían a él que los apoyara en esta oposición. Dionisio escribió a Novaciano, que era jefe de los rebeldes: "Es necesario estar resuelto a sufrir cualquier otro daño, antes que destruir la unidad de la Iglesia. Hay que estar tan dispuesto a morir a favor de la unidad de la Iglesia, como estaría uno dispuesto a morir por defender la fe". Y siguió siendo fiel al Papa de Roma.
El hereje Novaciano decía que a los que cometen faltas muy graves no se les debe perdonar nunca. San Dionisio, apoyando lo que enseñaba el Papa San Cornelio, escribió varias cartas recomendando tener una gran misericordia con los pecadores, y narraba cómo cuando un pobre que había sido muy pecador en la vida, estando moribundo pedía el perdón y la comunión, no teniendo más con quién enviarle la eucaristía, le mandaron la comunión con un niñito, y el pobre pecador al comulgar exclamó: "Ya he quedado libre de mis pecados. Puedo partir tranquilo para la eternidad". Y cuenta el santo que aquel hombre pecador Dios le conservó milagrosamente la vida hasta que llegó el que llevaba la Sagrada Eucaristía.
Dionisio que había estudiado y enseñado por 15 años lo referente a la S. Biblia, empleó con gran maestría una serie de frases muy especiales de la Sagrada Escritura para combatir a los herejes. Estas respuestas de tan notable sabio sirvieron mucho en los siglos siguientes para enfrentarse a los que negaban verdades de nuestra santa religión.
En el año 257 estalló la persecución de Valeriano. El gobernador de Egipto llamó a Dionisio y a sus sacerdotes y les exigió que adoraran a los ídolos del imperio. El santo obispo respondió: "Nosotros los seguidores de Cristo no adoramos sino al único Dios que existe, que es el Creador de cielos y tierra. Rezamos por Valeriano y los demás gobernantes, pero en cuanto a la religión sólo obedecemos a nuestra Santa Iglesia. Ofrecemos oraciones y sacrificios por la paz, el bienestar y la prosperidad de la patria, pero en cuestiones religiosas dependemos solamente de Nuestro Señor Jesucristo". Por más que el gobernador trató de convencerlos para que adoraran a sus ídolos, ellos no aceptaron, y fueron desterrados al terrible desierto de Libia.
Pero a los dos años el emperador perseguidor fue hecho prisionero y esclavo por sus enemigos, y Dionisio y sus sacerdotes pudieron volver a Alejandría. Mas allá se encontraron que por falta de enseñanzas religiosas las gentes se habían vuelto violentísimas y peleaban y se mataban por cualquier cosa (la mayor parte de esas gentes eran paganas). No se podía ya ni salir a la calle sinpeligro de ser asesinados. El santo obispo escribía: "Es más peligroso andar tres cuadras por esta ciudad, que viajar 300 kilómetros por el resto de la nación". Les faltaba el espíritu cristiano, que es caridad, perdón y paz con todos.
Y para colmo de penas llegaron la peste de tifo negro y la disentería. Las gentes morían por centenares, pero entonces brilló la caridad cristiana. Mientras los paganos echaban los cadáveres a las calles y desterraban de sus casas a los enfermos, los cristianos dirigidos por su obispo, sepultaban caritativamente a los muertos y asistían con gran caridad a los infectados. Esto les atrajo muchas simpatías en la gran ciudad.
Después de haber sido obispo de Alejandría por 17 años dando muestra de gran prudencia y santidad y ganándose la simpatía y la admiración de creyentes e incrédulos, San Dionisio murió en el año 265.
San Epifanio cuenta que por muchos años las gentes lo recordaban como un verdadero padre y maestro, y dedicaron un templo en su honor. Sus virtudes y sus sabios escritos le dieron fama universal.
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Mercurio de Cesarea de Capadocia, Santo Mártir, Noviembre 25
Noviembre 25Martirologio Romano: En Cesarea de Capadocia, san Mercurio, mártir (250). |
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Autor: Alfonso Aguiló
Luis Beltrame Quattrocchi y María Corsini, Beatos Esposos, 25 de noviembre
Primer Matrimonio Beatificados JuntosMartirologio Romano: En Roma, beata María Beltrame Quattrocchi, que, siendo madre de familia, ilustró de modo conspicuo a la familia de Cristo y a la sociedad, viviendo ejemplarmente su vida matrimonial y mostrando su comunión de fe y amor hacia el próximo. (26 de agosto de 1965).
Un abogado del Estado y una profesora han subido juntos a los altares igual que lo hicieran a la basílica romana de Santa María Mayor el 25 de noviembre de 1905 para contraer matrimonio. Juan Pablo II ha manifestado su alegría pues, "por primera vez dos esposos llegan a la meta de la beatificación". Luigi (1880-1951) y María (1884-1965) Beltrame Quattrochi, originarios de Roma, fueron un matrimonio feliz. |
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Garcia, Santo Abad, Noviembre 25
AbadMartirologio Romano: En el monasterio de Arlanza, en la región de Burgos, en España, memoria de san García, abad (1073). |
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Pedro Alejandrino (Pedro de Alejandría) y compañeros, Santo Obispo, Noviembre 25
Obispo y MártirMartirologio Romano: En Alejandría, en Egipto, san Pedro, obispo y mártir, que, dotado de todas las virtudes, fue decapitado por mandato del emperador Galerio Maximiano, viniendo a ser la última víctima de la gran persecución y como el sello de los mártires. Con él se conmemoran tres obispos egipcios, que son Hesiquio, Pacomio y Teodoro, junto con otros muchos que, también en Alejandría, sufrieron en la misma persecución y subieron al cielo por medio de cruel espada (305/311). |
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Beatriz de Ornacieux, Beata Monja Cartuja, Noviembre 25
MonjaMartirologio Romano: En la región de Valence, en la Galia, beata Beatriz de Ornacieux, virgen de la Orden Cartujana, insigne por el amor a la Cruz, que vivió y murió con pobreza extrema en el monasterio de Eymeu, fundado por ella (1303/ 1309). |
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Fuente: Dominicos.org
Jacinto Serrano López, Beato Mártir Dominico, Noviembre 25
Martir DominicoMartirologio Romano: En Puebla de Híjar, población cercana a Teruel, en España, beato Jacinto Serrano López, de la Orden de Predicadores y mártir, que fue fusilado en la persecución contra la Iglesia. Con él se hace conmemoración del beato mártir Santiago Meseguer Burillo, presbítero de la misma Orden, quien, por Cristo, realizó su glorioso combate en Barcelona, no se sabe exactamente en qué fecha (1936). |
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Fuente: Dominicos.org/aragon
Santiago Meseguer Burillo, Beato Mártir Dominico, Noviembre 25
Martir DominicoMartirologio Romano: En Puebla de Híjar, población cercana a Teruel, en España, beato Jacinto Serrano López, de la Orden de Predicadores y mártir, que fue fusilado en la persecución contra la Iglesia. Con él se hace conmemoración del beato mártir Santiago Meseguer Burillo, presbítero de la misma Orden, quien, por Cristo, realizó su glorioso combate en Barcelona, no se sabe exactamente en qué fecha (1936). |
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Fuente: Martirologio Romano
Otros Santos y Beatos Completando el santoral de este día, Noviembre 25
San Moisés, presbítero y mártir |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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