martes, 13 de enero de 2015

[ † ] Miércoles de San José. 14/01/2015. San Fulgencio ¡ruega por nosotros!

JA

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Marcos 1, 29-39

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, al salir de la sinagoga, Jesús se fue inmediatamente a casa de Simón y de Andrés, con Santiago y Juan. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre. Se lo dijeron a Jesús y él se acercó, la tomó de la mano y la levantó. Se le quitó la fiebre y se puso a servirlos.
Al atardecer, cuando ya se había puesto el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. El sanó entonces a muchos enfermos de diversos males y expulsó a muchos demonios, pero a éstos no los dejaba hablar, pues sabían quién era.
Muy de madrugada, antes del amanecer, se levantó, salió, se fue a un lugar solitario y allí comenzó a orar. Simón y sus compañeros fueron en su busca. Cuando lo encontraron le dijeron:
"Todos te buscan".
Jesús les contestó:
"Vamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para predicar también allí, pues para esto he venido".
Y se fue a predicar en las sinagogas judías por toda Galilea, expulsando los demonios.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). ¿Qué pensaríamos de un cónyuge que le dice a su pareja: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

Misal

 

mie 1a. Ordinario año impar

Antífona de Entrada

Que se postre ante ti, ¡oh Dios, la tierra entera: que toquen en tu honor; que toquen para tu nombre, ¡oh Altísimo!

 

Oración Colecta

Oremos:
Dios todopoderoso, que gobiernas a un tiempo cielo y tierra, escucha paternalmente la oración de tu pueblo y haz que los días de nuestra vida se fundamenten en tu paz.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Tenía que parecerse en todo a sus hermanos, para ser compasivo

Lectura de la carta a los Hebreos 2, 14-18

Hermanos: Puesto que los hijos tenían en común la carne y la sangre, también Jesús las compartió para poder destruir con su muerte al que tenía poder para matar, es decir, al diablo, y librar a aquellos a quienes el temor a la muerte tenía esclavizados de por vida. Porque ciertamente no ha venido en auxilio de los ángeles, sino en auxilio de la raza de Abrahán. Por eso tenía que ser hecho en todo semejante a sus hermanos para llegar a ser un sumo sacerdote misericordioso y digno de confianza en las cosas de Dios, capaz de obtener el perdón de los pecados del pueblo.
Precisamente porque él mismo fue sometido al sufrimiento y a la prueba, puede socorrer ahora a los que están bajo la prueba.
Palabra del Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Sal 104, 1-2.3-4.6-7.8-9

El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

Den gracias al Señor, invoquen su nombre, publiquen entre los pueblos sus proezas, cántenle, toquen en su honor, proclamen sus maravillas.
El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

Gloríense de su nombre santo, que se alegren los que buscan al Señor. Recurran al Señor y a su poder, busquen su rostro sin descanso.
El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

Descendencia de Abrahán, su siervo, hijos de Jacob, su elegido: el Señor es nuestro Dios, en toda la tierra están en vigor sus decretos.
El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

El Señor se acuerda de su alianza eternamente, de la palabra que ha dado por mil generaciones; del pacto concluido con Abrahán y del juramento que hizo a Isaac.
El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Espero en el Señor, espero en su palabra.
Aleluya.

Evangelio

Curó a muchos enfermos de diversos males

† Lectura del santo Evangelio según san Marcos 1, 29-39

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, al salir de la sinagoga, Jesús se fue inmediatamente a casa de Simón y de Andrés, con Santiago y Juan. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre. Se lo dijeron a Jesús y él se acercó, la tomó de la mano y la levantó. Se le quitó la fiebre y se puso a servirlos.
Al atardecer, cuando ya se había puesto el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. El sanó entonces a muchos enfermos de diversos males y expulsó a muchos demonios, pero a éstos no los dejaba hablar, pues sabían quién era.
Muy de madrugada, antes del amanecer, se levantó, salió, se fue a un lugar solitario y allí comenzó a orar. Simón y sus compañeros fueron en su busca. Cuando lo encontraron le dijeron:
"Todos te buscan".
Jesús les contestó:
"Vamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para predicar también allí, pues para esto he venido".
Y se fue a predicar en las sinagogas judías por toda Galilea, expulsando los demonios.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Presentamos, Señor, estas ofrendas en tu altar como signo de nuestra servidumbre; concédenos que, al ser aceptadas por ti, se conviertan para tu pueblo en sacramento de vida y redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Nuestra misma acción de gracias es un don de Dios

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Pues aunque no necesitas nuestra alabanza, ni nuestras bendiciones te enriquecen, tú inspiras y haces tuya nuestra acción de gracias, para que nos sirva de salvación, por Cristo, Señor nuestro.
A quien alaban los ángeles y los arcángeles, proclamando sin cesar:

Antífona de la Comunión

Haz brillar tu rostro sobre tu siervo, sálvame por tu misericordia, Señor; que no me avergüence de haberte invocado.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Reanimados por estos dones de nuestra salvación, te suplicamos, Señor, que el pan de vida eterna nos haga crecer continuamente en la fe verdadera.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén


Dia 14/01 San Fulgencio (obispo, blanco)

Antífona de Entrada

El Señor hizo con él una alianza de paz, lo puso al frente de su pueblo y lo constituyó sacerdote para siempre.

 

Oración Colecta

Oremos:
Concédenos, Padre todopoderoso, venerar dignamente la memoria de tu santo obispo san Fulgencio, y sentir que él, que tanto ayudó a sus fieles con la palabra y el ejemplo, también nos ayude a nosotros con su constante intercesión.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Levántate y úngelo, porque éste es

Lectura del primer libro de Samuel 16, 1b. 6-13a.

En aquellos días dijo el Señor a Samuel:
"Llena tu cuerno de aceite y vete. Voy a enviarte a Jesé, de Belén, porque he visto entre sus hijos un rey para mí".
Cuando se presentó vio a Eliab y se dijo:
"Sin duda está ante el Señor su ungido".
Pero el Señor dijo a Samuel:
"No mires su apariencia ni su gran estatura, pues yo le he descartado. La mirada de Dios no es como la mirada del hombre, pues el hombre mira las apariencias, pero el Señor mira el corazón".
Jesé llamó a Abinadab y lo hizo pasar ante Samuel; y Samuel dijo:
"Tampoco a éste lo ha elegido el Señor".
Jesé hizo pasar a Sama; y Samuel dijo:
"Tampoco a éste lo ha elegido el Señor".
Hizo pasar Jesé a sus siete hijos ante Samuel, pero Samuel dijo:
"A ninguno de éstos ha elegido el Señor".
Preguntó, pues, Samuel a Jesé:
"¿No quedan ya más muchachos?"
El respondió:
"Todavía falta el más pequeño, que está guardando el rebaño".
Dijo entonces Samuel a Jesé:
"Manda que lo traigan, porque no comeremos hasta que haya venido".
Mandó, pues, que lo trajeran; era rubio, de bellos ojos y hermosa presencia.
Dijo el Señor:
"Levántate y úngelo, porque éste es".
Tomó Samuel el cuerno de aceite y ungió en medio de sus hermanos.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 88

Cantaré eternamente las misericordias del Señor.

Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas las edades. Porque dije: "Tu misericordia es un edificio eterno, más que el cielo has afianzado tu fidelidad".
Cantaré eternamente las misericordias del Señor.

Sellé una alianza con mi elegido, jurando a David mi siervo: "Te fundaré un linaje perpetuo, edificaré tu trono para todas las edades".
Cantaré eternamente las misericordias del Señor.

Encontré a David mi siervo y lo he ungido con óleo sagrado, para que mi mano esté siempre con él y mi brazo lo haga valeroso.
Cantaré eternamente las misericordias del Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
El Señor me ha enviado a dar la buena noticia, a proclamar la liberación a los cautivos.
Aleluya.

Evangelio

El primero entre ustedes será su servidor

† Lectura del santo Evangelio según San Mateo 23, 8-12

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Ustedes no se dejen llamar maestro, porque uno solo es su maestro y todos ustedes son hermanos. Y no llamen padre suyo a nadie en la tierra, porque uno solo es su padre, el del cielo. No se dejen llamar jefes, porque uno solo es su Señor, Cristo. El primero entre ustedes será su servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús

 

Oración sobre las Ofrendas

Que el sacrificio que quita los pecados del mundo y que hoy vamos a ofrecerte en la fiesta de san Fulgencio, nos aproveche, Señor, para salvarnos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Los santos pastores siguen presentes en la Iglesia

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque permites que tu Iglesia se alegre hoy con la festividad de san Fulgencio, para animarnos con el ejemplo de su vida, instruirnos con su palabra y protegernos con su intercesión.
Por eso,
con los ángeles y los santos, te cantamos el himno de alabanza, diciendo sin cesar:

Antífona de la Comunión

Señor, tú lo conoces todo; tú sabes que te amo.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Señor, que la fuerza de este sacramento produzca en nosotros su fruto, y nos obtenga hoy que celebramos a san Fulgencio, tu ayuda en esta vida y el gozo eterno en el cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén


Meditación diaria

1ª semana. Miércoles

ORACIÓN Y APOSTOLADO

— El corazón del hombre está hecho para amar a Dios. Y el Señor desea y busca el encuentro personal con cada uno.

— No desaprovechar las ocasiones de apostolado. Mantener firme la esperanza apostólica.

— Oración y apostolado.

I. Cierto día, después de haber pasado la tarde anterior curando enfermos, predicando y atendiendo a las gentes que acudían a Él, Jesús se levantó de madrugada, cuando era todavía muy oscuro, salió de la casa de Simón y se fue a un lugar solitario, y allí oraba. Fueron a buscarle Simón y los que estaban con él; y cuando le encontraron, le dijeron: Todos te buscan. Lo relata San Marcos en el Evangelio de la Misa1.

Todos te buscan. También ahora las muchedumbres tienen "hambre" de Dios. Continúan siendo actuales aquellas palabras de San Agustín al comienzo de sus Confesiones: "Nos has creado, Señor, para ti y nuestro corazón no halla sosiego hasta que descansa en ti"2. El corazón de la persona humana está hecho para buscar y amar a Dios. Y el Señor facilita ese encuentro, pues Él busca también a cada persona, a través de gracias sin cuento, de cuidados llenos de delicadeza y de amor. Cuando vemos a alguien a nuestro lado, o nos llega una noticia de alguna persona por medio de la prensa, de la radio o de la televisión, podemos pensar, sin temor a equivocarnos: a esta persona la llama Cristo, tiene para ella gracias eficaces. "Fíjate bien: hay muchos hombres y mujeres en el mundo, y ni a uno solo de ellos deja de llamar el Maestro.

"Les llama a una vida cristiana, a una vida de santidad, a una vida de elección, a una vida eterna"3. En esto reside nuestra esperanza apostólica: a todos, de una manera u otra, anda buscando Cristo. Nuestra misión –por encargo de Dios– es facilitar estos encuentros de la gracia.

San Agustín, comentando este pasaje del Evangelio, escribe: "El género humano yace enfermo; no de enfermedad corporal, sino por sus pecados. Yace como un gran enfermo en todo el orbe de la tierra, de Oriente a Occidente. Para sanar a este moribundo descendió el médico omnipotente. Se humilló hasta tomar carne mortal, es decir, hasta acercarse al lecho del enfermo"4. Han pasado pocas semanas desde que hemos contemplado a Jesús en la gruta de Belén, pobre e indefenso, habiendo tomado nuestra naturaleza humana para estar muy cerca de los hombres y salvarnos. Hemos meditado después su vida oculta en Nazaret, trabajando como uno más, para enseñarnos a buscarle en la vida corriente, para hacerse asequible a todos y, mediante su Santa Humanidad, poder llegar a la Trinidad Beatísima. Nosotros, como Pedro, también vamos a su encuentro en la oración –en nuestro diálogo personal con Él–, y le decimos: Todo el mundo te busca, ayúdanos, Señor, a facilitar el encuentro contigo de nuestros parientes, de nuestros amigos, de los colegas y de toda alma que se cruce en nuestro camino. Tú, Señor, eres lo que necesitan; enséñanos a darte a conocer con el ejemplo de una vida alegre, a través del trabajo bien realizado, con una palabra que mueva los corazones.

II. Un pueblecito alemán, que quedó prácticamente destruido durante la Segunda Guerra Mundial, tenía en una iglesia un crucifijo, muy antiguo, del que las gentes del lugar eran muy devotas. Cuando iniciaron la reconstrucción de la iglesia, los campesinos encontraron esa magnífica talla, sin brazos, entre los escombros. No sabían muy bien qué hacer: unos eran partidarios de colocar el mismo crucifijo –era muy antiguo y de gran valor– restaurado, con unos brazos nuevos; a otros les parecía mejor encargar una réplica del antiguo. Por fin, después de muchas deliberaciones, decidieron colocar la talla que siempre había presidido el retablo, tal como había sido hallada, pero con la siguiente inscripción: Mis brazos sois vosotros... Así se puede contemplar hoy sobre el altar5. Somos los brazos de Dios en el mundo, pues Él ha querido tener necesidad de los hombres. El Señor nos envía para acercarse a este mundo enfermo que no sabe muchas veces encontrar al Médico que le podría sanar. Hablamos de Dios a las gentes con la esperanza cierta de que Cristo conoce a todos, y que solo en Él encuentran la salvación y palabras de vida eterna. Por eso, no debemos dejar pasar –por pereza, comodidad, cansancio, respetos humanos– ni una sola ocasión: acontecimientos normales de todos los días, el comentario sobre una noticia aparecida en el periódico, un pequeño servicio que prestamos o que nos prestan..., y también los sucesos extraordinarios: una enfermedad, la muerte de un familiar... "¡Quienes viajan por motivo de obras internacionales, de negocios o de descanso, no olviden que son en todas partes heraldos itinerantes de Cristo y que deben portarse como tales con sinceridad"6. El Papa Juan Pablo I, en su primer mensaje a los fieles, exhortaba a que se estudiaran todos los caminos, todas las posibilidades, y se procurasen todos los medios para anunciar, oportuna e inoportunamente7, la salvación a todas las gentes. "Si todos los hijos de la Iglesia –decía el Romano Pontífice– fueran misioneros incansables del Evangelio, brotaría una nueva floración de santidad y de renovación en este mundo sediento de amor y de verdad"8.

Mantengamos con firmeza la esperanza en el apostolado, aunque el ambiente se presente difícil. Los caminos de la gracia son, efectivamente, inescrutables. Pero Dios ha querido contar con nosotros para salvar a las almas. ¡Qué pena si, por omisión de los cristianos, muchos hombres quedan sin acercarse al Señor! Por eso debemos sentir la responsabilidad personal de que ningún amigo, compañero o vecino, con quienes tuvimos algún trato, pueda decir al Señor: hominem non habeo9: no encontré quien me hablara de Ti, nadie me enseñó el camino. En ocasiones, nuestro trato solo será el comienzo de ese camino que lleva a Cristo: un comentario oportuno, un libro para reafirmar la fe, un consejo certero, una palabra de aliento... y siempre el aprecio y el ejemplo de una vida recta.

"El cristianismo posee el gran don de enjugar y curar la única herida profunda de la naturaleza humana, y esto vale más para su éxito que toda una enciclopedia de conocimientos científicos y toda una biblioteca de controversias; por eso el cristianismo ha de durar mientras dure la naturaleza humana"10. Preguntémonos hoy: ¿a cuántas personas he ayudado a vivir cristianamente el tiempo de Navidad que acabamos de celebrar? Encomendemos a los amigos a quienes estamos ayudando para que se acerquen a la Confesión o a algún medio que facilite su formación y su conocimiento de la doctrina del Señor.

III. El Señor nos quiere como instrumentos suyos para hacer presente su obra redentora en medio de las tareas seculares, en la vida corriente. Pero, ¿cómo podríamos ser buenos instrumentos de Dios sin cuidar con esmero la vida de piedad, sin un trato verdaderamente personal con Cristo en la oración? ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego?, ¿no caerán los dos en el precipicio?11. El apostolado es fruto del amor a Cristo. Él es la Luz con la que iluminamos, la Verdad que debemos enseñar, la Vida que comunicamos. Y esto solo será posible si somos hombres y mujeres unidos a Dios por la oración. Conmueve contemplar cómo el Señor, entre tanta actividad apostólica, se levanta muy de madrugada, cuando aún era oscuro, para dialogar con su Padre Dios y confiarle la nueva jornada que comienza, llena también de atención a las almas.

Nosotros debemos imitarle: es en la oración, en el trato con Jesús, donde aprendemos a comprender, a mantener la alegría, a atender y apreciar a las personas que el Señor pone en nuestra senda. Sin oración, el cristiano sería como una planta sin raíces: acaba seca, sin posibilidad de dar frutos, en poco tiempo. En nuestro día podemos y debemos dirigirnos al Señor muchas veces. Él no está lejos: está cerca, a nuestro lado, y nos oye siempre, pero particularmente en los ratos –como ahora– que dedicamos expresamente a hablar, sin anonimatos, de tú a tú, con Dios. En la medida en que nos abrimos a los requerimientos divinos, la jornada será divinamente eficaz y tendremos más facilidad para no interrumpir el diálogo con Jesús. En verdad, nuestra vida de apóstoles vale lo que valga nuestra oración12.

La oración siempre da sus frutos, es capaz de sostener toda una vida. De ella sacaremos la fortaleza para afrontar las dificultades con el garbo de los hijos de Dios. Y para la perseverancia –la constancia en el trato con nuestros amigos– que requiere todo apostolado. Por eso nuestra amistad con Cristo ha de ser día a día más honda y sincera. Para esto debemos empeñarnos seriamente en evitar todo pecado deliberado, guardar el corazón para Dios, procurar rechazar los pensamientos inútiles, que frecuentemente dan lugar a faltas y pecados, rectificar muchas veces la intención, dirigiendo al Señor nuestro ser y nuestras obras... Hemos de luchar contra el desaliento –si llegara alguna vez– que puede producirse al pensar que no mejoramos en la oración personal, pues entonces es fácil que el demonio insinúe la tentación de abandonarla. No debemos dejarla jamás, aunque estemos cansados y no podamos centrar del todo la atención, aunque no tengamos ningún afecto, aunque –sin desearlo– lleguen muchas distracciones. La oración es el soporte de nuestra vida y la condición de todo apostolado.

Acudimos, al terminar este rato de oración, a la intercesión poderosa de San José, maestro de la vida interior. A él, que durante tantos años vivió junto a Jesús, le pedimos que nos enseñe a amarle y a dirigirnos a Él con confianza todos los días de nuestra vida; también aquellos que parecen más apretados de trabajos y en los que nos sentimos con más dificultades para dedicarle ese rato de oración que acostumbramos. Nuestra Madre Santa María intercederá, junto al Santo Patriarca, por nosotros.

1 Mc 1, 29-39. — 2 San Agustín, Confesiones, 1, 1, 1. 3 San Josemaría Escrivá, Forja, Rialp, 1ª ed., Madrid 1987, n. 13. 4 San Agustín, Sermón 87, 13. 5 Cfr. F. Fernández-Carvajal, La tibieza, Palabra, 6ª ed., Madrid 1986, p. 149. 6 Conc. Vat. II, Decr. Apostolicam actuositatem, 14. — 7 2 Tim 4, 2. — 8 Juan Pablo I, Alocución 27-VIII-1978. — 9 Jn 5, 7. — 10 Card. J. H. Newman, El sentido religioso, p. 417. — 11 Lc 6, 39. — 12 Cfr. San Josemaría Escrivá, Camino, Rialp, 30ª ed., Madrid 1976, n. 108.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

San Felix de Nola

Señor Dios, Rey Omnipotente: tú que le permitiste a tu mártir
San Félix conseguir favores tan maravillosos para sí y
para sus devotos, haz que nuestra fe sea también
tan grande que consigamos maravillosas intervenciones tuyas
en favor nuestro y en favor de los que necesitan
la ayuda de nuestra oración. Amen.

Nola es una pequeña y antiquísima ciudad, situada a unos 20 kilómetros de Nápoles. Allí vio la luz san Félix, cuyo nombre significa "feliz", en el siglo III. Su padre Hermias era sirio, de profesión militar. Nuestro santo, en cambio, prefirió ser soldado de Cristo.

Poco sabemos de su infancia y juventud. Padeció las terribles persecuciones desatadas por Decio y por Valeriano. Por estas circunstancias carecemos de actas que hubieran podido proporcionar noticias precisas. Los rasgos más exactos que conocemos a través de san Paulino, poeta y obispo de Nola, quien escribió su biografía a fines del siglo IV y lo tuvo como santo protector. También escribieron sobre él Beda, san Agustín y Gregorio Turonense. El papa san Dámaso le dedicó un poema.

Para destruir la Iglesia, el emperador Decio ordenó prender y procesar principalmente a los obispos, presbíteros y diáconos. Gobernaba entonces la grey de Nola el obispo Máximo, cargado de años, quien se refugió en las montañas de los Apeninos. Félix, que era presbítero, se quedó en la ciudad para vigilar y proteger a los fieles.

No duró mucho tiempo la seguridad de Félix, pues Nola era una pequeña ciudad donde todos se conocían y él no disimuló su condición de cristiano. Arrestado y conducido a la cárcel, lo ataron con cadenas, y así permaneció durante meses. Por su parte, en las montañas, el obispo Máximo padecía hambre, frío, tristeza y dolor.

Félix fue un ejemplo de devoción al obispo. Socorrió a Máximo corriendo gravísimos riesgos y compartió con él la dura experiencia de la persecución.

Habiendo escapado de la furia desatada por Decio, Félix se vio nuevamente amenazado, junto con toda su comunidad, por las disposiciones que contra los cristianos dictó el emperador Valeriano, entre los años 256 y 257.

Al morir Máximo quisieron forzar a Félix a ocupar la silla episcopal, pero él rehusó tal dignidad, prefiriendo continuar como presbítero su misión evangelizadora. Murió el 14 de enero, se cree que del año 260. Fue enterrado en Nola y su sepulcro se convirtió en lugar de peregrinación. En Roma le fue consagrada una basílica.

Los campesinos de su tierra invocan a san Félix de Nola como protector de los ganados. San Gregorio de Tours ha escrito sobre los numerosos milagros operados junto a su tumba.

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Nino (Nina, Cristiana) de Georgia, Santa Virgen, Enero 14  

Nino (Nina, Cristiana) de Georgia, Santa

Martirologio Romano: En la región de los iberos, al otro lado del Ponto Euxinio (actual Georgia, junto al mar Negro), santa Nino, que siendo cristiana fue llevada a aquel país, donde, por su vida santa, suscitó la reverencia y admiración de todos, hasta el punto de que la misma reina, a quien curó uno de sus hijos con sus oraciones, el rey y todo el pueblo abrazaron la fe cristiana (s. IV).

Etimología: Nino = juramento de Dios. Viene de la lengua hebrea.

Esta joven esclava de la corte real de Mzkheta, no lejos de Tbilisi, Georgia, se festeja hoy en la Iglesia de Oriente y en la de Occidente el 15 de diciembre.

Gracias a que hay personas que se preocupan por la vida de los demás, conocemos la vida de esta chica por las obras del escritor eclesiástico Rufino.

Es él quien nos traza una pequeña semblanza de Nina. Logró su conversión en Iberia, como se llamaba anteriormente lo que es hoy Georgia.

Provenía de Egipto como una esclava cristiana cautiva. La colocaron a trabajar en la corte. A pesar de que nadie era cristiano, ella supo mantener su fe a pesar de los pesares.

Se ganó a la corte, no sólo por su belleza física – que era muy elegante – sino, sobre todo, por su virtud, su gran amor ya que pronto llegaría a ser amada por todos.

Aconteció algo singular. Unos padres le pidieron que curara a su hijo. Nina oró con tal fervor y con tal fe que el chico se curó.

Gracias a esto, la reina mandó que estuviera siempre a su lado. También se puso enferma la soberana Nana. Y por las oraciones de Nina se curó también.

Entonces el rey sentía en su alma el deseo de recompensarla de alguna manera. Ella le dijo que el mejor favor que podía hacerle, sería que se convirtiera al cristianismo. El rey le planteó el tema a su mujer.

Pasado algún tiempo, el rey le rogó al arzobispo de Constantinopla que le enviase un obispo para evangelizar su reino.

Estamos en el siglo IV. Cuando comenzó la evangelización de Georgia, Nino se fue a la región de Bobdé. Murió en el año 335.

En Mzekheta hay una pequeña capilla que recuerda en nuestros días el bautismo de Georgia.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Dacio de Milán, Santo Obispo, Enero 14  

Dacio de Milán, Santo

Obispo

Martirologio Romano: En Milán, en la región de Liguria (hoy Italia), sepultura de san Dacio, obispo, que en la controversia de los "Tres Capítulos" defendió la sentencia del papa Vigil, al cual acompañó a Constantinopla, donde murió (552).

San Dacio vivió en tiempos muy agitados.

Durante la mayor parte de su episcopado, que duró por lo menos de 530 a 552, tuvo que defender constantemente los intereses temporales y espirituales de su Iglesia.

Para salvar a la ciudad de Milán, de los godos, se alió con Belisario, quien desgraciadamente no pudo enviarle refuerzos antes de que la ciudad fuese atacada y saqueada.

Es posible que Dacio haya sido hecho prisionero y libertado después, gracias a la influencia de su amigo Casiodoro.

Expulsado de Milán, el obispo se refugió en Constantinopla, donde, el año 545 apoyó valientemente al Papa Vigilio contra Justiniano, en la controversia sobre los "Tres Capítulos".

Parece que Dacio murió en 552, en Constantinopla, de donde sus restos fueron trasladados más tarde a Milán, su ciudad episcopal.

San Gregorio el Grande cuenta en sus ·Diálogos", la curiosa historia de una casa en la que el diablo acostumbraba aterrorizar a los ocupantes, imitando discordantes y horribles rugidos de fieras. San Dacio entró sin temor en la casa, puso en fuga al demonio y restauró la paz.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Odón de Novara, Beato Monje Cartujo, Enero 14  

Odón de Novara, Beato

Monje y Presbítero

Martirologio Romano: En Tagliacozzio, en el Abruzo (hoy Italia), beato Odón de Novara, presbítero de la Orden de los Cartujos (c. 1200).

El Beato Odón monje cartujo del siglo XII, es uno de los pocos hombres de Dios de aquella época, sobre el que tenemos documentos de primera mano.

El Papa Gregorio IX mandó que se hicieran investigaciones sobre su vida con miras a su canonización, y las declaraciones de los testigos han llegado hasta nosotros.

Uno o dos extractos de ellas nos darán una idea de la personalidad de Odón. "Maestro Ricardo" obispo de Trivento, después de haber jurado por el Espíritu Santo, ante los Evangelios, que diría la verdad, afirmó que él había conocido al bienaventurado Odón como a un hombre temeroso de Dios, modesto y casto, entregado noche y día a la vigilia y la oración; que vestía ásperas túnicas de lana y vivía en una estrecha celda, de la que no salía más que para orar en la iglesia, y que obedecía siempre a la campana, cuando ésta le llamaba al oficio. Cuantos fueron a él se sintieron animados en el servicio de Dios. Leía constantemente las Escrituras y, a pesar de su avanzada edad, se empleaba en su celda en trabajos manuales para no ser presa de la ociosidad".

El obispo da en seguida un breve resumen de la vida de Odón, y hace notar que había sido nombrado prior del nuevo monasterio cartujo de Geyrac, en Eslavonia. Pero que la cruel persecución de que le había hecho objeto el obispo Dietrich le obligó a abandonar esa comunidad, e ir a Roma para pedir permiso al Papa de renunciar a su cargo. La anciana abadesa de un monasterio de Tagliacozzo le había ofrecido hospedaje, e impresionada por su santidad, obtuvo licencia de guardarle como capellán de la comunidad.

Muchos otros testigos de la edificante vida de Odón hablaron de sus austeridades, de su caridad y de su humildad.

Uno de ellos, el arcipreste Oderisio, atestigua que estuvo presente en los últimos momentos de Odón, y que "éste se hallaba acostado en el suelo de la dicha celda, vestido con una camisa de cerdas, y que decía en su agonía: ´Espera un poco, Señor, espera un poco; ya voy a Ti´; y cuando los presentes le preguntaron con quién hablaba, respondió: ´Con mi Rey, a quien estoy viendo y en cuya presencia me hallo´. Al pronunciar estas palabras, el bienaventurado Odón se enderezó, como si alguien le tendiese la mano, y con ellas extendidas, pasó al Señor".

Esto acaecía el 14 de enero del año 1200, y la edad de Odón se calculaba en cien años.

El beato obró muchos milagros en vida y después de su muerte, pero tenía horror de que las gentes le atribuyesen poderes sobrenaturales. "Hermano -dijo a un hombre que solicitaba su ayuda- ¿por qué te burlas de mí que soy un malvado pecador y un saco de putrefacción? Déjame en paz; el único que puede curarte es Jesucristo, el Hijo de Dios vivo"; y al decir esto, se le saltaron las lágrimas. El enfermo quedó al punto sano de una enfermedad que, según el testigo, que le había conocido personalmente, le atormentaba desde hacia muchos años.

El culto del beato Odón fue confirmado en 1859.

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Fuente: Redentoristas.org
Pedro Donders, Beato Presbítero Redentorista, Enero 14  

Pedro Donders, Beato

Presbítero Redentorista

Martirologio Romano: En Batavia, lugar de Suriname (Guayana Holandesa), beato Pedro Donders, presbítero de la Congregación del Santísimo Redentor, que se entregó con caridad desbordante a atender tanto los cuerpos como las almas de los leprosos (1887).

Los primeros pasos de un hombre sencillo

El Beato Pedro nace el 27 de octubre de 1809 en la aldea de Heikant, cerca de Tilburg en el Brabante holandés, y será bautizado el mismo día en la iglesia de Het Goirke. Es hijo del tercer matrimonio de Arnaldo Donders con Petronila van den Brekel. Anteriormente el padre tuvo dos hijos, que murieron en pocos días, y una hija que muere a los 14 años, dos años antes que su segunda mujer. Pedro tiene otro hermano, Martirio que nace inválido; también él era muy débil desde su nacimiento.

Cuando contaba 6 años murió su madre. Su padre se casa por cuarta vez buscando una madre para sus hijos y una felicidad que no acababa de llegar. Su casa era humilde y pobre, de un solo cuarto, de suelo de arcilla con dos camas-armario, en donde el padre trabajaba como tejedor, oficio que durante muchos años va ha ejercer Pedro, a quien cariñosamente llamaban Peerke. Acude a la escuela del maestro Drabbe, hasta los 12 años que tiene que trabajar para su familiar en el telar, dedicándose con gran interés a la catequesis para niños con tal valía que el cura le da el titulo oficial de catequista.

Llegar a ser lo que uno quiere ser

A Pedro le gustaría ser sacerdote, pero su delicada salud será un problema. Siente gran gusto por la oración, dejándose arrastrar durante todo el día por la oración, incluso tejiendo. Busca la felicidad alejándose de su propio centro, situándolo en Dios y los pobres.

Su debilidad le incapacita para el servicio militar, así que decide ser sacerdote. El cura del pueblo lo envia como alumno-empleado a la Escuela Apostólica Beekvliet, donde sobre todo trabajará, hasta los 23 años que comienza a estudiar. Como no podía pagarse los estudios, trabajaba fuera de las clases en el mismo seminario. Fueron 6 años en el Seminario menor, años de estudio duros y lentos, donde había una gran diferencia de edad entre él y sus compañeros. Se burlaban de él por su torpeza, pero se hizo amar y respetar por todos, por su caracter afable y sencillo.

A sus 29 años inicia estudios superiores en el Seminario Nieuw Herlaar (próximo a Beekvliet). Aquí se acentúa su interés por las misiones en el extranjero, haciendo apuestas para conseguir dinero para las mismas. Se siente atraído por las misiones en EEUU del jesuita Desmet. Ante esta inquietud el Rector del seminario le orienta para hacerse religioso. En Holanda no podría ser, ya que Guillermo I había prohibido la admisión de novicios en cualquier comunidad religiosa de su territorio. Llaman a las puertas de los Jesuitas, Franciscanos, y Redentoristas belgas de Sint Truiden, los cuales no lo admiten, por falta de talento, conocimiento, o demasiada edad. Curiosamente 30 años más tarde tomará el hábito Redentorista en su querido Surinam.

En 1839 va al seminario de Hausen para continuar sus estudios de Teología, en los que destacará más que en Filosofía. Pedro va a estar siempre muy cercano a todo el mundo, en el seminario y en sus vacaciones con su familia, viendo en el otro siempre a Dios. En el seminario un año antes había tenido una conversación con Monseñor Jakobus Grooff, ofreciéndose para ir junto a él a la misión del Surinam, cuando fuese sacerdote. El 15 de junio de 1841 es ordenado sacerdote en Oergstgeest por el obispo van Wijckerslooth.

Surinam: la misión de su vida

Deseoso de partir para América -el viaje tarda un año en llegar- durante este tiempo conoce el trabajo de los Redentoristas holandeses en las misiones en Tilburg, su pueblo natal, de la mano del Padre Bernad Hafkenscheid. Pedro quedó muy impresionado y estimulado en su fervor apostólico.

Por fin desembarca en Paramaribo (Surinam), tras mes y medio de un viaje largo y duro: "finalmente he llegado a mi destino, a donde me llamó el Señor y su diestra me llevó"; era el 16 de septiembre de 1842, y tenia casi 33 años. Durante los primeros 14 años que pasa en Paramaribo junto al obispo Grooff, va a descubrir la miseria religiosa y moral tanto en los blancos como los de color, con signos de idolatría e incontinencia como promiscuidad, pobreza, suciedad, alcohol, prostitución, una situación de "corrupción total de la moralidad" - dirá él mismo.

Tras el recibimiento de Monseñor Grooff, éste le presenta el gran campo de trabajo: 140.000 km2 de extensión (cuatro veces Holanda), clima tropical con abundantes tormentas y mosquitos, extensiones de selva, ríos y barro, multitud de enfermedades y gran diversidad de razas: indios, negros cimarrones, esclavos nacionales (46000), 140000 blancos, holandeses, ingleses, franceses, alemanes, portugueses... y, además, muchos leprosos...

Oración y trabajo

Para combatir esta difícil situación, Pedro Donders se apoyará en la oración, el esfuerzo personal y la mejora de la vida de toda esa gente. Aprenderá el inglés de los negros, y se dedica al cuidado de todas las personas. Su vida de oración permanece sólida. Desde las 5 de la mañana ya está rezando en la iglesia; después de la Eucaristía estará ¾ de hora en acción de gracias, y luego se dedica a la catequesis de niños.

Lo más duro de su día a día serán las visitas bajo el sol tropical o la lluvia, así como la indeferencia, disgusto, odio y amenazas de las gentes sobre todo de los propietarios de esclavos europeos.

Tanto trabajo va a aumentar cuando el Papa Gregorio XVI propone a Monseñor Grooff como Vicario Apostólico para Indonesia. Surinam y Pedro van a sufrir su ausencia, intentan que el nombramiento no se produzca, pero sólo se retrasa en el tiempo, pues están pasando una epidemia de disentería que afecta al obispo. Muere el capellán, y Pedro Donders asume todo el trabajo desbordado por tantos enfermos y hasta 5 entierros diarios.

Tal situación se prolongó durante 4 meses. El obispo Grooff parte, y es monseñor Schepers, el misionero mayor quien se pone al frente de la misión del Surinam, aunque debido a su estado enfermizo, será Pedro el responsable real de todo. Las actividades aumentan. Ahora Pedro también atiende a los esclavos de las haciendas, aun más miserables que los de la ciudad, mostrando gran indignación por la situación en que se encontraban. Para ello tiene que remontar ríos y selva sobre un tronco, y limpiar las chozas. Ha de enfrentarse a los propietarios para acceder a los esclavos, embrutecidos por los muchos abusos que sufrían sobre todo sexuales, y a quienes les enseñaba las verdades de la fe.

Los leprosos de Batavia

En 1856 es nombrado capellán de los leprosos de Batavia, que había visitado a su llegada al país, junto a Monseñor Grooff, allá por el 1842, y a donde deseaba ir para estar con esos pobres necesitados de toda curación. Allí trabajará 27 años como pastor moderno y gran trabajador social.

Mejoró la situación material, ya que estaban en un estado de putrefacción, sin enfermeros, ni alimentos, teniéndose que cuidar y alimentar entre los propios enfermos. "Era la destrucción más grande en cuerpos vivos humanos que jamás yo he visto" - decía el médico van Hasselaar, y Donders decía que "parecía más un apocilga que una morada humana". Pone suelo de madera y camas en las chozas, consigue alimento con gran dificultad, daba lo suyo al más hambriento, y puede enterrar a los difuntos en ataúdes dignos. Todo este trabajo sin descuidar su oración mañanera, la eucaristía, y acción de gracias antes de ponerse en faena cada día.

Además de todo ese trabajo físico, no deja su misión espiritual, chocando incluso con los leprosos, que eran gentes carentes de moralidad. Todo su trabajo y su existencia eran para los demás, su centro, Dios y los hermanos leprosos. Todo para buscar la salvación total del hombre.

Misionero Redentorista

En 1863, Guillermo III de Holanda declara el fin de la esclavitud, incluyendo la libertad religiosa en sus territorios. Desde Roma se envia a la Congregación del Santísimo Redentor de Holanda al Surinam, para hacerse cargo de la misión. Dos de los cuatro curas seculares que allí estaban, vuelven a Holanda. Otros dos, pedro Donders y Romme, ingresan con los redentoristas. Es el año 1865, han pasado 30 años desde que intentara entrar en la Congregación en Bélgica, y Pedro cuenta ya con 57 años.

Está dos semanas de experiencia comunitaria en Paramaribo, y decide comenzar el noviciado. Durará 6 meses, y como maestro Monseñor Swinkerls, que dice del novicio: "poseía en toda plenitud el espíritu de la Congregación Redentorista". El día de san Juan de 1867 realizará los votos en Paramaribo, la capital.

Batavia: leprosos, indios, negros y esclavos

Vuelve a Batavia, ya como misionero redentorista, junto a otros hermanos, para estar con los leprosos, y al ser los misioneros más, Pedro quiere más trabajo, y atiende también a los indios, buscándolos entre la selva. Va a catequetizarlos, predicarles con láminas y dibujos, incluso con el harmonium. Pero los indios parecen ser ociosos y supersticiosos. Hasta tal punto Pedro denuncia esta situación que los curanderos le atacan y le amenazan si bautiza a los indios. Pedro aguantó heroicamente la situación, y los indios se convirtieron, abandonando la superstición y el vicio.

En 1869, también se acerca hasta los negros cimarrones, esclavos sacados de África para trabajar duramente en grandes extensiones propiedad de europeos. Éstos se agrupaban en bandas que luchaban entre sí, y sobre todo contra el blanco opresor, igualmente eran supersticiosos e inmorales, aún más salvajes y feroces que los indios. Las denuncias de Pedro a esta situación, que combate a todos los niveles (entre ellos y ante los poderosos y propietarios) le costarán caras, y supondrán su gran cruz: "El trabajo entre los negros cimarrones no va bien. También la adversidad y la cruz vienen de Dios, y nada se realiza sin la cruz", escribía Pedro de la situación que estaba viviendo con los negros.

En 1883 los leprosos piden que les nombren otro capellán debido al estado de salud del anciano padre Donders. Fueron 40 años de trabajo intenso en Surinam, 16 como redentorista y 74 de edad, cuando se retira a la comunidad de Paramaribo, en la que sigue con el trabajo apostólico como un sacerdote joven. Allí vive años felices, entre las bromas de los hermanos, sobre su avanzada edad al ingresar en la Congregación, "cada día me doy más cuenta de cuán grande es la felicidad de la vocación en esta Congregación y en convivencia con los hermanos", escribía nuestro querido Beato Pedro Donders. A los 8 meses es trasladado a Coronie, donde es operado del riñón varias veces en los 2 años que está allí.

Murió entre los más pobres

En 1885, vuelve a Batavia, al enfermar el Padre Bekkers, capellán del lugar. A sus 77 años y una delicada salud, seguirá trabajando con los leprosos, indios y negros durante un año más. Para él, los enfermos eran presencia clara y real de Jesucristo sufriente en la cruz.

A finales de 1886 visita por última vez a los enfermos. Celebra la eucaristía el día de Navidad, y predica el día 31. La nefritis que padece se agrava, y el médico no le suministra medicamento. El día 12 de enero de 1887 dice al P. Bekkers: "ten aún un poco de paciencia. Moriré el viernes a las tres". Así, el viernes 14 de enero de 1887, a las tres de la tarde, tras una larga vida de oración continua, de trabajo sin cesar y mucho sufrimiento, Pedro Donders morirá en Batavia, rodeado de los abandonados a los que se entregó toda su vida.

Su cuerpo permaneció allí 13 años, hasta el traslado de la leprosería a la Fundación san Gerardo en Gravestraat en Paramaribo. Sus restos reposan en la catedral de Paramaribo desde 1921, ya que su fama de santidad era reconocida por todos los habitantes de la antigua colonia holandesa. Era el Apóstol de los Leprosos, de los Indios, de los Cimarrones, etc. El 23 de mayo de 1982, S.S. el Papa Juan Pablo II lo declaró Beato para toda la Iglesia.

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Fuente: OremosJuntos.com
Potito, Santo Mártir Adolescente, Enero 14  

Potito, Santo

Mártir

Martirologio Romano: Conmemoración de san Potito, mártir, que, después de ser atormentado en la ciudad de Sárdica, en la antigua provincia romana de Dacia (hoy Rumanía), alcanzó finalmente el martirio al ser ejecutado por la espada (s. inc.)

Las Actas que los bolandistas han presentado sobre este mártir. En ellas, se presenta a Potito como originario de Cerdeña, convertido al cristianismo, siendo aún niño, y sin que su padre -que era idólatra- lo supiera.

Al enterarse éste de la conversión de su hijo, lo metió en la cárcel. Pero Potito, con sus oraciones y enseñanzas consiguió convertirlo. En seguida, no pudiendo resolverse a vivir entre paganos, se refugió en una ciudad que no se ha podido identificar (Valeria o Gárgara).

Allí curó la lepra a una mujer de un senador llamado Agatón, y convirtió a toda su familia. La fama de esta conversión llegó hasta Roma.

Se mandó traer a Potito, quien libró de un demonio a la hija del emperador; pero esta curación se atribuyó a la magia.

Quisieron obligar al joven a que adorara a los dioses del imperio, pero él se rehusó y murió en los tormentos en Roma, o en una ciudad del sur de Italia.

Los bolandistas no tienen más información sobre la suerte que cupo a las reliquias del mártir.

Se dice que habrían sido trasladas de Asculum a Cerdeña con las de San Efisio, cuya fiesta se celebra el día 15 de enero.

Todavía se honra a San Potito en Nápoles, donde le han dedicado una iglesia. Los benedictinos, que celebran su oficio en esta iglesia, obtuvieron del Papa Clemente XII un oficio especial en su honor. Los himnos de este oficio han sido editados por los bolandistas.

La fiesta del santo mártir está señalada en los martirologios relativamente nuevos.

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Fulgencio de Écija, Santo Obispo, Enero 14  

Fulgencio de Écija, Santo

Obispo

Martirologio Romano: En la ciudad de Écija, en la provincia romana de Bética (hoy España), san Fulgencio, obispo, hermano de los santos Leandro, Isidoro y Florentina. Su hermano Isidoro le dedicó su tratado De los oficios eclesiásticos (c. 632).

Hijo de Severiano y Túrtura. Su padre fue un noble visigodo, San Fulgencio fue el segundo de los cinco hermanos, cuatro de los cuales fueron considerados santos por la Iglesia Católica Romana y la Iglesia Católica Ortodoxa. Sus otros hermanos canonizados son San Isidoro, San Leandro y Santa Florentina. Todos ellos son conocidos como los Cuatro Santos de Cartagena.

San Fulgencio nació en Cartagena en torno al año 540 y pronto su familia se traslada a Sevilla. En dicha ciudad serían arzobispos sus hermanos San Leandro y San Isidoro.

San Fulgencio fue Obispo, ocupando la sede de Écija y, en dos ocasiones, la de Cartagena. Hombre elocuente y un gran orador, Recaredo le encomendó diversas misiones para su reino. Fue considerado un hombre sabio, siendo elevado al rango de Doctor de la Iglesia en 1880 por Pío IX.

San Fulgencio es Patrón de las Diócesis de Plasencia y Cartagena y desde el siglo XVI da nombre al seminario diocesano.
También es el patrón de la ciudad de Plasencia.

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Fuente: Franciscanos.org
Odorico de Pordenone, Beato Misionero Franciscano, Enero 14  

Odorico de Pordenone, Beato

Presbítero Franciscano

Martirologio Romano: En la ciudad de Udine, en la región de Venecia (hoy Italia), beato Odorico de Pordenone Mattiuzzi, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que viajó por las regiones de los tártaros, de los indios y de los chinos hasta la principal ciudad de China llamada Kambalik. En todas esas regiones convirtió a muchos a la fe de Cristo con su predicación del Evangelio (1331).

Franciscano, sacerdote, misionero por tierras de Oriente. Su culto fue aprobado por Benedicto XIV el 2 de julio de 1775, y su fiesta se celebra el 14 de enero, aniversario de su muerte en Udine.

Nacido en Villanova de Pordenone, provincia de Friul (Italia), hacia 1265, Odorico fue una especie de Marco Polo pero de hábito, viajando en pos de las almas. Antes de pedir permiso para ir al Oriente como misionero, Odorico había llevado vida eremítica y había desarrollado actividades apostólicas en su Friul natal. Humildísimo y penitente, riguroso y silencioso, este hermano que se vestía de túnica marrón, caminaba descalzo y se alimentaba de pan y agua, estaba bien preparado para la vida misionera y para los viajes largos e incómodos. Y su viaje fue bien largo, pues duró 33 años. De Venecia a Trebisonda, de donde siguió por tierra. Penetró en Armenia, atravesó la Persia, y en Ormuz se embarcó de nuevo hasta llegar a la India. En India recogió las reliquias de cuatro franciscanos martirizados, y volvió a embarcarse. Finalmente llegó a Zaiton, en China del Sur.

En Zaiton fray Odorico se sintió como en su casa. Los franciscanos ya tenían allí dos florecientes conventos. Hacía casi un siglo que los Hermanos Menores habían hecho su camino hacia el Oriente. El primer intento misionero, el de Juan de Pian Carpino, compañero de San Francisco, no había tenido el éxito esperado; pero más tarde, otro franciscano italiano, Juan de Montecorvino, no solamente había llegado a China, sino que había permanecido allí largamente, llegando a ser arzobispo y Patriarca del Extremo Oriente desde la cátedra arzobispal de Kambalik, el actual Pekín, capital del imperio mongol y sede del Gran Khan. Odorico llegó allí en 1325 y permaneció tres años.

Juan de Montecorvino y sus franciscanos ya habían realizado miles de conversiones. Odorico no fue menos. En breve tiempo administró miles de bautismos. Pero el viejo arzobispo quiso que el fraile del Friul regresara a Italia para contar al Papa la situación del Oriente y para pedir nuevos misioneros para la extensa diócesis. Odorico se puso en camino, esta vez por tierra. Cubrió esta larga distancia en poco más de dos años y en 1330 estaba de regreso en Venecia. Quiso ir de inmediato a donde el Papa a Aviñón, pero en Pisa se enfermó gravemente. Se hizo llevar al convento de Padua, donde dictó a un hermano de su Orden la relación de su viaje y de las actividades misioneras de los franciscanos en el Extremo Oriente, que otro presentó al Papa de parte del hermano enfermo. Mientras Odorico moría en su convento de Udine el 14 de enero de 1331, a los 66 años de edad, otros 50 misioneros franciscanos partían para Khambalik a proseguir la obra apostólica iniciada y desarrollada heroicamente por estos invictos pioneros del Evangelio.

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Otros Santos y Beatos Completando el santoral de este día, Enero 14  

Otros Santos y Beatos

San Glicerio, diácono y mártir
En Antioquía de Siria (hoy Turquía), san Glicerio, diácono y mártir (s. inc.)

Santos Monjes de Egipto, monjes y mártires
Conmemoración de los santos monjes que en Raití y en el monte Sinaí (hoy Egipto) fueron martirizados por su fe en Cristo (c. s. IV).

San Fermín, obispo
En la región de Gévaudan (hoy Francia), san Fermín, obispo (s. V).

San Eufrasio, obispo
En Arvernia (hoy Clermont-Ferrand), en Aquitania (hoy Francia), san Eufrasio, obispo, del que san Gregorio de Tours alaba la hospitalidad (515/516)

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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