martes, 29 de noviembre de 2016

[ † ] Miércoles de San José. 30/11/2016. San Andrés Apóstol ¡ruega por nosotros!

JA

JMJ

Pax

Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 4, 18-22

Gloria a ti, Señor. Un día que Jesús caminaba por la ribera del lago de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado después Pedro, y Andrés, los cuales estaban echando las redes al lago, porque eran pescadores. Jesús les dijo: "Síganme y los haré pescadores de hombres". Ellos inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que estaban con su padre en la barca, remendando las redes, y los llamó también. Ellos, dejando enseguida la barca y a su padre, lo siguieron. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor, Jesús.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor, Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

 

San Andrés, apóstol (30 de nov) inicio

Antífona de Entrada

El Señor, junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Pedro y Andrés, y los llamó: "Vengan conmigo y los haré pescadores de hombres".

 

Se dice "Gloria".

Oración Colecta

Oremos:
Protégenos, Señor, con la constante intercesión del apóstol san Andrés, a quien escogiste para ser predicador y pastor de tu Iglesia.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

La fe viene de la predicación y la predicación consiste en anunciar la palabra de Cristo

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 10, 9-18

Hermanos: Basta que cada uno declare con su boca que Jesús es el Señor y que crea en su corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, para que pueda salvarse. En efecto, hay que creer con el corazón para alcanzar la santidad y declarar con la boca para alcanzar la salvación.
Por eso la Escritura: Ninguno que crea en él quedará defraudado, porque no existe diferencia entre judíos y no judíos, ya que uno mismo es el señor de todos, espléndido con todos los que lo invocan, pues todo el que invoque al Señor como a su Dios, será salvado por él.
Ahora bien, ¿cómo van a invocar al Señor, si no creen en él? ¿Y cómo van a creer en él, si no han oído hablar de él? ¿Y cómo van a oír hablar de él, si no hay nadie que se lo anuncie? ¿Y cómo va a haber quienes lo anuncien, si no son enviados? Por eso dice la Escritura: ¡Que hermoso es ver correr sobre los montes al mensajero que trae buenas noticias!
Sin embargo, no todos han creído en el Evangelio. Ya lo dijo Isaías: señor, ¿quién ha creído en nuestra predicación? Por tanto, la fe viene de la predicación y la predicación consiste en anunciar la palabra de Cristo.
Entonces yo pregunto: ¿Acaso no habrán oído la predicación? ¡Claro que la han oído!, pues la Escritura dice: La voz de los mensajeros ha resonado en todo el mundo y sus palabras han llegado hasta el último rincón de la tierra.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 18

El mensaje del Señor resuena en toda la tierra.

Los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día comunica su mensaje al otro día y una noche se lo transmite a la otra noche.
El mensaje del Señor resuena en toda la tierra.

Sin que pronuncien una palabra, sin que resuene su voz, a toda la tierra llega su sonido y su mensaje hasta el fin del mundo.
El mensaje del Señor resuena en toda la tierra.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Síganme, dice el Señor, y yo los haré pescadores de hombres.
Aleluya.

Evangelio

Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 4, 18-22

Gloria a ti, Señor. Un día que Jesús caminaba por la ribera del lago de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado después Pedro, y Andrés, los cuales estaban echando las redes al lago, porque eran pescadores. Jesús les dijo: "Síganme y los haré pescadores de hombres". Ellos inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que estaban con su padre en la barca, remendando las redes, y los llamó también. Ellos, dejando enseguida la barca y a su padre, lo siguieron. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor, Jesús.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor, Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Dios todopoderoso: estos dones que te presentamos en la festividad de san Andrés, nos hagan agradables a Ti y, al recibirlos, renueven nuestra vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Los apóstoles, cimientos de la Iglesia y testigos de Cristo

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque cimentaste tu Iglesia sobre la roca de los Apóstoles, para que ella fuera en el mundo signo permanente de tu santidad y anunciara a los seres humanos tu mensaje de salvación.
Por eso, Señor,
con todos los ángeles y llenos de profunda devoción, te alabamos ahora y siempre diciendo con humilde fe:

Antífona de la comunión

Dijo Andrés a su hermano Simón: "Hemos encontrado al Mesías". Y lo llevó a Jesús.

 

Oración después de la comunión

Oremos:
Te rogamos, Señor, que la participación en tus sacramentos nos dé fortaleza para que,
compartiendo la muerte de Cristo, a ejemplo del apóstol san Andrés, merezcamos vivir con él en la gloria.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

 

30 de noviembre

SAN ANDRÉS, APÓSTOL*

Fiesta

— El primer encuentro con Jesús.

— Apostolado de la amistad,

— La llamada definitiva. Desprendimiento y prontitud para seguir al Señor.

I. Fueron y vieran dónde vivía, y permanecieron aquel día con Él. Era alrededor de la hora décima1.

Andrés y Juan fueron los primeros Apóstoles llamados por Jesús, según nos relata el Evangelio. El Maestro ha comenzado su ministerio público y enseguida, al día siguiente, comienza a llamar a los que estarán más cercanos a su Persona. Se encontraba el Bautista con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dijo: He aquí el Cordero de Dios2. Y los dos se fueron detrás del Señor. Se volvió Jesús y, viendo que le seguían, les preguntó: ¿Qué buscáis? Ellos le dijeron: Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives? Les respondió: Venid y veréis. Era en realidad una amable invitación a que le acompañaran. Durante aquel día Jesús les hablaría de mil cosas con sabiduría divina y encanto humano, y quedaron ya para siempre unidos a su Persona. Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan y le siguieron. Juan, después de muchos años, pudo anotar en su Evangelio la hora del encuentro: Era alrededor de la hora décima, hacia las cuatro de la tarde. Jamás olvidó aquel momento en que Jesús les dijo: ¿Qué buscáis? Andrés también recordaría siempre aquel día definitivo.

Nunca se olvida el encuentro decisivo con Jesús. Aceptar la llamada del Señor, ser recibido en el círculo de sus más íntimos, es la mayor gracia que se puede recibir en este mundo. Representa ese día feliz, inolvidable, en el que somos invadidos por la clara invitación del Maestro, ese don inmerecido, tanto más valioso por cuanto viene de Dios, que da sentido a la vida e ilumina el futuro. Hay llamadas de Dios que son como una invitación dulce y silenciosa; otras, como la de San Pablo, fulminantes como un rayo que rasga la oscuridad, y también hay llamadas en las que el Maestro pone sencillamente la mano sobre el hombro, mientras dice: ¡Tú eres mío! ¡Sígueme! Entonces, el hombre, lleno de alegría, va, vende cuanto tiene y compra aquel Campo3, porque en él está su tesoro. Ha descubierto, entre los muchos dones de la vida, como un experto que busca perlas finas4, la de mayor valor5.

Venid y veréis. Es en el trato personal con el Señor donde Andrés y Juan conocieron, por experiencia personal, aquello que con las solas palabras no hubieran entendido, del todo6. Es en la oración personal, en la intimidad con Cristo, donde conocemos sus múltiples invitaciones y llamadas a seguirle más de cerca. Ahora, mientras hablamos con Él, nos podríamos preguntar si tenemos el oído atento a su voz inconfundible, si estamos respondiendo hasta el fondo a lo que nos pide, porque Cristo pasa junto a nosotros y llama. Él sigue presente en el mundo, con la misma realidad de hace veinte siglos, y busca colaboradores que le ayuden a salvar almas. Vale la pena decir que sí a esta empresa divina.

II. Dijo Andrés a su hermano Simón: ¡Hemos encontrado al Mesías! (que significa Cristo). Y lo llevó a Jesús7.

El encuentro con Jesús dejó a Andrés con el alma llena de felicidad y de gozo; una alegría nueva que era necesario comunicar enseguida. Parece como si no pudiera retener tanta dicha. Al primero que encontró fue a su hermano Pedro. Y comenta San Juan Crisóstomo que, después de haber estado con Jesús, después de haberle tratado durante aquel día, "no guardó para sí este tesoro, sino que se apresuró a acudir a su hermano, para hacerle partícipe de su dicha"8. Andrés debió hablar a Pedro con entusiasmo de su descubrimiento: ¡Hemos encontrado al Mesías!, le dice con ese tono especial del que está convencido, pues logra que Pedro, quizá cansado después de una jornada de trabajo, vaya hasta el Maestro, que ya le esperaba: Y lo llevó hasta Jesús. Esa es nuestra tarea: llevar a Cristo a nuestros parientes, amigos y conocidos, hablándoles con ese convencimiento que persuade. Este anuncio es propio del alma que "se llena de gozo con su aparición y que se apresura a anunciar a los demás algo tan grande. Esta es la prueba del verdadero y sincero amor fraternal, el mutuo intercambio de bienes espirituales"9. Verdaderamente, quien encuentra a Cristo lo encuentra para todos y, en primer lugar, para los más cercanos: parientes, amigos, colegas...

Nosotros hemos tratado con intimidad ¡quizá desde hace no pocos años! a Cristo, que pasó cerca de nuestra vida: "como Andrés, también nosotros, por la gracia de Dios, hemos descubierto al Mesías y el significado de la esperanza que hay que transmitir a nuestro pueblo"10. El Señor se vale con frecuencia de los lazos de la sangre, de la amistad... para llamar a otras almas a seguirle. Esos vínculos pueden abrir la puerta del corazón de nuestros parientes y amigos a Jesús, que a veces no puede entrar debido a los prejuicios, los miedos, la ignorancia, la reserva mental o la pereza. Cuando la amistad es verdadera no son necesarios grandes esfuerzos para hablar de Cristo: la confidencia surgirá como algo normal. Entre amigos es fácil intercambiar puntos de vista, comunicar hallazgos... ¡Sería tan poco natural que no habláramos de Cristo, siendo lo más importante que hemos descubierto y el motor de nuestro actuar!

La amistad, con la gracia de Dios, puede ser el cauce natural y divino a un mismo tiempo para un apostolado hondo, capilar, hecho uno a uno. Muchos descubrirán por nuestras palabras llenas de esperanza y de alegría a Jesús cercano, como lo encontró Pedro, como quizá lo hallamos en otro tiempo nosotros. "Un día no quiero generalizar, abre tu corazón al Señor y cuéntale tu historia, quizá un amigo, un cristiano corriente igual a ti, te descubrió un panorama profundo y nuevo, siendo al mismo tiempo viejo como el Evangelio. Te sugirió la posibilidad de empeñarte seriamente en seguir a Cristo, en ser apóstol de apóstoles. Tal vez perdiste entonces la tranquilidad y no la recuperaste, convertida en paz, hasta que libremente, porque te dio la gana que es la razón más sobrenatural-, respondiste que sí a Dios. Y vino la alegría, recia, constante, que solo desaparece cuando te apartas de Él"11. Esa alegría que solo hemos encontrado al seguir los pasos del Maestro, y que deseamos que muchos participen.

III. Un tiempo más tarde, mientras caminaban junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón el llamado Pedro y Andrés su hermano, que echaban la red al mar, pues eran pescadores. Y les dijo Jesús: Seguidme y os haré pescadores de hombres. Ellos, al instante dejaron las redes y le siguieron12. Es la llamada definitiva, culminación de aquel primer encuentro con el Maestro. Andrés, como los demás Apóstoles, respondió al instante, con prontitud. San Gregorio Magno, al comentar esta llamada definitiva de Jesús y el desprendimiento de todo lo que poseían con que respondieron aquellos pescadores, enseña que el reino de los cielos "vale tanto cuanto tienes"13. Ante Jesús que pasa no podemos reservarnos nada. Mucho dejaron Pedro y Andrés, "puesto que ambos dejaron los deseos de poseer"14. El Señor necesita corazones limpios y desprendidos. Y cada cristiano que sigue a Cristo ha de vivir, según su peculiar vocación, este espíritu de entrega. No puede haber algo en nuestra vida que no sea de Dios. ¿Qué nos vamos a reservar cuando el Maestro está tan cerca, cuando le vemos y le tratamos todos los días?

Este desprendimiento nos permitirá acompañar a Jesús que continúa su camino con paso rápido, que no sería posible seguir con demasiados fardos. El paso de Dios puede ser ligero, y sería triste que nos quedásemos atrás por cuatro cosas que no valen la pena. Él, de una forma u otra, pasa siempre cerca de nosotros y nos llama. Una veces lo hace a una edad temprana, otras en la madurez, y también cuando ya falta un trayecto más corto para llegar hasta Él, como se desprende de aquella parábola de los jornaleros que fueron contratados a diversas horas del día15. En cualquier caso, es necesario responder a esa llamada con la alegría estremecida que nos han dejado los Evangelistas cuando recuerdan su llamada. Es el mismo Jesús el que pasa ahora, el que nos ha invitado a seguirle.

Cuenta la tradición que San Andrés murió alabando la cruz, pues le acercaba definitivamente a su Maestro: "Oh cruz buena, que has sido glorificada por causa de los miembros del Señor, cruz por largo tiempo deseada, ardientemente amada, buscada sin descanso y ofrecida a mis ardientes deseos (...), devuélveme a mi Maestro, para que por ti me reciba el que por ti me redimió"16. No nos importarán los mayores sacrificios si vemos a Jesús detrás de ellos.

1 Jn 1, 39. — 2 Jn 1, 37. — 3 Mt 13, 44. — 4 Mt 13, 45. — 5 J. L. Sánchez de Alba, El Evangelio de San Juan, Palabra, 3.ª ed., Madrid 1987, nota a Jn 1, 35-51. — 6 Santo Tomás, Comentario al Evangelio de San Juan, in loc. — 7 Antífona de comunión. Jn 1, 41-42. — 8 Liturgia de las Horas, Segunda lectura, San Juan Crisóstomo, Homilías sobre el Evangelio de San Juan 19, 1. — 9 Ibídem. — 10 Juan Pablo II, Homilía 30-XI-1982. — 11 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 1. — 12 Mt 4, 18-20. — 13 San gregorio Magno, Homilías sobre Evangelios, I, 5, 2. — 14 Ibídem. — 15 Cfr. Mt 20, 1 ss. — 16 Pasión de San Andrés.

* San Andrés Apóstol era natural de Betsaida, hermano de Simón y pescador como él. Fue al principio discípulo de Juan el Bautista, y luego uno de los primeros que conoció a Jesús, y quien llevó a Pedro al encuentro con el Maestro. En la multiplicación de los panes, Andrés es quien dice a Jesús que había un muchacho con unos panes y unos peces. Según la tradición, predicó el Evangelio en Grecia y murió crucificado en Acaya en una cruz en forma de aspa.

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novena de la inmaculada
30 de noviembre. 1er Día de la Novena

ESTRELLA DE LA MAÑANA*

— María, anunciada y prefigurada en el Antiguo Testamento.

— Nuestra Señora, luz que ilumina y orienta.

— "Estrella del mar".

I. Apareció un lucero en medio de la oscuridad y anunció al mundo en tinieblas que la Luz estaba para llegar. El nacimiento de la Virgen fue la primera señal de que la Redención estaba ya próxima. "La aparición de Nuestra Señora en el mundo es como la llegada de la aurora que precede a la luz de la salvación, Cristo Jesús; como el abrirse sobre la tierra, toda cubierta del fango del pecado, de la más bella flor que jamás haya brotado en el jardín de la Humanidad: el nacimiento de la criatura más pura, más inocente, más perfecta, más digna de la definición que el mismo Dios, al crearlo, había dado al hombre: imagen de Dios, semejanza de Dios. María nos restituye la figura de la humanidad perfecta"1. Jamás los ángeles habían contemplado una criatura más bella, nunca la humanidad tendrá nada parecido.

La Virgen Santa María había sido anunciada a lo largo del Antiguo Testamento. En los mismos comienzos de la revelación ya se habla de Ella. En el anuncio de la Redención, después de la caída de nuestros primeros padres2, Dios habla a la serpiente, y le dice: Establezco enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y su linaje: él te aplastará la cabeza y tú le acecharás el calcañar. La mujer es en primer lugar Eva, que había sido tentada y había caído; y, en un nivel más profundo, la mujer es María, la nueva Eva, de quien nacerá Cristo, absoluto vencedor del demonio simbolizado en la serpiente. Frente a su poder, el demonio no podrá hacer nada eficaz. En Ella se dará la mayor enemistad que se pueda concebir en la tierra entre la gracia y el pecado. El Profeta Isaías anuncia a María como la Madre virginal del Mesías3. San Mateo señalará expresamente el cumplimiento de esta profecía4.

La Iglesia aplica también a María el elogio que el pueblo de Israel dirigió a Judit, su salvadora: Tú, orgullo de Jerusalén; tú, gloria de Israel; tú, honra de nuestra nación; por tu mano has hecho todo esto; tú has realizado esta hazaña en favor de Israel. Que se complazca Dios en ella. Bendita seas tú del Señor omnipotente por siempre jamás5. Palabras que se cumplen en María de modo perfecto. ¿No colaboró María a librarnos de un enemigo mayor que Holofernes, a quien Judit cortó la cabeza? ¿No cooperó a librarnos de la cautividad definitiva?6.

La Iglesia refiere también a María otros textos que tratan en primer lugar de la Sabiduría divina; sugieren, sin embargo, que en el plan divino de la salvación, formado desde la eternidad, está contenida la imagen de Nuestra Señora. Antes que los abismos fui engendrada yo, antes que fuesen las fuentes de las aguas7. Y como si la Escritura se adelantara recordando el amor purísimo que había de reinar en su Corazón dulcísimo, leemos: Yo soy la Madre del amor hermoso, del temor, de la ciencia y de la santa esperanza. Venid a mí cuantos me deseáis, y saciaos de mis frutos. Porque recordarme es más dulce que la miel... el que me escucha jamás será confundido, y los que me sirven no pecarán8. Y, atisbando su Concepción Inmaculada, anuncia el Cantar de los cantares: Eres toda hermosa, amiga mía, no hay tacha en ti9. Y el Eclesiástico anuncia de una manera profética: En mí se encuentra toda gracia de doctrina y de verdad, toda esperanza de vida y de virtud10. "¡Con cuánta sabiduría la Iglesia ha puesto esas palabras en boca de nuestra Madre, para que los cristianos no las olvidemos! Ella es la seguridad, el Amor que nunca abandona, el refugio constantemente abierto, la mano que acaricia y consuela siempre"11. Busquemos nosotros su ayuda y su consuelo en estos días, mientras nos preparamos a celebrar la gran solemnidad de su Concepción Inmaculada.

II. Del mismo modo que María está en el amanecer de la Redención y en los mismos comienzos de la revelación, también se encuentra en el origen de nuestra conversión a Cristo, en la santidad personal y en la propia salvación. Por Ella nos llegó Cristo, y por Ella nos han llegado y seguirán derramándose sobre nosotros todas las gracias que nos sean necesarias. La Virgen Santísima nos ha facilitado el camino para recomenzar tantas veces y nos ha librado de incontables peligros, que solos no hubiéramos podido superar. Ella nos ofrece todas las cosas que conservaba en su corazón12, que miran directamente a Jesús, "a cuyo encuentro nos lleva de la mano"13. En María encontró la humanidad la primera señal de esperanza, y en Ella la sigue hallando cada hombre y cada mujer, pues es luz que ilumina y orienta. "Ella no tiene brillo propio, brillo que salga de Ella misma, sino que refleja al Redentor suyo y nuestro, y le da gloria. Cuando aparece en las tinieblas, sabemos que Él está cerca, al alcance de nuestra mano"14.

Se dice que los navegantes acudían al lucero más luminoso del firmamento cuando andaban desorientados en medio del océano o cuando deseaban comprobar o enderezar el rumbo. A María acudimos nosotros cuando nos sentimos perdidos, cuando queremos rectificar la dirección de la vida para orientarla derechamente al Señor: es "la estrella en el mar de nuestra vida"15. La Liturgia la llama "esperanza segura de salvación", que brilla "en medio de las dificultades de la vida"16, de esas tormentas que llegan sin saber cómo, o en las que nos metemos los hombres por no estar cerca de Dios. Y es San Bernardo el que nos aconseja: "No apartes los ojos del resplandor de esta Estrella si no quieres ser destruido por las borrascas"17.

De María se origina una luz especial que alumbra el camino que debemos seguir en las diferentes tareas y asuntos de la vida. De modo especial esclarece el espléndido camino de la vocación a la que cada uno ha sido llamado. Cuando se acude a Ella con rectitud de intención, se acierta siempre en el cumplimiento de la voluntad de Dios. Esta claridad especial que encontramos en María proviene de la plenitud de gracia que llenó su alma desde el primer instante de su Concepción Inmaculada y de su misión de corredentora. Santo Tomás señala que esta gracia se derrama sobre todos los hombres. "Ya es grande para un santo afirma tener tanta gracia que baste para la salvación de muchos, y lo más grande sería tenerla suficiente para salvar a todos los hombres del mundo; esto último ocurre en Cristo, y en la Santísima Virgen"18, por la íntima unión corredentora con su Hijo. Los teólogos distinguen la plenitud absoluta de gracia, que es propia de Cristo; la plenitud de suficiencia, común a todos los ángeles; y la plenitud de superabundancia, que es privilegio de María y que se derrama con largueza sobre sus hijos. "De tal manera es llena de gracia que sobrepasa en su plenitud a los ángeles; por eso, con razón, se la llama María, que quiere decir iluminada (...) y significa además iluminadora de otros, por referencia al mundo entero"19, dice Santo Tomás de Aquino.

Hoy, en este primer día de la Novena a la Inmaculada, hacemos el propósito de pedirle ayuda siempre que en nuestra alma nos encontremos a oscuras, cuando debamos rectificar el rumbo de la vida o tomar una determinación importante. Y, como siempre estamos recomenzando, recurriremos a Ella para que nos señale la senda que hemos de seguir, la que nos afirma en la propia vocación, y le pediremos ayuda para recorrerla con garbo humano y con sentido sobrenatural.

III. La Virgen fue bendita entre todas las mujeres porque estuvo a cubierto del pecado y de las huellas que el mal deja en el alma: "solo Ella conjuró la maldición, trajo la bendición y abrió la puerta del paraíso. Por este motivo le va el nombre de María, que significa Estrella del mar; como la estrella del mar orienta a puerto a los navegantes, María dirige a los cristianos a la gloria"20. Así la honra también la Liturgia de la Iglesia: Ave, maris stella!... ¡Salve, estrella del mar!, Madre de Dios excelsa...21.

En este primer día de la Novena con que queremos honrar a Nuestra Madre del Cielo, hacemos el propósito firme, ¡tan grato a Ella!, de recurrir a su intercesión en cualquier necesidad en que nos encontremos, siguiendo el consejo de un Padre de la Iglesia: "Si se levantan los vientos de las tentaciones, si tropiezas con los escollos de la tentación, mira a la estrella, llama a María. Si te agitan las olas de la soberbia, de la ambición o de la envidia, mira a la estrella, llama a María. Si la ira, la avaricia o la impureza impelen violentamente la nave de tu alma, mira a María. Si turbado con la memoria de tus pecados, confuso ante la fealdad de tu conciencia, temeroso ante la idea del juicio, comienzas a hundirte en la sima sin fondo de la tristeza o en el abismo de la desesperación, piensa en María. En los peligros, en las angustias, en las dudas, piensa en María, invoca a María. No se aparte María de tu boca, no se aparte de tu corazón; y para conseguir su ayuda intercesora no te apartes tú de los ejemplos de su virtud. No te descaminarás si la sigues, no desesperarás si la ruegas, no te perderás si en Ella piensas. Si Ella te tiene de su mano, no caerás; si te protege, nada tendrás que temer; no te fatigarás si es tu guía; llegarás felizmente al puerto si Ella te ampara"22. Bajo su amparo ponemos todos los días de nuestra vida. Ella nos guiará a través de un camino seguro. Cor Mariae dulcissimum iter para tutum.

1 Pablo VI, Homilía 8-IX-1964. — 2 Gen 3, 15. — 3 Is 7, 14. — 4 Mt 1, 22-23. — 5 Jdt 15, 9-10. — 6 Cfr. C. Pozo, María en la Escritura y la fe de la Iglesia, pp. 32 ss. - 7 Prov 8, 24. — 8 Eclo 24-30. — 9 Cant 4, 7. — 10 Eclo 24, 25. — 11 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 279. — 12 Lc 2, 51. — 13 Cfr. Juan Pablo II, Homilía 20-X-1979. — 14 Card. J. H. Newman, Rosa mística. Palabra, Madrid 1982, p. 137. — 15 Juan Pablo II, Homilía 4-VI-1979. — 16 Cfr. Liturgia de las Horas, Himno de laudes del 15 de agosto. — 17 San Bernardo, Homilías sobre la Virgen Madre, 2. — 18 Santo Tomás, Sobre el Avemaría, en Escritos de catequesis, p. 182. — 19 Ibídem. — 20 Ibídem, p. 185. — 21 Himno Ave, maris stella. — 22 San Bernardo, loc. cit.

* El pueblo cristiano, por inspiración del Espíritu Santo, ha sabido llegar a Dios a través de su Madre. Con una experiencia constante de sus gracias y favores la ha llamado "omnipotencia suplicante", y ha sabido encontrar en Ella el atajo "senda por donde se abrevia el camino"- para llegar a Dios. El amor ha "inventado" numerosas formas de tratarla y honrarla. Hoy comenzamos esta Novena, en la que procuramos ofrecer algo personal cada día a Nuestra Señora, para preparar la Solemnidad de su Concepción Inmaculada.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

Everardo, Santo Sacerdote, 30 de noviembre  

Noviembre 30

 

Etimológicamente significa "audaz, fuerte". Viene de la lengua alemana.

Incluso cuando haya en el creyente dudas, la presencia del Espíritu Santo permanece, en los días apacibles como en las horas de aridez.
Dios no hace acepción de personas. A todos los quiere y llama por igual para que hagan en la vida algo concreto que ayude a los demás y se santifiquen.

Este joven nació de una familia rica y con el título de condes de Stahleck.

En esa casa acomodada surgió la vocación para cisterciense en la abadía de Schoeneau. Tuvo dificultades al principio porque no tenía ninguna clase de estudios.

Entonces, cuando sólo tenía 16 años, se fue de ermitaño a una ermita que él mismo se construyó cerca de Maguncia.

Dios le guiaba en cada instante. Por eso le vino la idea de fundar allí un monasterio de monjas cistercienses.

Se dirigió al abad cercano, y éste le envió un grupo de religiosas de la abadía de Marienhausen.
Así nació la abadía de Chumbd.

En estas circunstancias, el abad le impuso el hábito de la Orden. Pronto lo hicieron el padre espiritual de las religiosas, una vez, claro está, que se ordenó de sacerdote.

Entre estas religiosas había dos hermanas suyas.
Cayó enfermo y así estuvo durante muchos años. Todo el mundo, comenzando por las religiosas, lo consideraban un verdadero santo que vivía entre ellas.

Nadie podía suponer que muriera tan joven: a los 28 años. Fue tal día como hoy del año 1191. Lo sepultaron en la iglesia del monasterio.
Sus restos se conservan en la actualidad en la abadía de Himmerod.

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José Otín Aquilué, Beato Mártir salesiano, 30 Noviembre  

José Otín Aquilué, Beato

Nacido en Huesca el 22 de Diciembre de 1901.

Ingresó a la Orden Salesiana, recibiendo el minisnterio sacerdotal en 1928.

Educador muy apreciado en Alcoy.

† Valencia, noviembre de 1936.

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José Marchand, Santo Mártir, 30 Noviembre  

José Marchand, Santo

Presbítero de la Sociedad de las Misiones Extranjeras de París.

Fue sentenciado a recibir latigazos hasta morir por el emperador Minh M, en Vietnam

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Fuente: Osanet.org
Federico de Ratisbona, Beato Leñador, 30 Noviembre  

Federico de Ratisbona, Beato

Nació en Ratisbona (Alemania). Sus padres pertenecían a la clase media. Entró como hermano no clérigo en el convento de los agustinos, y sirvió a la comunidad como carpintero, con el encargo de proveer a la casa la leña necesaria para el uso cotidiano, un modesto trabajo llevado a cabo durante años unido a una profunda vida de oración.

Pronto fue apreciado por su religiosidad, por su humildad y en particular por su ardiente devoción a la Eucaristía. Murió el 29 de noviembre de 1329.

Es una lástima que sea poco lo que se sabe de su vida. Conocemos, eso sí, algunas relaciones legendarias, como las aparecidas al inicio del siglo XX, provenientes de un manuscrito existente en la biblioteca del capítulo metropolitano de Praga, publicadas por el canónigo Dr. Podlaha. El autor, P. Hieronymus Streitel, prior de Ratisbona y cronista de la Orden a principios del siglo XVI, recoge tradiciones orales, preferentemente las ya propuestas en el retrato historiado que uno de sus inmediatos predecesores al frente de la comunidad ratisbonense, el P. Konrad Schleier, había seleccionado para decorar con ellas la tumba de Federico.

Entre ellas, la más conocida, narra cómo un día en que no pudo asistir a la misa, en el mismo lugar donde se encontraba trabajando recibió la comunión de manos de un ángel.

La carga de colorido con la que se presentan y enmarcan los hechos históricos conformidad a los gustos del tiempo, hoy hace que tales relatos sean vistos con fuertes reservas, incluso con rechazo.

Pero hay que tener en cuenta que al narrador medieval, más que la misma vida de los santos le interesaba mostrar su testimonio, y la confirmación y reconocimiento divino de su santidad mediante el milagro. Su intención era la de representar ejemplos de virtud e ideales religiosos que animaran a seguirlos.

Episodios como el expuesto atestiguan la devoción eucarística de nuestro beato y prueban el profundo efecto producido entre sus contemporáneos y la continuidad de la piadosa memoria de que fue objeto a lo largo de los siglos.

Los esfuerzos del siervo de Dios, P. Pío Keller, lograron su cometido cuando el 12 mayo de 1909, el papa Pío X ratificó el ininterrumpido culto que Federico había gozado y lo proclamó beato.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04
Cutberto (Cuthbert) Mayne, Santo Mártir, 30 Noviembre  

Cutberto (Cuthbert) Mayne, Santo

Nació en Yorkston, cerca de Barnstaple, Devonshire (bautizado el 20 de marzo de 1543 o 15444); murió en Launceston, Cornwall, el 29 Noviembre de 1577.

Era hijo de William Mayne; su tío era un sacerdote cismático que lo hizo educacar en la escuela primaria de Barnstaple.

Fue ordenado ministro protestante a la edad de dieciocho o diecinueve años. Entonces se fue a Oxford, primero a Saint Alban´s Hall, y luego a la Universidad de Saint John, donde se graduó en 1570.

Durante su permanencia en Oxford conoció al Dr. Gregorio Martin y al Beato Edmundo Champion, que era todavía protestante. Cutberto comprendió muy pronto que la verdad estaba en el catolicismo, pero no se atrevió a abandonar el protestantismo por miedo de perder cuanto tenía y quedarse en la miseria. Martin y Campion partieron al Colegio Inglés de Douai y desde allí escribieron varias veces a Cutberto para invitarle a reunirse con ellos.

En 1570,poco después de que Cutberto había obtenido la lincenciatura, una de esas cartas cayó en manos del obispo de Londres quien mandó arrestar a todos los estudiantes de Oxford cuyos nombres figuraban en ella. Cutberto estaba entonces ausente, de suerte que escapó de la prisión casi milagrosamente. Pero aquel incidente venció sus últimas resistencias: inmediatamente abjuró del protestantismo y, en 1573, ingresó en el Colegio de Douai.

Tres años después, recibió la ordenación sacerdotal y obtuvo el título de bachiller en teología.

En abril de 1576, fue enviado a Inglaterra con el Beato Juan Payne. Cutberto Mayne fue el décimo quinto sacerdote de Douai enviado a Inglaterra.

Nuestro Santo estableció su residencia en casa de Francisco Tregian, en Golden de Cornwall, donde se hizo pasar por un criado. Sabemos muy poco acerca de los ministerios de Cutberto. Lo cierto es que su presencia despertó sospechas porque un año después, el alcalde mayor, Ricardo Grenville, recorrió palmo a palmo la casa de Tregian.

El Padre Mayne fue arrestado por llevar al cuello un "Agnus Dei". También el señor Tregian fue detenido. El alcalde arrastró a Cutberto de la casa de un noble a otro. Finalmente, en Launceston le encerró en una horrible mazmorra y le encadenó a un poste del camastro.

Hacia el día de la fiesta de San Miguel, el Padre Mayne fue juzgado por varios crímenes: por haber obtenido de Roma y publicado en Golden "una facultad de absolver" a los súbditos de la reina (en realidad se trataba de un ejemplar de un ejemplar de la indulgencia del jubileo de 1575); por haber enseñado en la cárcel de Launceston que el obispo de Roma conservaba el poder espiritual sobre Inglaterra y haber dado el Señor Tregian "un objeto vano y supersticioso, vulgarmente llamado "Agnus Dei" (de lo cual no se adujo pruba alguna); y por haber celebrado la misa (pues se habían descubierto en Golden un misal, un cáliz y unos ornamentos sacerdotales). Todo ello era contrario a los estatutos de la reina.

El jurado dirigido por el fiscal Manwood, después de hablar muy largamente con el alcalde Grenville, declaró culpable al acusado, que fue condenado a muerte. Tres de los cuatro señores y los tres administradores de sus fincas fueron condenados a prisión perpetua y a la confiscación de sus bienes, por haber prestado ayuda al culpable.

Pero el segundo juez, que se llamaba Jeffrey, descontento de la forma en que se había llevado el proceso, consideró que el caso fuera estudiado nuevamente por todo el cuerpo judicial en Serjeants´Inn. Los jueces no lograron ponerse de acuerdo; pero, aunque la mayoría opinaba como Jeffrey, el Consejo Privado determinó que se ejecutase la sentencia para que sirviese de escarmiento a los sacerdotes que pasaban del continente a Inglaterra.

La víspera de la ejecución, se ofreció la libertad al Padre Mayne, a condición de que jurase la supremacía espiritual de la reina.

El beato pidió una Biblia, la besó y dijo: "La reina no ha sido ni será nunca la cabeza de la Iglesia en Inglaterra."

Fue conducido en un trineo al sitio de la ejecución y no se le permitió dirigir la palabra a la multitud desde el patíbulo. Como las autoridades tratasen de arrancarle una confesión contra el señor Tregian y su cuñado, Sir John Arundell, el Padre Mayne declaró: "Lo único que sé sobre ellos es que son hombres buenos y piadosos. El único que estaba al tanto de mi ministerio sacerdotal era yo mismo." El santo fue descuartizado vivo, pero probablemente ya había perdido el conocimiento cuando los verdugos enpezaron a desentrañarle.

Cutberto Mayne fue uno de los mártires beatificados por León XII. Su fiesta se celebra en Plymouth y algunas otras diócesis de Inglaterra. Las carmelitas de Lanherne poseen una importante reliquia del cráneo del santo; procede de Launceston, donde fue expuesta la cabeza después de la ejecución. Francisco Tregian fue desposeído de sus vienes y estuvo en diversas prisiones durante casi treinta años. Murió en Lisboa en 1608 y a sus reliquias se atribuyeron varios milagros. "Es de notar que ninguno de aquellos a los que el Padre Mayne reconcilió con la Iglesia, apostató de la fe católica, sin duda porque la habían conocido gracias a tan excelente maestro."

Pablo VI lo canonizó en 1970 como uno de los cuarenta mártires de Inglaterra y Gales.

Para ver más sobre los 40 mártires en Inglaterra y Gales haz "click"
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Ludovico Roch Gietyngier, Beato Sacerdote y Mártir, 30 Noviembre  

Ludovico Roch Gietyngier, Beato

Sacerdote diocesano, nacido en Zarki, Polonia, el 16 de Agosto de 1904.

Murió soportando tortura en Dachau, Alemania, en Noviembre de 1941.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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