JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos 9, 2-10
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos a una montaña alta y se transfiguró en su presencia. Sus vestidos se volvieron de una blancura deslumbrante, como nadie en el mundo podría blanquearlos.
Se les aparecieron Elías y Moisés conversando con Jesús.
Entonces Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús:
"Maestro, ¡qué bien estamos aquí! Hagamos tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías".
Estaban tan asustados que no sabía lo que decía. Vino entonces una nube que los cubrió y se oyó una voz desde la nube:
"Este es mi Hijo amado; escúchenlo".
En ese momento miraron alrededor y vieron sólo a Jesús con ellos.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó que no contaran a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre hubiera resucitado de entre los muertos.
Ellos guardaron el secreto, pero discutían entre sí qué querría decir aquello de resucitar de entre los muertos.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu
El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
"El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?
Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).
Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?
Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
2o. Dom de cuaresma Ciclo B
Antífona de Entrada
Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas y no permitas que nos derrote el enemigo. Sálvanos, Dios de Israel, de todas nuestras angustias.
Oración Colecta
Oremos:
Señor, Padre santo, que nos mandaste escuchar a tu amado Hijo; alimenta nuestra fe con tu palabra y purifica los ojos de nuestro espíritu, para que podamos alegrarnos en la contemplación de tu gloria.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
El sacrificio de nuestro patriarca Abrahán
Lectura del libro del Génesis 22, 1-2. 9-13.15-18
En aquel tiempo, Dios le puso una prueba a Abrahán y lo llamó:
"¡Abrahán, Abrahán!"
El respondió:
"Aquí estoy".
Y Dios le dijo:
"Toma a tu hijo único, a tu querido Isaac, ve a la región de Moria y ofrécemelo allí en sacrificio, en la montaña que yo te indicaré".
Cuando llegaron al sitio que Dios le había señalado, Abrahán levantó un altar y acomodó la leña. Luego ató a su hijo Isaac, lo puso sobre el altar, encima de la leña, y tomó el cuchillo para degollarlo. Pero el ángel del Señor lo llamó desde el cielo:
"¡Abrahán, Abrahán!"
El contestó:
"Aquí estoy".
El ángel le dijo:
"No descargues la mano contra tu hijo, ni le hagas ningún daño. Ya veo que temes a Dios y que no me niegas a tu hijo único".
Abrahán levantó entonces la vista y vio un carnero enredado por los cuernos en un matorral. Atrapó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo.
El ángel del Señor volvió a llamar a Abrahán desde el cielo y le dijo:
"Juro por mí mismo, palabra del Señor, que por haber hecho esto y no haberme negado a tu hijo único, te bendeciré y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y las arenas de la playa. Tus descendientes conquistarán las ciudades de sus enemigos.
En tu descendencia serán bendecidos todos los pueblos de la tierra, porque me has obedecido".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Sal 115, 10.15.16-17.18-19
Siempre confiaré en el Señor.
Yo seguía confiando, incluso cuando pensaba: "¡Qué desgraciado soy!" El Señor siente profundamente la muerte de los que lo aman.
Siempre confiaré en el Señor.
Señor, yo soy tu siervo, hijo de tu esclava: rompiste mis ataduras. Te ofreceré un sacrificio de acción de gracias invocando tu nombre.
Siempre confiaré en el Señor.
Cumpliré mis promesas al Señor en presencia de todo el pueblo, en los atrios de la casa del Señor, en medio de ti, Jerusalén.
Siempre confiaré en el Señor.
Segunda Lectura
Dios nos entregó a su propio Hijo
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 31b-34
Hermanos: Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no perdonó a su propio Hijo, antes bien lo entregó a la muerte por todos nosotros, ¿cómo no va a darnos gratuitamente todas las demás cosas juntamente con él? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios, si es el que salva? ¿Quién será el que condene, si Cristo Jesús ha muerto, más aún, ha resucitado y está a la derecha de Dios intercediendo por nosotros?
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
En el esplendor de la nube se oyó la voz del Padre, que decía: "Este es mi Hijo amado: escúchenlo".
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Evangelio
Este es mi Hijo amado
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos 9, 2-10
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos a una montaña alta y se transfiguró en su presencia. Sus vestidos se volvieron de una blancura deslumbrante, como nadie en el mundo podría blanquearlos.
Se les aparecieron Elías y Moisés conversando con Jesús.
Entonces Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús:
"Maestro, ¡qué bien estamos aquí! Hagamos tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías".
Estaban tan asustados que no sabía lo que decía. Vino entonces una nube que los cubrió y se oyó una voz desde la nube:
"Este es mi Hijo amado; escúchenlo".
En ese momento miraron alrededor y vieron sólo a Jesús con ellos.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó que no contaran a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre hubiera resucitado de entre los muertos.
Ellos guardaron el secreto, pero discutían entre sí qué querría decir aquello de resucitar de entre los muertos.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración de los Fieles
Celebrante:
Oremos, hermanos y hermanas, al Padre de la misericordia, árbitro de nuestros actos y Dios que escudriña lo profundo de nuestros corazones, y, con espíritu contrito, pidámosle que escuche la oración de su pueblo penitente:
(Respondemos: Señor, ten piedad).
Para que Dios conceda a sus fieles vivir estos días de Cuaresma con verdadero espíritu de penitencia y prepararse a celebrar con fruto el sacramento del perdón, roguemos al Señor.
Señor, ten piedad.
Para que quienes se han apartado del camino del bien y han muerto a causa del pecado, escuchen en estos días de Cuaresma la voz del Hijo de Dios y vivan, roguemos al Señor.
Señor, ten piedad.
Para que Dios inspire sentimientos de caridad a los que tienen riquezas y multiplique los bienes de la tierra en bien de todos, roguemos al Señor.
Señor, ten piedad.
Para que la penitencia cuaresmal aleje de nosotros el amor desordenado a los bienes visibles y sane nuestra aridez espiritual con el deseo de los bienes del cielo, roguemos al Señor.
Señor, ten piedad.
Celebrante:
Señor, Padre santo, que no perdonaste a tu Hijo, sino que lo entregaste por nosotros, pecadores, escucha nuestras súplicas y fortalécenos en la obediencia a la fe, para que, siguiendo en todo las huellas de Jesucristo, seamos transfigurados con él en la luz de la gloria.
Por Jesucristo, Señor nuestro.
Amén.
Oración sobre las Ofrendas
Que esta ofrenda, Señor, nos obtenga el perdón de nuestros pecados y nos santifique en el cuerpo y en el alma, para que podamos celebrar dignamente las festividades de la Pascua.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
La transfiguración del Señor
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque Cristo, nuestro Señor, después de anunciar su muerte a los discípulos, les mostró en el monte santo el esplendor de su gloria, para testimoniar, de acuerdo con la ley y los profetas, que la pasión es el camino de la resurrección.
Por eso,
como los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros en la tierra te aclamamos diciendo sin cesar:
Antífona de la Comunión
Este es mi Hijo amado, en quien me complazco: escúchenlo.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Te damos gracias, Señor, porque al darnos en este sacramento el Cuerpo glorioso de tu Hijo, nos permites participar ya, desde este mundo, de los bienes eternos de tu Reino.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
† Meditación diaria
Cuaresma. Segundo domingo
DEL TABOR AL CALVARIO
— Lo que importa es estar siempre con Jesús. Él nos da la ayuda necesaria para seguir adelante.
— Fomentar con frecuencia, y especialmente en los momentos más difíciles, la esperanza del Cielo.
— El Señor no se separa de nosotros. Actualizar esa presencia de Dios.
I. Oigo en mi corazón: buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro, rezamos en la Antífona de entrada de la Misa de hoy1. El Evangelio nos cuenta lo que sucedió en el Tabor. Poco antes Jesús había declarado a sus discípulos, en Cesarea de Filipo, que iba a sufrir y padecer en Jerusalén, a morir a manos de los príncipes de los sacerdotes, de los ancianos y de los escribas. Los Apóstoles habían quedado sobrecogidos y entristecidos por este anuncio. Ahora, tomó Jesús consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, y los llevó a ellos solos aparte2, para orar3. Son los tres discípulos que serán testigos de su agonía en el huerto de los Olivos. Mientras él oraba, cambió el aspecto de su rostro y su vestido se volvió blanco, resplandeciente4. Y le ven conversar con Elías y Moisés, que aparecían gloriosos y le hablaban de su muerte, que había de cumplirse en Jerusalén5.
Seis días llevaban los Apóstoles entristecidos por la predicación de Cesarea de Filipo. La ternura de Jesús hace que ahora contemplen su glorificación. San León Magno dice que "el principal fin de la transfiguración era desterrar del alma de los discípulos el escándalo de la cruz"6. Nunca olvidarían los Apóstoles esta "gota de miel" que Jesús les daba en medio de su amargura. Muchos años más tarde San Pedro tiene perfectamente nítido estos momentos: ...cuando desde aquella extraordinaria gloria se le hizo llegar esta voz: Éste es mi Hijo querido, en quien me complazco. Esta voz, enviada del cielo, la oímos nosotros estando con Él en el monte santo7. El Apóstol lo recordaría hasta el final de sus días.
Siempre hace así Jesús con los suyos. En medio de los mayores padecimientos da el consuelo necesario para seguir adelante.
Este destello de la gloria divina transportó a los Apóstoles a una inmensa felicidad, que hace exclamar a San Pedro: Señor, ¡bueno es permanecer aquí! Hagamos tres tiendas... Pedro quiere alargar aquella situación. Pero, como dirá más adelante el Evangelista, no sabía lo que decía; porque lo bueno, lo que importa, no es hallarse aquí o allí, sino estar siempre con Jesús, en cualquier parte, y verle detrás de las circunstancias en que nos hallamos. Si estamos con Él, es igual que nos encontremos en medio de los mayores consuelos del mundo, o en la cama de un hospital entre dolores indecibles. Lo que importa es solo eso: verle y vivir siempre con Él. Es lo único verdaderamente bueno e importante en esta vida y en la otra. Si permanecemos con Jesús, estaremos muy cerca de los demás y seremos felices, sea cual sea nuestro lugar y la situación en que nos encontremos. Vultum tuum, Domine, requiram: Deseo verte y buscaré tu rostro, Señor, en las circunstancias ordinarias de mi jornada.
II. San Beda, comentando el pasaje del Evangelio de la Misa, dice que el Señor, "en una piadosa permisión, les permitió (a Pedro, a Santiago y a Juan) gozar durante un tiempo muy corto la contemplación de la felicidad que dura siempre, para hacerles sobrellevar con mayor fortaleza la adversidad"8. El recuerdo de aquellos momentos junto al Señor en el monte fue sin duda una gran ayuda en tantas situaciones difíciles de la vida de estos tres Apóstoles.
La existencia de los hombres es un caminar hacia el Cielo, nuestra morada9. Caminar en ocasiones áspero y dificultoso, porque con frecuencia hemos de ir contra corriente y tendremos que luchar con muchos enemigos de dentro de nosotros mismos y de fuera. Pero quiere el Señor confortarnos con la esperanza del Cielo, de modo especial en los momentos más duros o cuando la flaqueza de nuestra condición se hace más patente: "A la hora de la tentación piensa en el Amor que en el cielo te aguarda: fomenta la virtud de la esperanza, que no es falta de generosidad"10. Allí "todo es reposo, alegría y regocijo; todo serenidad y calma, todo paz, resplandor y luz. Y no luz como esta de que gozamos ahora y que, comparada con aquella, no pasa de ser como una lámpara junto al sol... Porque allí no hay noche, ni tarde, ni frío, ni calor, ni mudanza alguna en el modo de ser, sino un estado tal que solo entienden quienes son dignos de gozarlo. No hay allí vejez, ni achaques, ni nada que semeje corrupción, porque es el lugar y aposento de la gloria inmortal...
"Y por encima de todo ello, el trato y goce sempiterno de Cristo, de los ángeles..., todos perpetuamente en un sentir común, sin temor a Satanás ni a las asechanzas del demonio ni a las amenazas del infierno o de la muerte"11.
Nuestra vida en el Cielo estará definitivamente exenta de todo posible temor. No sufriremos la inquietud de perder lo que tenemos, ni desearemos tener algo distinto. Entonces verdaderamente podremos decir con San Pedro: Señor, ¡qué bien estamos aquí! El atisbo de gloria que tuvo el Apóstol lo tendremos en plenitud en la vida eterna. "Vamos a pensar lo que será el Cielo. Ni ojo vio, ni oído oyó, ni pasó a hombre por pensamiento cuáles cosas tiene Dios preparadas para los que le aman. ¿Os imagináis qué será llegar allí, y encontrarnos con Dios, y ver aquella hermosura, aquel amor que se vuelca en nuestros corazones, que sacia sin saciar? Yo me pregunto muchas veces al día: ¿qué será cuando toda la belleza, toda la bondad, toda la maravilla infinita de Dios se vuelque en este pobre vaso se barro que soy yo, que somos todos nosotros? Y entonces me explico bien aquello del Apóstol: ni ojo vio, ni oído oyó... Vale la pena, hijos míos, vale la pena"12.
El pensamiento de la gloria que nos espera debe espolearnos en nuestra lucha diaria. Nada vale tanto como ganar el Cielo. "Y con ir siempre con esta determinación de antes morir que dejar de llegar al fin del camino, si os llevare el Señor con alguna sed en esta vida, daros ha de beber con toda abundancia en la otra y sin temor de que os haya de faltar"13.
III. Una nube los envolvió enseguida14. Recuerda a aquella otra que acompañaba a la presencia de Dios en el Antiguo Testamento: La nube envolvió el tabernáculo de la reunión y la gloria de Yahvé llenaba todo el lugar15. Era la señal que garantizaba las intervenciones divinas: Yahvé dijo a Moisés: Yo vendré a ti en una nube densa, para que vea el pueblo que yo hablo contigo y tengan siempre fe en ti16. Esa nube envuelve ahora en el Tabor a Cristo y de ella surge la voz poderosa de Dios Padre: Éste es mi Hijo, el Amado, escuchadle a él.
Y Dios Padre habla a través de Jesucristo a todos los hombres de todos los tiempos. Su voz se oye en cada época, de modo singular a través de la enseñanza de la Iglesia, que "busca continuamente los caminos para acercar este misterio de su Maestro y Señor al género humano: a los pueblos, a las naciones, a las generaciones que se van sucediendo, a todo hombre en particular"17.
Al alzar sus ojos no vieron a nadie sino solo a Jesús18, y no estaban Elías y Moisés. Solo ven al Señor. Al Jesús de siempre, que en ocasiones pasa hambre, que se cansa, que se esfuerza para ser comprendido... A Jesús, sin especiales manifestaciones gloriosas. Lo normal para los Apóstoles fue ver al Señor así, lo excepcional fue verlo transfigurado.
A este Jesús debemos encontrar nosotros en nuestra vida ordinaria, en medio del trabajo, en la calle, en quienes nos rodean, en la oración, cuando perdona, en el sacramento de la Penitencia, y, sobre todo, en la Sagrada Eucaristía, donde se encuentra verdadera, real y sustancialmente presente. Pero normalmente no se nos muestra con particulares manifestaciones. Más aún, hemos de aprender a descubrir al Señor detrás de lo ordinario, de lo corriente, huyendo de la tentación de desear lo extraordinario.
Nunca debemos olvidar que aquel Jesús con el que estuvieron en el monte Tabor aquellos tres privilegiados es el mismo que está junto a nosotros cada día. "Cuando Dios os concede la gracia de sentir su presencia y desea que le habléis como al amigo más querido, exponedle vuestros sentimientos con toda libertad y confianza. Se anticipa a darse a conocer a los que le anhelan (Sab 6, 14). Sin esperar a que os acerquéis a Él, se anticipa cuando deseáis su amor, y se os presenta, concediéndoos las gracias y remedios que necesitáis. Solo espera de vosotros una palabra para demostraros que está a vuestro lado y dispuesto a escucharos y consolaros: Sus oídos están atentos a la oración (Sal 33, 16) (...).
"Los demás amigos, los del mundo, tienen horas que pasan conversando juntos y horas en que están separados; pero entre Dios y vosotros, si queréis, jamás habrá una hora de separación"19.
¿No será nuestra vida distinta en esta Cuaresma, y siempre, si actualizáramos más frecuentemente esa presencia divina en lo habitual de cada día, si procuráramos decir más jaculatorias, más actos de amor y de desagravio, más comuniones espirituales...? "Para tu examen diario: ¿he dejado pasar alguna hora, sin hablar con mi Padre Dios?... ¿He conversado con Él, con amor de hijo? —¡Puedes!"20.
1 Antífona de entrada. Sal 26, 8-9. — 2 Cfr. Mc 9, 2. — 3 Cfr. Lc 9, 28. — 4 Lc 9, 29. — 5 Cfr. Lc 9, 31. — 6 San León Magno, Sermón, 51, 3. — 7 2 Pdr 1, 17-18. — 8 San Beda, Comentario sobre San Marcos 8, 30; 1, 3. — 9 Cfr. 2 Cor, 5, 2. — 10 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 139. — 11 San Juan Crisóstomo, Epístola 1 a Teodoro, 11. — 12 San Josemaría Escrivá, en Hoja informativa n. 1, de su proceso de beatificación, p. 5. — 13 Santa Teresa, Camino de perfección, 20, 2. — 14 Cfr. Mc 9, 7. — 15 Ex 40, 34-35. — 16 Ex 19, 9. — 17 Juan Pablo II, Enc. Redemptor hominis, 7. — 18 Mt 17, 8. — 19 S. Alfonso Mª de Ligorio, Cómo conversar continua y familiarmente con Dios, Ed. Crítica, Roma 1933, 63. — 20 San Josemaría Escrivá, Surco, n. 657.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Rosendo, Santo Obispo, 1 Marzo
Obispo
frente de las tropas y arengaba a sus soldados con estas palabras:"Ellos con carros y caballos, nosotros en el nombre del Señor". |
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Eudoxia, Santa Mártir, 1 Marzo
Mártir
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Albino de Angers, Santo Obispo, 1 Marzo
Obispo de Angers
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Fuente: ACI Prensa
Félix III, Santo XLVIII Papa, Marzo 1
XLVIII Papa (483-492)Martirologio Romano: En la basílica de San Pablo de Roma, en la vía Ostiense, san Félix III, papa, que fue antepasado del papa san Gregorio I Magno (492). |
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Fuente: Chcsa.org
Albino de Vercelli, Santo Obispo, 1 Marzo
Obispo de la diócesis de Vercelli, fue consagrado en el 452, en un período histórico muy tormentoso en Italia. |
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Fuente: Oremosjuntos.com
Cristóbal de Milán, Beato Dominico, 1 Marzo
Se llama al Beato Cristóbal "el apóstol de Liguria", por el éxito con que envangelizó esa región de Italia. |
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Fuente: ACI Prensa
David (Dewi) de Gales, Santo Obispo, 1 Marzo
San David, o Dewi Sant, como se le conoce en idioma galés, es el santo patrono de Gales. Era un monje, abad y obispo celta que vivió durante el siglo VI. Fue arzobispo de Gales, y uno de los primeros santos que ayudaron a diseminar el Cristianismo entre las tribus celtas paganas del oeste de las islas británicas. |
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Fuente: Oremosjuntos.com
Domnina, Santa Virgen, 1 Marzo
La Virgen Domnina de Siria era discípula de San Mauro. |
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Fuente: RadioVaticana.org
Suitberto de Kaiserswert, Santo Obispo, 1 Marzo
Hoy, 01 de marzo, la Iglesia conmemora a SAN SUITBERTO, quien descansara en el Señor en un día como hoy del año 713, en el monasterio de Kaiserswerth, cerca de Dusseldorf, en Alemania. |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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