jueves, 11 de diciembre de 2014

[ † ] Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe. Viernes de la Pasión y Muerte de Jesucristo: día de penitencia y abstinencia de carne, excepto fiesta de precepto (CDC 1250/3). 12/12/2014. Nuestra Señora de Guadalupe ¡ruega por nosotros!

JA

JMJ

Pax

Lectura del santo Evangelio según san Lucas (1, 39-48)

Gloria a ti, Señor.

En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea, y entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la creatura saltó en su seno. Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó: "¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno.

Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor".

Entonces dijo María: "Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354

Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). ¿Qué pensaríamos de un cónyuge que le dice a su pareja: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

Misal

 

Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe

Patrona principal de América Latina

Que te alaben, Señor, todos los pueblos

Mi alma glorifica al Señor

Antífona de Entrada

Una gran señal apareció en el cielo: una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza.

Se dice Gloria.

Oración Colecta

Oremos:

Padre de misericordia, que has puesto a este pueblo tuyo bajo la especial protección de la siempre Virgen María de Guadalupe, Madre de tu Hijo, concédenos, por su intercesión, profundizar en nuestra fe y buscar el progreso de nuestra patria por caminos de justicia y de paz.

Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

 

Primera Lectura

Lectura del libro del Eclesiástico (Sirácide) (24, 23-31)

Yo soy como una vid de fragantes hojas y mis flores son producto de gloria y de riqueza. Yo soy la madre del amor, del temor, del conocimiento y de la santa esperanza. En mí está toda la gracia del camino y de la verdad, toda esperanza de vida y de virtud.

Vengan a mí, ustedes, los que me aman y aliméntense de mis frutos. Porque mis palabras son más dulces que la miel y mi heredad, mejor que los panales. Los que me coman seguirán teniendo hambre de mí, los que me beban seguirán teniendo sed de mí; los que me escuchan no tendrán de qué avergonzarse y los que se dejan guiar por mí no pecarán. Los que me honran tendrán una vida eterna.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial Salmo 66

Que te alaben, Señor, todos los pueblos.

Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora.

Que te alaben, Señor, todos los pueblos.

Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia; con equidad tú juzgas a los pueblos y riges en la tierra a las naciones.

Que te alaben, Señor, todos los pueblos.

Que te alaben, Señor, todos los pueblos, que los pueblos te aclamen todos juntos. Que nos bendiga Dios y que le rinda honor el mundo entero.

Que te alaben, Señor, todos los pueblos.

 

En los lugares donde se celebra con grado de Solemnidad, se añade la 2a. lectura.

Segunda Lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los gálatas (4, 4-7)

Hermanos: Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estábamos bajo la ley, a fin de hacernos hijos suyos.

Puesto que ya son ustedes hijos, Dios envió a sus corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: "¡Abbá!", es decir, ¡Padre! Así que ya no eres siervo, sino hijo; y siendo hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

Aclamación Antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.

Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador.

Aleluya.

 

Evangelio

Lectura del santo Evangelio según san Lucas (1, 39-48)

Gloria a ti, Señor.

En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea, y entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la creatura saltó en su seno. Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó: "¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno.

Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor".

Entonces dijo María: "Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Si se celebra con grado de

solemnidad si se dice Credo.

No se dice Credo.

 

Oración de los Fieles

Celebrante:

Pongamos, hermanos, nuestros ojos en Jesús que, para salvar al mundo, quiso nacer de santa María Virgen, y oremos por nuestra nación, por los pueblos de América latina y por el bien de todos los hombres:

Escúchanos, Señor.

Para que el Señor, que quiso que la santidad de la Iglesia se prefigurara y culminara en la perfección de María, conceda a los cristianos y a sus pastores ser vivo reflejo de aquella santidad que resplandece en la santa Madre de Dios,

roguemos al Señor.

Escúchanos, Señor.

Para que nuestra nación, que hoy venera con solemnidad a María Virgen bajo la advocación de Guadalupe, alcance una paz verdadera y estable y vea alejada de sus ciudadanos las injusticias y los egoísmos mutuos,

Roguemos al Señor.

Escúchanos, Señor.

Para que el ejemplo de la fortaleza de María que sufrió crueles dolores al pie de la cruz sea consuelo para los que sufren y esperanza para quienes se sienten decaídos,

Roguemos al Señor.

Escúchanos, Señor.

Para que los cristianos que hoy celebramos la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, demos a los ciudadanos de nuestra nación un claro testimonio de fe cristiana y una colaboración eficaz a la prosperidad de nuestro pueblo,

Roguemos al Señor.

Escúchanos, Señor.

Celebrante:

Dios nuestro, que has querido que santa María de Guadalupe fuera ayuda y patrona de nuestros pueblos, escucha nuestras plegarias y has que, confiando en su ayuda poderosa, obtengamos los bienes que te hemos pedido.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, los dones que te presentamos en esta solemnidad de Nuestra Señora de Guadalupe, y haz que este sacrificio nos dé fuerza para cumplir tus mandamientos como verdaderos hijos de la Virgen María.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

 

Prefacio de Santa María Virgen I

Maternidad de la santísima

Virgen María

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.

Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la festividad de Santa María, siempre virgen: Porque ella concibió a tu único Hijo por obra del Espíritu Santo y sin perder la gloria de su virginidad, hizo brillar sobre el mundo la luz eterna, Jesucristo nuestro Señor.

Por él, los ángeles y los arcángeles y todos los coros celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza:

Santo, Santo, Santo...

 

Antífona de la Comunión

No ha hecho nada semejante con ningún otro pueblo; a ninguno le ha manifestado tan claramente su amor.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:

Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que hemos recibido en este sacramento nos ayuden, Señor, por intercesión de nuestra santísima Madre de Guadalupe, a reconocernos y a amarnos todos como verdaderos hermanos.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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jue 2a. Adviento

Antífona de Entrada

Tú estás cerca, Señor, y todos tus caminos son derechos. Desde el principio comprendí que tu alianza la estableciste para siempre.

 

Oración Colecta

Oremos:
Haz, Señor, que nos decidamos a preparar los caminos de tu Hijo, para que por el misterio de su venida podamos servirte con un corazón limpio.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Yo soy tu redentor, el Dios de Israel

Lectura de libro del profeta Isaías 41, 13-20

Yo, el Señor tu Dios, sostengo tu brazo y te digo: "No temas, yo mismo te auxilio". No temas, gusanito de Jacob, oruga de Israel; yo te auxilio, palabra del Señor; tu redentor es el Santo de Israel.
Te convertiré en trilladora afilada, trilladora nueva de doble filo; trillarás los montes hasta molerlos, reducirás a paja las colinas. Los echarás al viento y éste se los llevará, el ventarrón los esparcirá. Y tú podrás alegrarte gracias al Señor, gracias al Santo de Israel te gloriarás. Los necesitados y los pobres buscan agua y no la encuentran; su lengua está reseca por la sed.
Pero yo, el Señor, los atenderé; yo, el Dios de Israel, no los abandonaré. Haré que broten ríos en las colinas secas y fuentes en medio de los valles; trasformaré el desierto en estanque, la tierra árida en manantiales de agua. Pondré en el desierto cedros, acacias, mirtos y olivares; plantaré en la llanura abetos, y también cipreses y olmos, para que vean y sepan, para que reflexionen y aprendan que el poder del Señor ha hecho esto, que el Santo de Israel lo ha creado.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Sal 144, 1 y 9.10-11.12-13ab

Bueno es el Señor para con todos.

Te glorificaré, rey y Dios mío, bendeciré tu nombre por siempre. El Señor es bondadoso con todos, a todas sus obras se extiende su ternura.
Bueno es el Señor para con todos.

Que tus obras te den gracias, Señor, y tus fieles te bendigan; que proclamen la gloria de tu reinado y hablen de tus hazañas.
Bueno es el Señor para con todos.

Das a conocer a los hombres tus hazañas, la gloria y el esplendor de tu reinado. Tu reinado es eterno, tu gobierno permanece para siempre.
Bueno es el Señor para con todos.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Dejen, cielos, caer su rocío y que las nubes lluevan al justo; que la tierra se abra y haga germinar al Salvador.
Aleluya.

Evangelio

No ha habido ninguno más grande que Juan el Bautista

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 11-15

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a la gente:
"Les aseguro que no ha surgido entre los hombres nadie mayor que Juan el Bautista; sin embargo,
 
el más pequeño en el Reino de los cielos es mayor que él.
Desde que apareció Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los cielos sufre violencia, y los violentos pretenden apoderarse de él. Pues todos los profetas y la ley anunciaron esto hasta que vino Juan. Y es que, lo acepten o no, él es Elías, el que tenía que venir.
El que tenga oídos, que oiga".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, estas ofrendas que hemos tomado de tus mismos dones, y concédenos que esta Eucaristía que estamos celebrando nos alcance la salvación eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Las dos venidas de Cristo

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Quien al venir por vez primera en la humildad de nuestra carne, realizó el plan de redención trazado desde antiguo y nos abrió el camino de la salvación; para que cuando venga de nuevo en la majestad de su gloria, revelando así la plenitud de su obra, podamos recibir los bienes prometidos que ahora, en vigilante espera, confiamos alcanzar.
Por eso,
 
con los ángeles y arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Antífona de la Comunión

Vivamos en este mundo como seres humanos responsables, justos y que sirven a Dios, en espera de que se cumpla la feliz esperanza: la manifestación gloriosa de Jesucristo, nuestro Dios y salvador.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Como fruto de nuestra participación en este sacramento de vida eterna, enséñanos, Señor a no sobrevalorar las cosas terrenales y a estimar las del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Dia 12/12-1 Santa Juana Francisca de Chantal (Religiosa, blanco)

Antífona de Entrada

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor; que te bendigan tus santos; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas.

 

Oración Colecta

Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, tú has querido darnos una prueba suprema de tu amor en la glorificación de tus santos; concédenos ahora que su intercesión nos ayude y su ejemplo nos mueva a imitar fielmente a tu Hijo Jesucristo. Que vive y reina...
Amén.

 

Primera Lectura

Aguarda al Señor en el monte

Lectura del libro primero de los Reyes 19, 4-9a. 11-15a

En aquellos días caminó Elías por el desierto una jornada de camino, y al final se sentó bajo una retama y se deseó la muerte diciendo:
"Basta ya, Señor, quítame, la vida, pues yo no valgo más que mis padres".
Se echó debajo de la retama y se quedó dormido. De pronto, un ángel lo tocó y le dijo: "Levántate, come". Miró Elías y vio a su cabecera un pan cocido en las brasas y una jarra de agua. Comió, bebió y volvió a echarse. Pero el ángel del Señor lo tocó por segunda vez diciéndole:
"Levántate, come, que el camino es superior a tus fuerzas".
Se levantó Elías, comió y bebió, y con la fuerza de aquel alimento caminó cuarenta días y cuarenta noches, hasta el Horeb, el monte de Dios. Al llegar allí se refugió en una gruta. El Señor le dijo:
"Sal y aguarda al Señor en el monte, que el Señor va a pasar".
Pasó ante el Señor un viento huracanado, que agrietaba los montes y rompía los peñascos; en el viento no estaba el Señor. Vino después un terremoto, y en el terremoto no estaba el Señor. Después vino un fuego, y en el fuego no estaba el Señor. Después se escuchó un susurro. Elías al oírlo se cubrió el rostro con el manto y salió a la entrada de la gruta. Una voz le preguntó: "¿Qué te trae por aquí, Elías?"
Contestó:
"Mi pasión por el Señor Dios de los ejércitos. Porque los israelitas han abandonado tu alianza, han derribado tus altares y han pasado a cuchillo a tus profetas. He quedado yo solo, y ahora me persiguen para matarme".
El Señor le dijo:
"Desanda el camino hasta el desierto de Damasco".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

del salmo 33

Bendigo al Señor en todo momento.

Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor, que los humildes lo escuchen y se alegren.
Bendigo al Señor en todo momento.

Proclamen conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos, juntos su nombre. Yo consulté al Señor y me respondió, me libró de todas mis ansias.
Bendigo al Señor en todo momento.

Contémplenlo y quedarán radiantes, su rostro no se avergonzará. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias.
Bendigo al Señor en todo momento.

El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege. Gusten y vean qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él.
Bendigo al Señor en todo momento.

Todos sus santos teman al Señor, porque nada les falta a los que lo temen; los ricos empobrecen y pasan hambre, los que buscan al Señor no carecen de nada.
Bendigo al Señor en todo momento.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; quien me sigue tendrá la luz de la vida.
Aleluya.

Evangelio

Vende todo lo que tienes y compra el campo

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 13, 44-46

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a la gente:
"El Reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra, lo vuelve a esconder, y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.
El Reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas, que al encontrar una de gran valor se va a vender todo lo que tiene y la compra".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Señor, escucha con bondad nuestra súplica y protégenos con la intercesión de tus santos, para que tributemos siempre un culto digno a tu divina Majestad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

La gloria de los santos

En verdad es justo darte gracias y deber nuestro glorificarte, Padre santo. Porque tu gloria resplandece en cada uno de los Santos, ya que, al coronar sus méritos, coronas tus propios dones.
Con su vida, nos proporcionas ejemplo; ayuda, con su intercesión, y por la comunión con ellos, nos haces participar de sus bienes, para que, alentados por testigos tan insignes, lleguemos victoriosos al fin de la carrera y alcancemos con ellos la corona inmortal de la gloria, por Cristo, Señor, nuestro.
Por eso,
con los ángeles y arcángeles y con la multitud de los santos, te cantamos un himno de alabanzas diciendo sin cesar:

Antífona de la Comunión.

Los justos se alegran, gozan en la presencia de Dios, rebosando de alegría.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, Padre del consuelo y de la paz, concede a tu pueblo, reunido en la fiesta de los santos, para alabar tu nombre, recibir de tu misericordia, por el misterio de Cristo en que ha participado, la prenda de la eterna redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

12 de diciembre

NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE*

Memoria

— La aparición de la Virgen a Juan Diego.

— Nuestra Señora precede a todo apostolado y prepara las almas.

— La nueva evangelización. El Señor cuenta con nosotros. No desaprovechar las ocasiones.

I. La devoción a la Virgen de Guadalupe en México tiene su origen en los comienzos de su evangelización, cuando los creyentes eran aún muy pocos. Nuestra Señora se apareció en aquellos primeros años a un indio campesino, Juan Diego, y lo envió al Obispo del lugar para manifestarle el deseo de tener un templo dedicado a Ella en una colina próxima, llamada Tepeyac. Le dijo la Virgen en la primera aparición: "en este santuario le daré a las gentes todo mi amor personal, mi mirada compasiva, mi auxilio, mi salvación: porque Yo, en verdad, soy vuestra Madre compasiva, tuya y de todos los hombres... Allí les escucharé su llanto, su tristeza, para remediar, para curar todas sus diferentes penas, sus miserias, sus dolores"1.

El Obispo del lugar, antes de acceder a esta petición, pidió una señal. Y Juan Diego, por encargo de la Señora de los Cielos, fue a cortar un ramo de rosas, en el mes de diciembre, sobre la árida colina, a más de dos mil metros de altura. Habiendo encontrado, con la consiguiente sorpresa, las rosas, las llevó al Obispo. Juan Diego extendió su blanca tilma, en cuyo hueco había colocado las flores. Y cuando cayeron en el suelo "apareció de repente la Amada Imagen de la Virgen Santa María, Madre de Dios, en la forma y figura que ahora se encuentra"2. Esa imagen de Nuestra Señora de Guadalupe quedó impresa en la rústica tilma del indio, tejida con fibras vegetales. Representa a la Virgen como una joven mujer de rostro moreno, rodeada por una luz radiante.

María dijo a Juan Diego, y lo repite a todos los cristianos: "¿No estoy Yo aquí, que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No estás por ventura en mi regazo?". ¿Por qué hemos de temer, si Ella es Madre de Jesús y Madre de los hombres?

Con la aparición de María en el cerro del Tepeyac comenzó en todo el antiguo territorio azteca un movimiento excepcional de conversiones, que se extendió a toda América Centro-Meridional y llegó hasta el lejano archipiélago de Filipinas. "La Virgen de Guadalupe sigue siendo aún hoy el gran signo de la cercanía de Cristo, al invitar a todos los hombres a entrar en comunión con Él, para tener acceso al Padre. Al mismo tiempo, María es la voz que invita a los hombres a la comunión entre ellos..."3. La Virgen ha ido siempre por delante en la evangelización de los pueblos. No se entiende el apostolado sin María. Por eso, cuando el Papa, Vicario de Cristo en la tierra, pide a los fieles la recristianización de Europa y del mundo acudimos a Ella para que "indique a la Iglesia los caminos mejores que hay que recorrer para realizar una nueva evangelización, Le imploramos la gracia de servir a esta causa sublime con renovado espíritu misionero"4. Le suplicamos que nos señale a nosotros el modo de acercar a nuestros amigos a Dios y que Ella misma prepare sus almas para recibir la gracia.

II. "Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas... mira cuán grande es la mies, e intercede junto al Señor para que infunda hambre de santidad en todo el Pueblo de Dios..."5, que los fieles "caminen por los senderos de una intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas"6. Solo así –con una intensa vida cristiana, con amor y deseos de servir– podremos llevar a cabo esa nueva evangelización en todo el mundo, empezando por los más cercanos. ¡Cuánta mies sin brazos que la recojan!, gentes hambrientas de la verdad que no tienen quienes se la enseñen, personas de todo tipo y condición que desearían acercarse a Dios y no encuentran el camino. Cada uno de nosotros debe ser un indicador claro que señale, con el ejemplo y con la palabra, el camino derecho que, a través de María, termina en Cristo.

De Europa partió la primera llamarada que encendió la fe en el continente americano. ¡Cuántos hombres y mujeres, de razas tan diversas, han encontrado la puerta del Cielo, por la fe heroica y sacrificada de aquellos primeros evangelizadores! La Virgen les fue abriendo camino y, a pesar de las dificultades, con tesón, paciencia y sentido sobrenatural enseñaron por todas partes los misterios más profundos de la fe. "Ahora nos encontramos en una Europa en la que se hace cada vez más fuerte la tentación del ateísmo y del escepticismo; en la que arraiga una penosa incertidumbre moral con la disgregación de la familia y la degeneración de las costumbres; en la que domina un peligroso conflicto de ideas y movimientos"7. De estos países que fueron profundamente cristianos, algunos dan la impresión de estar en camino de volver al paganismo del que fueron sacados, muchas veces con la sangre del martirio y siempre con la ayuda eficaz de la Virgen. Toda una civilización cimentada sobre ideas cristianas parece encontrarse sin recursos para reaccionar. Y desde estas naciones, de donde salió en otros tiempos la luz de la fe para propalarse por todo el mundo, desgraciadamente "se envía al mundo entero la cizaña de un nuevo paganismo"8.

Los cristianos seguimos siendo fermento en medio del mundo. La fuerza de la levadura no ha perdido su vigor en estos veinte siglos, porque es sobrenatural y es siempre joven, nueva y eficaz. Por eso nosotros no nos quedaremos parados, como si nada pudiéramos hacer o como si las dimensiones del mal pudieran ahogar la pequeña simiente que somos cada uno de los que queremos seguir a Cristo. Si los primeros que llevaron la fe a tantos lugares se hubieran quedado paralizados ante la tarea ingente que se les presentaba, si solo hubieran confiado en sus fuerzas humanas, nada habrían llevado a cabo. El Señor nos alienta continuamente a no quedar rezagados en esta labor, que se presenta "fascinadora desde el punto sobrenatural y humano"9. Pensemos hoy ante Nuestra Señora de Guadalupe, una vez más, qué estamos haciendo a nuestro alrededor: el interés por acercar a Cristo a nuestros familiares y amigos, si aprovechamos todas las ocasiones, sin dejar ninguna, para hablar con valentía de la fe que llevamos en el corazón, si nos tomamos en serio nuestra propia formación, de la que depende la formación de otros, si prestamos nuestro tiempo, siempre escaso, en catequesis o en otras obras buenas, si colaboramos también económicamente en el sostenimiento de alguna tarea que tenga como fin la mejora sobrenatural y humana de las personas. No nos debe detener el pensar que en ocasiones es poco lo que tenemos a nuestro alcance, en medio de un trabajo profesional que llena el día y aún le faltan horas. Dios multiplica ese poco; y, además, muchos pocos cambian un país entero.

III. Id por todo el mundo; predicad el Evangelio a todas las criaturas10. Estas palabras del Señor son actuales en cada época y en todo tiempo, y no excluyen a ningún pueblo o civilización, a ninguna persona. Los Apóstoles recibieron este mandato de Jesucristo, y ahora lo recibimos nosotros. En un mundo que muchas veces se muestra como pagano en sus costumbres y modos de pensar, "se impone a los cristianos la dulcísima obligación de trabajar para que el mensaje divino de la revelación sea conocido por todos los hombres de cualquier lugar de la tierra"11. Contamos con la asistencia siempre eficaz del Señor: Yo estaré con vosotros hasta la consumación de los siglos12.

Dios actúa directamente en el alma de cada persona por medio de la gracia, pero es voluntad del Señor, afirmada en muchos pasajes del Evangelio, que los hombres sean instrumento o vehículo de salvación para los demás hombres. Id, pues, a los caminos, y a cuantos encontréis llamadlos a las bodas13. Y comenta San Juan Crisóstomo: "Son caminos también todos los conocimientos humanos, como los de la filosofía, los de la milicia, y otros por el estilo. Dijo, pues: id a la salida de todos los caminos, para que llamen a la fe a todos los hombres, cualquiera que sea su condición"14. Los mismos viajes, de negocios o de descanso, son ocasiones que Dios pone muchas veces a nuestro alcance para dar a conocer a Cristo15. También los lazos familiares, la enfermedad, una visita de cortesía a casa de unos amigos, una felicitación de Navidad, una carta a un periódico... "Son innumerables las ocasiones que tienen los seglares para ejercitar el apostolado de la evangelización y de la santificación"16. Nosotros, cada uno, tendríamos que decir con Santa Teresa de Lisieux: "No podré descansar hasta el fin del mundo mientras haya almas que salvar"17. ¿Y cómo vamos a descansar, si además esas almas están en el mismo hogar, en el mismo trabajo, en la misma Facultad, en el vecindario? Hemos de pedir a la Virgen el deseo vivo y eficaz de ser almas valientes, audaces, atrevidas para sembrar el bien, procurando, sin respetos humanos, que no haya rincones de la sociedad en los que no se conozca a Cristo18. Es preciso desterrar el pesimismo de pensar que no se puede hacer nada, como si hubiera una predeterminación hacia el mal. Con la gracia del Señor, seremos como la piedra caída en el lago, que produce una onda, y esta otra más grande19, y no para hasta el fin de los tiempos. El Señor da una eficacia sobrenatural a nuestras palabras y obras que nosotros desconocemos la mayor parte de las veces.

Hoy pedimos a Nuestra Señora la Virgen de Guadalupe que se muestre como Madre compasiva con nosotros, que nos haga anunciadores del Evangelio, que sepamos comprender a todos, participando de sus gozos y esperanzas, de todo lo que inquieta su vida, para que, siendo muy humanos, podamos elevar a nuestros amigos al plano sobrenatural de la fe. "¡Reina de los Apóstoles! Acepta nuestra prontitud para servir sin reserva a la causa de tu Hijo, la causa del Evangelio y la causa de la paz, basada sobre la justicia y el amor entre los hombres y entre los pueblos"20.

1 Nican Mopohua, según la traducción de M. Rojas, México 1981, nn. 28-32. — 2 Ibídem, nn. 181-183. — 3 Juan Pablo II, Ángelus 13-XII-1987. — 4 Ibídem. — 5 Cfr. ídem, Oración a la Virgen de Guadalupe, México 27-I-1979. — 6 Ibídem. —7 ídem, Discurso 6-XI-1981. — 8 A. del Portillo, Carta pastoral 25-XII-1985. — 9 Ibídem. — 10 Mc 16, 1. — 11 Conc. Vat. II, Decr. Apostolicam actuositatem, 3. — 12 Mt 28, 18. — 13 Mt 22. 9. — 14 San Juan Crisóstomo, en Catena Aurea, vol. III, p. 63. — 15 Cfr. Conc. Vat. II, loc. cit., 14. — 16 Ibídem, 6. — 17 Santa Teresa de Lisieux, Novissima verba, en Obras completas, Monte Carmelo, 5ª ed., Burgos 1980. — 18 Cfr. San Josemaría Escrivá, Forja, n. 716. — 19 Cfr. ídem, Camino, n. 831. — 20 Juan Pablo II, Homilía en Guadalupe, 27-I-1979.

* El día 9 de diciembre de 1531 se apareció la Virgen María a un indio llamado Juan Diego, en el cerro de Tepeyac, cerca de la ciudad de México, manifestándole sus deseos de que allí fuese erigido un templo. Después de sanar milagrosamente al indio Bernardino, tío de Juan Diego, el 12 de diciembre, cuando, por mandato de la Virgen, llevaba al Prelado unas flores, al dejarlas caer de su tilma, la imagen de la Señora apareció grabada en esa prenda, que se venera en la actualidad en el Santuario Basílica de Guadalupe, en México. Era la señal que había pedido el Obispo Juan de Zumárraga, que levantó una capilla en 1553.

Existen diversos documentos que testifican los hechos acaecidos. El más antiguo es el que recoge la declaración de un testigo presencial de la entrevista entre Zumárraga y Juan Diego, Se conserva en la Biblioteca Nacional de México.

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Adviento. 2ª semana. Viernes

TIBIEZA Y AMOR DE DIOS

— El amor al Señor y el peligro de la tibieza.

— Causas de la tibieza.

— Remedios contra esta grave enfermedad del alma.

I. El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida. Será como un árbol plantado al borde de la acequia: da fruto en su sazón, no se marchitan sus hojas1.

Nuestra vida no tiene sentido si no es junto al Señor. ¿A dónde iremos, Señor? Solo Tú tienes palabras de vida eterna2. Nuestros éxitos, la felicidad humana que podamos acaparar es paja que arrebata el viento3. Verdaderamente, podemos decirle al Señor en nuestra oración personal: "Quédate con nosotros, porque nos rodean en el alma las tinieblas y solo Tú eres luz, solo Tú puedes calmar esta ansia que nos consume. Porque entre todas las cosas hermosas y honestas no ignoramos cuál es la primera: poseerte siempre a Ti, Señor"4.

Él viene a traernos un amor que lo penetra todo como el fuego y a darle sentido a nuestra vida sin sentido. Amor exigente es el del Señor, que pide siempre más y nos lleva a crecer en finura del alma con Dios y a dar muchos frutos.

Todo cristiano lleno de amor a Dios es el árbol frondoso del que nos habla el salmo responsorial, que no se seca jamás. Cristo mismo es quien le da vida. Pero si el cristiano deja que el amor se enfríe, que penetre en su alma el aburguesamiento, vendrá esa grave enfermedad interior que le dejará como paja que arrebata el viento: es la tibieza, que vuelve la vida desamorada y sin sentido, aunque externamente pueda parecer que nada ha cambiado. Cristo queda como oscurecido, por descuido culpable, en la mente y en el corazón: no se le ve ni se le oye. Queda entonces en el alma un vacío de Dios que se intentará llenar de otras cosas, que no son Dios y no llenan, y un especial y característico desaliento impregna toda la vida de piedad. Se pierde la prontitud y la alegría de la entrega, y la fe queda adormecida, precisamente porque se ha enfriado el amor.

Si en algún momento notáramos que nuestra vida íntima se aleja de Dios, hemos de saber que, si ponemos los medios, todas las enfermedades del alma tienen curación. Las enfermedades del amor, también. Siempre se puede volver a descubrir aquel tesoro escondido, Cristo, que una vez dio sentido a la vida. Más fácil en los comienzos de la enfermedad, pero también más adelante, como en el caso de aquel leproso de que nos habla San Lucas5, que estaba cubierto de lepra, totalmente enfermo. Pero un día decidió acercarse de verdad y humildemente a Cristo y encontró la curación.

"Preguntaron al Amigo que cuál era la fuente del amor. Respondió que aquella en donde el Amado nos ha limpiado de nuestras culpas, y en la cual da de balde el agua viva, de la cual, quien bebe, logra la vida eterna en amor sin fin"6. En la oración abierta y franca y en los sacramentos nos espera siempre el Señor.

II. Como paja que arrebata el viento. Sin peso y sin frutos. Por faltas aisladas no se cae necesariamente en la tibieza. Esta enfermedad del alma "se caracteriza por no tomar en serio, de un modo más o menos consciente, los pecados veniales, un estado sin celo por parte de la voluntad. No es tibieza el sentirse y hallarse en estado de sequedad, de desconsuelo y de repugnancia de sentimientos contra lo religioso y lo divino, porque, a pesar de todos estos estados, puede subsistir el celo de la voluntad, el querer sincero. Tampoco es tibieza el incurrir con frecuencia en pecados veniales, con tal de que se arrepienta uno seriamente de ellos y los combata. Tibieza es el estado de una falta de celo consciente y querida, una especie de negligencia duradera o de vida de piedad a medias, fundada en ciertas ideas erróneas: que no debe ser uno minucioso, que Dios es demasiado grande para ser tan exigente en las cosas pequeñas, que otros también lo practican así, y excusas semejantes"7.

La tibieza nace de una dejadez prolongada en la vida interior. Suele ir precedida siempre de un conjunto de pequeñas infidelidades, cuya culpa –no zanjada– está influyendo en las relaciones de esa alma con Dios.

La dejadez se expresa en el descuido habitual de las cosas pequeñas, en la falta de contrición ante los errores personales, en la falta de metas concretas en el trato con el Señor. Se vive sin verdaderos objetivos en la vida interior que atraigan e ilusionen. "Se va tirando". Se ha dejado de luchar por ser mejores, o se lleva una lucha ficticia o ineficaz8. Se abandona la mortificación, y "con el cuerpo pesado y harto de mantenimiento, muy mal aparejado está el ánimo para volar a lo alto"9.

El estado de tibieza se parece a una pendiente inclinada que cada vez va separando más de Dios. Casi insensiblemente nace una cierta preocupación por no excederse, por quedarse en el límite, en lo suficiente para no caer en el pecado mortal, aunque se descuida y se acepta sin dificultad el venial.

El alma tibia justifica esta actitud de poca lucha y de falta de exigencia personal con razones de naturalidad, de eficacia, de trabajo, de salud, etc., que ayudan al tibio a ser indulgente con sus pequeños afectos desordenados, apegos a personas o cosas, comodidades que llegan a presentarse como una necesidad subjetiva. Las fuerzas del alma se van debilitando cada vez más.

Cuando hay tibieza, falta un verdadero culto interno a Dios en la Santa Misa; las Comuniones suelen estar acompañadas de una gran frialdad por falta de amor y de preparación. La oración suele ser vaga, difusa, dispersa: no hay un verdadero trato personal con el Señor. El examen –consecuencia de una especial sensibilidad– queda ahora abandonado, bien porque se deja de hacer, o porque se hace de modo rutinario, sin fruto.

En ese triste estado, el tibio pierde el deseo de un acercamiento profundo a Dios (que prácticamente se da por imposible): "Me duele ver el peligro de tibieza en que te encuentras –se dice en Camino– cuando no te veo ir seriamente a la perfección dentro de tu estado"10.

En resumen: "Eres tibio si haces perezosamente y de mala gana las cosas que se refieren al Señor; si buscas con cálculo o "cuquería" el modo de disminuir tus deberes; si no piensas más que en ti y en tu comodidad; si tus conversaciones son ociosas y vanas; si no aborreces el pecado venial; si obras por motivos humanos"11.

Luchemos para no caer jamás en esa enfermedad del alma, estemos alerta para percibir los primeros síntomas, acudamos con prontitud a Santa María. Ella aumenta siempre nuestra esperanza, y nos trae la alegría del nacimiento de Jesús: Alégrate y goza, hija de Jerusalén: mira a tu Rey que viene; no temas, Sión, tu salvación está cerca12.

Nuestra Señora, cuando acudimos a Ella, nos lleva a su Hijo.

III. Fomentar el espíritu de lucha, nos llevará a cuidar cada día el examen de conciencia. De ahí sacaremos frecuentemente un punto en el que mejorar para el día siguiente y un acto de contrición por las cosas en que aquel día no fuimos del todo fieles al Señor. Este amor vigilante, deseo eficaz de buscar al Señor a lo largo del día, es el polo opuesto a la tibieza, que es dejadez, falta de interés, pereza y tristeza en nuestras obligaciones de piedad para con Él.

Este deseo de lucha no nos llevará siempre a la victoria: habrá fracasos, pero el desagravio y la contrición nos acercarán más a Dios. La contrición rejuvenece el alma.

"Ante nuestras miserias y nuestros pecados, ante nuestros errores –aunque, por la gracia divina, sean de poca monta–, vayamos a la oración y digamos a nuestro Padre: ¡Señor, en mi pobreza, en mi fragilidad, en este pobre barro mío de vasija rota, Señor, colócame unas lañas y –con mi dolor y con tu perdón– seré más fuerte y más gracioso que antes! Una oración consoladora, para que la repitamos cuando se destroce este pobre barro nuestro"13.

Y, de nuevo, cerca de Cristo. Con una alegría nueva, con una humildad nueva. Humildad, sinceridad, arrepentimiento... y volver a empezar. Hay que saber empezar una vez más; todas cuantas veces haga falta. Dios cuenta con nuestra fragilidad.

Dios perdona siempre, pero es preciso levantarse, arrepentirse, ir a la Confesión cuando sea necesario. Hay una alegría profunda, incomparable, cada vez que recomenzamos. A lo largo de nuestra vida hemos de hacerlo muchas veces, porque faltas las habrá siempre y tendremos deficiencias, fragilidades, pecados. Quizá este rato de oración nos puede servir para recomenzar una vez más. El Señor cuenta con nuestros fracasos, pero también espera de nosotros muchas pequeñas victorias a lo largo de nuestros días. Así no caeremos en el aburguesamiento, en la dejadez, en el desamor.

1 Salmo responsorial de la Misa, Sal 1, 1-4. — 2 Cfr. Jn 6, 68. — 3 Salmo responsorial. — 4 San Gregorio Nacianceno, Epístola, 212. — 5 Cfr. Lc 5, 12-13. — 6 R. Llull, Libro del Amigo y del Amado, 115. — 7 B. Baur, La confesión frecuente, p. 103. — 8 Cfr. F. Fernández Carvajal, La tibieza, pp. 28-42. — 9 San Pedro de Alcántara, Trat. de la oración y meditación, 2, 3. — 10 Cfr. San Josemaría Escrivá, Camino, n. 326. — 11 Ibídem, n. 331. — 12 Antífona 2 de las lecturas del Oficio divino. — 13 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 95.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

Nuestra Señora de Guadalupe La Virgen se apareció a Juan Diego y nos deja una muestra de su gran amor. 12 de diciembre  

Nuestra Señora de Guadalupe


Historia de la fiesta
Aunque las diferentes
advocaciones de la Virgen María son muy numerosas, la Iglesia le da especial importancia a las tres apariciones de la Virgen María en diferentes partes del mundo:

  Aparición de la Virgen de Guadalupe: 12 de Diciembre de 1531 en México.

  Aparición de la Virgen de Lourdes: 11 de Febrero de 1858 en Francia.

  Aparición de la Virgen de Fátima: 13 de Mayo de 1917 en Portugal.


Debemos recordar que es la misma Virgen María la que se ha aparecido en los distintos lugares, en estos tres momentos para ayudarnos y animarnos a seguir adelante en nuestro camino al cielo. En estas apariciones, la Virgen nos ha pedido rezar el Rosario, acudir al Sacramento de la Penitencia y hacer sacrificios para la salvación del mundo.

La Virgen de Guadalupe es muy importante para la fe de todos los mexicanos, pues en ella nuestra Madre del Cielo manifestó claramente su amor de predilección por este pueblo, dejando un hermoso mensaje lleno de ternura y dejando su imagen grabada en un ayate como muestra de su amor.

En el
Nican Mopohua se puede encontrar la historia completa de las apariciones de la Virgen de Guadalupe, pero aquí presentamos un resumen de la misma:

Hace muchos años, los indios aztecas que vivían en el valle de México, no conocían a Jesús. Ellos tenían muchos dioses y eran guerreros. Los misioneros eran unos sacerdotes que vinieron de España y que poco a poco fueron evangelizando a los indios. Les enseñaron a conocer, amar e imitar a Jesús en la religión católica y los bautizaron.

Entre los primeros que se bautizaron, había un indio muy sencillo llamado
Juan Diego, quien iba todos los sábados a aprender la religión de Cristo y a la misa del pueblo de Tlatelolco.

El sábado 9 de Diciembre de 1531, cuando Juan Diego pasaba por el Cerro del Tepeyac para llegar a Tlatelolco, escuchó el canto de muchos pájaros y una voz que le decía: "Juanito, el más pequeño de mis hijos, ¿a dónde vas?". Al voltear Juan Diego vio una Señora muy hermosa.

La Señora le dijo: "Yo soy la siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios. He venido hasta aquí para decirte que quiero que se me construya un templo aquí, para mostrar y dar mi amor y auxilio a todos ustedes".

La Virgen le dijo a Juan Diego que fuera a ver al Obispo y le contara lo que Ella le había dicho.

Juan Diego salió de la casa del Obispo muy triste porque no le creyó. Entonces fue al Cerro del Tepeyac a pedirle a la Virgen que mejor mandara a un hombre más importante porque a él no le creían.

La Señora le dijo a Juan Diego que volviera el domingo a casa del Obispo. Esta vez, el Obispo le dijo que le trajera una señal, es decir, una prueba de que la Señora de verdad era la Virgen.

Juan Diego no pudo ir al día siguiente al Tepeyac, pues su tío Bernardino se puso muy enfermo y fue por un médico. Fue hasta el martes, cuando al pasar por el cerro para ir por un sacerdote que confesara a su tío, se le apareció la Virgen y le dijo: "Juanito, Juan Dieguito; ¿No estoy yo aquí que soy tu madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿Por qué te preocupas?". Después, le hizo saber que su tío ya estaba curado y le pidió que subiera a la punta del cerro a cortar unas rosas y las guardara en su ayate. Juan Diego se sorprendió de aquella orden, pues era invierno y no era tiempo de rosas. Sin embargo, obedeció y encontró las rosas tal como la Virgen le había dicho. Se las llevó y Ella le dijo: "Hijo mío, el más pequeño, estas rosas serán la prueba que llevarás al obispo".

Juan Diego fue de nuevo a ver al Obispo y le dijo que la Virgen le había mandado la prueba de que Ella era realmente la Virgen.

Al soltar su ayate, las rosas cayeron al suelo y apareció dibujada en la tela la preciosa imagen de la Virgen de Guadalupe.

Fue entonces cuando el Obispo creyó que la Virgen quería que le construyeran en ese lugar un templo.

El ayate permaneció un tiempo en la capilla del Obispo Fray Juan de Zumárraga. El 26 de diciembre de 1531 lo trasladaron a una ermita construida al pie del Tepeyac.

  En 1754, Benedicto XIV nombró a al Virgen de Guadalupe patrona de la Nueva España, desde Arizona hasta Costa Rica.

  El 12 de octubre de 1895 se llevó a cabo la coronación pontificia de la imagen, concedida por León XIII.

  En 1904, San Pío X elevó el santuario de México a la categoría de Basílica y en 1910 proclamó a la Virgen de Guadalupe, Patrona de toda América Latina.

  En 1945, Pío XII le dio el título de la Emperatriz de América. El 12 de Octubre de 1976 se inauguró la nueva Basílica de Guadalupe.

Miles de personas de México y del mundo entero, visitan cada año la Basílica de Guadalupe, en donde está la hermosa pintura que la Virgen pintó a Juan Diego en su ayate para pedirle a Nuestra Madre su amor, su protección y su ayuda.

Las peregrinaciones no sólo se llevan a cabo en México, las hay en todos los países del mundo a diferentes templos. Algunas personas van de rodillas, porque le hacen una promesa a la Virgen cuando le piden un favor. En las peregrinaciones, la gente va haciendo oración, sacrificios y cantando. Muchas veces, las peregrinaciones vienen de muy lejos y se tardan varios días en llegar a darle gracias a la Virgen por algún milagro o favor que les concedió. El amor a la Virgen es lo que mueve a todas estas personas a irla a visitar desde su ciudad.
En las peregrinaciones, las personas suelen llevar estandartes con la imagen de la Virgen y mantas donde escriben el nombre de su pueblo, de su familia, de su empresa.

Oración a la Virgen de Guadalupe

Préstame Madre tus ojos, para con ellos poder mirar, porque si con ellos miro, nunca volveré a pecar.
Préstame Madre tus labios, para con ellos rezar, porque si con ellos rezo, Jesús me podrá escuchar.
Préstame Madre tu lengua, para poder comulgar,
pues es tu lengua patena de amor y santidad.
Préstame Madre tus brazos, para poder trabajar, que así rendirá el trabajo una y mil veces más.
Préstame Madre tu manto, para cubrir mi maldad, pues cubierta con tu manto al Cielo he de llegar.
Préstame Madre a tu Hijo, para poder yo amar.
Si tu me das a Jesús, qué más puedo yo desear
y ésta será mi dicha por toda la eternidad.
Amén.

Canciones guadalupanas

La Guadalupana
Desde el Cielo, una hermosa mañana (bis)
La Guadalupana (tres veces)bajó al Tepeyac.
Suplicante juntaba sus manos (bis)y eran mexicanos (tres veces) su porte y su faz.
Su llegada llenó de alegría (bis)
De luz y armonía (tres veces) el Anáhuac.
Junto al monte pasaba Juan Diego (bis)
Y acercóse luego (tres veces) al oír cantar.
A Juan Diego la Virgen le dijo (bis)este cerro elijo (tres veces) para hacer mi altar.
Y en la tilma entre rosas pintada (bis)Su imagen amada (tres veces)se dignó dejar.
Desde entonces para el mexicano (bis)Ser guadalupano (tres veces) es algo esencial.En sus penas se postra de hinojos (bis)Y eleva sus ojos (tres veces)hacia el Tepeyac.

Himno a la Virgen de Guadalupe

Mexicanos volad presurosos del pendón de la Virgen en pos, y en la lucha saldréis victoriosos defendiendo a la patria y a Dios.
De la santa montaña en la cumbre apareció como un astro María ahuyentando con plácida lumbrelas tinieblas de la idolatría.
Es patrona del indio, su mantoal Anáhuac protege y da gloria; elevad mexicanos el canto,alabanza y eterna victoria.
En Dolores brilló refulgente cual bandera su imagen sagrada dando arrojo al patriota insurgente y tomando invencible su espada.
Siempre así lucirá; invasores hollar quieren Anáhuac la tierra flameará nuevamente en la guerra.
En redor de esa enseña brill ante todo el pueblo luchará, volará,y por siempre en las lides triunfantecon arrojo sacarlas habrá.


Rosario a la Virgen Guadalupana

En estos misterios se medita en las apariciones de la Virgen de Guadalupe. Al iniciar cada misterio, se lee el pasaje y se hace la petición, se reza un Padrenuestro, 10 Avemarías y un Gloria y al final, se canta alguna estrofa de las canciones propias de la Virgen de Guadalupe.

Primer Misterio: La Virgen de Guadalupe trae un mensaje de paz a su pueblo.
"Sabe y ten entendido, tú, el más pequeño de mis hijos, que soy yo la siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios por quien se vive; del Creador, en quien está todo; y es Señor del cielo y de la tierra. Deseo vivamente que se me erija aquí un templo para en él mostrar y dar todo mi amor, compasión, auxilio y defensa, pues yo soy su piadosa Madre".
Pedir a la Virgen María por todos aquellos que no la conocen y no la valoran como su Madre.

Segundo Misterio: Juan Diego comparte a la Virgen su humildad y su

Nuestra Señora de Guadalupe

pequeñez a los ojos de los hombres.
"Te ruego encarecidamente, Señora y niña mía, que alguno de los principales, conocido, respetado y estimado, le encargues que lleve tu mensaje para que le crean, porque yo soy un hombrecillo, soy un cordel, soy una escalerilla de tablas, soy cola, soy hoja, soy gente menuda."
Pedir a la Virgen que nos ayude a darnos cuenta del valor de la humildad y la sencillez de corazón.

Tercer Misterio: María de Guadalupe escogió a Juan Diego por su sencillez y no por su sabiduría.
"Oye hijo mío, el más pequeño, ten entendido que son muchos mis servidores y mensajeros a quienes puedo encargar que lleven mi mensaje y hagan mi voluntad, pero es de todo punto preciso que tú mismo solicites y ayudes y con tu mediación, que se haga mi voluntad".
Pedir a la Virgen que nos ayude a saber transmitir la palabra de Cristo a los demás.

Cuarto Misterio: La Virgen María cura a Juan Bernardino como signo de que quiere salud y felicidad para su pueblo.
"Oye y ten entendido, hijo mío el más pequeño, que es nada lo que te asusta y aflige; no se turbe tu corazón; no temas a esa enfermedad ni alguna otra angustia. ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy yo tu salud? ¿No estás por ventura en mi regazo? ¿Qué más has menester? No te apene ni te inquiete otra cosa, no te aflija la enfermedad de tu tío, que no morirá ahora de ella. Está seguro de que ya sanó".
Pedir a la Virgen que, como Juan Diego, sepamos acompañar en la enfermedad, la angustia y el dolor a los que están cerca de nosotros.

Quinto Misterio: María nos deja su imagen para recordarnos su ternura, su amor y su constante protección.
Juan Diego trajo a la Señora del Cielo las diferentes rosas que fue a cortar; las que, así como las vio, cogió con sus manos y otra vez se las echó en el regazo diciendo: "Hijo mío, el más pequeño, esta diversidad de rosas es la prueba y señal que llevarás al obispo, le dirás en mi nombre que vea en ella mi voluntad y que él tiene que cumplirla. Tú eres mi embajador, muy digno de confianza."
Pedir a la Virgen que, como Ella, sepamos escuchar y ayudar a nuestros hermanos.

 

¿Quieres saber más?

Visita el sitio dedicado a
Juan Diego y el fenómeno guadalupano

 

Documental

46:40

VIrgen de Guadalupe entre la Fe y la Razón

akolito: VIrgen de Guadalupe entre la Fe y la Razón … Documental del discovery Channel acerca de La Viurgen de GUadalupe

01:35:50

Pelicula Guadalupe - 2006 x Santiago Parra

Interneto: Pelicula Guadalupe - 2006 x Santiago Parra … Virgen Maria Guadalupe

35:18

San Juan Diego--dibujos animados

Irapuato: San Juan Diego, el mensajero de la Virgen de Guadalupe. … San Juan Diego El Mensajero de la Virgen Guadalupe

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Alejandro, Santo Patrono de Kempten, 12 de diciembre  

Alejandro, Santo

Mártir


Etimológicamente significa "favorecedor de los hombres". Viene de la lengua griega.

Con un corazón sencillo, casi como el alma de un niño, feliz quien dice a Cristo: tú el Resucitado, ves quién soy. Necesito no ocultarte nada de mi corazón.

Todo creyente auténtico actúa y vive de este modo. Alejandro y su amigo Epímaco fueron una palpable realidad de las palabras que acabas de leer o meditar.

Eran cristianos de Alejandría. Fueron arrestados y procesados a causa de su fe en tiempos de las terribles persecuciones de Decio, en el año 250.

Según la "Pasión" o teatro escrito en su honor, los dos se comportaron con valentía ante la pregunta que les hicieron: ¿Renunciáis de Cristo y adoráis a los dioses romanos?

Me imagino que no le vendrían dudas a la mente ni les faltaría decisión sus corazones.

Efectivamente, ante su negativa a adorar dioses falsos, los arrojaron a una fosa de cal viva. De esta manera entregaron su vida por amor a Cristo y en defensa de su fe.

Según el célebre escritor Eusebio de Cesarea, su muerte debió tener lugar el 12 de diciembre.
Las reliquias de su amigo las trajeron pronto a Roma.

Siglos más tarde, sus figuras aparecieron de nuevo, debido en gran parte, al papel que jugó en este asunto desempeño la reina Hildegarda, esposa de Carlomagno.

Fue ella la que logró que sus reliquias se llevasen a la abadía de Kempten, Alemania, de cuya ciudad siguen siendo los patronos.

Sus restos se encuentran hoy en la basílica de san Juan de Letrán.

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Amalia, Santa Mártir, 12 de diciembre  

Amalia, Santa

Diciembre 12
Mártir

 

Etimológicamente significa "negligencia". Viene de la lengua alemana.

Jesús dice: " Quiero la misericordia y no el sacrificio".

Fue mártir en el siglo III.

Es un nombre de origen germánico. Aparece en muchos calendarios en el día de hoy.

Muchos mártires murieron tal día como hoy bajo la tiranía del emperador Dioceciano.

De entre estos mártires había una llamada Ammonoaria, de cuyo nombre – cambiado , claro está -, viene el de Amalia.

Eran nombres paganos pero que, al convertirse al cristianismo, se los cambiaban.

Esta chica sufrió el martirio por haber tenido la valentía de plantarle cara al juez.

Cuando éste vio la decisión de la joven, se quedó dubitativo y dándole vueltas a la cabeza.

Pensaba en el origen de la fuerza que demostraban los cristianos ante él por defender su fe en el Crucificado.

Tras meditar seriamente qué tenía que hacer con la chica, mandó que le cortasen la cabeza a ella y a todas sus amigas y amigos.

El juez seguía meditando en lo que había ordenado. No se le veía feliz porque, en el fondo, había actuado en contra de su conciencia.
No veía nada falso ni malo en ella.

¿Cuál era su problema?

O bien moría él siendo coherente con su conciencia,

Amalia, Santa

o bien hacer lo que hizo. Había que obedecer las órdenes del emperador.

Otros jueces – lo hemos visto – ante una verdad tan clara -, se convirtieron al cristianismo.
No le ocurrió igual al de Alejandría.

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Corentino de Quimper, santo Obispo, 12 de diciembre  

Corentino de Quimper, santo

Obispo


Etimológicamente significa " de Corinto". Viene de la lengua griega.

Fue el primer obispo de Quimper en el siglo VI o VII.

Formó parte de un grupo de los siete bretones santos.

Es totalmente cierto que existió Corentino. Es infinitamente probable que evangelizara las regiones armoricanas.

El hecho es que desde entonces es el santo al que más se venera en la región francesa de la Bretaña.

El padre Alberto Magno, un dominico del siglo XVII. Cuenta que en el tiempo en que él llevaba una vida eremítica, Corentino tenia un pescado como amigo, que le ayudaba muchísimo.

Dice estas palabras textuales:" Para su alimento y sustento, Dios hacía con él un milagro continuo".

Hay personas que viven inmersas en el mudo de Dios. No andan preocupadas por otros asuntos que no sean los estrictamente relacionados con Dios.

Pero el caso es que todas estas personas unidas a Dios, son después las que más hacen por los demás. No son solitarios sino solidarios.

Se contentaba con un trozo de pan y raíces que conocía como comestibles en el campo.

No obstante, Dios le enviaba cada día un pescado a su fuente.

Hay cosas que no podemos explicarnos humanamente si no hay fe.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04
Finiano de Clonard, Santo Obispo, 12 Diciembre  

Finiano de Clonard, Santo

San Finiano de Clonard fue el más distinguido de los santos de Irlanda en el período inmediatamente posterior al de San Patricio.

Los relatos de su vida están llenos de contradicciones y anacronismos. Tres siglos después de su muerte, se creía que había pasado largo tiempo en Gales, siendo ya monje.

Se cuenta que estuvo algún tiempo en el monasterio de San Cadoc de Nantcarfan, y que acabó milagrosamente con las plagas que echaban a perder las cosechas de la isla en el estuario de Severn, llamada actualmente Flatholm.

Entre otros muchos milagros que se le atribuyen, se dice que salvó a sus huéspedes de los piratas sajones, haciendo que un terremoto se tragase el campamento de los invasores. San Finiano tenía la intención de hacer una peregrinación a Roma con San Cadoc, pero un ángel le disuadió de ello y le ordenó que volviese a Irlanda.

Aunque es imposible probarlo en detalle, parece que San Finiano estuvo bajo la influencia de San Cadoc, San Gildas y otros monjes ingleses, por la importancia que le atribuía a los estudios y el énfasis que ponía en la superioridad de la vida monástica.

A su regreso a Irlanda, el santo fundó varias iglesias en Leinster y las escuelas y monasterios de Aghowle y Mugna. En este último monasterio se tramó contra él una conspiración, en efecto, Cormac, el hijo del reyezuelo del lugar, indujo a su hermano mayor, Crimtan a que persiguiera al santo, con la esperanza de que así pereciese en la empresa. El siniestro plan de Cormac tuvo éxito hasta cierto punto, ya que Crimtan trató de expulsar a San Finiano por la fuerza y, al hacerlo, se rompió la pierna.

El monasterio más importante de San Finiano estaba situado en Clonard de Meath. Poco después de la llegada del santo a ese sitio, fue a visitarle un pagano de cierta edad llamado Fraechman, que era un mago muy famoso. San Finiano le preguntó si su arte procedía de Dios o de alguien más. Fraechman replicó: "A vos toca averiguarlo". Finiano repuso: "Muy bien. Decidme entonces dónde se halla el sitio de mi resurrección". "No en la tierra, sino en el cielo", fue la respuesta. El santo le dijo: "Tratad otra vez de adivinarlo" .Fracchan volvió a dar la misma respuesta. "Tratad otra vez", le dijo Finiano levantándose de su asiento. Entonces el mago, comprendiendo que San Finiano se estaba burlando de él, le respondió: "El sitio de tu resurrección es el sitio en el que estabas sentado".

La réplica del mago resultó cierta, ya que la sede de Finiano era Clonard, donde tuvo el santo muchos discípulos, y sus enseñanzas produjeron una verdadera resurrección de la religión y el saber. Según se dice, llegó a tener 3,000 discípulos, por lo que se le llamó "el maestro de los santos de Irlanda", o simplemente "El Maestro" y se dijo de él que irradiaba bondad y sabiduría para iluminar al mundo, lo mismo que el sol desde lo alto del cielo".

Varios santos muy posteriores debieron su santidad a las enseñanzas de San Finiano. Fue famoso por su conocimiento de la Sagrada Escritura y su celebridad de exegeta se perpetuó durante muchos siglos en Clonard. Pero la escuela bíblica sufrió mucho durante las invasiones de los daneses y de los normandos; finalmente, a principios del siglo XIII, el monasterio de Clonard dejó de ser el centro religioso de la diócesis de Meath y se transformó en monasterio de agustinos, en cuyas manos estuvo hasta el siglo XVI. Tanto en sus viajes misioneros como durante su estancia en Clonard, San Finiano, que murió durante la epidemia de fiebre amarilla, a mediados del siglo VI, ofreció su vida por sus compatriotas, la fiesta de San Finiano de Clonard se celebra en toda Irlanda. Aunque suele venerársele como obispo, es dudoso que lo haya sido.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04
Bartolo o Bartolomé Buonpedoni, Beato Presbítero, 12 Diciembre  

Bartolo o Bartolomé Buonpedoni, Beato

Bartolo o Bartolomé Bompedoni de Mucchio nació en 1227 en el castillo feudal de los Condes de Mucchio, cerca de San Gimignano, en la provincia de Siena. Desde joven se consagró al servicio de Dios contra la clara oposición de su padre, que nunca toleró en su hijo este género de vida. Bartolo se trasladó a Pisa y fue durante un año huésped de los benedictinos de San Vito.

Habiendo entrado en la Orden Franciscana Seglar fue a Volterra, donde el Obispo quiso que fuera sacerdote y lo destinó primero como capellán a Peccioli, luego como párroco en Pichena. Atacado de lepra, se retiró al leprosorio de Celiole, cerca de San Gimignano, donde vivió veinte años y mereció, por la paciencia demostrada en soportar tanto tiempo el mal, el sobrenombre de "Job de la Toscana".

Nunca se acaba de admirar la maravillosa florescencia espiritual que brotó en el siglo XIII tras la palabra y el ejemplo de San Francisco, madurada en la Primera Orden de los Hermanos Menores, en la Segunda Orden de las Clarisas y sobre todo en la Terdcera Orden, querida por el Santo de Asís para los laicos y casados, gracias a la cual la enseñanza franciscana penetró y renovó la vida espiritual de la sociedad de la época, la vida civil y el tejido social.

A la Tercera Orden de San Francisco pertenecieron personajes encumbrados en la historia como San Luis IX rey de Francia, Santa Isabel de Hungría, San Fernando, rey de Castilla, figuras excelsas en el arte y en la cultura, como Giotto, pintor, y Dante, poeta.

¿Qué decir de tantos que vivieron en un plano modesto pero no menos tenaz a la sombra de estas grandes plantas? Terciarios como el Beato Luquesio y su mujer Buonadonna, comerciantes de Poggibonsi; San Ivo de Bretaña, abogado de los pobres; Santa Margarita de Cortona, pecadora y penitente; la Beata Humiliana dei Cerchi, asceta y sin mancha. ¿Qué decir de figuras todavía más modestas y hasta pintorescas, como el Beato Novelón, escrupuloso y devoto zapatero de Faenza; el Beato Pedro Pettinaio, silencioso mercader sienés de los peines, y finalmente el Beato Bartolo Buonpedoni de Mucchio, cerca de San Gemignano?.

Enviado como párroco a Puchena, durante veinte años maravilló y conmovió al pueblo por su celo excepcional, por la extraordinaria caridad para con los pobres. A los cincuenta años enfermó de lepra, se retiró a un leprosorio, donde se distinguió por su paciencia en la desgracia, o más bien se podría decir serenidad, felicidad y "perfecta alegría", lograda en la dura tribulación.

Murió a los 73 años en 1300, sepultado en San Gemignano en la bella iglesia de San Agustín, Bartolo Buonpedoni de San Gemignano sembró en el mundo, no los gérmenes de su enfermedad, sino el gozo y la serenidad de su alma franciscana.

San Pió X aprobó su culto el 27 de abril de 1910.

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Fuente: Osanet.org
Santiago Capocci de Viterbo, Beato Ermitaño de San Agustín, 12 Diciembre  

Santiago Capocci de Viterbo, Beato

Descendiente, quizás, de la noble familia Capocci, nació en Viterbo (Italia) en torno a 1255, pero no se tienen noticias de sus años jóvenes.

Abrazada bien pronto la vida religiosa, entró en los Ermitaños de san Agustín en el 1272, vistiendo el hábito en el convento viterbés de la Santísima Trinidad. Antes de 1275 fue enviado a París para cursar la teología en el estudio de su Orden, dónde frecuentó las lecciones de Egidio Romano, quien lo tuvo siempre en gran consideración. De regreso a su patria en el 1281-82, desempeñó en un primer momento el cargo de definidor de la Provincia romana en 1283, de visitador en 1284 y luego nuevamente de definidor en 1285, ejerciendo mientras tanto también, con toda probabilidad, las funciones de lector en conventos de la misma Provincia.

En 1286 volvió a París para continuar los estudios teológicos, consiguiendo el bachillerato en 1288 y, al final del prescrito aprendizaje, el doctorado en la pascua de 1293. Por designación de Egidio Romano, electo Prior general de la Orden, fue nombrado en el mismo año maestro regente del estudio parisiense, permaneciendo en este cargo hasta 1299. De nuevo en Italia en 1300, enseñó durante dos años en el estudio de Nápoles, ocupación que tuvo que dejar al ser nombrado arzobispo de Benevento por Bonifacio VIII el 3 de setiembre de 1302. El 6 o el 12 de diciembre siguiente fue trasladado a la sede de Nápoles, donde, pastor verdaderamente celoso, supo ganarse la estima y el afecto del rey Carlos II de Anjou y de su hijo Roberto, duque de Calabria, quien le ayudó en la construcción de la nueva catedral.

El 13 de mayo de 1306 comenzó a interesarse por la causa de canonización del santo pontífice Celestino V, encargo que le fue confiado expresamente por Clemente V, y en la que puso el máximo empeño, yendo personalmente a recoger testimonios en aquellos lugares dónde el ermitaño Pedro de Morrone había llevado su vida penitente; y en esta actividad continuó hasta la muerte, en olor de santidad, ocurrida en Nápoles a finales de 1307 o primeros de 1308.

La memoria del siervo de Dios fue rodeada enseguida de veneración, convirtiéndose pronto en objeto de culto público, confirmado oficialmente en 1911.

Considerado uno de los mayores teólogos escolásticos, por la agudeza de su ingenio mereció el título honorífico de doctor speculativus. La única obra de Santiago de Viterbo publicada íntegramente, es el De regimine christiano, compuesta en 1303 con ocasión de la lucha entre Bonifacio VIII y Felipe el Hermoso, escrito que puede considerarse como el primer tratado sistemático sobre la Iglesia.

Los agustinos lo festejan 12 de Junio, en algunos otros santorales se lo recuerda el 14 de marzo

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Fuente: Franciscanos.org
Pio Bartosik (Ludwik Pius)n, Beato Mártir Polonia, 12 Diciembre

Pio Bartosik (Ludwik Pius)n, Beato

Sacerdote profeso, nacido en 1909 que ingresó en los Conventuales el año 1926.

Fue sustituto de San Maximiliano Kolbe en el convento de Niepokalanów, y responsable de la impresión de los periódicos marianos.

Su consigna era: "Con la ayuda de la Inmaculada, conquistar el mundo entero y todas las almas para el Santísimo Corazón de Jesucristo".

San Maximiliano lo consideraba un "santo y gran hombre".

Arrestado con San Maximiliano el 17 de febrero de 1940 y deportado a Auschwitz, murió allí el 12 de diciembre de 1941, agotado por los malos tratos y las enfermedades.

Para ver más sobre los 108 mártires Polacos durante la segunda guerra
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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