JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 6, 43-49
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"No hay árbol bueno que dé fruto malo, ni árbol malo que produzca fruto bueno. Cada árbol se conoce por sus frutos: porque no se recogen higos de las zarzas, ni se cosechan uvas de los espinos. El hombre bueno dice cosas buenas, porque el bien está en su corazón; y el hombre malo dice cosas malas, porque el mal está en su corazón; pues la boca habla de lo que está lleno el corazón.
¿Por qué me llaman "Señor, Señor", y no hacen lo que digo? Les diré a quién se parece el que viene a mí, escucha mis palabras y las pone en práctica: se parece a uno que, al construir su casa, hizo una excavación profunda y echó los cimientos sobre roca; vino una creciente, chocó el río contra aquella casa, pero no pudo derribarla, porque estaba sólidamente construida. Pero el que no pone en práctica lo que escucha, se parece a uno que construyó su casa a flor de tierra, sin cimientos; chocó el río contra ella, e inmediatamente se derrumbó desplomándose".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
sab 23a. Ordinario año Par
Antífona de Entrada
En tu poder, Señor, está todo; nadie puede resistir a tu decisión. Tú creaste el cielo y la tierra y las maravillas todas que hay bajo el cielo. Tú eres dueño del universo.
Oración Colecta
Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, que con amor generoso desbordas los méritos y deseos de los que te suplican; derrama sobre nosotros tu misericordia, para que liberes nuestra conciencia de toda inquietud y nos concedas aun aquello que no nos atrevemos a pedir.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque todos comemos del mismo pan
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 10, 14-22
Queridos hermanos: Eviten la idolatría. Les hablo como a personas sensatas, capaces de valorar lo que digo. El cáliz de bendición con el que damos gracias, ¿no nos une a Cristo por medio de su sangre? Y el pan que partimos, ¿no nos une a Cristo por medio de su cuerpo? El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan.
Consideren al pueblo de Israel: Los que comen las víctimas sacrificadas en el altar, ¿no quedan unidos al altar? Con esto no quiero decir que el ídolo represente algo real, ni que la carne ofrecida a los ídolos tenga algún valor especial. Lo que quiero decirles es que los paganos ofrecen sus sacrificios a los demonios, y no a Dios, y yo no quiero que ustedes se asocien con los demonios.
No pueden beber el cáliz del Señor y el de los demonios; no pueden compartir la mesa del Señor y la mesa de los demonios. ¿Acaso queremos provocar la indignación del Señor? ¿Es que somos más fuertes que él?
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Sal 115, 12-13.17-18
Señor, te ofreceré con gratitud un sacrificio.
¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Levantaré el cáliz de la salvación e invocaré su nombre.
Señor, te ofreceré con gratitud un sacrificio.
Te ofreceré con gratitud un sacrificio e invocaré tu nombre. Cumpliré mis promesas al Señor ante todo el pueblo.
Señor, te ofreceré con gratitud un sacrificio.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
El que me ama cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y haremos en él nuestra morada, dice el Señor.
Aleluya.
Evangelio
¿Por qué me dicen "Señor, Señor", y no hacen lo que digo?
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 6, 43-49
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"No hay árbol bueno que dé fruto malo, ni árbol malo que produzca fruto bueno. Cada árbol se conoce por sus frutos: porque no se recogen higos de las zarzas, ni se cosechan uvas de los espinos. El hombre bueno dice cosas buenas, porque el bien está en su corazón; y el hombre malo dice cosas malas, porque el mal está en su corazón; pues la boca habla de lo que está lleno el corazón.
¿Por qué me llaman "Señor, Señor", y no hacen lo que digo? Les diré a quién se parece el que viene a mí, escucha mis palabras y las pone en práctica: se parece a uno que, al construir su casa, hizo una excavación profunda y echó los cimientos sobre roca; vino una creciente, chocó el río contra aquella casa, pero no pudo derribarla, porque estaba sólidamente construida. Pero el que no pone en práctica lo que escucha, se parece a uno que construyó su casa a flor de tierra, sin cimientos; chocó el río contra ella, e inmediatamente se derrumbó desplomándose".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Recibe, Señor, la ofrenda que tú has instituido, y por estos santos misterios, que celebramos para darte gracias, santifica a los que tú mismo has redimido.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
La gloria de Dios es el hombre viviente
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Tú eres el Dios vivo y verdadero; el universo está lleno de tu presencia, pero sobre todo has dejado la huella de tu gloria en el hombre, creado a tu imagen.
Tú lo llamas a cooperar con el trabajo cotidiano en el proyecto de la creación y le das tu Espíritu para que sea artífice de justicia y de paz, en Cristo, el hombre nuevo.
Por eso,
unidos a los ángeles y a los santos, cantamos con alegría el himno de tu alabanza:
Antífona de la Comunión
El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan y bebemos del mismo cáliz.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Concédenos, Señor todopoderoso, que de tal manera saciemos nuestra hambre y nuestra sed en estos sacramentos, que nos transformemos en lo que hemos recibido.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
Dia 13/09 San Juan Crisóstomo (obispo y doctor de la Iglesia, blanco)
Antífona de Entrada
En la asamblea le da la palabra el Señor, lo llena de espíritu de sabiduría e inteligencia, lo viste con un traje de honor.
Oración Colecta
Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, que le has dado un doctor a tu Iglesia en la figura de tu obispo san Juan Crisóstomo; haz que todo cuanto él enseñó bajo el magisterio del Espíritu, arraigue para siempre en nuestros corazones; y el que, por gracia tuya, es nuestro protector, sea también nuestro abogado y atraiga sobre nosotros tu misericordia.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
A cada uno se le ha dado la gracia en función de su ministerio y para la edificación del cuerpo de Cristo
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 4, 1-7. 11-13
Hermanos: Yo, el prisionero por Cristo, les ruego que anden como pide la vocación a la que han sido convocados. Sean siempre humildes y amables, sean comprensivos; sobrellévense mutuamente con amor; esfuércense en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz.
Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la meta de la esperanza en la vocación a la que han sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo.
Pero cada uno hemos recibido la gracia en la medida en que Cristo nos la ha dado. Cristo ha constituido a unos apóstoles; a a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y doctores, para el perfeccionamiento de los fieles, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del Salmo 36
La boca del justo expone la sabiduría.
Confía en el Señor y haz el bien, habita tu tierra y practica la lealtad; sea el Señor tu delicia, y él te dará lo que pide tu corazón.
La boca del justo expone la sabiduría.
Encomienda tu camino al Señor; confía en él y él actuará: hará tu justicia como el amanecer; tu derecho, como el mediodía.
La boca del justo expone la sabiduría.
La boca del justo expone la sabiduría, su lengua explica el derecho: porque lleva en el corazón la ley de su Dios, y sus pasos no vacilan.
La boca del justo expone la sabiduría.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, Aleluya.
Alumbre así nuestra luz a los hombres, para que vean buenas obras y den gloria a nuestro Padre.
Aleluya.
Evangelio
Salió el sembrador a sembrar
†Lectura del santo Evangelio según san Marcos 4, 1-9
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús se puso a enseñar otra vez junto al lago. Acudió un gentío tan enorme que tuvo que subirse a una barca; se sentó y el gentío se quedó en la orilla. Les enseñó mucho rato con parábolas, como él solía enseñar.
"Escuchen: Salió el sembrador a sembrar; al sembrar, algo cayó al borde del camino, vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas había tierra; como la tierra era profunda, brotó enseguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó. Otro poco cayó entre zarzas: las zarzas crecieron, lo ahogaron y no dio grano. El resto cayó en tierra buena: nació, creció y dio grano; y la cosecha fue del treinta o del sesenta o del ciento por uno".
y añadió: El que tenga oídos para oír, que oiga".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Sea agradable a tus ojos, Señor, el sacrificio que te ofrecemos con gozo en la fiesta de san Juan Crisóstomo, cuya vida y doctrina nos impulsan a alabarte con todo nuestro ser.
Por nuestro, Señor Jesucristo.
Amén.
Prefacio
Los santos pastores siguen presentes en la Iglesia
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, nuestro Señor.
Porque permites que tu Iglesia se alegre hoy con la festividad de san Juan Crisóstomo, para animarnos con el ejemplo de su vida, instruirnos con su palabra y protegernos con su intercesión.
Por eso,
con los ángeles y los santos, te cantamos el himno de alabanza diciendo sin cesar:
Antífona de la Comunión
Este es el criado fiel y solícito a quien el señor ha puesto al frente de su familia, para que les reparta la ración a sus horas.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, que cuantos hemos sido fortalecidos con Cristo, verdadero pan de vida y único maestro de los hombres, aprendamos en la fiesta de san Juan Crisóstomo a conocer tu verdad y a vivirla con amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
† Meditación diaria
23ª semana. Sábado
LLENA DE GRACIA
— El corazón de Nuestra Madre Santa María fue colmado de gracias por el Espíritu Santo.
— La plenitud de gracia de María, un regalo inmenso para nosotros. Gratitud al Señor por este privilegio mariano.
— Correspondencia fidelísima de María a todas las gracias.
I. Dice el Señor: No hay árbol bueno que dé mal fruto, ni tampoco árbol malo que dé buen fruto. Pues cada árbol se conoce por su fruto; no se recogen higos de los espinos, ni se cosechan uvas del zarzal. El hombre bueno del buen tesoro de su corazón saca cosas buenas, y el malo de su mal saca cosas malas: porque de la abundancia del corazón habla la boca1.
Mediante esta doble comparación –la del árbol, que si es bueno da buenos frutos, y la del hombre que habla de aquello que lleva en su corazón– nos enseña Jesús que la santidad ni se disimula, ni se puede sustituir por nada: lo que uno tenga, eso da. Y comenta San Beda. "El tesoro del corazón es lo mismo que la raíz del árbol. La persona que tiene un tesoro de paciencia y de caridad en el corazón produce excelentes frutos: ama a su prójimo y reúne las otras cualidades que enseña Jesús; ama a los enemigos, hace el bien a quien le odia, bendice a quien le maldice, reza por el que le calumnia... Pero la persona que tiene en su corazón un fondo de maldad hace exactamente lo contrario: odia a sus amigos, habla mal de quien le quiere, y todas las demás cosas condenadas por el Señor"2.
El corazón de Nuestra Madre Santa María fue colmado de gracias por el Espíritu Santo. Salvo Cristo, jamás se dio ni se dará un árbol con savia tan buena como la vida de la Virgen. Todas las gracias nos han llegado y vienen ahora por medio de Ella; sobre todo, nos llegó el mismo Jesús, fruto bendito de las entrañas purísimas de Santa María. De sus labios han nacido las mejores alabanzas a Dios, las más gratas, las de mayor ternura. De Ella hemos recibido los hombres el mejor consejo: Haced lo que Él os diga3, un consejo que nos repite calladamente en la intimidad del corazón.
En Nazaret la Virgen recibió la embajada del Ángel, que le dio a conocer la voluntad de Dios para Ella desde toda la eternidad: la de ser Madre de su Hijo, Salvador del género humano. "El mensajero saluda a María como "llena de gracia"; la llama así como si este fuera su verdadero nombre. No llama a su interlocutora con el nombre que le es propio en el registro civil: "Miryam" (María), sino con este nombre nuevo: "llena de gracia". ¿Qué significa este nombre? ¿Por qué el Arcángel llama así a la Virgen de Nazaret? (...).
"Cuando leemos que el mensajero dice a María "llena de gracia", el contexto evangélico, en el que confluyen revelaciones y promesas antiguas, nos da a entender que se trata de una bendición singular entre todas las "bendiciones espirituales en Cristo". En el misterio de Cristo, María está presente ya "antes de la creación del mundo" como aquella que el Padre "ha elegido" como Madre de su Hijo en la Encarnación, y junto con el Padre la ha elegido el Hijo, confiándola eternamente al Espíritu de santidad"4.
La razón de esta dignidad estriba en que la gracia inicial de María debió ser tal que la dispusiera para ser Madre de Dios, lo cual pertenece a un orden distinto del de los santos y de los ángeles. María –afirma el Concilio Vaticano II– es "Madre de Dios Hijo y, por tanto, la Hija predilecta del Padre y el Sagrario del Espíritu Santo; con un don de gracia tan eximia, antecede en mucho a todas las criaturas celestiales y terrenas"5.
"Toda la bondad, toda la hermosura, toda la majestad, toda la belleza, toda la gracia adornan a nuestra Madre. —¿No te enamora tener una Madre así?"6.
II. Afirma Santo Tomás que el bien de una gracia es mayor que el bien natural de todo el universo7. La menor gracia santificante contenida en el alma de un niño después de su bautismo vale más que los bienes naturales de todo el universo, más que toda la naturaleza creada, comprendiendo a los ángeles. Existe en la gracia una participación en la vida íntima de Dios, que es superior también a todos los milagros. ¿Cómo sería el alma de María, cuando Dios la rodeó de toda la dignidad posible y de su amor infinito?
En María se complace Dios desde la eternidad de su Ser. "Desde siempre, en un continuo presente, Dios se goza en el pensamiento de su Madre, Hija y Esposa. No es casualidad ni capricho el que la Iglesia, en su Liturgia, aplique y haya aplicado a Nuestra Señora palabras de la Escritura cuyo sentido directo se refiere a la increada Sabiduría"8. Así, leemos en el Libro de los Proverbios: Desde la eternidad fui establecida; desde los orígenes, antes que la tierra fuese. Todavía no existían los abismos, y yo estaba ya concebida; aún no habían brotado las fuentes de las aguas, no estaba sentada la grandiosa mole de los montes, ni aún había collados, cuando yo había ya nacido; aún no había criado la tierra, ni los ríos, ni los ejes del mundo. Cuando extendía Él los cielos estaba yo presente; cuando con ley fija encerraba los mares dentro de su ámbito, cuando establecía allá en lo alto las regiones etéreas y ponía en equilibrio los manantiales de las aguas, cuando circunscribía al mar en sus términos, e imponía ley a las aguas para que no traspasasen sus límites, cuando asentaba los cimientos de la tierra, con Él estaba yo disponiendo todas las cosas, y eran mis diarios placeres el holgarme continuamente en su presencia, el holgarme del universo; siendo todas mis delicias el estar con los hijos de los hombres. Ahora, pues, ¡oh hijos!, escuchadme: Bienaventurados los que siguen mis caminos9.
La Virgen es, de un modo muy profundo, trono de la gracia. A Ella se pueden aplicar unas palabras de la Epístola a los Hebreos: Acudamos confiadamente al trono de la gracia, a fin de que alcancemos misericordia, y encontremos la gracia que nos ayude en el tiempo oportuno10. El trono, símbolo de autoridad, pertenece a Cristo, que es Rey de vivos y de muertos. Pero es un trono de gracia y de misericordia11, y lo podemos aplicar a María –y así está en textos litúrgicos antiguos12–, por quien nos llegan todas las gracias. La protección de María es "como un río espiritual que desde cerca de dos mil años se derrama sobre todos los hombres"13. Es la savia que no cesa de dar fruto en ese árbol que Dios quiso plantar con tanto amor. Es el tesoro inmenso de María, que beneficia continuamente a sus hijos. ¿De qué manera vamos a alcanzar mejor la misericordia divina, sino acudiendo a la Madre de Dios, que es también Madre nuestra?
La plenitud de gracia con que Dios quiso llenar su alma es también un regalo inmenso para nosotros. Demos gracias a Dios por habernos dado a su Madre como Madre nuestra, por haberla creado tan excepcionalmente hermosa en todo su ser. Y la mejor forma de agradecérselo es quererla mucho, tratarla a lo largo del día, aprender a imitarla en el amor a su Hijo, en su plena disponibilidad para lo que a Dios se refiere.
Le decimos: Dios te salve, llena de gracia..., y nos quedamos prendados de tanta grandeza, de tanta hermosura, como debió de quedarse el Arcángel Gabriel cuando se presentó ante Ella. "¡Oh nombre de la Madre de Dios! ¡Tú eres todo mi amor!"14.
III. La Virgen tuvo en todo instante la plenitud de la gracia que le correspondía, y esta fue creciendo y aumentando de día en día, pues las gracias y dones sobrenaturales no limitan la capacidad de su recipiente, sino que lo dilatan y ensanchan para nuevas comunicaciones. Cuanto más se ama a Dios, tanto más se capacita el alma para amarlo más y recibir más gracia. Amando se adquieren nuevas fuerzas para amar, y quien más ama, más quiere y más puede amar: la gracia llama a la gracia y la plenitud de gracia a una plenitud siempre mayor.
El tesoro de gracias que recibió María en el instante mismo de la creación de su alma santa fue inmenso. En aquel momento se cumplieron ya las palabras que el Ángel le dirigió el día de la Anunciación: Dios te salve, llena de gracia15. María, desde el principio, ha sido amada por Dios más que todas las criaturas, pues el Señor se complació plenamente en Ella y la colmó sobreabundantemente de todas sus gracias, "más que a todos los espíritus angélicos y que a todos los santos"16. Muchos santos y doctores de la Iglesia piensan que la gracia inicial de María es superior a la gracia final de todos los demás seres. Santo Tomás afirma de la Virgen que "su dignidad es en cierto modo infinita"17. Esta gracia le fue dada a la Virgen en razón de su Maternidad divina.
Además, el contacto maternal –físico y espiritual– de María con la Humanidad Santísima de Cristo, constituye para Ella una fuente continua e inagotable de crecimiento en gracia. "María está unida a Cristo de un modo totalmente especial y excepcional, e igualmente es amada en este "Amado" eternamente, en este Hijo consubstancial al Padre, en el que se concentra toda "la gloria de la gracia""18. Los frutos de ese trato maternal fueron máximos, según aquel principio que expresa así Santo Tomás: cuanto más cerca de la fuente se encuentra el recipiente, tanto más participa de su influjo19. Ninguna criatura estuvo nunca más cerca de Dios. El aumento continuo de la plenitud de gracia de Nuestra Madre fue más intenso en algunos momentos concretos de su vida: en la Encarnación, en el Nacimiento, en la Cruz, en Pentecostés, cuando la Virgen recibiera la Sagrada Eucaristía...
A la plenitud de gracia de la Virgen correspondió una plenitud de libertad –se es más libre cuanto más santo se es–, y, en consecuencia, una respuesta fidelísima a estos dones de Dios, por la cual obtuvo una inmensidad de méritos. A Ella acudimos ahora nosotros, que somos sus hijos, y que tenemos tanta necesidad de ayuda.
1 Lc 6, 43-49. — 2 San Beda, Comentario al Evangelio de San Lucas, 2, 6. — 3 Jn 2, 5. — 4 Juan Pablo II, Enc. Redemptoris Mater, 25-III-1987, 8. — 5 Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, n. 53. — 6 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 491. — 7 Cfr. Santo Tomás, Suma Teológica, 1-2, q. 113, a. 9. — 8 C. López Pardo, El Avemaría, Palabra, Madrid 1975, p. 24. — 9 Prov 8, 23-32. — 10 Heb 4, 16. — 11 Cfr. Sagrada Biblia, Epístola a los Hebreos, EUNSA, Pamplona 1987, in loc. — 12 Cfr. Introito de la Misa del 22 de agosto, anterior a la reforma de Pablo VI. — 13 R. Garrigou-Lagrange, La Madre del Salvador, Rialp, Madrid 1976, p. 58. — 14 San Alfonso Mª de Ligorio, Las glorias de María, Rialp, Madrid 1977, p. 305. — 15 Lc 1, 28. — 16 Cfr. Pío IX, Bula Ineffabilis Deus, 8-XII-1854. — 17 Santo Tomás, o. c., 1, q. 25, a, 6, ad 4. — 18 Juan Pablo II, o. c., 8. — 19 Cfr. Santo Tomás, o. c., 3, q. 7, a. 1.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
San Juan Crisóstomo
Patrono de los predicadores
Año 407
A este santo arzobispo de Constantinopla, la gente le puso el apodo de "Crisóstomo" que significa: "boca de oro", porque sus predicaciones eran enormemente apreciadas por sus oyentes. Es el más famoso orador que ha tenido la Iglesia. Su oratoria no ha sido superada después por ninguno de los demás predicadores.
Nació en Antioquía (Siria) en el año 347. Era hijo único de un gran militar y de una mujer virtuosísima, Antusa, que ha sido declarada santa también.
A los 20 años Antusa quedó viuda y aunque era hermosa renunció a un segundo matrimonio para dedicarse por completo a la educación de su hijo Juan.
Desde sus primeros años el jovencito demostró tener admirables cualidades de orador, y en la escuela causaba admiración con sus declamaciones y con las intervenciones en las academias literarias. La mamá lo puso a estudiar bajo la dirección de Libanio, el mejor orador de Antioquía, y pronto hizo tales progresos, que preguntado un día Libanio acerca de quién desearía que fuera su sucesor en el arte de enseñar oratoria, respondió: "Me gustaría que fuera Juan, pero veo que a él le llama más la atención la vida religiosa, que la oratoria en las plazas".
Juan deseaba mucho irse de monje al desierto, pero su madre le rogaba que no la fuera a dejar sola. Entonces para complacerla se quedó en su hogar pero convirtiendo su casa en un monasterio, o sea viviendo allí como si fuera un monje, dedicado al estudio y la oración y a hacer penitencia.
Cuando su madre murió se fue de monje al desierto y allá estuvo seis años rezando, haciendo penitencias y dedicándose a estudiar la S. Biblia. Pero los ayunos tan prolongados, la falta total de toda comodidad, los mosquitos, y la impresionante humedad de esos terrenos le dañaron la salud, y el superior de los monjes le aconsejó que si quería seguir viviendo y ser útil a la sociedad tenía que volver a la ciudad, porque la vida de monje en el desierto no era para una salud como la suya.
El llegar otra vez a Antioquía fue ordenado de sacerdote y el anciano Obispo Flaviano le pidió que lo reemplazara en la predicación. Y empezó pronto a deslumbrar con sus maravillosos sermones. La ciudad de Antioquía tenía unos cien mil cristianos, los cuales no eran demasiado fervorosos. Juan empezó a predicar cada domingo. Después cada tres días. Más tarde cada día y luego varias veces al día. Los templos donde predicaba se llenaban de bote en bote. Frecuentemente sus sermones duraban dos horas, pero a los oyentes les parecían unos pocos minutos, por la magia de su oratoria insuperable. La entonación de su voz era impresionante. Sus temas, siempre tomados de la S. Biblia, el libro que él leía día por día, y meditaba por muchas horas. Sus sermones están coleccionados en 13 volúmenes. Son impresionantemente bellos.
Era un verdadero pescador de almas. Empezaba tratando temas elevados y de pronto descendía rápidamente como un águila hacia las realidades de la vida diaria. Se enfrentaba enardecido contra los vicios y los abusos. Fustigaba y atacaba implacablemente al pecado. Tronaba terrible su fuerte voz contra los que malgastaban su dinero en lujos e inutilidades, mientras los pobres tiritaban de frío y agonizaban de hambre.
El pueblo le escuchaba emocionado y de pronto estallaba en calurosos aplausos, o en estrepitoso llanto el cual se volvía colectivo e incontenible. Los frutos de conversión eran visibles.
El emperador Teodosio decretó nuevos impuestos. El pueblo de Antioquía se disgustó y por ello armó una revuelta y en el colmo de la trifulca derribaron las estatuas del emperador y de su esposa y las arrastraron por las calles. La reacción del gobernante fue terrible. Envió su ejército a dominar la ciudad y con la orden de tomar una venganza espantosa. Entre la gente cundió la alarma y a todos los invadió el terror. El Obispo se fue a Constantinopla, la capital, a implorar el perdón del airado emperador y las multitudes llenaron los templos implorando la ayuda de Dios.
Y fue entonces cuando Juan Crisóstomo aprovechó la ocasión para pronunciar ante aquel populacho sus famosísimos "Discursos de las estatuas" que conmovieron enormemente a sus miles de oyentes logrando conversiones. Esos 21 discursos fueron quizás los mejores de toda su vida y lo hicieron famoso en los países de los alrededores. Su fama llegó hasta la capital del imperio. Y el fervor y la conversión a que hizo llegar a sus fieles cristianos, obtuvieron que las oraciones fueran escuchadas por Dios y que el emperador desistiera del castigo a la ciudad.
En el año 398, habiendo muerto el arzobispo de Constantinopla, le pareció al emperador que el mejor candidato para ese puesto era Juan Crisóstomo, pero el santo se sentía totalmente indigno y respondía que había muchos que eran más dignos que él para tan alto cargo. Sin embargo el emperador Arcadio envió a uno de sus ministros con la orden terminante de llevar a Juan a Constantinopla aunque fuera a la fuerza. Así que el enviado oficial invitó al santo a que lo acompañara a las afueras de la ciudad de Antioquía a visitar las tumbas de los mártires, y entonces dio la orden a los oficiales del ejército de que lo llevaran a Constantinopla con la mayor rapidez posible, y en el mayor secreto porque si en Antioquía sabían que les iban a quitar a su predicador se iba a formar un tumulto inmenso. Y así fue que tuvo que aceptar ser arzobispo.
Apenas posesionado de su altísimo cargo lo primero que hizo fue mandar quitar de su palacio todos los lujos. Con las cortinas tan elegantes fabricaron vestidos para cubrir a los pobres que se morían de frío. Cambió los muebles de lujo por muebles ordinarios, y con la venta de los otros ayudó a muchos pobres que pasaban terribles necesidades. El mismo vestía muy sencillamente y comía tan pobremente como un monje del desierto. Y lo mismo fue exigiendo a sus sacerdotes y monjes: ser pobres en el vestir, en el comer, y en el mobiliario, y así dar buen ejemplo y con lo que se ahorraba en todo esto ayudar a los necesitados.
Pronto, en sus elocuentes sermones empezó a atacar fuertemente el lujo de las gentes en el vestir y en sus mobiliarios y fue obteniendo que con lo que muchos gastaban antes en vestidos costosísimos y en muebles ostentosos, lo empezaran a emplear en ayudar a la gente pobre. El mismo daba ejemplo en esto, y la gente se conmovía ante sus palabras y su modo tan pobre y mortificado de vivir.
En aquellos tiempos había una ley de la Iglesia que ordenaba que cuando una persona se sentía injustamente perseguida podía refugiarse en el templo principal de la ciudad y que allí no podían ir las autoridades a apresarle. Y sucedió que una pobre viuda se sintió injustamente perseguida por la emperatriz Eudoxia y por su primer ministro y se refugió en el templo del Arzobispo. Las autoridades quisieron ir allí a apresarla pero San Juan Crisóstomo se opuso y no lo permitió. Esto disgustó mucho a la emperatriz. Y unos meses más tarde Eudoxia peleó con su primer ministro y se propuso echarlo a la cárcel. Él corrió a refugiarse en el templo del arzobispo y aunque la policía de la emperatriz quiso llevarlo preso, San Juan Crisóstomo no lo permitió. El ministro que antes había querido llevarse prisionera a una pobre mujer y no pudo, porque el arzobispo la defendía, ahora se vio él mismo defendido por el propio santo. Eudoxia ardía de rabia por todo esto y juraba vengarse pero el gran predicador gritaba en sus sermones: "¿Cómo puede pretender una persona que Dios le perdone sus maldades si ella no quiere perdonar a los que le han ofendido?"
Eudoxia se unió con un terrible enemigo que tenía Crisóstomo, y era Teófilo de Alejandría. Este reunió un grupo de los que odiaban al santo y entre todos lo acusaron de un montón de cosas. Por ej. Que había gastado los bienes de la Iglesia en repartir ayudas a los pobres. Que prefería comer solo en vez de ir a los banquetes. Que a los sacerdotes que no se portaban debidamente los amenazaba con el grave peligro que tenían de condenarse, y que había dicho que la emperatriz, por las maldades que cometía, se parecía a la pérfida reina Jetzabel que quiso matar al profeta Elías, etc., etc.
Al oír estas acusaciones, el emperador, atizado por su esposa Eudoxia, decretó que Juan quedaba condenado al destierro. Al saber tal noticia, un inmenso gentío se reunió en la catedral, y Juan Crisóstomo renunció uno de sus más hermosos sermones. Decía: "¿Qué me destierran? ¿A qué sitio me podrán enviar que no esté mi Dios allí cuidando de mí? ¿Qué me quitan mis bienes? ¿Qué me pueden quitar si ya los he repartido todos? ¿Qué me matarán? Así me vuelvo más semejante a mi Maestro Jesús, y como El, daré mi vida por mis ovejas..."
Ocultamente fue enviado al destierro, pero sobrevino un terremoto en Constantinopla y llenos de terror los gobernantes le rogaron que volviera otra vez a la ciudad, y un inmenso gentío salió a recibirlo en medio de grandes aclamaciones.
Eudoxia, Teófilo y los demás enemigos no se dieron por vencidos. Inventaron nuevas acusaciones contra Juan, y aunque el Papa de Roma y muchos obispos más lo defendían, le enviaron desterrado al Mar Negro. El anciano arzobispo fue tratado brutalmente por algunos de los militares que lo llevaban prisionero, los cuales le hacían caminar kilómetros y kilómetros cada día, con un sol ardiente, lo cual lo debilitó muchísimo. El trece de septiembre, después de caminar diez kilómetros bajo un sol abrasador, se sintió muy agotado. Se durmió y vio en sueños que San Basilisco, un famoso obispo muerto hacía algunos años, se le aparecía y le decía: "Animo, Juan, mañana estaremos juntos". Se hizo aplicarlos últimos sacramentos; se revistió de los ornamentos de arzobispo y al día siguiente diciendo estas palabras: "Sea dada gloria a Dios por todo", quedó muerto. Era el 14 de septiembre del año 404.
Eudoxia murió unos días antes que él, en medio de terribles dolores.
Al año siguiente el cadáver del santo fue llevado solemnemente a Constantinopla y todo el pueblo, precedido por las más altas autoridades, salió a recibirlo cantando y rezando.
El Papa San Pío X nombró a San Juan Crisóstomo como Patrono de todos los predicadores católicos del mundo.
Que Dios nos siga enviando muchos predicadores como él.
¿Si Dios está con nosotros, quién podrá contra nosotros? (San Pablo Rom.8).
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Marcelino de Cartago, Santo Martír Laico, Septiembre 13
Mártir Laico Martirologio Romano: En Cartago, en África, san Marcelino, mártir, que siendo alto funcionario imperial muy relacionado con los santos Agustín y Jerónimo, se le acusó de ser partidario del usurpador Heraclión y, aún siendo inocente, por defender la fe católica fue asesinado por los herejes donatistas (413). El martirio de Marcelino, alto funcionario imperial y amigo de san Agustín, está unido al cisma donatista que destrozó durante un siglo la Iglesia africana. |
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Ketevan de Georgia Mártir, 13 de spetiembre
Máritr Cuando alguien habla la verdad, dígala quien la diga, se puede pensar que viene de lo alto. |
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Eulogio, Santo Patriarca de Alejandría, 13 de septiembre
Patriarca de Alejandría Etimológicamente significa "bien tratado". Viene de la lengua hebrea. |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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