martes, 24 de marzo de 2015

[ † ] Miércoles de San José. 25/03/2015. FIESTA DE PRECEPTO: LA ANUNCIACIÓN. Santa María, Madre de DIOS ¡ruega por nosotros! (faltar a Misa sin causa grave es pecado grave)

JA

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, envió Dios al ángel Gabriel a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una joven desposada con un hombre llamado José, de la descendencia de David; el nombre de la joven era María. El ángel entró donde estaba María y le dijo:
"Dios te salve, llena de gracia, el Señor está contigo".
 
Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué significaba tal saludo. El ángel le dijo:
"No temas, María, pues Dios te ha concedido su favor. Concebirás y darás a luz un hijo, al que pondrás por nombre Jesús. El será grande, será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la descendencia de Jacob por siempre y su reino no tendrá fin".
María dijo al ángel:
"¿Cómo será esto, pues no tengo relaciones con ningún hombre?"
El ángel le contestó:
"El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso, el que va a nacer de ti será santo y se llamará Hijo de Dios. Mira, tu pariente Isabel también ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que todos tenían por estéril; porque para Dios nada hay imposible".
María dijo:
"Aquí está la esclava del Señor, que me suceda como tú dices".
Y el ángel la dejó.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

"El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

 

Misal

 

Anunciación del Señor (25 de mar; si cae domingo se anticipa al sábado).

 

Antífona de Entrada

Cuando Jesús entró en el mundo dijo: Padre mío, he venido para cumplir tu voluntad.

 

Se dice "Gloria".

Oración Colecta

Oremos:
Señor, tú has querido que la Palabra se encarnase en el seno de la Virgen María; concédenos, en tu bondad, que cuantos confesamos a nuestro Redentor, como Dios y hombre verdadero, lleguemos a hacernos semejantes a él en su naturaleza divina.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Yo quiero misericordia y no sacrificios

Lectura del libro del profeta Isaías 7, 10-14

En aquellos días dijo el Señor a Ajaz:
"Pide al Señor tu Dios una señal, en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo".
Respondió Ajaz:
"No la pido, pues no quiero poner a prueba al Señor".
Isaías dijo:
"Escucha, heredero de David, ¿les parece poco cansar a los hombres, que quieren también cansar a mi Dios? Pues el Señor mismo les dará una señal. Miren, la joven está encinta y dará a luz un hijo, a quien le pondrá el nombre de Enmanuel".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Sal 39, 7-8a.8b-9.10.11

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero hiciste que te escuchara; no pides holocaustos ni víctimas. Entonces yo digo: "Aquí estoy".
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Para hacer lo que está escrito en el libro acerca de mí. Amo tu voluntad, Dios mío, llevo tu ley en mi interior.
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

He proclamado tu fidelidad en la gran asamblea; tú sabes, Señor, que no me he callado.
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

No he ocultado tu fidelidad en el fondo de mi corazón, proclamé tu lealtad y tu salvación, no oculté tu amor y tu lealtad en la gran asamblea.
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Segunda Lectura

"Aquí vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad"

Lectura de la carta a los Hebreos 10, 4-10

Hermanos: Es imposible que la sangre de los toros y de los chivos quite los pecados. Por eso, al entrar en este mundo, dice Cristo:
No has querido sacrificio ni ofrenda, pero me has formado un cuerpo; no has aceptado holocausto ni sacrificio por el pecado. Entonces yo dije: Aquí vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad. Así está escrito de mí en un capítulo del libro.
En primer lugar dice: No has querido ni has aceptado los sacrificios, ofrendas, holocaustos ni víctimas por el pecado, que se ofrecen según la ley. Después añade: Aquí vengo para hacer tu voluntad. De este modo anula la primera disposición y establece la segunda. Por haber cumplido la voluntad de Dios, y gracias a la ofrenda que Jesucristo ha hecho de su cuerpo una vez para siempre, nosotros hemos quedado consagrados a Dios.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Honor y gloria a ti, Señor Jesús. 
La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Evangelio

El publicano regresó a su casa justificado, el fariseo no

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, envió Dios al ángel Gabriel a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una joven desposada con un hombre llamado José, de la descendencia de David; el nombre de la joven era María. El ángel entró donde estaba María y le dijo:
"Dios te salve, llena de gracia, el Señor está contigo". 
Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué significaba tal saludo. El ángel le dijo:
"No temas, María, pues Dios te ha concedido su favor. Concebirás y darás a luz un hijo, al que pondrás por nombre Jesús. El será grande, será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la descendencia de Jacob por siempre y su reino no tendrá fin".
María dijo al ángel:
"¿Cómo será esto, pues no tengo relaciones con ningún hombre?"
El ángel le contestó:
"El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso, el que va a nacer de ti será santo y se llamará Hijo de Dios. Mira, tu pariente Isabel también ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que todos tenían por estéril; porque para Dios nada hay imposible".
María dijo:
"Aquí está la esclava del Señor, que me suceda como tú dices".
Y el ángel la dejó.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Se dice "Credo".

Oración de los Fieles

Celebrante:
Al celebrar hoy el inicio de la salvación del linaje humano, oremos, hermanos y hermanas, a Dios Padre todopoderoso:
Respondemos: Escúchanos, Señor).

Para que el Hijo de Dios, que se hizo hombre en el seno de una virgen humilde y obediente, conceda a los fieles imitar a aquélla que complació con su humildad al Señor y a nosotros nos ayudó con su obediencia, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.

Para que el Verbo de Dios, que al hacerse hombre en el seno de María cumplió las antiguas profecías, realice también, con su encarnación, los anhelos y esperanzas de los pueblos que aún ignoran la presencia de Dios en el mundo, roguemos al Señor. 
Escúchanos, Señor.

Para que el que enaltece a los humildes y colma de bienes a los hambrientos dé fuerza a los decaídos, consuele a los tristes y conceda su ayuda a los que sufren, roguemos al Señor. 
Escúchanos, Señor.

Para que el que miró la humillación de María, su sierva, ponga también sus ojos en nuestra debilidad y haga obras grandes en nosotros, roguemos al Señor. Para la Salvación, oremos hermanos. 
Escúchanos, Señor.

Celebrante:
Dios nuestro, que escogiste a santa María Virgen como Madre del Salvador, escucha las oraciones de tu Iglesia; y haz que, siguiendo el ejemplo de santa María y poniendo en ti toda nuestra esperanza, obtengamos en abundancia los bienes que te hemos pedido. 
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, con bondad, los dones de tu Iglesia, que reconoce haber tenido su origen en la encarnación de tu Hijo, y concédele celebrar llena de gozo este memorial de tu amor. 
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

El misterio de la Encarnación

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque la Virgen creyó el anuncio del ángel: que Cristo, por obra del Espíritu Santo, iba a hacerse hombre por salvar a los hombres. Así Dios cumplió sus promesas al pueblo de Israel y colmó de manera insospechada la esperanza de otros pueblos.
Por eso,
los ángeles te cantan con júbilo eterno y nosotros nos unimos a sus voces cantando humildemente tu alabanza:

Antífona de la Comunión

Miren: la Virgen está encinta y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Dios con nosotros.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Confirma, Señor, en nosotros la verdadera fe mediante los sacramentos que hemos recibido; para que cuantos confesamos al Hijo de la Virgen, como Dios y como hombre verdadero, podamos llegar a las alegrías del Reino por el poder de su santa resurrección.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

25 de marzo

ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR*

Solemnidad

— Verdadero Dios y perfecto hombre.

— La culminación del amor divino.

— Consecuencias de la Encarnación en nuestra vida.

I. Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo nacido de mujer1.

Como culmen del amor por nosotros, envió Dios a su Unigénito, que se hizo hombre, para salvarnos y darnos la incomparable dignidad de hijos. Con su venida podemos afirmar que llegó la plenitud de los tiempos. San Pablo dice literalmente que fue hecho de mujer2. Jesús no apareció en la tierra como una visión fulgurante, sino que se hizo realmente hombre, como nosotros, tomando la naturaleza humana en las entrañas purísimas de la Virgen María. La fiesta de hoy es propiamente de Jesús y de su Madre. Por eso, "ante todas las cosas –señala fray Luis de Granada– es razón poner los ojos en la pureza y santidad de esta Señora que Dios ab aeterno escogió para tomar carne de ella.

"Porque así como, cuando determinó criar al primer hombre, le aparejó primero la casa en que le había de aposentar, que fue el Paraíso terrenal, así cuando quiso enviar al mundo el segundo, que fue Cristo, primero le aparejó lugar para lo hospedar: que fue el cuerpo y alma de la Sacratísima Virgen"3. Dios preparó la morada de su Hijo, Santa María, con la mayor dignidad creada, con todos los dones posibles y llena de gracia.

En esta Solemnidad aparece Jesús más unido que nunca a María. Cuando Nuestra Señora dio su consentimiento, "el Verbo divino asumió la naturaleza humana: el alma racional y el cuerpo formado en el seno purísimo de María. La naturaleza divina y la humana se unían en una única Persona: Jesucristo, verdadero Dios y, desde entonces, verdadero Hombre; Unigénito eterno del Padre y, a partir de aquel momento, como Hombre, hijo verdadero de María: por eso Nuestra Señora es Madre del Verbo encarnado, de la segunda Persona de la Santísima Trinidad que ha unido a sí para siempre -sin confusión la naturaleza humana. Podemos decir bien alto a la Virgen Santa, como la mejor alabanza, esas palabras que expresan su más alta dignidad: Madre de Dios"4. ¡Tantas veces le hemos repetido: Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros...! ¡Tantas veces las hemos meditado al considerar el primer misterio gozoso del Santo Rosario!

II. Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros...5.

A lo largo de los siglos, santos y teólogos, para comprender mejor, buscaron las razones que podrían haber movido a Dios a un hecho tan extraordinario. De ninguna manera era preciso que el Hijo de Dios se hiciera hombre, ni siquiera para redimirlo, pues Dios –como afirma Santo Tomás de Aquino– "pudo restaurar la naturaleza humana de múltiples maneras"6. La Encarnación es la manifestación suprema del amor divino por el hombre, y solo la inmensidad de este amor puede explicarla: Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo Unigénito...7, al objeto único de su Amor. Con este abajamiento, Dios ha hecho más fácil el diálogo del hombre con Él. Es más, toda la historia de la salvación es la búsqueda de este encuentro; la fe católica es una revelación de la bondad, de la misericordia, del amor de Dios por nosotros.

Desde el principio, Dios fue enseñando a los hombres su gratuito acercamiento. La Encarnación es la plenitud de esta cercanía. El Emmanuel, el Dios con nosotros, tiene su máxima expresión en el acontecimiento que hoy nos llena de alegría. El Hijo Unigénito de Dios se hace hombre, como nosotros, y así permanece para siempre, encarnado en una naturaleza humana: de ningún modo la asunción de un cuerpo en las purísimas entrañas de María fue algo precario y provisional. El Verbo encarnado, Jesucristo, permanece para siempre Dios perfecto y hombre verdadero. Este es el gran misterio que nos sobrecoge: Dios, en su amor, ha querido tomar en serio al hombre y, aun siendo obra de puro amor, ha querido una respuesta en la que la criatura se comprometa ante Cristo, que es de su misma raza. "Al recordar que el Verbo se hizo carne, es decir, que el Hijo de Dios se hizo hombre, debemos tomar conciencia de lo grande que se hace todo hombre a través de este misterio; es decir, ¡a través de la Encarnación del Hijo de Dios! Cristo, efectivamente, fue concebido en el seno de María y se hizo hombre para revelar el eterno amor del Creador y Padre, así como para manifestar la dignidad de cada uno de nosotros"8.

La Iglesia, al exponer durante siglos la verdadera realidad de la Encarnación, tenía conciencia de que estaba defendiendo no solo la Persona de Cristo, sino a ella misma, al hombre y al mundo. "Él, que es imagen de Dios invisible (Col 1, 15), es también el hombre perfecto, que ha devuelto a la descendencia de Adán la semejanza divina, deformada por el primer pecado. En Él la naturaleza humana asumida, no absorbida, ha sido elevada también en nosotros a dignidad sin igual. El Hijo de Dios, con su encarnación, se ha unido en cierto modo con todo el hombre. Trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, amó con corazón de hombre. Nacido de la Virgen María, se hizo verdaderamente uno de los nuestros, semejante en todo a nosotros excepto en el pecado"9. ¡Qué valor debe tener la criatura humana ante Dios, "si ha merecido tener tan grande Redentor"!10. Demos hoy gracias a lo largo del día por tan inmenso bien a través de Santa María, pues Ella "ha sido el instrumento de la unión de Jesús con toda la humanidad"11.

III. La Encarnación debe tener muchas consecuencias en la vida del cristiano. Es, en realidad, el hecho que decide su presente y su futuro. Sin Cristo, la vida carece de sentido. Solo Él "revela plenamente al hombre el mismo hombre"12. Solo en Cristo conocemos nuestro ser más profundo y aquello que más nos afecta: el sentido del dolor y del trabajo bien acabado, la alegría y la paz verdaderas, que están por encima de los estados de ánimo y de los diversos acontecimientos de la vida, la serenidad, incluso el gozo ante el pensamiento del más allá, pues Jesús, a quien ahora procuramos servir, nos espera... Es Cristo quien "ha devuelto definitivamente al hombre la dignidad y el sentido de su existencia en el mundo, sentido que había perdido en gran medida a causa del pecado"13.

La asunción de todo lo humano noble por el Hijo de Dios (el trabajo, la amistad, la familia, el dolor, la alegría...) nos indica que todas estas realidades han de ser amadas y elevadas. Lo humano se convierte en camino para la unión con Dios. La lucha interior tiene entonces un carácter marcadamente positivo, pues no se trata de aniquilar al hombre para que resplandezca lo divino, ni de huir de las realidades corrientes para llevar una vida santa. No es lo humano lo que choca con lo divino, sino el pecado y las huellas que dejaron en el alma el pecado original y el personal. El empeño por asemejarnos a Cristo lleva consigo la lucha contra todo aquello que nos hace menos humanos o infrahumanos: los egoísmos, las envidias, la sensualidad, la pequeñez de espíritu... El verdadero empeño del cristiano por la santidad lleva consigo el desarrollo de la propia personalidad en todos los sentidos: prestigio profesional, virtudes humanas, virtudes de convivencia, amor a todo lo verdaderamente humano...

De la misma forma que en Cristo lo humano no deja de serlo por su unión con lo divino, por la Encarnación lo terrestre no dejó de serlo, pero desde entonces todo puede ser orientado por el hombre hacia Él. Et ego, si exaltatus fuero a terra, omnia traham ad meipsum14. Y Yo, cuando sea levantado de la tierra, atraeré todo hacia Mí. "Cristo con su Encarnación, con su vida de trabajo en Nazareth, con su predicación y milagros por las tierras de Judea y de Galilea, con su muerte en la Cruz, con su Resurrección, es el centro de la creación, Primogénito y Señor de toda criatura.

"(...) Quiere el Señor a los suyos en todas las encrucijadas de la tierra. A algunos los llama al desierto, a desentenderse de los avatares de la sociedad de los hombres, para hacer que esos mismos hombres recuerden a los demás, con su testimonio, que existe Dios. A otros, les encomienda el ministerio sacerdotal. A la gran mayoría, los quiere en medio del mundo, en las ocupaciones terrenas. Por lo tanto, deben estos cristianos llevar a Cristo a todos los ámbitos donde se desarrollan las tareas humanas: a la fábrica, al laboratorio, al trabajo de la tierra, al taller del artesano, a las calles de las grandes ciudades y a los senderos de montaña"15. Ese es nuestro cometido.

Terminamos nuestra oración acudiendo a la Madre de Jesús, nuestra Madre. "¡Oh María!, hoy tu tierra nos ha germinado al Salvador... ¡Oh María! Bendita seas entre todas las mujeres por todos los siglos... Hoy la Deidad se ha unido y amasado con nuestra humanidad tan fuertemente que jamás se pudo separar ya esta unión ni por la muerte ni por nuestra ingratitud"16. ¡Bendita seas!

1 Liturgia de las Horas, Antífona 1 del Oficio de lectura. Cfr. Gal 4, 4-5. — 2 Cfr. Sagrada Biblia, Vol. VI, Epístolas de San Pablo a los Romanos y a los Gálatas, EUNSA, Pamplona 1984, nota a Gal 4, 4. — 3 Fray Luis de Granada, Vida de Jesucristo, 1. — 4 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 274. — 5 Jn 1, 14. — 6 Santo Tomás, Suma Teológica, 3, q. 1, a. 2. — 7 Jn 3, 16. — 8 Juan Pablo II, Ángelus en el Santuario de Jasna Gora, 5-VI-1979. — 9 Conc. Vat. II, Const. Gaudium et spes, 22. — 10 Misal Romano, Himno Exsultet de la Vigilia pascual. — 11 Juan Pablo II, Audiencia general 28-I-1987. — 12 ídem, Enc. Redemptor hominis, 4-III-1979, 11. — 13 Ibídem. — 14 Jn 12, 32. — 15 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 105. — 16 Santa Catalina de Siena, Elevaciones, 15.

* La Iglesia celebra hoy el misterio de la Encarnación del Verbo de Dios y, al mismo tiempo, la vocación de Nuestra Señora, que conoce a través del Ángel la voluntad de Dios sobre Ella. Con su correspondencia -su fiat comienza la Redención.

Esta Solemnidad, tanto en los calendarios más antiguos como en el actual, es una fiesta del Señor. Sin embargo, los textos hacen referencia especialmente a la Virgen, y durante muchos siglos fue considerada como una fiesta mariana. La Tradición de la Iglesia reconoce un estrecho paralelismo entre Eva, madre de todos los vivientes, por quien con su desobediencia entró el pecado en el mundo, y María -nueva Eva-, Madre de la humanidad redimida, por la que vino la Vida del mundo: Jesucristo nuestro Señor.

La fijación en el día de hoy, 25 de marzo, está relacionada con la Navidad; además, según una antigua tradición, en el equinoccio de primavera debían coincidir la creación del mundo, el inicio y el fin de la Redención: la Encarnación y la Muerte y Resurrección de Cristo.

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25 de marzo

LA VOCACIÓN DE SANTA MARÍA

— El ejemplo de Nuestra Señora.

— Corresponder a la propia vocación.

— El que nos pide el Señor.

I. Al entrar al mundo dijo el Señor: Vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad1.

La Anunciación y Encarnación del Hijo de Dios es el hecho más maravilloso y extraordinario, el misterio más entrañable de las relaciones de Dios con los hombres y el más trascendental de la historia de la humanidad: ¡Dios se hace hombre y para siempre! Y sin embargo este acontecimiento tuvo lugar en un pueblo pequeño de un país prácticamente desconocido en su tiempo. En Nazareth, "el que es Dios verdadero nace como hombre verdadero, sin que falte nada a la integridad de su naturaleza humana, conservando la totalidad de la esencia que le es propia y asumiendo la totalidad de nuestra esencia humana... para restaurarla"2.

San Lucas nos narra con suma sencillez este supremo acontecimiento: En el sexto mes fue enviado un ángel a una ciudad de Galilea, llamada Nazareth, a una virgen desposada con un varón de nombre José, de la casa de David, y el nombre de la virgen era María3. La piedad popular ha representado desde antiguo a Santa María recogida en oración cuando recibe la embajada del ángel: Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo. Nuestra Madre quedó turbada ante estas palabras, pero con una turbación que no la deja paralizada. Ella conocía bien la Escritura por la instrucción que todo judío recibía desde los primeros años y, sobre todo, por la claridad y penetración que le daban su fe incomparable, su profundo amor y los dones del Espíritu Santo. Por eso entendió el mensaje de aquel enviado de Dios. Su alma está completamente abierta a lo que Dios le va a pedir. El ángel se apresura a tranquilizarla y le descubre el designio del Señor sobre ella, su vocación: has hallado gracia delante de Dios –le dice–: concebirás en tu seno y darás a luz a un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande y será llamado Hijo del Altísimo; el Señor le dará el trono de David, su padre, reinará eternamente sobre la casa de Jacob, y su Reino no tendrá fin.

"El mensajero saluda, en efecto, a María como llena de gracia: la llama así como si este fuera su verdadero nombre. No llama a su interlocutora con el nombre que le es propio en el registro civil, Miryam (María), sino con este nombre nuevo: llena de gracia. ¿Qué significa este nombre? ¿Por qué el arcángel llama así a la Virgen de Nazareth?

"En el lenguaje de la Biblia, gracia significa un don especial que, según el Nuevo Testamento, tiene la propia fuente en la vida trinitaria de Dios mismo, de Dios que es amor (cfr. 1 Jn 4, 8)"4. María es llamada llena de gracia porque este nombre designa su verdadero ser. Cuando Dios cambia un nombre a alguien o le da un sobrenombre, le destina a algo nuevo o le descubre su verdadera misión en la historia de la salvación. María es llamada llena de gracia, agraciadísima, en razón de su Maternidad divina.

El anuncio del ángel descubre a María su propio quehacer en el mundo, la clave de toda su existencia. La Anunciación fue para Ella una iluminación perfectísima que alcanzó su vida entera y la hizo plenamente consciente de su papel excepcional en la historia de la humanidad. "María es introducida definitivamente en el misterio de Cristo a través de este acontecimiento"5.

Cada día –en el Ángelus–, muchos cristianos en todo el mundo recordamos a Nuestra Madre este momento inefable para Ella y para toda la humanidad; también cuando contemplamos el primer misterio de gozo del Santo Rosario. Procuremos meternos en esa escena y contemplar a Santa María que abraza con amorosa piedad la santa voluntad de Dios. "Cómo enamora la escena de la Anunciación. –María –¡cuántas veces lo hemos meditado! está recogida en oración..., pone sus cinco sentidos y todas sus potencias al habla con Dios. En la oración conoce la Voluntad divina; y con la oración la hace vida de su vida: ¡no olvides el ejemplo de la Virgen!"6.

II. Aquí estoy para hacer tu voluntad7.

La Trinidad Santísima había trazado un plan para Nuestra Señora, un destino único y absolutamente excepcional: ser Madre del Dios encarnado. Pero Dios pide a María su libre aceptación. No dudó Ella de las palabras del ángel, como había hecho Zacarías; manifiesta, sin embargo, la incompatibilidad entre su decisión de vivir siempre la virginidad, que el mismo Dios había puesto en su corazón, y la concepción de un hijo. Es entonces cuando el ángel le anuncia en términos claros y sublimes que iba a ser madre sin perder su virginidad: El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que nacerá será llamado Santo, Hijo de Dios.

María escucha y pondera en su corazón estas palabras. Ninguna resistencia en su inteligencia y su corazón: todo está abierto a la voluntad divina, sin restricción ni limitación alguna. Este abandono en Dios es lo que hace al alma de María ser buena tierra capaz de recibir la semilla divina8. Ecce ancilla Domini... he aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra. Nuestra Señora acepta con inmensa alegría no tener otra voluntad y otro querer que el de su Amo y Señor, que desde aquel momento es también Hijo suyo, hecho hombre en sus purísimas entrañas. Se entrega sin limitación alguna, sin poner condiciones, con júbilo y libremente. "Así María, hija de Adán, al aceptar el mensaje divino, se convirtió en Madre de Jesús y, al abrazar de todo corazón y sin entorpecimiento de pecado alguno la voluntad de Dios, se consagró totalmente como esclava del Señor a la Persona y a la obra de su Hijo, sirviendo con diligencia al misterio de la redención con Él y bajo Él, con la gracia de Dios omnipotente. Con razón, pues, piensan los Santos Padres que María no fue un instrumento puramente pasivo en las manos de Dios, sino que cooperó a la salvación de los hombres con fe y obediencia libres"9.

La vocación de Santa María es el ejemplo perfecto de toda vocación. Entendemos la vida nuestra y los acontecimientos que la rodean a la luz de la propia llamada. Es en el empeño por llevar a cabo ese designio divino donde encontramos el camino del Cielo y la propia plenitud humana y sobrenatural.

La vocación no es tanto la elección que nosotros hacemos, como aquella que Dios ha hecho de nosotros a través de mil circunstancias que es necesario saber interpretar con fe y con un corazón limpio y recto. No me habéis elegido vosotros a Mí, sino que Yo os elegí a vosotros10. "Toda vocación, toda existencia, es por sí misma una gracia que encierra en sí otras muchas. Una gracia, esto es, un don, algo que se nos da, que se nos regala sin derecho alguno de nuestra parte, sin mérito propio que lo motive o -menos aún justifique. No es preciso que la vocación, el llamamiento a cumplir el designio de Dios, la misión asignada, sea grande o brillante: basta que Dios haya querido utilizarnos, servirse de nosotros, basta el hecho de que confíe en nuestra colaboración. Es esto ya, en sí mismo, tan inaudito, tan grandioso, que toda una vida dedicada al agradecimiento no bastaría para corresponder"11.

Hoy le será muy grato a Dios que le demos gracias por las incontables luces que han ido señalando el itinerario de nuestra llamada, y que lo hagamos a través de su Madre Santísima que tan fidelísimamente correspondió a lo que el Señor quiso de Ella.

III. Ne timeas...

"No temas. Aquí radica el elemento constitutivo de la vocación. El hombre, de hecho, teme. Teme no solamente ser llamado al sacerdocio, sino también ser llamado a la vida, a sus obligaciones, a una profesión, al matrimonio. Este temor muestra un sentido de responsabilidad inmadura. Hay que superar el temor para acceder a una responsabilidad madura: hay que aceptar la llamada, escucharla, asumirla, ponderarla según nuestras luces, y responder: sí, sí. No temas, no temas, pues has hallado la gracia, no temas a la vida, no temas tu maternidad, no temas tu matrimonio, no temas tu sacerdocio, pues has hallado la gracia. Esta certidumbre, esta conciencia nos ayuda de igual forma que ayudó a María. En efecto, "la tierra y el paraíso esperan tu , oh Virgen Purísima". Son palabras de San Bernardo, famosas y hermosísimas palabras. Espera tu , María. Espera tu , madre que vas a tener un hijo; espera tu , hombre que debes asumir una responsabilidad personal, familiar y social...

"Esta es la respuesta de María, la respuesta de una madre, la respuesta de un joven: un para toda la vida"12, que nos compromete gozosamente.

La respuesta de María –fiat– es aún más definitiva que un simple . Es la entrega total de la voluntad a lo que el Señor quería de Ella en aquel momento y a lo largo de toda su vida. Este fiat tendrá su culminación en el Calvario cuando, junto a la Cruz, se ofrezca juntamente con su Hijo.

El que nos pide el Señor, a cada uno en su propio camino, se prolonga a lo largo de toda la vida, en acontecimientos pequeños unas veces, mayores otras, en las sucesivas llamadas, de las cuales unas son preparación para las siguientes. El a Jesús nos lleva a no pensar demasiado en nosotros mismos y a estar atentos, con el corazón vigilante, hacia donde viene la voz del Señor que nos señala el camino que Él traza a los suyos. En esta correspondencia amorosa se van entrelazando, en perfecta armonía, la propia libertad y la voluntad divina,

Pidamos hoy a Nuestra Señora el deseo sincero y grande de conocer con más hondura la propia vocación, y luz para corresponder a las sucesivas llamadas que el Señor nos hace. Pidámosle que sepamos darle una respuesta pronta y firme en cada circunstancia, pues solo la vocación es lo que llena una vida y le da sentido.

1 Heb 10, 5-7. — 2 Liturgia de las Horas, Segunda lectura. San León Magno, Carta 28, a Flaviano, 3 — 3 Lc 1, 26-37. — 4 Juan Pablo II, Enc. Redemptoris Mater, 25-III-1987, 8. — 5 Juan Pablo II, loc. cit. — 6 San Josemaría Escrivá, Surco, n. 481. — 7 Salmo responsorial. Sal 39, 7. — 8 Cfr. M. D. Philippe, Misterio de María, Rialp, Madrid 1986, p. 108. — 9 Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 56. — 10 Jn 15, 16. — 11 F. Suárez, La Virgen Nuestra Señora, Rialp, 17ª ed., Madrid 1984, pp. 35-36. — 12 Juan Pablo II, Alocución 25-III-1982.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Margarita Clitherow, Santa Mártir, Marzo 25  

Margarita Clitherow, Samta

Mártir

Martirologio Romano: En York, en Inglaterra, santa Margarita Clitherow, mártir, la cual, con la anuencia de su marido, abrazó la fe católica, en la que educó también a sus hijos, y se preocupó de ocultar en su casa a sacerdotes que eran perseguidos, por cuyo motivo fue detenida varias veces durante el reinado de Isabel I, y finalmente, rehusando que su causa fuese llevada ante el tribunal para que los ánimos de los consejeros del juez no cargasen con la responsabilidad de su sentencia a muerte, la condenaron, por su fe en Cristo, a ser asfixiada hasta la muerte bajo un gran peso (1586).

Etimológicamente: Margarita = Aquella de belleza poco común, es de origen latino.

 

Tenemos la fortuna de poseer amplia información acerca de Margarita Clitherow, gracias a la biografía escrita por su confesor, padre John Mush, completada en sus detalles con otros documentos contemporáneos. En York todavía podemos ver la casa del ayuntamiento donde fue juzgada, el castillo en que estuvo encarcelada, la casa vecina al matadero, que se cree haber sido su hogar durante su vida matrimonial y la habitación con la buhardilla en la posada del Cisne Negro, que la tradición señala como el lugar que ella alquiló para que se celebrara la misa, cuando se consideró insegura su propia capilla.

Margarita fue hija de un rico vendedor de cera, llamado Tomás Middleton, que era hacendado de la ciudad de York y que tuvo el cargo de comisario, del año 1564 a 1565. Este murió poco después y su esposa, luego de cinco meses, contrajo nupcias con un hombre de inferior condición, de nombre May, que estableció su residencia con la familia en la casa Middleton y Davygate.

Allí fue donde Margarita se casó, en 1571, con Juan Clitherow, ganadero y carnicero que, como el padre de Margarita, era un hombre acomodado y había tenido cargos públicos. Había sido encargado de puente y camarlengo con lo que llegó a merecer el derecho de usar el título de Sir antes de su nombre.

Margarita fue educada en el protestantismo, pero dos o tres años después de su matrimonio abrazó la fe católica, después de haberla estudiado, como su biógrafo nos dice: "al no encontrar fundamento, verdad, ni consuelo cristiano en los ministros del Nuevo Evangelio, ni en su propia doctrina y, al enterarse de que muchos sacerdotes y laicos sufrían al defender la antigua fe católica".

Su esposo, bondadoso y de buen carácter, parece no haberse opuesto entonces ni en ningún momento a los deseos de su mujer. El no tenía madera de héroe y continuaba conforme a la religión del Estado, pero tenía un hermano sacerdote, y un cierto Tomás Clitherow que estuvo preso en el castillo de York a causa de su religión, en 1600, fue probablemente otro de sus hermanos.

El señor Clitherow acostumbraba decir que encontraba dos defectos en su mujer: que ayunaba demasiado y que nunca lo acompañaba a la iglesia. Muy al principio, parecía que Margarita podía practicar su fe sin mucha dificultad y podía buscar a los apóstatas y hacer que se convirtieran, pero las leyes se hicieron más duras y fueron cumplidas más estrictamente.

Varios cautelosos amigos le advirtieron que fuera más circunspecta. Se le impusieron multas al señor Clitherow por las continuas faltas de asistencia de su mujer a la iglesia y a ella misma se le encarceló varias veces en el castillo, una de ellas por dos largos años. Las condiciones de vida allí, como sabemos por datos contemporáneos, eran muy malas; las celdas eran obscuras, húmedas, llenas de parásitos, y muchos de los cautivos morían durante su reclusión; aún así, Margarita consideraba esos períodos de encarcelamiento como retiros espirituales, orando y ayunando cuatro días a la semana, práctica que continuó después de obtener su libertad. No está clara la fecha en que ella empezó a abrir su casa a sacerdotes fugitivos, pero se sabe que continuó haciéndolo así hasta el fin, a pesar de la promulgación de la ley que castigaba con la muerte el dar albergue a los sacerdotes.

Los padres Thompson, Hart Thirkill, Ingleby y muchos otros habían estado ocultos en la cámara secreta para sacerdotes, cuya entrada "era molesta para aquél que no estuviera familiarizado con la gran estrechez de la puerta, que era sin embargo amplia para un joven".

Más aún, a fin de que no se privara a nadie de la misa, cuando se podía celebrar, el padre Mush nos dice: "Ella había preparado dos cuartos, uno junto a su propia casa, adonde ella pudiera tener acceso en cualquier momento, sin ser vista o notada por sus vecinos. El otro, un poco distante de su casa, mantenido en secreto para todos, excepto para aquellos que ella sabía eran fieles y discretos. Ella preparaba este lugar para tiempos más calamitosos a fin de que Dios pudiera ser servido allí, cuando su propia casa no se considerara tan segura, aunque ella no pudiera acudir a ese lugar diariamente, como lo deseaba. También proporcionaba y se encargaba del cuidado de todo el material que se requería para el servicio del altar, tanto ornamentos como vasos sagrados.

Poseyendo una agradable figura, dotada de agudo ingenio y alegría, Margarita tenía una encantadora personalidad. "Todos la amaban", leemos, "y acudían a ella en demanda de auxilio, consuelo y consejo en sus penas. Su servidumbre le tenía un amor tan reverente que, a pesar de que su ama los corregía con razonable dureza por sus faltas y negligencias y que sabían cuándo los sacerdotes frecuentaban la casa, tenían tanto cuidado de conservar los secretos de su ama, como si fueran sus verdaderos hijos".

En muchos casos, gentes que sostenían otras creencias eran las primeras en escudarla y advertirla de algún peligro que la amenazaba. Más aún, como una verdadera mujer de Yorkshire, era una magnífica ama de casa y hábil para los negocios. "Al comprar y vender mercancía", se nos dice, "tenía mucho cuidado de saber su verdadero precio para satisfacer a su esposo que lo dejaba todo a su confianza y discreción".

No nos sorprende encontrar que a menudo urgía a su esposo a desentenderse de la tienda y todas sus preocupaciones y dedicar sus energías a ventas al mayoreo. Empezaba cada día con una hora y media dedicada a la oración y meditación. Si había algún sacerdote disponible, se celebraba la misa y para escucharla se arrodillaba atrás de sus hijos y sirvientes en el lugar más bajo, a un lado de la puerta, tal vez para poder dar la señal de alarma en caso de ser sorprendidos.

Dos veces por semana, los miércoles y domingos, trataba de confesarse. Aunque no era una mujer muy culta, había aprendido mucho de los sacerdotes que frecuentaban la casa y conocía tres libros perfectamente: la Biblia, la Imitación de Cristo, de Tomás de Kempis y el Ejercicio de Perrín. En alguna ocasión -quizás en la cárcel-, había aprendido de memoria el pequeño oficio de Nuestra Señora en latín, en previsión de que Dios la llamase alguna vez a la vida religiosa.

El recuerdo de los sacerdotes martirizados a quienes ella había conocido y que habían sufrido en Knavesmire, estaba constantemente en ella y, cuando su esposo salía de viaje, ella algunas veces iba descalza en peregrinación con otras mujeres al lugar de la ejecución, fuera de las murallas de la ciudad. A todas horas, era esto una acción peligrosa debido a los espías, pero particularmente durante el día, y por lo tanto, iban generalmente de noche y Margarita permanecía meditando y orando bajo la horca "todo el tiempo que su acompañamiento se lo permitía".

Estas visitas pronto terminaron, ya que Margarita, durante el último año y medio antes de su aprehensión final tuvo que permanecer recluida en su propia casa, "como en libertad encadenada", por el delito de haber enviado a su hijo mayor a una escuela allende los mares.

El 10 de marzo de 1586, el señor Clitherow fue citado a comparecer ante el tribunal de York, establecido por el Gran Consejo del Norte y, en ausencia del amo, su casa fue cateada. No se encontró nada sospechoso, hasta que los esbirros llegaron a un cuarto alejado, donde los niños y otros más estaban siendo instruidos por un maestro de escuela llamado Stapleton, a quien ellos tomaron por sacerdote.

En la confusión que se siguió, el maestro pudo eludirlos y escapar por el cuarto secreto, pero los niños fueron interrogados y amenazados. Un niño extranjero, de once años, que vivía con la familia, se aterrorizó tanto, que descubrió la entrada del cuarto de los sacerdotes. Nadie lo ocupaba, pero en una alacena se encontraron vasos y libros que obviamente eran usados para la celebración de la misa. Estos fueron confiscados y Margarita fue aprehendida y llevada, primero ante el Consejo y después a prisión en el castillo.

Una vez tranquilizada sobre la seguridad de su familia, su valor nunca la abandonó y cuando dos días más tarde se le reunió la señora Ana Tesk, a quien el mismo niño había delatado por frecuentar los sacramentos, las dos amigas bromearon y rieron juntas hasta que Margarita exclamó: "Hermana, estamos tan contentas juntas que temo, a no ser que se nos separe, perder el mérito de estar encarceladas."

Poco antes de que se les citara a comparecer ante el juez, dijo: "Antes de partir, haré felices a todos mis hermanos y hermanas del otro lado de la sala"; y, mirando hacia ellos a través de una ventana -eran 35 y la podían fácil mente ver desde allí- hizo un par de horcas con sus dedos y agradablemente se rió de ellas.

Después de leído el cargo, en que se le acusaba de albergar y sostener a los sacerdotes y de oír la misa, el juez le preguntó si se consideraba culpable o inocente. Ella replicó: "No conozco ninguna ofensa por la que me deba declarar culpable", y cuando se le preguntó cómo quería ser juzgada, ella sólo dijo: "No habiendo cometido ningún delito, no necesito ser juzgada".

Nunca se apartó de esta posición, aunque se le instruyó varias veces y se le urgió a que se declarara culpable y escogiera ser juzgada por un jurado. Ella sabía que esto significaba la muerte de todas maneras, pero si aceptaba ser juzgada, sus hijos, sirvientes y amigos serian llamados a atestiguar y, o mentirían para salvarla, cometiendo perjurio o tendrían que dar testimonio de lo que sabían y así sufrir el escándalo y la pena de haber causado su muerte.

Se hicieron muchos intentos para persuadirla a que apostatara o, por lo menos, a que se sujetara al juicio y un puritano, que había discutido con ella en la prisión, tuvo el valor de ponerse en pie en la corte y declarar que la condenación, basada en la acusación de un niño, era contraria a la ley de Dios y de los hombres. El juez Clinch, que habría querido salvarla, fue dominado por los otros miembros del Consejo y, finalmente, pronunció la terrible sentencia que la ley inglesa decretaba para todo el que se negaba a declararse culpable, a saber, que debería ser prensado hasta morir. Ella oyó la sentencia con la mayor serenidad y dijo: "Gracias sean dadas a Dios; todo lo que El me envíe es bien recibido. No soy digna de tener una muerte tan buena como ésta".

Después de esto, fue puesta en prisión en casa de Juan Trew, en Ouse bridge. Ni siquiera entonces se le dejó en paz, sino que fue visitada por diversas gentes que trataban en vano de conmover su constancia, incluyendo a su padrastro, Enrique May, que había sido elegido alcalde de York. Nunca le permitieron ver a sus hijos y solamente una vez pudo entrevistarse con su marido y eso en presencia del carcelero.

Margarita iba a ser ejecutada el 25 de marzo, viernes de la Semana de Pasión y la noche anterior, ella cosió su propia mortaja. Después pasó la mayor parte del tiempo de rodillas. A las ocho de la mañana, el comisario llegó a conducirla al calabozo, a pocos metros de la prisión y "todos se maravillaron de verla gozosa y de alegre semblante".

Llegados al lugar de la ejecución, se arrodilló para rezar y, algunos de los anglicanos ahí presentes le pidieron que rezara con ellos; pero Margarita rehusó, como el beato Guillermo Hart lo había hecho casi exactamente tres años antes. "Yo no rezaré con vosotros, ni vosotros rezaréis conmigo", dijo, "ni yo diré Amén a vuestras oraciones, ni vosotros a las mías". Ella rezó en voz alta por el Papa, los cardenales, el clero, los príncipes cristianos, y especialmente por la reina Isabel para que Dios la convirtiera a la fe y salvara su alma.

Entonces fue obligada a desnudarse y tenderse boca bajo en el suelo. Se le puso una piedra lisa sobre sus espaldas y sus manos fueron atadas a postes a los lados. Se colocó otra losa encima de ella y se pusieron pesas sobre esta piedra, hasta llegar a la cantidad de 700 u 800 kilos. Sus últimas palabras, al recibir el peso sobre su cuerpo, fueron: "¡Jesús, Jesús, ten misericordia de mí!"

Tardó alrededor de un cuarto de hora en morir, pero su cuerpo fue dejado seis horas en la prensa. Tenía aproximadamente treinta años. A su esposo le había enviado su sombrero "en señal de amorosa devoción, como cabeza de su familia" y a Inés, su hija de doce años, sus zapatos y medias para significar que debería seguir sus pasos.

La niñita se hizo monja en Lovaina, mientras que dos de los hijos de la mártir fueron después sacerdotes. Una de las manos de Margarita Clitherow se conserva en un relicario en el Convento Bar, en York.

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Vatican.va
Emiliano (Omeljan) Kovc, Beato Sacerdote y Mártir, Marzo 25  

Emiliano (Omeljan) Kovc, Beato

Sacerdote de la archieparquía de Lvov de los ucranios

Martirologio Romano: En la ciudad de Majdanek, cerca de Lublín, en Polonia, beato Emiliano Kovc, presbítero y mártir, que en tiempo de guerra fue deportado a un campo de concentración, donde, por el combate de la fe, alcanzó la vida eterna (1944).

Etimológicamente: Emiliano = Aquel que es gentil y amable, es de origen latino.

 

Cuando el Papa Juan Pablo II hizo su viaje pastoral a Ucrania, entre los muchos actos que llevó a cabo en tan poco tiempo, uno de los más importantes fue, sin duda, la beatificación de varios ucranianos y ucranianas.

En el discurso, con motivo de tal evento, el Papa –al dirigirse a los jóvenes–, les dijo: "Queridos jóvenes. Vuestro pueblo está viviendo un paso difícil y complejo desde el paso del régimen totalitario –que lo ha oprimido durante tantos años– a una sociedad libre y democrática. La libertad requiere conciencias fuertes, responsables y maduras. La libertad cuesta más que la esclavitud.. No paséis del régimen comunista al del consumo. Es otra forma de materialismo que, sin rechazar a Dios, en la realidad lo niega".

Nació el 20 de agosto de 1884 en Kosmach (región de Stanislaviv, actualmente Ivano-Frankivsk).

Fue ordenado sacerdote en 1911 e incardinado en la diócesis de Stanislaviv. En 1922 pasó a la archieparquía de Lvov, y ejerció su ministerio pastoral en Przemyslijany, en la región occidental de Ucrania.

Los comunistas lo encarcelaron en 1941, pero fue liberado por las tropas alemanas.

En 1942 los alemanes encerraron a los judíos en la zona del gueto. Acusado de ayudar a los judíos a evitar la deportación, fue arrestado el 30 de diciembre de 1942 y trasladado al campo de concentración de Majdanek, en la cercanías de Lublin (Polonia).

Murió allí el 25 de marzo de 1944, a los 60 años.

Juan Pablo II lo ha llevado al honor de los altares juntamente con otros 26 mártires.
Fue el 27 de junio del 2001.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Lucia Filippini, Santa Fundadora, Marzo 25  

Lucia Filippini, Santa

Fundadora del Instituto
de Maestras Pías

Martirologio Romano: En el Montefiascone, en la Toscana, santa Lucía Filippini, fundadora del Instituto de Maestras Pías, para promover la enseñanza cristiana de jóvenes y mujeres, especialmente las carentes de recursos (1732).

Etimológicamente: Lucía = Aquella que lleva la luz, es de origen latino.

 

El Instituto de "Maestre Pie" no es tan conocido fuera de Italia como merece serlo. Pero en una época en la que todavía no se pensaba en la educación obligatoria, obró maravillas tanto en el mejoramiento religioso como en el social de las mujeres de su país.

Aunque Santa Lucía no fue la verdadera fundadora de esta notable organización, fue quizás la más celosa, la de mayor influencia y la más santa entre todas sus primeras propulsoras.

Nacida un 13 de Enero de 1672, en Tarquinia, en Toscana, distante aproximadamente nueve kilómetros de Roma, quedó huérfana a temprana edad. Siendo aún joven, la seriedad de sus intenciones, su gran piedad y sus notables cualidades llegaron a oídos del obispo de la diócesis, cardenal Marcantonio Barbarigo, quien la persuadió a ir a Montefiascone para trabajar en un instituto educacional para el entrenamiento de maestros, que él había fundado y puesto bajo la dirección de religiosas.

Lucía se dedicó en cuerpo y alma al trabajo, donde tuvo contacto con la Beata Venerini, a quien por ser la más eficaz y dedicada organizadora de un instituto similar en Viterbo, el cardenal había llamado a Montefiascone para que con tribuyera con su experiencia al bien de su fundación.

Ningún alumno pudo haber mostrado más aptitudes que Santa Lucía. Su modestia, su caridad y su profunda convicción del valor de las cosas espirituales, aunados a su decisión y su práctico sentido común, se ganaron todos los corazones.

La obra prosperó asombrosamente. Nuevas escuelas para niños y centros educacionales se multiplicaron en todas direcciones y, en 1707, por deseo expreso del Papa Clemente XI, ella fue a Roma a fundar allí la primera escuela de "Maestre Pie" en la calle de Chiavi d´Oro.

Lucía pudo permanecer en la ciudad tan sólo un poco más de seis meses, ya que sus obligaciones la llamaban a otras partes, pero los niños acudían en multitudes que excedían, con mucho, el cupo destinado para ellos; a Lucía antes de partir, se le llegó a conocer en casi todo el distrito, como la Maestra Santa.

Como Rosa Venerini, tenía el don de la palabra fácil y convincente. Sin embargo, su fortaleza no igualaba el esfuerzo con que se dedicaba al trabajo. Enfermó gravemente en 1726 y, a pesar de la atención médica que se le dio en Roma, nunca pudo recuperar del todo su salud.

Murió con la más santa de las muertes, el 25 de marzo de 1732, día que ella misma había predicho.

Santa Lucía Filippini fue canonizada en 1930, siendo Papa Pío XI.

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Agapito de Sínada, San Obispo de Sínada, Marzo 25  

Agapito de Sínada, San

Obispo de Sínada

Esta santo que recordamos hoy, murió en el siglo III. Nació en Roma en el seno de la familia Anicia.

Su fe era tan firme que no dudó lo más mínimo en dedicarse a evangelizar. Se alimentaba de una continua oración y de la presencia de Dios en cuanto pensaba y hacía.

Fue obispo de Sínada, en Frigia (hoy Çifitkasaba, en Turquía). Una de las armas de su apostolado fue la correspondencia. Quedan muchas cartas de en las que se relatan sus dones taumatúrgicos y el sentido de su apostolado epistolar.

Una de estas cartas, dirigidas a su amigo san Teófilo, obispo de Alejandría, dice:"Si me dices, muéstrame a tu Dios", te diré yo a mi vez: "Muéstrame primero a tu hombre y te diré quién es mi Dios".

Cuando fue elegido obispo ,tuvo que afrontar un problema serio: Belisario, general de Justiniano, había entrado en Italia para luchar contra los Godos. Su intención era someter la península bajo la jurisdicción de Constantinopla.

El rey godo le pidió al Papa que intercediera para que no llevase a cabo su propósito.

Agapito fue a Oriente pero no logró nada en su misión. No obstante tuvo el valor de excomulgar al patriarca Antimo, y en su lugar consagró obispo a Menas con la aprobación del propio Justiniano.
De vuelta a Roma murió de repente.

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Fuente: Vatican.va
Josafata (Michaelina) Hordashevska, Beata Co-Fundadora, Marzo 25  

Josafata (Michaelina) Hordashevska, Beata

Cofundadora de la congregación de las Esclavas de María Inmaculada

Martirologio Romano: En el lugar de Chervonohrad, junto a Lwiw, en Ucrania, beata Josafata (Miguelina) Hordáshevska, virgen, que fundó el Instituto de Hermanas Esclavas de María Inmaculada, dedicándose a hacer el bien donde fuese mayor la necesidad (1919).


(1869-1919)


Nació el 20 de diciembre de 1869 en Lvov (Ucrania), en el seno de una familia numerosa, honrada y laboriosa, de rito bizantino.

Tuvo que renunciar a los estudios para dedicarse al trabajo, a fin de ayudar económicamente a los suyos.

Sensible e interesada en la vida espiritual, encontró un óptimo guía en el misionero basiliano padre Jeremías Lomnitskyj, que apoyó su deseo de consagrarse al Señor.

A los 20 años emitió el voto de castidad. En 1892 abandonó el proyecto de entrar en el monasterio de clausura de las monjas basilianas, y juntamente con el padre Jeremías fundó el instituto de las religiosas Esclavas de María Inmaculada, al servicio del pueblo.

El 24 de agosto de 1892 vistió el hábito religioso, tomando el nombre del gran obispo y mártir ucraniano san Josafat Kuntsevych. Así nació la congregación de Esclavas de María Inmaculada, la primera de vida activa para la asistencia a los hijos de campesinos, a los enfermos y a los pobres de las comarcas, así como para la instrucción de los analfabetos y los marginados.

Falleció el 25 de marzo de 1919.

Fue beatificada en Ucrania por Su Santidad Juan Pablo II el 27 de Junio de 2001

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Everardo (Everado) de Nellenburg, Beato Monje Benedictino, Marzo 25  

Everardo (Everado) de Nellenburg, Beato

Monje Benedictino

Martirologio Romano: En Schaffhausen, en Suabia, beato Everado, que, siendo conde de Nellenburg, abrazó la vida monástica en el cenobio de Todos los Santos (Allerheiligen), construido con su esfuerzo (1078).

Etimológicamente: Everardo = Fuerte como un jabalí, es de origen anglosajón.

 

Llevado por los impulsos hacia la santidad, pensó que su camino estaba centrado en la vida benedictina.

Ya hacia el 1050 fundó el monasterio de Allerheigen (Todos los Santos) en Schaffhausen.

Tuvo la inmensa suerte de que fuera a consagrarlo el propio Papa León IX el 22 de noviembre de 1049.

Y juntamente con el monasterio consagró también otras tres iglesias pocos años después.

Era todo un torrente de alegría y de satisfacción construyendo la paz entre la gente, haciendo el bien y evitando que el mal se extendiera.

Murió en el año 1080, en la fiesta de la Anunciación, pero su memoria tiene lugar en este día.

Su sepulcro, que está en la iglesia del monasterio era muy visitado, prácticamente como un lugar de peregrinaciones.

Pero en la época de la Reforma protestante –como ellos no quieren cultos a santos– decayó mucho.

El sarcófago se conserva todavía con la figura de Everardo al natural.

Igualmente, la esposa de Everardo, la condesa Ita, era muy venerada. Entre otras cosas, fue ella la fundadora del monasterio femenino de santa Inés.

Fue muy venerada en aquellos tiempos.

No hay mayor gozo que hacer desaparecer de nuestro lado el mal, e implantar – con la gracia y ayuda de Dios – el mundo del bien.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Tomás de Costacciaro, Beato Eremita Camaldulense, Marzo 25  

Tomás de Costacciaro, Beato

Eremita

Martirologio Romano: Junto a Costacciaro, en la Umbría, beato Tomás, ermitaño, que pasó sesenta y cinco años en vida eremítica y la enseñó a otros a vivirla (1337).

Etimológicamente: Tomás = mellizo, es de origen arameo.

 

El Beato Tomás nació en el pequeño pueblo de Costacciaro, distante alrededor de once kilómetros de Gubbio, en Umbría.

Todavía niño, su corazón se inclinaba por las prácticas piadosas y su padre lo llevaba a la campiña a visitar los santuarios y lugares de peregrinación.

Fue de esta manera como conoció a los ermitaños camaldulenses de San Romualdo, en su retiro de Sitria y, le atrajo de tal suerte esa manera de vida, que obtuvo el consentimiento de su padre para entrar en esa orden.

Pasó varios años entre ellos, pero añoraba mayor penitencia y vida solitaria. Con el consentimiento del abad, tomó posesión de una vieja cueva en Montecupo o Montecucco, que se suponía haber estado habitada, en alguna ocasión, por San Jerónimo.

Cuatro años vivió en aquélla soledad y su manera de vida, como dice su biógrafo, fue sólo conocida de Dios. Es cierto que haya vivido de raíces y frutas silvestres, y que los fieles, no sabiendo de su existencia, no pudieron proporcionarle alimentos, como lo hacían con los otros ermitaños.

Por último, accidentalmente fue descubierto por unos viajeros que se habían extraviado en su camino. Sus penitencias y ayunos lo habían dejado reducido a la piel y a los huesos y la gente piadosa le trajo alimento y bebida, pero él no alteró su manera de vivir y regaló todo a los pobres que se habían empezado a reunir a su alrededor.

Varios jóvenes quisieron unirse a él y sujetarse a su disciplina, pero no los ató con ninguna promesa y les permitió discurrir libremente. Ellos atesoraron sus dichos y sus milagros y uno de ellos, posteriormente, escribió su vida.

Se dice que Tomás murió el año de 1337, agotado por las austeridades y privaciones.

Su culto fue confirmado por Pío VI el 18 de Marzo de 1778

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Hermelando, Santo Abad, Marzo 25  

Hermelando, Santo

Abad

Martirologio Romano: En la isla de Antrum (hoy Aindre), cerca de Nantes, en Francia, san Hermelando, el cual, después de servir en la corte real, se hizo monje del monasterio de Fontenelle y finalmente fue designado primer abad del lugar (c. 720).

 

San Hermelando nació en la diócesis de Noyon y desde su más temprana juventud aspiró a la vida religiosa. Sus padres, sin embargo, tenían mundanas ambiciones respecto a él y lo enviaron a la corte del rey Clotario III, donde fue nombrado escanciador.

Se dispuso casarlo y ya se hacían los preparativos para la boda, cuando convencido de que esa no era la voluntad de Dios para él, Hermelando abrió su corazón al rey que, aunque entristecido ante la idea de separarse de él, consintió en que siguiera su verdadera vocación.

Se trasladó a la abadía de Fontanelle, en Normandía, y recibió el hábito de manos de San Lamberto. Cuando San Pascasio, obispo de Nantes, solicitó monjes del monasterio para que tomaran parte en la evangelización de su diócesis, Lamberto escogió a Hermelando y le nombró superior de los doce hermanos que fueron enviados.

Pascasio les dio para que se establecieran un monasterio que él había construido en el estuario del río Loira, en la isla llamada Aindré; ahí observaron la regla de San Columbano, como la habían observado en Fontenelle. En aquélla soledad, San Hermelando y sus hermanos vivieron una vida de gran austeridad y, a pesar de su aislamiento, su fama se extendió rápidamente entre los habitantes de tierra firme. Los padres llevaban a sus hijos para que fueran educados por los monjes, que les enseñaban a ser buenos cristianos así como el amor al estudio.

El abad procuraba escapar a veces de la afluencia de visitantes que frecuentaban el monasterio y en ciertas épocas, especial mente en Cuaresma, se retiraba con otros varios monjes a Aindrette, una pequeña isla vecina para pasar allí unos días de retiro y especial austeridad.

San Hermelando tuvo el don de profecía y podía leer los pensamientos de los hombres. También fue famoso como obrador de portentos. Se dice que cierta vez cuando uno de sus monjes hablaba del exquisito sabor de una lamprea que había gustado a la mesa del obispo de Nantes, Hermelando preguntó: "¿No creéis que Dios sea capaz de enviamos una aquí?" Al terminar de hablar, una ola arrojó una lamprea a sus pies y, ese pequeño pez, distribuido por el abad, alimentó a la comunidad entera de monjes.

Otra leyenda refiere que, cuando el santo tuvo ocasión de visitar Coutances, recibió hospitalidad de un ciudadano al que le quedaba solamente un poco de vino para agasajar a sus huéspedes. Aunque un gran número de gente participó del vino, el barril, en lugar de agotarse, se encontró lleno milagrosamente. Cuando el santo envejeció, renunció a su oficio y se retiró a Aindrette, donde pasó los últimos años de su vida en la soledad.

Murió alrededor del año 720 D.C.

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Fuente: ACI Prensa
Dimas, Santo El buen ladrón, Marzo 25  

Dimas, Santo

"HOY estarás conmigo en el Paraíso"

Martirologio Romano: Conmemoración del santo ladrón, que en la cruz reconoció a Cristo, y de Él mereció oír: Hoy estarás conmigo en el Paraíso (s. I).

 

Sólo poseemos noticias ciertas acerca de su muerte y de su solemne canonización -por parte del mismo Jesucristo-, no repetida en la historia de la Santidad. - Fiesta: 25 de marzo.

"Y con Él crucificaron dos ladrones, uno a la derecha y otro a la izquierda de Él. Y fue cumplida la Escritura que dice: Y fue contado entre los inicuos.

"Uno de los malhechores le insultaba diciendo: ¿No eres Tú el Mesías? Sálvate a Ti mismo y a nosotros.

"Mas el otro, respondiendo, le reconvenía diciendo: ¿Ni siquiera temes tú a Dios estando en el mismo suplicio? Nosotros, la verdad, lo estamos justamente, pues recibimos el justo pago de lo que hicimos; mas Éste nada ha hecho; y decía a Jesús Acuérdate de mí cuando vinieres en la gloria de tu realeza.

"Díjole: En verdad te digo, que hoy estarás conmigo en el Paraíso" (Marcos 17, 27s. y Lucas 23, 39-43).

Como hemos indicado al principio, nada más sabemos de San Dimas con certeza histórica, pues son unas actas, aunque muy antiguas, apócrifas las que iniciaron la leyenda sobre el mismo, que todos hemos oído relatar alguna vez.

La Sagrada Familia, según nos narra la Biblia, se vio obligada a huir a Egipto, debido al peligro que corría la vida de Jesús, por la persecución de los niños menores de dos años que Herodes el Grande había decretado.

En cierta ocasión en que los soldados del rey -y empieza aquí la narración apócrifa- estaban sobre la pista de la Familia Santa, y cuando ya les andaban muy cerca, José y María encontraron una casa en la que fácilmente se podrían esconder, si les dejaban entrar.

Esta casa era la que habitaba Dimas con los suyos. José les pide que los escondan, pues los soldados del rey con sus caballos, mucho más veloces que el sencillo borrico que montan, ya casi les dan alcance. Pero los habitantes de aquella casa se niegan a ello.

En este momento sale el joven Dimas, que seguramente por su carácter y decisión gozaba entre sus camaradas de gran autoridad, y dispone que se queden y les esconde en un lugar tan oculto que la policía romana no consigue descubrirlos, ni puede detenerlos. Jesús promete a Dimas, agradecido, que su acto no quedará sin recompensa, y le anuncia que volverán a verse en otra ocasión y aún en peores condiciones, y entonces será Él, Cristo, quien ayudará a su benigno protector.

De este modo terminan su narración las actas apócrifas. Explicación suficiente, sin embargo, para observar en ella una diferencia total entre las leyendas atribuidas a Jesús, y la sobriedad evangélica, aun en los momentos más sublimes en que para confirmar su doctrina, Jesucristo obra algunos de sus milagros. Por esta razón nos ceñiremos a continuación al relato evangélico, Palabra Viva, que nos conduce a importantes enseñanzas.

¿A qué fue debida la conversión de Dimas, un ladrón, un malhechor, que seguramente en toda su vida no había visto a Jesús, aunque hubiera oído hablar de Él, como de alguien grande, misteriosamente poderoso y enigmático para muchos?

Porque en la cruz, Dimas se nos presenta ya convertido, como creyente en la divinidad de Cristo: "¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio?".

Un autor moderno atribuye la conversión de Dimas a la mirada de Jesucristo, la mirada clara de Cristo; en su cara abofeteada, escupida y demacrada, la mirada que había obrado tantos prodigios y que convertía al que se adentraba en ella con corazón limpio, en seguidor y discípulo...

Y el corazón de Dimas debía ser limpio, a pesar de todos sus delitos. Inclinado al robo quizá por circunstancias externas, circunstancias tal vez de tipo social, había sabido conservar, empero, cierto cariño a los que le rodeaban, y un respeto sincero a sus padres y a las vidas de los demás.

Y Dios, por la Sangre de su Hijo que estaba a punto de derramarse, le premiaba lo bueno que había hecho y le perdonaba lo malo. Y en su Amor insondable -Dios es Amor- le había concedido las gracias suficientes y necesarias para aquel acto profundo de fe.

Y a continuación el gran acto de sometimiento a la Voluntad de Dios y a la justicia de los hombres: "Nosotros, la verdad, lo estamos justamente, pues recibimos el justo pago de lo que hicimos"; y después, en aquellos momentos solemnes, alrededor de los cuales gira toda la Historia, quiera el hombre reconocerlo o no, la petición confiada, anhelante a su Dios, que por él, con él y también por nosotros moría en una cruz: "Acuérdate de mí, cuando vinieres en la gloria de tu realeza".

Y de labios del mismo Cristo oye Dimas las palabras santificadoras: "En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el Paraíso".

He aquí un Santo original: hasta poco antes de morir, un ladrón, un malhechor, de familia seguramente innoble, sin ningún milagro en su haber, que puede ser, para nosotros, un magnífico tema de profunda meditación.

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Fuente: OCarm.org
Hilario (Pawel) Januszewski, Beato Mártir Carmelita, Marzo 25  

Hilario (Pawel) Januszewski, Beato

Presbítero y Mártir

Martirologio Romano: En el campo de concentración de Dachau, cercano a Munich, de Baviera, en Alemania, beato Hilario Januszewski, presbítero de la Orden de los Carmelitas Descalzos y mártir, que en tiempo de guerra, por confesar a Cristo fue deportado desde Polonia a esta cárcel, y habiéndose contagiado del tifus por asistir a los enfermos, falleció dejando un hermoso testimonio de fe y caridad (1945).

Etimológicamente: Hilario = Aquel que es alegre, es de origen latino.

 

El P. Hilario Januszewski nació el 11 de junio de 1907 en Krajenki (Polonia) y se le dio el nombre de Pawel. Fue educado cristianamente por sus padres Martin y Marianne. Después de frecuentar el colegio de Greblin ( donde su familia residía desde 1915), continuó sus estudios en el Instituto de Suchary que abandonó más tarde por problemas económicos familiares. Después de un tiempo la familia se trasladó a Cracovia, donde pudo hacer algunos estudios y entró luego en el 1927 en la Orden Carmelita.

Después de cumplir el noviciado en Leopoli, el 30 de diciembre de 1928, emitió la profesión simple. Al finalizar sus estudios en Cracovia, fue enviado al Colegio Internacional San Alberto en Roma. Fue ordenado sacerdote el 15 de julio de 1934. Habiendo obtenido el lectorado en teología y el premio destinado a los mejores estudiantes de la Academia Romana de Santo Tomás, en el 1935 regresó a Polonia destinado al convento de Cracovia.

Apenas vuelto a Polonia fue nombrado profesor de Teología Dogmática y de Historia de la Iglesia en el estudiantado de la Provincia Polaca en Cracovia. El 1 de septiembre de 1939, el P. Eliseo Sánchez-Paredes Arriaza, Provincial, lo nombró prior de la comunidad. En aquel tiempo, desde hacía pocas semanas, Polonia estaba ocupada por los alemanes. Un año después, los invasores decretaron el arresto de numerosos religiosos y sacerdotes. El 18 de septiembre de 1940, del Carmelo de Cracovia, fueron deportados por la Gestapo cuatro religiosos.

En el mes de diciembre, al ser arrestado de nuevo algunos religiosos, el P. Hilario decidió cambiarse por uno de los religiosos más ancianos y enfermos. Desde aquel día comenzó su calvario. Fue enviado a la prisión de Montelupi (Cracovia), en el campo de concentración de Dachau. Allí fue ejemplo de vida de oración, animando a los otros y sembrando la confianza en un mañana mejor. Junto a otros Carmelitas, entre los cuales estaba el Beato Tito Brandsma, se reunía a menudo para orar.

Mientras, en el campo de concentración, en la barraca 25, se extendía el tifus. Para asistir a los enfermos se presentaron a las autoridades del campo 32 sacerdotes. Un par de días después se asoció espontáneamente el P. Hilario Januszewski. Su apostolado duró 21 días, porque infestado del tifus moría el 25 de marzo de 1945, pocos antes de la liberación del campo de concentración. Su cuerpo fue quemado en el crematorio campestre de Dachau.

El P. Hilario Januszewski fue beatificado el 13 de junio de 1999 por Juan Pablo II durante su viaje apostólico en Varsovia (Polonia). En la misma ocasión el Papa ha beatificado 108 mártires polacos de la segunda guerra mundial, víctimas de la persecución nazista.

Para ver más sobre los 108 mártires Polacos durante la segunda guerra mundial haz "click"
AQUI

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Fuente: ACI Prensa
Isaac, Santo Patriarca, Marzo 25  

Isaac, Santo

Hijo de Abraham y Sara. Los incidentes de su vida están contenidos en Génesis 15-35, en una narrativa que ha sido estudiada por muchos académicos, basados en varios documentos (J,E,P) utilizados en la composición del Libro de Génesis (véase ABRAHAM).

De conformidad con Génesis 17:17; 18:12; 21:6, su nombre significa "quien ríe". Tuvo la circuncisión al octavo día después de su nacimiento, proclamándose el legal ancestro del pueblo escogido (21:1-12). Sus primero años los vivió en Bersabee, allí fue donde su padre lo tomó y llevó al Monte Moria para ofrecerlo en sacrificio, y donde su vida milagrosamente fue salvada (21:33; 22:19). Su madre murió cuando tenía treinta y seis años de edad (cf. Génesis 17:17; 23:1).

Unos pocos años más tarde, se casó con Rebeca, la hija de Bathuel, a quien uno de los sirvientes de su padre había traido de Mesopotamia, de acuerdo con indicaciones de Abraham (24). La unión tuvo lugar en el sur del país, donde Isaac vivía y donde continuó viviendo luego de que junto con Ismael sepultaron el cuerpo de Abraham en una cueva de Machpelah (24:62, 67; 25:7-11). Muchos años pasaron antes de que el deseo de Isaac, de tener niños fuera escuchado por Dios.

De los mellizos que procreó, Esaú fue el amado de Isaac, mientras que Jacob era el favorito de Rebeca (25:21-28). La sequía y el hambre hicieron que Isaac tomara el camino de Egipto, pero por llamado de Yahvé, detuvo su rumbo en Gerara, en donde tuvo lugar un incidente similar a la falta de votos de Abraham con Sara (26:1-11). Se nos indica que producto de la envidia que había hacia la prosperidad de Isaac, los filisteos principiaron a efectuar persecusiones, las cuales fueron soportadas por el patriarca de manera paciente. Finalmente él salió para Bersabee.

Allí fue favorecido con una visión por parte de Yahvé, y llegó a establecer una alianza solemne con Abimelech, Rey de Gerara (26:12-33). Durante los últimos años de la carrera de Isaac, ocurrió el muy conocido incidente mediante el cual confirió la divina bendición a Jacob, la que había de ser para Esaú (27). A ello siguió la preocupación de Isaac para proteger a Jacob del resentimiento de su hermano y de asegurarle una esposa del linaje de su madre en Mesopotamia (28:1-5). Luego del retorno de Jacob, Isaac murió a la edad de ciento ochenta años y fue enterrado por sus hijos en la cueva de Machpelah (35: 27-29; 49:31).

Tal y como es delineado en Génesis, la figura de Isaac es mucho menos impactante que la de Abraham, su padre. Aún así, por la forma de su vida, siempre silencioso, gentil, fiel a la guía de Dios, fue de valor en la transmisión de las gloriosas promesas hechas a Abraham. Fue fundamentalmente un hombre de paz, alquien que se ajustaba a ser un príncipe de la paz. Alguien de quien el gran sacrificio del Monte Calvario, fue previsto en la obediencia hasta la muerte en el Monte Moria.

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Fuente: Vatican.va
María Rosa (Margarita) Flesch, Beata Fundadora, Marzo 25  

María Rosa (Margarita) Flesch, Beata

Fundadora del Instituto de Religiosas Franciscanas
de Santa María de los Ángeles

Nació el 24 de febrero de 1826 en Shönstat, localidad situada cerca de Vallander, a orillas del río Rhin, donde sus padres, Jorge Flesch e Inés Breitbach, vivían de la modesta producción de un molino. En el bautismo recibió el nombre de Margarita.

El nacimiento de sus dos hermanas, Mariana y Cristina, obligó al padre a buscar un trabajo de molinero más rentable, que encontró en Urbach, en las proximidades de Unkel. Fue el primer traslado de una serie que llevaría a la familia Flesch a establecerse definitivamente en el hermoso valle del torrente Focken, en Niederbraitbach, para administrar un molino. En 1832 una grave pérdida afectó a toda la familia: la muerte prematura de la madre.

Jorge Flesch, no pudiendo educar solo a sus tres hijas pequeñas, se casó por segunda vez con Helena Richarz, una viuda con un hijo nacido de su matrimonio precedente. El carácter duro y difícil de Helena se convirtió muy pronto en causa de sufrimiento para las tres pequeñas. De la nueva unión nacieron otros dos hijos. Margarita, la primogénita, se puso a disposición de la familia con un sentido de responsabilidad superior a su edad, encontrando sólo en el padre algo de apoyo y consuelo.

Mientras tanto, el don de la fe iba arraigándose cada vez más en su alma, hasta el punto de que sostenía con alegría las primeras pruebas difíciles de la vida. Frecuentaba de buen grado la parroquia y se recogía largamente en oración. Un día, cuando aún tenía siete años, notó por primera vez en la iglesia un cuadro que representaba los estigmas de san Francisco. Ese episodio de la Verna se grabó vivamente en el alma de Margarita, que desde entonces comenzó a cultivar una devoción sincera y confiada al Poverello de Asís.

A la edad de 14 años, Margarita fue admitida a la primera comunión. Fue un día de gracia particular. Pasó toda la tarde ante el sagrario, gustando la intimidad con el Señor. Desde entonces, participó todos los días en la santa misa y recibió la sagrada Comunión.

El 2 de abril de 1845 murió su padre, dejando en la miseria a sus seis hijos y a su viuda. Margarita, que tenía 16 años, no se desanimó, y para ayudar a la familia trabajó como costurera, bordadora y recolectora de hierbas medicinales, mientras que la madrastra llevaba una vida poco decorosa. Mientras tanto, tuvo buenas propuestas de matrimonio, pero las rechazó todas porque comprendió que Jesús había aceptado su propósito, manifestado ya de niña, de permanecer virgen. Con los ahorros de su duro trabajo, logró comprar en 1851 el molino en el que vivía su familia ya desde hacía tiempo, en el valle de Niederbraitbach. Sus hermanos ya eran mayores e independientes. Finalmente, podía entregarse de lleno a los pobres, a los ancianos y a los huérfanos. En la solemnidad de Todos los Santos de aquel año se trasladó a una ermita anexa a la capilla de la Santa Cruz, un ambiente propicio para el recogimiento y la oración.

En 1856, el Señor le mandó a su primera compañera, Margarita Bonner, y, poco después, a la segunda, Gertrudis Beisel. Era imprescindible encontrar una casa para los huérfanos y un hospital para los enfermos. En 1861, en medio de muchas dificultades e incomprensiones, se comenzó una nueva construcción en la cumbre del monte situado detrás de la capilla de la Santa Cruz.

El 13 de marzo de 1863, el obispo de Tréveris aprobó la nueva fundación y admitió a la sierva de Dios y a sus compañeras a la toma del hábito religioso. Margarita tomó el nombre de sor María Rosa. Bajo su guía iluminada, la nueva familia religiosa recibió desde el primer momento un gran impulso, con la apertura de nuevas casas filiales a orillas del Rhin, en la región de Eifel, en Westfalia. En 1869, el obispo de Tréveris aprobó la Regla y las Constituciones del nuevo Instituto de las Religiosas Franciscanas de Santa María de los Ángeles, así llamadas en honor de la Porciúncula de Asís.

La generosidad y la abnegación de las religiosas se mostraron sobre todo en la dolorosa circunstancia de la guerra franco-prusiana, en 1870. Más de cincuenta religiosas, es decir, casi la mitad de los miembros del Instituto, con la fundadora a la cabeza, se prodigaron en la asistencia a los heridos y moribundos, poniendo en peligro su vida. En efecto, doce de ellas murieron mientras realizaban esa obra caritativa. Al final de la guerra, muchas religiosas fueron condecoradas por su valor civil. La madre María Rosa, que había ido hasta el frente de batalla y había sido herida en el hombro por una bala, recibió una de las condecoraciones más elevadas: la "Verdienstkreuz".

Sin embargo, el Señor quiso probar a la madre María Rosa con la cruz y la humillación: en el capítulo general de 1878, la sierva de Dios entregó su mandato a la superiora general; en su lugar eligieron a sor Agata Simons, secretaria general. La nueva superiora general persiguió sin motivo a la sierva de Dios y dispuso su traslado a la casa más lejana, en Niederwenigern, donde le asignaron una celda sin ventanas y la trataron como la última de las convertidas.

Sor María Rosa aceptó la humillación con plena obediencia y perfecta sumisión, perdonando repetida y explícitamente a quienes le causaban esa pena. La sierva de Dios soportó estas humillaciones durante veintiocho años. Con su comportamiento humilde y heroico, fue la luz del Instituto. Murió el 25 de marzo de 1906, después de recibir con gran devoción los santos sacramentos.

Fue beatificada, bajo el pontificado de S.S. Benedicto XVI, el 24 de mayo de 2008.

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Fuente: Santiebeati.it
Procopio de Sázava, Santo Abad, Marzo 25  

Procopio de Sázava, Santo

Abad

Martirologio Romano: En Sázava, en Bohemia, san Procopio, que, dejando mujer e hijo, abrazó la vida eremítica y después presidió el monasterio fundado allí por él mismo, celebrando las divinas alabanzas en rito griego y en lengua eslava (1053).

Etimológicamente: Procopio = Aquel que se prodiga, es de origen griego

 

Es uno de los santos Patrones del Bohemia (actual República Checa), su representación es abundante en el País, en especial el episodio legendario, según el cual San Procopio logró atar el demonio a un arado, haciéndoselo tirar de él.

Sobre su historia se han sido escritas ocho obras, la primera de las cuales es de 1061-67 y otras dos estoy en lengua bohemia, uno en versos y uno en prosa.

Desaforadamente estas obras, todas escritas hace muchos siglos, relatan hechos diferentes y a veces contradictorios, a fuerza, es necesario resumir y compaginar las distintas informaciones, teniendo presente que dichos relatos puedan incluir leyendas doradas.

Procopio nació hacia el 975, en el castillo de Kourim cerca de Chotoun y recibe su instrucción en las letras eslavas en Vysehrad, que fue el centro administrativo y eclesiástico del Bohemia, cerca de Praga y dónde existía una famosa escuela de la lengua eslava.

Está comprobado que el alfabeto eslavo fue inventado por el santo obispo Cirillo y aprobado por la Iglesia, teniendo en cuenta que el Cristianismo eslavo influenció en Bohemia ya desde los años 869-870, es decir después del bautismo del duque Borivoj por acción de San Metodio.

Agreguemos ahora que en la época de su nacimiento, que fue alrededor del 975, Bohemia pertenecía, eclesiásticamente hablando, a la diócesis de rito latino de Ratisbona y que en aquel año fue erigida la nueva diócesis latina de Praga; pero pese a estos eventos los duques bohemios opinaban firmemente que debía usarse la liturgia eslava.

Las buenas relaciones que existieron entre Procopio y la familia ducal, indica su noble origen y que el nombre griego Procopio llegó ciertamente a Bohemia a través de la liturgia eslava.

Él fue sacerdote diocesano de vida honesta y casta, dedicado al servicio de Dios; después de su ordenación fue recibido entre los canónigos de Vysehard cercanos a la iglesia de San Clemente.

Siguiendo las costumbres locales, y tal como otros sacerdotes, Procopio era casado y tuvo a un hijo llamado Jimram (Emeramo) quien también llegará a ser monje en el monasterio de su padre, quien, como a menudo sucedía en aquella época, influenciado por el gran movimiento benedictino, fue atraído por el ascetismo de los benedictinos y se hizo monje, casi con certeza en el monasterio de Brevnov, uno de los dos existentes en aquella época en Bohemia.

Pero después de un breve tiempo, Procopio averiguó a sus superiores la posibilidad de asumir una vida aún más austera, y con el permiso de ellos, se apartó en soledad en una gruta cerca del río Sázava a unos dos millas del nativo castillo de Kourim.

Por el año 1009 construyó una capilla y la dedicó a la Virgen y a San Juan Bautista; dedicado a la oración y a la meditación, no descuidó la regla benedictina "Ora y labora" dedicándose a desbrozar el agreste terreno para preparar un área arable.

Y aquí se introduce la leyenda señalada al inicio, de haber obligado al diablo, a tirar el arado por él. Tal como ocurrió con muchos otros santos ermitaños, su soledad atrajo a muchos visitantes, a los que habló de la fe y curó sus enfermedades con hierbas; era natural que algunos quisieran participar de aquella vida de oración y a penitencia, lo que dio inicio a una pequeña aldea de ermitaños, el actual nombre bohemio de la localidad, significa "las chozas negras" y probablemente recuerda sus orígenes.

Un día el duque Oldrich (Ulderico) siguiendo un ciervo en la selva, se extravió y Procopio lo localizó; de tal encuentro nació una relación de amistad y respeto, por lo que el duque sufragó la mano de obra necesaria para la construcción de un monasterio, mismo que contó entre sus monjes, al hijo y al nieto de Procopio: Jimram y Vito.

Después de la muerte del duque Oldrich, el título lo heredó su hijo Bretislav duque de Moravia, el que luego de una visita al monasterio quedó tan complacido con la vida de Procopio, que decidió hacerlo elegir abad, cargo que él no había querido.

El nuevo y primero abad de Sázava, quiso que la Comunidad siguiera la Regla de San Benito, la liturgia del ritual occidental romano, la lengua litúrgica eslava. Bajo su guía, los monjes además de los trabajos normales, se dedicaron a obras literarias y artísticas, ampliando cada vez más las relaciones con el mundo eslavo.

Fue paternal con sus monjes más allá de lo que se pueda contar, exigiéndoles con el ejemplo y también con amonestaciones; durante su gobierno, no les faltó nunca nada.

En todo caso, Procopio tomó parte de la vida eclesiástica de Bohemia en sus tiempos, estuvo en buenas relaciones con el duque Bretislav y con Sebér (Severo) el obispo de Praga, quien presidió el entierro del santo abad de Sázava, cuando murió el 25 de marzo 1053.

Los monjes lo veneraron enseguida como santo, lo testimonia el culto existente en Hungría, país que lo acogió entre el 1056 y el 1061, pocos años después de la muerte del abad, los monjes expulsados por el duque Spytihnev II; su "elevación", como entonces fue definida la proclamación de un santo de parte de un obispo, ocurrió 40 años después de su muerte en el año 1093, pero la misma no fue reconocida oficialmente, desconocemos los motivos.

De todos modos, la canonización oficial ocurrió el 4 de julio de 1204, bajo el pontificado de Inocencio III; se cuenta que el papa se apresuró en hacer tal proclamación, después de que en un sueño Procopio le dio un golpe en la cabeza con el anillo pastoral de los abades.

La fiesta religiosa por San Procopio de Sázava se celebra el 4 de julio; él es venerado como Patrón de los campesinos y mineros; también algunos manantiales de aguas saludables, cerca del monasterio, llevan su nombre.

Sus reliquias, excluido un brazo devuelto en 1669 a Sázava, fue trasladado al 1588 al monasterio en Praga, dónde ahora se veneran en la Iglesia Ognissanti del castillo real.

El martirologio romano lo recuerda el 25 de marzo.

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Fuente: Zenit.org
Maria Alfonsina Danil Ghattas, Beata Fundadora, 25 de marzo  

Maria Alfonsina Danil Ghattas, Beata

Co-fundadora de la Congregación de
las Hermanas Dominicas del Santísimo Rosario de Jerusalén

Fecha de beatificación: 22 de noviembre de 2009, en la basílica de la Anunciación de Nazaret.

 

Nacida el 4 de octube de 1843, desde pequeña Mariam Soultaneh, como fue su nombre de pila, sentía una especial devoción a la Vírgen María y al rezo del rosario: "¡Qué madre bella, María! No la puedo describir; ninguna imagen se asemeja ni un poco a su inmensa belleza. ¡Bienaventurado quien goza eternamente!", dice en uno de sus escritos divulgados por su comunidad.

Fue gracias a su relación estrecha con María que pudo ver con claridad cuando tenía sólo 14 años su llamado a la vida religiosa. Su amor a la Virgen le ayudó a afrontar también algunas dificultades como la oposición de su mismo padre a su vocación. No obstante en 1860 vistió el hábito en la comunidad de San José de la aparición tomando el nombre de Marie-Alphonsine.

"Se distinguía por su profunda piedad y firme adhesión a la fe católica. Fundó la asociación de las Hijas de María y también otra orientada a las Madres cristianas. Prosiguió su labor apostólica en Belén", asegura el postulador para su causa, padre Vito Tomás Gómez, OP.

Tras 14 años de vida comunitaria sintió un fuerte llamado de la misma Madre de Dios a dejar a las hermanas de San José de la aparición para fundar una congregación que se dedicara al rezo del rosario. Para ello tuvo que solicitar una dispensa a Roma y regresar a vivir a la casa de sus padres. Este permiso lo obtuvo en 1880, luego de muchas dificultades y con la ayuda del padre Josèph Tannùs Yammìn, un sacerdote del patriarcado latino.

Así, ella junto con otras cinco postulantes comenzaron a formar parte de esta nueva comunidad. El 6 de octubre de 1883, la hermana Marie-Alphonsine, quien quiso conservar el mismo nombre como religiosa en su nueva comunidad, recibió el hábito de la Congregación del Rosario. En 1885 fue admitida para hacer su profesión y pronunciar sus primeros votos.

Marie-Alphonsine pasó 42 años al servicio de su comunidad: abrió en Belén un taller para dar trabajo a las jóvenes pobres de la ciudad, luego fue Jaffa de Nazaret donde asistió a su director espiritual, el padre Tannous Giuseppe hasta el momento de su muerte. Más tarde fue a Beit Sahur, Salt, Nablus, Zababdeh, Belén, Jerusalén y, finalmente a Ain Karem, donde mandó fundar un orfanato. Allí permaneció hasta su muerte muerte el 02 de marzo de 1927.

"¡Oh Señor! ¡Es así que te muestras generoso y que consuelas a los pecadores que no te suplican! ¿De qué cosa será hecha tu caridad hacia tus amigos y elegidos? ¡Oh María madre mía! ¿quién te puede comprender? ¿Quién puede darse cuenta de tu compasión hacia las hijas de tu raza, especialmente aquellas que se sienten desorientadas en su vida?", escribió la futura beata.

En todos los lugares donde habitaba concentró su acción en enseñar a leer o escribir, enseñar los trabajos manuales, fundar confraternidades para mujeres, enseñar el catecismo y, por supuesto, difundir el rezo del rosario. "La mortificación de sí mismo atrae gracias inmensas, así como la oración y la modestia", repetía constantemente Marie-Alphonsine.

Hoy son cerca de 300 hermanas de la Congregación del Santo Rosario, presentes en Palestina e Israel, Jordania, Líbano, Siria, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Roma.

La secretaria general de la Congregación, sor Ildefonsa, explicó en declaraciones a la agencia italiana Sir, que no sólo la congregación, sino toda la comunidad cristiana, en especial en Galilea está preparándose desde hace tiempo para esta ceremonia.

La beatificación "será, para nuestras comunidades cristianas, una invitación al valor, a permanecer a pesar de las dificultades", añadió la religiosa.

"Me he donado con una ofrenda total por todo lo que la Divina Providencia quería de mí. No encuentro ningún mal en aquello que sufro porque soy una ofrenda del Rosario", decía Marie-Alphonsine.

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Fuente: Martirologio Romano
Otros Santos y Beatos Completando el santoral de este día, Marzo 25  

Otros Santos y Beatos

San Dula, mártir
En Nicomedia, san Dula, mártir (s. inc.).

San Quirino, mártir
En Roma, en el cementerio de Ponciano, en la vía Portuense, san Quirino, mártir (s. inc.).

Santa Matrona, mártir
En Tesalónica, de Macedonia, santa Matrona, mártir, que, siendo esclava de una hebrea, a escondidas daba culto a Cristo, y descubierta por su señora, sufrió muchas penalidades, fue azotada con varas y en la confesión de Cristo entregó a Dios su espíritu incorrupto (s. inc.).

San Mona, obispo
En Milán, en la región transpadana, san Mona, obispo (c. 300).

Beato Jacobo Bird, mártir
En Winchester, en Inglaterra, beato Jacobo Bird, mártir, que bajo la misma reina, a los diecinueve años de edad, convertido desde poco al catolicismo, rechazó participar en una liturgia herética, mereciendo por ello llegar a la celebración del culto celestial (1592).

 San Tarasio, (en griego: Ταράσιος), (c. 730–25 de febrero de 806) fue patriarca de Constantinopla desde el 25 de diciembre de 784 hasta su muerte en 806.

Tarasio nació y murió en Constantinopla. Hijo de un juez de alto rango, desde su infancia tuvo relación con otras familias importantes, como la del último patriarca, Focio. Tarasio desarrolló una carrera en la administración seglar y pasó a ser secretario imperial (asekretis). En este cargo, como mostró simpatías tanto por los Iconodulas como por la obediencia a las órdenes imperiales, la emperatriz Irene le nombró patriarca en 784, aunque en aquel tiempo era seglar. Sin embargo, como todos los bizantinos educados, estaba muy versado en teología. Para poder ser nombrado patrirca Tarasio fue ordenado apresuradamente sacerdote.

En 784 participó en el Concilio de Nicea, convocado para tratar la controversia iconoclasta. Mientras duraron las deliberaciones se produjeron varios tumultos. Finalmente se condenó la iconoclasia y se afirmó oficialmente la veneración de las imágenes.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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