JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 43-48
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Han oído que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por los que los persiguen. Así serán dignos hijos de su Padre celestial, que hace salir el sol sobre buenos y malos, y manda la lluvia sobre justos e injustos.
Porque, si aman a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen también eso los que recaudan impuestos para Roma? Y si saludan sólo a sus hermanos, ¿qué hacen de más? ¿No hacen lo mismo los paganos? Ustedes sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu
El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
"El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?
Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).
Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?
Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
sab 1a. Sem cuaresma
Antífona de Entrada
La ley del Señor es perfecta y reconforta el corazón; el precepto del Señor es veraz y vuelve sabios a los sencillos.
Oración Colecta
Oremos:
Señor y Padre eterno, haz que se conviertan a ti nuestros corazones, a fin de que, viviendo consagrados a tu servicio, te busquemos siempre a ti y nos dediquemos a la práctica de las obras de misericordia.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Serás un pueblo consagrado al Señor, tu Dios
Lectura del libro del Deuteronomio 26, 16-19
En aquel tiempo dijo Moisés al pueblo:
"Hoy te manda el Señor tu Dios poner en práctica estas leyes y preceptos. Obsérvalos y cúmplelos con todo tu corazón y con toda tu alma.
Hoy has aceptado lo que el Señor te propone: que él será tu Dios, y que tú seguirás sus caminos, cúmplirás sus leyes, sus mandamientos y sus preceptos, y escucharás su voz.
Y el Señor ha aceptado lo que tú le propones: que tú serás el pueblo de su propiedad, como te ha prometido, y que cumplirás todos sus mandamientos. El te encumbrará por encima de todas las naciones que él ha creado, dandote gloria, fama y honor, para que seas un pueblo consagrado al Señor tu Dios, como te ha prometido".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Sal 118 1-2.4-5.7-8
Dichosos los que siguen la ley del Señor.
Dichosos los que con vida intachable siguen la ley del Señor. Dichosos los que cumplen sus preceptos y lo buscan sinceramente.
Dichosos los que siguen la ley del Señor.
Tú promulgaste tus decretos para que se observaran con esmero. ¡Ojalá me mantenga en la observancia de tus normas!
Dichosos los que siguen la ley del Señor.
Te daré gracias de corazón, cuando aprenda tus justas decisiones. Quiero observar tus normas, tú no me abandones.
Dichosos los que siguen la ley del Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Este es el tiempo favorable, éste es el día de la salvación.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Evangelio
Sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 43-48
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Han oído que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por los que los persiguen. Así serán dignos hijos de su Padre celestial, que hace salir el sol sobre buenos y malos, y manda la lluvia sobre justos e injustos.
Porque, si aman a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen también eso los que recaudan impuestos para Roma? Y si saludan sólo a sus hermanos, ¿qué hacen de más? ¿No hacen lo mismo los paganos? Ustedes sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Señor, que la celebración de este sacramento nos purifique de nuestras faltas y nos haga dignos de participar de tu Eucaristía.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
El camino del éxodo en el desierto cuaresmal
En verdad es justo bendecir tu nombre, Padre rico en misericordia, ahora que, en nuestro itinerario hacia la luz pascual, seguimos los pasos de Cristo, maestro y modelo de la humanidad reconciliada en el amor.
Tú abres a la Iglesia el camino de un nuevo éxodo a través del desierto cuaresmal, para que, llegados a la montaña santa, con el corazón contrito y humillado, reavivemos nuestra vocación de pueblo de la alianza, convocado para bendecir tu nombre, escuchar tu Palabra y experimentar con gozo tus maravillas.
Por estos signos de salvación, unidos a los ángeles, ministros de tu gloria, proclamamos el canto de tu alabanza:
Antífona de la Comunión
Sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto, dice el Señor.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Asiste, Señor, con tu ayuda continua a los que alimentas con la Eucaristía; y a cuantos has iluminado con el don de tu palabra, acompáñales siempre con el consuelo de tu gracia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
† Meditación diaria
Cuaresma. 1ª semana. Sábado
LLAMADOS A LA SANTIDAD
— El Señor llama a todos a la santidad, sin distinción de profesión, de edad, condición social, etcétera, en el lugar que cada uno ocupa en la sociedad.
— "Santificar el propio trabajo", "santificarse en el trabajo", "santificar a los demás con el trabajo". Necesidad de personas santas para transformar la sociedad.
— Santidad y apostolado en medio del mundo. Ejemplo de los primeros cristianos.
I. Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto1. Así termina el Evangelio de la Misa de hoy. De muchas maneras nos está recordando la Iglesia, en estos cuarenta días de preparación para la Pascua, que el Señor espera mucho más de nosotros: un empeño serio por la santidad.
Sed perfectos... Y el Señor no solo se dirige a los Apóstoles sino a todos los que quieran ser de verdad discípulos suyos. Se dice expresamente que cuando terminó Jesús estos discursos, las multitudes quedaron admiradas de su doctrina2. Esta gran cantidad de gente que le escucha estaría formada por madres de familia, pescadores, artesanos, doctores de la ley, jóvenes... Todos le entienden y quedan admirados, porque a todos se dirige el Señor. Para todos, cada uno según sus propias circunstancias, tiene el Señor grandes exigencias. El Maestro llama a la santidad sin distinción de edad, profesión, raza o condición social. No hay seguidores de Cristo sin vocación cristiana, sin una llamada personal a la santidad. Dios nos escogió para ser santos y sin mancha en su presencia3, repetirá San Pablo a los primeros cristianos de Éfeso; y para conseguir esta meta es necesario un esfuerzo que se prolonga a lo largo de nuestros días aquí en la tierra: el justo justifíquese todavía más y el santo más y más se santifique4.
Esta doctrina del llamamiento universal a la santidad, es, desde 1928, por inspiración divina, uno de los puntos centrales de la predicación de San Josemaría Escrivá, que ha vuelto a recordar en nuestro tiempo –de todas las maneras posibles– que el cristiano, por su Bautismo, está llamado a la plenitud de la vida cristiana, a la santidad.
El Concilio Vaticano II ha declarado para toda la Iglesia esta vieja doctrina evangélica: el cristiano es llamado a la santidad, desde el lugar que ocupa en la sociedad. "Todos los fieles, cualesquiera que sean su estado y condición, están llamados por Dios, cada uno en su camino, a la perfección de la santidad, por la que el mismo Padre es perfecto"5. Todos y cada uno de los fieles.
Llama el Señor a todos los cristianos que están en medio del mundo en plena ocupación profesional, para que allí le encuentren, realizando aquella tarea con perfección humana y, a la vez, con sentido sobrenatural: ofreciéndola a Dios, viviendo la caridad con las personas que tratan, la mortificación, la presencia de Dios...
Hoy podemos preguntarnos en nuestra oración con el Señor si le damos gracias frecuentemente por esta llamada a seguirle de cerca, si estamos correspondiendo a las gracias recibidas mediante una lucha ascética clara y vibrante por adquirir las virtudes, si estamos vigilantes para rechazar todo aburguesamiento, que mata los deseos de santidad y deja el alma sumida en la mediocridad espiritual y en la tibieza. No basta con querer ser buenos; hay que esforzarse decididamente en ser santos.
II. Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto. La santidad, amor creciente a Dios y a los demás por Dios, podemos y debemos adquirirla en las cosas de todos los días, que se repiten muchas veces, con aparente monotonía. "Para amar a Dios y servirle, no es necesario hacer cosas raras. A todos los hombres sin excepción, Cristo les pide que sean perfectos como su Padre celestial es perfecto (Mt 5, 48). Para la gran mayoría de los hombres, ser santo supone santificar el propio trabajo, santificarse en su trabajo, y santificar a los demás con el trabajo, y encontrar así a Dios en el camino de sus vidas"6.
Para que el trabajo, cualquier tarea recta, pueda convertirse en medio de santidad es necesario que esté humanamente bien hecho, ya que no podemos ofrecer a Dios nada defectuoso, pues no sería digno de Él7. El trabajo bien realizado supone tanto el cuidado de los pequeños deberes que toda profesión lleva consigo como el cumplimiento fidelísimo de la virtud de la justicia con otras personas y con la sociedad, el rectificar con prontitud si se ha cometido algún error con quienes o para quienes trabajamos, el afán constante por mejorar profesionalmente en nuestro quehacer. Esto vale igualmente para el empresario, para el obrero, o el estudiante. Para el médico o para la madre de familia que ha de dedicarse al cuidado de la casa sacando adelante los quehaceres corrientes del hogar.
Santificarnos en el trabajo nos llevará a convertirlo en ocasión y lugar de trato con Dios. Para esto, podemos ofrecer el trabajo al comenzarlo, y luego renovar ese ofrecimiento con frecuencia, aprovechando cualquier circunstancia. A lo largo de su realización se presentarán muchos momentos para ofrecer pequeñas mortificaciones que enriquecen la vida interior y el mismo trabajo que estamos haciendo; también, para el ejercicio de las virtudes humanas (la laboriosidad, la reciedumbre, la alegría...), y de las sobrenaturales (la fe, la esperanza, la caridad, la prudencia...).
El trabajo puede y debe ser el medio para dar a conocer a Cristo a muchas personas. Hay profesiones que tienen una repercusión inmediata en la vida social: la enseñanza, las que se relacionan con los medios de información, el ejercicio de las funciones públicas de un país... Pero no existen tareas que nada tengan que ver con la doctrina de Jesucristo. Aun en problemas muy técnicos de una empresa o en la manera como una madre de familia lleva su hogar, se darán soluciones distintas, en ocasiones radicalmente distintas, según se tenga una visión pagana o cristiana de la vida. Quien no tiene fe siempre tendrá una visión incompleta del mundo, y el modo de comportarse cristiano chocará a veces con la moda del momento, con los usos corrientes entre colegas de una misma profesión. Son circunstancias especialmente propicias para dar a conocer a Cristo, siendo ejemplares en la manera cristiana de actuar, llena de naturalidad y de firmeza.
El mundo está necesitado de Dios, más cuanto con mayor frecuencia repite que no tiene necesidad de Él. Los cristianos, esforzándonos en seguir a Cristo seriamente, lo daremos a conocer. "Un secreto. —Un secreto, a voces: estas crisis mundiales son crisis de santos.
"—Dios quiere un puñado de hombres "suyos" en cada actividad humana. —Después... "pax Christi in regno Christi" —la paz de Cristo en el reino de Cristo"8.
Santificar el trabajo. Santificarse en el trabajo. Santificar con el trabajo.
III. Los primeros cristianos vencieron muchos obstáculos con su empeño y con su amor a Cristo, y nos señalaron el camino: su firmeza en la doctrina del Señor pudo más que la atmósfera materialista, y frecuentemente hostil, que los circundaba. Metidos en la entraña misma de aquella sociedad, no buscaron en el aislamiento el remedio a un posible contagio y su propia supervivencia. Estaban plenamente convencidos de ser levadura de Dios, y su callada pero eficaz acción acabó por transformar aquella masa informe. "Supieron, sobre todo, estar serenamente presentes en el mundo, no despreciar sus valores ni desdeñar las realidades terrenas. Y esta presencia –"ya llenamos el mundo y todas vuestras cosas", proclamaba Tertuliano–, presencia extendida a todos los ambientes, interesada por todas las realidades honestas y valiosas, llegó a penetrarlas de un espíritu nuevo"9.
El cristiano, con la ayuda de Dios, procurará hacer noble y valioso lo vulgar y corriente, convertir cuanto toque, no ya en oro, como en la leyenda del rey Midas, sino en gracia y en gloria. La Iglesia nos recuerda la tarea urgente de estar presentes en medio del mundo, para reconducir a Dios todas las realidades terrenas. Esto solo será posible si nos mantenemos unidos a Cristo mediante la oración y los sacramentos. Como el sarmiento está unido a la vid10, así debemos estar nosotros cada día unidos al Señor.
"Se necesitan heraldos del Evangelio expertos en humanidad, que conozcan a fondo el corazón del hombre de hoy, participen de sus gozos y esperanzas, de sus angustias y tristezas, y al mismo tiempo sean contemplativos, enamorados de Dios. Para esto se necesitan nuevos santos. Debemos suplicar al Señor que aumente el espíritu de santidad en la Iglesia y nos mande santos para evangelizar el mundo de hoy"11. Y esta misma idea la expresaba el Sínodo Extraordinario de Obispos haciendo un balance global de la situación de la Iglesia: "Hoy día necesitamos fuertemente pedir a Dios, con asiduidad, santos"12.
El cristiano ha de ser "otro Cristo". Esta es la gran fuerza del testimonio cristiano. Y de Jesús se dijo, a modo de resumen de toda su vida, que pasó por la tierra haciendo el bien13, y eso debería decirse de cada uno de nosotros, si de verdad procuramos imitarle. "El divino Maestro y Modelo de toda perfección, predicó a todos y cada uno de sus discípulos, en cualquier circunstancia que viviere, la santidad de vida, de la cual Él es autor y consumador: Sed, pues, perfectos (...). Es completamente claro que todos los fieles de cualquier estado o condición de vida están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad, santidad que, aun en la sociedad terrena, promueve un modo más humano de vivir"14.
1 Mt 5, 48. — 2 Mt 7, 28. — 3 Ef 1, 4. — 4 Apoc 22, 11. — 5 Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 11. — 6 Conversaciones con Monseñor Escrivá de Balaguer, 55. — 7 Cfr. Lev 22, 20. — 8 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 301. — 9 J. Orlandis, La vocación del hombre de hoy, Rialp, Madrid 1973, 3ª ed., p. 48. — 10 Cfr. Jn 15, 1-7. — 11 Juan Pablo II, Discurso, 11-X-1985. — 12 Sínodo Extraordinario de Obispos 1985. Relación final II, A n. 4. — 13 Hech 10, 38. — 14 Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 40.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
San Leandro
Arzobispo
(año 600)
Leandro significa: hombre con fuerza de león. (Le = león, Andro = fuerza).
San Leandro se ha hecho famoso porque fue el que logró que se convirtieran al catolicismo las tribus de visigodos que invadieron a España y el que logró que su rey se hiciera un fervoroso creyente.
Su madre era hija Teodorico, rey de los Ostrogodos, que invadieron a Italia. Tuvo tres hermanos santos. San Fulgencio, obispo de Ecija. San Isidoro, que fue el sucesor de Leandro en el arzobispado de Sevilla, y Santa Florentina.
Desde niño se distinguió Leandro por su facilidad para hablar en público y por la enrome simpatía de su personalidad. Siendo muy joven entró de monje a un convento de Sevilla y se dedicó a la oración, al estudio ya la meditación.
Cuando murió el obispo de Sevilla, el pueblo y los sacerdotes lo eligieron a él para que lo reemplazara. Desde entonces Leandro se dedicó por completo a convertir a los arrianos, esos herejes que negaban que Jesucristo es Dios. El rey de los visigodos, Leovigildo, era arriano, pero San Leandro obtuvo que el hijo del rey, San Hermenegildo, se hiciera católico. Esto disgustó enormemente al arriano Leovigildo, el cual mandó matar a Hermenegildo. El joven heredero del trono prefirió la muerte antes que renunciar a su verdadera religión y murió mártir. La Iglesia lo ha declarado santo. La conversión de Hermenegildo fue un fruto de las oraciones y de las enseñanzas de San Leandro.
Leandro fue enviado con una embajada o delegación a Constantinopla y allá trabó amistad con San Gregorio Magno, que era embajador del Sumo Pontífice. Desde entonces estos dos grandes santos y sabios tuvieron una gran amistad que fue de mucho provecho para el uno y el otro. Se escribían, se consultaban y se aconsejaban frecuentemente. Y se cumplió lo que dice la Sagrada Escritura: "Encontrar un buen amigo, es mejor que encontrar un tesoro".
El rey desterró al obispo Leandro por haber convertido a Hermenegildo al catolicismo. Y el santo aprovechó el destierro para escribir dos libros contra el arrianismo, probando que Jesucristo sí es verdadero Dios y que los herejes que dicen que Cristo no es Dios, están totalmente equivocados.
El rey Leovigildo estando moribundo se dio cuenta de la injusticia que había hecho al desterrar a Leandro y lo mandó volver de España y antes de morir le recomendó que se encargara de la educación de su hijo y nuevo rey de España, Recaredo. Y esto fue algo providencial, porque el santo obispo se dedicó a instruir sumamente bien en la religión a Recaredo y lo hizo un gran católico. Y luego San Leandro demostró tal sabiduría en sus discusiones con los jefes arrianos que logró convertirlos al catolicismo. Y así toda España se hizo católica: El rey Recaredo , sus ministros y gobernadores y los jefes de los arrianos. El que más alegría sintió por esto fue el Sumo Pontífice San Gregorio Magno, el cual envió a San Leandro una carta de felicitación y lo nombró Arzobispo.
San Leandro reunió a todos los obispos de España en un Concilio en Toledo y allí dictaron leyes sumamente sabias para obtener la santificación de los sacerdotes, y el buen comportamiento de los fieles católicos. Para recordarle a la gente que Jesucristo es Dios como el Padre y el Espíritu Santo, mandó este buen arzobispo que en la Santa Misa se recitara el Credo que ahora se dice en las Misas de los domingos (costumbre que después siguió la Iglesia católica en todo el mundo).
Dios, a las personas que quiere hacer llegar a mayor santidad las hace sufrir más, para que ganen más premios en el cielo. San Leandro sufrió de muchas enfermedades con gran paciencia. Y uno de los males que más lo atormentó fue la gota, en las piernas (o inflamación dolorosa de las articulaciones por cristalización del ácido úrico). El Papa San Gregorio, que también sufría de ese mismo mal, le escribió diciéndole: "Dichosa enfermedad que nos hace ganar méritos para el cielo y al obligarnos a estar quietos nos brinda la ocasión de dedicarnos más al estudio y a la oración".
San Leandro murió en el año 596 y España lo ha considerado siempre como un gran benefactor y como Doctor de la Iglesia.
San Leandro bendito: que también los gobernantes de ahora se conviertan como tu discípulo Recaredo, en fervientes católicos. Amen.
Quien aparta a un pecador de su mal camino, asegura su propia salvación (Apóstol Santiago)
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Fuente: Archidiócesis de Madrid
Hilario, Santo XLVI Papa, 28 (29) de febrero
Febrero 28 (Febrero 29 en años bisiestos)
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Fuente: Magnificat.ca
Román, Santo Abad, 28 Febrero
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Fuente: LaVerdadCatolica.org
Daniel Brottier, Beato Sacerdote, 28 Febrero
Nació en La Ferté Saint-Cyr (Francia), su biógrafo no escribió datos de su familia y su niñez, sólo se tienen datos biográficos a partir de su ingreso en el seminario diocesano y al ser ordenado sacerdote de la Congregación del Espíritu Santo. |
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Fuente: Franciscanos.org
Timoteo Trojanowski, Beato Mártir, 28 Febrero
1908 - 1942 |
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Carlo Gnocchi, Beato Presbítero y Fundador, 28 de febrero
Presbítero y Fundador |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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