lunes, 6 de abril de 2015

[ † ] Martes por los ángeles custodios. 07/04/2015. San Juan Bautista de la Salle ¡ruega por nosotros!

JA

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Juan (20, 11-18)

Gloria a ti, Señor.

El día de la resurrección, María se había quedado llorando junto al sepulcro de Jesús. Sin dejar de llorar, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados en el lugar donde había estado el cuerpo de Jesús, uno en la cabecera y el otro junto a los pies. Los ángeles le preguntaron:

"¿Por qué estás llorando, mujer?" Ella les contestó: "Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo habrán puesto".

Dicho esto, miró hacia atrás y vio a Jesús de pie, pero no sabía que era Jesús. Entonces él le dijo: "Mujer, ¿por qué estás llorando? ¿A quién buscas?" Ella, creyendo que era el jardinero, le respondió:

"Señor, si tú te lo llevaste, dime dónde lo has puesto".

Jesús le dijo: "¡María!" Ella se volvió y exclamó: "¡Rabuní!", que en hebreo significa 'maestro'. Jesús le dijo:

"Déjame ya, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: 'Subo a mi Padre y su Padre, a mi Dios y su Dios' ".

María Magdalena se fue a ver a los discípulos para decirles que había visto al Señor y para darles su mensaje.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

"El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

 

Misal

 

Martes de la Octava de Pascua

El Señor nos llenará de gloria eternamente

Antífona de Entrada

El Señor les dará a beber el agua de la sabiduría; se apoyarán en él y no vacilarán. El los llenará de gloria eternamente. Aleluya.

Se dice Gloria.

Oración Colecta

Oremos:

Señor, tú que nos has librado del pecado por medio de la muerte y resurrección de tu Hijo, prosigue en nosotros la obra liberadora de tu gracia y concédenos el gozo de celebrar la Pascua eterna, que ya desde ahora nos llena de esperanza y alegría.

Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

 

Primera Lectura

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (2, 36-41)

El día de Pentecostés, dijo Pedro a los judíos: "Sepa todo Israel, con absoluta certeza, que Dios ha constituido Señor y Mesías al mismo Jesús, a quien ustedes han crucificado".

Estas palabras les llegaron al corazón y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles:

"¿Qué tenemos que hacer, hermanos?" Pedro les contestó: "Arrepiéntanse y bautícense en el nombre de Jesucristo, para el perdón de sus pecados y recibirán el Espíritu Santo.

Porque las promesas de Dios valen para ustedes y para sus hijos y también para todos los paganos que el Señor, Dios nuestro, quiera llamar, aunque estén lejos".

Con éstas y otras muchas razones los instaba y exhortaba, diciéndoles: "Pónganse a salvo de este mundo corrompido". Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día se les agregaron unas tres mil personas.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial Salmo 32

En el Señor está nuestra esperanza. Aleluya.

Sincera es la palabra del Señor y todas sus acciones son leales. El ama la justicia y el derecho, la tierra llena está de sus bondades.

En el Señor está nuestra esperanza. Aleluya.

Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían; los salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida.

En el Señor está nuestra esperanza. Aleluya.

En el Señor está nuestra esperanza, pues él es nuestra ayuda y nuestro amparo. Muéstrate bondadoso con nosotros, puesto que en ti, Señor, hemos confiado.

En el Señor está nuestra esperanza. Aleluya.

 

Secuencia

(Opcional durante la Octava)

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.

Este es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo.

Aleluya.

 

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio según san Juan (20, 11-18)

Gloria a ti, Señor.

El día de la resurrección, María se había quedado llorando junto al sepulcro de Jesús. Sin dejar de llorar, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados en el lugar donde había estado el cuerpo de Jesús, uno en la cabecera y el otro junto a los pies. Los ángeles le preguntaron:

"¿Por qué estás llorando, mujer?" Ella les contestó: "Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo habrán puesto".

Dicho esto, miró hacia atrás y vio a Jesús de pie, pero no sabía que era Jesús. Entonces él le dijo: "Mujer, ¿por qué estás llorando? ¿A quién buscas?" Ella, creyendo que era el jardinero, le respondió:

"Señor, si tú te lo llevaste, dime dónde lo has puesto".

Jesús le dijo: "¡María!" Ella se volvió y exclamó: "¡Rabuní!", que en hebreo significa 'maestro'. Jesús le dijo:

"Déjame ya, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: 'Subo a mi Padre y su Padre, a mi Dios y su Dios' ".

María Magdalena se fue a ver a los discípulos para decirles que había visto al Señor y para darles su mensaje.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

 

No se dice Credo.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, en tu bondad, los dones que te presentamos, y concédenos tu protección para conservar tu gracia y conseguir la felicidad eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de Pascua I

El misterio pascual

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca en este tiempo, en que Cristo, nuestra pascua, fue inmolado. Porque Él es el Cordero de Dios que quitó el pecado del mundo: muriendo, destruyó nuestra muerte, y resucitando, restauró la vida.

Por eso, con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Puesto que habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas del cielo, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios; aficionaos a los bienes del cielo, no a los de la tierra. Aleluya.

Oración después de la Comunión

Oremos:

Tú que nos has concedido la gracia inmerecida del bautismo, purifica, Señor, y fortalece nuestros corazones, para que podamos alcanzar un día la felicidad eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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Dia 7/04 San Juan Bautista de la Salle (presbítero, blanco)

Antífona de Entrada

Dejen que los niños se acerquen a mí, dice el Señor, y no se lo impidan, porque de ellos es el Reino de Dios.

 

Oración Colecta

Oremos:
Señor y Dios nuestro, que quisiste confiar a san Juan Bautista de la Salle la misión de enseñar a los jóvenes, concédenos imitar de tal manera a Cristo Maestro, que podamos enseñar a nuestros hermanos, con la forma en que vivimos, el camino del cielo.
Pr nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Guarda este tesoro con la ayuda del Espíritu Santo

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 1, 13-14; 2, 1-3

Querido hermano: Conforma tu predicación a la sólida doctrina que recibiste de mí acerca de la fe y el amor que tienen su fundamento en Cristo Jesús. Guarda este tesoro con la ayuda del Espíritu Santo, que habita en nosotros.
Por tu parte, hijo mío, mantente firme con la gracia de Cristo Jesús. Y lo que me oíste proclamar en presencia de tantos testigos, confíalo a personas fieles, capaces, a su vez, de enseñarlo a otras personas. Comparte conmigo los sufrimientos, como buen soldado de Cristo Jesús.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 1

Dichoso quien ama la ley de Dios.

Dichoso aquel que no se guía por mundanos criterios, que no anda en malos pasos ni se burla del bueno; que ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus mandamientos.
Dichoso quien ama la ley de Dios.

Es como un árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo y nunca se marchita. En todo tendrá éxito.
Dichoso quien ama la ley de Dios.

En cambio los malvados serán como la paja barrida por el viento. Porque el Señor protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban por perderlo.
Dichoso quien ama la ley de Dios.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Que el mayor entre ustedes sea su servidor, porque el que se humilla será enaltecido, dice el Señor.
Aleluya.

Evangelio

Si no se hacen como los niños, no entrarán en el Reino de los cielos

+ Lectura del santo Evangelio según san Mateo 18, 1-5

Gloria a ti, Señor.

En cierta ocasión, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron:
"¿Quién es más grande en el Reino de los cielos?"
Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y les dijo:
"Yo les aseguro a ustedes que si no cambian y no se hacen como los niños, no entrarán en el Reino de los cielos. Así pues, quien se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el Reino de los cielos. Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, me recibe a mí".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, los dones que la Iglesia te ofrece en memoria de tus santos y haz que este sacrificio impregne de tu amor todas nuestras actividades.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Acción de los santos en la Iglesia

En verdad es justo y necesario, nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, señor nuestro.
Porque con la vida de tus santos, enriqueces a tu Iglesia con formas siempre nuevas de admirable santidad, y nos das pruebas indudables de tu amor por nosotros; y también, porque su ejemplo nos impulsa y su intercesión nos ayuda a colaborar en el misterio de la salvación.
Por eso,
ahora nosotros, llenos de alegría, te aclamamos con los ángeles y santos diciendo:

Antífona de la Comunión

Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue no camina en tinieblas, porque tiene la luz de la vida.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Que el Cuerpo y la Sangre de Cristo que hemos recibido en este sacramento, nos den fuerza, Señor, para que, a ejemplo de san Juan Bautista de la Salle podamos comunicar a los demás la luz de la verdad y el fuego de tu amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén


Meditación diaria

Octava de Pascua. Martes

JESUCRISTO VIVE PARA SIEMPRE

— El Señor se aparece a María Magdalena. Jesús en nuestra vida.

— Presencia de Cristo entre nosotros.

— Buscar a Cristo y tratarle. El ejemplo de María Magdalena nos enseña que quien busca con sinceridad al Señor acaba encontrándolo.

I. María de Magdala ha vuelto al sepulcro. Conmueven el cariño y la devoción de esta mujer por Jesús aun después de muerto. Ella había sido fiel en los momentos durísimos del Calvario, y el amor de la que estuvo poseída por siete demonios1 sigue siendo muy grande. La gracia había arraigado y fructificado en su corazón después de haber sido librada de tantos males.

María se queda fuera del sepulcro llorando. Unos ángeles, que ella no reconoce como tales, le preguntan por qué llora. Se han llevado a mi Señor, les dice, y no sé dónde lo han puesto2. Es lo único que le importa en el mundo. A nosotros también es lo único que nos interesa por encima de cualquier otra cosa.

Dicho esto –nos sigue narrando el Evangelio de la Misa–, se volvió hacia atrás y vio a Jesús de pie, pero no sabía que era Jesús. María no ha dejado de llorar la ausencia del Señor. Y sus lágrimas no le dejan verlo cuando lo tiene tan cerca. Le dijo Jesús: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Vemos a Cristo resucitado sonriente, amable y acogedor. Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si te lo has llevado tú, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré.

Bastó una sola palabra de Cristo para que sus ojos y su corazón se aclarasen. Jesús le dijo: ¡María! La palabra tiene esa inflexión única que Jesús da a cada nombre –también al nuestro– y que lleva aparejada una vocación, una amistad muy singular. Jesús nos llama por nuestros nombres, y su entonación es inconfundible.

La voz de Jesús no ha cambiado. Cristo resucitado conserva los rasgos humanos de Jesús pasible: la cadencia de su voz, el modo de partir el pan, los agujeros de los clavos en las manos y en los pies.

María se volvió, vio a Jesús, se arrojó a sus pies, y exclamó en arameo: ¡Rabbuni!, que quiere decir Maestro. Sus lágrimas, ahora incontenibles como río desbordado, son de alegría y de felicidad. San Juan ha querido dejarnos la palabra hebraica original –Rabbuni– con que tantas veces le llamaron. Es una palabra familiar, intocable. No es Jesús un "maestro", entre tantos, sino el Maestro, el único capaz de enseñar el sentido de la vida, el único que tiene palabras de vida eterna.

María fue a los Apóstoles a cumplir el encargo que le dio Jesús, y les dijo: ¡He visto al Señor! En sus palabras se transparenta una inmensa alegría. ¡Qué distinta su vida ahora que sabe que Cristo ha resucitado, de cuando solo buscaba honrar el Cuerpo muerto de Jesús!

¡Qué distinta también nuestra existencia cuando procuramos comportarnos según esta consoladora realidad: Jesucristo sigue entre nosotros! El mismo a quien aquella mañana María de Magdala confundió con el hortelano del lugar. "Cristo vive: Cristo no es una figura que pasó, que existió en un tiempo y que se fue, dejándonos un recuerdo y un ejemplo maravillosos (...).

"Su Resurrección nos revela que Dios no abandona a los suyos. ¿Puede la mujer olvidarse del fruto de su vientre, no compadecerse del hijo de sus entrañas? Pues aunque ella se olvidare, yo no me olvidaré de ti (Is 49, 14-15), había prometido. Y ha cumplido su promesa. Dios sigue teniendo sus delicias entre los hijos de los hombres (Cfr. Prov 8, 31)"3.

Jesús nos llama muchas veces por nuestro nombre, con su acento inconfundible. Está muy cerca de cada uno. Que las circunstancias externas –quizá las lágrimas, como a María Magdalena, por el dolor, el fracaso, la decepción, las penas, el desconsuelo– no nos impidan ver a Jesús que nos llama. Que sepamos purificar todo aquello que pueda hacer turbia nuestra mirada.

II. Cristo Jesús, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, que se hizo hombre en el seno virginal de María, está en el Cielo con aquel mismo Cuerpo que asumió en la Encarnación, que murió en la Cruz y resucitó al tercer día. También nosotros, como María Magdalena, contemplaremos un día la Humanidad Santísima del Señor, y mientras tanto hemos de fomentar el deseo de verle: Oigo en mi corazón: "Buscad mi rostro". Tu rostro buscaré, Señor4. En el Cielo veremos a Jesús como es, sin imágenes oscuras; será el encuentro con quien nos conoce y a quien conocemos porque ya le hemos tratado en muchas ocasiones.

Además de estar en el Cielo, Cristo está realmente presente en la Sagrada Eucaristía. "La única e indivisible existencia de Cristo, el Señor glorioso en los cielos, no se multiplica, pero por el Sacramento se hace presente en varios lugares del orbe de la tierra, donde se realiza el sacrificio eucarístico. La misma existencia, después de celebrado el sacrificio, permanece presente en el Santísimo Sacramento, el cual, en el tabernáculo del altar, es como el corazón vivo de nuestros templos. Por lo cual estamos obligados, por obligación ciertamente suavísima, a honrar y a adorar en la Hostia Santa que nuestros ojos ven, al mismo Verbo encarnado que ellos no pueden ver, y que, sin embargo, se ha hecho presente delante de nosotros sin haber dejado los cielos"5. "La presencia de Jesús vivo en la Hostia Santa es la garantía, la raíz y la consumación de su presencia en el mundo"6.

Cristo vive, y está también presente con su virtud en los sacramentos; está en su Palabra, cuando en la Iglesia se lee la Sagrada Escritura; está presente cuando la Iglesia ora y se reúne en su nombre7. Vive en el cristiano de una manera íntima, profunda e inefable. Cumplió la promesa que hizo a los Apóstoles cuando se despedía de ellos en la Última Cena: Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él y en él haremos morada8. Dios habita en nuestra alma en gracia y ahí debemos buscarle, ahí debemos escucharle, pues nos habla, y le entenderemos, si tenemos el oído atento y el corazón limpio. A esa presencia se refiere San Pablo cuando afirma que cada uno de nosotros es templo del Espíritu Santo9.

San Agustín, al considerar la cercanía inefable de Dios en el alma, exclamaba: "¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé!; he aquí que tú estabas dentro de mí y yo fuera, y por fuera te buscaba (...). Tú estabas conmigo, mas yo no estaba contigo. Me tenían lejos de Ti las cosas que, si no estuviesen en Ti, no serían. Tú me llamaste claramente y rompiste mi sordera; brillaste, resplandeciste y curaste mi ceguedad"10.

En el alma en gracia, el Señor está más cerca que cualquier persona que esté a nuestro lado, más cerca que el hijo o el hermano que tenéis en vuestros brazos o lleváis de la mano; está más presente que el propio corazón. No dejemos de tratarle.

III. Cristo vive, y de diversos modos está entre nosotros y aun dentro de nosotros. Por eso debemos salir a su encuentro, esforzarnos por tener más conciencia de esa presencia inefable para que, teniéndole más presente, le tratemos más, y su amor crezca en nosotros. "Hay que tratar a Cristo, en la Palabra y en el Pan, en la Eucaristía y en la Oración. Y tratarlo como se trata a un amigo, a un ser real y vivo como Cristo lo es, porque ha resucitado. Cristo, leemos en la epístola a los Hebreos, como siempre permanece, posee eternamente el sacerdocio. De aquí que puede perpetuamente salvar a los que por medio suyo se presentan a Dios, puesto que está siempre vivo para interceder por nosotros (Heb 7, 24-25).

"Cristo, Cristo resucitado, es el compañero, el Amigo. Un compañero que se deja ver solo entre sombras, pero cuya realidad llena toda nuestra vida, y que nos hace desear su compañía definitiva"11. Si contemplamos a Cristo resucitado, si nos esforzamos en mirarlo con mirada limpia, comprenderemos hondamente que también ahora es posible seguirle de cerca, vivir junto a Él nuestra vida, que entonces se engrandece y adquiere un sentido nuevo.

Con el tiempo, entre Jesús y nosotros se irá estableciendo una relación personal –una fe amorosa– que puede ser hoy, al cabo de veinte siglos, tan auténtica y cierta como la de aquellos que le contemplaron resucitado y glorioso con las señales de la Pasión en su Cuerpo. Notaremos que, cada vez con más naturalidad, vamos refiriendo al Señor todas las cosas de nuestra existencia, y que no podríamos vivir sin Él. Encontrar al Señor nos supondrá en ocasiones una paciente y laboriosa búsqueda, comenzar y recomenzar cada día, quizá con la impresión de que estamos en la vida interior como al principio. Sin embargo, si luchamos, siempre estaremos más cerca de Jesús. Pero es preciso no dejar jamás que penetre el desaliento en nuestra alma por posibles retrocesos, muchas veces aparentes.

El ejemplo de María Magdalena, que persevera en la fidelidad al Señor en momentos difíciles, nos enseña que quien busca con sinceridad y constancia a Jesucristo acaba encontrándolo. En cualquier circunstancia de nuestra vida le hallaremos mucho más fácilmente si iniciamos nuestra búsqueda de la mano de la Virgen, nuestra Madre, a quien le decimos en la Salve: muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.

1 Cfr. Lc 8, 2. — 2 Jn 20, 13. — 3 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 102. — 4 Sal 26, 8. — 5 Pablo VI, Credo del pueblo de Dios. — 6 San Josemaría Escrivá, loc. cit. — 7 Cfr. Conc. Vat. II, Const. Sacrosanctum Concilium, 7. — 8 Jn 14, 23. — 9 Cfr. 2 Cor 6, 16-17. — 10 San Agustín, Confesiones, 10, 27-38. — 11 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 116.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

San Juan Bautista de la Salle
Educador
(año 1719)

Es el fundador de los Hermanos Cristianos y nació en Francia en 1651.

Nació en Reims y murió en Rouen, las dos ciudades que hizo famosas Santa Juana de Arco.

Su vida coincide casi exactamente con los años del famoso rey Luis XIV.

Probablemente su existencia habría pasado desapercibida si se hubiera contentado con vivir de acuerdo a su clase social adinerada, sin preocuparse por hacer ninguna obra excepcional en favor del pueblo necesitado. Pero la fuerza misteriosa de la gracia de Dios encontró en él un instrumento dócil para renovar la pedagogía y fundar las primeras escuelas profesionales y las más antiguas escuelas normales y fundar una Comunidad religiosa que se ha mantenido en principalísimos puestos en la educación en todo el mundo. Este santo fue un genio de la pedagogía, o arte de educar.

Si San Juan Bautista de la Salle viviera hoy aquí en la tierra abriría los ojos aterrado al ver que la educación se ha secularizado, o sea se ha organizado como si Dios no existiera y sólo se preocupa por hacer de los seres humanos unos animalitos muy buen amaestrados, pero sin fe, sin mirar a la eternidad ni importarle nada la salvación del alma. Porque para él, lo imprescindible, lo que constituía su obsesión, era obtener la salvación del alma de los educandos y hacerlos crecer en la fe. Si no hubiera sido por estos dos fines, él no habría emprendido ninguna obra especial, porque esto era lo que en verdad le interesaba y le llamaba la atención: hacer que los educandos amaran y obedecieran a Dios y consiguieran llegar al reino eterno del cielo.

Juan Bautista había estudiado en el famoso seminario de San Suplicio en París y allí recibió una formidable formación que le sirvió para toda su vida. Fue ordenado sacerdote y por su posición social y sus hermosas cualidades parecía destinado para altos cargos eclesiásticos, cuando de pronto al morir su director espiritual lo dejó como encargado de una obra para niños pobres que el santo sacerdote había fundado: una escuela para niños y un orfelinato para niñas pobres, dirigido por unas hermanitas llamadas de El Niño Jesús. Allí en esa obra lo esperaba la Divina Providencia para encaminarlo hacia la gran obra que le tenía destinada: ser el reformador de la educación.

La Salle le dio un viraje de 180 grados a los antiguos métodos de educación. Antes se enseñaba a cada niño por aparte. Ahora La Salle los reúne por grupos para darles clases (en la actualidad eso parece tan natural, pero en aquel tiempo era una novedad). Antiguamente se educaba con base en gritos y golpes. El padre Juan Bautista reemplazaba el sistema del terror por el método del amor y de la convicción. Y los resultados fueron maravillosos. La gente se quedaba admirada al ver cómo mejoraba totalmente la juventud al ser educada con los métodos de nuestro santo.

No les enseñaba solamente cosas teóricas y abstractas, sino sobre todo aquellos conocimientos prácticos que más les iban a ser de utilidad en la vida diaria. Y todo con base en la religión y la amabilidad.

La Salle empezó a reunir a sus profesores para instruirlos en el arte de educar y para formarlos fervorosamente en la vida religiosa. Y con los más entusiastas fundó la Comunidad de Hermanos de las Escuelas Cristianas que hoy son unos 15,000 en más de mil colegios en todo el mundo. Y siguen siendo una autoridad mundial en pedagogía, en el arte de educar a la juventud. El éxito de los Hermanos Cristianos fue inmenso desde el principio de su congregación, y ya en vida del santo abrieron colegios en muchas ciudades y en varias naciones. Un 15 de agosto los consagró San Juan Bautista a la Santísima Virgen y han permanecido fervorosos propagadores de la devoción a la Madre de Dios.

Al principio algunos le fallaron porque el santo era tan bondadoso que no podía imaginar mala voluntad en ninguno de sus discípulos. Para él todo el mundo era bueno, y por mucho que lo hubieran ofendido estaba siempre dispuesto a perdonar y a volver a recibir al que había faltado. Y tuvo la prueba dolorosísima de ver que algunos lo engañaron y se dejaron contagiar por el espíritu del mundo. Pero luego sus asesores lo convencieron para que no aceptara a ciertos sujetos no confiables y que expulsara a algunos que se habían vuelto indignos. Y el santo aceptando con toda humildad y mansedumbre los buenos consejos recibidos procedió a purificar muy a tiempo su congregación.

Siendo de familia muy rica, repartió todos sus bienes entre los pobres y se dedicó a vivir como un verdadero pobre. Los últimos años cuando renunció a ser Superior General de su Congregación, pedía permiso al superior hasta para hacer los más pequeños gastos. Los viajes aunque a veces muy largos, los hacía casi siempre a pie, y pidiendo limosna para alimentarse por el camino, durmiendo en casitas pobrísimas, llenas de plagas y de incomodidades.

Una vez pasó todos los tres meses del crudísimo invierno, en una habitación sin calefacción y con ventanas llenas de rendijas y con varios grados bajo cero. Esto le trajo un terrible reumatismo que durante todo el resto de su vida le produjo tremendos dolores y las anticuadas curaciones que le hicieron para ese mal lo torturaron todavía mucho más.

En su juventud, por ser de familia muy adinerada, había gozado de una alimentación refinada y muy sabrosa. Cuando se dedicó a vivir la pobreza de una comunidad fervorosa y en la cual, los alimentos eran rudos y desagradables, tenía que aguantar muchas horas sin comer, para que su estómago fuera capaz de recibirle esos alimentos tan burdos.

Su sotana y su manto eran tan pobres y descoloridos, que un pobre no se los hubiera aceptado como limosna.

Su humildad era tan grande que se creía indigno de ser el superior de la comunidad. Estaba siempre dispuesto a dejar su alto puesto y alguna vez que por calumnias dispuso la autoridad superior quitarlo de ese cargo, él aceptó inmediatamente. Pero todos los Hermanos firmaron un memorial anunciando que no aceptaban por el momento a ningún otro como superior sino al Santo Fundador y tuvo que aceptar el seguir con el superiorato.

No se cansaba de recomendar con sus palabras y sus buenos ejemplos, a sus religiosos y amigos que la preocupación número uno del educador debe ser siempre el tratar de que los educandos crezcan en el amor a Dios y en la caridad hacia el prójimo, y que cada maestro debe esforzarse con toda su alma por tratar de que los jovencitos conserven su inocencia si no la han perdido o que recuperen su amistad con Dios por medio de la conversión y de un inmenso horror al pecado y a todo lo que pueda hacer daño a la santidad y a todo lo que se oponga a la eterna salvación.

Pasaba muchas horas en oración y les insistía a sus religiosos que lo que más éxito consigue en la labor de un educador es orar, dar buen ejemplo y tratar a todos como Cristo lo recomendó en el evangelio: "haciendo a los demás todo el bien que deseamos que los demás no hagan a nosotros".

San Juan Bautista de la Salle murió el 7 de abril de 1619 a los 68 años. Fue declarado santo por el Sumo Pontífice León XIII en el año 1900. El Papa Pío XII lo nombró Patrono de los Educadores del mundo entero.

Santo educador: tú que recomendabas que se le concediera la máxima importancia a la clase de religión, considerándola la más provechosa de todas en todo colegio y escuela, pídele al buen Dios que la clase de religión vuelva a estar en primerísimo lugar en nuestros centros de educación y no vaya a ser reemplazada jamás por otras asignaturas menos importantes. Y ruégale a Dios que nos envíe muchos y santos y muy fervorosos profesores de religión.

Se recomienda ver la película y difundirla:

http://www.gloria.tv/?media=43645

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Fuente: Franciscanos.org
María Assunta Pallotta, Beata Virgen Misionera Franciscana, Abril 7  

María Assunta Pallotta, Beata

Virgen Misionera Franciscana

Martirologio Romano: En el lugar de Dongerkou, en China, beata María Asunto Pallotta, virgen de las Hermanas Franciscanas Misioneras de María, que, dedicada a cargos humildes, trabajó sencilla y desconocida por el reino de Cristo (1905).

 

Nació el año 1878 en Force (Marcas, Italia), de una familia campesina, pobre, religiosa.

Era la mayor de cinco hermanos y pronto tuvo que dejar la escuela y ponerse a trabajar para contribuir al sustento de su familia.

Fue siempre laboriosa, sencilla, amable, muy devota. En 1898, con la ayuda de personas buenas, ingresó en las Franciscanas Misioneras de María. Dos años después eran martirizadas en China siete Misioneras.

No tardó nuestra beata en pedir a la Fundadora que la enviara allí, petición que le fue aceptada. Tras recibir la bendición de san Pío X, emprendió el viaje con otras hermanas y llegó a Shansi (China) en junio de 1904. Fue destinada como cocinera al orfanato de un pueblo pequeño, Donger-kou. De nuevo aquí fue la monjita sencilla, dócil, generosa, sacrificada, entregada a trabajos humildes en los que prodigaba el amor que bebía en su vida con Dios.

En 1905 azotó la región una epidemia de tifus y María Assunta fue una de sus víctimas. Murió el 7 de abril de 1905.



María Assunta Pallotta nació en Force (Ascoli Piceno) el 20 de agosto de 1878, primogénita entre cinco hermanos. Vivió los primeros años en Castel di Croce hasta que su familia se trasladó definitivamente a Force. No pudo seguir estudios regulares pues muy pronto tuvo que dedicarse al trabajo.

La determinación de abandonar el mundo surgió en ella de una manera súbita e imperiosa, por lo cual, ayudada de personas buenas, dada la pobreza de su familia, se dirigió a la casa de probación de las religiosas Franciscanas Misioneras de María el 4 de mayo de 1898. Vivió en Roma, Grottaferrata y Florencia, distinguiéndose por la sencillez, la humildad, la prontitud para realizar los servicios más modestos y los trabajos más pesados.

El Instituto de las Franciscanas Misioneras de María recibía su bautismo de sangre el 7 de julio de 1900, al ser martirizadas por los Boxers siete misioneras en Shansi, China. La fundadora les comunicó a las hermanas de la joven Congregación la noticia entre dolorida y orgullosa. Hacia 1903 María Assunta pidió a la fundadora ser enviada a China, para dar la vida por Cristo y por la fe.

La petición fue aceptada y el 19 de marzo del año siguiente, después de recibir la bendición de San Pío X, junto con otras nueve hermanas, se embarcaba en Nápoles para el Shansi, la misma misión de las mártires, donde llegó tres meses más tarde. Su deseo era el de entregarse al apostolado, en cambio fue destinada a la cocina.

El invierno fue rigurosísimo; en los primeros meses del año siguiente, 1905, en todo Shansi cundió una terrible epidemia de tifo, y, además de varias huérfanas, murieron cuatro religiosas, la tercera de las cuales fue sor María Assunta. Había caído enferma el 19 de marzo, aniversario de su partida de Italia. La tarde del 7 de abril recibió los últimos sacramentos y veinte minutos antes de morir, un perfume misterioso inundó las habitaciones donde ella había vivido.

En 1913, al exhumarla, su cuerpo fue hallado en perfecto estado de conservación. Los chinos la llamaron "la santa de los perfumes". Es la primera Franciscana Misionera de María que llegó a la santidad sin pasar por el martirio. Ella hubiera querido convertir a todos los habitantes de China, pero su apostolado fue fugaz: se extinguió antes de cumplir los 27 años de edad.

Fue beatificada el 7 de noviembre de 1954 pro el Papa Pío XII.

Si usted información relevante para la canonización de la beata María Assunta, contacte a:
Francescane Missionarie di Maria
Via Giusti, 12
00185 Roma, ITALIA

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Enrique (Henry) Walpole, Santo Mártir Jesuita, Abril 7  

Enrique (Henry) Walpole, Santo

Presbítero y Mártir

Martirologio Romano: En York, en Inglaterra, san Enrique Walpole, de la Compañía de Jesús, y beato Alejandro Rawlins, presbíteros y mártires, que, bajo la reina Isabel I, fueron encarcelados y cruelmente maltratados por ser sacerdotes, alcanzando la corona eterna al ser después ahorcados y descuartizados (1595).

Etimológicamente: Enrique = Aquel que es jefe de hogar, es de origen germáno.

 

Nació en Cercenar, Norfolk, Inglaterra, en el año 1558.

Joven de corazón generoso, Henry Walpole, que se encontraba cerca del lugar del martirio de san Edmundo Campion, quedó con su ropa con manchas de sangre. Este incidente hizo que él, con el tiempo, también fuera un jesuita y mártir.

Convertido de adulto al catolicismo, siguipo sus estudios sacerdotales en Rheims, Francia en 1582, y luego en el English College de Roma en 1583. Ingresó a la Compañia de Jesús (Jesuitas) en 1584, y finalmente fue ordenado en diciembre de 1588 en París, Francia.

Fue capellán de los soldados ingleses acontonados en Bruselas, Bélgica. Vice Rector de la Universidad San Albán de Valladolid, España, en 1593.

Regresó a Inglaterra a finales del año 1593 para atender a los convertidos al catolicismo en la zona de York.

Fue arrestado el 5 de diciembre de dicho año por el delito de ser sacerdote, fue llevado a la Torre de Londres, donde lo torturaron algunas hasta que finalmente lo descuartizaron el 5 de noviembre de 1595 en York.

Fue canonizado, como parte del grupo de
40 mártires en Inglaterra y Gales, el 25 de agosto de 1595 por el Papa Paulo VI.

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Fuente: Magnificat.ca || ar.geocities.com/misa_tridentina01
Hermano José de Colonia, Santo Presbítero Premostratense, Abril 7  

Hermano José de Colonia, Santo

Presbítero

Martirologio Romano: En el monasterio de los Premostratenses de Steinfeld, en Alemania, san Hermano José, presbítero, que brilló por su delicado amor hacia la Virgen María y celebró con himnos y cánticos su devoción hacia el divino Corazón de Jesús (1241/1252).

 

Nacido en Colonia en el año 1151, es llamado Hermano José por su ferviente devoción al Santo Patriarca.

Muy joven todavía, se hace religioso premostratense1 en Steinfeld. Antes de ser sacerdote y durante los estudios, su ocupación predilecta es la de sacristán; para permanecer ante Cristo Eucaristía, lo más posible, día y noche.

Ya sacerdote, le encargaron dirigir varios conventos de monjas contemplativas y compuso para ellas varios tratados de piedad. En cuanto a sus propias experiencias espirituales, escribió, como tantos otros místicos, un comentario del Cantar de los Cantares.

Sufría continuos dolores de cabeza que se redoblaban con violencia durante las solemnidades litúrgicas. Esto lo llevaba a decir "conozco a uno que no está de fiesta los días de fiesta". A pesar de esta enfermedad y de muchas otras, vivió hasta la edad de noventa años.

Siempre tuvo una devoción muy especial a la Santísima Virgen y su vida estuvo llena de visiones y éxtasis.

De él se dijo: "Piensa tanto en Dios que el mundo le es indiferente; pero su corazón es como un Hospital General, abierto a todos ".

Fue canonizado por S.S. Pío XII el año 1958.

1Premostratense: En España también conocida como Mostenses, es una Orden religiosa de vida monacal fundada por San Norberto el año 1120. Su nombre se debe al lugar donde se originó (Prémontré) en Francia. Su vida se basa en la regla de los canónigos regulares de San Agustín. También reciben el nombre de "canónigos blancos", debido al color de su hábito, o "norbertinos", derivado de su fundador.

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Eduardo (Edward) Oldcorne, Beato Mártir Jesuita, Abril 7  

Eduardo (Edward) Oldcorne, Beato

Presbítero y Mártir

Martirologio Romano: En Worcester, en Inglaterra, beatos mártires Eduardo Oldcorne, presbítero, y Rodolfo Ashley, religiosos de la Compañía de Jesús, que ejercieron clandestinamente el ministerio durante muchos años, pero finalmente, acusados de tomar parte en un complot contra el rey Jacobo I, fueron encarcelados y torturados, y después descuartizados vivos (1606).

Etimológicamente: Eduardo = Aquel que protege la propiedad, es de origen germánico.

 

Nació en York, Inglaterra, en el año 1561.

Sacerdote Jesuita, ordenado en Roma, y recibido en la Compañía de Jesús en 1587.

Trabajó en la misión inglesa en Worcestershire durante 16 años.

Sufrió de cáncer en la garganta, pero siguió predicando a pesar del dolor. En busca de cura realizó una peregrinación hacia la urna de San Winifred en Flintshire. Su cáncer sanó, y volvió fuerte y saludable a seguir trabajando en su vocación.

Un frustrado grupo de ingleses católicos tuvieron la tonta idea de conspirar contra el rey y el parlamento, pero lo único que obtuvieron es que aquel tenga una excusa para renovar la persecución contra los católicos, y sobre todo conta los Jesuitas.

Edward fue arrestado, falsamente acusado, y torturado durante cinco días para conseguir información sobre los autores del atentado.

Martirizado junto al Beato Ralph Ashley, fue arrastrado y descuartizado el 7 de abril de 1606.

S.S. Pío XI lo beatifico el 15 de diciembre de 1929.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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