miércoles, 28 de enero de 2015

[ † ] Jueves del Santísimo Sacramento. 29/01/2015. San Pedro Nolasco ¡ruega por nosotros!

JA

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Marcos 4, 21-25

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a la multitud:
"¿Acaso se enciende una vela para meterla debajo de una olla o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero? Porque si algo está escondido, es para que se descubra; y si algo se ha ocultado es para que salga a la luz. El que tenga oídos para oír, que oiga".
Siguió hablándoles y les dijo:
"Pongan atención a lo que están oyendo: La misma medida que utilicen para tratar a los demás, ésa misma se usará para tratarlos a ustedes, y con creces. Al que tiene, se le dará; pero al que tiene poco, aun eso poco se le quitará".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

 

Misal

 

jue 3a. Ordinario año impar

Antífona de Entrada

Firmeza es el Señor para su pueblo, defensa y salvación para sus fieles. Sálvanos, Señor, vela sobre nosotros y guíanos siempre.

 

Oración Colecta

Oremos:
Padre misericordioso, que nunca dejas de tu mano a quienes has hecho arraigar en tu amistad, concédenos vivir siempre movidos por tu amor y un filial temor de ofenderte.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Mantengamos firme, con la plenitud de la fe, la profesión de nuestra esperanza, estimulándonos mutuamente al ejercicio de la caridad

Lectura de la carta a los Hebreos 10, 19-25

Hermanos: En virtud de la sangre de Jesucristo, tenemos la seguridad de poder entrar en el santuario; porque él nos abrió un camino nuevo y viviente a través del velo, que es su propio cuerpo. Asimismo, en Cristo, tenemos un sacerdote incomparable al frente de la casa de Dios.
Acerquémonos pues, con sinceridad de corazón, con una fe total, limpia la conciencia de toda mancha y purificado el cuerpo por el agua saludable. Mantengámonos inconmovibles en la profesión de nuestra esperanza, porque el que nos hizo las promesas es fiel a su Palabra; estimulémonos mutuamente con el ejemplo al ejercicio de la caridad y las buenas obras.
No abandonemos la costumbre de asistir a nuestras asambleas, como algunos acostumbran, sino animémonos los unos a los otros, tanto más cuanto que vemos que el día del Señor se acerca.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 23

Busquemos a Dios, nuestro Señor.

Del Señor es la tierra y lo que ella tiene; el orbe todo y los que en él habitan, pues él lo edificó sobre los mares; él fue quien lo asentó sobre los ríos. Busquemos a Dios, nuestro Señor ¿Quién subirá hasta el monte del Señor? ¿Quién podrá entrar en su recinto santo? El de corazón limpio y manos puras y que no jura en falso.
Busquemos a Dios, nuestro Señor.

Ese obtendrá la bendición de Dios, y Dios, su salvador, le hará justicia. Esta es la clase de hombres que te buscan y vienen ante ti, Dios de Jacob.
Busquemos a Dios, nuestro Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Tus palabras, Señor, son una antorcha para mis pasos y una luz en mi sendero.
Aleluya.

Evangelio

La misma medida que utilicen para tratar a los demás, se usará para tratarlos a ustedes

† Lectura del santo Evangelio según san Marcos 4, 21-25

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a la multitud:
"¿Acaso se enciende una vela para meterla debajo de una olla o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero? Porque si algo está escondido, es para que se descubra; y si algo se ha ocultado es para que salga a la luz. El que tenga oídos para oír, que oiga".
Siguió hablándoles y les dijo:
"Pongan atención a lo que están oyendo: La misma medida que utilicen para tratar a los demás, ésa misma se usará para tratarlos a ustedes, y con creces. Al que tiene, se le dará; pero al que tiene poco, aun eso poco se le quitará".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, este sacrificio de reconciliación y alabanza que vamos a ofrecerte, a fin de que purifique nuestros corazones y podamos corresponder a tu amor con nuestro amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Alabanza a Dios por la creación y redención del género humano

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque has querido ser, por medio de tu amado Hijo, no sólo el creador del género humano, sino también el autor generoso de la nueva creación.
Por eso,
con razón te sirven todas las criaturas, con justicia te alaban todos los redimidos y unánimes te bendicen tus santos. Con ellos, unidos a los ángeles, nosotros queremos celebrarte y te alabamos diciendo:

Antífona de Comunión

Los ojos de todos los seres humanos te miran, Señor, llenos de esperanza, y tú das a cada uno su alimento.

 

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Oración después de la Comunión

Oremos:
Señor, tú que nos has renovado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, concédenos que la participación en esta Eucaristía nos ayude a obtener la plenitud de la redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén


Dia 29/01 San Pedro Nolasco (Religioso, blanco)

Antífona de Entrada

El Señor es la parte que me ha tocado en herencia; la parte que he recibido es la más hermosa. El mismo Señor es mi recompensa.

 

Oración Colecta

Oremos:
Señor, tú que otorgaste a san Pedro Nolasco la gracia de imitar con fidelidad a Cristo pobre y humilde ayúdanos a vivir fielmente nuestra vocación cristiana para que reproduzcamos cada día mejor, en nosotros, la imagen de tu Hijo, que vive y reina contigo...
Amén.

 

Primera Lectura

Sal de tu tierra y de la casa de tu padre, y ven

 

Lectura del Génesis 12, 1-4a

En aquellos días, el Señor dijo a Abrán:
"Sal de tu tierra y de la casa de tu padre hacia la tierra que te mostraré. Haré de ti un gran pueblo, te bendeciré, haré famoso tu nombre, y será una bendición. Bendeciré a los que te bendigan. Maldeciré a los que te maldigan. Con tu nombre se bendecirán todas las familias del mundo".
Abrán marchó, como le había dicho el Señor.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial

Del salmo 1

Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.

Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni entra por la senda de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los cínicos, sino que su gozo es la ley del Señor, y medita su ley día y noche.
Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.

Será como un árbol plantado al borde de la acequia: da fruto en su sazón, y no se marchitan sus hojas; y cuanto emprende tiene buen fin.
Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.

No así los impíos, no así: serán paja que arrebata el viento, porque el Señor protege el camino de los justos; pero el camino de los impíos acaba mal.
Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.

 

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Aleluya.

 

Evangelio

Estén alegres y contentos, porque su recompensa será grande en el cielo

 

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 1-12

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar enseñándolos:
"Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra.
Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados.
Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados.
Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán "los hijos de Dios".
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos ustedes cuando, los insulten, y los persigan, y los calumnien de cualquier modo por mi causa. Estén alegres y contentos, porque su recompensa será grande en el cielo, pues así persiguieron a los profetas que vivieron antes que ustedes".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Dios misericordioso, que transformaste a san Pedro Nolasco, para hacer de él un hombre nuevo a imagen de Cristo, renuévanos también a nosotros mediante este sacrificio de reconciliación que vamos a ofrecerte.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Acción de los santos en la Iglesia.

En verdad es justo y necesario, nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque con la vida de tus santos, enriqueces a tu Iglesia con formas siempre nuevas de admirable santidad, y nos das pruebas indudables de tu amor por nosotros; y también, porque su ejemplo nos impulsa y su intercesión nos ayuda a colaborar en el misterio de la salvación.
Por eso,
ahora nosotros, llenos de alegría, te aclamamos con los ángeles y santos diciendo:

Antífona de la Comunión

Yo les aseguro, dice el Señor, que los que han dejado todo para seguirme, recibirán cien veces más y alcanzarán la vida eterna.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Señor Dios todopoderoso, que el banquete eucarístico intensifique en nosotros el poder de la gracia, al celebrar la memoria de tu santo Pedro Nolasco; así guardaremos íntegro el don de la fe y seguiremos siempre el camino de la salvación que tú nos has señalado.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén


Meditación diaria

3ª semana. Jueves

CRECER EN VIDA INTERIOR

— La vida interior está destinada a crecer. Corresponder a las gracias recibidas.

— La fidelidad en lo pequeño y el espíritu de sacrificio.

— La contrición y el crecimiento interior.

I. Jesús llama unas veces la atención de los Apóstoles para que escuchen su doctrina; otras, los convoca para explicarles de nuevo, a solas, una parábola o para que no dejen de observar algún suceso del que deben retener una enseñanza, pues reciben un tesoro para toda la Iglesia del que luego deberán dar cuenta. Prestad atención..., les dice en cierta ocasión. Y les da esta enseñanza: Al que tiene se le dará; y al que no tiene, incluso lo que parece tener se le quitará1. Y comenta San Juan Crisóstomo: "Al que es diligente y fervoroso, se le dará toda la ayuda que depende de Dios: pero al que no tiene amor ni fervor ni hace lo que de él depende, tampoco se le dará lo de Dios. Porque aun lo que parece tener -dice el Señor- lo perderá; no porque Dios se lo quite, sino porque se incapacita para nuevas gracias"2.

Al que tiene se le dará... Es una enseñanza fundamental para la vida interior de cada cristiano. A quien corresponde a la gracia se le dará más gracia todavía y tendrá aún más; pero el que no hace fructificar las inspiraciones, mociones y ayudas del Espíritu Santo, quedará cada vez más empobrecido. Aquellos que negociaron con los talentos en depósito, recibieron una fortuna más cuantiosa; pero el que enterró el suyo, lo perdió3. La vida interior, como el amor, está destinada a crecer: "Si dices: basta, ya has muerto"4; exige siempre un progreso, corresponder, estar abierto a nuevas gracias. Cuando no se avanza, se retrocede.

El Señor nos ha prometido que tendremos siempre las ayudas necesarias. En cada instante podremos decir con el Salmista: el Señor anda solícito por mí5. Las dificultades, las tentaciones, los obstáculos internos o externos son motivo para crecer; cuanto más fuerte es la dificultad, mayor es la gracia; y si fueran muy grandes las tentaciones o las contradicciones, más serían las ayudas del Señor para convertir lo que parecía entorpecer o imposibilitar la santidad en motivo de progreso espiritual y de eficacia en el apostolado. Solo el desamor, la tibieza, hace enfermar o morir la vida del alma. Solo la mala voluntad, la falta de generosidad con Dios, retrasa o impide la unión con Él. "Según la capacidad que el vaso de la fe lleve a la fuente, así es lo que recibe"6. Jesucristo es una fuente inagotable de ayuda, de amor, de comprensión: ¿con qué capacidad –con qué deseos– nos acercamos a Él? ¡Señor, le decimos en nuestra oración, danos más y más sed de Ti, que te desee con más intensidad que el pobre que anda perdido en el desierto, a punto de morir por falta de agua!

II. Las causas que llevan a no progresar en la vida interior y, por tanto, a retroceder y a dar cabida al desaliento, pueden ser muy diversas, pero en muchas ocasiones se reducen a unas pocas: el descuido, la dejadez en las cosas pequeñas que miran al servicio y amistad con Dios, y el retroceder ante los sacrificios que nos pide7. Todo lo que poseemos cada día para ofrecer al Señor son pequeños actos de fe y de amor, peticiones, acciones de gracias en la Santa Misa, la Visita al Santísimo sabiendo que vamos a encontrar al mismo Jesucristo que nos espera..., las oraciones acostumbradas a lo largo de la jornada; y vencimientos en el trabajo, amabilidad en las contestaciones, afabilidad al pedir... Muchas cosas pequeñas hechas con amor y por amor constituyen nuestro tesoro de ese día, que llevaremos a la eternidad. La vida interior se alimenta normalmente de lo pequeño realizado con atención, con amor. Pretender otra cosa sería equivocar el camino, no encontrar nada o muy poco para ofrecer al Señor. "Viene bien recordar –nos señala San Josemaría Escrivá– la historia de aquel personaje imaginado por un escritor francés, que pretendía cazar leones en los pasillos de su casa, y, naturalmente, no los encontraba. Nuestra vida es común y corriente; pretender servir al Señor en cosas grandes sería como intentar ir a la caza de leones en los pasillos. Igual que el cazador del cuento, acabaríamos con las manos vacías"8, sin nada que ofrecer. Tenemos lo normal de todos los días.

Como las gotas de agua sumadas unas a otras fecundan la tierra sedienta, así nuestras pequeñas obras: una "mirada" a una imagen de la Virgen, una palabra de aliento a un amigo, una genuflexión reverente ante el Sagrario, el rechazo de una distracción en la oración, un vencimiento en el trabajo evitando la pereza... crean los buenos hábitos, las virtudes, que hacen progresar la vida del alma y la conservan. Si somos fieles en estos pequeños actos, si actualizamos muchas veces el deseo de agradar al Señor, cuando llegue algo más importante que ofrecer –una enfermedad costosa de llevar, un fracaso profesional...– entonces también sabremos sacar fruto de eso que el Señor ha querido o permitido. Se cumplirán así las palabras de Jesús: El que es fiel en lo poco, también lo es en lo mucho9.

Otra causa de retroceso en la vida del alma es "negarse a aceptar los sacrificios que pide el Señor"10. Son las negaciones al propio egoísmo que todo amor necesita, el empeño por buscar a Cristo durante el día en lugar de buscarnos a nosotros mismos.

El amor a Dios "se adquiere en la fatiga espiritual"11, en el empeño, en el interés que nace de lo más profundo del alma, con la ayuda de la gracia. No existe amor, ni humano ni divino, sin este sacrificio gustoso. "El amor crece en nosotros y se desarrolla también entre las contradicciones, entre las resistencias que se le oponen desde el interior de cada uno de nosotros, y a la vez "desde fuera", esto es, entre las múltiples fuerzas que le son extrañas e incluso hostiles"12. Como el Señor nos ha prometido que no nos faltará la ayuda de la gracia, solo depende de nuestra correspondencia, de nuestro empeño, del recomenzar una y otra vez, sin desánimos. Cuanto más fieles seamos a la gracia, más ayudas nos da Él, más facilidad para recorrer el camino...; también más exigencia y finura de alma se nos pedirá. El amor reclama siempre más amor.

III. La vida interior tiene una particular oportunidad de crecer cuando se presentan situaciones adversas. Y para el alma no existe obstáculo mayor que el creado por las propias miserias y por las dejaciones y faltas de amor. Pero el Espíritu Santo nos enseña y nos impulsa en esas circunstancias a reaccionar de modo sobrenatural, con un acto de contrición: Ten piedad de mí, Señor, que soy un pecador13. Enseña San Francisco de Sales que debemos sentirnos fuertes con tales jaculatorias, hechas con actos de amor y de dolor, con deseos de una viva reconciliación a fin de que, por medio de ellas, nos confiemos a su Corazón misericordioso14. Los actos de contrición son un medio eficaz de progreso espiritual.

Pedir perdón es amar, es contemplar a Cristo cada vez más dispuesto a la comprensión y a la misericordia. Y como somos pecadores15, nuestro camino estará lleno de actos de dolor, de amor, que llenan el alma de esperanza y de nuevos deseos de reemprender el camino de la santidad. Es necesario volver al Señor una y otra vez, sin desánimos y sin angustiarse, aunque hayan sido muchas las veces en que no se ha respondido al Amor. La misericordia divina es infinita, y anima a volver con nuevo empeño, con esperanza renovada. Debemos hacer como el hijo pródigo, que, en lugar de quedarse allí, lejos, en un país extraño, avergonzado, malviviendo, volviendo en sí, dijo: ... Me levantaré e iré a mi padre16. "La vida humana es, en cierto modo, un constante volver hacia la casa de nuestro Padre. Volver mediante la contrición (...).

"Dios nos espera, como el padre de la parábola, extendidos los brazos, aunque no lo merezcamos. No importa nuestra deuda. Como en el caso del hijo pródigo, hace falta solo que abramos el corazón, que tengamos añoranza del hogar de nuestro Padre, que nos maravillemos y nos alegremos ante el don que Dios nos hace de podernos llamar y de ser, a pesar de tanta falta de correspondencia por nuestra parte, verdaderamente hijos suyos"17. Nunca nos abandona el Señor. Siempre nos acoge, nos reconforta y mueve a comenzar una vez más, con más amor, con más humildad.

Nuestras flaquezas nos ayudan a buscar la misericordia divina, a ser humildes. Y crecer en esta virtud es dar muchos pasos en la vida interior. Todas las virtudes se benefician cuando somos más humildes. Si alguna vez nos encontramos faltos de correspondencia ante tantas gracias recibidas, si no hemos sido tan fieles al Señor como Él esperaba, debemos acudir confiadamente a Él con corazón contrito: crea en mí, ¡oh Dios!, un corazón puro; renueva dentro de mí un espíritu recto18.

Muchas veces debemos pensar nosotros en aquellas cosas que, aunque sean pequeñas, nos separan de Dios. Y nos moveremos al dolor y a la contrición, que nos acercan más a Él. Así la vida interior sale enriquecida no solo de los obstáculos sino también de las flaquezas, de los errores, de los pecados. Y si nos resultara más costoso el recomenzar, acudiremos a María, que hace fácil el camino que conduce a su Hijo. Pidámosle que nos ayude en el día de hoy a realizar muchos actos de contrición. Quizá nos puede servir la misma oración del publicano: Ten piedad de mí, Señor, que soy un pobre pecador. O la oración del rey David: Cor contritum et humiliatum, Deus, non despicies: No despreciarás, oh Dios, un corazón contrito y humillado19. De modo particular nos ayudará el repetir jaculatorias cuando divisemos los muros de una iglesia, sabiendo que allí, en persona, está Jesús Sacramentado, la Fuente de toda misericordia.

La Virgen, que es Madre de gracia, de misericordia, de perdón, avivará siempre en nosotros la esperanza de alcanzar la ambiciosa meta de ser santos; pongamos en sus manos el fruto de este rato de oración personal, convencidos de que a quien corresponde a la gracia, se le dará más gracia todavía.

1 Mc 4, 24-25. — 2 San Juan Crisóstomo, Homilías sobre el Evangelio de San Mateo, 45, 1. — 3 Cfr. Mt 25, 14-30. — 4 San Agustín, Sermón 51, 3. 5 Sal 39, 18. — 6 San Agustín, Tratado sobre el Evangelio de San Juan, 17. — 7 Cfr. R. Garrigou-Lagrange, Las tres edades de la vida interior, Palabra, 10ª ed., Madrid 2003, vol. I, p. 531 ss. — 8 San Josemaría Escrivá, Carta 24-III-1930. — 9 Cfr. Lc 16, 10. — 10 R. Garrigou-Lagrange, loc. cit, p. 533. — 11 Juan Pablo II, Homilía 3-II-1980. — 12 Ibídem. — 13 Lc 18, 13. — 14 Cfr. San Francisco de Sales, Tratado del amor de Dios, 2, 20. — 15 Cfr. 1 Jn 1, 8-9. — 16 Lc 15, 17-18. — 17 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 64. — 18 Sal 50, 12. — 19 Sal 50, 19.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

San Pedro Nolasco

 Fundador de la Comunidad de

Padres Mercedarios

(+1258)

Nació cerca de Barcelona, España, hacia 1189.

A los 15 años quedó huérfano de padre, y dueño de grandes posesiones. La madre le colaboró en todos sus deseos de hacer el bien y de obtener santidad.

Estando en edad de casarse hizo una peregrinación a la Virgen de Monserrat y allí se puso a pensar que las vanidades del mundo pasan muy pronto y no dejan sino insatisfacción y que en cambio lo que se hace para la vida eterna dura para siempre. Entonces promedió a la Virgen mantenerse puro y se le ocurrió una idea que iba a ser de gran provecho para muchas gentes.

En aquel tiempo la cuestión social más dolorosa era la esclavitud que muchísimos cristianos sufrían de parte de los mahometanos. Estos piratas llegaban a tierras donde había cristianos y se llevaban a todos los hombres que encontraban. Las penalidades de los prisioneros cristianos en las tenebrosas cárceles de los mahometanos sobrepasaban lo imaginable. Y lo más peligroso era que muchos perdían su fe, y su moralidad se dañaba por completo.

Esto fue lo que movió a Pedro Nolasco a gastar su gran fortuna en libertar al mayor número posible de esclavos cristianos. Cuando se le presentaba la ocasión de gastar una buena cantidad de dinero en obtener la libertad de algún cautivo recordaba aquella frase de Jesús en el evangelio: "No almacenen su fortuna en esta tierra donde los ladrones la roban y la polilla la devora y el moho la corroe. Almacenen su fortuna en el cielo, donde no hay ladrones que roben, ni polilla que devore ni óxido que las dañe". (Mt. 6,20) Y este pensamiento lo movía a ser muy generoso en gastar su dinero en ayudar a los necesitados.

Y sucedió que, según dicen las antiguas narraciones, que una noche (agosto de 1218) se apareció la Sma. Virgen a San Pedro Nolasco y al rey Jaime de Aragón (que era amiguísimo de nuestro santo) y les recomendó que fundaran una Comunidad de religiosos dedicados a libertar cristianos que estuvieran esclavos de los mahometanos.

Consultaron al director espiritual de juntos, que era San Raimundo de Peñafort, y éste los llevó ante el Sr. Obispo de Barcelona, al cual le pareció muy buena la idea y la aprobó. Entonces el militar Pedro Nolasco hizo ante el obispo sus tres votos o juramentos. de castidad, pobreza y obediencia, y añadió un cuarto juramento o voto: el de dedicar toda su vida a tratar de libertar cristianos que estuvieran siendo esclavos de los mahometanos. Este cuarto voto o juramento lo hacían después todos sus religiosos.

Los antiguos dicen que la Virgen les recomendó:

Fundad una asociación con hábito blanco y puro que sea defensa y muro de la cristiana nación.

San Raimundo predicó con gran entusiasmo en favor de esta nueva Comunidad y fueron muchos los hombres de buena voluntad que llegaron a hacerse religiosos. El vestido que usaban era una túnica blanca y una cruz grande en el pecho. San Pedro Nolasco fue nombrado Superior General de la Congregación y el Papa Gregorio Nono aprobó esta nueva Comunidad.

San Pedro Nolasco ayudó al rey Don Jaime a conquistar para los cristianos la ciudad de Valencia que estaba en poder de los mahometanos, y el rey, en agradecimiento, fundó en esa ciudad varias casas de la Comunidad de los Mercedarios.

El rey Jaime decía que si había logrado conquistar la ciudad de Valencia, ello se debía a las oraciones de Pedro Nolasco. Y cada vez que obtenía algún resonante truinfo lo atribuía a las oraciones de este santo.

San Pedro hizo viajes por muchos sitios donde los mahometanos tenían prisioneros cristianos, para conseguir su libertad. Y viajó hasta Argelia, que era un reino dominado por los enemigos de nuestra santa religión. Allá lo hicieron prisionero pero logró conseguir su libertad.

Como había sido un buen comerciante, organizó técnicamente por muchas ciudades las colectas en favor de los esclavos y con esto obtuvo abundante dinero con los cuales logró la libertad de muchísimos creyentes.

Poco antes de morir repitió las palabras del Salmo 76: "Tú, oh Dios, haciendo maravillas, mostraste tu poder a los pueblos y con tu brazo has rescatado a los que estaban cautivos y esclavizados". Tenía 77 años de edad.

Por su intercesión se obraron muchos milagros y el Sumo Pontífice lo declaró santo en 1628. La Comunidad fundada por él se dedica ahora a ayudar a los que están encarcelados. Es un apostolado maravilloso.

Jesús nos recuerda lo que prometió a quienes ayuden y consuelen a los encarcelados: "Estuve preso y me fuisteis a visitar. Todo el bien que le habéis hecho a cada uno de estos necesitados, lo recibe como si me lo hubierais hecho a Mí mismo (Mt. 25, 40).

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01

Afraates, Santo Escritor Anacoreta, Enero 29  

 

Afraates, Santo

Eremita

Martirologio Romano: Cerca de Antioquía de Siria (hoy en Turquía), san Afraates, anacoreta, que, nacido y formado entre los persas, siguiendo las huellas de los magos se convirtió al Señor en Belén y se retiró a Edessa, viviendo en una pequeña casa fuera de las murallas. Más tarde, con su predicación y sus escritos defendió la fe católica contra los arrianos (c. 378).

 

Etimológicamente: Afraates = Aquel que vino de Africa, es de origen latino.

 

El más antiguo de los Padres de la Iglesia de Siria, es San Afraates, llamado "el Sabio persa" por los escritores sirios posteriores. Muy poco es lo que conocemos sobre su vida, De sus escritos podemos concluir que nació en el paganismo y que, al convertirse, abrazó la vida religiosa o de asceta. Poco tiempo después aparece ya cual figura prócer dentro de la Iglesia de Siria. Afraates cambió su nombre por el de Santiago. Ignoramos si esto aconteció al bautizarse, o si más bien tuvo lugar al ser consagrado obispo, conforme a una costumbre oriental, y no precisamente al iniciarse en las órdenes sagradas. El nombre de Santiago explicaría satisfactoriamente el que tanto Genadio como el traductor de las obras de Afraates al armenio le confundiesen con Santiago de Nísibe.

 

Sobre la duración de su vida y la fecha de su muerte no tenemos dato alguno preciso. Sin embargo, ateniéndonos a la ciencia de que él hace alarde, a su experiencia, al conocimiento de la Sagrada Escritura, es verosímil admitir que era de edad avanzada cuando, en 340, iniciaba en Persia el rey Sapor la persecución contra los cristianos. Por otra parte, Bar-Hebraeus nos presenta al escritor sirio como contemporáneo del obispo de Seleucia-Ctesifón, Papas. Ahora bien Papas, promotor de tantos disturbios en la Iglesia de mesopotámica, moría, según la cronología de Bar-Hebraeus, en 335. Estos datos concuerdan con los que el mismo Afraates nos ha transmitido en sus obras. Apoyados en tales pormenores nos permitimos proponer dos fechas que encierran la vida del escritor sirio: 280?-350?

 

Afraates es autor únicamente de 23 tratados o demostraciones, llamados erróneamente por algunos escritores homilías. Cada uno de estos tratados empieza por una letra del alfabeto siríaco, siguiendo el orden mismo del alfabeto. Las compuso en Persia bajo el reinado de Sapor. La fuerza y viveza de su estilo nos urge a pensar, cual lugar de redacción, en aquellas provincias iranianas fronterizas con el Imperio romano. Esta obra, dada a conocer por W. Cureton en 1855, tiene el gran mérito de ser el escrito más antiguo que poseemos íntegramente en siríaco.

 

Abarca diversos temas de carácter teológico, ascético y disciplinar. Varios tratados son de controversia. Polemiza con los judíos, que poseían en Persia y Mesopotámica grandes y célebres escuelas desde el tiempo de la cautividad. Afraates finge como interlocutor un "doctor judío" cuyos argumentos va refutando con brillantez.

 

De las 23 demostraciones nueve las escribió contra la estirpe israelita, tocando en ellas aquellos temas que más caracterizan la religiosidad del pueblo escogido: circuncisión, pascua, el sábado, alimentos legales, vocación de los gentiles, Cristo hijo de Dios, virginidad, persecución y restauración de la nación judía.

 

Otras diez son de carácter ascético-moral y expone temas tan sugestivos como el de la fe, caridad, ayuno, ascetas, penitentes, humildad, etc. Dos son circunstanciales, exhortando en una de ellas al clero y pueblo de Seleucia y Ctesifón, y en la otra sermonea sobre las guerras. Otras dos, por fin, son de sabor dogmático, discutiendo con los herejes en torno a la resurrección, la muerte y los últimos acontecimientos del fin del mundo. Compuso las diez primeras demostraciones en 336-337; las doce siguientes en 343-344 y la última en agosto del 345.

 

Realmente la obra de Afraates es una síntesis de toda la doctrina cristiana. Desde el punto de vista de la teología la labor del escritor sirio es pobre, sobre todo si se la compara con la de sus contemporáneos griegos y latinos. Sin embargo, tiene a su favor la gran valía de ser el testimonio más antiguo de la fe de su país. Es indiscutible también que sobre las materias por él tratadas su autoridad es considerable, porque vivía alejado del mundo romano y de las controversias doctrinales que surgieron a consecuencia del concilio de Nicea.

 

Apartado de la contienda, San Afraates, cumpliendo la misión del buen pastor, se esfuerza por vivir su fe y por hacerla vivir en todos los que le rodean. Sus comentarios a la Escritura son sencillos, pero eficaces y penetrantes. La obra de Afraates no está exenta de errores doctrinales, pero no es mancha ninguna; sus puntos de vista fueron luego compartidos por San Efrén y otros escritores de la época. Pese a estos insignificantes desaciertos dogmáticos Afraates es un gran defensor de la ortodoxia y el conocimiento de sus escritos presta al teólogo una buena ayuda.

 

Habla con bastante seguridad acerca de Dios, Santísima Trinidad, Jesucristo, sacramentos y alma. A la Santísima Virgen dedica pocas líneas, como, en general, todos los escritores sirios, pero nos ofrece un precioso testimonio cuando confiesa su perpetua virginidad y maternidad divina. María, nos dice San Afraates, agradó más a Dios que todos los justos. Otro gran pilar sobre el que se levanta la grandeza de María es su humildad. Los ángeles, mensajeros de Dios, le sirven, le presentan las oraciones de los hombres, guardan a los individuos y a los pueblos y conducen a la humanidad al juicio. Afraates es un defensor vigoroso de la divinidad de Jesús y de su filiación divina; sostiene también, con no menor pujanza, la divinidad del Espíritu Santo. Aunque con terminología imprecisa su doctrina es abiertamente conforme a los cánones de Nicea. Espléndido es asimismo el testimonio sobre el primado de San Pedro. Santiago y San Juan, nos dice, son las columnas de la Iglesia, pero San Pedro es el fundamento.

 

Un segundo aspecto que no puede olvidarse en la obra de San Afraates es el interés que ofrece al filólogo y al historiador. En los escritos del primero de los Padres sirios el filólogo tiene en sus manos la obra más antigua de la literatura siríaca; le ha de interesar necesariamente la gramática y el léxico como punto de partida de la tradición manuscrita de este país; otras obras, la Biblia por ejemplo, no son más que traducciones y no obras originales.

 

El historiador profano advertirá en la obra de nuestro Santo las controversias con los gnósticos y judíos, y no pocas alusiones a los acontecimientos de la época. El historiador eclesiástico encontrará en San Afraates los orígenes del monacato oriental, vestigios de la jerarquía y organización de la comunidad cristiana de esta época, clericato, sacramentos, fiestas y culto.

 

Otra faceta del Santo, la más descuidada por los escritores, es el considerarle como un gran maestro de vida espiritual. Sus demostraciones sobre la fe, caridad, penitencia, ayuno, oración, humildad. etc., rezuman sencillez y unción y despiden fuego. Tiene un sentido tan maravilloso de la mesura y de la bondad que recuerda la dulzura de San Francisco de Sales. Y la doctrina espiritual de San Afraates se hace todavía más importante porque tiene un carácter exclusivamente cristiano; nuestro Santo no ha sido influido por ninguna filosofía, un acontecimiento raro entre griegos y sirios.

 

San Afraates es modelo y un ejemplar bien alto del sacerdote consagrado a su ministerio. Vivió intensamente la vida de santidad, enseñó la fe, la predicó y polemizó por defenderla. Se entregó sin reserva a evangelizar a su País. Hecho todo para todos, con justicia la Iglesia le incluye entre sus santos Y con orgullo su patria le venera entre sus héroes.

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Fuente: Archidiócesis de Madrid

Radegunda de Treviño, Santa Virgen, Enero 29  

 

Radegunda de Treviño, Santa

Se desconoce todo lo que se refiere a su nacimiento. El martirologio romano la llama Radegundis y es una de las gloriosas vírgenes que ha dado España.

 

Aparece como la última religiosa del monasterio de san Pablo, en Burgos, que perteneció a la Orden Premostratense. La extrema pobreza llevó a la extinción a este monasterio que quedó anexionado al de san Miguel de Treviño.

 

Llevada por sus deseos irresistibles de visitar los Santos Lugares de Roma, donde murieron tantos mártires y donde reside el Vicario de Cristo, marcha a la Ciudad Eterna. Tiene en su contra la poca salud que disfruta y los pocos medios de que dispone para tan largo, peligroso y costoso viaje; pero el fervor puede más que los miedos.

 

Saciada y llena de agradecimiento al Señor, animada por los besos puestos en las calles que pisaron los mártires, venerados los monumentos, regresa con numerosas reliquias. Ahora sólo quiere soledad y retiro.

 

Junto al monasterio de San Miguel habita en una pobre y mísera habitación que tiene un ventanuco por donde puede presenciar los santos oficios de la iglesia. No cambiaría aquel sitio por el mejor palacio. Sólo piensa en ser agradable a su Divino Esposo. Vive como los antiguos anacoretas del desierto y la gente del pueblo comenta con asombro sus penitencias, ayuno y oración.

 

Muere el 29 de enero del año 1152, cuando reina en Castilla Alfonso VI y es papa Eugenio III.

 

Es sepultada en la iglesia de San Miguel de Treviño donde sus reliquias son veneradas a través de los siglos.

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Sulpicio Severo, Santo Obispo de Bourges, Enero 29  

 

Sulpicio Severo, Santo

Obispo

Martirologio Romano: En la ciudad de Bourges, en Aquitania (hoy Francia), san Sulpicio Severo, obispo, de familia de senadores de las Galias, de quien san Gregorio de Tours ensalza su sabiduría, su ministerio pastoral y su empeño en restaurar la disciplina (591).

 

Etimología: Sulvicio = caritativo. Viene de la lengua latina.

 

Sulpicio sufrió una gran transformación para mejor a lo largo de su vida. Llegada la edad normal, contrajo matrimonio con una joven de su ciudad, Agen (Lot- et –Garona), Francia hacia el año 553.

 

Las cosas no le iban mal pero no se sentía completamente en la felicidad en la que tanto soñaba y para la cual le llamaba Dios.

 

Era un buen abogado. Ganaba su buen dinero ya en aquel lejano tiempo. Pero no dejaba de pensar en el camino para escalar la perfección que sentía muy adentro.

 

Por eso, cuando menos se lo esperaba, habló con su mujer acerca de sus planes.

 

Todo el mundo, al enterarse, lo tomaron por loco. Sin embargo, su suegra – menos mal – fue la única que lo entendió muy bien.

 

No solamente aprobó su decisión, sino que incluso le hizo ofertas de tierras al lado de la bellísima ciudad medieval de Carcasona.

 

Le convenía mucho para su nueva vida y vocación.

 

Sulpicio se pasó en ese lugar todo el resto de su larga vida, rezando, haciendo penitencia y escribiendo muchos libros, basados en los estudios que iba haciendo de san Paulino de Nola, san Jerónimo y otros personajes célebres de tiempos anteriores.

 

De sus muchas obras tan sólo se conserva la biografía que escribió de su maestro y buen amigo san Martín.

 

Es el único documento que existe acerca del que llevó a Francia a la conversión.

 

Desde entonces, todos los que se dedicaban a escribir hagiografías lo imitaron de tal forma que parecían suyas.

 

San Gregorio de Tours, quien nos da el dato de su nombramiento a la sede de Tours (584) en vez de otros candidatos simoníacos, habla de San Sulpicio con gran respeto y nos dice que convocó un concilio provincial en Auvernia. El santo tomó también parte en el Concilio de Maçon, en 585.

 

No se sabe exactamente la edad que tenía cuando murió. Lo más probable, según sus hagiógrafos, es que debería rondar los 50 o los 80.

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Fuente: Martirologio Romano

Otros Santos y Beatos Completando el santoral de este día, Enero 29  

 

Otros Santos y Beatos

Santos Sarbelio, presbítero, y Bebaia, mártires

En la ciudad de Edessa, en Osroene (hoy Turquía), santos mártires Sarbelio, presbítero, y Bebaia, su hermana, que, bautizados por el santo obispo Barsimeo, por Cristo padecieron el martirio (c. 250).

 

Santos Papías y Mauro, mártires

En Roma, en el cementerio Mayor de la vía Nomentana, santos mártires Papías y Mauro, soldados (c. s. III).

 

San Constancio, obispo

En la ciudad de Perusa, en la Umbría (hoy Italia), san Constancio, obispo (c. s. III).

 

Santos Juventino y Maximino, mártires

En Antioquía de Siria (hoy en Turquía), santos Juventino y Maximino, mártires, que fueron coronados con el martirio en tiempo del emperador Juliano el Apóstata (363).

 

San Valerio, obispo

En Tréveris, ciudad de la Galia Bélgica (hoy Luxemburgo), san Valerio, segundo obispo que gobernó esta sede (s. III ex.).

 

San Gildas, el "Sabio", abad

En la Bretaña Menor (hoy Francia), san Gildas, apellidado "Sabio", abad, que escribió sobre la ruina de Bretaña, llorando las calamidades de su pueblo, increpando a la maldad de príncipes y clérigos. Fundó el monasterio de Rhuyis, junto al mar, y murió en la isla de Houat (570).

 

Beata Villana de Bottis, penitente

En Florencia, ciudad de la Toscana (hoy Italia), beata Villana de Bottis, madre de familia, la cual, abandonando la vida mundana que llevaba, vistió el hábito de las Hermanas de la Penitencia de Santo Domingo y se distinguió por su asidua meditación de Cristo crucificado, por la austeridad de vida y por pedir limosna por la calles en favor de los pobres (1361).

 

Beata Boleslava María Lament, virgen fundadora

En la ciudad de Bialystok, en Polonia, beata Boleslava María Lament, virgen, que, en un período de cambios políticos, fundó la Congregación de las Hermanas Misioneras de la Sagrada Familia, para fomentar la unión de los cristianos, ayudar a los marginados y educar cristianamente a las jóvenes (1946).

 

San Serrano o Serano, obispo

Conmemoración de san Serrano o Serano, obispo, que desde el siglo XI está sepultado en la catedral de Oviedo (s. inc.). ___________________________________________________________________________________________

 

Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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